■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2010
IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar
ENRIQUE BRECCIA EXPONE “TODO” EN EL CASTAGNINO
“Sin trabajo no hay musas que valgan” Es un artista versátil: pinta, dibuja, ilustra y guiona historietas. Es hijo de otro gran dibujante, Alberto Breccia. A pesar de su enorme carrera, no publica en Argentina. La crisis de los editores de revistas de historietas, el recuerdo de Héctor Oesterheld y el mito romántico de la inspiración. “Soy un lector desprolijo y voraz, pero tampoco eso me nutre a la hora de crear”, confiesa.
mera influencia en el arte? -No, absolutamante. El trabajaba fuera de casa, la primera vez que lo vi trabajar yo tenía 22 años. Y además se cuidaba mucho, en eso fue muy inteligente, de no influenciarme, de no mostrar sus trabajos. Incluso casi no opinaba sobre lo que yo hacía. Yo lo tomaba bien. Y ahora le agradezco infinitamente, porque tengo un estilo que no se parece en nada con el de él. La verdad es que no tengo una influencia concreta, porque al mismo tiempo no he sido un gran lector de historieta, no he visto mucha historieta, tampoco veo hoy mucha historieta. Así que no tuve influencia concreta de nadie. -Pero algo debe haber aprendido de su padre. -Sí, fundamentalmente algo que es cada vez más raro: la persistencia en el esfuerzo, encarar algo y seguirlo hasta el final. Mi viejo era un gran trabajador y yo también lo soy, eso es lo que más rescato de él. Nunca trabajo menos de nueve horas por día.
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odo”. Así se titula la exposición del dibujante e historietista Enrique Breccia, que podrá recorrerse hasta principios de agosto en el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino (Colón 1189). “Todo” porque Breccia es mucho: un artista al que no le alcanza un solo género, necesita explorar en la ilustración, el cómic, la novela gráfica y la plástica, necesita de la mutación constante para dejar plasmado ahí, sobre el papel o la tela, su estilo inconfundible. Sencillo, de poco hablar, dueño de una mirada aguda, Breccia asegura que no quiere que esta muestra -que llegó a Mar del Plata gracias a la Fundación OSDE- termine siendo una retrospectiva. “Suena muy pomposo, suena a alguien que está en lo último, que está a punto de retirarse”, asegura. “Y yo sigo con proyectos, tengo la suerte de ser versátil, entonces muestro las cuerdas que puedo tocar”, agrega. Sus fanáticos, felices. De hecho, el artista entiende que abrir su vasta obra no es otra cosa que un verdadero “regalo” para sus lectores, esos que lo siguen desde los tiempos de “Alvar Mayor”, su historieta más exitosa, o desde que la revista Fierro editó en los años ‘80 “El sueñero”, esa historia tan criticada pero en la que se dio absolutamente todos los gustos. -Ser versátil también puede ser un castigo: uno puede abrir mu-
cho mito alrededor de lo que es la inspiración, eso de las musas y la cosa romántica. Es nada más que trabajo, sobre todo trabajo. Sin trabajo no hay musas que valgan. -¿Qué está haciendo ahora? -Estoy trabajando para el mercado francés, desde el 2006. Y antes trabajé para el mercado norteamericano. Tengo un contrato firmado con los franceses para hacer cuatro libros de 62 páginas cada uno, a todo color, pintados por mí, a tinta china y color. Lleva unos 500 cuadros cada libro y es de la serie “Los centinelas”. Dolorosamente desde el 87 no trabajo para Argentina.
Vida de campo, con fantasmas y todo
Breccia dice que de su padre aprendió “la persistencia en el esfuerzo”. Hoy no trabaja menos de nueve horas diarias en su casa de Mar del Sud. chas ventanas, como en Windows, dispersarse y no concluir ninguna. -Para mí la versatilidad es una suerte, definitivamente. Sin dejar de ser yo mismo, no es que haya un estilo, porque justamente lo que se ve en la muestra son muchos esti-
los diferentes, sino un hilo conductor. Yo estoy presente, siempre aparezco. Me permite divertirme más. Aunque mi trabajo central es la historieta, me gano la vida con la historieta. -¿Su padre Alberto Breccia (también dibujante) fue su pri-
Oesterheld y la reserva de la fuerza “Héctor Oesterheld era un hombre callado, muy humilde, sumamente talentoso. A pesar de ser descendiente de alemanes tenía una característica criolla, que se da mucho en los viejos criollos, que es eso de mostrar siempre menos de lo que se es, esa gentileza de no mostrar, de no ostentar nada. Es algo parecido a lo que se da en los felinos: la reserva de la propia fuerza. Héctor lo tenía en grado superlativo”, cuenta Breccia, que conoció al autor de “El eternauta” en su juventud, cuando colaboró con ilustraciones para aquella historieta. Además, ilustró “La vida del Che”, junto a su padre y con guión de Oesterheld ■
Breccia vive desde hace dieciséis años en la pequeña localidad de Mar del Sud. Su taller está ubicado en el interior de una centenaria casona, rodeada por un amplio parque. Entre el susurro del mar cercano, la soledad, los caballos y los fantasmas que habitan la casa, el artista trabaja y desarrolla su vida “bien de campo”. “Mar del Sud es el lugar que más me gusta en el mundo -cuenta-, para decirlo simplemente. No tiene muchos encantos, tiene ese hotel que es hermosísimo, pero que se está cayendo a pedazos”. “Y mi casa también tiene fantasmas, es el antiguo casco de una estancia muy vieja, una de las casas más viejas del distrito, la reciclé y justamente la compré por los fantasmas que tenía, se pasean por el taller. Yo no los vi, pero mi hijo los vio y varios miembros de mi familia también. Son bondadosos. Se trata de dos hermanas a las que escuchamos caminar, algunos dicen que susurran, me gusta eso pero no me inspira”. -¿Y qué lo inspira? -Yo leo de todo, soy un lector desprolijo y voraz, pero no tengo una lectura especial, en realidad leo de todo, pero tampoco eso me nutre a la hora de crear. Hay mu-
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine (*)
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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer?
-De traducción, por ejemplo. “En el guardián en el centeno” de Salinger, el joven norteamericano dice “coño” y “follar”.
Adriana Ferraggine es docente y escritora. Trabaja como maestra y asistente educacional desde 1980 en barrios periféricos de la ciudad de Mar del Plata. Escribió obras de teatro para niños y adultos. Entre ellas, “El enamorado y la luna”, “Delecumbia”, “La plantita”, “El sonido de la lluvia”, “Violeta”, “La plantita”, “El reloj” y “La princesa flaca”.
(Continúa en página 4)
“Pienso retomar El sueñero” “El sueñero fue una historia hecha para el mercado europeo -evoca Breccia-. Un editor catalán me compró los tres primeros capítulos, fue hecha a medida para el público catalán y luego no me pagó así que rescindí el contrato y la traje a la Argentina. Me la compró la revista Fierro y decidí nacionalizar la historia y sacarme todos los gustos. Hablé de política, de todo, fue muy criticada y salió en una época que era la primavera alfonsinista siendo que era una historieta militantemente peronista”. -El tono de esta historia no coincide con el tono de la época, en la que había cierto optimismo. -No, absolutamente, me dieron de todos los costados, al punto de que Juan Sasturain que era el director de la revista Fierro habilitó la sección “Piedra libre”, es decir, tírenle piedras a Breccia. Y ahí escribían mis críticos. Ahora en el 2006 volvió a salir El sueñero en la nueva versión de Fierro. “El sueñero” veinte años después. Salieron cuatro números y me fui a Nueva York y quedó inconclusa. Pero pienso retomar esa historia ■
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ESPACIOS EN CONTINUA TRANSFORMACIÓN
Los arzobispos Por Sebastián Chilano
Mar del Plata y la experiencia del viaje: avatares de la movilidad
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espués de prestar juramento el Diablo fue visitado por tres arzobispos. Apenas se estaba aclimatando en el recinto de su predecesor cuando fueron anunciados. –Adelante, es un placer tenerlos aquí– dijo el Diablo. –Ojalá pudiéramos decir los mismo. –Caballeros, excelencias, o como prefieran ser llamados, siéntense, por favor– insistió ante la duda de los arzobispos. –Gracias– dijeron sentándose. –Imagino que están aquí para marcar diferencias– los miró uno por uno. –Bueno al menos no trajeron agua bendita ni grandes cruces. Les debo confesar que a esta altura de la historia ya tienen cierto efecto esas chucherías. Me dejan una molesta urticaria que tarda demasiado en desaparecer. –No nos subestime– se quejó el más viejo de los tres. –Sabemos bien quién es usted. Además esos adefesios, como usted los llama, son las armas del Señor. –¿Armas de quién?, por favor. La cara del arzobispo mayor se transfiguró. –Sepa disculpar, por un momento se me olvidó que ustedes me crearon– dijo el Diablo. –Sabe muy bien que eso no es cierto. –Depende de cómo se lo mire; porque si ustedes crearon a Dios por ende me crearon a mí. O al menos me instalaron en el fervor popular: me pusieron mi traje rojo de carnaval, mis cuernos, mi cola punzante y mi tridente de chorizos. Ah, y no olvidemos: me hicieron cargo de su maldad. –Debe reconocer que logramos un buen efecto. –El mejor, me atrevería a decir, más aún en estos tiempos que abundan las tribus de pastores ignorantes. –Es cierto, los pastores se aprovecharon de nuestro acierto. Porque con usted acertamos. Preferimos no retratarlo, es el error que cometimos con Jesús y enmendamos con usted. Hay tantas imágenes de Jesús que si los hombres conocieran su verdadera cara se desencantarían. En cambio de usted hemos borrado su falsa imagen. Y de eso se aprovechan las religiones que denigran a Dios. –Sí, vanaglóriense de todo lo que quieran, pero es repudiable que también instauraron la creencia en mi mal gusto, mi preferencia por las cosas desagradables y nefastas, y mi debilidad por las atrocidades. –Sin embargo su supuesto mal gusto contrasta con la elegancia de su traje. –¿Este? Gracias. Es confección de Alex, el modisto del vicepresidente. –Se distingue su buen gusto. –Bueno, el tiempo es escaso hasta para mí, así que me gustaría que abreviemos las formalidades. ¿Qué los trae a mi despacho? –La curiosidad. ¿Por qué aceptó el cargo? –Por lo mismo que ustedes consintieron el ofrecimiento. Ustedes piensan que tomando mi existencia cierta notoriedad pública la pulseada dará por triunfadora a la fe. Si uno… si yo existo, entonces el otro también. Simple ley de compensación de fuerzas. ¿Me equivoco? –En lo absoluto; pero también somos conscientes del riesgo, si usted en su rol de ministro se manifiesta ante el hombre y el Señor Todopoderoso no, ¿no se cansarán los fieles y creerán en el falso profeta? –¡Muy bien! Los aplaudo. Ese es el verdadero desafío; ustedes dijeron durante años que mi mejor mérito era hacerle creer a los hombres que no existo. Pues bien, creo que es momento de contrarrestar esa hipótesis. Así que mi mandato como ministro de economía en este país tercermundista con aires europeos decidirá, ni más ni menos, el destino de la fe universal ■ (Continúa la próxima semana)
Por Verónica Meo Laos (*)
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i la inestabilidad del clima desanimó a las más de 160 mil personas que llegaron a Mar del Plata para disfrutar del fin de semana largo por los feriados del 24 y 25 de mayo. El flujo fue tan intenso que llevó a los operadores a comparar el desplazamiento de turistas con lo que sucedió en Semana Santa, cuando arribaron a la ciudad más de 200.000 personas. Las cifras no sorprenden, Mar del Plata es el destino turístico por excelencia elegido por una multitud de habitantes metropolitanos para disfrutar de sus vacaciones o de un fin de semana largo. Ahora bien, ¿Cuál es la razón por la cual una significativa cantidad de gente se desplaza cada fin de semana por la Autovía 2? ¿Todos aquellos que eligen la ciudad de Mar del Plata lo hacen sólo por turismo? La práctica de desplazarse, por más que podamos pensar que es un fenómeno particular del mundo contemporáneo, no es así. El desplazamiento es un aspecto constitutivo de la cultura; tanto que las regiones, los territorios o los lugares se configuran y se resignifican gracias a los desplazamientos, pues es gracias a ellos y al incesante intercambio de personas y cosas que se produce en el ínterin, que los lugares se enriquecen y se constituyen. Perla Zusman en su lúcido libro Viajes y geografías (2007, Prometeo, Buenos Aires) sugiere pensar el desplazamiento como una práctica social y no sólo como ese trámite indispensable para alcanzar un
destino. Una gran variedad de desplazamientos existen en la actualidad, pensemos por ejemplo en aquellos movimientos relacionados con motivos de estudio, empresariales, científicos, no sólo exclusivamente turísticos. El hecho de pensar en el desplazamiento llevó a las Ciencias Sociales a replantearse la concepción del espacio como algo cerrado, autocontenido y homogéneo para tender a analizar los lugares desde la idea de fluidez, es decir desde una concepción en donde los lugares son pensados como mosaicos complejos y enmarañados, donde se superponen e interpenetran nodos, niveles, escalas y morfologías. De este modo, el análisis de las prácticas de desplazamiento permite elaborar una Geografía Cultural que halla sus bases no sólo en el punto de llegada sino también en la movilidad o, mejor dicho, en ambas prácticas al mismo tiempo. En definitiva, los lugares son el resultado de la confluencia de prácticas móviles y sedentarias y, a la vez, se crean en la propia práctica de la movilidad; entonces los desplazamientos humanos participan de la configuración de los lugares. Ello implica aceptar que su significación no está dada de antemano sólo por las acciones que se realizan en su interior sino que se construyen también a partir de las prácticas del afuera, de su conexión en términos de dominación, interdependencia o subordinación con otros lugares. Por lo tanto, reflexionar en las prácticas de desplazamiento es una invitación a pensar los lugares en
general –y a la ciudad de Mar del Plata, en particular- como espacios heterogéneos, multiculturales, en continua transformación. ¿Qué se llevan los cientos de miles de turistas que visitaron la ciudad el último fin de semana largo? ¿Qué huellas dejan tras de sí en la ciudad una vez que se han ido? No podemos saberlo con certeza, pero una cosa es segura: ni ellos ni la ciudad son los mismos una vez que pasaron por la experiencia de compartir e intercambiar vivencias. La identidad de la ciudad, por lo tanto, es enriquecida por la yuxtaposición de sentimientos, recuerdos, motivaciones, gustos, sueños o emociones que los otros-los visitantes- traen consigo de sus otras experiencias anteriores de movilidad. De los encuentros y desencuentros entre los que viven y aquellos que visitan la ciudad surge la configuración de un lugar no ya entendido como homogéneo, sino por el contrario, heterogéneo y en continua transformación En definitiva, con estas reflexiones se propone pensar a la ciudad de Mar del Plata a la luz de los distintos tipos de desplazamientos que la atraviesan de continuo. Una experiencia que sin duda, la modifica pero, a la vez, la reconstruye. Y en ello radica también su identidad y su belleza ■ (*) Periodista y docente, posgraduada en Sociología y C. Política. Diploma en Gestión Cultural, Turismo y Patrimonio. Becaria en Letras del Fondo Nacional de las Artes 2004 y 2009.
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine
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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra
de arte? -En mi trabajo docente, veo muchos niños que me recuerdan cuando Frankenstein espía la escena feliz de la fa-
milia campesina, y al sentirse excluido y rechazado estalla de ira.
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LITERATURA DE GÉNERO EN MAR DEL PLATA
Lejos de la calle, muy cerca de las palabras Sin título
Un grupo de chicas transgéneros participa de un taller literario en Villa Victoria. La experiencia de usar la literatura para la militancia y para cuestionar las bases sociales. “Escribimos para sacar lo mejor de nosotras mismas”, cuentan.
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a no quieren más rótulos. Ni travestis ni transexuales ni nada más ofensivo que se le parezca. Personas pensantes, dicen que son, como vos, como usted. En todo caso prefieren autodefinirse como “chicas trans”. “Trans” porque decidieron transgredir el sexo con el que nacieron: lo cambiaron por otro. ¿Habrá sido la calle la que les enseñó que las palabras tienen poder? ¿o habrá sido el silencio que tuvieron que rumiar durante años el que, finalmente, las impulsó al grito? Lo cierto es que el grito tiene hoy un espacio: el taller literario “Di/Verso”, que se desarrolla los sábados en Villa Victoria, coordinado por el escritor Gastón Chimuris Malgieri y que está especializado en la temática de la diversidad sexual. Allí, entre los árboles de otro siglo y el crujir de la madera gastada de la selecta casona, un grupo de chicas trans trabaja con las palabras. Se apropia de ellas. Las moldea como si fueran masa a punto de levar. Las convierten en algo más que en bonitos sonidos. Y así, por el camino de la palabra, llegan a otro más tupido: el de la identidad. Patricia Rasmussen (44), Melina Montaño (34) y Victoria Cortés (39) están sentadas ahora en la escalinata de la Villa. Fuman y miran el parque. “Escribimos para sacar lo mejor de nosotras mismas -arranca con todo Melina-. Para sacar todo lo que hemos postergado por mucho tiempo, imaginate yo tengo 34 años y dejé de estudiar a los 18... Pero la idea (de escribir) no es solamente la de crecer como personas, también queremos replicar en otros lugares, que las demás chicas se animen a escribir, pero no sólo desde el lado de la marginalidad, sino que también puedan aparecer historias de amor. Nuestra proyección es que la sociedad conozca otras cosas de nosotras: no solamente servimos para estar paradas en una esquina”. Patricia coincide: no quiere que las
Por Victoria Cortes
Victoria Cortes, Patricia Rasmussen y Melina Montaño. palabras sirvan únicamente para acrecentar el amargo relato de la discriminación de la que son víctimas, todavía, sólo por pertenecer a una minoría sexual. “A los 43 terminé la secundaria, te podés imaginar lo que fue volver a involucrarme con la lectura y la escritura, pero la propuesta de Gastón me llevó a pensar que había algo que me falta hacer por mí y por las demás. Vi que la cabeza me funcionaba y la quise emplear para algo productivo”, cuenta. El fin productivo al que se refiere también tiene nombre: Attta, sigla que pertenece a la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina. Patricia y Melina militan en esta entidad, cuya sede se encuentra en Santiago del Estero 1356, desde hace tiempo. “También escri-
bo para tener más herramientas, para tener otros vocablos, para no hacer siempre el mismo discurso, para hacer un discurso acorde si tenemos que presentar nuestra problemática en la Cámara de Diputados, por ejemplo”. “La escritura nos da herramientas como militantes para llevar una voz un poquito más armada, un poquito más potente”, interviene Melina. El caso de Victoria es distinto. Actriz egresada de la Escuela de Arte Dramático, jamás se prostituyó. Pasó por el arte del transformismo, por la actuación infantil y por la Universidad hasta que descubrió que la escritura la ayudaba a “ampliar mis recursos expresivos”. “Esta es una manera de expresión que no había desarrollado antes: sí la actuación y la danza”,
Mucho para decir Si es verdad que la literatura se nutre de la experiencia vital, entonces ellas tienen demasiado para decir. Aunque guardan historias propias, las recorren realidades similares. Cuentan que se atrevieron a vestir ropas femeninas en plena adolescencia. Y tras la decisión, llegó la expulsión del hogar, de la escuela y el exilio en otra ciudad. “Ahí conocí lo que es el frío y el hambre, porque yo venía de una familia de clase media”, cuenta Melina, que es oriunda de Neuquén. “Mi mamá me dijo ‘la transformacion de hombre a mujer en mi casa no la quiero’. A los 13, siendo una adolescente, tuve que salir a la calle”, aporta Patricia, que viene de Capital Federal. Alejadas de la prostitución, aseguran que la calle es devastadora. “No deja familias, no deja afectos”, concluye Patricia. Melina reconoce que el trabajo sexual las expone con más fuerza a las adicciones, a los “deeler” y al HIV. En ese sentido, ambas se sienten sobrevivientes. “En nuestro colectivo nosotras somos viejas (a los 34 ó 40 años). La que sobrevivió puede hablar, pero muchas chicas muy jóvenes quedaron en el camino. Yo tenía 18 y veía morir a travestis de 23. Aprendí del error ajeno: ellas me decían ‘cuidate’. Y hoy tengo otra visión de la vida, quiero seguir viviendo”, confiesa Melina. Entre 100 y 150 trans viven en Mar del Plata, indican. Pero la cifra “se triplica o quintuplica” en verano. “Vienen chicas de todos lados a trabajar”. Desde la entidad en la que militan, Patricia y Melina trabajan para la contención de cada caso. El mail de la ong es atttacostaatlantica@yahoo.com.ar ■
dice y cuenta que ensaya por estos días en Buenos Aires una obra de teatro bajo las órdenes de José María Muscari que se estrenará en el teatro Konex. Se titula “Facebook”. Una lectura política Primero aparecieron los cuentos y los relatos de ficción, evocan y ahora están compenetradas con la poesía, un género que se adapta al sentir de manera más directa, señala Chimuris Malgieri. “Creo que la poesía permite otro acercamiento más vinculado a lo que tiene que ver con el deseo, lo afectivo, incluso a lo político pero desde un lugar mucho más libre”, aclara. Y sigue: “Permite jugar con el lenguaje. La idea de juego, lo lúdico del acto creativo, tal como lo consideraba Cortázar, permite justamente no estar encorsetado al desarrollo de una narración y traza un camino hacia las afueras de la opresión que aun hoy seguimos viviendo como minorías sexuales”. La producción poética del taller ya se canalizó en Puerto Rico, donde el colectivo literario Homoerótica organizó días pasadas “Altar de Autores”, un homenaje a aquellos autores que abordaron el tema de la diversidad sexual. “Les enviamos vía mail los textos poéticos que se generaron en el taller y ellos se ofrecieron a hacer una selección y leerlos”, cuenta el coordinador. Además, está prevista la llegada del escritor Luis Negrón, integrante de Homoerótica, para setiembre u octubre de este año. Para Chimuris, la apropiación de la palabra que realizan ellas no es otra cosa que adueñarse de una voz que les fue negada. Y por eso lo que escriban tendrá una necesaria lectura política. “Creo en la función social de la literatura, creo que la palabra tiene el
No hablo más, ahora escribo. El latón mi cuerpo rechaza, plata platino reclama Claro está, en el anular el anillo equivocado de un matrimonio deseado El sarpullido debajo del sortilegio Me equivoqué de mano, en la izquierda queda regio Para cuando tenga marido me puliré las extremidades Espero que no pase mucho tiempo y con él las edades aunque pensándolo bien antes que el marido necesito el documento que hable en femenino, el anillo o el marido ¿en qué se piensa primero? Ahora mis manos de la farsa despojadas están enfrentada a mi verdad con fe y siendo grata las junto pidiéndole a algún Dios “mandame un amor, no seas croata”
poder de transformar ciertas cuestiones con las que podemos no estar de acuerdo, es claramente una postura política ante cierto status quo que no nos gusta. Poder usar herramientas del taller para escribir sus propios discursos y no depender de alguien más para que se los escriba, que la voz sea de ellas me parece que es un laburo super interesante para ellas y para mi es un aprendizaje increíble”, comenta. -¿Hay un antes y un después en sus vidas a partir de que comenzaron a escribir? Melina: -Para nosotras es un mundo totalmente nuevo, todos los días descubrimos algo distinto. El otro día jugamos a un cadáver exquisito. Yo no sabía lo que era y salió hermoso. Por lo general empezamos escribiendo siempre por una, es inevitable, pero esto no significa que una trans tenga que escribir sólo de la vida de una trans. Pueden aparecer otras historias, lo que pasa es que la sociedad asocia a la travesti con la prostituta, la marginal, la droga y el HIV. Victoria: -A mí me surge el humor como catarsis, porque descontractura el tema que se aborda. Patricia: Hoy podemos hablar, antes siempre éramos representadas por otras personas u organizaciones. Ahora tenemos voz propia y eso parece que no, pero libera bastante ■
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine
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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para
incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?
-Me gustaría poder apropiarme poéticamente de la ciudad y sus paisajes.
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UNA FIGURA BISAGRA ENTRE LA TRADICIÓN Y LA NUEVA POESÍA (fotografía de autor)
Losada editó “Hojas de hierba”, de Walt Whitman “Su verso libre torrencial es un emblema, un modo de vivir la poesía”, asegura el traductor Pablo Ingberg en el prólogo de la edición bilingüe. Whitman había nacido en Nueva York en 1819. guen a Whitman como el poeta de los poetas, las señala Ingberg: “Es una de las grandes bisagras entre el romanticismo y la poesía moderna. Su verso libre torrencial es un emblema, un modo de vivir la poesía. Whitman abrió la puerta por donde el yo íntimo sale a fusionarse con el mundo”. “Su influencia es vasta como su obra. El hecho de que se saque a la calle una nueva traducción de esta obra, es un indicio de que tiene más lectores que la generalidad de los poetas”. El norteamericano influenció a poetas de la talla de Fernando Pessoa, Valéry Larbaud, Apollinaire y Ezra Pound, y su obra en el ámbito de la lengua española, fue saludada por Rubén Darío e introducida por José Martí. También dejó marcas visibles en poetas de la vanguardia como Pablo Neruda, Raúl González Tuñón, Pablo de
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La exposición en el Castagnino abarca pinturas, tapas de libros que ilustró, dibujos e historietas de toda su carrera.
“Sin trabajo no hay musas...” (Viene de página 1) -¿A qué se debe? -No es que haya crisis de la historieta, hay crisis de editores de revistas de historieta, pero no del género, que está muy vivo, tiene una enorme vitalidad. Además Argentina sigue siendo un semillero formidable de dibujantes y de guionistas, y sigue habiendo una demanda por parte del público. O sea: está la demanda, están los dibujantes y los guionistas, lo que falta es el editor que se atreva a meter plata en esto. Pasa lo mismo con la novela gráfica. Está poco difundida por una cuestión editorial. -¿Qué balance hace de estos cuarenta y ocho años de vida artística? -Es positivo, es un lindo trabajo y en general me gusta todo lo que hago. La historieta es un género que permite todo, depende de cómo se lo utilice puede servir para entretener, y junto con eso para meter las ideas y los mensajes que se proponga el guionista, sin hacer contrabando ideológico, que es detestable. La historieta es un género entero en sí mismo, algunos dicen que tiene cosas del cine y es cierto, tiene alguna similitud con el cine en cuanto a las secuencias y al montaje que son comu-
nes al cine, pero al mismo es en sí un género completo. Ofrece la ventaja de mostrar gráficamente o con dibujos una buena historia, si la historia es buena. Cierra por todos lados. -¿Cómo es el lector argentino? -Es un público adulto, muy maduro para leer historietas, en Estados Unidos poro ejemplo, el lector de historieta es mucho más joven, adolescentes o pibes, el adulto no lee como acá, acá se hacen historietas para adultos y para jóvenes también, pero en general hay un público muy maduro. -¿En Estados Unidos siguen leyendo historias de superhéroes? -Fundamentalmente es el superhéroe lo que más se consume, aunque parezca mentira. Yo trabajé bastantes años para Estados Unidos, desde el 2000 al 2006. Hacía un superhéroe, el monstruo del pantano para una serie de terror. Era un monstruo que vivía en los pantanos de La Florida y no moría, tenía las características comunes de los superhéroes, pero no volaba, no tenía superpoderes, ni andaba vestido con esas medibachas absurdas. Estaba más conectado con la naturaleza, era una especie de fuerza de la naturaleza ■
ojas de hierba”, el libro del poeta norteamericano Walt Whitman que estableció una bisagra entre la tradición lírica y una poesía que clama por la libertad, el nomadismo, el goce pleno y los dones de la naturaleza, fue reeditada en Argentina en un voluminoso tomo de más de mil páginas. Esta obra del poeta nacido en Nueva York en 1819 y fallecido en 1892, fue editada por Losada en edición bilingüe con traducción a cargo de Pablo Ingberg, también autor del prólogo. En 1855, Whitman se costeó su “Hojas de hierba” -que escandalizó a la sociedad y fue tildada de “libidinosa”- un libro que se fue ensanchando en sucesivas ediciones hasta su última versión que el poeta corrigió en sus días finales. Las innovaciones que distin-
En el mes del Mundial, Ediciones Corregidor lanzó numerosas publicaciones relacionadas con el fútbol, al tiempo que hay varios trabajos más listos a aparecer. Entre otros, se destacan los siguientes libros: 100 ÍDOLOS PORTEÑOS (1910 – 2010) Del Centenario al Bicentenario. Deportistas de la Ciudad de Buenos Aires – Víctor Lupo y Horacio del Prado Este libro es la historia de aquellos que con su esfuerzo y sus virtudes se convirtieron en ídolos barriales primero y luego conocieron el reconocimiento en la ciudad y en la Nación. Son cien años de historia de una
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buenas obras, no envejecen; o bien envejecen igual que las obras. Por ejemplo -cita- la traducción inglesa de la “Biblia” de los tiempos del rey Jacobo I, principios de siglo XVII, todavía insuperada en su lengua, y el Poe traducido al francés por Baudelaire, todavía muy leído”. Ingberg trata a Whitman de “panteísta místico” y “religioso a su manera”: “Es en cierto modo panteísta porque parece ver algo de divinidad en todo, en un río o en el martillo de un carpintero, y es en cierto modo místico porque ve en el martillo mucho más que una herramienta que sirve para martillar, ve ahí más sentidos y una experiencia trascendente”. “Y eso es parte de su manera propia de ser religioso: ninguna de las religiones instituidas, sino la suya propia -subraya-. Y también el Verbo: se complace en crear nombrando”. Por el libro transita el Whitman fraternal que se hace uno con su semejante y anuncia un nuevo mundo. “Un nuevo mundo -acota Ingberg-. que está en éste, parafraseando a Rimbaud No sé si lo anuncia, pero se siente cómodo en el tono profético y denuncia algunas cosas que deberían mejorar”. Estados Unidos nació como democracia en una época de monarquías, señala el prologuista de “Hojas de Hierba”, y se explaya
Ediciones Corregidor se hace fuerte en el Mundial de Sudáfrica cultura ciudadana, la cultura deportiva, una cultura que logró una masificación inmensa en estos cien últimos años, desde el Centenario al Bicentenario. JUAN SEBASTIÁN VERÓN. Cosa de brujas – Sergio Marelli No es una simple biografía de Juan Sebastián Verón, es un viaje en profundidad a los sueños, ideas, filias y fobias de uno de los más grandes jugadores de fútbol que ha dado nuestro país. Hay una reconstrucción de la atmósfera familiar en la que nació su pasión por el fútbol y su lealtad a la roja y blanca. El autor realizó un importante trabajo de archivo, una verdadera cacería de datos, entrevistas, crónicas, comentarios y otros rastros periodísticos que la Brujita dejó en diarios y revistas nacionales y del extranjero. Pero la información más rica, las anécdotas más entrañables, los trazos más
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?
Rokha, César Vallejo, Vicente Huidobro y Federico García Lorca, entre muchos. Whitman fue traducido por grandes poetas hispanoamericanos como Pedro Mir, León Felipe y Jorge L. Borges. “Borges tenía ojo clínico para discernir peculiaridades con las que sentía alguna afinidad. A primera vista Borges es su opuesto -uno no se lo imagina celebrando vitalmente el cuerpo- pero su Aleph es hijo directo de las largas enumeraciones del norteamericano”, apunta. Se habla de Whitman como un poeta celebratorio del gozo, del cuerpo, del erotismo, pero también -explica Insgber- “del alma, del trabajo y los trabajadores, de las maravillas de la naturaleza, del maravilloso poder del ser humano cuando se aplica para bien. Celebra la vida, una vida digna de llamarse así”. Para el poeta mexicano Carlos Montemayor, también traductor de Whitman, cada generación debía traducir para sí misma. Ingberg asiente y rechaza la idea: “Sí y no, pero más no que sí. Uno lee hoy una oda de Horacio traducida por Fray Luis de León en el Siglo de Oro, y le parece bella pero muy ligada a las convenciones poéticas del momento de la traducción”. “Pero me siento más afín a la idea de Henri Meschonnic que de las buenas traducciones, como las
precisos para bosquejar el retrato del jugador, surgieron de largas conversaciones mantenidas al amparo de un clima amistoso, propicio a las confidencias, las nostalgias y las ensoñaciones. Sebastián medita sus respuestas antes de hablar, se expresa con un lenguaje sencillo pero alimentado por ideas sólidas y arraigadas. Habla con un orgullo que jamás degenera en vanidad. FÚTBOL ARGENTINO. 80 años de profesionalismo (1931-2010) – Juan Carlos Morales Este libro es un repaso ágil, profundo y concreto de lo ocurrido en nuestro país con su deporte más popular, desde 1931 hasta la fecha. La pasión del autor nos lleva de la mano por acontecimientos inolvidables. Desde los primeros goles de Francisco Varallo hasta los más recientes de Martín Palermo. De las tardes de Bernabé Ferreira a las de José Francisco
Sanfilippo y Luis Artime sin olvidarnos de dos colosos como Arsenio Pastor Erico y Angel Amadeo Labruna. Todos los campeonatos argentinos. Mundiales, Olímpicos, Copa América, Libertadores, Intercontinental y muchos más acompañan la crónica comentada de este libro preparado expresamente para amantes del fútbol y para quienes deseen recopilar en una entrega todo lo que pasó en 80 años. LA ENFERMEDAD DEL DOCTOR. Una biografía de Carlos Salvador Bilardo – Mauro Palacios Este libro trata sobre un hombre que desde sus primeros pasos piensa las veinticuatro horas en fútbol. La enfermedad del doctor es una apasionante biografía investigada y escrita por el periodista Mauro Palacios y tiene el rigor y buen gusto del que carecen muchos de sus pares contemporáneos. Este libro
sobre las ideas del poeta acerca de una sociedad idílica, ideal, utópica, antibélica. “El Nuevo Mundo tiene algo que enseñarle al Viejo Mundo. No es utopía, es la realidad en que Whitman vive -remarca-. Ve flaquezas en esa democracia real y clama por más fraternidad, igualdad, libertad; menos pacatería, respeto por lo humano, valoración del trabajo, menos políticos a espaldas de los ciudadanos”. ¿Se puede afirmar que Whitman funda una cosmogonía? “Leía de todo y eso incluye a los antiguos. No creo que se haya propuesto fundar una cosmogonía, aunque es una manera de leerlo. Respecto a la `Biblia` él es más afín a los profetas y a los evangelios que al `Génesis`, y respecto a los griegos, más afín a la épica heroica de Homero que a la cosmogónica `Teogonía` de Hesíodo”. Poeta del viaje y los caminantes, Whitman habla en sus poemas de “tribus nómadas” y nombra al sur latinoamericano en sus alusiones a Valparaíso, Río de Janeiro y las pampas. Ingberg concluye: “Era un viajero de alma, además de viajero del alma. Viajó tanto como pudo, y adonde no pudo, viajó con la lectura y la imaginación. Viajó por su extenso país y dedicó un largo poema, `Salut au monde!`, a viajar por todo el mundo nombrándolo” ■
De las montañas al mar, de la puna a la estepa
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es entretenido, documentado y serio, aquí se pueden encontrar todas sus frases célebres, sus orígenes, su etapa de jugador y, principalmente, su vida emparentada con Estudiantes y la Selección Nacional. LA NOVELA DE LOS MUNDIALES. Pelota cibernética – Vito Amalfitano Pelota Cibernética, la novela de los mundiales (...) es haber visto, poder ver, en cualquier tiempo verbal, todos los mundiales de fútbol. Como en un Cinema Paradiso de la pelota, se trata de unir todos los pedazos y todos los retazos de los momentos inolvidables de la Copa del Mundo, pero para que se queden para siempre en las retinas del protagonista de un Gran Viaje. Pelota Cibernética es gambetear en el papel, con sana pero lujuriosa envidia, a mi tío que sí pudo ver jugar a Moreno, al legendario Diego Lucero, que pudo ver todos los mundiales, y a los vendrán después de mí, y a mis hijos y mis nietos, que verán los mundiales que yo no podré ni siquiera imaginar ■
on el ojo puesto en la naturaleza, los fotógrafos Natalia Posat y Diego Mequetse trabajan en un proyecto común: Argentina en foco. “Se gesta en el año 2001 como una necesidad de contribuir por medio de la fotografía al conocimiento y valoración del patrimonio natural y cultural. Intereses y convicciones comunes se enlazaron para de finir un espacio que nos identificara y permitiera demostrar nuestras capacidades profesionales”, contaron los artistas marplatenses, que se encuentran por estos días explorando las rutas del continente americano. “A partir de allí emprendimos un camino de experiencias que nos lleva hoy a poseer un amplio archivo fotográfico de Argentina que abarca de las montañas al mar y de la puna a la estepa patagónica. Un recorrido que siempre nos guiará en la búsqueda de nuevos destinos”, añadieron ■
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine -De “Pedro Páramo” de Juan Rulfo: -¿Conoce usted a Pedro Páramo? –le pregunté. Me atreví a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de con-
fianza. - ¿Quién es?- volví a preguntar. - Un rencor vivo- me contestó él.
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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?
-Entraría a salvar a Lila y a Flag, los personajes de la novela “Lila y Flag” de John Berger. Intentaría que puedan salir del círculo cerrado en el que están, tomando
decisiones diferentes.
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Para jóvenes: intriga y bellas imágenes de Tucumán
Grandes libros, pequeños lectores
EL ENIGMA DE SIAMBÓN, Germán Cáceres, Longseller, Buenos Aires, 2010, 128 páginas
ETERNIDAD MALDITA, Daniel Arias, Buenos Aires, Alfaguara. 2009 Por Elena Stapich (*)
Por Juan Carlos Licastro juancarloslicastro@gmail.com
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sta novela puede asociarse a Perafán de Palos, de Ema Wolf y Laura Linares. Aunque esta última es francamente paródica y muy cómica por momentos, mientras que Eternidad maldita posee un carácter folletinesco, anunciado ya desde el título. Pero en ambas la historia trata de alguien que cuenta una historia y ese alguien es un viajero que ha corrido la aventura de la conquista de América. Un alguacil y sus ayudantes llevan a un mendigo ante la justicia. El delito: haber denunciado como mentirosas las promesas del pregonero que intentaba reclutar hombres que se embarcaran hacia el nuevo continente. El mendigo justifica su conducta y cuenta al escribano su propia experiencia. El relato es apasionante y está atravesado por los mitos entretejidos por los conquistadores. Hay una reconstrucción del registro lingüístico del siglo XVII, suficiente como para generar el efecto de verosimilitud, pero no tan estricta como para dificultar la comprensión de los lectores adolescentes. El mendigo no se censura al narrar y esto aumenta el interés del escribano… y de los lectores: “Esa es una mágica tierra habitada apenas por unos pocos bárbaros bajitos, morenos, fornidos, alegres, feroces… y sus mujeres –aquí el mendigo sonrió con algo de emoción natural-, que son unas hembras calientes y menuditas, de piel como nata con ca-
nela y ojos negrísimos, capaces de ponerle fuego en el cuerpo a cualquier español con cojones, y de sólo verlas, de sólo mirarlas.” En algunos pasajes –señalados por una pausa gráfica y el pasaje a letra cursiva- la voz del narrador protagonista es reemplazada por un narrador en tercera persona. El escribano, escéptico al principio, se va dejando atrapar por la historia y comprende que –de acuerdo con lo narrado- el mendigo debe tener más de ciento cincuenta años. La fuente de la juventud existe y está en América. Verdad o mentira, lo cierto es que el mendigo es portador de un tesoro que precipitará su propio destino y cambiará el de otro, mientras que su historia desatará en el sedentario escribano la fiebre de la aventura ■
iego va con sus padres a pasar las vacaciones a El Siambón, una localidad turística de Tucumán. Los acompaña otro matrimonio con sus hijos Abril y Pablito. Pero comienzan a suceder fenómenos inclasificables: enigmáticas muertes de personas y de animales, extraños aullidos, la aparición de huellas en el césped y de ondas en una pileta de natación, como si seres invisibles anduvieran por allí. Esta novela dirigida a jóvenes de doce años puede ser leída también por los adultos porque despierta sumo interés ya que desde el comienzo se anhela que esos misterios se develen. Además, el autor la enriquece con magníficas imáge-
(*) Integrante de la Asociación Civil Jitanjáfora.
Concurso de poesía para chicos y docentes L
a Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, en el marco del convenio firmado con la Federación de Bibliotecas Populares de la Provincia, organizó el concurso de poesía “Ginés García para Jóvenes Poetas”. El certamen se desarrolla desde el 14 de junio al 4 de octubre. Los textos deberán enviarse a: Concurso Provincial de Poesía “Ginés García para Jóvenes Poetas”, Dirección de Bibliotecas, Calle 47 Nº 510 (5° piso), La Plata, C.P. 1900, provincia de Buenos Aires. En caso de entrega personal, podrá realizarse en el mismo lugar entre las 10 y las 15. El certamen constará de dos categorías: para estudiantes y para
docentes. Dentro de los primeros, podrán participar todos aquellos alumnos que asistan a la Escuela Secundaria en establecimientos dependientes del sistema educativo bonaerense que tengan entre 15 y 40 años de edad. En cuanto a los docentes, podrán intervenir todos aquellos que formen parte del sistema educativo bonaerense que tengan entre 22 y 40 años de edad. Para ambas categorías el tema será libre y deberán enviarse cuatro (4) copias encarpetadas, escritas a máquina o computadora en una sola cara de la hoja, a dos espacios, y consignando en la primera página título del trabajo y seudónimo ■
) ¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?
nes de la capital de la provincia y otros sugestivos lugares que parecen ocultar demasiados secretos, como Tafí, el Abra del Infiernillo, Amaicha del Valle (donde está el insólito Museo de la Pachamama) y las ruinas de los indios Quilmes. Uno de los hallazgos del libro es Bruno, un delirante chico argentino que chatea con el protagonista desde Roma, donde vive, y cree que el planeta está dominado por extraterrestres. Para hacer más atrapante e ilustrativa la narración hay continuas referencias a un clásico de los relatos de aventuras: El hombre invisible, de H. G. Wells. Diego y Abril no se llevan bien, y otra de las cuestiones que se plantean es si proseguirán en ese constante enfrentamiento o si, al final, se producirá entre ellos el esperado romance. En el penúltimo capítulo, “Se aclara el enigma”, Cáceres explica con precisión y coherencia todos los confusos acontecimientos, y así la historia adquiere una verosimilitud contundente.
Pregunté al escritor —responsable, además, de numerosas obras para adultos que abarcan la novela, el cuento, el ensayo y el teatro— si al texto podría endilgarse la pretensión de convertirse en un best seller en razón de sus múltiples atracciones. Germán Cáceres respondió que, en sentido estricto, un best seller no es un libro que vende muchos ejemplares, sino un formato editorial que pretende lograrlo a través de varias pautas, como ser gran cantidad de páginas, el abordaje de temas que interesan a una mayoría (conspiraciones, intrigas internacionales), el empleo de continuos giros de la acción en los que se entremezclan violencia, suspenso, sexo, idilios, viajes, y la apelación a una poderosa batería de recursos que enganchan al lector. Es de esperar que El enigma del Siambón obtenga buenas ventas por sus indudables valores literarios, cifrados en una escritura sencilla y directa que transita la concisión, el rigor de las descripciones y una galería de personajes tan queribles como extravagantes. Las bellas ilustraciones de Diana Benzecry se destacan por su original imaginación y su solvente grafismo ■
Presentan este jueves “Elogio del psicoanálisis” Editado por Duken, “Elogio del psicoanálisis”, de José Manuel Fernández Santana, se presentará este jueves a las 18 en la sala Pablo Neruda, ubicada en la biblioteca de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el complejo de Funes y Roca. Estará presente el autor, que subtituló a su obra “De cómo el ataque a la teoría Freudiana es, básicamente, un ataque de índole religiosa”. “El ataque a la Teoría Freudiana tiene carácter ideológico y está basado en intereses religiosos. Se apoya principalmente en ciertas ideas de Popper, Planck, algunos neurocientíficos y los menos conocidos fundadores de la Teoría Cuántica”, señala
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine
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-No he robado libros.
Fernández Santana en la introducción, un escritor y trabajador cultural radicado en Miramar que se considera autodidacta y que, desde el vamos, aclara que no es psicoanalista y que tampoco se ha psicoanalizado. “Nuestra intención primera al sentarnos a escribir fue levantar una voz de protesta (...) ante el desparpajo cuasioscurantista con que ciertos sectores de la cultura descalificaban el carácter científico o no del psicoanálisis”, indica y asegura que esta actitud de ataque provocó “la inducción al error (...), la castración de una ciencia y el estancamiento de un mejor conocimiento de la mente humana” ■
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■ El anaquel de los usados “La novela era mala pero ese nombre escrito con tinta azul en su primera hoja, con trazo firme y caligrafía de mujer, me indujo a un estado de nostalgia que hasta creí por algún tiempo que había leído una obra maestra” (Anónimo)
■ Lecturas
Semana del 14 al 20 de junio de 2010 Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 “GUTIÉRREZ A SECAS”. 2 “GATURRO 15”. 3 “200 AÑOS DE POESÍA ARGENTINA”
Vicente Battista. Nik. Antología a cargo de Jorge Monteleone.
RBA. $45. Ediciones De la Flor. $30. Alfaguara. $149.
NO FICCION
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s raro, pero hoy en día cualquier librería de usados se jacta de tener en sus anaqueles un ejemplar de Papillon. Sí, de Papillon se trata, entonces será el turno de aquel francés que se convirtió en leyenda. Sinónimo de denuncia contra el régimen carcelario opresor, ésta es la historia de su protagonista homónimo del título de la novela. Papillon es un delincuente más pero lo acusan y lo encarcelan por un crimen que no cometió y desde entonces, una meta que cumplir: la imposible fuga. Henry Charriere es el autor de esta exitosa novela que publicó en 1969 y no tardó en subir a los máximos niveles de venta a nivel mundial y -aunque gira en torno a esto cierto misticismo- se dice que es su propia biografía, su verdad. Novela que no tiene reediciones actuales (de hecho las últimas son de la década del ochenta) Papillon se presenta como un clásico adorado por los libreros y como un libro de imperturbable contemporaneidad: ¿qué otra cosa quiere el hombre más que su libertad?, ¿quién permanece impasible ante el abuso del poder? Un ejemplar de “Papillon” de Henry Charriere, publicado por Emecé en 1981 se consigue por 65 pesos en librerías El Atril (Santa Fe 1654 y Diagonal Pueyrredon 2970). Por otra parte, en Erasmo Libros (San Martín 3326) tres obras de autores diferentes pero de un contenido atractivo para cualquier tipo de lector. De Joaquín Gómez Bas, “Oro Bajo”, en una edición de Plus Ultra del año 1974 con 152 páginas. A un precio de 15 pesos es posible quedarse con la segunda novela del celebrado autor de “La Comparsa”, quien pese a haber nacido en España narró como pocos el ser porteño. Gómez Bas adaptó “Oro Bajo” al cine al igual que hizo con otras obras suyas e incluso con “El hombre de la esquina rosada”, de Jorge Luis Borges. Asimismo, el canadiense David Morrell es conocido mundialmente por ser el autor de Rambo, aquel hombre belicoso y tierno personificado en el cine -hasta el hartazgo- por Sylvester Stallone. Pero también ha escrito “Múltiple identidad”, una de espías que llegó a vender casi 12 millones de ejemplares en todo el mundo. Erasmo posee un edición de Editorial Atlántida, encuadernada en 1993 y con un valor de 25 pesos. Finalmente, en la misma librería aparece una rareza para aquellos que deseen tomar riesgos. Por solo 17 pesos, de Hugo Guerrero Marthineitz, “Pasto de sueños” una novela de 1980 que fue editada por Emecé ■
NOVELA DE ALFAGUARA
“Los daños materiales”, una crítica a la sociedad patriarcal En su última novela, “Los daños materiales”, Matilde Sánchez describe el vínculo amoroso entre una mujer que se postula como “víctima profesional” y un hombre que personifica al `enfant terrible` o psicópata. A las pruebas se remite: detalla uno a uno los perjuicios físicos y emocionales que los personajes se causan, en una relación que excita y fascina a la protagonista desde el comienzo, marcado por un encuentro sexual que ella define como rapto y violación. La autora asegura que ese vínculo funciona como crítica a la sociedad patriarcal y a los representantes de los discursos fulminantes: “Este libro puede homologarse con el Estado represor y el régimen patriarcal de América Latina”, lanza sin titubeos en el antiguo caserón donde vive en Palermo. “Si no, cómo se explican Maradona, el fútbol, los barrabravas, la violencia política o los hijos bastardos de algunos presidentes latinoamericanos”, sugiere en diálogo con la prensa. Esta publicación de Alfaguara “es una sátira de una intriga policial y amorosa donde no hay muertos, sino daños que se registran como un tendal de crímenes”, afirma, aunque la novela -escrita a modo de monólogo, con una voz que interpela a la tribuna- no recuerda demasiado a una saga policial ■
1 “TOMA UN CAFÉ CONTIGO MISMO”. Walter Dresel. 2 “EL LEGADO DE MANDELA”. Richard Stengel. 3 “LA FILOSOFÍA DE LOST”. Sharon Kaye.
Norma. Temas de hoy. $57. Libros del Zorzal. $59.
RECOMENDADOS 1 “FILOSOFÍA Y NACIÓN”. 2 “DESPERTEMOS YA MISMO”. 3 “EL ÁNGEL NEGRO”. Vida de Carlos Robledo Puch.
José Pablo Feinmann. Claudio María Domínguez. Rodolfo Palacios.
Seix Barral. $35. Kier. Aguilar. $59.
Recomendados:
Fragmento de “Gutiérrez a secas”, de Vicente Battista Gutiérrez acaba de entrar en el despacho y ahora camina con la mano extendida, para el saludo de rigor. Marabini lo espera del otro lado del escritorio, también con la mano extendida. Finalmente, se estrechan las manos; como si fueran dos viejos amigos que hace mucho que no se ven. En realidad, de ninguna manera son amigos. Tampoco hace tanto que no se ven: apenas una semana, ya que este rito se cumple invariablemente todos los lunes. Es el día en que Gutiérrez debe entregar su
trabajo. Porque Gutiérrez, igual que el hombre de traje azul que un rato antes había encontrado en el ascensor, es un fantasma; un ghost-writer, como con mayor precisión se los denomina en los Estados Unidos de Norteamérica. Marabini es su editor. Ahora los dos están sentados. Gutiérrez no se ha sacado el sobretodo (pese a que en el despacho la calefacción está más alta que de costumbre), pero sí ha sacado el disquete que llevaba en el bolsillo izquierdo. Allí, en el disquete, no en el bolsillo, Gutiérrez
guarda la última parte de su última novela; la primera parte la entregó el lunes pasado. El libro, no importa que sea de autoayuda, de ficción o de información general, debe redactarse en dos semanas. En la primera semana se entrega una parte; en la otra semana, la totalidad de la obra. Para las novelas (da lo mismo que sean policiales, del far west, del espacio o de espías) Marabini deja todo librado a la imaginación de Gutiérrez; lo mismo sucede con las novelas románticas y con las eróticas ■
Recuerdo de lecturas por Leo Huebe
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stas no son reseñas de libros, sino recuerdos de lecturas. Han sido escritos en mesas de bares, sin un soporte electrónico enfrente ni una biblioteca cercana. Cualquier corrección, comentario o sugerencia serán bien considerados en leohuebe@gmail.com:
Hace unos días me contaron que Juan Carlos Martelli, antes de morir, dejó por escrito un pedido: que sus restos fueran hechos cenizas y que esas cenizas, antes de ser guardadas, fueran rociadas con whisky. No sé mucho sobre la vida de Martelli como para afirmar que esa ceremonia haya sido la más acertada para despedirlo, pero sí, sin dudas, que era
la que en la ficción se hubiera merecido el protagonista de su novela “El Cabeza”. Veinticinco años le ha llevado a El Cabeza convertirse en un mito: trafica libremente desde alpiste hasta heroína por la mitad de las rutas del país, ha logrado ser temido por sus adversarios y para sus aliados su palabra vale más que la de Dios. Pero Martelli no le da importancia a esta historia, sino que la usa para mostrarnos la confusión de su personaje ante el cambio de paradigma en la forma de delinquir. El Cabeza es traicionado por alguien a quien aprecia y respeta (lo que lo obliga a declarar una guerra para la que se siente cansado), no logra controlar la avaricia de sus segundos ante los excelentes beneficios de la venta de armas a las nuevas guerri-
llas latinoamericanas y lo incomoda la penetración extranjera en sus dominios. Para colmo de males, se enamora, y ese amor lo hace soñar con el retiro. Y, como todos sabemos, a los jefes no se les permite retirarse. Apenas se les nota este anhelo se les desprecia; a veces, hasta se les mata. Violenta y poética, la prosa de Martelli lo trata así: “Vendrá, pero el que lo espera será un tipo solitario, tirando a viejo y gordo; contento de estar en estado; más sólo que un perro, obligado a traicionar para sobrevivir. Se estila. Es el estilo de los jefes. No merece esta noche perfecta, la adrenalina, el miedo, el odio, el estado de acecho; no merece este lujo de animal salvaje; estas garras que le crecen; la alegría. Es un burócrata que pide momentos de gracia” ■
Este jueves, otro “Descartes” Un nuevo encuentro del ciclo literario “Descartes, entre la tinta y el tinto” se desarrollará este jueves a partir de las 21 en el café Dickens (diagonal Pueyrredon entre Rivadavia y Belgrano). En esta oportunidad, el tema elegido
será “literatura y violencia” y habrá, además, música en vivo con una banda invitada. La entrada es libre y gratuita y los interesados podrán obtener mayor información comunicándose al correo descartemail@yahoo.com.ar ■
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine
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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Solo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arro-
jar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuáles los salvados? -Salvaría: “Las uvas de la ira” John Steinbeck, “La revolución es un sueño eterno” Andrés Rivera, “Diálogos Borges
Sábato” Orlando Barone. Sacrificaría: “Paula”, de Isabel Allende, “La vieja sirena” de José Sampedro y “El club Dumas”, de Antonio Pérez Reverte.
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La gota Por Mauricio Hankovits
Libros.13 Por Luciano W. Franco
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olpeo el lápiz contra el marco de la hoja, una y otra vez. Pequeños trozos de grafito se desprenden y dispersan en una microscópica explosión. El silencio es tan profundo que puedo sentir las chispas alejarse del fuego que mantiene la habitación templada, incandescentes, como pequeños meteoros. Los párpados se caen, pero no tengo sueño, el estómago me incomoda, pero no tengo hambre, los labios están secos, pero acabo de beber. Miro a mi alrededor, como buscando en la habitación esa parte de mí que tanto me intriga cómo recobrar. El lápiz vuelve a sonar, es casi involuntario. Exploto. Me coloco mi bufanda, tomo un abrigo y salgo a la calle. Típico día de mediados de otoño, frío e inexpresivo. Comienzo a caminar, sólo, nadie conmigo, excepto los autos, que recorren las calles con normalidad y total naturaleza. Mar del Plata parece dormida. Estoy absolutamente sólo, sigo caminando. Luego de algunas cuadras, me detiene el semáforo, miro a los autos estacionados a mi izquierda, esperando la luz que los habilite a avanzar, con sus conductores, mirando hacia el pavimento o esperando como seres sin alma, sin despegar sus manos del volante, a que la luz vuelva a ser verde. Están como tristes, o resignados tal vez, pero absolutamente ninguno parecía pensar más allá del panel de luces y el largo camino por recorrer delante de ellos. La luz se pone verde, cruzo al otro lado. Camino más,
mucho más tiempo. Mis manos están frías, mis pies adormecidos, y me empieza a molestar la bufanda. La calle a mi derecha, el parque y la línea de eucaliptos a mi izquierda, el ambiente se torna monótono, decido parar. Veo una parada de colectivo, me siento. Está verdaderamente frío. Rápidamente me subo la capucha, rodeo mis manos con las mangas del abrigo y me cruzo de brazos. Las nubes están demasiado altas, no puedo identificar su movimiento. Cuando no pasan autos, todo parece una foto, una extraña realidad, excepto el frío y las espaciadas y pequeñas ráfagas de viento, lo único que me recuerda que estoy vivo. Un trueno resuena con horrible fragor, miro al cielo resignado, como convencido de que nada podía ya afectarme. Y entonces pequeños punteos comienzan a sonar contra el techo de la parada. De un segundo al otro, inmensas cantidades de agua caen del cielo, en forma de lluvia, estrellándose hermosamente. Totalmente rodeado de agua, pero protegido por la parada, observo ese espectáculo. Una sinfonía totalmente impredecible y sin parámetro alguno se desata contra el inerte pavimento. Las gotas, en un intento desesperado, caen como olas de las altas nubes, en una marea celestial, que azota una y otra vez al indiferente suelo. Todas ellas, hermosas y suaves gotas, destinadas a destruirse contra el frío e inmortal pavimento. Es ahí cuando la diviso. Una gota
noble, brillante y redonda. Su elegancia y naturalidad me hipnotizan. Ella, entre todas las gotas, es perfecta, es mi gota. La sigo con la mirada, la observo danzar delicadamente entre sus compañeras, que la rodean y persiguen, como alabándola, esas milésimas son eternas. Estoy completamente atontado, la gota me hipnotizó. Todo vuelve a su velocidad normal, y la gota estalla contra el pavimento, como todas las otras. En los destellos de ese choque, en la energía visible de ese momento mágico, veo reflejada la vida de tantas personas. Esa gota, única entre millones, tuvo su momento de gloria. Esa gota, es eterna. Vuelvo a mi casa, la lluvia es hermosa, moja y suaviza mi piel, el frío me hace sentir vivo otra vez. Comienzo a correr, la adrenalina invade mi cuerpo, acabo de presenciar una única e inigualable obra maestra. Esa gota, me ofrece razones para volver a soñar, para volver a creer. En una única y heroica arremetida, vuelvo a la mesa, tomo el lápiz y con una profunda emoción, finalizo mi obra. La mano me pide parar, me duele, pero no lo hago, se que este es el momento. Lucho contra mis sentidos, y por fin, lo veo. Suelto el lápiz, y observo cómo la página en blanco está cambiada, es distinta, acaba de sufrir la más agraciada de las transformaciones, significa algo. Todos los días de mi vida recuerdo ese momento, ese acercamiento a la perfección: escribo ■
“Si los dioses existieran, yo no habría podido escribir este libro. El texto que ahora mismo están leyendo es la muestra cabal de que los dioses no existen’’. Fue brillante esa línea. Jean Rebecq Pellios es el “escritor’’ real, un filósofo ateo que forma parte de la legión de detractores que han sido diseñados para cumplir con su rol dentro del Gran Sistema. Es su libro mas leído y si ustedes supieran lo que sufrió Jean Rebecq para terminarlo estoy seguro de que celebrarían su éxito. Fue un gran esfuerzo para él y es todo mérito suyo. No me gusta apropiarme de lo que no me pertenece. Ustedes dirán: “Pero todo te pertenece, si es tu obra’’... No es tan así. Pongamos las cosas en claro: a excepción de la naturaleza, el hombre hizo todo. Es verdad que hay cosas que no podrá hacer nunca, pero los libros sí los hizo el hombre, con cierta indulgencia de nosotros, claro. En el afán de no intervenir demasiado, hemos permitido algunas cuestiones que, por su diversidad y contradicción, pueden significar que nuestra existencia sea puesta en duda. Pero como dije antes, un poco de diversión está bien. Respecto a los libros, el hombre los hizo uno a uno. No digo que yo no supiera lo que iba a suceder en ese asunto, tampoco puedo ser tan pudibundo. Es lógica consecuencia del comportamiento humano, pero con cierto control de nuestra parte. Un mal profesor de historia, de los que consiento para que puedan ser valorados los buenos, diría que los hombres crearon el lenguaje, empezaron a hablar, luego a escribir y así salieron los libros. En verdad, el proceso es diferente: los escritores tienen ideas propias y, cuando pueden, las llevan al papel. Nosotros sólo interferimos en los casos en los que el escritor se ve impedido, bloqueado o desanimado. Un escritor hoy muy leído estuvo a punto de abandonar su gran obra. Estaba en su cuarto contemplando con desesperación las sombras que proyectaba la vela en la pared. Ponía la pluma por delante y generaba así nuevas formas. Yo sabía que él tenía una gran idea, pero también que él no avistaba la solución. Se trataba de una escena clásica -en verdad sería clásica a partir de ese libro- cuya coherencia el escritor no podía hallar. Entonces fui al rescate y propuse unas sombras en la pared que no tenían relación con la pluma. Claro que no, era una dama clavándose un puñal ante la desazón de ver muerto a su amado hombre. El escritor se guardó el secreto de la revelación toda la vida y esa obra se transformó en un molde. Y hasta las malas ideas pueden ser respaldadas. No me refiero a libros de mala calidad. Ellos son necesarios, porque lo bueno no existiría sin la presencia de algo sobre lo cual pueda hacerse evidente. Digo malas ideas, esas que llegan a confundir el corazón de los hombres, como en el caso de las de Rebecq o de toda la filosofía negadora. Pero lo que ocurre aquí es un galimatías, un guirigay, controlado, como esas bellas explosiones mineras que aparentan causar un daño cuando en realidad lo que hacen es dejar a la vista el metal precioso (que por otra parte debe estar oculto, sino no sería precioso). Por eso es que colaboré con Rebecq cuando estaba en pleno esfuerzo, y hasta elegí no interferir en su enfermedad para que acumulara más ira de modo que su espíritu desolado lo arrojara sin frenos a una escritura pendenciera. Algunos sucesos de la naturaleza pueden servir de modelo, de hecho están un poco a la vista adrede. Una flor surge con más fuerza en su fragancia y sus colores si tiene como lecho una bola de estiércol. Estimo que, como los libros infunden confianza en los hombres, son un buen medio para acercarlos a la verdad o, al menos, a que reflexionen con criterio. Por eso, los Rebecq, los Onfray, los Faure y por eso también los San Agustín, los Evangelios, el Corán. Debo admitir lo que ya algunos han dado por sabido: las ideas de los escritores también las propongo yo ■ (Continuará)
Las 8 preguntas para Adriana Ferraggine
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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predi-
lectos. ¿Qué le preguntaría? -A John Steinbeck, le preguntaría cómo pensó su novela “La
Perla” y si la historia de Kino el pescador y la enorme perla tiene algún origen en la realidad ■