ISSN: 2665-434 (EN LÍNEA)
EDICIÓN NO. 03
Diciembre, 2020 Armenia, Quindío Colombia
COMITÉ EDITORIAL
Ángela María Quntero Ojeda Jhonathan Villegas Betancourth Alejandro Valencia Garzón Gabriela González Gómez Maria José Porras Sepúlveda John Andrés Alzate Calle
DIAGRAMACIÓN Maria José Porras Sepúlveda John Andrés Alzate Calle CORRECCIÓN DE ESTILO Jhonathan Villegas Betancourth ILUSTRACIONES Gabriela González Gómez Ángela María Quintero Ojeda Alejandro Valencia Garzón PORTADA Y CONTRAPORTADA Alejandro Valencia Garzón PERIODICIDAD Anual CONTACTO Dudas, críticas, sugerencias, escríbenos a laexpuesta@gmail.com
EDITORIAL Mientras el mundo afuera continúa repartiendo el miedo en el espacio vacío de los dos metros de distancia, y los medios ya cansados de las cifras presentan una noticia del virus seguida de una de farándula; el arte, adentro como afuera, ha posibilitado como tantas otras veces, una dialéctica con el silencio. Y ese silencio, entendido como aquello en donde resbalan valles y ecos y que hace inclinar las frentes hacia el suelo, como lo escribiría García Lorca alguna vez, ha sido el encargado de hacer reposar la mirada y el cuerpo de maneras diferentes. Seguro que alguien ha encontrado una vieja fotografía mientras revisaba los cajones atorados de su armario, alguien ha encontrado el antiguo llavero perdido mientras barría debajo de su cama, alguien se ha puesto a contar, uno a uno, los hilos de una telaraña ya abandonada, y alguien ha encontrado una manera más cómoda de apoyar sus brazos en el alfeizar de la ventana. Por todas las casas llegó a extenderse el silencio como si del polvo se tratara, quizá más antes que ahora, pero el silencio tuvo su momento de gloria y conquista, y fue omnipresente como extraño. De un momento a otro nos mudamos a otros lugares más vacíos que las calles en toque de queda. Pasamos de verle los ojos cansados o brillantes al compañero de al lado, para escuchar nada más que voces fantasmas envueltas en un sonido metálico, robótico, aglutinado. No obstante, de la mezcla entre el silencio y la extrañeza, pudimos dar forma a estas nuevas maneras de estar y de crear. La imaginación sirvió como un conector de mundos, la quietud como un ejercicio para la mente, la contemplación como un teléfono emitiendo una ininterrumpida conversación. Es por esto que en esta tercera edición de la revista La Expuesta, hemos recogido un conjunto de propuestas hechas desde el tiempo lento en su dialéctica con el silencio, esa comunicación introspectiva que se nutre de la contemplación de las cosas y los sucesos. Les ofrecemos entonces una pequeña puerta para que pasen, disfruten y constaten, junto con nosotros, que la creación se amaña hasta en una habitación de dos metros por dos metros, y no le importa siquiera que esta no tenga puertas ni ventanas.
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Patria (Negra o al revés)
Crescendos con una sola nota
Sin Título
Alejandro Valencia
Nahum José Villamil
Jhoyman Bedoya
15 19 Maquina, cuerpe y lentitud
Sebastián Marín
Marginal Landscapes
Juan Camilo Jimenez
24 28 Carta para Juana
Stefanía Díaz
Las redes sociales como espacio de representación y reproducción de privilegios
Carlos Alberto Castaño
CONTENIDO
31 “Silencio”
Leandro Ocampo
33 38 42 45 Hogar
Ximena Enriquez
(Cartografía) Las cosas de la casa
Leydi Carolina Ardila
La máquina del amor
David Arturo Veloza
Lavado de manos
Maria Teresa Cruz
47 50 52 54 58 El paso del tiempo
Ana Pobo
Wi-fi home
Edwin Morales
#Historias de cuarentena
A-lab laboratorio de creación
Luz y color del mediterraneo
Ana Castañer
Sal
Ximena Rivera
60 62 64 68 75 Diez radiografías
Laura Yazmín Posada
Decapitación
Mateo Hernández
Abrazos en pausa
Cuerpo y máquina
Sandra Johana Silva
Sebastian Marín
Así va el programa
Luis Enrique Vargas
LA EXPUESTA
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PATRIA (NEGRA O AL REVÉS) Alejandro Valencia Artista Visual / Docente alejandrovalenciaa@gmail.com
Patria (negra o al revés) es un proyecto que vengo realizando desde el 2018 cuando empecé a recolectar y archivar el periódico local de Manizales, LA PATRIA. Me interesó el periódico no solo por su función de medio comunicativo, sino también como un documento que a su vez archiva lo que sucede tanto en el contexto local como en el nacional. Pensé en cómo los periódicos influyen directa o indirectamente en la construcción, y a veces destrucción, de la imagen e identidad de la sociedad colombiana; también en cómo el título y contenido, textual y visual de este periódico “LA PATRIA” se relacionaba con la idea misma de lo que constituye nuestra misma nación. A partir de esta noción comencé a “censurar” con tinta negra toda información textual dejando solo lo visual, y ver cómo la relación entre “PATRIA” e imágenes creaba múltiples lecturas de cómo Colombia se representaba en los medios impresos. El proceso de este proyecto ha sido largo y lento. Aunque el archivo no es de un año lineal, los periódicos han servido como un documento físico de lo que sucede en nuestro país. Últimamente, me encuentro leyendo y revisando cada uno de estos archivos mientras los cubro minuciosamente con la tinta, ya que el tiempo mismo se ha trastocado por la pandemia que nos abarca. Se me hace imposible no pensar en cómo esto nos afecta como sociedad, ya que podemos medir un gobierno y una sociedad por cómo se maneja en un momento de crisis, algo que parece ser endémico de este territorio. En contra de esta idea que ronda de reinvención, y gracias a este exceso de tiempo que nos invade, pienso que si antes no alcanzamos a detenernos para pensar en quienes PATRIA (Negra o al revés) Alejandro Valencia Tinta sobre periódico LA PATRIA (Manizales) 10 de 365, 32 cm x 32 cm (cerrado) 2018-2020
Encuentra más del trabajo de Alejandro en: http://www.alejandro-valencia.com
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CRESCENDOS CON UNA SOLA NOTA Nahum José Villamil Garcés Escritor y crítico literario nahumvilla@hotmail.com Ilustración por Ángela María Quintero
La Expuesta / Textos
Al cruzar ciertos umbrales de la edad, restan pocas situaciones que puedan cometer el impudor de sorprendernos con la guardia baja. Tras salir de La Sorbonne, donde dictaba un curso sobre la composición del paisaje en los poemas de Pierre Jean Jouve, bajé las escaleras de la estación de Abbesses y tomé el metro con dirección a Porte de Versailles. Unas inconfundibles notas de Mozart, provenientes de una flauta tan delgada como su intérprete, inundaron el frío subterráneo. Aquel hombre, por lo demás virtuoso, sólo cometió unas imprecisiones producto del cambio de sentido que marcan los rieles al abandonar los andenes de Pigalle. La robótica voz del metro anunció la siguiente parada y él detuvo su interpretación, caminó por entre los pasajeros, quienes lo miramos como descifrando un arcano o aguardando su magia, y dijo algunas palabras que nos invitaban a su última pieza. Allí escuchamos el rumor de otros confines y el fulgor de unas notas cuya ejecución me presentó a la música llevada al estado de gracia, a ese acento fugaz inobjetable con que se manifiesta el milagro. Balbuceé “¡C’est magique!”. “C’est un porro”, dijo al despedirse. No recuerdo la forma precisa en que el texto llegó a mis manos, pero referiré algo de su composición, para que pueda comprenderse el fervor que despertó en mí. Un joven Mozart asiste al concierto de año nuevo en Viena y copia, de su primera escucha, el Miserere de Allegri. Esta historia es harto conocida. Aquello que seguimos desconociendo es cómo esa ocasión de 1770 importó una vertiginosa sensibilidad en el precoz genio de Salzburgo. El cuento refiere que Mozart y su padre tropiezan con un grupo de músicos de San Pelayo, quienes deslumbran al jovencito con sonoros colores cuya belleza es irrecuperable para la doctrina, pero ingobernable en las cimas del placer. Aunque arbitrario e históricamente falso, concedí en rastrear las claves en Don Giovanni y La flauta mágica, donde encontré cada leve simetría y donde las oberturas se me hicieron tan diáfanas como las interpretaciones referidas en el cuento.
Sí, la música era la misma, no podía ser otra que la interpretada en el metro. Fatigué cada línea y cada tren para dar con aquel flautista y encomendarme a las licencias de su imaginación. No lo hallaría más en el laberinto del subterráneo, pero la ambigua fortuna me haría encontrarlo mientras repartía volantes para el Réquiem de Mozart en La Madeleine. Me acerqué para decirle, apelando a mi posible rostro bondadoso, “Travailler au noir est interdit par la loi”. Me entregó un volante y dejó deslizar su respuesta: “no publicar en español, también es delito”. Tal fue el calibre de mi primer encuentro con Pablo Montoya. No creo encontrar forma más válida de iniciar a alguien en los placeres de su lectura que esta anécdota personal. En su casa, una pequeña buhardilla con poco más que baño, cocina y dos camas, conocí parte de su marginal vida parisina. Compartía espacios con un bosnio que huía de las guerras yugoslavas y con quien apuramos vinos de las menos reputadas procedencias. Lo mejor, y esto lo digo con emoción inobjetable, fue conocer la profusa obra que entretejía junto a la pequeña ventana cuya luz invitaba a la escritura. Su conocimiento histórico era, cuando menos, vigoroso y revelador. Conservo aún las cadencias y el impacto que me produjo aquel “Vercingétorix y Rembrandt” en el que el galo prefiguraba al pintor con sus más inusitados y ardorosos arrebatos creativos. Sí, Montoya siempre comprendió que los pliegues de la historia no eran más que hierros hirvientes y dispuestos al remezón del martillo sobre el yunque del tiempo. Me resta acusar que en sus páginas se fraguaban músicos, viajeros, pintores, fotógrafos y demás cultores de los breves signos de la bienaventuranza. Pero he de aclarar que, para entonces, el rigor de la poesía fue imponiéndosele en cada momento. Con la misma belleza que La Expuesta
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avizoraba porros en Mozart, enunciaba las playas de Tomos que jamás había pisado como las pisó Ovidio, o navegaba, en mercados de pulgas, los más intrincados daguerrotipos como un corsario que conoce de antemano las sagradas tempestades, los remotos naufragios y cuáles son los puertos propicios de la historia para colmar La sed del ojo o retirar el velo a las divinas infamias. Me permitiré una confesión, poco afortunada, que no es necesario tomar como cierta. Montoya extravió las casi seiscientas páginas que componían su narrativa particular del mundo. Hoy, con dignidad de condenado, prefiere señalar que aquellos textos y memorables personajes fueron olvidados por la impericia de su juventud. Yo que los devoré con suma satisfacción vengo a lamentar que se hayan perdido, acaso por error, la noche en que el bosnio se llevó la flauta, dos camisas y un bolso en el que iban pocos billetes y la mejor historia del arte que jamás vieron mis ojos. Antes del robo, por eso nunca me exalté, Montoya era capaz de escribir crescendos con una sola nota. El presente reafirma esa postura que le expresé al dejarle mi flauta. Espero que Pablo no se enoje por contar que el bosnio coincidiría conmigo1.
¹“Crescendo d’une seule note”, versión original del texto, fue publicado por Zoltan Borval en la revista Les Catacombes, Annecy, septiembre de 2004. Desde entonces, Montoya ha publicado más de 15 libros y recibido, entre otros, los premios Rómulo Gallegos (2015), José Donoso (2016) y José María Arguedas (2017). Carlota Dalto, traductora de Borval, señala la presencia temprana del poeta Ovidio, quien en 2008 protagonizaría Lejos de Roma, la segunda novela de Montoya.
“Sí, Montoya siempre comprendió que los pliegues de la historia no eran más que hierros hirvientes y dispuestos al remezón del martillo sobre el yunque del tiempo.”
SIN TĂ?TULO Jhoyman Felipe Bedoya Giraldo Artista Visual jfbedoyag@uqvirtual.edu.co
La Expuesta
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Soy Jhoyman Bedoya, mi proceso creativo es relativamente corto, he tenido la oportunidad de hacer parte de diferentes exposiciones nacionales y departamentales. El interés por la creación inicia con la exploración de diferentes temáticas relacionadas con la sexualidad y en especial con las políticas de género, interesándome por el desnudo, las relaciones entre personas del mismo sexo (en especial los hombres), hecho que me ha llevado a usar la auto-referencialidad para exponer diferentes intereses pictóricos y visuales. Esta vez presento una serie que se está consolidando poco a poco. Para esta serie de retratos mi principal fuente de inspiración son los hombres, amigos, conocidos o extraños los cuales retrato en lápiz carboncillo. Una de mis intenciones es ir en busca del homoerotismo en su forma más sencilla y sutil, un homoerotismo sin necesidad de ser exhibicionista, más bien presentando el sexo masculino en su forma más simple y humana, la cual, por sí sola, encierra belleza. El trazo del dibujo es una parte fundamental del proceso, el dibujo encierra su misterio, se podría decir que es el inicio de una idea, de un pensamiento que va tomando forma paulatinamente; la visualización de aquello que se desea, de aquello que está fuera de uno y se intenta proyectar a través de formas, en este caso los retratos, ya que para llegar a la abstracción me es necesario empezar por la figura. Finalmente, los dibujos no cuentan con un título, la serie aún se está construyendo y lo que presento aquí es el inicio de un proyecto más amplio. Los retratos continuarán su curso y muy posiblemente las reflexiones se moldeen y cambien en el proceso.
Sin título Jhoyman Felipe Bedoya Giraldo Lápiz carbón 2020
Encuentra el trabajo de Joyman en: https://www.behance.net/joybedoya
Encuentra más del trabajo de Jhoyman en: https://www.behance.net/joybedoya
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MÁQUINA, CUERPE Y LENTITUD Reflexión en tiempos cambiantes
Sebastian Marín Castaño Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío samarinc@uqvirtual.edu.co
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“Siento que la industrialización y el consumismo han alejado al hombre de la espiritualidad, empobreciéndolo y haciéndole creer que si no posee cosas no es nadie.” María Teresa Hincapié
En esta narrativa busco hablar del contraste entre una vida agitada y una lenta, de una cuerpe de 22 años que habita un hogar clase media baja acomodada, sujeta a mantenerse alejada, excluida y aislada de lo que antes formaba parte de su vida diaria, de su cotidianidad. Los cambios que se le presentan al cuerpe están relacionados a la transformación global que su mundo vive. Estos cambios que se le obliga al cuerpe experimentar nacen desde los sentimientos de miedo, desesperación y ansiedad, convertidos en una rutina que evidencia lo cíclico que puede ser el hecho de resguardarse en un lugar de paso y negar la existencia del afuera. Este mismo es el centro del miedo que siente la corporalidad, que desde la ventana de su hogar se asoma para vislumbrar, desde la lejanía, lo que está pasando en un lugar que ya no puede habitar. Estos contrastes, donde los miedos son transversales, tienen un foco en los medios tecnológicos con los que la cuerpe interactúa para expresarse o tener información de ese lugar que ya forma parte de la lejanía, pues, a partir de estos y su influencia en la vida, se llega a tener una aceleración o una lentitud, pues la máquina es concebida como una herramienta de ayuda al hombre.
Vida agitada Cuando se camina con libertad desde una normalidad, la cuerpe apunta sus pasos a caminos largos que tienen diferentes vertientes con imágenes de múltiples estructuras, con paisajes que hablan del territorio o muestran ese cambio entre árboles y edificios. La cuerpe, a través de la mirada, rastrea esos cambios e identifica los espacios que se habitan. Consciente de estos lugares donde se desarrolla una vida agitada, una que enlaza a la acción de observar constantemente el tiempo, como si este la rigiera, define adónde va y con quien está, incluso el momento de alimentarse o terminar una acción. En una vida agitada la corporalidad está acelerada con múltiples tareas que cumplir, esa rutina extensa que tiene todos los días. El cambio y diferencia del tiempo que habita la cuerpe, se rige a partir de la máquina, pues el mundo que habita se ha ido transformando, desde un momento histórico de la llegada de la modernidad. En esta época en la que ni siquiera los progenitores de la cuerpe existían, se estaba fraguando la idea de adorar máquinas frías que ofrecían una belleza nueva que adoraba la velocidad y los movimientos agresivos que cuerpos masculinos podían alcanzar sobre estas máquinas: “Un automóvil de carreras con su vientre adornado de gruesas tuberías, parecidas a serpientes de aliento explosivo y furioso... Un automóvil que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotracia” (Marinetti, 1909). Estos pensamientos relacionaban los avances tecnológicos que se estaban suscitando con la forma en que los cuerpes se desarrollaban en el espacio tiempo. La velocidad, las máquinas y el amor por el peligro construyeron una atmósfera de agitación donde los días eran cortos, las imágenes invasivas, el deseo por sobrevivir formaba parte de la rutina de las corporalidades de la época.
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Estas mismas se desarrollan en un espacio regido específicamente por la máquina del tiempo que determina la velocidad a la que deben ir sus cuerpes y la duración de los espacios ocupados. Entonces se llega a relaciones fugaces con otras corporalidades “[…] Deshumanizando su existencia hasta mimetizarse con una máquina carente de estímulos emocionales” (Domínguez, 2013, p. 107). Años después que hombres soberbios encontrarán belleza en la violencia, en la atmósfera en que se desarrolla la cuerpe de 22 años, se siguen suscitando pensamientos de una vida agitada que le rinde culto a un progreso desenfrenado, el mismo que construye los caminos de máquinas que expulsan humos tóxicos que asfixian a las corporalidades, que adorna el panorama de imágenes grisáceas y contaminadas. Esta atmósfera obliga a los ojos de la cuerpe a estar en una constante observación del tiempo, un tiempo que la rige y la manipula, que ordena el ritmo de sus pasos y de sus movimientos, gobernando el repertorio de su vida agitada colmada de rutinas. Quizá para las corporalidades de la actualidad la belleza está en ese afán de crecer en corto tiempo, como lo era para los futuristas del siglo XX para quienes es la velocidad la que está en la envergadura de sus máquinas.
“La corporalidad se adhiere a su nueva realidad e intenta ser una con la máquina que por los hechos del momento demuestra que no le pertenece a nadie.”
Vida lenta De esos cambios que salen de las manos fuertes de hombres, a la atmósfera en la que habita la cuerpe, llegan aires de cambios obligados: las máquinas se estacionan, los tubos de escape se callan, las corporalidades están obligadas a resguardarse y a temerle a eso que antes creían poseer el afuera. La vida de la cuerpe entra en calma, se siente un silencio prolongado a plena luz del día. Esto se repite por días, quizá semanas, los movimientos son lentos y las rutinas no se escapan de un caminar cíclico por toda la casa. Inicia una plácida disminución de los movimientos, una extraña sensación de descanso que se prolonga a lo largo de unas cuantas horas. Pero la cuerpe llega a un punto donde el estrés por la quietud invade sus entrañas, su cotidianidad real toma unos cambios drásticos al no poder salir o respirar más allá de su ventana. La forma de ver su casa cambia al estar tanto tiempo en ella, aparecen lugares alternativos que no conocía o nuevas formas de ver desde la punta de su cama. Estos ignorados descubrimientos se terminan convirtiendo en imágenes desechables que la dejan de sorprender, pues todavía llevaba en su observación retratos acelerados. La realidad obliga a tomar la máquina del tiempo y a acostumbrarse a sus cambios, se pregunta por su materialidad y por el cómo interactúa con la lentitud. Al ir en contra de esa velocidad, se concibe un acto de tenacidad que su realidad le está proponiendo a causa de los sucesos del presente: “Su insistencia en la lentitud es una especie de acto de resistencia con respecto a la velocidad que imprime el proceso de urbanización contemporáneo.” (Pini, 2020).
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La corporalidad se adhiere a su nueva realidad e intenta ser una con la máquina que, por los hechos del momento, demuestra que no le pertenece a nadie. Intenta ir lenta, sentir sus movimientos, entender la construcción de la imagen que presenta la vida como un acto sagrado que busca un equilibrio para disipar esos temores de la lejanía del afuera. Comprende al tiempo como una máquina que posibilita la observación de los mínimos detalles de los espacios construidos o los paisajes que no han sido tocados por el hombre que poco se interesa por la degradación del ambiente. Las relaciones corporales llegan a ser dilatadas y entendidas desde un sentir lento, que recarga las caricias de una mano o los colores que entran por los ojos. Estos actos se guardan con mayor recelo en ser memoria, para llegar a ser imborrables. El tiempo llega como una metáfora de un repertorio constante, las corporalidades se deben acostumbrar a sus cambios, y apreciar las posibilidades que ofrece cuando este fluctúa.
Bibliografía Domínguez Méndez, R. (2013). El movimiento futurista y su propuesta para la sociedad moderna. LA RAZÓN HISTÓRICA. Revista hispanoamericana de Historia de las Ideas, 104 - 113. Marinetti, F. T. (1909, Febrero 20). Le Futurisme. Le Figaro. Pini, I. (2020, Junio 17). María Teresa Hincapié, entre lo cotidiano y lo sagrado: ArtNexus.
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MARGINAL LANDSCAPE Juan Camilo JimĂŠnez Restrepo Estudiante Artes Visuales jmilo97@gmail.com
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Mi trabajo estos dos últimos años a través de la técnica análoga y digital ha tratado de representar el sentimiento de una generación relegada por un sistema inmisericorde heredado de generaciones, que ha deteriorado el planeta y ensuciado cada vez más el sistema para frenar el progreso en el trabajo de aquellos que no estamos en una oficina produciendo como autómatas para empresas sin alma o multinacionales asesinas. Trato las calles como las veo, como un refugio exterior, con mucho rock and roll, una generación underground que libera sus penas en alcohol y nicotina. Busco expresar esas sensaciones que nos afligen, que son satanizadas y juzgadas sin justificación por quienes nos las dieron, al fin y al cabo, cada generación nueva es producto de los avances de la generación pasada.
Marginal Landscapes Juan Camilo Jimenez Restrepo Ilustración digital 2020
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CARTA PARA JUANA Stefanía Díaz Molina Estudiante de Artes Visuales stefania0410@gmail.com Ilustración por Ángela María Quintero
Juana, Decido escribir a usted cincuenta y seis días después porque si lo hubiera hecho a los tres días siguientes, hubiera escrito solo maldiciones. Aunque eso no significa que no lo haya hecho. Prometo ante todo que no leerá alguna. Semanas atrás escribía su nombre y mi cuerpo se retorcía ante él. Me he preguntado qué tan letal puede ser un nombre si cada que se pronuncia, o toma una mínima forma… la boca, el pecho, las manos… ¡ah! todo, todo el cuerpo arde. Y escribía su nombre seguido de una nota. Una nota diaria. Las pegaba en el espejo o en la puerta del baño, las dejaba en algún plato o dentro del cajón de los zapatos. Era como si de alguna manera estuviera retrasando su partida obsequiándome pequeñas ausencias suyas. ¡Ojalá yo hubiera aceptado su ausencia y usted se hubiera llevado esas ganas de maldecirla!
20 de mayo
Recuerdo que lo último que escribí en esa conversación de chat fue por favor. Y después de aquello observé la pantalla del teléfono aproximadamente cinco veces. O más. Cada vez sentía como mi cuerpo empezaba a desbaratarse l e n t a m e n t e. ¿Ha visto cómo se rompen los hilitos de una cobija hecha de retazos cuando es halada muy fuerte? En el interior de mi cuerpo se dibujaba algo similar. ¿Por favor? ¿Por favor qué? Por favor no juegue con mi pelo cuando tengo trenzas, de verdad es molesto. Por favor espere el fin de esta pandemia para decir adiós. Entienda, POR FAVOR, que sus recuerdos habitan esta casa en la que debo permanecer más de veinte días. ¿Cómo cree que así se puede huir de ellos? Miéntame. Déjeme contarle las ovejas antes de dormir. Aquello fue lo que escribí horas después cuando mis manos empezaban a temblar. Los primeros días dormía poco. A veces me despertaba con los pulmones inflados de pánico. Llegué a pensar que su adiós era un mal presagio: al igual que el cuerpo se estremece por un mal de amores, la tierra va a sacudirse como un perro se sacude las pulgas por ciertas excentricidades humanas. ¡Y La Expuesta
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deseé ser una pulga! Y deseé que ese dolor insoportable en la espalda se volviera crónico para decirme que sí, que me estaba doliendo y que por ello tenía un mar en lugar de ojos. ¿Usted estaba allí, verdad? ¿Clavada en mi espalda? Y deseé que sus manos le pusieran a las mías esa crema de coco para aliviar la comezón que hace unos días había iniciado por lavarlas tanto. Desear una ausencia empieza a nublar la cordura. Si supiera la manera descarada como el olor de sus cigarrillos se volvió huésped de la casa. ¡Y como lo detestaba! Ahora su cuerpo ausente me hace desear su odioso vicio, solo para observar y oler, oler su vestido. Fue una de esas caídas cortitas de los sueños. Y otra vez, ¡bum!, los pulmones inflados de pánico. ¿Alguna vez ha repetido una palabra tantas veces como se pueda hasta que aquella pierde el sentido?
Juana Juana Juana Juana Juana Juana
Mientras repetía y repetía y repetía aquella palabra, se degastó un poco más mi pantalón preferido, tropecé varias veces con el mismo charco de agua lluvia junto a la ventana porque la brisa nocturna se coló por ella, cambié el orden de mis libros más de treinta y tres veces pero el espacio destinado a mis zapatos quedó intacto: usé siempre los mismos dos pares de zapatos. También deduje el olor de mi almohada, dispuse una silla como cajón improvisado, saboreé café frío en un pocillo agrietado en noches
frías… trece, catorce, quince desenlaces que me llevaron a otros y otros desenlaces, que empezaron a diluirse como se diluyen los montículos de tierra cuando un fuerte aguacero los acaricia. Mis espacios y mis objetos cotidianos me acogieron en su silencio, en sus nulas protestas y fueron testigos de cómo se apagaba el caudal de las cascadas saladas que inundaban mi cuerpo. Ambos aguardaban impasibles decisiones, exigencias mías, solamente mías. ¿Qué imágenes se apilan en la memoria del espejo? ¿Qué texturas guarda un par de viejos zapatos? ¿Y la conversación matutina de algunos libros se fragmenta cuando se les cambia de orden? ¿La cama protesta al no ver más los árboles de la calle que enmarca la ventana? Pensar en la memoria de aquellos me arrojó frente a la complicidad de otros cuerpos: si los objetos se agrietan y los espacios mutan por el contacto con mi cuerpo, es seguro que los otros cuerpos, como lugares de constantes dimensiones sensoriales, los otros cuerpos lejanos, amigas, amigos, familia, compañeros, también se agrietan, también mutan. Durante los días que pasé pensando en su cuerpo junto al mío, las incertidumbres, los lenguajes, los presagios, las casualidades, empezaron a transformarse. Me hallé navegando, a causa de este mal de amores, en el e s p a c i o s o archivo de interacciones con otros cuerpos, con otros espacios, con otros objetos que he coleccionado después de tantas vueltas al sol. Tomar decisiones trae consecuencias y a menudo son lo contrario a la predicción. Sucede igual con las palabras o los breves fragmentos de tiempo que damos a otros. ¿Se han agrietado otros cuerpos a causa del mío? ¿O han mutado? ¿Los he violentado o los he acariciado? Debo hablar de amor desde las orillas de mi melancolía porque aquella palabra me llevó a gravitar en galaxias más extensas. Sé que no hay protocolos para deshacer un poco los dolorosos efectos del desamor, pero sí los efectos de los actos que presentamos a otros. ¿Es necesario sacudir el detrás de la palabra amor? Me lo he preguntado unas cuantas veces
reparando algunos agujeros en mis camisas, desenredándome el cabello o simplemente observando por la ventana el baile de las golondrinas al atardecer. Junto a las semillas que germinaron en el jardín, he descubierto que aquella palabra no solo ronda las relaciones romántico-eróticas: el amor subvierte la relación con otros cuerpos semejantes, con los espacios que habitamos, con el hacer que nos da calidez, los hace (re)existir. (Re) existir porque los manuales de “hacer bien las cosas” ahogan, porque la aversión a los pasadizos escondidos nubla el paisaje, porque los siempre y los nunca acortan la sensatez… Juana, su adiós me desarmó el cuerpo y una parte de la vida, me produjo fiebre y quemazón en el pecho, también me distorsionó el tiempo, pero como me lo han enseñado las montañas, lo natural es caminar hacia adelante y aceptar el equilibrio de la lentitud del tiempo. Cuando se camina hacia adelante se abre paso en la maleza para conocer otros caminos, otros ríos, otras maneras de abrazar la luz del sol. Confieso a usted que ahora deseo olvidar viejas costumbres y aprender para (re) significar impulsos vitales. ¿Cómo hablar para comprender, enfrentar sin vulnerar la fragilidad, ceder para reconocer, aprehender con empatía? ¿Qué otros modelos de relación que alejen el poder, que equilibren privilegios, que anulen el desinterés? Deconstruir las ideas clásicas del amor es un inicio cálido para decir adiós.
P.D: una última pregunta: ¿Por qué en domingo tu ausencia se vuelve insoportable si ha sido siempre huésped de la casa?1
¹ Poema “Huésped”, del poemario En la memoria me confundo (2013), de Clara Mercedes Arango.
Encuentra el trabajo de Stefanía en: https://sdiaz409.wixsite.com/cuerpodesbordado
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LAS REDES SOCIALES COMO ESPACIO DE REPRESENTACIÓN Y REPRODUCCIÓN DE PRIVILEGIOS Carlos Alberto Castaño Aguirre Arquitecto / Docente universitario Universidad San Buenaventura carlos.castano@usbmed.edu.co Ivan Dario García Ordoñez Arquitecto / Docente universitario Collage digital de la portada por Gabriela González Gómez
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La producción de sentido se encuentra en la encrucijada entre relaciones de poder y el cuerpo. De acuerdo con Barrera (2011), citando a Foucault: “El cuerpo humano es, como sabemos, una fuerza de producción, pero el cuerpo no existe tal cual, como un artículo biológico o como un material. El cuerpo humano existe en y a través de un sistema político” (p. 131). Lo cual expande la visión de lo que se encuentra relacionado con la representación. En las redes sociales predominan los discursos corporales; pensemos en los sujetos denominados “Instagramers” y “Fitness”, los cuales representan los ideales de belleza actuales. En sus discursos los cuerpos deben ser saludables y la salubridad está relacionada con voluptuosidad, piel bronceada, juventud; y la belleza es pensada para el consumo y como un capital que se compra, pierde o adquiere (con una inversión de dinero, tiempo o sometimiento a procedimiento quirúrgicos). Olea (2018) argumenta: La regulación del campo de la belleza implica que ésta corresponda a un privilegio: no todos pueden tener acceso a los mejores y más nuevos productos, el cuerpo ideal debe costar cientos de horas de gimnasio, productos adelgazantes y cirugías, la prenda de moda no puede verse bien en todos los cuerpos, no todos los fenotipos serán considerados atractivos, etcétera.
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El discurso crea un sujeto, pero el sujeto también interpreta y resiste (en algunos casos). En esa creación, el discurso opera produciendo y reproduciendo sentido, comportamientos, formas de ser y comprender el mundo, es temporal y contextual, y como ya lo expresaba Foucault, no está aislado de las relaciones de fuerza y poder reflejadas en privilegios de clase, raza, género, sexo, etc. Es entonces que la representación es vista como un proceso que involucra la creación de códigos, y la interpretación de los mismos, sin desconocer el contexto en el que se está inmerso, es un elemento para la producción de sentido común. Entender nuestros contextos, implica vincular nuevos medios por los cuales se dan procesos de representación, como los espacios virtuales. Hoy, estos han suplido otros medios como la radio, los medios impresos, la televisión. Sin embargo, no quiere decir que desde allí y con las facilidades de acceso y difusión que estos espacios sugieren, potenciados por la crisis multidimensional de la sana distancia y el aislamiento en casa, no se sigan reproduciendo discursos que privilegian ciertos grupos o maneras de ser en el mundo, por el contrario, la cercanía que estos espacios virtuales tienen a nuestra cotidianidad, ha permitido que se normalicen prácticas y sentidos comunes desde discursos hegemónicos, representaciones e imaginarios que se consolidan como verdades absolutas, como es el caso de la corporalidad relacionada al cuerpo sintomatizado, el cuerpo normalizado, el cuerpo estandarizado y el cuerpo sexualizado.
Bibliografía Barrera, O. (2011). El Cuerpo en Marx, Bourdieu y Foucault. Iberóforum. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana, 6(11), 121-137. Recuperado de h t t p s : / / w w w. r e d a l y c . o r g / pdf/2110/211019068007.pdf Olea, B. (8 de octubre de 2018). Capital corporal y el privilegio de la belleza. Bastián Olea Herrera. http://bastian.olea.biz/capitalcorporal-y-el-privilegio-de-la-
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SILENCIO Leandro Ocampo Morales (Roya) Artista leandrocampo4@gmail.com
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Silencio: Esta tira hace parte de un proyecto de cómic que llevo desarrollando desde hace ya un tiempo, pero que aún no me he animado a publicar; es un espacio que uso para hablar y dibujar sobre la ciudad, mi vida y algunas experiencias de personas cercanas. Aquel universo es protagonizado por Albert, un artista desempleado que vive en un pequeño apartamento en la ciudad de Armenia donde experimenta diferentes situaciones junto a sus amigos. En este caso, el protagonista se encuentra encerrado en su apartamento de alquiler debido a la cuarentena. Con el pasar de los días y debido a la considerable inactividad urbana, comienza a descubrir unos sonidos que emergen de la ausencia de otros, como si se tratara de unas capas sonoras ocultas que solo aparecen en ese acto imposible de querer escuchar el silencio.
Silencio Leandro Ocampo Morales Tinta 24.03 x 16.05 cm 2020
HOGAR Ximena Enriquez MuĂąoz Estudiante de la Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad del Valle ximena.enriquez@correounivalle.edu.co
https://youtu.be/leQRTYl1VrM
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¿Qué es un hogar? ¿Es acaso el espacio que habita mi cuerpo? ¿Y si mi cuerpo y mi mente están en lugares diferentes? Quizás sea una pregunta sin respuesta, el retorno. Retorno a la naturaleza, retorno a lo que somos. Retorno al vientre. En instantes en los que el cuerpo es una cárcel y el alma desea vagar libre, abrazar, ver y oler lo que es imposible de hacer en el momento, migras dejando el cuerpo atrás. Migras de la rutina, de las cosas sin vida, de todo lo que no eres. Buscas tu hogar. A través de este video-performance realizo una pequeña migración en medio del contexto de la cuarentena y de los límites que ella impone a mi cuerpo. Construyo un Hogar, un vientre construido con restos de vida de la naturaleza misma, ramas y hojas húmedas que enfrían y laceran mi cuerpo y que pueden causarme dolor, pero termina siendo el abrazo más fuerte. Hogar Ximena Enriquez Muñoz Video performance 2020
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(CARTOGRAFร A) Las cosas de la casa
Leydi Carolina Ardila Pineda Estudiante del programa de Comunicaciรณn Social - Periodismo lcardilap@uqvirtual.edu.co
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Es hora de partir si
¿nos volveremos a ver? sabes que si
¿cuando, donde?
en todo momento en todo lugar
me veras en todo lugar ..mi bien Leonardo Fabio
Esta es la composición de mi casa, hay espacios no habitables que tomaron otro significado, como la sala, y el patio; espacios sensibles y personales como el baño y las habitaciones, espacios que empezaron a construirse a través de canciones y de semánticas. Sin embargo, todos los lugares son diferentes, por sus colores, por sus modos de habitarlos y por los recuerdos que conlleva pensarlos y extrañarlos; por eso, en todo lugar, en todo momento o casi siempre, recordarás las cosas de la casa.
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LA MÁQUINA DEL AMOR David Arturo Veloza Cely Estudiante de psicología daavelozace@unal.edu.co Collage digital por Gabriela González Gómez
La Expuesta / Textos Parece que desde que Turing (1950) planteó el test con el que podríamos diferenciar si el otro de la conversación es una máquina, han surgido infinidad de fantasías, creaciones de mundos posibles que con el tiempo parecen no estar tan alejadas de la realidad. Es sabida, además, la relación entre ciencia y literatura a partir de las tres leyes de la robótica plantadas por Asimov en uno de sus cuentos fantásticos. Este científico resultó ser uno de los creadores más conocidos de la literatura de ciencia ficción. La ciencia cognitiva y la ciencia ficción –tal vez de la mano- han desarrollado nuevas formas de ver el mundo y de vernos en él, nos arrojan día a día un sinfín de dilemas filosóficos, psicológicos, lingüísticos y antropológicos cuyas respuestas parecen alejarse cada vez más mientras conducimos precipitadamente hacia lo que alguna vez nos pareció imposible: una inteligencia artificial cada vez más avanzada que transformó, transforma y transformará radicalmente la manera en la que habitamos el mundo y nos relacionamos con los otros. Precisamente todo ese abanico de posibilidades que se manifiestan con más fuerza en medio del aislamiento al que nos ha condenado la pandemia del Covid-19 es lo que me ha llevado a preguntar hasta qué punto podría llegar el desarrollo de la máquina y cómo sería ese desarrollo. Intentando responder me vienen a la mente clásicos del cine como 2001: Odisea en el espacio de Kubrick (1968), quien a finales de los 60 ya planteaba el desarrollo de la pasión y, con esto, de la traición de la máquina (inteligencia artificial), en este caso Hal 9000, cuyo cuerpo son los componentes de una gran nave. También pienso en propuestas contemporáneas, esta vez en el formato de serie, como la de Aaron Martin en Another life (2019) que relata las contingencias de una misión espacial cuyo objetivo es llegar al planeta de los nuevos visitantes en la tierra con la ayuda de un asistente creado con inteligencia artificial que parece atravesar los límites de su cuerpo para plantear, tal vez entre líneas, nuevos dilemas: ¿qué sucede si la máquina se enamora? ¿Se podrá enamorar?
Pero esto todavía no me lleva a responder nada sino a plantearme una nueva pregunta que tal vez no me conduzca hacia una respuesta concreta pero sí me dará pistas acerca de lo que nos hace humanos y quizá nos distancie de la máquina: ¿cómo se construyen las representaciones del amor y el erotismo en el humano? ¿El amor es una condición/capacidad/ posibilidad exclusivamente humana? Podría empezar respondiendo que el humano construye y vive su mundo a través de abstracciones, es decir, representaciones que le dan sentido a su vida y a las interacciones que terminan por construir su realidad social, emocional y biológica. Aquí podemos identificar una de las diferencias más grandes entre humanos, animales y máquinas: el cuerpo. Las experiencias que se tienen en los espacios que se habitan y cómo se reacciona a ellas están mediadas por las posibilidades corporales, el cuerpo es la condición para cualquier comportamiento posible (Buytendijk, 1973), y es así incluso para las máquinas. Consideremos que el posible avance en el pensamiento en la máquina está condicionado, en primer lugar, por los códigos que resultan de sus comportamientos que, a su vez, dependen de sus componentes –su cuerpo- y cómo estos están conectados de manera que permitan desarrollar algunas actividades y otras no. Así podemos dar el primer paso hacia alguna respuesta, sabemos que amar como aman los humanos tiene como primera condición el cuerpo, la herramienta con la que le es posible llegar a crear representaciones y que, por ahora, lo separa de otras especies; sin embargo, surgen nuevas incógnitas ¿es posible codificar esas representaciones humanas para crear algún software que le permita a la máquina enamorarse, amar o desear? Este paso está incompleto entonces, no hemos respondido concretamente cómo es que eso que llamamos amor se transforma de un mensaje procesado por el cuerpo a una serie de representaciones que construyen, entre otras cosas, la tragedia humana. La Expuesta
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Pensar en codificar las conductas que reconocemos como ‘amor’ resulta problemático, primero tendríamos que definir cuáles son esas conductas y cuáles son las posibles respuestas que provocan en otros humanos. Estas definiciones construirían la base de un software que, además, alimentará las futuras respuestas que va construyendo en su torpe camino hacia el enamoramiento de otro. Esta estrategia parece tener algo de sentido, pero es absurda, pues pretender reducir el amor a meros símbolos lo aleja por mucho de lo que es el amor. Searle (1990) ya ha hablado de la imposibilidad de los programas diseñados por humanos para dar significado a las cadenas de códigos que configuran sus respuestas. Aunque lográramos codificar las posibilidades del amor empezando por la seducción, atravesando la pasión y terminando en el pretendido enamoramiento, para la máquina esto no produciría nada, no sabría qué significa nada de lo que hace, es decir, la máquina tiene posibilidades sintácticas pero no semánticas. Para aclarar un poco este punto usaremos la misma lógica del ejemplo de la sala china de Searle (Op. Cit) en el que un angloparlante que ignora por completo el chino está encerrado en una sala y responde a caracteres chinos con ayuda de un manual, quienes reciben la respuesta desde afuera asumen que quien responde sabe. Si traemos este ejemplo a nuestro caso podríamos decir que tener un manual de amor o seducción y utilizarlo para responder o actuar no implica enamorarse ni seducir. Amor, seducción y pasión son características humanas que se construyen y alimentan a través de la experiencia contextual (biológica, cultural y psicológica). Aunque el amor tiene generalidades, la definición de este depende de las experiencias subjetivas de los humanos. La ciencia ha definido patrones de belleza, ha respondido un poco qué es lo que es con frecuencia atractivo para nosotros, pero la experiencia de amar es sentida y compleja, no es igual para todos los humanos.
Estos procesos complejos que componen la experiencia humana de amar están atados indisolublemente, como mencionamos antes, a nuestro cuerpo. Las experiencias que tenemos a lo largo de la vida están mediadas por nuestras posibilidades físicas y estas mismas posibilidades físicas son las que construyen el mundo. No existe un mundo dado ni una configuración congénita estricta, nos acercamos al mundo mientras lo construimos y éste nos construye (Varela 1997). Es evidente entonces que el claustro preventivo de la pandemia nos forzó a cambiar las dinámicas con las que nos relacionamos y amamos, el contacto que muchos tenemos con nuestras parejas y amistades se da sólo a través de una pantalla, sin embargo, no es la única realidad sentimental que nace en esta situación. El mercado de simuladores y juegos sexuales es creciente, aun así, decir que la máquina o inteligencia artificial, como la conocemos hoy, puede llegar a amar es difícil. Los procesadores comunican a los amantes y entregan productos de simulación sexual a muchos otros usuarios, pero no saben ni sienten nada de amor, no pueden remplazar ni simular la experiencia física que sentimos como humanos cuando compartimos, gozamos y tenemos conversaciones. Por ahora, al menos con los avances que tiene la ciencia cognitiva, hoy no es posible diseñar el amor, pero el futuro nunca dejará de sorprendernos. Bibliografía Buytendijk, F. J. (1973). “Nociones y problemas de psicología comparada”. En El hombre y el animal: ensayo de psicología comparada. Buenos Aires: Ediciones Carlos Lohlé. Halfire-Core Entertainment (Productora) y Martin, A. (Director/creador). (2019). Another life [serie televisiva]. Estados Unidos: Halfire-Core Entertainment Lyndon, V. (Productor) y Kubrik (Director). (1968). 2001: una odisea en el espacio [cinta cinematográfica]. Estados Unidos: Metro-goldwyn-Mayer. Searle , J. (1990). Is the Brains mind a computer program?. Behaivoral and brain sciences, (3) 417- 57. Turing, A (1950). COMPUTING MACHINERY AND INTELLIGENCE. Mind, Volume LIX, pp 433– 460, https://doi.org/10.1093/mind/LIX.236.433 Varela, F., Thompson, E., & Rosch, E. (1997). De Cuerpo Presente: Las ciencias cognitivas y la experiencia humana. Barcelona: Gedisa Editorial. Cap. 8 “Enacción: la cognición corporizada”
LAVADO DE MANOS Maria Teresa Cruz Restrepo Artista Visual tereiris71@gmail.com
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Lavado de manos Maria Teresa Cruz Restrepo Collage 24.03 x 16.05 cm 2020
Las manos de los habitantes humanos del planeta, sometidas al frenesí del aseo compulsivo, atónitamente asisten a un mancomunado lavatorio de culpas. Entre el silencio de los guantes, los dedos arañan la expectante cotidianidad que se impone sobre el tiempo de las conocidas horas. Es otro el palpitante tic tac del reloj subordinado a la extensión de una nueva realidad que irrumpe y descompone la temblorosa estabilidad urbana.
EL PASO DEL TIEMPO Ana Pobo CastaĂąer Artista anapoboc35@hotmail.com
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El proyecto fotográfico, El paso del tiempo, se basa fundamentalmente en la sensibilización de la sociedad hacia el arte fotográfico y el acercamiento del espectador a la riqueza expresiva de las pequeñas cosas que, tal vez, la mayor parte de las veces nos pasan desapercibidas, pero que están ahí para sorprendernos cuando las contemplamos con interés y detenimiento. Esta idea me lleva a examinar, en primera medida, lo más cercano, es decir algunos espacios de la ciudad de Teruel (España), para luego ir ampliando la mirada hacia la provincia y sus zonas limítrofes. En el proyecto concibo dos temas: uno, basado en el paso del tiempo (escenas y objetos del pasado); y otro, en la belleza de la naturaleza sencilla, simple, humilde. Considero que ambos temas nos son próximos, pero habitualmente no nos percatamos de la belleza que encierran, como tampoco del patrimonio histórico que desean transmitirnos que, en palabras de Salvador Pániker, es una aproximación al origen. Y, conocer nuestro pasado, el origen, nos enriquece, no sólo racionalmente, sino también en lo más profundo de nuestra sensibilización espiritual.
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WIFI HOME Edwin Morales Perdomo Artista Visual y docente ejmorales@uniquindio.edu.co
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[CASA WIFI] En tiempos de confinamiento nuestra “casa” se ha ido transformando, ya que ahora no solo es el sitio para descansar y encontrar nuestra privacidad, sino que, por el contrario, se ha vuelto nuestro lugar de teletrabajo, gimnasio, taller, esparcimiento, entre otras actividades cotidianas. No es raro tampoco vernos desesperados deambulando por todos lados de la casa en busca de buena “señal wifi”, tratando de no quedarnos aislados del todo e intentando cumplir con nuestros compromisos sin desesperarnos.
Wifi Home Edwin Morales Perdomo Pintura digital 2020
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#Historias de cuarentena Colectivo Ilustración digital 2020
#HISTORIAS DE CUARENTENA A-lab Laboratorio de creación Colectivo a.labcreacion@gmail.com
Historias de cuarentena es un proyecto de ilustración y narración gráfica desarrollado de manera colectiva por los miembros de A-Lab y todos los suscriptores de @a.labcreacion, con el fin de compartir y registrar las vivencias de las personas en medio del aislamiento. Este proyecto surgió en medio del cierre de todos los espacios tradicionales de divulgación de procesos artísticos. Al enfrentarnos a este suceso, decidimos compartir con el público los cambios que comenzamos a notar en nuestra cotidianidad, provocados por este tiempo atípico de encierro. Esta iniciativa se convirtió en un proyecto de recopilación e ilustración de historias de cuarentena, las historias se recopilaron y se compartieron a través de Instagram.
Para ver más historias: https://www.behance.net/gallery/97571655/Historias-de-cuarentena Instagram: @a.labcreacion
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LUZ Y COLOR DEL MEDITERRÁNEO Ana Castañer Artista anapoboc35@hotmail.com
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Desde una perspectiva histórica, la trayectoria y evolución de mi obra pictórica se centra, en este momento, en la acuarela abstracta y las lacas, fruto de una transformación personal, a la vez que artística. Busco transmitir el concepto sensible como una proyección intimista, y considero que esto solo se logra con el esfuerzo y el trabajo constante, hasta lograr que el objeto tenga interés y capte la atención del espectador. Con el proyecto Luz y color del Mediterráneo, intento plasmar los valores de la cultura mediterránea en la sociedad, además de darle un motivo a los espectadores, no sólo para admirar la obra, sino también para adentrarse en el mundo intimista de la autora y llenar su espíritu de luz, vitalidad, color y musicalidad de la cultura mediterránea.
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La Expuesta / Imagen Luz y color del Mediterráneo Ana Castañer Lacas 2020
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Ambas éramos de las olas y sus espejos de salmuera, y del mar libre nos trajeron a una casa profunda y quieta; y el puñado de sal y yo, en beguinas o en prisioneras, las dos llorando, las dos cautivas, atravesamos por la puerta...1 ¹Fragmento poema “Sal”, del poemario Tala (1938), de
Gabriela Mistral.
SAL Ximena Rivera Chávez Estudiante de literatura cxriverac@gmail.com
Sal Ximena Rivera Chávez Ilustración digital 2020
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I Sobre el rincón del silencio, tus filosas garras rígidas están de muerte.
II Los espacios de la casa que habita la cuenca donde tenías ojos para mirar la noche, hoy es plomo de días y simulación
III La cabeza hacia la tierra y el pico nostálgico de no surcar la decadencia de los charcos después de la lluvia, la violencia de las montañas blancas, la agonía del gusano
IV Dos alas sucias y resecas, al sol se marchitan y al agua se disuelven hasta el hueso
V Ignoro la danza de la sangre tras la puerta antes de la caída, la luz que oculta mejor tu cuerpo de piedra Ilustración por Alejandro Valencia
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VI DIEZ RADIOGRAFÍAS
Un pequeño ruido se desprendía de tus alas como la sombra saltarina sobre el río
Laura Yazmín Posada Estudiante de comunicación laulix620@gmail.com
VII Pero el sueño apoyado en el navío circunferencial vuelve una vez más al hondo secreto. Te pertenecen todos los gestos que tienes frente al espejo
VIII Estás anclada en el alambre de púas, dolorosa, tu cuerpo solo sabe de movimiento al pasar una corriente de espacio y aire, tus diálogos a través de la ventana no diferencia la línea de una boca sonriente o la rigor mortis
IX X La quietud inunda al silencio hasta llegar a las olas de la soledad y por eso ese día que te dibujé flores violetas, pasaron más pájaros en la habitación
Comienzas a perder tu forma, deslizar una nebulosa lúgubre por el peso de la ceniza en los papeles revueltos de la mesa
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Trato las relaciones, todas las que pueda encontrar debido a mi ansiedad social, esa que me impide involucrarme con plenitud. Quizá esta sea una forma de simular mi tan deseada seguridad y confianza en lo que soy, proyectando mis inseguridades a través de lo que hago. En este caso un dolor de cabeza catapulta mi decisión de arrancármela, en otras palabras, realizarme una decapitación.
DECAPITACIÓN Mateo Hernández Correa Estudiante de Artes Plásticas, Universidad de Caldas scuterbeibe@gmail.com
Soy todas las cosas que dibujo: la neuralgia, el machete, la navaja suiza, el silencio, las tijeras rosa. Cada elemento es un reflejo de mis inseguridades y mis problemas de salud, física y mental. No junto los elementos que dispongo en mis trabajos porque son una continuación de mi comportamiento, lo extienden, me prolongan, me permiten relacionarme, si los junto pongo fin a sus existencias, dejan de existir por lo que son para convertirse en otra cosa. La yuxtaposición es mi elemento compositivo común, veo en ella el poder de acortar brechas, de asociarme a mí y a mis palabras con cuanta cosa desee, sin necesidad de tocarse entre sí o establecer un contacto directo, solo con el hecho de ocupar un mismo espacio, ya se ha realizado una interacción, una relación establecida a partir del silencio, aquel que viaja y se contiene en objetos, en personas, en mí, en un dibujo, en este dibujo.
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Decapitaciรณn Mateo Hernรกndez Correa Obra Grรกfica Ilustraciรณn 2020
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ABRAZOS EN PAUSA Sandra Johana Silva CaĂąaveral Docente del Departamento de Artes Visuales y EstĂŠtica de la Universidad del Valle sandra.silva@correounivalle.edu.co
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Abrazos en pausa (2020) muestra cómo el flujo emocional ha perdido consistencia y velocidad, quedándose la vida atrapada en la vigilia. Las acciones cotidianas que acontecían en el afuera han dejado de ser practicadas; los humanos hemos retornado al adentro de la casa vencidos por el silencio y el desasosiego. Mientras tanto, la naturaleza ha recobrado su energía interior avivando lazos de comunión con quienes no han sabido procurar su existencia. En esta serie me enfoco en dar cuenta de esa generosidad incorporando el color para advertir sobre la presencia de especies animales y vegetales con las cuales compartimos el sentido de la comunidad; así como también de aquellas personas que acompañaban el buen vivir y que hoy reposan en el lugar de las añoranzas.
Abrazos en pausa Sandra Johana Silva Dibujo digital 2020
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Encuentra el trabajo de Sandra en: https://sandrasilva.com.co
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CUERPO Y MÁQUINA Sebastian Marín Castaño Estudiante de Artes Visuales Universidad del Quindío samarinc@uqvirtual.edu.co
Cuerpo y máquina Sebastian Marín Castaño Cronofotografía 2020
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Encuentra el trabajo de Sebastian en: https://www.behance.net/sebastianm4f85
ASĂ? VA EL PROGRAMA Luis Enrique Vargas Prado Director del Programa de Artes Visuales levargas@uniquindio.edu.co
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El Programa de Artes Visuales de la Facultad de Ciencias Humanas y Bellas Artes, obtiene su Registro Calificado en el 2013¹ ; para el año 2019 obtiene su renovación de registro calificado², la cual permite iniciar en el 2020 la implementación de la Política Académica Curricular³ (PAC) y la activación del rediseño del plan de estudios4 que orienta tres núcleos de formación estructurados desde el Proyecto Educativo del Programa (PEP)5: Núcleo de contexto y teoría del arte, núcleo investigación y creación artística y núcleo transmedios, para, de esta manera, dar respuesta a las exigencias del contexto local e internacional en el campo de las artes visuales. En un año complejo desde todas las dinámicas sociales, culturales y educativas, el programa de Artes Visuales hace frente a las contingencias del Covid-19 mediante la presencialidad asistida por la tecnología y fortalece los procesos de autoevaluación, mediante los ajustes al plan de mejoramiento y la consecuente puesta en marcha de estrategias y actividades, dinamizando de manera colectiva y colaborativa (con los profesores y estudiantes), los procesos al interior del programa como se expone a continuación:
1- Plan de medios. El programa se dio a conocer en la región, el país y el mundo, mediante la consolidación del plan de medios, el cual es dinamizado por la reorganización institucional de las redes sociales del programa (Facebook e Instagram), a cargo del profesor Jhonathan Esneider Villegas. Otro de los medios es la Revista La Expuesta en la que trabaja el profesor Villegas y un equipo editorial conformado por los estudiantes Maria José Porras, Ángela Quintero, John Alzate, Gabriela González y Diego Alejandro Valencia. Además de lo anterior, también se cuenta con la emisión de los programas en el espacio radial “Ritmo Visual”, coordinado por el profesor Juan Carlos Castañeda y apoyado por el estudiante Axel Yamith Aricarpa Duque. La Expuesta
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2- Extensión: Tuvimos la oportunidad de asistir en el 2020-1 a la Lección inaugural, espacio en el que contamos con tres conferencias alrededor del tema: “Residencias artísticas en el contexto de los procesos de formación y de investigación creación en artes visuales”, de la que participaron la profesora Georgina Montoya Vargas y los profesores Adrián Hueso y Andrés Felipe Gallo. Para el 2020-2, se realizó con éxito el “IV Congreso Internacional La Montaña del Sur”. En esta versión se indagó sobre el tema de los laboratorios de creación artística en el contexto de la investigación creación frente a los cambios sociales, realizador del 23 al 27 de noviembre. El evento fue coordinado por el profesor Mario Andrés Martínez y apoyado por los profesores y estudiantes y gestionado por la dirección del programa al activar alianzas con artistas internacionales como Gema Pastor Andrés de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España) y con instituciones locales como el Centro Cultural del Banco de la República, quien hizo importantes aportes para contar con artistas de reconocida trayectoria internacional y nacional y apoyar la realización de cuatro laboratorios de creación artística; actividades que se llevaron a cabo de manera virtual. Así mismo se vinculó a la Montaña del sur la Alianza Francesa de Armenia y el Museo de Arte del Quindío MAQUI, aliados importantes en las dinámicas culturales del departamento y el país, los dos últimos con quienes tenemos convenios de cooperación institucional. Fueron también actividades de extensión el espacio radial “Ritmo Visual” y la revista “La Expuesta” mencionadas anteriormente.
3- Trabajos de grado y exposiciones. En el 2020 se realizaron catorce socializaciones de trabajos de grado con sus respectivas exposiciones o puesta en obra de manera virtual, algunas de ellas realizadas en las salas de exposición de la Alianza Francesa y del Museo MAQUI y otras transmitidas desde diferentes plataformas. Estos procesos académicos de trabajos de grado son satisfactorios para nuestros estudiantes y para el programa en tanto las valoraciones emitidas
por jurados internos y externos son favorables e indican un desarrollo curricular de calidad, pertinente con las problemáticas actuales, integrado a los contextos contemporáneos y con importantes aportes en el campo del arte y la cultura desde la investigación creación artística; hecho que evidencia la dedicación, empeño y responsabilidad de nuestros estudiantes y la labor profesional de nuestros docentes quienes han enfrentado la contingencia de la pandemia con propuestas pedagógicas y didácticas innovadoras.
En relación a los resultados de la medición de las competencias genéricas en las pruebas saber pro, el programa de artes visuales reportó en 2020 estar por encima de la media del grupo de referencia local y nacional (2019). Felicitaciones y gratitud para nuestros estudiantes quienes han dejado en alto la labor que el Programa y la Vicerrectoría Académica realizan en pro de esta etapa tan importante para nuestros futuros profesionales de las artes visuales.
transformadora. Una mirada desde la estética y la comunicación” revista Electrónica Educare -Educare Electrónic Journal-) y del profesor Mario Martínez (Artículo: “Motivaciones desde la filosofía y la estética a la investigación creación artística en la educación superior”). Felicitaciones también a nuestras egresadas y egresados, Erika Tatiana Orozco Lozano, por su participación destacada en el evento de Imagen Regional 2020, organizado por el Centro Cultural del Banco de la República y por su participación en exposiciones locales y nacionales); a Maria Teresa Cuz (participación en el evento cultural realizado en el departamento del Valle del Cauca, Bibliovalle) y a Jhoyman Bedoya ganador en el XVIII Salón de Artistas Quindianos, 2020). Igualmente felicitamos a la estudiante Liz Mariana Raigosa, ganadora local en el 2º Festival audiovisual LBTIQ Cine o Yuka con el vídeo: “El Cuerpo, Crítica Social” UNA MÁS. También a los estudiantes Juan Sebastián Castellanos, John Alzate Calle y Gabriela Montañez Ortiz, quienes fueron seleccionados en la convocatoria de auxliares administrativos en el marco del plan de articulación con la media: “hogar, cuerpo y sociedad”.
5- Productividad Académica:
Investigación:
Desde el escenario de esta página de la Revista la Expuesta, “Así va el programa”, quiero felicitar a los docentes y estudiantes que han cualificado su productividad académica con la participación en eventos artísticos locales o internacionales, o mediante la publicación de artículos en revistas importantes, me refiero, entre otros, a las profesoras y profesores Georgina Montoya Vargas (El proyecto ((((12)))) ), Adriana Castrillón (Participa en el VI Foro Internacional de no Violencia Resistencia al patriarcado, Paz y Economías para la Vida, organizado por el programa de Trabajo Social), Oriana del Pilar Lince (admitida por el Ministerio de Cultura y otras entidades, al Seminario Virtual “Arte en Colombia”), Edwin Javier Perdomo (ganador en convocatorias de diseño y creación artistica 2020) y las publicaciones del profesor Juan Carlos Castañeda (Artículo: “Análisis de señales bioeléctricas como respuesta a estímulos asociados a la mediación pedagógica: estudio piloto”, Revista Boletín Redipe y “Mediación pedagógica: Clave de una educación humanizante y
Felicitaciones al profesor Juan Carlos Castañeda por su participación en la convocatoria interna de proyectos de investigación. El profesor asume desde este año el liderazgo del grupo de investigaciones “Sonoridades contemporáneas”. Estos procesos de investigación se fortalecen con los semilleros, desde donde se proyecta para el 2021-1 una buena participación por parte de los estudiantes. Esta actividad es coordinada por el profesor Jhonathan Villegas.
4- Pruebas Saber Pro:
De esta manera el programa de Artes Visuales traza rutas y caminos cumpliendo con sus ejes misionales, su visión y objetivos en el contexto de las Politicas Uniquindianas que relacionan una educación de Calidad, Pertinente, Creativa e Integradora. 1Resolución
del MEN 713, enero 13 del 2013 (por 7 años) del MEN 015660, diciembre 18 de 2019 del Consejo Superior 029, julio 28 de 2016 4Acuerdo del Consejo Académico121, agosto 15 de 2017. Plan 377 5Acuerdo del Consejo Académico 120, agosto 15 de 2017. 2Resolución 3Acuerdo
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