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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 29 DE AGOSTO DE 2010

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

EL VIRTUOSISMO DE LA MARPLATENSE MIRIAM FERNÁNDEZ

El habla por la música Miriam Fernández es marplatense, obtuvo su diploma de profesorado de guitarra en el Conservatorio Luis Gianneo y prosiguió sus estudios en Suiza, donde vive desde hace diez años, alternando presentaciones en ámbitos europeos, actividades docentes y la continua exploración en la música. POR EDUARDO BALESTENA http://opus155musicadecamara.blogspot.com

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omo la música barroca que interpreta, Miriam Fernández habla (con el francés como segunda lengua) con una gran suavidad que permite entrever varias cosas: es una persona muy segura, interior y exteriormente, no dice nada de más, ella misma nunca es el centro de su discurso y todo lo que narra involucra dos cosas: un derrotero y una exploración. No podía ser de otra manera en alguien que hacia los 24/25 años comenzó a abrirse un camino propio en Europa, que ejerció sus opciones como modos de una búsqueda que siempre está en expansión, y que no piensa en una carrera musical en términos competitivos, sino que la asume como un orden de experimentación, una exploración sobre la cual reflexiona permanentemente. Aunque no se refiere en detalle a sus estudios ni a sus aptitudes, obtuvo sus posgrados (en música contemporánea y en instrumentos históricos) con calificaciones sobresalientes y el hecho de que desde 2007 se haya volcado al laúd y a la tiorba, así como el manejo que hace de esos instrumentos, habla de sus dotes tanto para el aprendizaje como para la interpretación. Estas aptitudes le valieron importantes premios como el “Premier Prix en Virtuosité avec distinction” (2001) en la ciudad de Colón, y al año siguiente en Ginebra. Fue además premiada en Nicati, Suiza, entre 80 solistas instrumentales de 23 países. También son importantes los profesores con los cuales se ha formado, como Eduardo Isaac, Maria-Livia Sao Marcos, Jordi Mora (con quien actuó como solista en la Fantasía para un Gentilhombre, en Barcelona) y muchos otros. LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA Recuerda una de sus presentaciones, en una gira de música contemporánea –con el apoyo de una fundación suiza, que obtuvo luego de ganar un premio. En aquella oportunidad, en una gira que la llevó a varios lugares, llegó “Hasta Santiago del Es-

tero, un poco la provincia del folklore, a tocar música contemporánea” en la sede de una fundación. No hay allí conservatorio ni se trataba de una sala de concierto “y ahí toqué mi programa, era terrible el programa que tenía, estaba con la secuencia de Berio, una obra de media hora…lo que recuerdo es que estaban muy impresionados con las posibilidades, porque nunca habían escuchado el instrumento de esa manera. También había obras que tenían efectos, y nunca se les hubiera ocurrido que la guitarra podía sonar de ese modo.” -¿Cómo fue el pasaje a los instrumentos históricos, ese mundo tan distinto? -Participé (2006) en un workshop de un profesor que venía, él es noruego (Rolf Lislevand) pero vive en Italia ahora. Pasaba por el conservatorio a dar un workshop de tres días y me anoté con obras de Scarlatti,

con la guitarra. Ahí llegó este profesor y venía con todos los modelos de laúdes, tiorba y la guitarra barroca. Él tocó muchos años con Jordi Savall. En muchos de los videos es el que está con la guitarra o con el laúd. Era la primera vez que los veía de cerca. A los dos meses me inscribí con el laúd renacentista. La lectura (la compleja tablatura francesa) se aprende. El único profesor de laúd que hay en Ginebra, y que viene de Berna (Jonathan Rubin), me prestó un laúd renacentista, me lo afinó, porque yo no sabía ni afinarlo. Después buscaba en internet como hacerlo, porque se desafinan constantemente y no tenía el oído para afinarlo. Cuando me lo prestó, estuve la primera semana todo el tiempo, era una adicción terrible. Ponía el despertador temprano para levantarme a tocar, y como es un instrumento muy sua-

ve, podía tocar toda la noche. -Al principio tocó el laúd renacentista, luego la tiorba y después el laúd barroco. Son instrumentos muy sensibles en la afinación, hay que afinarlos todo el tiempo, y también lo son al clima, eso dificulta la afinación, en el caso del violín barroco, que sólo tiene clavijas... -El día antes del concierto dos de ellas no corrían, hinchadas por la humedad; pero forma parte del modo de ejecución. Con las cuerdas de tripa del violín barroco es muy complicado afinar (no tiene microafinadores, como el violín moderno). Los instrumentos están acostumbrados al clima seco de allá. No se afina de una vez y queda listo, sino que pueden pasar otras cosas. Con el laúd, que es un instrumento de tantas cuerdas, no se puede tener una afinación perfecta, sí un temperado promedio, sin embargo eso, y la propia diferencia en la afinación respecto a los instrumentos actuales, lo hace todo más vivo”. “Con el dúo tocamos mucho, empezamos tocando tango”. Julien Lapeyre adaptó un violín a barroco y comenzaron recientemente con ese repertorio, que incluyó una obra no barroca, de Hydn (Cassation en do mayor), un trío (violín, laúd o guitarra y cello), para el cual la parte de cello la llevé al laúd…resultó un poco complicado. El arco en el violín barroco produce el sonido fuerte en la mitad, luego decrece, de ahí su particular sonido oscilante. La de Hydn es una obra muy rica en lo que es articulación. Hay una rica literatura de la época para instrumento melódico y laúd. Haciendo bajo continuo se puede tocar cualquier cosa del período. LA FORMACIÓN Miriam Fernández es docente en los dos Conservatorios de Ginebra, también lo es privadamente y dicta masterclasses (Julien Lapeyre las dio de violín y viola), como las que dictaron en Bahía Blanca. La conversación gira hacia los planes con alumnos y orquestas de jóvenes y el trabajo de campus.

(Continúa en página 4)

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -Los errores que más me molestan son de los escritores que se creen eruditos en culturas ajenas y dicen cualquier disparate. El último error que encontré es de traducción: en el libro de Henry Kissinger, “Mis memorias”, cada vez que Kissinger escribe “actually”, que significaría “realmente”; el traductor lo traduce por “actualmente”, que no tiene nada que ver. Y el error se repite por lo menos una cincuentena de veces.

(*) Birmajer es escritor, guionista de cine y periodista. Acaba de publicar la novela “La despedida”. Nació en noviembre de 1966. A los 20 años comenzó a desempeñarse como guionista de la revista Fierro. Escribió las novelas Un crimen más alto (1992), Un crimen secundario (1992), Derrotado por un muerto (1994), El alma al diablo (1994), Fábulas salvajes (1996), El abogado del marciano (1996), No tan distinto (2000) y Tres mosqueteros (2001) y los libros de cuentos El fuego más alto (1997), Ser humano y otras desgracias (1997), Historias de hombres casados (1999), Nuevas historias de hombres casados (2001), Ultimas historias de hombres casados (2001). Fue galardonado con el premio Konex 2004 como uno de los cinco mejores escritores de la década 1994-2004 en el campo de la literatura juvenil. Es coautor del guión cinematográfico El abrazo partido (Daniel Burman, 2001).


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CHRISTOPHER HITCHENS YSUS CRONICAS DE UN MUNDO REVOLUCIONADO

Reseña multidireccional

El robo POR SEBASTIÁN CHILANO (sebastianchilano.blogspot.com)

Salió del Casino enceguecido. Ciego cruzó la calle, y se sentó en el borde de la plaza de aguas danzantes. Miró su muñeca, donde esperaba ver la hora y recordó que había empeñado el reloj. Insultó a la nada y miró las estrellas. –Nunca fui bueno para calcular la hora –dijo en voz alta después de dudar si eran las 2 o las 5 de la mañana. –Son las 3. La voz había salido de la oscuridad. La voz tenía un cuerpo, aunque parecía tener dos. Los dos chicos se acercaron al Diablo con las manos en los bolsillos de sus camperas y las caras ocultas debajo de las gorras con visera, así como las gorras estaban ocultas debajo de las capuchas de sus camperas. De las bocas les salía un humo blanco, quizás a causa del frío. –Gracias –dijo el Diablo y se paró. Se dio cuenta enseguida, por eso se paró. Pero no fue suficiente. Uno de los chicos le saltó encima y cayeron al piso. El otro le pateó un pie, sacándole un zapato. El Diablo le pegó una cachetada al que había caído con él y dio un salto para incorporarse. –¿Qué hacen? –Danos la plata. –¿Saben quién soy? –Caperucita, dame la plata. –Yo no soy caperucita. –Ya sé. Dame la plata, viejo. El Diablo se sentó otra vez en el borde de la fuente. Los dos chicos lo rodearon. –Perdí todo en el Casino. Los dos se rieron, algo nerviosos. –En serio –insistió el Diablo. –¿Cómo vos vas a perder en el Casino? –¿Cómo ustedes me van a asaltar? No se esperaban la retórica. Los dos chicos recularon. Uno sacó el revolver. –No hace falta –dijo el Diablo–. Yo sé que no tenés balas. ¿O no te acordás que las armas las cargo yo? –¿Qué? No lo entendieron. –El refrán. ¿Conocen el refrán? Los dos chicos negaron. Uno sacó el revólver descargado y el otro un punzón. –Danos el otro zapato. –Y la guita. –Y el celular. El Diablo comenzó a desatarse los cordones del zapato que le quedaba aún en el pie. Lo hizo despacio, con la secreta esperanza que su demora le diera tiempo a los agentes de la SIDE que había extorsionado para que lo dejaran solo. Pensaba que no podían ser tan corruptos de haber aceptado su coima, y que saltarían de un árbol, primero para liberarlo de los dos ladrones y segundo para decirle que no tenía que darles la mitad de su sueldo. –Apurate, viejo. Les dio el zapato y el celular. –Y la guita. –Ya te dije que perdí tod… –¡Viejo puto! –lo interrumpieron. Le pegaron con la culata del revólver en la frente y escaparon corriendo. (Continuará la próxima semana)

iDA & m~ê~ ÅçãÉåí~êáçëI ëìÖÉêÉåÅá~ë ó ~éçêíÉëI ÅçãìåáÅ~êëÉ ~ cultura@lacapitalmdq.com.ar

En “Amor, pobreza y guerra” se reúnen varios de los mejores artículos del crítico inglés. Sus campos de interés abarcan desde reflexiones acerca de la obra de Jorge Luis Borges y Bob Dylan hasta relatos de sus viajes a Pakistán y Cuba. Christopher Hitchens.

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l crítico inglés Christopher Hitchens reúne en “Amor, pobreza y guerra” una colección de artículos que reflejan sus variados campos de interés: allí desfilan desde apuntes sobre Bob Dylan y Jorge Luis Borges hasta sus experiencias en Pakistán y La Habana, sin obviar polémicas como la crítica al ensayista Noam Chomsky. La obra -cuyo título proviene de un antiguo proverbio según el cual la vida de un hombre está incompleta a menos que haya probado el amor, la pobreza y la guerra- es un compendio de artículos editados anteriormente en publicaciones como The Guardian, Vanity Fair o The Times Literary Supplement. Hitchens es un periodista y crítico literario angloamericano que ha alcanzado cierto reconocimiento por denuncias y polémicas que lo transformaron en uno de los más importantes intelectuales del momento. CRITICA POLITICA En “Amor, pobreza y guerra”, editado por el sello Debate, el autor avanza en el campo literario con reflexiones sobra la obra de Marcel Proust, James Joyce y Borges, a la vez que no abandona la crítica política, todo a partir de una estructura desdoblada en los tres ejes que preanuncia el título. En uno de los artículos, Hitchens señala por ejemplo que el político y estadista británico Winston Churchill fue el único entre sus contempo-

ráneos que no denunció el imperio nazi como una amenaza, real o potencial, censurándolo como algo malvado y nihilista. Tampoco faltan las crónicas de viajes, como el recorrido de la la Ruta 66, el campo de batalla de Gettysburg, la frontera de Pakistán, el palacio de Saddam Hussein y La Habana. En la sección “Pobreza” -una de las más jugosas- el periodista incluye las polémicas contra la religión y otros objetivos laicos como el cineasta Michael Moore, el historiador David Irving o el culto a los Kennedy. ‘‘Es uno de los libros más importantes de Hitchens, quizá el que mejor explica sus pasiones y sus facetas intelectuales’’, define el escritor y traductor Daniel Gascón, encargado de la traducción al castellano de la obra. Nacido en Inglaterra en 1949, Hitchens se licenció en filosofía, política y economía por la Universidad de Oxford. Es autor de obras como “Juicio a Kissinger” (2002), “La victoria de Orwell” (2003), “Cartas a un joven disidente” (2003), “Dios no es bueno”

(Debate, 2007) y la antología sobre el ateísmo “Dios no existe” (Debate, 2009). DESPUES DEL ATENTADO En “Amor, pobreza y guerra”, el autor ofrece múltiples referencias a la solidaridad, las raíces y la idea de pertenecer: habla de su padre y abuelo, establece su canon literario inglés, y menciona a distintos amigos y compañeros desde Sarajevo hasta Centroamérica. Si hay algo que deja claro Hitchens es que no existen importantes escritores después de Borges y Graham Greene, ni grandes estadistas después del cubano Fidel Castro. Sobre el final, el capítulo “Después de septiembre” recoge los artículos sobre el 11-S: en ellos el ensayista habla de la perplejidad inicial, del cambio del paisaje, de la irrupción duradera del terror y de las respuestas, tanto los despliegues del gobierno norteamericano como la reacción pacífica de los neoyorquinos .

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una

canción o cualquier otra obra de arte? -En el libro “Más historias en la corte de mi padre”, de Isaac Bashevis Singer, hay una referencia en

contra de los perros, que es exactamente lo que yo repito cada vez que voy a una casa y me encuentro con un perro.


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Malcolm Lowry: el viaje que nunca termina PORJORGECHIESA

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i mi casa se prendiera fuego (Dios no lo permita) y me fuera dado salvar un solo libro, ese libro sería Bajo el Volcán, de Malcolm Lowry (1909-1957). Pero no voy a hablar de esa relación un poco absurda que algunos lectores mantienen con ciertos libros y que va más allá de lo aconsejable, porque eleva el rango de los mismos a la categoría de seres queridos. Lógicamente lo más importante, al menos en lo que hace al hábito de leer, siempre es lo de adentro. Pero también es cierto que una vez que constatamos la calidad del contenido, empezamos a ver el todo en su conjunto; y así edición, diseño de tapa y tipografía cobran relevancia. Creo que las lecturas que nos han construido como lectores, además de ese proceso, lo que narran es la historia de un encuentro: de qué manera los lectores hacen contacto con esos libros. Libros que modifican nuestra percepción de la realidad. En este sentido, como diría Fabián Casas, Malcolm Lowry es uno de esos escritores que no salen a buscarte desde los desmesurados aparatos editoriales sino que se los encuentra irremediablemente cuando son necesarios. Para los que todavía no lo saben, Bajo el Volcán es una de las grandes novelas del sigo XX, pero no es de ese libro del que quiero hablar, sino del último auténtico Lowry que acaba de editarse en nuestro país: Lunar Caustic; nouvelle póstuma que pueden encontrar en las librerías bajo el título de Piedra Infernal. ¿Y por qué quiero hablar de ese libro y no del otro? Porque basta conocer apenas un poco de la obra de Lowry para darse cuenta de que algo no anda bien con este último libro. No está terminado. Tampoco es un borrador; es algo más que eso. O tal vez sí sea un borrador, pero convengamos que se trata del borrador de un genio. Poco más de cien páginas de puro talento y momentos de gran poesía. Piedra Infernal es lo suficientemente bueno como para que el editor no se vea en la obligación de engañarnos y así aparece una Nota sobre la edición donde la viuda de Lowry nos advierte: “Malcolm, no cabe duda, lo habría reescrito todo, pero ¿quién iba a poder hacerlo como él?”. La novela está inspirada en un episodio autobiográfico; es todo lo que sabemos. Entonces me meto a bucear en su libro de correspondencia (El viaje que nunca termina, Barcelona, Ed. Tusquets, 2000) en busca de más datos. Lowry escribe su primera novela, Ultramarina, antes de los veinte años. En 1935 es internado durante diez días en un hospital psiquiátrico de Nueva York, probablemente a causa de una crisis alcohólica, y como fruto de esa experiencia escribe la primera versión de Piedra Infernal a la edad de veintiséis años. En una carta fechada el 27 de agosto de 1951 Lowry escribe: “El genio sabe lo que quiere y va tras ello”. Podríamos afirmar que si Lowry cumplió con ese mandato fue porque creyó ser capaz de “decir algo nuevo sobre el fuego del infierno”. Bajo el volcán, Piedra Infernal y En Lastre hacia el Mar Blanco iban a ser parte de una serie de seis novelas interrelacionadas titulada El Viaje que nunca termina (las otras son: Oscuro como la tumba en la que yace mi amigo, Eridanus y La mordida); es decir, el eterno viaje de un escritor alrededor de la literatura. Por desgracia, el viaje de Lowry fue bastante accidentado y su proyecto artístico no llegó a concretarse tal como él lo imaginó. Pero como diría T.S. Eliot “Para nosotros sólo hay intento. Lo demás no es cosa nuestra”. La leyenda es conocida. Malcolm Lowry: escritor alcohólico y maldito; obsesivo a la hora de corregir sus manuscritos, tuvo una vida errante marcada por el dolor y por la pérdida. Bajo el Volcán le llevó nueve años de trabajo, período durante el que reescribió la mayoría de sus capítulos, llegando a tener hasta cuatro versiones del mismo libro, y fue rechazada por trece editores. Las mudanzas y los incendios fueron una cons-

tante en su vida. Una de sus novelas, En Lastre hacia el Mar Blanco, se perdió en un incendio que destruyó la cabaña que Lowry habitaba con su mujer en la playa de Dollarton (Columbia Británica, Canadá). Más de mil páginas reducidas a cenizas. Fue Margerie Bonner, la segunda esposa de Lowry, quien salvó el manuscrito final de Bajo el Volcán de consumirse entre las llamas. Pero vayamos hacia Piedra Infernal. Tengo el libro frente a mí y lo abro. Lowry está calentando motores, pone primera y así es como arranca: “Un hombre sale a primera hora de la mañana de una taberna del puerto, con el olor del mar en la nariz y una botella de whisky en el bolsillo, y se desliza ligero sobre los adoquines como un barco que se hace a la mar. Enseguida se adentra en una tormenta, empieza a dar bordadas y trata desesperadamente de volver atrás. Ahora cualquier puerto le vendría bien. Entra en otro bar. Sale a flote reparado con astucia, pero de nuevo vuelve a verse en apuros. Esta vez va en serio:

por poco lo atropella un tranvía… La peregrinación empieza de nuevo, pero el curso es tan errático que parece que, más que intentando recordar, esté buscando algo ¿O quizá es que, como el pobre gato que ha perdido un ojo en una refriega, busca sencillamente la vista? Ese hombre, el personaje, se llama Bill Plantagenet, pianista de jazz británico, alcohólico y fervoroso lector de Melville; cuando queremos darnos cuenta Bill, como por arte de magia (en realidad, se trata más de un pase mágico de astucia narrativa por parte de Lowry que de otra cosa), ya no está más vagabundeando por los bares del puerto sino internado en un hospital psiquiátrico. Si mal no recuerdo fue Leónidas Lamborghini quien dijo que la grandeza de Melville había sido la de cifrar el destino del capitán Ahab bajo la forma de una ballena blanca. Podríamos conjeturar, entonces, que si la ballena blanca representa el destino del personaje de Moby Dick, la fuerza destructora del alcohol y la locura configuran el destino del personaje de Piedra Infernal.

Las novelas de Malcolm Lowry están plagadas de simbolismos y por ese motivo las remisiones a Melville y a Rimbaud no son inocentes. Tampoco es casual que Bill Plantagenet sueñe o recuerde, no se sabe a ciencia cierta, con los rugidos de leones encerrados en jaulas a bordo de un barco azotado por un huracán en el golfo de Bengala. ¿Nos está hablando Lowry de Rimbaud y su experiencia africana? El libro alterna citas textuales de Rimbaud y de William Blake y también de la propia poesía de Lowry. Para hablar de barcos, escribe: “…unos barcos que, mientras se golpeaban suavemente las costillas unos a otros y mordisqueaban sin cesar la negrura suicida de la corriente, parecían contar tiernas historias de romances de verano”; “…pasaba un petrolero…siguiendo su estela había una draga que arrastraba un bote a muchas brazas a estribor, de manera remota, umbilical”. Para describir el vuelo de una paloma en un día de sol, dice: “…una paloma emprendió el vuelo en un pánico plateado…”. El tema de la locura, de la cárcel y el manicomio le hubiera dado tela para cortar a Foucault. Lowry lo sabe de sobra, pero el grado de condensación del libro que tiene entre manos no se lo permite y por eso, en lugar de escribir páginas y páginas criticando el sistema carcelario, de vigilancia y alienación de las sociedades modernas, le hace decir a uno de los personajes, a propósito del ingreso de Bill al hospital psiquiátrico, lo siguiente: “Seguro que es una manera curiosa de conocer Estados Unidos” Y luego tenemos a los locos que cuentan historias, tal es el caso del joven Garry, o a los que, como el negro Batlle, les ocurre algo extraordinario porque tratan de luchar con las palabras. Por eso si, como afirma otro de los personajes, las propuestas más creativas salen de los internos, ¿qué es la locura? Lowry parece saberlo mejor que nadie y por eso escribe: “Cuando la lluvia llegara y aliviara la sequía, el sol se habría puesto, igual que podría suceder que cuando a un hombre le sobreviniera la locura, la mente no supiera que se trataba de un alivio”. Al igual que en Bajo el Volcán, en Piedra Infernal hay una mujer. No es tanto una presencia como una ausencia. Mejor dicho: una huella; casi una marca indeleble en la conciencia de los personajes y del lector: “No importa a qué juegue una mujer; sepa jugar o no, siempre te gana”. Llego final del libro y lo cierro. Déjenme decirles algo: un gran final. Tengo la cabeza llena de imágenes del infierno y horrores privados, espectros producto del alcohol temblando en paisajes de pesadilla. Hay una idea de circularidad que se verifica en este y otros libros de Lowry. Así funciona su método compositivo, no sólo a nivel estructural sino también textual. Largos párrafos que producen un efecto hipnótico, envolvente. Piedra Infernal se lee como una droga y se cierra como un círculo vicioso. Empieza en un bar y allí es donde termina, pero antes, como en el comienzo del libro, el personaje entra en una iglesia, porque beber en las iglesias es algo que a Bill “le gusta especialmente”. Hay algo romántico ahí: Malcolm Lowry como un bebedor santo. Entre el cielo y el infierno o la tragedia de un hombre acosado por sus fantasmas. Pienso en el corazón humano, en el enemigo interior del que nos habla William Blake desde las páginas de los Cantos de la Experiencia. Y por eso Malcolm Lowry, alias Bill Plantagenet, toma. Ante un mundo de fantasmas que lo va cercando, toma para mantenerlos a raya. Eso impide que los fantasmas se acerquen. Tomar. Es lo único que uno puede hacer. Para mantener alejados a los fantasmas el único remedio es tomarse otro whisky.

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como

pasaje central de alguna de sus obras? -Ya lo hice: las playas que van de Punta Mogotes a La Perla: las usé en Historias de hombres casados, en

Mitos y Recuerdos y en El abrazo partido. Reescribo permanentemente esas cuatro horas en que, cuando tenía 6 años, me perdí en las playas de Mar del Plata.


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El habla por la ... (Continuación de página 1)

La música de cámara es ideal para la formación y la proyección de los alumnos hacia otras experiencias y aprendizajes “pero hay que saber hacerlo, no es sólo que las notas caigan juntas”. Postula que los alumnos suelen estar muy preocupados “matándose estudiando a Bach” y “tocando contra el metrónomo”, y que hay que abrirse a otra espontaneidad. En Europa, Bach y Brahms forman parte del folklore, es algo más natural. A veces se insiste sobre cosas muy complicadas, cuando quizás hay otras que no están claras en la base. Aquí, la espontaneidad está en géneros populares. Se trata de trabajar para llevar ese lenguaje natural a toda la música, en eso “toda la música se parece, la interpretación debería poder ser la prolongación natural del habla, en eso me gustaría insistir”. “Pienso que no es necesario esperar a recibirse para poder trabajar en masterclasses, es preferible hacerlo tempranamente y poder edificar el resto de las habilidades sobre esta actitud de apertura, de espontaneidad”.Quizás la actitud más favorecedora fuera no abordar a los autores por su prestigio y su complejidad, sino hacerlo con la música de acá. “Si alguien puede tocar bien un tango o una chacarera, si estas bases están bien aprendidas después se pueden aplicar a cualquier esquema musical. Se trata de poder decir yo voy a tocar esta pieza así porque la siento así. Después, si se toca algo de Bach, tiene que estar como hablado, fluir y sentirlo y no estar preocupado por si tengo que apoyar el dedo así; que sería algo parecido a recitar un poema de memoria con miedo.” Se trata de transmitir la espontaneidad, el placer de tocar. La música no empieza cuando suena la primera nota, sino antes, en la preparación, y tampoco concluye con la última nota, sino que persiste. Hay que escuchar y reflexionar, señala. GÉNEROS

LA FIGURA DEL PROCER SIGUE AGIGANTANDOSE CON EL CORRER DEL TIEMPO

El San Martín más humano

El historiador Hugo Chumbita afirma que “develar la verdadera identidad” del Libertador es muy importante en el 160º aniversario de su muerte. Las probables raíces mestizas del hombre de trayectoria ejemplar.

que hayan sido menos inteligentes. El estilo galante, agrega, es una expresión que lo dice todo, no va corriendo. Los aspectos de la música siguen, inagotablemente, en una intérprete joven que ha logrado ya una gran experiencia. Siguen y, más allá de la música, reflejan una actitud, la de asumir un camino vivido como libertad y descubrimiento, igual que los viajes, aquellos de aprendizaje y aquellos otros, los de volver para formar a partir de ese aprendizaje y mostrar las curiosas simetrías que unen al tango, a la música contemporánea y a los instrumentos históricos.

ugo Chumbita precisa que “es muy importante en este 160 aniversario develar su verdadera identidad, porque creo insostenible seguir ignorando la tradición yapeyuana que dice que fue nacido de madre india, conocida como Rosa Guarú, así como la evidencia que lo ubica como hijo natural del brigadier español Diego de Alvear”, dijo Chumbita . El historiador presentó “evidencia para una nueva acción ante la Justicia a fin de que se realice la prueba de ADN que pueda zanjar la verdadera identidad” del Libertador. UNA CONFESION “Hay grabaciones hechas por un secretario del ex presidente Marcelo T. de Alvear en las que relata que su familia era consciente de este dato, y se sentían orgullosos”, agregó. Chumbita ha informado que “están depositadas muestras de ADN de Rosa Guarú y de Alvear, y ahora falta extraer una muestra de los restos de San Martín, que es donde hemos tropezado con dificultades”, por lo que se presentará una nueva acción ante la Justicia que podría fundamentar la identidad del Libertador como un mestizo americano. En este Bicentenario de la Primera Junta de gobierno “necesitamos recuperar la memoria de los patriotas de la primera hora, que no están pensando sólo en la autonomía del imperio español sino en una república que haga realidad los ideales universales de igualdad”, enfatizó Chumbita. REVOLUCION SOCIAL

La charla prosigue y surgen muchas cuestiones, el cruce con el tango, para el cual Julien Lapeyre tiene una aptitud especial, el pasaje de eso a los instrumentos históricos (es posible, el un concierto, pasar de los instrumentos históricos a los otros, pero no a la inversa), el interés o la falta de interés por instrumentos poco frecuentes, la música que se manifiesta en distintos géneros, la sensación de que la música barroca, hoy de concierto, una vez fue danzante. Miriam Fernández se interesa ade-

dejarlo todo prolijamente anotado desde los últimos años del siglo XIX en un libro de comercio. En el libro, Joaquina incluyó una ‘Cronología de mis antepasados’ donde anotó que José Francisco de San Martín era hijo del brigadier español Diego de Alvear habido de una indígena correntina, que sería Rosa Guarú, una joven guaraní que la historia sólo ubicaba como niñera del Libertador. El texto está fechado el 23 de enero de 1877, dos décadas después del fallecimiento del prócer.

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más por la danza renacentista (pavana, contrapaso, y minué barroco, que estudió en París con Ana Yepes, hija de Narciso Yepes), ayuda, dice, a entender esa música, a sentirla, a interpretarla de un modo más vivo. Un ejemplo es las velocidades: siempre se busca tocar más rápido, pero si pensamos que eso se tocaba caminando, o dando la mano, la rapidez deja de ser lo importante. La danza de esa época, antes del ballet clásico, es más accesible. Por suerte, los intérpretes han dejado mucho escrito sobre sus vivencias y sus técnicas. Ellos, señala, están lejos en el tiempo, pero eso no quiere decir

El retorno Año a año regresa a Mar del Plata con distintos proyectos. En julio hizo, junto a Julien Lapeyre, una extensa gira que abarcó desde Tierra del Fuego a Buenos Aires, Bahía Blanca, Río Grande y Mar del Plata, con música barroca, tango y masterclasses.

En opinión del historiador, “lo que se ha olvidado en la enseñanza oficial es ese carácter social de la revolución, que no es una guerra de ejércitos profesionales sino que se trata del pueblo en armas, como se puede definir a esa formación que San Martín, Manuel Belgrano, José Gervasio Artigas, Miguel de Güemes va a dotar de armas para liberarse”. “Es lo que hoy tiene significado especial, cuando los países sudameri-

LETRA ESCRITA

canos viven una etapa de importantes luchas por cambios profundos ante la dependencia de los nuevos poderes coloniales y por una redistribución de los frutos de la independencia prometidos hace 200 años y que todavía faltan consolidar”, dijo Chumbita, docente e investigador de la UBA y la Universidad Nacional de La Matanza. Junto con esto, Chumbita abogó por “la plena emancipación del sentido cultural, con el que podamos hacer un eje en la conciencia de que somos países que tienen que luchar contra los nuevos poderes globales que han sustituido a los viejos poderes coloniales”. “Los poderes transnacionales y las potencias de la guerra hoy representan el mismo papel que en otros tiempos jugaron los países colonialistas”, concluyó. Precisamente de aquellos tiempos llega la proclama del Libertador que arengaba: “La guerra la tenemos que hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos han de faltar. Cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con las bayetillas que trabajan nuestras mujeres, y si no andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios. Seamos libres, que lo demás no importa”.

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El tema es analizado por el historiador Hugo Chumbita y el genealogista Diego Herrera Vegas en las publicaciones ‘El secreto de Yapeyú‘ y ‘El manuscrito de Joaquina’. Diego de Alvear (1749-1830) llegó al Río de la Plata en 1774, participó en combates contra los portugueses y luego contra los ingleses. En 1778, el año en el que nace San Martín, dirigió una división que tuvo la misión de establecer el tratado de límites sobre los ríos Paraná y Uruguay. En algún lugar de las misiones conoció a Rosa Guarú y concibieron al niño, que fue encomendado al gobernador de la reducción de Nuestra Señora de los Reyes Magos de Yapeyú, Juan de San Martín, y a su esposa

(fotografía de autor)

La resignificación del objeto ajeno

M Hugo Chumbita.

Gregoria Matorras, quien por entonces tenía cuarenta años y cuatro hijos. En 1780 Juan de San Martín deja Yapeyú y en 1783 viaja a España con toda la familia. En 1781, Diego de Alvear se casa con María Josefa Balbastro con la que tuvo nueve hijos; uno de ellos, Carlos María, nacido en 1789. Según los Alvear, don Diego se mantuvo siempre en contacto con la familia San Martín, costeó los gastos para que José Francisco siguiera la carrera militar, mantuvo un trato afectuoso con él y Carlos María supo que José era su medio hermano. En 1810, al producirse la Revolución de Mayo, regresan ambos de España aprovechando las relaciones de su padre en Londres y Buenos Aires, y comienza otra historia n

is imágenes son conceptuales y elegí para presentar en esta ocasión las siguientes obras S.T # 1 de la serie “Habitación” realizada en el año 2005, S.T # 1 de la serie “Lo contrario del amor no es el odio sino el miedo a amar” del 2007 y “Dx F 41.0” de este año. Su forma técnica de realización es analógica y de toma directa.

En la mayoría de mis composiciones construyo simbologías, intervengo espacios con objetos que fuera de tu contexto natural se resignifican y estos en su relación con el todo generan un diálogo propio; con un resultado hermético e intimista. Y en la otra vereda presento mi obra de la serie “Lo contrario del amor no es el odio sino el miedo

HISTORIA INTIMA La búsqueda de la identidad filiatoria de José de San Martín, posible mestizo americano, se remonta a un registro de alcurnia de una antigua familia rioplatense en el que se consigna que José Francisco de San Martín era hijo del español Diego de Alvear “habido de una indígena correntina”. Cuentan los documentos que María Joaquina de Alvear y Sáenz de Quintanilla se propuso llevar un registro de la alcurnia de su familia, una de las más antiguas de la Argentina, y

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?

José de San Martín retratado por Gil de Castro.

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer -Película Erase una vez en América: Gordo Moe: ¿Qué has hecho durante estos últimos treinta años?

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Noodles: Irme a la cama temprano. Gordo Moe: Yo lo hubiera apostado todo por ti... Noodles: Y hubieras perdido.

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Anna Karenina. Me la llevaría.

a amar” con una mayor apertura a las miradas inmediatas.

Walter Erfilio Barrios tiene 33 años, egresado de la Escuela de Artes Visuales Martín Malharro y fue este año seleccionado y becado por la Galería Isidro Miranda para cursar en la Escuela de Proyecto. Estuvo además seleccionado a la II Bienal de Fotografía Contemporánea Arte x Arte de este año, obtuvo Mención del Jurado Bienal Regional de Arte Bahía Blanca; seleccionado a la 5ta. Edición Premio de Fotografía Expotrastiendas. ¿Sin Sentido?; seleccionado al LX Salón Nacional de Rosario. Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, Rosario; y seleccionado al Premio Argentino de Artes Visuales 2006 OSDE. Imago Espacio de Arte, Capital Federal, entre otros reconocimientos.


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MATU KOCENS, AUTOR DE “PODEROSAS RAÍCES”

Grandes libros, pequeños lectores

La experiencia de ser un escritor independiente

Mitos y leyendas de la Argentina: historias que cuenta nuestro pueblo,

Siguió el consejo de su tío abuelo Javier Villafañe y hoy vende sus libros de modo directo, sin pasar por librerías. Milita en el movimiento de escritores independientes, que organiza encuentros en diversas ciudades del país. Qué es la Flia (Feria del Libro Independiente Autogestivo).

de Iris Rivera, Buenos Aires: Estrada, 2005 Colección Azulejos POR CAROLA HERMIDA

Integrante de la ONG Jitanjáfora

Iris Rivera nos invita a recorrer el país a través de las leyendas y las tradiciones orales de nuestro pueblo. La Difunta Correa, el Gauchito Gil, la Salamanca, Santos Vega, el Lobizón, la Viuda, el Sombrerudo, la Deolinda y el Pujllay son los protagonistas de los relatos que se incluyen en este texto, construido con la sensibilidad a la que Iris Rivera nos ha acostumbrado. La escritura se transforma en un discurso oral, ágil, que incorpora regionalismos y giros coloquiales propios de la zona a la cual pertenece cada uno de estos personajes. Los juegos narrativos, las oraciones breves, los toques de humor, el suspenso bien trabajado y la incorporación de diálogos atrapan al lector, como lo hace la magia del narrador experto en torno a un fogón. Al igual que todos los títulos que pertenecen a esta colección, el libro incluye una introducción en la que presenta el género y a la autora y actividades de interpretación y producción de textos en el final.

DESPUÉS DE EL NOMBRE DE LA ROSA

Umberto Eco regresa con “El cementerio de Praga” Umberto Eco llevaba siete años sin publicar una novela, y ahora por fin se anuncia El cementerio de Praga, un libro con ilustraciones a la manera de los folletines del siglo XIX, cuya acción comienza en los inicios de dicho siglo y sigue hasta los primeros años del XX. Marzo de 1897, París. Allí se encuentra al capitán Simonini, un piamontés afincado en la capital francesa que desde joven se dedica al noble oficio de falsificar documentos. Simonini no recuerda bien quién es y, siguiendo los consejos de ese tal Freud con el que solía compartir cenas en el mismo restaurante, decide poner por escrito su vida. De Garibaldi a Dreyfus, pasando por muchos de los grandes hombres que marcaron el siglo XIX, el hombre va hilando su pasado, convencido de que el ser humano sólo busca en lo que escucha y lee la confirmación de lo que ya sabe, y por lo tanto es fácil engañarlo. El cementerio de Praga es en palabras del propio autor “una novela folletinesca donde todos los personajes, excepto el protagonista, existieron realmente, incluso su abuelo, autor de una misteriosa carta al abad Barruel que desencadenó el antisemitismo moderno”. Eco está convencido de que la novela va a gustar a dos grandes grupos de lectores: el que no sabe que ciertos acontecimientos históricos pasaron de verdad, “ese que se ha tomado en serio incluso a Dan Brown y disfrutará algo sádicamente de una invención perversa, incluyendo la figura del protagonista”, y esos otros lectores que bien pueden conocer los hechos relatados, pero que “de pronto notarán gotas de sudor en la frente, girarán para ver si hay alguien a sus espaldas, encenderán todas las luces de la casa y sospecharán que eso que se cuenta podría volver a pasar”. El cementerio de Praga se publicará en Lumen en pocos días más.

E

nrolado dentro del movimiento de escritores independientes y coorganizador de la Feria del Libro Independiente Autogestivo (Flia) que se desarrolla en varias ciudades del país, Matu Kocens es un caminante que, mientras anda y muestra su música (también es compositor), ofrece a quien lo quiera su último libro de poesías y canciones, titulado “Poderosas raíces”. De paso por Mar del Plata, donde impulsa la realización de una feria similar que podría hacerse en octubre, Matu contó cómo nació esta modalidad de comercializar su obra de modo directo, un estilo que puede parecer bohemio, pero que insume esfuerzo y trabajo. “Mi primer libro se llama Barcos de agua, es de 1994, es chiquito, hecho a mano en papel reciclado, es un libro de poemas y dibujos -recuerda-. Mi tío abuelo era el titiritero y juglar Javier Villafañe, un día lo fui a visitar y le llevé mi librito de regalo, me acuerdo que Javier lo agarró, leyó un poema y me dijo que al mundo le hacía falta gente que ande por las plazas ofreciendo poesías así, le creí y salí a vender mis libros los fines de semana. Luego publiqué los libros Picos de magia, Pájaro del amanecer y ahora hice Poderosas raíces”. Con la firmeza de “trabajar en serio” para lograr llegar a la

mayor cantidad de lectores, Matu contó que “la primera edición de Poderosas raíces la vendí en mis recitales de música y poesía y en ferias de Capital Federal, la segunda edición de 300 ejemplares la vendí durante el verano en diferentes pueblos de la provincia de Córdoba, y ahora tengo una nueva edición un poco más cuidada que las anteriores, vendí varios libros en plazas y bares acá en Mar del Plata”. Sin embargo, este modo de vender su obra no es sencillo. “Hay que tener paciencia porque la mayoría de las personas cuando les ofrezco un libro de poemas y canciones ni siquiera lo reciben para echarle una mirada, y son pocos los bares que te permiten intentar ofrecerlo a sus clientes”, reconoció. El poeta, que en sus poesías habla de la inmensidad del universo e insiste con la libertad, señaló que el movimiento de Flia agrupa a escritores, editores, poetas y cuentistas, pero también a fotógrafos, músicos, actores y pintores “que creen en la autogestión como herramienta de construcción”, señaló. Las ferias de Flia fueron, en sus comienzos en Capital Federal, una suerte de “contraferia del libro”, en respuesta a la multitudinaria que se hace todos los años en el mes de abril. “Después se hicieron ferias en fábricas recuperadas, centros

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culturales o espacios tomados siguió-. Y ahora se expandió, se hicieron Flias en Córdoba, en El Bolsón, en Rosario, en Resistencia, en La Plata y en Santiago de Chile, no se cobra entrada y los escritores no pagan por sus puestos. Casi todos leen sus poemas en el escenario, predomina el buen espíritu, va mucha gente, vendemos nuestros libros y discos”. -¿Se puede hablar de un verdadero movimiento de escritores independientes? -Sí, esto lo demuestra la cantidad de ferias y encuentros que se hacen constantemente desde Misiones hasta el Bolsón, y en Chaco y Mendoza y hasta en Chile. También hay muchos escritores viajando por el país haciendo la experiencia de vivir de su arte. Escritores que hacen sus libros y que la pelean todos los días y salen a la calle a venderlos, a intentar escribir un poema más, y eso hoy es alucinante. No creo que este movimiento tenga una característica, tiene un inmenso amor, fuerza y ganas de inventar universos.

Poderosas raíces Todos los infiernos más hermosos de tu corazón conquistaron mis sentidos. Aún no podemos ver. Algunas luces hay prendidas y eso no nos sirve, nada alcanzamos al llegar la madrugada tan silenciosa. Nadie traerá fuego, ni se quemarán las penas que no se han ahogado en tantos tragos sucios de veneno falso. Se puede crecer, hacer nacer nuevas poderosas raíces después de tanto dolor y soledad. Es todo tan bello, hay tanta magia en los cielos del amor que es dulce, todo es nuevo cada día,

no hay maldades que se acerquen a mirarnos ni de lejos porque no se los permito. Tengo fuerza, tengo amor, me siento libre, sano y puro, acercándome de a poco a la bondad que hay en los ojos de mis seres más amados, que dan luz y me iluminan. EN SUEÑOS

Alguien vendrá a buscar los restos de esta noche interminable de armonías. La música fluye, las notas son diamantes explosivos. Puro espíritu, música

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer ¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?

Kocens, en una de las Ferias del Libro Independiente que se hacen en diversas ciudades.

-Nunca jamás. Nunca lo haría. Me parece un acto despreciable.

del amor, melodías que cautivan todo en sueños, enloquecen los sentidos que parecen siempre ocultos. Luego tal vez los cielos cambien de color, o los ojos se vuelvan ciegos, la memoria se derrita y se haga lava que calienta a la montaña. El atardecer hace al cerro violeta brillante, luego el cielo se oscurece y el color negro parece tener vida en el aire. El fuego ilumina tres o cuatro metros, la oscuridad está ahí nomás, tan amable y santa. Se nos viene una noche alucinante...


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Destacada labor de marplatenses en las Olimpíadas de Poesía El viernes 20 de agosto los alumnos Ramiro Alfaya ( 4° 4°) , Joaquín Galindo (5°1°) y Mauricio Hankovits (5°1°) del Colegio Nacional Dr. Arturo U. Illia obtuvieron una resonante actuación en las XI Olimpíadas Colegiales de Poesía, organizadas por APOA (Asociación de Poetas Argentinos). En julio, los estudiantes resultaron finalistas entre mil ciento veinte trabajos enviados por alumnos de todo el país. La final de las XI Olimpíadas, para la que se prepararon con la profesora de Literatura, Evangelina Aguilera, se realizó en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de las XI Jornadas Itinerantes de Poesía. La final consistió en la creación de un poema, en un tiempo máximo de dos horas y media, conforme a instrucciones elaboradas por la Asociación de Poetas. El alumno Joaquín Galindo fue distinguido con la Segunda Mención de Honor en su categoría. “Como integrantes del Colegio Nacional Dr. Arturo U. Illia nos sentimos orgullosos de la participación y desempeño de nuestros estudiantes, quienes nos animan a seguir apostando a una calidad educativa de excelencia, comprometida y participativa”, dice el comunicado de la entidad educativa.

■ Lecturas

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1.”BLANCO NOCTURNO” 2.”LA VENGANZA DE LOS PATRIOTAS” 3.”LAS VALKIRIAS”

Ricardo Piglia. Miguel Bonasso. Paulo Coelho.

Anagrama. $59. Planeta. $69. Grijalbo. $65.

FICCION 1.”FIRMENICH. LA HISTORIA JAMÁS CONTADA DEL JEFE MONTONERO” Felipe Celesia y Pablo Waisberg. Aguilar. $69. 2.”EL ESCARMIENTO” Juan Bautista Yofre. Sudamericana. $75. 3.”SIETE FUEGOS. MI COCINA ARGENTINA” Francis Mallmann. Vergara y Riba. $139.

Recomendados: 1.”MONOAMBIENTES. MICRO RELATOS DEL NOROESTE ARGENTINO”. 2.”CONTRA EL REVÉS DEL CIELO” 3. “MALVINAS”

Jimena Busefi. Mario Sampaolesi.

Ed. Desde la gente. $18. Ediciones del árbol. $38. Ediciones del Dock. $30.

Recomendados: Fragmento de “La aventura del pensamiento”, de Fernando Savater

Dos siglos de ciencia en Argentina A través de una serie de cortos capítulos ilustrados, “Una gloria silenciosa”, libro recientemente editado por “Libros del Zorzal”, recapitula y presenta los aportes a las ciencias experimentales con significación universal efectuados en nuestro país. Escrito como contribución a las celebraciones del Bicentenario, el texto parte de los remotos orígenes virreinales de la ciencia en el Río de la Plata, pero se concentra en los dos siglos transcurridos entre 1810 y 2010, para pasar ágil revista a una selección de personajes, disciplinas, problemas científicos, logros y centros de investigación que merecen ser conocidos y recordados. Debido a que explora en escorzo muchas dimensiones culturales y sociales de la historia que relata, Una gloria silenciosa traza, en suma, las líneas maestras de una breve historia de la ciencia en la Argentina. Escrito por un historiador y filósofo de la ciencia argentino con larga experiencia en la divulgación y el ensayo, el libro evita tanto los tecnicismos científicos como los abstrusos análisis sociológicos que sólo interesan a los especialistas, mientras que conserva la profundidad del análisis y el rigor informativo exigidos por el tema. Miguel De Asúa es doctor en Medicina, máster en Historia y Filosofía de la ciencia y doctor en Historia. Actualmente es investigador del Conicet y profesor en diversas universidades. Recibió las becas Guggenheim, British Coun–cil y Fundación Antorchas, entre muchas otras. Sus últimos títulos publicados son Los juegos de Minerva (2007) y La ciencia de Mayo (2010). También acaba de editarse “La Política Internacional Subnacional en América Latina”, de Luis Maira (Editor) Este libro examina un fenómeno nuevo en los países latinoamericanos. Se trata de la actividad internacional de los gobiernos sub-

(publicado por Debolsillo) Si ustedes preguntan a un anglosajón quién es el filósofo más importante del siglo XX, casi sin duda les contestará que es Ludwig Wittgenstein. Pero si esa pregunta se la hacen a un europeo continental, inexorablemente responderá Martin Heidegger. Ambos nombres implican dos caminos totalmente divergentes de la filosofía. Siempre se ha dicho que la filosofía anglosajona –la de Inglaterra y los Estados Unidos- y el pensamiento continental europeo recorren vías diferentes. Podríamos decir que Heidegger es un filósofo oscuro, que comenzó como profesor adjunto de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología, y siguió una escala académica hasta llegar a rector de la Universidad de Friburgo en pleno nazismo. Algo que marcó el final de su

nacionales: provincias, regiones, Estados o comunidades autónomas. En los diversos trabajos que dan forma a La Política Internacional Subnacional en América Latina, se aborda este fenómeno de manera comprensiva, por lo que debiera convertirse en un texto orientador de los programas y esfuerzos que vendrán en este campo. Una primera sección examina sus aspectos teóricos, tanto en el campo de las estrategias de regionalización como en la Teoría de las Relaciones Internacionales. Luego, entrando al estudio de casos, pasa revista a las experiencias de México, Brasil y a la situación que se genera en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, que ha tenido mucho seguimiento en los años recientes. Una tercera sección está dedicada al análisis en profundidad de la importante relación subnacional entre Argentina y Chile en las dos últimas décadas. Luis Maira es experto en relaciones internacionales. Ha sido parlamentario, ministro de Planificación y Embajador en México y Argentina. Es ex director del Instituto de Estudios de Estados Unidos en el CIDE, de México y ex coordinador académico de RIAL (Programas de Relaciones Internacionales de América Latina). Su último libro es El Largo Conflicto entre Chile y Bolivia. Dos Visiones, junto a Javier Murillo como coautor (Taurus, 2004).

carrera académica y fue una situación que después de la guerra le acarreó gran cantidad de reproches. A finales de los años cincuenta volvió a aparecer discretamente en la vida pública y su obra fue recuperada. ¿Fue nazi Heidegger? Esa es una pregunta que a lo largo de estos años se ha hecho muchas veces. No cabe duda de que aceptó y colaboró con el régimen nazi y, por supuesto, no se opuso a él en modo alguno, a pesar de que sus seguidores se preocupan por mostrar supuestos actos de resistencia. Dio discursos entusiastas a favor de Hitler, pero también es verdad que es su pensamiento ultraconservador, todo lo contrario a cualquier ideología progresista en cualquier sentido del término, hay diferencias fundamentales con el ideario nazi.

“I” POR CRISITIAN VILLARREAL

Me siento ¿me siento? No, camino. Windows Media Player. Así va entrando por mis oídos, ¿qué hago? Alguien habla ¿Todo bien? Ya me distraje. Disculpame, me voy. Vuelvo al papel. Ya llegó. Empiezo. Una línea, una laguna ¿Un bote? Nada. ¿Qué andás haciendo? Ahora se puso Led Zeppelin ¡Un bote! Remo, fluyo, ya crucé la

laguna, sigo, camino, troto. Estoy corriendo. Veo un caballo. Arriba. Galopo, siento el viento en mi rostro. Suena Iron Maiden. Se frenó mi caballo ¿por qué? Es que hay un acantilado. Necesito algo para saltar. Me engancho en una conversación. El aleatorio elige Foo Fighters. La lapicera no larga nada, che. ¡A comer! Volví. Está Raly Barrionuevo. Sigo escribiendo. ¡La letra i! ¡Cierto! Llega un águila gi-

gante y me captura con sus garras. Cruzamos el acantilado, aterrizamos. Ya se fue. Camino, más lentamente. Me dirijo al castillo del Gran “i”, uno de los veintisiete defensores del habla. Cuando estoy por entrar me registran, no quieren correr riesgos ¿Cambia el tema? Sí, es Sumo. Llego al encuentro del gran “i”. Le pido ayuda con mi cuento. “¿Eres idiota?, ya lo has terminado”.

La mañana de los quince años POR LAUTARO RIVARA

Un señor ya maduro caminaba con parsimonia pueril, deleitándose con cada paso con sabor a mañana. Las manos en los bolsillos, tiradores color aceituna, una flor en el ojal como un galán de otra centuria. Un silbido cabizbajo dibujando tonos siempre mayores, y una melancolía de planeta en su andar tranquilo. Sus pies casi marchitos pateaban una tapita de botella. Un golpe de su pie derecho, un chasquido, un revoloteo ingrávido y el desplome suave a unos pasos. Un golpe del pie izquierdo y una ligera curva antes de la caída. Golpe derecho y vuelta a empezar, con la tapita ensuciándose de la tierra negra empapada de ozono y mañana. Su pasatiempo era tonto, lo sabía, pero poco le importaba. De pronto un golpe de inusitada vitalidad eleva la tapita más de la cuenta, y por circunstancias inéditas o

quizás por cierto resurgir de sus años dorados como delantero, esta va a dar contra un vidrio que se desgrana en reflejos y astillas. El restallar de cristales se propaga con un sonido inexplicable. El señor apesadumbrado no alcanza a coordinar músculos y pensamientos cuando la señora del primero C sale furiosa empuñando un palo de amasar, como si este fuera un arma capaz de descorcharle la cabeza. El repertorio de insultos no se hace esperar y este ruboriza al hombre hasta la punta de la nariz. Consternado agacha con mansedad la cabeza y musita algún ensayo de disculpas. Entre el palabrerío dos vocablos lo lastiman particularmente: viejo alcornoque. El señor regresa engalanado con sus tiradores color aceituna y su paso pueril, pero su flor luce acaso algo marchita. Las palabras de la vecina lo aplastan como una profecía, y en el camino de vuelta, la cara se le puebla de arrugas y envejece 15 años de un suspiro.

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo

que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuáles los salvados? -Sólo puedo hablar de los que salvaría: La Torá,

Enemigos, una historia de amor, de Isaac Bashevis Singer; y Dormir al sol, de Adolfo Bioy Casares.


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Una Bugia Veniale POR ROSARIO HOLLMANN

Que sea una cuestión de fe, que mine el fardo católico, y se oigan las voces: ¡Per’l amore de Dio! Si los cayos no te importaban, ¿Por qué, no caminaste sobre tierra, en vez de hacerlo sobre el agua? Y mientras, tú aliento intentaba ser el mío. Ni en el Nuevo Testamento, ni en el Diagramma Della Vertiá, oculto bajo dobleces matemáticos, o la funda de la sábana, en ningún lado estaba explicado; ¿Cómo hacer para alejarte /de mi aliento? Y se oyeron las voces: ¡Per’l amore de Dio, che coglioni che ha questa!

Paraíso.3

Eras más difícil de entender, que DIII ¡Y mira lo que te digo! Necesitabas la arrogante verdad, y tu sed te daba de beber, jugabas a ser Dios, pero la piedra angular, que construyó la iglesia, fue la misma que la destruyó. ¡Per’l amore de Dio! En estados inducidos, iluminada, pellizcada. Y la burda verdad, te golpeó, con deliberada fuerza, y tú gemido, se convirtió en hielo seco, cuando comprendiste. Y no hiciste más que gritarme: ¡Quereme, per’l amore de Dio!

POR LUCIANO W. FRANCO

Contagio POR RICARDO CALCABRINI ricardocalcabrini@hotmail.com

E

ste invierno es particularmente duro. No da tregua. El gris ganó la batalla de los colores y se trata, solamente, de una guerrilla de matices para definir el tono del día. La llovizna permanente ha logrado embarrar el pavimento y mancillar toda esperanza. El agua dio paso a la tristeza que, persistentemente, cae sobre la ciudad. Sólo se ven rostros compungidos, escondidos dentro de los propios hombros, que miran hacia el suelo y buscan, infructuosamente, un lugar donde guarecer la desventura cotidiana. Recordamos al sol. Se lo menciona como a un dios errante al que hay que invocar, pero, en voz muy baja para no aumentar la ira -ya desatada- por la impiadosa deidad de la lluvia. El mar se bate agitado. Una fuerza oscura lo transforma y lastima en sus entrañas. No es el mismo del verano pasado. Es un monstruo que amenaza con devorarse la ciudad costera. Las casas huelen a humo. Hogares y salamandras dejaron de ser objetos decorativos para convertirse en artículos de uso cotidiano. Con frecuencia la calefacción a gas no alcanza y los vendedores de leña hacen –literalmente- su agosto. Las noticias televisivas -con ese tono catastrófico al que nos tienen acostumbrados- anuncian la persistencia del mal tiempo por toda la eternidad. Vos tenés el humor del cielo. Yo también. Los bares están oscuros, aún con las luces encendidas. Los parroquianos miran hacia afuera con la mirada teñida de melancolía. Releen, sin mirar, el diario que ya está húmedo y ajado. Alguien mencionó a la primavera. Se dice de esa época de sucesos breves, silenciosos y perfumados. Recordaron que, ahora mis-

mo, se están gestando los brotes de jacintos que se aprestan a explotar en los jardines. Que arde el corazón de los sauces y se anunciará en un fuego repentino teñido de verde. No lo creo. Hoy no creo en la primavera, ni en los jacintos, ni en el verdor de los sauces. No creo en ningún verdor. Sólo el gris del invierno es real. Me voy a dormir, me decís, ¿venís? Ahora voy. Termino de ver la película (que no estoy mirando) y voy. Cuando llego estás profundamente dormida (o parecés estarlo). En la habitación hace frío. Quizá se note más porque el esfuerzo calórico está puesto en entibiar los lugares de permanente estar. Tal vez haga frío extra. Acurrucada, mirás hacia tu pared dándome la espalda. Al acostarme trato de no molestar y que el frío no se filtre en la cama. Acomodo la almohada –me gusta baja y a vos alta, imposible confundirnos- y comienzo a buscar una posición para dormir. Intento hacer mimetismo de formas y me acurruco buscando que lo cóncavo encastre con lo convexo. Un leve estremecimiento tuyo me indica que debo desistir del intento. Paso mi brazo derecho por tu cintura y descubro que no sé dónde apoyarlo ni de dónde asirme. Suavemente giro y quedo mirando el techo. Finalmente, me doy vuelta y miro hacia mi pared. Me hago un ovillo para evitar lo gélido del momento. Sin querer te rozo y, nuevamente, te corrés más allá del abismo. Yo hago lo mismo, pongo distancia, a modo de disculpas. Comprendo la situación. Es una cuestión de salud. Se trata de evitar el contagio. Cualquier roce puede traer consecuencias no deseadas e inevitables. Está probado que, si nos mantenemos demasiado cerca toda la noche, lo más probable es que despierte enfermo de un silencio oscuro y una lánguida nostalgia. Y, aunque sea el más lejano de mis deseos, es seguro que amanecerás con el alma transida por una tristeza sin fin…

Fue una verdadera obra de arte. El escultor le dio forma a la figura de una manera singular, sin precisión anatómica, la cual sacrificó en nombre de los infinitos rectas y planos. Los dos brazos extendidos a los lados, los pies superpuestos allí abajo y la cabeza levemente inclinada hacia la derecha. Todo lo consiguió sin una sola curva. Era una figura angular de gran belleza, tanto que no lo comprendieron. En ocasiones a la belleza hay que explicarla y la forma en que se lo haga es la culminación estética de la obra. El escultor regresó a su casa arrebatado de dolor, con el disgusto en las manos y en el alma. Su espíritu tenía un doblez y eso interpretó el corazón que le estalló sin previo aviso. No hubo dolor. No me gusta el dolor, aunque piensen que no estoy siendo sincero. Es cierto que sus familiares se angustiaron no todos- y que algunos colegas de la Escuela Municipal de Artes hablaron de injusticia… La muerte es biliosa para la mayoría de los humanos porque no tienen la fe suficiente para distinguir que puede salvar a más de uno. ¿De qué beneficio hablaríamos en el caso del escultor si su permanencia con vida habría sido una tortura? El hombre de brazos pequeños pero manos grandes, sonrió al verme. Quiso llorar y no pudo. -No hay llanto acá. Además, no te sientas culpable, que si estás en este sitio es porque has sido perdonado. -Yo no creía que… -Eso ya pasó. -¿Estoy muerto? me lanzó la pregunta infalible y para la cual tengo la respuesta automatizada. -Esas son sólo palabras… ¿Te sentís muerto? le dije. -No… ¿y dónde estoy, en el Cielo? Después de mi sonrisa, asomó Tuligaldo y lo presenté como el encargado de darle las demás explicaciones. Al escultor no le llamó la atención el menudo tamaño de su guía, ni tampoco la característica manera de moverse. -Este es el momento en que me despido y en el que te concedo la última pregunta. A partir de ahora, te espera una etapa interminable de aprendizaje y Tuligaldo o los demás como vos te podrán instruir, le adelanté. -Lo único que quiero saber es si todas mis esculturas, cada golpe de cincel que di, cada idea que tuve fue mía. Porque ahora que te conozco debo dar crédito a quienes decían que todo lo que sucede es por obra tuya… -Si fui capaz de impedir que perdieras un dedo aquella mañana cuando trabajabas en el rostro de Jesús puedo ser capaz del resto de tu obra, pero quedate tranquilo… Cuando se trata de un artista, yo impido lo malo y él mismo hace lo bueno. Desaparecí de allí mientras Tuligaldo le sugería certezas acerca de la inexistencia del sol en este paraje. -Hay claridad y sensación de una temperatura ideal, y las hay en un estado de tal constancia que dejan de ser advertidas. Es lo mismo que ocurre con el bienestar corpóreo -le dijo mi ayo. El escultor, de nombre Fernando Portas, preguntó si era cierto que se iba a poder encontrar con otras personas y Tuligaldo le dijo que sí. Que había distintas secciones, pero que algunas de ellas eran impenetrables. -La gente que fue famosa y que es muy admirada debe estar protegida, porque si no seguiríamos en la misma que allá abajo. Aunque acá lo que sobra es tiempo, los admirados no podrían estar haciendo otra cosa que no fuera saludar, recibir elogios, reconocimientos. El rostro de Fernando Portas se estiró hasta el límite previo al llanto. Hasta ese límite. Su padre había sido el gran Eugenio Portas. Y aquí arriba la regla de intervenir, es inapelable. (Continuará la próxima semana)

Las 8 preguntas para Marcelo Birmajer

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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le

preguntaría? -Hace muchos años he aprendido que a los escritores favoritos nunca hay que preguntarles nada. Nada de

lo que digan personalmente puede ser mejor que sus escritos, e incluso pueden intoxicarnos el placer de su lectura.


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