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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 22 DE AGOSTO DE 2010

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

JUAN CARLOS MONDRAGON, AUTOR DE “BRUXELLES PIANO-BAR”

“La historia real no la podés hacer sin imaginación” En su nueva ficción, el escritor uruguayo deposita una gran responsabilidad en el lector: pretende que éste se esfuerce por comprender su narrativa y hasta dice que ésa es una forma de respetarlo. Una historia sobre la violencia que acecha, sobre el poder de la imaginación y sobre cómo hacer para vivir, a pesar de los dramas del mundo actual. POR PAOLA GALANO

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omo si estuviera pensada para aportarle estrategias al hombre común que vive en las grandes ciudades, donde acechan peligros como la violencia, la inseguridad y la muerte feroz y repentina, la novela “Bruxelles piano-bar”, del uruguayo Juan Carlos Mondragón, plantea una alternativa a la vida cuando la realidad es sencillamente asfixiante. “Me interesaba qué es lo que pasa con la mayoría de la gente que queda en el medio, viviendo en una situación de violencia”, remarca desde un hotel de la Ciudad de Buenos Aires, adonde llegó para presentar su nuevo libro. Desde allí atendió telefónicamente a LACAPITAL. La historia, que se cuenta por medio de una narrativa en la que abundan las palabras, las imágenes y las citas, y que obliga a segundas y terceras lecturas, está protagonizada por Leopoldo Cea, un periodista cultural que vive con Teseo, un gato inteligente y compañero con el que tiene encendidos diálogos. Teseo es la herencia de una historia de amor frustrada. Leopoldo se siente apesadumbrado por una serie de crímenes horribles, sucedidos recientemente. Apartir de conocer esos asesinatos, su vida parece entrar en un cono de sombras. Entonces inicia su “expatriación mental”, como describe Mondragón, a una zona real y a la vez ficticia, su propia Bruxelles (tra-

Mondragón vive en París. Enseña literatura en la Universidad de Lille.

ducción al francés de Bruselas, capital de Bélgica), el meollo de la novela. “Para ser otro es tarde y también para cambiar de nombre como aconsejaba un escritor irlandés si no se podía cambiar de país. Leopoldo se aferra a los instrumentos de la ficción (...) La imaginación es un procedimiento de imprevisibles consecuencias, uno de los atajos dignos para entender la realidad...”, señala un pasaje del libro. “El objetivo de la novela es que dispa-

re sentidos -arranca, con un español que delata su convivencia con el francés-. Los temas de la novela se fueron dando, la vida es por sí complicada y con bastantes temas... y una novela ¿por qué no? Tiene, es cierto, bastantes temas, no es monotemática, como sinónimo de lo aburrido o de lo esclerosado”. Nacido en 1951 en Montevideo, Mondragón es un docente de literatura que vive desde hace años en París, Francia. Allí enseña en la Universidad de Lille.

“Vengo a Montevideo dos veces al año, lo mismo que a Buenos Aires, porque mi proyecto editorial y las cosas buenas y de las otras que me pueden estar ocurriendo en la narrativa están vinculadas a Buenos Aires”, agrega, siempre amable. -¿Dónde nació esta historia, en Francia o en sus viajes a Uruguay? -Va y viene, es muy difícil, yo creo que las novelas están como ahí, esperando que llegue el momento justo. Me interesaba el trabajo de alguien que vive en una situación de ciudad sitiada por la violencia, cuáles son las estrategias de la supervivencia. Estamos acostumbrados a una historia prácticamente binaria y a mí me interesaba qué es lo que pasa con la mayoría de la gente que queda en el medio, viviendo en una situación de violencia. Incluso en los momentos más terribles hay que levantar la cortina de la tienda, encender la radio, abrir la puerta del cine, no sé... un sinfín de gestos que hace la gente aún sabiendo que está viviendo momentos difíciles. -En ese sentido, la novela parece ser una gran metáfora sobre la imaginación, cómo imaginar estrategias para superar esa realidad... -Exactamente, cuando estamos saturados de la realidad, cuando vemos que la mayoría de los medios implican la realidad, cuando vamos a internet y vemos que todavía está la realidad, y encontramos a los amigos y nos comentan la realidad, estamos inundados de realidad y quedamos sin ninguna salida y ahí sí, el problema es de la iniciativa, de la imaginación personal y de apelar a una serie o a un repertorio de cosas que pueden llevarnos un poco de bienestar a la vida. -¿La imaginación permite entender la realidad desde otro punto? -Yo pienso que sí, cuando uno mira muy muy directo a la realidad, la realidad termina por anestesiarte, por volverte paranoico y por decir que no vale la pena. Si esta tarde empezamos a las 2 de la tarde viendo tele en canales genéricos hasta las 9, terminás diciendo “¿y la condición humana, para qué?” Entonces, con la imaginación capaz que escuchando un disco de Gal Costa, capaz que acordándote de que van a abrir una librería, capaz que saliendo a comprar un disco, por ahí ya la cosa cambia, hablo del poder personal que tiene la imaginación para, sin perder la lucidez crítica, ayudarte a vivir.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -Ultimamente, no me molestan tanto las erratas como la ineptitud de los diálogos. Cuando suenan falsos me producen la misma irritación que una uña chirriando contra un pizarrón. Encuentro esa clase de diálogos amañados y falsos en toda clase de libros, desde novelas históricas hasta costumbristas y “serias”, y hacen que los libros se me caigan de las manos. También me molesta cierto trascendentalismo pomposo que, por ejemplo, practicaba últimamente José Saramago.

PERFIL Jorge Fernández Díaz nació en 1960, es secretario de redacción del diario La Nación y director de la revista adnCultura. Además de su labor periodística se destacó por su obra literaria que incluye los siguientes títulos: El asesinato del wing izquierdo (1987), Bernardo Neustadt: el hombre que se inventó a sí mismo (1993), El dilema de los próceres (1997), Mamá, una historia íntima (2002), Fernández (2006), Corazones desatados (2007), La logia de Cádiz (2008), El dilema de los próceres (2009), La segunda vida de las flores (2009). Recibió “La Medalla del Bicentenario” como premio a su labor periodística y literaria.

(Continúa en página 4)


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MANUEL MUJICA LAINEZ

Inutilidad de las tarjetas de crédito Por Sebastián Chilano Le costó sacarse de encima a los agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado. Aunque en el folclore cotidiano está instalada su ineptitud, el Diablo tuvo el privilegio de comprobar lo contrario. Por demás eficaces, los agentes lo siguieron sin que pudiera perderlos aún recurriendo a los mejores disfraces que el imaginario colectivo la ha asignado a lo largo de los siglos. Así fue un macho cabrío, la llorona, el pombero, un gato negro tuerto, un fiero mastín, una rubia seductora, un abogado, un neurocirujano, un cajón de angelito y nada, no pudo deshacerse de ellos. Cansado, al fin, de su propia farsa de carnaval, el Diablo optó por hablar con los dos agentes de la SIDE, que vestidos de traje y con anteojos de sol en plena noche –al mejor estilo agentes del FBI en cualquier serie yankee– aceptaron el soborno regateando tanto el monto como las horas de libre albedrío. Cuando el Diablo más tarde, solo, caminando por la costa frente al Torreón del Monje, hizo el cálculo de cuánto le había salido comprar su libertad, se dio cuenta de que le hubiese convenido más pagarles a sus guardaespaldas las copas de toda la noche en el mejor cabaret de la ciudad. –Medio sueldo –murmuró pateando una lata de cerveza vacía que siguió su curso hacia el cordón de la vereda. Al levantar la cabeza, al olvidarse de la lata, vio –¿tuvo una revelación?– un edificio recostado contra la costa, aunque en realidad vio dos, primero el hotel y después el Casino Central. Entonces lo supo. Tenía que recuperar la mitad de su sueldo jugando a la ruleta. Seguro, se animó hasta a silbar una canción de moda camino a la entrada del Casino. Al verlo los custodios se comunicaron por handy. Un supervisor muy amable lo invitó a la sala VIP, pero el Diablo dijo que no. Quería mezclarse entre la gente. –Entre los votantes –dijo más precisamente. Entonces lo dejaron. En media hora había perdido todo el dinero que tenía encima, que era bastante, y también había empeñado –en el baño y a un hombre en silla de ruedas– un reloj de oro que una antigua novia le había regalado en Río de Janeiro. Se había puesto muy colorado, y el jefe de mesa le había sugerido que se controlara la presión con la doctora del Casino, pero el Diablo se negó. –Estuve tomando sol en Mar Chiquita –dijo el Diablo. Lo dejaron en paz. Miró dos o tres bolas, para disimular y volvió a ir al baño, a empeñar la corbata que tenía puesta, otra vez al hombre de la silla de ruedas. Empezó a ganar. Acertando cuadros y medios plenos, poco a poco fue recuperando; pero también se dejó llevar por la adrenalina. Puteó al crupier abiertamente. Le dijo santurrón y chupacirios sin saber que el crupier trataba de tirar al sector que jugaba, pero el Diablo era tan caótico en su juego que hasta al mejor tirador se le hacía imposible ayudarlo. Cuando le quedaron tres fichas, sabiendo que su destino estaba casi sellado, tuvo el presentimiento de jugar al cero. Hacia el número estiró la mano derecha, pero una mujer le impidió el movimiento y sus tres fichas cayeron sobre el paño en el número tres. Entonces tuvo que decidir y no movió las fichas. El crupier cantó el veintiséis y el Diablo se retiró furioso al baño a empeñar su celular, pero el hombre de la silla de ruedas ya no estaba. En el colmo de la crispación, sacó su tarjeta de crédito nueva y fue al cajero automático. Pero no había cajero. –Lo sacaron por una ley de protección al ludópata –le explicaron. (Continúa la próxima semana)

Los cien años de Manucho El autor de ‘La casa’, ‘Aquí vivieron’, ‘Canto a Buenos Aires’, ‘Los porteños’ y ‘Bomarzo’, entre tantas otras obras, merece el recuerdo de su país, en medio de los fastos del Bicentenario.

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a muerte lo sorprendió a los setenta y tres años el 21 de abril de 1984, a poco menos de un mes de haber sido designado ‘Ciudadano ilustre de Buenos Aires’ como reconocimiento a su vasta labor literaria. Su muerte ocurrió en pleno desarrollo de la X Exposición Feria El Libro Del Autor al Lector, en cuyos ‘stands’ se ha exhibido y se exhibe su producción literaria y que hasta pocos días atrás contara con su presencia física para estampar su firma sobre los libros que le fueran requeridos y dialogar con el público.

CREADOR DE RAZA Con Mujica Lainez se extingue un creador de raza, un novelista fecundo, de personalidad singular, brillantes facetas y rico anecdotario que creó su obra con la rigurosa precisión y el amor a la belleza de un artista del Renacimiento. Todas sus obras trasuntan ese noble fervor estético y, a la vez, una imaginación y fantasía abundantes, un sutil poder de observación y capacidad para recrear ambientes mundanos en los que, dentro y fuera de la ficción, se movía con soltura, haciendo gala de chispeante ingenio -atributo inseparable de su talento- y de una refinada concepción de la vida. En la obra de Mujica Lainez se distinguen varias etapas: la primera está caracterizada por su devoción a la cultura hispánica, sentimiento en el que influyeron dos autores que él admiró y hasta imitó en sus comienzos: Enrique Larreta y Alberto Gerchumoff. En este período son ‘Glosas castellanas’, de 1936, y ‘Don Galaz de Buenos Aires’, de 1938. Siguieron otros libros dedicados a figuras de nuestro pasado, como ‘Miguel Cané (padre)’, de 1942; ‘Vida de Aniceto el Gallo’, de 1943, y ‘Vida de Anastasio el Pollo’, de 1947. En esos años publicó, en verso y prosa, respectivamente, dos libros más que continúan el amor por su ciudad natal: ‘Canto a Buenos Aires’ (1943) y ‘Estampas de Buenos Aires’ (1946). Sin abandonar del todo la riqueza expresiva del español, pero más abierto desde el punto de vista estilístico a la cultura universal -específicamente la francesa-, inició a partir de 1949, con ‘Aquí vivieron’, una saga porteña que describe, como en un combinado fresco de carácter costumbrista, el apogeo y decadencia de una clase social a través de personajes nítidamente delineados, observados con lucidez, a los que hizo asumir originales situaciones no exentas de drama-

Manuel Mujica Lainez.

ticidad y lirismo. Estas obras de gran jerarquía estética e impregnadas de una suave melancolía, han sido consideradas por algunos críticos lo mejor de su producción: son además de la mencionada ‘Aquí vivieron’, ‘Misteriosa Buenos Aires’ (1950), ‘Los ídolos’ (1952), ‘La casa’ (1954), ‘Los viajeros’ (1955) e ‘Invitados al Paraíso’ (1957). SESGO HISTORICO Viene después la etapa de las novelas históricas como ‘Bomarzo’ (1962), cuyo texto inspiró la ópera de igual título de Alberto Ginastera, ‘El laberinto’ (1974) o ‘El escarabajo’ (1981) y sus fábulas entre fantásticas y poéticas como ‘El unicornio’ (1965), ‘Crónicas reales’ (1967), ‘De milagros y melancolías’ (1969) o ‘El viaje de los siete demonios’ (1974), obras en las que se acentúa la predilección por cierta fastuosidad y barroquismo, que alternó con relatos menores como ‘Cecil’ (1972) o ‘Sergio’ (1976), con la novela ‘El gran teatro’, en la que hace protagonista a nuestro teatro Colón y las traducciones de los ‘Sonetos’, de Shakespeare; ‘Les femmes savantes’, de Moliere, y ‘Phedre’, de Racine. A estos volúmenes hay que agregar su obra miscelánea y de evocación ‘Los porteños’ y los textos de ‘Letra e imagen de Buenos Aires’ y ‘Más letras e imágenes de Buenos Aires’, que integran con fotografías de Aldo Sessa sendos libros, así como estudios monográficos de los artistas plásticos Miguel Carlos Victorica, Héctor Basaldúa, Alberto Lagos y Raúl Russo, entre otros. Cabe recordar que no hace mucho dio término a una obra de ficción que transcurre en el Museo del Prado, cuyos personajes son los retratados por egregios pintores en algunos de los cuadros de ese museo y hace muy poco se publicó ‘Placeres y fatigas de los viajes’, crónicas andariegas que recogió en un ameno volumen. Manuel Mujica Lainez nació en Buenos Aires el 11 de septiembre de 1910. En su frondoso genealógico aparecen nombres que se remontan a Juan de Garay y se prolongan, en el siglo pasado, con Florencio Varela, Miguel Cané y Manuel Lainez, entre otras personalidades argentinas. Después de cursar estudios en el Colegio Lacordaire, fue llevado a los trece años a Eu-

ropa y siguió en París estudios secundarios. Pasó también una temporada en Londres y en 1926 regresó a Buenos Aires, donde inició estudios de Derecho, que interrumpió dos años después. Trasunfugazpasoporlafunciónpública,en el Ministerio de Agricultura, ingresó en 1932 a ‘La Nación’, diario en el que desarrolló una extensa trayectoria como reportero, cronista viajeroycríticodearte.Realizóvariosviajes,unode ellos a Alemania, en 1935, ocasión en que se trasladó en el ‘Graf Zeppe lin’, y otros a Bolivia con motivo de la paz del Chaco-, en 1938: a China, en 1940, y a varios países europeos en 1945,alconcluirlaSegundaGuerraMundial. Persona de sólidas convicciones democráticas y simpatizante del conservadorismo, fue en 1951 candidato a diputado por el Partido Demócrata -su única aproximación a la política militante-, aunque el gobierno de la Revolución Libertadora lo designó en septiembre de 1955 director general de Relaciones Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. En 1965 fue elegido miembro de número de la Academia Argentina de Letras y un año después se le concedió el Gran Premio de Honor de la SADE y el segundo premio nacional de literatura. En 1959 renunció a su cargo en la Cancillería e hizo un largo viaje por Europa. En 1959 se lo nombró miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes, en virtud de su consagración a la crítica de arte, en la que demostró ser un sutil catador de la expresiones plásticas. En los años siguientes cumplió otros viajes y en 1963 obtuvo el premio Nacional de Literatura por ‘Bomarzo’. La obra, convertida en ópera, se estrenó posteriormente en Washington, pero su representación en Buenos Aires fue prohibida por el gobierno que entonces detentaba el teniente general Onganía. LOS LABERINTOS Mujica Lainez realizó en 1966 una exposición demostrativa de otra faceta creadora, sus ‘Laberintos’, una combinación de textos y dibujos que algunos amigos guardan como preciadas reliquias. Ese año fue distinguido con un premio del PEN Club. Prácticamente en todos los años siguientes realizó viajes que le sirvieron, muchos de ellos para documentarse sobre libros en preparación. Asimismo, el gobierno de Italia lo nombró comendador de la Orden de Mérito y obtuvo los premios Forti-Glori y Lorenzutti. A fines de 1969 se instaló con su mujer, Ana de Alvear, en un caserón de las sierras cordobesas: ‘El Paraíso’, en Cruz Chica, retiro desde el que prosiguió cincelando su rica y variada obra literaria. No obstante, solía bajar a Buenos Aires para asistir a espectáculos o a algún acto literario donde su presencia constituía, para sus muchos admiradores, algo así como un dichoso acontecimiento. Junto con Borges y Sabato, Mujica Lainez gozó el privilegio de una popularidad a la que mucho contribuyeron tanto sus admiradores como sus detractores ■ A.D.V.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz

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) ¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de ar-

te? -Muchísimas veces me he identificado con sentimientos y situaciones de mi propia vida. Sentí identificación plena con el personaje de Woody Allen de “Anie Hall”, con aquel

hijo que no era reconocido por sus padres en “El hijo de la novia”, con aquel chico convertido en artista de “Cinema Paradiso”. Mi familia inmigrante española era parecida a la que discurre por “Qué verde era mi valle”, de John Ford. Tuve pensamientos parecidos a los que tenía Soriano en su infancia, y visiones descarnadas sobre la crueldad de la naturaleza humana que pinta Hemingway en “Muerte en la tarde”.

Encontré muchos de mis oscuros sentimientos en los cuentos “románticos” de Scott Fitzgerald. Siento todavía identificación con cosas que le ocurren a mi generación al escuchar al viejo Charly García y a Fito Páez, y me encuentro en los dolores existenciales de los tangos, en algunos temas “pecaminosos” de Sabina y en los desgarradores lamentos del Cigala.


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EL PRIMER LIBRO NO OFICIAL SOBRE LA HISTORIA DEL JEFE MONTONERO

Firmenich o esa parte de la historia que debía ser contada POR RUBÉN FURMAN

Luego de un trabajo minucioso de investigación realizado por el periodista marplatense Felipe Celesia y su colega Pablo Waisberg salió a la luz una obra que aún estaba pendiente: la vida de Mario Firmenich.

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os periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg acaban de publicar “Firmenich, la historia jamás contada del jefe montonero”, la primera biografía integral y no autorizada de uno de los personajes más famosos y a la vez menos conocidos, acaso oscuros, de la historia contemporánea argentina. El jefe de los guerrilleros peronistas de los setenta tiene hoy 62 años y vive exiliado en Cataluña (España) desde hace décadas, donde ha callado pese a lo mucho que podría contar, así fuera para defenderse de motes tan descalificatorios como “asesino”, “doble agente” o “militarista”. “Quisimos sacar de la sombra a un personaje demonizado en dictadura y luego en democracia, como si se quisiera cerrar a pocas responsabilidades todas las tragedias que nos ocurrieron”, dicen los autores que aún no habían nacido cuan-

do Firmenich ya comandaba un partido armado con miles de adherentes e impulsaba el regreso de Perón a la Argentina, antes de disputarle el poder. Para esta biografía, de 478 páginas editada por Aguilar, Celesia ex redactor del diario LA CAPITAL, y Waisberg sistematizaron archivos, diarios y libros durante tres años, pero confiaron sobre todo en un centenar de entrevistas periodísticas para trazar un derrotero personal unido a la historia de la guerrilla montonera y a las opciones políticas de un tiempo turbulento de proscripciones. En esos reportajes desfilan los compañeros del Nacional Buenos Aires de Firmenich que lo conocieron desde que era un joven cristiano con ansias de llegar virgen al matrimonio y dan pistas sobre su peronización, un fenómeno generacional que ya husmearon -aunque con menos éxito- en una biografía de Rodolfo Ortega Peña, “La ley y las armas”, del 2006. También testimonian familiares, ex catequistas, milicianos y pares en la jefatura; políticos y decenas de testigos que aún hoy prefieren el anonimato por diferentes tipos de lealtades, y en cuyos relatos surgen influencias decisivas como las

Felipe Celesia y Pablo Waisberg, los autores del impecable trabajo periodístico sobre Firmenich.

del cura Carlos Mujica, la opción por los pobres mandada por el Concilio Vaticano II hasta las complejas relaciones con Perón y su movimiento. “Cada vez que se habla de la locura de Firmenich y la cúpula montonera, ya sea en la escalada ciega de la puja con Perón o al mandar a cientos de milicianos al muere en las contraofensivas, en general se omite que había miles de tipos que creían fanáticamente en lo mismo”, dicen los autores “sin querer, por esto, eximirlo de ninguna responsabilidad” aunque aproximándolo a la tipología de “emergente”. La versión de que el “comandante” fue en realidad un doble agente al servicio de la CIA, también es repasada “desde que se originó en la época del secuestro y muerte de Aramburu”, hasta su reactualización por el corresponsal de Newsweek durante la última dictadura, Martín Andersen, citando fuentes demasiado indirectas en su libro “Dossier Secreto”. “No encontramos ninguna constancia fehaciente y nos parece una explicación tranquilizadora que licúa otras responsabilidades”, dicen, incluso admitien-

do que Firmenich podría haber visitado la Casa de Gobierno en vísperas del secuestro y ejecución de Aramburu invitado por Boby Roth, el operador político de Onganía, pero sin olvidar que no aparece en la lista de los 4 mil agentes civiles del ejército conocida recientemente. Sin revelaciones ruidosas, pero de forma ordenada y rigurosa, Celesia y Waisberg dan en esta primera biografía integral de Firmenich una respuesta desapasionada a muchos interrogantes de una historia trágica y reciente que, pese a los enormes cambios en el país y en el mundo, aún está entre nosotros.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como

pasaje central de alguna de sus obras? -Todo Mar del Plata me parece una novela. Pero yo me quedaría con una buena historia de un viejo y

curtido pescador que haya sobrevivido a la acechanza del mar.


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Una fiesta del arte y de las letras

“La historia real no la ...” (Continuación de página 1)

POR SEBASTIÁN JORGI

-¿Sin convertirse en una realidad paralela, verdad? -Ahí está, no es que sea una imaginación sustitutiva, lo que yo quiero decir es que no hay realidad sin imaginación, no es que tenés la realidad y al costado tenés como un sidecar con la imaginación que te ayuda a huir, es que la historia real no la podés hacer sin imaginación, no podés vivir, es poner la imaginación al servicio del amor o al servicio del dolor, también. -¿La realidad de las ciudades violentas de América latino inspiró esta historia? -No pensé en nada específico, yo digo que después de los procesos dictatoriales se instaló una forma de violencia y una impunidad que se instaló como paisaje urbano. El éxito de la novela policial en los grandes medios da cuenta de que hay una atracción por la violencia, la popularidad de los asesinos seriales como personajes literarios de los últimos tiempos también y si vos observás las series televisivas, las americanas, las brasileñas, las argentinas, las francesas, las inglesas, las alemanas, las italianas y las holandesas, en el 80% son series de violencia, con el asesinato y la búsqueda del ADN, etc. Estamos viviendo en una sociedad donde los mecanismos de violencia están en la realidad concreta, basta con tomar un bus y salir a las ciudades. Además, la representación que nos estamos dando tiene que ver con la violencia. A eso se puede sumar los casos fuertemente paradigmáticos de violencia de las guerras nacionalistas en Europa, los genocidios en Africa y la crisis de la lucha contra la droga en México, ahí tenés núcleos muy fuertes instalados, después de la Guerra Fría e inclusive después de la vuelta de la democracia. Quiere decir que hay una especie de mal circulando, como un campo magnético. PENSADA EN EL LECTOR -¿Coincide con la apreciación de que la suya no es una novela fácil? Requiere varias lecturas para desentrañarla. -Alquilar un departamento no es fácil, sacar un crédito en el banco no es fácil y para los chicos más jóvenes jugar al rey de Persia en videogames tampoco lo es. Yo me niego a que mi novela se convierta en una especie de música de supermercado acompañando, yo creo que proponer un sistema narrativo no extraordinariamente complejo pero sí que requiere un esfuerzo es darle respeto al lector, es decirle: “Mirá, vos para mí no sos un objetivo de marketing, determinado por un grupo multinacional, sos una persona y yo hago un esfuerzo para que entremos en una comunión, para disfrutar de la cosa difícil”. Poniendo un poco de atención se accede a esto.

“Me niego a que mi novela se convierta en una especie de música de supermercado”

“El realismo mágico es una categoría crítica, no es una categoría creativa, sirvió para leer algunas novelas pero no para escribir”

- ¿ S e s i e n t e d e u d o r d e l re a l i s m o mágico? -Al realismo mágico no le creo mucho, ni le tengo mucha fe, si soy deudor soy deudor de los maestros del Río de la Plata, como Quiroga, Borges, Onetti y sobre todo Saer, ahí está mi biblioteca, en la que yo me siento más cómodo, más que en esos milagros incomprensibles del realismo mágico. Yo no creo que exista el realismo mágico, el realismo mágico es una categoría crítica pero no es una categoría creativa, sirvió para leer algunas novelas pero no sirve para escribir ninguna novela. -Le pregunté por el realismo mágico un poco por el personaje de Teseo, el gato que habla. -El gato que habla es una vieja tradición de los animales que hablan. Siempre son criaturas muy interesantes y arrancar la novela con un gato que habla te propone instalarte en un mundo neo mágico o neo esotérico que me parece que es muy estimulante, además Teseo es un encanto como personaje. ¿Estás de acuerdo? -Sí, es muy inteligente. -Es un gato piola y comprensible, sobre todo porque el dueño está viviendo un mal momento, la compañera lo abandonó y entonces el gato funciona como un soporte lacaniano. -Le alivia la soledad. -Sí, le da la palabra que necesita y está a la escucha de los momentos de depresión, lo que no es poca cosa en el mundo tal cual va. -¿Por su forma de escribir, puede inferirse que no le tiene miedo a las palabras?

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-No es tanto miedo a las palabras, le tengo miedo al lugar común y creo que no vale la pena hacer una novela si no hay una exploración y una toma de riesgo, en esta novela, por ejemplo, lo que más me interesaba era el final, decir que las historias como en la vida no tienen un único final y que a veces los finales son varios, eso es lo que más me gustaba, de la misma manera que los ríos a veces terminan en un delta, la novela también termina de varias maneras, podríamos llamar un final abierto, plural, que deja pistas que pueden ser seguidas en un final que necesita de la ayuda del lector también.

“Proponer un sistema narrativo no extraordinariamente complejo pero sí que requiera un esfuerzo, es darle respeto al lector”

Uruguay, Pepe Mujica y la melancolía

n nuevo Simposio del ILCH, que se suma a la epopeya iniciada por su presidente, Dra. Juana Arancibia, hace ya tres décadas, acompañada desde el vamos por el poeta y embajador Rubén Vela, a cargo de la vicepresidencia. Merced a una iniciativa del escritor y médico Alejandro Caride, se desarrolló desde el 9 hasta el 13 de agosto en la Sociedad Científica Argentina en Buenos Aires. El acto de apertura estuvo a cargo del Dr. Caride, quien agradeció a las autoridades de esa prestigiosa entidad por el apoyo prestado. Un edificio histórico, acogedor, con una predisposición constante de su personal a los requerimientos de los que participábamos. Y sí : decimos Fiesta de las Letras y de las Artes, porque la relevante actuación de la artista Marta Díez le brindó un marco estético muy apropiado, valioso, con la exposición de su obra El pájaro negro –como símbolo en el escenario y Los secretos, (en vitrina y al público)a la que se sumaron otros artistas plásticos en el recinto de la Biblioteca de la entidad, en el tercer piso. Esas máscaras que ella prodigiosamente ha creado nos hacen viajar en el tiempo y fue un deleite para todos los asistentes, bien lo ha señalado la profesora Nélida Norris en una de sus intervenciones. Un ida y vuelta de mesas, ponencias, presentaciones de libros, encuentros de narradores y poetas, todo constituyó un intenso y largo peregrinaje de la literatura argentina, claro está, enmarcada más allá de toda frontera. La visita de las profesoras del extranjero. Extranjero es una palabra incómoda, más cuando estuvimos hermanados a medida que nos fuimos tropezando, chocando, de una sala a la otra, corriendo para no llegar tarde a determinadas ponencias, subiendo hasta la sala central. O de pronto ser capturados para actuar como moderadores, ya que hubo en este sentido deserciones, muchas sin aviso previo. Pese a ello, fuimos intercambiando impresiones y tarjetas personales, currículums y libros, entre café y café en el hall central de la institución. Hubo ponencias —no se podía abarcar todo, obviamente— que me impresionaron sobremanera: la de Elisa Calabrese (representando a la Universidad de Mar del Plata) Mito e Historia en la novelística sabatiana y la presentación de La bestia del cielo de Rubén Vela con sutiles introspecciones de Miguel Fernando Marlaire y María Elena Vigliani de la Rosa. Asimismo, son de destacar las exposiciones de Bertha BilbaoRichter—que desplegó una acción abarcadora

POR ENRIQUE LOMBARDO

Estaba Iván Gunov trabajando en su granja, como lo había hecho desde que era jovencito, junto a su padre. Esta granja había formado parte del patrimonio de toda su familia desde tiempos inmemoriales, es decir desde las antiguas épocas de los zares. La revolución rusa había modificado las vidas de aquellos terratenientes y el comunismo imperante a partir de ella, también las posibilidades de posesión y disposición de las tierras y sus productos. El Estado -todopoderoso imperante- se consideraba dueño de vidas y haciendas. No obstante, muchos labriegos seguían trabajando la tierra y regocijándose con el nacimiento de los frutos de sus esfuerzos. Era aún temprana la mañana cuando se detuvo un vehículo junto al borde de

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Bertha Bilbao-Richter presenta el libro “La mujer en la literatura del mundo hispánico” (Volumen VIII).

en este simposio— sobre la novela El ruido del viento de Edna Pozzi, también su presentación de la obra poética de Estrella Arroyo de Guedes—un rescate de la poeta peruana, de líneas acaso neo-románticas, contemporánea, de Vallejo. Identificación nacional y exilio en las novelas de Carlos Franz fue una ponencia brillante de Malva Filer, sobre el escritor chileno. HOMENAJE A JUANA ARANCIBIA Un párrafo aparte el homenaje a la fundadora del Instituto Literario y Cultural Hispánico, con sede en Westminster, California. Con la conducción de la profesora Nancy Kason Poulson (Florida Atlantic University), esta mesa tuvo la singularidad emotiva, primero, por parte del poeta y embajador Rubén Vela, con profundas palabras de reconocimiento a esta aventura cultural sin precedentes, desde aquel simposio inicial de hace ya 30 años cuando Rubén Vela cumplía funciones diplomáticas en Costa Rica. Ester de Izaguirre, una referente del ILCH, también desde sus inicios, se refirió a la Obra poética de Juana, representando a la Asociación Americana de la Poesía, de la que es fundadora y presidenta. A sus palabras tan sentidas como evocadoras de una amistad con Juana que excede toda frontera intelectual, se le sumaron los trabajos excelentes de Nélida Norris (Alba de América, una proeza intelectual), de Miguel Fernando

Marlaire, por la Universidad del Salvador (La espiritualidad subyacente de la obra de Juana Arancibia), de Bertha Bilbao Richter (Exploraciones literarias de Juana Arancibia), más un Recital Poético de Amelia Nahimias (ILCH).La presencia en este acto de la narradora Luisa Valenzuela le dio una emoción aún mayor, ya que ésta también fue una permanente protagonista en sucesivos simposios, sabemos que su obra narrativa (Novela negra con argentinos, Cola de lagartija, Aquí pasan cosas raras, entre otras) tiene un merecido reconocimiento en las letras hispanoamericanas. Juanita —así la llamamos, con el sentimiento—, acompañada siempre de su esposo Jubencio (Mine, que anda con su camarita de fotos de acto en acto, de sala en sala, departiendo siempre amable con los amigos) se hizo acreedora de este homenaje, cargado de amor y de adhesión intelectual, a más del agradecimiento implícito por una labor que puso en el tapete a muchas investigadoras y profesoras de universidades de Estados Unidos, de Hispanoamérica y de Argentina a lo largo de toda una vida. Ciclópea labor la de Juanita Arancibia. Infatigable. Contra viento y marea. LAS MODERADORAS Muchas veces no percatamos el trabajo de las moderadoras: las ponencias y presentaciones,

las lecturas de poetas y narradores. Pueden tener desproporciones e injustas “mediciones” de tiempo. Pero he sido testigo de verdaderas hazañas y despliegues —aparte de suplencias— en el sentido de las acotaciones y glosas interpretativas de mucho filo. Así, menciono a la profesora Malva Filer (Brooklyn College University New York), que condujo una mesa sobre Cortázar con exposiciones muy interesantes de Marta Mensa y de Luis Poenitz (Universidad Austral) y otra mesa de homenaje a Enrique Anderson Imbert, que tuve la suerte de compartir con María Elena Vigliani de la Rosa (Universidad Austral) y Cristina Pizarro (ILCH), ambas con sólidas indagaciones sobre la monumental obra crítica y narrativa de nuestro querido Anderson. Otra moderadora inteligente y didáctica fue Rosa Tezanos Pinto (Indiana University, Pardue University Indianápolis), que coordinó con simpatía y calidad —entre otras mesas— el Premio ILCH otorgado a Ernesto Sábato y a Lucía Gálvez. Impecables actuaciones de Alejandro Caride y de Luis César Guedes (apertura y clausura) de este intenso simposio, con la síntesis indispensable para estos eventos. LA COLECCIÓN ARCHIVOS : SÁBATO POR LOJO. La presentación de la edición crítica de Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato en la Colección Archivos, a cargo de María Rosa Lojo, es un homenaje genuino, ya que María Rosa ha trabajado en su obra con el prisma analítico, minucioso, que la caracteriza. Juana Arancibia, en el acto de clausura, destacó a la autora de La princesa federal —novela comentada en nuestra columna en el momento de su primera edición— como una animadora de los continuados simposios y parte constitutiva de un equipo-comisión que también lleva adelante Alba de América, la revista-libro editada por el Instituto Literario y Cultural Hispánico. Una publicación que compendia las ponencias de cada año, reseñas, reportajes, poemas y cuentos, que nos honra. Hace algunos años, Enrique Anderson Imbert, en un acto, presentó a María Rosa Lojo como la Primera Scholar Argentina, de nivel continental. Me consta. Después de presenciar este XXXIV Simposio del ILCH, recuerdo lo que me decía Antonio Pagés Larraya: la cultura argentina no se rinde nunca. Juanita-Rubén:gracias.Laepopeyacontinúa.

(fotografía de autor)

La experiencia de lo dual POR RAÚL LA CAVA

Colectivos es una serie conformada por más de 200 fotografías que tomé en el litoral marítimo argentino entre los años 1998 y 2006. Tuve la enorme alegría de que la reconocieran con distintos premios y fue expuesta en museos y galerías de arte de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Mickeys es un trabajo con un total de nueve fotografías de 90 x 90 cm cada una. Fue expuesta, entre otros lugares, en el Centro Cultural Borges y en el Salón Nacional de Artes Plásticas, Palais de Glace. Todas las fotografías son analógicas y se utilizaron equipos clásicos, comúnmente llamados Low Tech.

El mujik

Uruguay ocupa un sitio destacado en la novela, no sólo por ser el lugar donde vive el protagonista. A veces con un dejo de melancolía, otras tantas con recuerdos de la dictadura militar y con evocaciones a su música o literatura, la patria del escritor siempre está presente. “Lo de la melancolía tiene que ver con el tango -asegura Mondragón-, supongo que tiene que ver con mi edad: yo veo a mi juventud como algo irrecuperable y con una cierta melancolía de los buenos momentos que pasaron. Siempre hay otros lugares a los que uno puede ir, pero de alguna manera llevas contigo la patria de la infancia”. Esperanzado por la posibilidad que abrió la izquierda uruguaya que llegó a la presidencia, primero con Tabaré Vásquez y ahora con Pepe Mujica, el escritor señala que será el tiempo el que indique qué es lo nuevo que aportará Mujica. “Hay que ver qué es lo que agrega a su triunfo de la izquierda. Pepe tiene esas características que nos gustan, la del hombre mayor en el poder, casi un amigote, que tiene cuarenta años de una trayectoria social y esa experiencia inédita de haber vivido la represión de la forma más dura. Después, cuando esas cosas se dejan de lado, vamos a ver qué pasa con la gestión concreta”, agrega.

¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?

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los sembradíos y de él se apearon tres hombres vestidos con oscuras ropas, casi talares. Se dirigieron directamente hacia donde se encontraba Iván y lo saludaron, con cierto autoritarismo y se identificaron con sendos carnets, extendidos por el Politburó. — Buenos días camarada Gudov - dijeron uno por vez. — Buenos días -contestó Iván- descubriéndose y sosteniendo su gorro en la mano izquierda, presumiendo que alguno le extendería la suya. No fue así. — Hemos sido delegados por el Partido con el fin de hacer una encuesta a la que deberá contestar y una supervisión, para lo cual nos habilitan los carnets que le hemos mostrado. — ¿Qué he de contestar? — Acerca de su posición política y sus propiedades.

La voz cantante era ejercida por uno solo de los hombres. Los otros dos permanecían callados, simplemente respaldando con gestos al que preguntaba. — Pregunte usted, entonces. Soy comunista. — ¿Es usted propietario de este campo? — Sí, lo soy, y lo han sido mi padre, mis abuelos y los abuelos de mis abuelos. — ¿Tiene algún otro campo además? — No, no tengo más que éste. — Bien. Ahora puede decirme si usted tuviera otro campo ¿le cedería uno al Estado para poder darlo a otro campesino que no tenga? — Sí, lo haría. — Bien, camarada. ¿Es usted dueño de la casa donde vive?

— Sí. — ¿Tiene alguna otra vivienda? — No. — Si tuviera otra casa ¿se la daría al Gobierno para destinarla a otro camarada? — Sí. — Excelente, camarada. Veo que tiene su tractor ¿tiene algún otro tractor? — No, sólo este. — Si tuviera otro, ¿lo donaría al Ministerio de Agricultura, para otro labrador? — Sí. — Veo que tiene un hermoso caballo, ¿si tuviera otro, lo donaría para otro campesino? — No. — Puede decirme, ¿por qué en este caso no donaría el otro caballo? — Porque ese sí lo tengo.

Los tres funcionarios se miraron sorprendidos y el que dirigía la encuesta le reprochó la falta de generosidad y de adhesión a la política del Estado al negarse a ceder el caballo, a lo que Iván respondió. — Les he regalado un campo, una casa y un tractor ¿le parece a usted falta de generosidad? Finalmente, ¿no es eso mismo lo que hace el Estado, regalando bienes que no posee? — Camarada Gunov, ahora procederemos a revisar las instalaciones, si no tiene inconveniente. — No tengo inconveniente, pero debo aclararles que no pueden ingresar al predio que tiene aquel establo– dijo señalando un establo en medio de un amplio cercado. — Debemos aclararle que el carnet que portamos nos habilita para revisar

absolutamente todas las instalaciones. — Si es así, revisen nomás, no me opondré. Los tres funcionarios, como era previsible, se dirigieron directamente al establo que se suponía vedado, ante la mirada impávida del señor Gunov. Cuando llegaron al gran portón, procedieron a abrirlo e ingresaron a su interior. Sólo pasaron unos segundos, cuando se vio salir a los tres matones políticos en una desenfrenada carrera perseguidos por un toro enfurecido, que bufaba su saña. Los tres gritaban: — ¡¡¡Socorro!!! ¡¡¡Socorro!!! – y uno de ellos, agregó: — ¡¡¡Párelo!!! don Gunov, ¡¡¡párelo!!!! El mujik, muy sereno, recurrió a su potente voz, gritando: — ¡¡¡Muéstrenle los carnets!!! ¡¡¡Muéstrenle los carnet!!!!.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz -Algunos diálogos entre peronistas de “No habrá más penas ni olvido”. Los diálogos increíbles de “El beso de la Mujer Araña”. Y principalmente, lo que se

dicen y lo que ocultan al decir los personajes de “La breve vida feliz de Francis Macomber”.

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Me encantaría entrar en 221B de Baker Street, durante el comienzo de “La señal de los cuatro”, y sumarme al diálogo entre Watson y Holmes. Tengo

esa escena grabada en mi cabeza desde hace cuarenta años.


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DOSCIENTOS AÑOS DE POESIA ARGENTINA

Grandes libros, pequeños lectores

Una línea para cada lector

El árbol de lilas,

A lo largo de mil páginas, el trabajo realizado por el crítico literario Jorge Monteleone repasa los aportes de algunos de los principales autores nacionales y muestra la enorme diversidad temática de un género.

de María Teresa Andruetto, Liliana Menéndez, (ilustradora), Buenos

L

Aires: Comunicarte POR MARIA JOSE TROGLIA

Integrante de la ONG Jitanjáfora El árbol de lilas es un libro que trata del amor, de los viajes y de la búsqueda de la felicidad. Con un diseño que combina texturas y hace estallar el color en cada página, Liliana Menéndez, la ilustradora, colabora con Andruetto para crear un texto donde imágenes y palabras cuentan la historia con la misma intensidad. Las reiteraciones, los paralelismos, las fórmulas fijas, convocan algunas líneas de la tradición oral, de antiguos relatos orientales. Andruetto ha explorado en otros libros como El anillo encantado o Huellas en la arena este tipo de historias, situadas en escenarios orientales y que abordan temas como el amor incondicional, la sabiduría, la justicia. Si de encontrar la fortuna y la felicidad se trata, tal vez después de recorrer el mundo entero descubramos que estaba más cerca de lo que pensábamos, como en la historia aquella de un hombre que soñó que su fortuna estaba enterrada en un patio y entonces viajó... Dos historias, dos personajes, un espacio que permanece fijo y otro que es movimiento puro (construido en imágenes con mapas y planos) arman dos universos destinados a encontrarse. Esta estrategia narrativa la vimos ya en otros libros de María Teresa Andruetto, como Trenes , en colaboración con Istvansch, donde el viaje y el movimiento permiten aludir a mundos lejanos a la vez que los personajes descubren la importancia de quedarse, quedarse con otro, en otro, cuando encuentran el amor. Un libro que habla del abrigo y de la serenidad, del hallazgo de la felicidad, bajo la sombra de un florecido árbol de lilas.

a poesía argentina se reinventa a sí misma, se rehace, se expande, se multiplica. Está viva siempre’’, afirma el crítico literario Jorge Monteleone, compilador de la antología ‘200 Años de Poesía Argentina’, publicada en el marco del Bicentenario. La voluminosa antología de mil páginas publicada por Alfaguara se inicia con la ‘Marcha Patriótica’ (el ‘Himno Nacional Argentino’) aparecida en hojas sueltas en 1813 y se prolonga hasta la generación de poetas nacidos en 1959. ‘‘La principal dificultad residió en la falta de bibliotecas donde hallar los materiales, sobre todo los de los poetas de provincia. La sorpresa fue constatar la enorme diversidad de la poesía argentina’’, cuenta Monteleone. Hace décadas que no aparecía una suma tan completa de poesía argentina, aunque toda antología tiene ausencias, ya que ninguna puede pensarse, ‘‘como un catálogo o una guía’’. ‘‘Una antología es un acto crítico en sí mismo -define- y tiene su estructuración y como tal hay que pensarla, incluso aquello que no está, pero a lo largo del tiempo, no en su inmediatez’’. CRITICA POETICA

C POR VALENTINO CAPPELLONI

Recuerdo que íbamos a visitar a una amiga tuya / que había muerto. Todo viaje era en tranvía, a merced de la noche que se abría como una boca /oscura por la ventana. Aún así reías y esos momentos /duraban universos enteros, y poco importaba que estuviera soñando /o no si todo seguía así, y en los tramos, en las paradas del tren, nos colábamos en bares refinados a /seguir riendo de lo bueno que era estar vivo. Y el tranvía seguía y los universos también y las montañas alrededor no nos engullían con /su forma burlesca. Y entonces desperté y me di cuenta que el muerto era yo.

¿Qué tanto le costó la lectura y selección de textos del siglo XIX? ‘‘Me fue de gran ayuda un estudio que tenía escrito sobre esa producción y durante un año leí la obra completa de los principales poetas argentinos del período, desde Echeverría hasta Almafuerte’’. En el prólogo, Monteleone señala que la crítica ‘‘transcribe y modifica, ambas ideas se asemejan. La crítica, así, construye y reconstruye’’. Según el compilador, la crítica sobre poesía actual es escasa en relación al volumen escrito: ‘‘Unos diarios le dedican más espacio que otros. Hay pocos libros de crítica sobre poesía porque las editoriales rehuyen el género, salvo algunas excepciones’’. Además: ‘‘Creo que hay menos críticos de poesía que de otros géneros, porque es un género que exige mucha dedicación a cambio de poca o nula retribución simbólica o económica. En lo personal hace décadas que intento crear un discurso público sobre poesía argentina -esta antología es un resultado- tanto desde la universidad como desde el periodismo cultural’’. El desierto, mencionado en el prólogo del libro y que remite a un territorio indeterminado, a una

Jorge Monteleone.

vastedad y a una metafísica, es un punto sobre el que se explaya Monteleone: ‘‘Fue un espacio real pero también imaginario. Desde el siglo XIX se constituyó como un topos, que debía ser poblado de riqueza económica y de palabra’’. ‘‘Forma parte del primer espacio histórico, antes que la ciudad, que define una identidad argentina en cuanto origen. Por ello uno de los orígenes de la poesía argentina se da cuando el desierto se transforma en espacio poético en ‘La cautiva’ o cuando se enuncia una voz argentina en el desierto en la poesía gauchesca’’. ‘200 Años de Poesía Argentina’ pone de manifiesto un género que atraviesa la historia nacional y que abarca, dice Monteleone, la pugna civilización y barbarie, pasa por los conflictos político-económicos y llega hasta la guerra de Malvinas y los piqueteros. VARIEDAD TEMATICA El cruce entre política, historia y poesía, indica, ‘‘es una marca de origen de la poesía argentina: desde la ‘Lira Argentina’, que celebra la Independencia, hasta la poesía gauchesca, la poesía contra Rosas o la poesía que valida el Estado Nacional, tenemos una vastísima tradición de poesía política, muy creativa’’. ‘‘Hay poesía escrita a favor o en contra del peronismo; poesía escrita sobre inmigración, las luchas populares, las minorías, los exilios, las guerras, o la notable poesía escrita durante la sangrienta dictadura de 1976. La poesía argentina siempre fue política y ejerció también una política de la lengua’’. Otro punto a favor de este interesante trabajo lo constituye el hecho de haberse incluido a poetas ligados a la canción popular ya que el criterio del compilador pasa por no dividir la poesía entre le-

trada y popular, ‘‘sino en el uso particular de la voz y la oralidad’’, por lo que ‘‘la inclusión de letras de canciones forma parte del acervo poético y de la memoria cultural del país’’. ‘‘‘El último organito’, de Manzi, es un perfecto soneto escrito en alejandrinos; Celedonio Flores hace una parodia perfecta de Darío en su ‘Sonatina’; el trabajo con las rimas internas de Cátulo Castillo es exquisito. Yupanqui siempre se pensó como poeta’’, desgrana. El prólogo al libro termina señalando la ‘gran vitalidad’ del conjunto de textos. Esa vitalidad, dice ahora: ‘‘Reside en aquella paradoja que Octavio Paz llamaba la ‘tradición de la ruptura’, es decir, la capacidad de la poesía argentina por poner en juego tradiciones diversas y a la vez trascenderlas y modificarlas’’. Y agrega: ‘‘Eso hace que la poesía argentina ofrezca simultáneamente poéticas muy diversas que a la vez mantienen viva la tradición, como si todos escribieran al mismo tiempo’’. Monteleone señala que la poesía argentina ocupa en el mapa de la poesía hispanoamericana un ‘‘lugar fundamental y a la vez único, por su originalidad, incluso en los matices más específicos. Tal vez por la composición cultural del país es muy diversa y en ocasiones parece compuesta por otra variante del español’’. ‘‘Tal vez la presencia de la lengua de Borges, como divisoria de aguas, y el particular cruce de lo hispánico y lo anglosajón, junto a las tensiones dialectales de la inmigración, le da a la poesía argentina ese aire extraterritorial tan distinto de los tonos y ritmos hispanizantes que hallamos en otros países de Hispanoamérica. En ese sentido, el grado de singularidades que ofrece la poesía argentina es muy alto’’.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?

-Confieso públicamente por primera vez que le robé un libro a Luis Majul. Se trataba de “El nuevo

periodismo” de Tom Wolfe. Jamás se lo devolví.


■ Lecturas

DIARIO DE LECTOR

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires

Los libros más vendidos de la semana

Leer un libro toda la vida (y no poder hacerlo)

FICCION 1 “LA VENGANZA DE LOS PATRIOTAS” 2 “LAS VALKIRIAS” 3 “BLANCO NOCTURNO”

POR GABRIELA URRUTIBEHETY

El lector que escribe un diario se ha detenido a mirar la pila de libros que tiene en la mesa de luz. Y la otra, en el rincón de la biblioteca destinado a los libros en espera. Una pila vertical y otra horizontal. El lector que escribe un diario tiene libros que lleva una vida leyendo y otros que no leerá nunca. Entiéndase, que no podrá leer nunca. Entiéndase , que no podrá leer nunca, no ya porque no le dará el tiempo, el dinero, la información disponible o el cuero para leer, sino porque son libros que se le resisten. O él se resiste a ellos, váyase a saber. Igualmente, estos últimos también forman parte de la lista de libros que lleva una vida leyendo: leyendo hasta la página 10, olvidando las primeras líneas al entrar en la segunda página. Lo extraño, piensa el lector que escribe un diario, es que se trata de libros que el lector quiere leer. No de esos que se abandonan sin remordimientos a la primera pasada. O, peor aún, con el remordimiento de haber perdido minutos, segundos preciosos, habiendo tanto bueno para leer. No, esos no valen la pena. Se trata de libros que el lector ha oído o leído ponderar a alguien, vaya a saber ya a quién, y ese alguien que alababa alguna virtud en el detalle o cierta poderosa vigencia en el conjunto ha dejado en el lector la necesidad de leerlo. Y entonces, recuerda el lector que escribe un diario, ha sentido verdadera felicidad al encontrarlo en una mesa de saldos, a bajo precio, inclusive. O tal vez, lo ha encargado en una librería de confianza -ésas que saben tratar a los libros como se merecen, poniendo a la vista los llamativos pura cáscara y escondiendo, para quienes los merezcan los verdaderos tesoros- y ha esperado el tiempo necesario para que el libro pueda ser entregado en guarda. Así, por demorada, la felicidad ha sido mayor. El lector recuerda haber llegado a su casa con el paquete y haber cumplido la ceremonia bautismal de poner su propio nombre en la portada y la fecha de recibimiento. Y será esa fecha la que lo atormentará cada vez que vuelva a abrirlo. Porque lo retomará por la página marcada, que puede ser, digamos, la 15, no más allá. Nada de lo que lea en la página 15 lo ubicará, como le suele suceder, inmediatamente en el universo del libro y lo impelirá a la 16. No, señor, nada de eso. Con cierta esperanza, retrocederá a la 14, ya ha sucedido otras veces, la última página es contemporánea del primer sueño y ya se sabe. Pero tampoco la 14 ofrecerá pistas, ni aún la 13, a la que acudirá con desesperanza. Entonces, volverá a la portada, donde está la firma y la fecha. Y de allí, cargando aire en los pulmones, reiniciará la lectura con el mismo entusiasmo y optimismo con el que se reinicia la computadora después de un cataclismo virósico. Y volverá a la sensación de virginidad del primer día, que se acabará, irremediablemente, en la página 3. Un cierto amor propio lo obligará a seguir hasta la página 15, como mínimo. Incluso, encontrará en esas páginas aquellas virtudes de las que le habían hablado y sentirá que es cierto, que comparte, que qué maravilla. Pero no. No más allá de la página 15, a lo sumo la 17 y la marca otra vez, con la firme decisión de regresar mañana, y continuar desde allí. Mañana será posiblemente dentro de mucho tiempo, la marca de la 17 oficiará la misma ceremonia que la de su antecesora y el lector que escribe un diario deberá reiniciar la lectura desde la portada. El lector que escribe un diario repetirá obstinadamente esta operación a lo largo de su vida, o, al menos, hasta que se convenza de la existencia de algo así como incompatibilidad de caracteres entre la gente y esos objetos prácticamente animados que son los libros.

Presentan libros de escritores locales Hoy, a las 16, en la Biblioteca Municipal de Escritores Marplatenses, 9 de Julio 3276, con acceso libre y gratuito, el Centro de Escritores Argentinos y Latinoamericanos (CEAL), presentará libros de escritores locales publicados en el corriente año. El encuentro será coordinado por su presidenta, Esmeralda Longhi Suárez, quien comentará las obras complementándose con ilustraciones poéticas. Se resaltará la vitrina expositora con veinticinco años antológicos, nuclean-

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do parte de la historia literaria de la ciudad, junto a las tallas del escultor Pedro Olivera. Participarán: Luisa Capellutti, Dorita Paredi, Aurora Olmedo, Beatriz Monticelli, Cayetano Bandiera, Renata Cajelli, César Arnau, José Guzmán, Alicia Cano, Marta Vega, Daniela Riccioni, Alicia Belloso, Mabel Gondín. Finalizará el encuentro con el desarrollo del tema “200 años de letras argentinas” con comentarios de Marta Lamas y Mónica Roca.

Miguel Bonasso. Paulo Coelho. Ricardo Piglia.

Planeta. $69. Grijalbo. $65. Anagrama. $59.

FICCION 1 “EL ESCARMIENTO” Juan Bautista Yofre. 2 “SIETE FUEGOS. MI COCINA ARGENTINA” Francis Mallmann. 3 “FIRMENICH. LA HISTORIA JAMÁS CONTADA DEL JEFE MONTONERO” Felipe Celesia y Pablo Waisberg.

Sudamericana. $75. Vergara y Riba. $139. Aguilar. $69.

Recomendados: 1 “DESDE EL CORAZÓN DEL MUNDO” 2 “AÚN IR A UNIR” 3 “MALVINAS”

Candelaria Lanusse. Jorge Escudero. Mario Sampaolesi.

Ediciones B. $72. En Danza. $30. Ediciones del Dock. $30.

Recomendados:

“Desconcierto”, (Poema incluido en “Aún ir a unir”, de Jorge Escudero, publicado por Ediciones En Danza) sin reloj ni teléfono ando mudo.

Hoy te dije que nunca o algún día o mejor dicho ayer o bien mañana, o no recuerdo nada y es temprano o ya es tarde y a mí no me preocupa.

Y al fin dio fin mi estar entredormido, salté de la cama, salí a la calle y como siempre fui a gastar zapatos ver si regresaba a donde nunca estuve, correr de un lado a otro para hacer

O sea me siento falto de futuro, de presente y ayeres, lo que sea. Ando triste ´n no dárseme las ganas,

Qué hacer a los 50, recién divorciada... “Y aquí estoy, en esta mañana límpida de verano, con el sol rojo y grande a punto de salir, sola y triste… ¿O no tan sola y triste?. Con mis 50 y piquito, casada, divorciada y separada (en ese orden), aún joven, delgada, activa, dispuesta, ¡pero traicionada y con cornamenta!!! A ver chicas, y por qué no señores, dispuestos a leer penurias del otro género; ¿cómo seguir? Es la pregunta del millón, a lo que respondo: ¡Como se pueda, sin reglamentos y remando duro, siempre para adelante! Algunas de ustedes pensarán igual que yo, “pero qué desgracia, justo que ahora aflojé con el remo, que no quiero pelear tanto, que lo único duro que quiero me es negado y que me tocaba el recreo, soy expulsada de la casa de Gran Hermano, ¿Qué digo de la casa? ¡De su vida!”. Así comienza “Tengo 50. Me divorcié. ¿Ahora que hago?”, un libro que cuenta algunas anécdotas e historias verdaderas sobre la búsqueda de una nueva pareja, relatadas desde el humor y el amor, haciendo uso de los métodos ya conocidos y por qué no, de la tecnología con Internet de por medio. Se trata de una verdadera guía para todas las mujeres que creían que ya no habría más oportunidades para el amor, se indicó. “Después de todo lo

que interesa es: lograr ser feliz en mi propio reino a partir de hoy, a ser infeliz portando una lujosa y pesada corona de desamor por el resto de mis días. Para que se identifiquen, para

que descubran posibilidades nuevas, para que nos abracemos emprendiendo un camino hasta ayer, impensable”, expresó la autora, Nora Quevedo.

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían

los sacrificados y cuáles los salvados? -Tiraría tomos de mis queridas enciclopedias (internet las está volviendo inútiles) o libros de Isabel Allende que se han ido quedando donde no debieran. Trataría de salvar los tres tomos de las obras esenciales de Borges. Y si pudiera, “El viejo y el mar”, que

he leído veinte veces a lo largo de treinta años. O “El combate” de Mailer, que es inencontrable. O las crónicas completas de Gay Talese. Libros sin los que no sabría vivir.


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Dos Perros POR JORGE CHIESA

Mi padre compró un perro nuevo en reemplazo del perro muerto. Eso fue hace diez años y desde entonces pasaron muchas cosas en el medio: Mi padre tuvo un accidente y casi se muere pero si se hubiera muerto yo no habría salido a comprar otro padre. Ahora el que está por morirse es el perro nuevo en el patio interno:

un lugar donde los brotes del pánico han empezado a cubrir las paredes. Para combatirlo repetimos la historia de tener hijos de comprar perros cuando no deberíamos hacerlo cuando debería ser suficiente con dos perros muertos.

Misterio.4 POR LUCIANO W. FRANCO

Una respuesta lleva a otra pregunta. Comprendo que para satisfacer el espíritu indagador de los hombres no alcanza con mostrar que tal cosa sucede. No es suficiente con evidenciar, con exponer. Lo tengo más que claro, pero más claro aún tengo que no es sano llegar al fondo con las explicaciones. ¿Alguien puede imaginar lo que sucedería si yo permitiera ver, por ejemplo, a los ángeles, o ver el lugar en donde reposan, su origen? Hay que recordar que no sólo yo rijo en este mundo. Está ese otro muchacho, el Innombrable, quien es capaz de ennegrecer el alma de algunos y hacer mucho daño con información de ese tipo. Por eso es mejor no develar ciertos misterios que sólo yo conozco. Debería bastar con que las personas sepan que los ángeles operan de tal modo y que pueden cuidar de las personas como cuidaron de la mujer a la que advirtieron sobre la manivela de la cocina. Por eso ni Raúl Petersen, sí el dueño del aserradero Petersen, ni el escultor sabrán lo que les sucedió esa tarde. Raúl miró la pila de vigas de pino y calculó que no pararía de cortar listones hasta la noche. También observó el pedido “especial”: esas dos largas vigas paradas contra la pared del fondo. Estaba solo porque no se había atrevido a pedirles a sus dos empleados que trabajaran el 17 de agosto. La gata Colifa dormía, como siempre, sobre un colchón de virutas y en el aire miles de partículas de aserrín danzaban creyéndose bailarines. Volvió a calcular en tres horas el tiempo que le demandaría bajar la pila a la mitad y decidió tomarse el último mate antes de comenzar con el trabajo. Hijo de madre danesa y padre desconocido, Raúl no fue jamás un hombre de fe. La vida lo llevó a descreer. Sin embargo, había aceptado el pedido “especial”, que no consistía en otra cosa que en cortar un tronco en dos mitades y entregar una de ellas a un escultor. Entonces el tronco, desprovisto de su corteza, comenzó a vivir. Base inerte de un árbol en el monte misionero estaba juzgado desde el mismo momento en que nació. No tenía más remedio que esperar su muerte para, al final, ver su principio. El tronco es tronco recién muerto. Atravesó el país encadenado sobre un camión y ocupó los fondos de la maderera, en donde Raúl lo había cortado en dos mitades diferenciadas para siempre por el nudo inoportuno que averrugara la superficie de una de ellas. Ahora sólo faltaba cortarlas en la medida solicitada. Eso sucedía en el aserradero de la avenida Juan B. Justo al mismo tiempo que en su taller el escultor –más desprovisto de fe que el mismo Raúl- esperaba con ansias recibir lo encargado semanas atrás. El teléfono sonó mientras tomaba mate y apagaba un nuevo cigarrillo. Pero la llamada no progresó. También en el aserradero había sonado al mismo tiempo el teléfono y también se había cortado. Tanto Raúl como el escultor, por alguna razón que ellos no entienden, pero que usted lector sabe bien que surgió de mí, vincularon la llamada con el trabajo “especial”. Y algo los llevó a prender a uno la radio y al otro el televisor. Los periodistas anunciaban el proyecto del gobierno progresista. Parece que en Argentina copiarán a España, país en donde la oscuridad acostumbró los ojos del alma durante tanto tiempo y en donde ahora están a punto de prohibir los símbolos católicos en cualquier dependencia o acto del Estado. No son excesos. El libre albedrío es así. Y está bien. Las distintas civilizaciones fueron diseñando –en algunos casos con un estilo muy gracioso incluso para mí- la manera de representarnos y por eso es que existen tantas religiones. No está mal, entonces, que quieran quitar los crucifijos. Porque, en definitiva, no son más que madera. Madera misionera. El escultor apagó la televisión y corrió al teléfono. Marcó el número del aserradero y a los dos segundos lo atendió Raúl. -¿Vio las noticias? -No, las escuché. -Bueno, prepare la madera. Estos del gobierno no saben nada. -Sí –dijo Raúl-. Cuando se den cuenta que prohibiendo a Jesús pierden votos, van a poner crucifijos por todas partes. -Claro… Prepare la madera, yo a Jesús lo voy a tallar igual.

TIERRA El perro finalmente se ha ido y las plantas que no decidieron morir igual murieron. El tiempo fue algo que literalmente voló o barrió con todo. Cuando quisimos darnos cuenta el proyecto familiar se nos había ido de las manos. El perro era apenas un cachorro la noche que lo trajiste y es seguro que no recuerdes lo que yo recuerdo. En líneas generales vos manejabas muy rápido y por eso terminaste chocando contra el carrito de tu alcoholismo. ¿Qué es un simple tropiezo? No es nada, dijiste, lástima el vaso. Logré sentarte en una silla en medio del patio y fui a buscar unos diarios para envolver los vidrios. Cuando volví apenas te movías. Era verano y estabas desnudo de la cintura para arriba. Entonces el cachorro se subió a una gran maceta y comenzó a cavar su primer pozo. Créeme: no fue gracioso ver tus ojos cerrados

AGUA Por si no te diste cuenta soy yo el que hunde las manos en el agua de mis hijos. Las parejas de ahora no son como las de antes, dijiste hablando del tiempo en que cualquiera podía ser blanco de tu rabia. Los días corrieron como perros asustados a refugiarse en la espesura. Y sin embargo acá me ves bañando a los chicos. Por eso cerrá la puerta si no vas a entrar que entra frío.

Después te quejaste de la sed que incendiaba tus pesadillas. Nadie te obliga pero ¿serías capaz de declarar contra vos mismo? Me levanto en medio de la noche pensando que dejé la bañera llena y debería vaciarla. Sólo que no llego a sacar el tapón. Me quedo mirando los juguetes manteniéndose a flote y me doy cuenta que no necesito otra cosa. Mientras vos lo único que necesitás es tener siempre a mano un vaso de agua en la oscuridad.

Consideraciones de un automovilista en viaje POR OSVALDO PICARDO (*)

“Un auto puede también encerrar un lugar, diré, casi sagrado, como una iglesia con ruedas. Sólo los peatones y los accidentes pueden tener algo personal, en su contra. Bastará, exacto, sin pensar, un simple cambio, después de la última calle para sentir la presencia de una verdad: la velocidad es la alegría de dios... Todas las criaturas -diremos inspiradostienen en sí un deseo espontáneo de existir del mejor modo que se lo permitan y metidos en nuestros coches con el cuerpo ingrávido, detrás iremos dejando camiones con tonelada y media de carne aún viva, también cardizales, basura, villas miseria...

hasta que frenemos en una estación de servicio, ante la epifanía de un cielo cargado de nubes sobre la distancia elástica. Los camioneros que hacen noche en ningún lugar y en todos, dirán comer aquí mejor que en sus casas; aquellos señores del Audi rojo respirarán el perfume femenino de lejanas playas. Y esa mujer junto al Peugeot azul tendrá ya sus ojos en otros reino donde lo que no fue, será todavía... Al lado de la ruta, por un momento iguales a los demás, veremos pasar una espada de plata dando un golpe limpio y sereno en la casa del crepúsculo...”

(*) AUTOR DEL LIBRO “PASIONES EN LÍNEA”, DE DONDE SE EXTRAJO ESTA POESÍA.

(Continuará la próxima semana)

Las 8 preguntas para Jorge Fernández Díaz

8

Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le pre-

guntaría? -APhillip Roth le preguntaría cuánto de cierto es lo que le ocurre a su personaje en “El animal moribun-

do”. Y a Daniel Guebel le preguntaría cómo hace para tener tanto éxito con las mujeres.


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