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Policía montada del Departamento de Denver

Los policías montados facilitan el control de multitudes en grandes eventos. Un oficial y su caballo pueden proporcionar más fuerza que 10 oficiales a pie, lo que permite un control eficiente de grandes multitudes.

Los caballos utilizados para los oficiales montados también deben completar un entrenamiento especializado.

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Su extenso entrenamiento los prepara para cualquier situación que puedan encontrar mientras patrullan. Es necesaria la desensibilización a una amplia variedad de imágenes y sonidos, ya que estos caballos estarán en situaciones impredecibles y vulnerables, diferentes a las que el caballo promedio enfrentaría.

También pueden patrullar a caballo, lo que permite una buena perspectiva de la multitud. Además de patrullar grandes eventos, la policía montada se puede usar durante los esfuerzos de búsqueda y rescate. Los caballos pueden llegar a donde los vehículos no pueden, mientras pueden moverse más rápido que los oficiales a pie. Su interacción con la comunidad también es valiosa, ya que muchos civiles consideran que los oficiales montados son más accesibles. Las interacciones positivas permiten buenas relaciones entre la comunidad y la policía.

El entrenamiento para convertirse en un oficial de policía montado puede ser extenuante. Todos los oficiales deben asistir a la academia de policía regular y patrullar como oficiales regulares durante tres años antes de ser considerados para una unidad especializada. Si hay un puesto vacante en la unidad montada, debe comenzar un entrenamiento especializado. Los oficiales deben de tomar clases de equitación, así como clases para comprender mejor la equitación, el comportamiento y salud equina. Además deben dominar técnicas avanzadas de control de multitudes y entrenamiento de búsqueda y rescate de personas.

Los exponen a barrios llenos de gente, humo, bengalas, disparos, simulacros de disturbios. Tienen que caminar sobre puentes, balancines, lonas y otras superficies. Con esto se espera que los caballos puedan abordar cualquier situación mientras se mantienen tranquilos. •

Dentro de este grupo, el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) es el que despierta mayor interés en los científicos que estudian la genética y sus posibilidades.

A pesar de las advertencias que tenemos en forma de películas de ciencia ficción, el ser humano sigue jugando a ser Dios. La afirmación que abre este artículo salió de George Church, profesor de Genética en la Escuela Médica de Harvard, fundador del Instituto Wyss de Biología Sintética e integrante de Colossal, una empresa estadounidense especializada en genética que acumula una importante suma de millones de dólares para resucitar al mamut lanudo.

Church habló de sus avances en una entrevista para “XLSemanal” con algunas declaraciones que pueden parecer una locura a todo el que no esté muy familiarizado con los últimos avances en ingeniería genética.

Intentos fallidos

Ya se han llevado a cabo otros procesos de desextinción o intentos de repoblación y recuperación de ecosistemas extintos. En Palencia existe un proyecto que pretende recuperar el bisonte de Altamira a partir de una docena de ejemplares rescatados del este de Europa. Varios científicos y paleontólogos, además de advertir que no se trata de la misma especie que fue inmortalizada en las pinturas de Altamira, desaconsejan que estos bisontes pasen de vivir en cautividad al estado silvestre, pues no están adaptados a las temperaturas actuales en la península ibérica y supondrían un choque importante contra el equilibro del ecosistema actual en la cornisa cantábrica.

En 2003 ya se intentó recuperar al bucardo, una especie de cabra montesa extinta, pero el ejemplar murió a los pocos minutos de nacer. Hasta los nazis intentaron resucitar al uro, el toro gigante antepasado del ganado actual.

Con todo, Colossal continua su imparable avance hacia un objetivo claro: repoblar Siberia de mamuts, donde resistieron los últimos ejemplares hasta hace unos 3700 años, la misma especie que 6000 años antes ya había desaparecido de la región continental de Eurasia más habitada por el ser humano. Church y su equipo tienen claro el método:

“Estamos desarrollando un híbrido de elefante asiático, en peligro de extinción, y de mamut lanudo, una especie ya extinguida, combinando los genomas de

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