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Consejos para prevenir el Alzheimer y otras demencias

Solo en un porcentaje muy pequeño de casos (inferior al 1 % ) el Alzheimer puede explicarse por una mutación específica en ciertos genes. El resto, tiene que ver con nuestro modo de vida.

Existen más de 100 causas conocidas de demencia, una condición general (no enfermedad específica) caracterizada por un deterioro significativo en las funciones mentales que limita la autonomía de la persona. La más común de todas es el Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa de origen desconocido e incurable hasta el momento.

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En esencia, la enfermedad de Alzheimer es la acumulación anormal de unas proteínas (tau y β-amiloide) en el cerebro. Eso se inicia, de forma silenciosa, hasta varias décadas antes del diagnóstico y la mayoría de los casos son esporádicos.

¿Se puede prevenir el Alzheimer?

Diversas instituciones sanitarias de prestigio (OMS, Comisión Lancet y otras) consideran que la demencia se puede prevenir. Esto abre nuevas puertas hacia intervenciones basadas en la modificación de los factores de riesgo que dispongan de una evidencia contrastada.

¿Podemos cuidar el

cerebro?

Hoy podemos afirmar que ciertos hábitos pueden mejorar la salud cerebral, preservando su funcionamiento óptimo durante más tiempo y limitando la aparición de procesos neuropatológicos. Algunos de los más relevantes son: tener una dieta saludable y equilibrada como la mediterránea, realizar actividad física de forma regular y moderada, mantener la mente activa, potenciar relaciones sociales de calidad, dormir al menos 6 horas, no consumir tabaco y alcohol, reducir el estrés y promover el bienestar emocional.

La reserva cognitiva

Esto podría explicar que las hermanas de Notre Dame con mayor nivel de actividad intelectual, a pesar de tener niveles de neuropatología compatibles con el Alzheimer, no presentaran los síntomas de la enfermedad.

¿Cómo

impactan los hábitos saludables en el cerebro?

Un estudio realizado en una cohorte de 678 monjas de Notre Dame evidenció que algunos

¿Por qué? ¿Qué hace que unas personas desarrollen síntomas de alzhéimer y otras no? Parece claro que no solo importa la cantidad de daño biológico que puede asumir el cerebro. Las manifestaciones de la demencia tienen que ver con la reserva cognitiva, un término acuñado por el profesor Stern (Universidad de Columbia) a principios de siglo.

Este concepto alude a una combinación de capacidades, ya

Concienciación y hábitos saludables

A modo de conclusión, los datos apuntan que los casos de demencia están disminuyendo en algunos países desarrollados. Quizás se atribuye al control de los factores de riesgo vasculares –hipertensión y colesterol–, las mejoras en las condiciones socioeconómicas –educación, nutrición– y hábitos de vida saludables –reducir inflamación–, pueden ser algunas razones, aunque no están del todo claras.

factores (educación, densidad de los relatos lingüísticos) ayudaban a paliar el efecto de la neuropatología en el cerebro. cabe destacar que aproximadamente el 33 % de las religiosas estudiadas (con edades que iban de 75 a 107 años) cumplían con los criterios neuropatológicos del Alzheimer, pero los síntomas eran inapreciables. Estudios recientes, con datos neuropatológicos de diferentes poblaciones, indican que este porcentaje podría ser inlcuso mayor.

sean innatas o adquiridas con la experiencia (educación, ocupación, etc.), que permiten al cerebro afrontar el daño cerebral de una forma activa.

Así, el cerebro puede desarrollar una capacidad para sobreponerse a situaciones no favorables, es decir, tener mayor resiliencia, activando redes cerebrales alternativas (compensación) o estrategias cognitivas que ayuden a preservar de mejor manera el funcionamiento del individuo.

Haciendo bueno el dicho “aquello que es bueno para el corazón también lo es para el cerebro”, el alzhéimer y otras demencias se han relacionado con diferentes condiciones o patologías que afectan a nuestro organismo e inciden, asimismo, en el cerebro.

No existe un camino preciso para prevenir la demencia, pero no cabe duda de que algunos cambios en nuestra vida cotidiana pueden ayudar. La ponderación de mecanismos neurobiológicos específicos, asociados a cada factor (riesgo y protección) y subtipo de demencia, supone un reto para el futuro. •

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