Revista La Expuesta edición N.5

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LXPST

NÚM. 5

EROTISMOS

POLÍTICAS Y POÉTICAS DE LXS CUERPXS

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ISSN: 2665 - 434 (EN LÍNEA)

LXPST

EDICIÓN N. 5

Noviembre 2022

Armenia, Quindío, Colombia

Comité editorial

Gabriela Muñoz Urrego John Andrés Alzate Calle

Diseno y diagramacion Periodicidad

Correccion de estilo Ilustraciones Portada y contraportada

Jhonathan Esneider Villegas Diego Alejandro Valencia Garzón

Gabriela Muñoz Urrego Juan Manuel Ramírez Carrillo Diego Alejandro Valencia Garzón

John Andrés Alzate Calle Anual

Artes Visuales FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y BELLAS ARTES

De Bataille a Octavio Paz al erotismo lo define la experiencia interior, el rasgo radicalmente consciente de que la reproducción no es un fin en sí mismo y que la aparente función del sexo se desborda encarnada en el placer, el placer de las pequeñas muertes. La experiencia erótica reside en la posibilidad de la concien cia del goce y este no se reduce al acto sexual ni al agotamiento del deseo, puesto que el deseo apela a la dialéctica entre límites y transgresiones: experiencia interior que se da solo en la medida en que los cuer pos laten, se imaginan o encuentran, es decir, no hay erotismos sin cuerpos. Cuerpos así en plural porque ellos también son sinónimo de disputa: erótica, poética y política.

En el eros soy si eres, entonces el erotismo establece una gramática del nosotros, un volcamiento hacia la alteridad. El erotismo expulsa al individuo de sí mismo y lo acerca al otro, lo abre, lo hace perderse y ponerse en cuestión; de modo que el erotismo es carne, imaginación y un profundo flirteo existencial: en los encuentros nos percatamos de nuestra condición de orfandad, finitud y discontinuidad. En nuestras soledades mutuas, el erotismo nos desnuda, es un arrebato, una latencia de un corazón salvaje que, pese a la domesticación del lenguaje y las buenas conciencias, obra como delator. Nos dice Octavio Paz que el erotismo es una pérdida de la identidad: dispersión de las formas en mis sensaciones y visiones, caída en una sustancia oceánica, evaporación de la esencia.

Esa evaporación de la que nos habla Paz es un mantra; y en su espiritualidad y misterio está el poder de lo oceánico. ¡Qué imagen desbordada, sublime! Por ello tan temida, por ello el control de los placeres y de los cuerpos. La historia del cuerpo es la historia de la represión de todo lo que pueden los cuerpos: los excesos, los vicios, las perversiones, los juegos, la iluminación, el placer por el placer mismo: las transgresiones. Lo político procura darle trámite, gestionar lo que escandaliza; pero el erotismo, que comparte con la muerte la violencia, el estallido, le da vuelta a esa domesticación y nos muestra la transgresión como un camino a lo sagrado. Es por ello que el erotismo es un intento de comunicación, cuyo lenguaje es el de los cuerpos y la verdad es la de los amantes.

En esta V edición de la revista La Expuesta, junto a los(as) artistas que colaboraron con nosotros, intenta mos traducir esas verdades profanas, jugar, imaginar y hacernos preguntas sobre el erotismo en un con texto tan densamente cargado de hipervisibilización y transparencias. Nos gusta pensar, y queremos invi tarles al juego, que en cada propuesta de esta edición hay un secreto, una mirada, un roce; pero también un cuchillo, un movimiento que nos sacude el espasmo, nos levanta, nos incomoda, pero nos place. Si es verdad que el arte expande los límites de la percepción y de lo sensible, permitámonos disfrutar la perver sión: perturbar el estado y orden de las cosas.

EDITORIAL

Sin titulo / Leandro Ocampo (ROYA)

Métodos de autoplacer / Nicole Lopez

Amiguita de lo perverso - Valeria Casas

La felicidad es color marron / Luis Miguel Sanchez

Movimiento detonante de sensaciones / Juan Camilo Culma

Reivindicacion de una masturbacion / Paula Andrea Serna

El velo / Laura Marin Marin

Amor objetual en cuatro... poemas / Andrés Garcia

Amor completo - Luciana Clavijo

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ÍNDICE

Florecer / Valeria Ruiz

Erotismo y poesia / Pedro Arturo Estrada

Falenas / Fernanda Aramuni

De suenos humedos y realidades secas / Kevin Marin

Con-tacto / Edwin Morales

Agresion de los besos - Se venden pecados / Alejandra Vargas

Sentir - Camila Juvinao

Infusiones - Yinna Contreras

Caballero, sed de otredad / Martha Gonzalez

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SIN TÍTULO

“Dibujé este cómic a partir de un sueño que tuve hace algún tiempo. En el sueño tenía una herida en la espalda, no sabría contarles la razón, tal vez tenga que ver con uno de esos collages que permite el sub consciente, donde la transición entre el dolor y el placer es imperceptible. En este caso, el dolor se había acomodado en mi espalda. Estaba sentado esperando a alguien, no lo logro identificar, pero tenía el cabello largo y negro. Esa persona comenzó a cocer la herida y, el dolor, con la misma naturalidad que antes, se fue convirtiendo en un placer extraño: aparentemente erótico, pero con unos matices indes criptibles que me hacían sentir seguro. El erotismo a nivel contemporáneo tiene un gran conflicto con la sutileza y la fantasía. El filósofo Byung-Chul Han menciona en su libro La agonía del eros, que existe una condición de hipervisibilidad saturante, como si alguien tratase de mirar al sol para percibirlo con más claridad, cuando, por el contrario, el secreto estaría en cerrar los ojos. La pornografía, como materiali zación explícita que lleva al límite la información audiovisual, ha terminado por desaparecer todo rastro del otro, hasta el punto de aterrorizar la conciencia de ese otro sobre uno (recuerdo un cuento sobre el voyeur al que devuelven la mirada). Como siempre, es tarea del arte proponer otras formas de relación con el erotismo, en mi caso, un cómic sin miradas y sin texto, que desde el plano de los sueños recuerda al tacto y al placer como un refugio y como una forma de sanación”.

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“(...)En el sueño tenía una herida en la espalda, no sabría contarles la razón, tal vez tenga que ver con uno de esos colla ges que permite el subconsciente, donde la transición entre el dolor y el placer es im perceptible. En este caso, el dolor se había acomodado en mi espalda. Estaba sentado esperando a alguien, no lo logro identificar, pero tenía el cabello largo y negro. Esa per sona comenzó a cocer la herida y, el dolor, con la misma naturalidad que antes, se fue convirtiendo en un placer extraño: aparen temente erótico, pero con unos matices in descriptibles que me hacían sentir seguro”.

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Sin título Leandro Ocampo Cómic 2022

MÉTODOS DE AUTOPLACER

plástica

@il.ny_

“En Métodos de autoplacer experimento momentos de intimidad con mi propio cuerpo, recuerdo el pla cer que eso me da. La idea de estar sola en mi habitación, un espacio en el que no me preocupa que me interrumpan, me motiva a conocerme más. Si la norma del lugar es la cortesía de tener privacidad, y la gracia de la intimidad es explorar los detalles de lo que ignoro en el día; exploro sentir de desnudar mi cuerpo, sentir el tener cada vez menos ropa, el volverme sin vergüenza, ser más consciente de mis sensaciones y sentir el goce, el bienestar de entender mejor mi cuerpo”.

Métodos

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de autoplacer. Nicole López. Dibujo. 2022

AMIGUITA DE LO PERVERSO

Valeria Casas Licenciada en Artes Visuales

“Amiguita de lo perverso es un conjunto de fotografías que fueron creadas en el marco de mi proyecto de grado para obtener el título como Licenciada en Artes Visuales. Hacen parte de “Vivir y saberse les biana: el dibujo expandido como un lugar sensible para re-crearse” que es un proyecto en la modalidad de investigación+creación que reflexiona en torno a la construcción de la subjetividad de las mujeres lesbianas. Se sitúa en el campo del arte y se concibe a partir de lo autorreferencial como lugar de par tida, proceso que luego se ve reflejado en la creación artística. Inicia con una indagación introspectiva sobre la identidad y paralelamente se enfoca en la investigación del papel de la mujer queer en dife rentes entornos académicos, artísticos y políticos, se complementa con una obra gráfica que acude al dibujo expandido como medio idóneo para soportar el proyecto. Las fotografías son parte del proceso de la pieza titulada “Amiguita de lo perverso”. En esta pieza me enfoco en el autorreconocimiento y en la discusión sobre lo público y lo privado. Es relevante presentar esta pieza puesto que la reflexión se dirige a que lo erótico lo concibo como algo privado, pero que, por medio del arte, conviene ser expuesto. En este caso, para mí el arte se presenta como una oportunidad para que la diversidad, la diferencia y las personas pertenecientes a las minorías disidentes podamos ser reconocidas y, por lo tanto, representa das dignamente. Por esa razón, escogí posicionar, desde la imagen fotográfica, mis propias represen taciones y narrativas que son también las de muchas mujeres lesbianas que coexisten en mi entorno”.

@valhaus96
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Amiguita de lo perverso Valeria Casas Fotografía 2021

LA FELICIDAD ES COLOR MARRÓN

@luismi.1414

“Me niego a seguir observando, no hago parte de ese espacio inhóspito donde la libertad de tocar tu piel se expande a una máxima probabilidad de alcanzar la feli cidad. Tu felicidad”. Esto introduce al último poema, me estoy dando cuenta que un nerviosismo sutil atraviesa mi frente al ver su rostro tan perdido en esas letras y, al mismo tiempo, mis ojos tan perdidos en ella. O en ellas.

– ¿Crees que es necesario hacer esto? – Su mirada se concentra aún más en la palidez de esas páginas. Mi concentración fluctúa en el mismo sentido en que se mueven sus labios, en el movimiento de sus manos, de sus dedos con sus uñas cortas, pulcras, e imagino que me tocan con el mismo ritmo en que sorbo mi taza de café. Acomodo mi postura en esta cama en la que apenas caben dos cuerpos, quie tos, tibios y tranquilos, salvo el sentimiento, y cuan do hablo de este me refiero al corazón que retumba junto al otro, conectados o algo así. Y ahí pasmado, mirando hacia la nada, pero pensando en todo, en sus caderas y en sus pies y en su boca nuevamen te. Luego me dice que no la entiendo, que “si qui siera que esto acabara no te hubiese escrito hoy”.

Arrecia la lluvia y es el momento exacto en que me nos conectamos, el cuarto desordenado, con música por allí y melodías por allá, libros sin una pizca de alivio en sus poemas y botellas de vino rotas sal picadas por noches de poesías, sin objetivos de hablar, o más bien, sin acuerdos por miradas para tener sexo, sin tocarla y sentir como la humedad de su cuerpo se extiende en brasas al ardiente forcejeo del mío. No basta con imaginarla, nuestro centro de atención se encuentra arriba de las piernas. “…Tus piernas no tiemblan más que el corazón, pero tu piel hace que aumente con vehemencia mi nivel cardíaco”.

Entonces se levanta y mide la exactitud de sus pa sos hasta la ventana: prender un cigarrillo, ento nar unas canciones y susurrarlas mientras que unos estallidos de ideas colapsan en mi mente mientras hago caso omiso a lo que me pido. No sé, es aborre cible para mí no mirarla con deseo; baja la cortina

blanca y rota, rota como ella, blanca como su es palda agujereada por unos lunares diminutos que se hallan en todas las partes de su cuerpo, como si se tratase de una plaga que amenaza en derri barme a causa de o por un exceso de pensamiento. Una silueta que no es mía. El problema no es obser varla, la cuestión es sacar su imagen de mi cabeza.

Después de una pausa vuelve a la cama y lee los últimos espacios del papel en voz alta, lo que he escrito para ella: “¿Por qué no puedo describirte? Tus ojos, tu cuello, tu ropa. Uno no se puede acostumbrar a retratar el cuerpo de otros, pues tarde o temprano se deforman las palabras o con el tiempo el cuerpo, por eso temo a seguir citando tus senos, tus pecas, tu pelo color ma dera y tu cintura tan robusta. Pero ya lo hice, mujerci ta, detalla el mío, haz que las palabras se transformen como lo sabes hacer, porque ahora yacen imperfectas y mi mente estupefacta. No es obsesión, es la esque matización de tu cuerpo en mis sueños. Nada más” – Sabes que soy mayor para ti–, remata diciendo.

Estaba claro, presiento que va a suceder; de repente mi mente recapitula lo que estamos haciendo, la ma nera en que sus sonidos salen de su boca y retumban en en mi pecho, en el suyo, de paso estoy besando sus pies y recorriendo cada lugar, enjugándome en sus su dores naturales, en los míos, pero no es hacer el amor, es repasar su cuerpo con placer para definir cual quier cosa que mi mente se oponga a aceptar, es de cir, darle un significado a esto o a lo que ella me hace sentir. Sin embargo, su rostro cambió, no estamos en el mismo cuarto, porque la música ya no es la misma y las ventanas ya no están con las cortinas rotas, mas su piel sigue siendo igual, salvo que ya no siento lo que ella me daba; lloro de rabia al saber que desper taré con los puños compactos pensando que todavía está entre mis brazos, pues ya no seguiré observando, cada vez más los sueños me hacen perder su imagen y la imperfección del mundo no comprende la felicidad tan descolorida que me dan sus piernas y su cuerpo.

LUIS MIGUEL SÁNCHEZ 16
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Ilustración: Juan Manuel Ramírez
LA FELICIDAD ES COLOR MARRÓN

MOVIMIENTO DETONANTE DE SENSACIONES

“Movimiento detonante de sensaciones es una serie fotográfica basada en mi experiencia como baila rín. En ella exploro la manera en la que el cuerpo nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos; la forma en la que el movimiento nos permite sentir, experimentar, conocer nuestros límites, los cuales, muchas veces, no exponemos hacia el mundo exterior. Esta obra mezcla dos mundos artísticos, la danza y la fotografía, y se centra en el cuerpo en su máxima capacidad de expresión”.

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Movimiento detonante de sensaciones. Juan Camilo Culma. Fotogrrafía. 2022

REIVINDICACIÓN DE UNA MASTURBACIÓN

paula.sernaca@amigo.edu.co

“Reivindicación de la masturbación es uno de mis primeros relatos sobre la masturbación; en el proceso de escritura me motivó el desafío de poder contar cómo tiene lugar un orgasmo, lo desafiante que resul ta hacerlo para una mujer que poco o nada ha contado sobre ello”.

Son las 11:00 de la noche y alcanzo a escuchar como gime, un sonido plácido para mis oídos, respiro pro fundamente, como si mi cuerpo se preparara para recrear la escena, cierro mis ojos y me imagino todo lo que le sucede, otro gemido, ella pide más y más. Mien tras tanto muerdo mis labios y acarició delicadamente mis senos por encima de mi blusa, ya se encuentran rí gidos, luego los toco con un poco más de rudeza. A mis senos les gusta lo que mis oídos escuchan y eso lo sé.

Me quito la blusa y veo mis senos rígidos en busca de placer, mojo las puntas de mis dedos y voy sobre mis pezones acariciándolos en forma de círculos para luego apretarlos con más fuerza, tomo un pizca de aceite y me abalanzo sobre mis senos, uniéndolos con mis dos manos, les hago un masaje, mis manos se que dan cortas cuando se trata de unirlos, siento placer y lujuria. Me imagino lo que sucede en el cuarto conti guo y me éxito mucho más, mi imaginación me ubica allí, estoy parada en la puerta de su cuarto, viendo la escena, supongo su lengua en su sexo besando su clítoris mientras introduce con sus dedos todo un mundo de placer, me lo imagino mordisqueando de licadamente las curvas de su espalda, y pasando su mano por su vientre que se contrae con solo sentirlo.

Me pongo contra la pared, para estar mucho más cómoda, aparto un poco mis piernas mientras mis manos juguetonas buscan mi sexo, se abren paso entre el pantalón, lo encuentro exquisitamente hú medo, me excito mucho más y me predispongo para lo que va a suceder. Ahí, contra la pared, mi dedos se sumergen en mi humedad, entro en mi cuerpo, abro mi boca en señal de aprobación y un gemido sale de mí, ya no la escucho a ella, estoy tan concentra da en mi placer que se me olvida lo que hay a mi al rededor, sus gemidos quizás se unen a los míos y mi cuerpo se convierte en el centro de mi propio deseo, mientras mis dedos juegan a entrar y salir de mi sexo.

Me quito el pantalón, sin retirar mis pantis, abro mu cho más mis piernas y toco mi clítoris con la palma de mi mano, muerdo mis labios, mi respiración se

profundiza y la pared me sostiene. Mi clítoris, totalmen te excitado, se convierte en una víctima de mi desenfre no, no quiero terminar rápido, y retiro mi mano de entre mis piernas, meto mis dedos en mi boca saboreando mi propio sabor, disfruto de mi propio olor, es agridulce, es ácido, me provoca, me encanta; mis dedos pasan sobre mis labios y mi lengua recoge el sabor que dejan sobre los mismos y vuelvo al ataque sobre mi sexo, pasando mi mano sobre mi panti que está deliciosamente mojado, eso me dice que en medio de mis piernas hay un volcán lleno de lava que tiene toda la intención de explotar.

Abro mis ojos y me veo ahí parada con mis piernas abiertas, mi corazón late más fuerte haciendo que mis dedos adquieran su ritmo en la medida que entran y salen de mi humedad ya casi chorreante, miro a mi al rededor, la cama me llama, la silla me tienta y la mesa de noche me atrae; yéndome sobre ella, subo mi cola y mis piernas la siguen, quedo totalmente expuesta, mi cuerpo se estremece, imagino la posibilidad de un sexo oral y me concentro en mi clítoris, me quedo so bre él, lo excito más y más, mis dedos saben lo que de ben hacer, conocen lo que me gusta, juegan mi juego.

Mi sexo se calienta y mi clítoris se pone duro, sobresa le como una montaña en medio de la llanura, no hay forma de pararlo, toda mi energía se centra en ese momento, en esa explosión volcánica, mi cuerpo se en corva, mis piernas se contraen y mi cuerpo encuentra un solo ritmo, mis labios se abren y dejo de respirar, lle ga el momento, un gemido con los labios entrecerrados sale de mi boca; hay una expresión de dolor que no existe, continuo sin parar, todo mi cuerpo tiembla y exploto, siento como un líquido moja toda la mesa que recibe plácidamente la descarga. Estoy totalmente mojada, mi clítoris está totalmente sensible, hace que sin pensarlo cierre mis piernas fuertemente, sin poder siquiera retirar mis dedos que se encuentran inmóviles dentro de mi cuerpo, ellos esperan el próximo ataque. Siento mi cuerpo estremecerse, su vibración, mi cora zón late y siento que se sale de mi garganta. Mi cuerpo se relaja, cierro mis ojos, no quiero moverme, solo quiero

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Ilustración: Gabriela Muñoz

EL VELO

“Hablaría de la suave textura del velo que se desliza por el sudor de los cuerpos, pero hoy prefiero aco ger la sutileza de su material el cual aún sigue siendo usado como herramienta de opresión ante el vigor de la feminidad y, que entre otras cosas, nos cubre hasta el altar para entregarnos limpias, puras y virgi nales. Como mujeres nos hemos rebelado a estar ocultas por otros e hicimos del velo una herramienta de poder, nos pertenece la sutileza y lo delicado, pero también el erotismo y el placer. Nuestros cuerpos superpuestos, acompañados o solos, ya no permiten ser censurados, decidimos mostrarnos como cuan do la vida nos hizo suyas. Esta serie permite entender el cuerpo como una morada en la que caben más que las doctrinas con las que han consagrado nuestros cuerpos, nos sugiere que, tras el velo, hay algo más que no condiciona nuestra dignidad y valor”.

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Fotografía 2022 26
El Velo Laura Marín

AMOR OBJETUAL EN CUATRO... POEMAS

Andrés García Docente, pintor @andres.garcia3e

“La propuesta, manteniendo la forma serial, consiste en cuatro poemas eróticos enlazados a través de la idea de los objetos, como metáfora de las acciones y deseos humanos. Sin ser figurativo, más bien in sinuante, hay un juego entre las relaciones corporales con los objetos, analogía a los juegos corporales entre humanos, solo que sin humanos, al contrario, humanizando objetos, pasiones, fetiches, deseos y vacíos”.

1. Sobre ti

Sobre tu cuerpo aerodinámico me poso con delicadeza, entrelazamos nuestras extremidades y emprendemos una mezcla de grasa y sudor.

Luego de volvernos unidad recorremos la noche a mi paso, de prisa para acelerar nuestra respiración, o lentamente para contemplar cómo llegamos al mismo tiempo.

0. Tus piernas abiertas

Compañera de plástica curvatura, tu cuerpo antropomorfo -hecho a la medida de mi miradase une al mío, cuando tus delgadas piernas se abren e introduzco mi cabeza entre ellas.

Tus ojos traslúcidos carecen de expresión propia, y tu honestidad material adquiere la mirada del rostro que te posee, para corregir las brumas visuales y guiar los pasos desenfocados.

En más de una ocasión te he reemplazado porque si duermes conmigo te puedo destruir, y aunque te recargas sobre la joroba de mi nariz te necesito, para ver con nitidez cuando llegue la eterna ceguera.

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ANDRÉS GARCÍA

0. Instrucciones para acariciar una flor

Para acceder a los privilegios táctiles de una flor hay que contemplarla primero en su estado silvestre en su interacción ecosistémica en su coqueteo polinizador.

Con sutileza de insecto acercarse tantear sus raíces húmedas sentir el aroma a tierra y sumergirse en sus filamentos boscosos pues toda búsqueda implica perderse.

Si las hojas de esta se inclinan receptivas y se es bañado por el rocío nocturno es momento de escalar el tallo llegar a sus pétalos carnosos a sus minúsculas vellosidades a los pliegues de su florecimiento y finalmente a su misterioso néctar.

Pero si, al contrario ella se retrae y esconde sus dones lo indicado es alejarse como el gusano que huye de la sal como la araña que huye del sol, antes de que demuestre sus espinas y se cometa el robo de una flor en jardín ajeno.

0. Algo en mi boca

Hay un lápiz en mis manos quizás un bolígrafo, un portaminas o uno de mis dedos. Entra en mi boca lo lamo, lo muerdo, lo mutilo y con el dolor me conformo.

Quiero salir del salón tengo hormigas en mi culo y ansiedad en mi existencia. Quiero de nuevo estar entre brazos ser amamantado, ser arrullado y quiero salir del salón.

Otra vez hay algo en mi boca y las puntas mordisqueadas del bolígrafo rasgan mis encías. Quiero salir, pero ella está en el pupitre de atrás por eso permanezco sentado pensando en sus teticas adolescentes dentro de mis encías ensangrentadas.

Necesito otro bolígrafo este ya casi está destrozado tanto, que me intoxiqué con tinta negra quizás con el grafito, con las minas o con mis uñas.

De nuevo estoy en un salón de clases ya no son hormigas en mi culo sino alacranes en mi espíritu. y ella ya no está en el pupitre de atrás tampoco en el salón ni en mi boca.

He destrozado mis esferos mis lápices, mis dedos y mis encías escoriadas. Hay ansiedad en mi sudor y miro a la ventana

29 AMOR OBJETUAL
EN CUATRO...POEMAS

me veo reflejado en el exterior porque quiero salir del salón quiero un cigarrillo necesito algo en mi boca.

Salgo, lo obtengo lo enciendo aspiro-contengo-exhalo sonrío

y vuelve el cigarrillo a mis labios saboreo el filtro recuerdo su lengua su sabor a nicotina y tristeza las babas jugando el color de su aliento sus tetas, su lengua de nuevo. y una vez más necesito algo en mi boca.

No soy un bebe aun así, necesito algo para chupar me chupo lo que queda de mis dedos chupo otro bolígrafo una ramita, un haz de cabellos y nada me satisface ni siquiera las fantasías con ella tampoco mis automutilaciones orales.

Únicamente quiero ser arrullado y dormir sin angus tia un cigarrillo antes de dormir y una cerveza al despertar. Quiero un biberón para adultos alto en grados de alcohol dentro de una botella de vidrio para introducir mi lengua por su único orificio antes de vaciarla en mi vacío.

Ya no hay salones de clase ni cunas soy solo un rincón en las sombras de un bar y quiero morder esta botella rasgar los límites de mi boca para obtener una sincera cicatriz que sonría por mí.

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ANDRÉS GARCÍA
Ilustraciones: Alejandro Valencia

AMOR COMPLETO

Luciana Clavijo

Estudiante de artes visuales

“Amor completo es un video realizado mediante la técnica del stop motion en el que relaciono la melan colía de un corazón roto con el drama de un nuevo amor, mediante la apropiación de la canción “Amor Completo” de Mon Laferte que, a su vez, es el sonido ambiente del video. En esta propuesta juego con una dualidad entre texto poético y la voz de la cantante, con la idea de crear una pieza de videoarte que vincule la metáfora del cuerpo plástico y su fragilidad. Teniendo en cuenta que el objeto narrativo y estético que sigue el video es la depresión, se muestra el antes y el después de una ruptura sentimental que es superada con otra persona cuya entrada en la historia evidencia la superación de los estragos que deja una persona tóxica”.

32 Amor Completo Luciana Clavijo Stop Motion 2021 Capturas de video “Amor completo’’ Luciana Clavijo https://www.youtube.com/watch?v=FCu9cWhiqlg

FLORECER

Valeria Ruiz

Artista plástica

“Florecer es una obra que pretende plasmar un momento de mi vida donde, después de un largo proce so de fuertes y destructivas autocríticas, aprendí a aceptar y amar mi cuerpo tal y como es. Aprender a reconocer el cuerpo como la magnífica herramienta que nos permite experimentar esta vida, no como un objeto al servicio de la estética o belleza, sino para permitirnos florecer y conectar con quiénes so mos, esto es lo que significa esta obra para mí. En la obra apreciamos un cuerpo desnudo del cual salen algunas ramas que hacen alusión al sentimiento de liberación que se experimenta al permitirnos dejar atrás las ideas impuestas, los cánones de belleza dañinos y todos los estereotipos al que la sociedad ha sometido nuestros cuerpos”.

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2021
Florecer Valeria Ruiz Mixta sobre lienzo

EROTISMO & POESÍA

Recuerdo mi primera lectura de Bataille en torno a la pe tit morte y la idea de transgresión que por entonces nos obsesionaba un poco ante la vida, la sociedad y el arte. Bataille se convirtió en ese momento, para muchos, en un adalid del nuevo pensamiento, una nueva sensibilidad como pensador antisistema, heredero de aquello que significaba hasta ese momento una suerte de revolución cultural en todos los niveles, la misma que desembocará en el famoso “mayo del 68”, en el que también figurará Sartre, Beauvoir y que se avenía incluso con el vitalis mo de un Henry Miller, Anaïs Nin, Foucault, entre otros.

Después vendría ese libro de Octavio Paz, La llama doble que definió brillantemente las diferencias entre sexualidad y erotismo de manera bella y definitiva. Otros libros, otros antecedentes, principalmente en la misma literatura y, sobre todo, en la poesía y en el arte, el cine, y cómo no, en la música, contribuyeron podero samente a darle un fondo mucho más amplio y verdadero a la propia experiencia; a una manera de asumir esa realidad inevitablemente pacata, atravesada de miedos y prevenciones instaladas por el medio so cial y la cultura cristiana, quizá de forma permanente.

Fue pues la poesía, ese “erotismo del lenguaje”, como bien lo dijo Paz, la vía, para mí, más íntima y profunda de conocimiento real, de experiencia erótica, incluso antes del primer encuentro amoroso con alguien, vía que co nectó para siempre mi ser al mundo como deseo, como necesidad fundamental de integrarme a los otros, a un otro al que estaban destinadas o aludían las palabras, los poemas e historias que leía desde la infancia. El len guaje como extensión del cuerpo, como extensión de los sentidos, para entrar en contacto con el mundo, con la vida, con las cosas sin intermediaciones. Nombrar y leer lo nombrado era ver, era tocar, era sentir, era oír, era gustar, era oler, pero también incorporar lo otro, al otro, a mi pro pio ser, a mi espíritu, hasta poseerlo casi completamente.

El lenguaje hizo posible todo eso, sin misticismos, de un modo cercano y aparentemente simple, aunque desde luego, esa aparente simplicidad encubría o de jaba entrever el misterio, la belleza ínsita que cada

palabra, cada frase, cada verso o párrafo, cada pá gina o historia traían hasta mí. Desde niño, las palabras fueron sensaciones, imágenes, sonidos, atmós feras incitantes, plenas de sabor, de encantamiento, como manos que descorrían para mí velos, pliegues y vestiduras de lo real, dejándome contemplar enton ces la desnudez de lo allí convocado, su esplendor, su palpitante belleza solo para mí, dispuesta y dulce.

Más allá de lo que por siglos se ha denominado “Poesía erótica” gracias a su contenido amoroso, sensual o se xual específico, lo que en verdad trasciende es la forma, el modo, la belleza con la que el lenguaje logra provocar nos, transmitirnos una sensación placentera y suscitar en nosotros el deseo. Grandes ejemplos de la literatura y la poesía universal lo corroboran, si nos fijamos bien, desde El cantar de los cantares, Safo de Lesbos, Longo, Ovidio, Petrarca, Shakespeare, Quevedo, hasta Leopardi, Apo llinaire, Trakl, Breton, Kavafis y poetisas como Delmira Agustíni, Storni…, sin olvidar las grandes obras que, más por su alta calidad literaria que por sus historias, perma necen también como expresión de un alto refinamiento erótico, desde El Kama sutra, El Satirikon, El Decamerón, hasta En búsqueda del tiempo perdido de Proust; El aman te de Lady Chaterley, de Lawrence; Delta de Venus, de Anaïs Nin; El Amante, de Duras; La crucifixión rosada, de Miller; Muerte en Venecia de Mann, entre muchos otros.

El eros —no hay novedad al recordarlo–, es la fuen te primordial de toda poiesis, toda creación huma na, tan poderosa como el instinto de sobrevivencia y por supuesto de perpetuación en otros, en el tiem po, como anhelo de inmortalidad, de trascendencia ante la muerte. De ahí su carácter sagrado, y aun, su connotación religiosa y su permanencia mítica.

La poesía como lenguaje creador, como experien cia del espíritu y del cuerpo, de los sentidos, solo puede ser, desde este punto de vista, conexión viva y última del ser humano con el eros en su absolu to. La poesía es ese absoluto. Ese Eros universalis.

36 PEDRO
ARTURO ESTRADA

FALENAS

Fernanda Aramuni Fotógrafa, artista visual

@imagenesausentes

“Falenas es un proyecto en el que, utilizando la fotografía como herramienta y la deambulación como principal estrategia creativa, intento sumergirme en un estado de fuga, donde las nociones de tiempo y espacio se pierden para dar lugar a una percepción diferente. La persistencia voluntaria en ese reco rrido errático, en un estado de completa apertura hacia el presente, me permite confrontar la materia necesaria para producir mi trabajo...”

“...La noche aparece como el territorio elegido, y lejos del azar, la elección deliberada de este espacio se justifica en las formas que la vida asume en ese contexto particular: un escenario poblado de acon tecimientos imperceptibles cargados de un enorme potencial poético, la proximidad de lo furtivo, la pe numbra como velo cómplice; un espacio donde la alteridad y el accidente se vuelven más tangibles...”

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“...La experiencia de la deriva resulta fundamental, formática. La inmersión en esta dinámica, posibilita funde con el movimiento interno, para terminar dando tre la ficción y el relato del recorrido surge como huella de las formas vacilantes que aparecen como abstracto y lo figurativo”.

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fundamental, más allá de la ausencia de toda ambición per posibilita el intercambio entre el recorrido físico, que se dando forma a las intenciones. Finalmente, algo en como aquello que la lucidez del instinto llega a guardar, como un pacto entre el interior y el exterior, entre lo

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Falenas Fernanda Anamuni Fotografía

DE SUEÑOS HÚMEDOS Y REALIDADES SECAS

kevin.estiver.marin@correounivalle.edu.co

“Recordando esa facultad que tiene el erotismo en nuestras experiencias oníricas o, diciéndolo al modo del relato, “los sueños húmedos” irrumpen en nuestra realidad por vía del orgasmo. En De sueños húme dos y realidades secas, quise pensar en un diálogo por medio del cuerpo, donde hubiese un espacio para mirar el amor en la muerte y donde también la realidad, el sueño y la pesadilla se confundieran en las pasiones de los cuerpos y su degradación. El cuento, es importante para mí porque hace parte de mi trabajo de creación literaria con el que pretendo conseguir el título de Licenciado en Literatura”.

Ilustraciones: Alejandro Valencia

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CON-TACTO

Artista visual, docente @artedwin

“La obra Con-tacto incluye una serie de 16 dibujos hechos con base en imágenes encontradas y otras propias de cuerpos en encuentro, en poses sugerentes y que remiten, de alguna forma, a ese momento más pleno donde la intimidad se hace espectáculo. Los modelos de cuerpos estereotipados y atléticos, intentan evadir la mirada y concentrarse en el contacto, cuerpo a cuerpo, piel a piel, para dejar en evi dencia algunos cánones de belleza que nos venden por doquier los medios de comunicación y que lo más probable es que no se parecen en mucho a lo que la población promedio mira en su espejo”.

Edwin Morales
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Con-tacto Edwin Morales Dibujo 2010 50

AGRESIÓN DE LOS BESOS/SE VENDEN PECADOS

@maya_varsan

“Agresión de besos es el nombre de esta pintura, hace parte de las obras que estoy realizando como parte de mi tesis. En ella busco explorar el deseo, el erotismo y su relación con la individualidad. En mi trabajo, aparte de las pinturas, uso dispositivos como una máquina de asfixia, una de latigazos, elemen tos con los que exploro las distintas formas del placer dentro de las dinámicas contemporáneas para plantear preguntas sobre lo que implica el amor y el cuerpo”.

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Agresión de los besos Alejandra Vargas Óleo sobre lienzo 2022
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Se venden pecados Alejandra Vargas Óleo sobre lienzo 2022

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Correo: laexpuesta@gmail.com Facebook: Revista La Expuesta Youtube: Revista La Expuesta Instagram: laexpuesta

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SENTIR

Camila Juvinao

Estudiante de artes visuales https://www.behance.net/mariacjuvinao

“Sentir viene del latín sentire, que nos habla de experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas. Esta obra surge de la necesidad crear una experiencia sensorial y visual, realizando una traducción de texturas por medio de las ondas generadas en la proyección de luz y sombra en los cuerpos; así tomó provecho de la fotografía de archivo, y de la experimentación con diferentes técnicas análogas como el graffiti y el stencil, para desarrollar una reflexión sobre la naturalidad del cuerpo como objeto sintiente de sensaciones y emociones”.

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Sentir Camila Juvinao Fotografía 2022

Ilustración: Alejandro Valencia

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INFUSIONES

Yinna Contreras

Artista, gestora cultural “Infusiones es un fanzine en el que, a través de la ilustración y la poesía, se habla de cuerpos rozados por agua caliente, a una temperatura que no alcanzó los hervores. En el fanzine los fragmentos se disuelven como raíz, hoja, planta o granos que traducen imaginarios eróticos-sexuales”.

https://co.pinterest.com/YinnaVersatil

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2022
Infusiones Fanzine Yinna Contreras

CABALLERO, SED DE OTREDAD

malicia328@outlook.com

“El erotismo es ante y sobre todo sed de otredad y lo sobrenatural es la radical y suprema otredad”.

Octavio Paz

El erotismo, para Octavio Paz, quien trae a colación algunas ideas de Freud, es una pulsión sexual que diferencia a los seres humanos de los animales y se caracteriza por infinitas formas de realización, in geniadas por los hombres para colmar el insaciable deseo sexual que, a diferencia del de los animales, carece de ciclos que lo autorregulen. El erotismo se expresa siempre en conjunción con un otro, real o imaginario. Se expresa, de acuerdo con las diferen tes culturas y religiones, a través de formas múltiples, sin embargo, en las diferentes prácticas siempre apa recen las palabras placer y muerte (Paz, 1995, p.18).

Para paz, el erotismo es invención, variación incesan te; el sexo es siempre el mismo. El protagonista del acto erótico es el sexo, más exactamente, los sexos. El plural es de rigor porque incluso en los placeres llamados solitarios, el deseo sexual inventa siempre una pareja imaginaria o muchas. En todo encuentro erótico hay un personaje siempre activo: la imagi nación, el deseo. En el acto erótico intervienen dos o más, nunca uno. Diferencia a la sexualidad animal del erotismo humano el hecho de que uno o varios de los participantes pueden ser un ente imaginario. Sólo los hombres y mujeres copulan con íncubos y súcubos; también los juegos eróticos que se tornan innumerables y cambian continuamente por la ac ción constante del deseo, padre de la fantasía. El erotismo cambia con los climas y las geografías, con las sociedades y la historia, con los individuos y los temperamentos. También con las ocasiones, el azar y la inspiración del momento (Paz, 1995, p.15-16).

El erotismo es dador de vida y de muerte. Comien za a dibujarse ahora con mayor precisión la ambigüedad del erotismo: es represión y es licencia, sublimación y perversión. Así, en la sexualidad, la reproducción queda subordinada a otros fines, unos sociales y otros individuales. El erotismo de fiende a la sociedad de los asaltos de la sexualidad,

pero, así mismo, niega a la función reproductiva. Es el caprichoso servidor de la vida y de la muerte.

Siguiendo este esbozo, el acto erótico no tiene un fin biológico de reproducción, sino hacer de la desnudez una apertura hacia un momento donde el hom bre sale fuera de sí al encuentro de lo desconocido en la posibilidad de la carne. El hombre se pierde en la exaltación del deseo que no muere, al contrario, se renueva arrojando a los amantes a nuevos encuen tros furtivos, donde la continuidad se hace presente por medio de la embriaguez de la carne (Pérez, 2015).

En Antonio Caballero el erotismo, en tanto que tema único de su producción artística, deviene una sola unidad con su obra, no solo como leitmotiv, sino como práctica artística, pues su obra es autobiográfica. Su trabajo era placer erótico y el placer erótico era su trabajo. Sin embargo, cuidaba que su obra estuviera alejada de lo sexual y la pornografía. En la entrevis ta realizada a Caballero por Ramiro Ramírez para la Revista mundo (2004), el artista cuenta que su aprendizaje de la anatomía es a la vez estudio y placer:

[…] Ahora al dibujarlo lo estoy estudiando y tratan do de comprenderlo. Lo estoy analizando. Y por otro lado y en la medida en que lo estudio lo estoy acariciando, lo estoy deseando y lo estoy gozan do. Ese goce erótico naturalmente, aparecerá en el dibujo o al menos eso espero. Para resumir, cuando estoy dibujando un cuerpo del natural trato de sentirlo y comprenderlo tan directamen te y tan amorosamente como si estuviera hacien do el amor. Digamos que es una manera sensual y erótica de estudiar la anatomía. (2004, p.37).

En Caballero, la fascinación por la vida y la muerte se mezclan en el erotismo. Muchas religiones y culturas han practicado formas de erotismo multitudinarias, estas lo conciben de diversas maneras. Algunas unen carne y sexo como caminos hacia la divinidad (Paz, 1995, p.20). Caballero cree tener estos momentos de éxtasis en los que siente una fuerza superior cerca na a la divinidad. A comienzos de su carrera pintó

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CABALLERO, SED DE OTREDAD

desnudos femeninos que, según Cobo Borda, eran masas informes y aplastadas, y a pesar de eso le me recieron el premio de la Bienal Coltejer de 1968. Esa obra era un políptico que se creyó que estaba cons tituido de 13 paneles y que al final resultaron ser 18. Esa etapa de la pintura de mujeres fue abandonada totalmente para dedicarse a su tema de las relacio nes homoeróticas y a la posesión del otro. Caballe ro nunca tituló sus obras, pero a esta se le conoció como La cámara del amor. Ese premio lo catapultó como promesa vanguardista del arte nacional por su experimentación con la abstracción, sin embar go, se decantó por el manierismo bajo tras el estudio e influencias de Rubens, Francis Bacon, Rembran dt, Bronzino, entre otros maestros del arte europeo.

Su(s) obras, siempre sin título, exhiben un trazo fuer te que dibuja una escena erótica en la cual la(s) cabeza(s) son ocultadas y la relación con el otro es tenuemente sugerida, sin embargo, se logra ver un pene flácido, unos brazos caídos, los cuerpos des gonzados. Esa cabeza oculta la usa para preser var la identidad de la pareja, pero Caballero decía que no estaba en el cuadro para que el especta

dor realmente viera la obra, pues él rehusaba ha cer literatura, lo que quería era hacer una imagen.

Antes que el tema de sus obras que, según Álvaro Me dina “[…] es solo uno: las relaciones homoeróticas”, el artista había descubierto el erotismo desde sus co mienzos:

Caballero ya aspiraba a producir una obra que respondiera a su profunda inquietud. ¿Cómo llegar a esa imagen concentrada en que se mezclan placer y dolor, belleza, horror y deseo? Si se observa el orden en que el pintor enumeró sus inquietudes, se comprobará que la preocupa ción inicial (el placer) remite a la última (el de seo), o sea que la dinámica erótica era línea de partida y meta final. En el centro tenemos enton ces, la belleza y el horror. (Medina, 1984, p.76)

En Me tocó ser así, esa larga entrevista con José Hernández, Caballero le contó sobre la fascina ción que desde niño le producían los ritos, cuadros, altares, procesiones que se usaban en las iglesias católicas porque para él eran ante todo imágenes

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L.Caballero. St. Sf. 67x97cm. Disponible en: www.invaluable.com/auction-lot/luis-caballero-1943-1995-s-t-sf-obra-grafica-medi-17-c-f2f4e488e1

y “[…] el erotismo viene por la vista. Y la imagen de Cristo, representada por un tipo bello, despertaba mi sensualidad… Para hacer una pintura erótica, se necesita pintar eróticamente. Pintar más con se men que con trementina”. (Hernández, 1986, p.33).

En las muchas entrevistas que Caballero conce dió, se aprecia la convicción que tenía tanto sobre el oficio de dibujar y de pintar como sobre su temática. En la conversación que tuvo con Rami ro Ramírez se puede rastrear su férrea búsqueda:

Ramiro Ramírez: Digamos que es una manera sensual y erótica de estudiar anatomía… ¿Es de allí de dónde parte la significación de tu obra?

Luis Caballero. Sí, porque me siento no pintan do sino haciendo, conociendo una persona. La pintura en realidad me interesa muy poco. No me interesa “hacer un cuadro”, lo que quiero es ha cer gente, hacer esa persona que quisiera tener y que no tengo. En ese sentido es una pintura de frustración. Luego viene la segunda etapa que es la sensual, la erótica, si tú quieres. Y es ahí don de reencuentro el sensualismo que tuve al hacer los dibujos, y que se añade a la sensualidad de pintar, más la sensualidad cada vez más fuerte de unión erótica y casi carnal entre la figura que estoy pintando y yo mismo. (Ramírez, 2004, p.44)

En el erotismo siempre se necesita la complicidad del otro, incluso un otro inventado como un súcubo o un íncubo, aún si se trata del acto erótico solitario. En el caso de Caballero ese otro eran los jóvenes que le servían de modelos. Por ello, para Caballero la relación sexual no basta, quiere fundirse con el objeto del deseo, poseerlo, apropiarse del otro y su belleza: “[…] Me queda, sin embargo, la posibilidad de poseer esa belleza dentro de una relación erótica o simplemente pintando. Pintando ese cuerpo bello que no tengo y que quiero poseer”. (Ramírez, p.39).

En las conversaciones con José Hernández, este le pregunta: “¿es decir que usted asocia erotis

mo, religión y arte porque para usted son ante todo imágenes?”, a lo que Caballero responde:

Exactamente. En el erotismo las excitaciones vienen, antes que todo, por la vista, Y en Co lombia, la religión es sobre todo una religión de imágenes: las procesiones, la misa, los cuadros, los altares… De esas imágenes pasé a otras que ya se mezclaban con el erotismo: el Cristo muerto- siempre representado por un tipo be llo-que despertaba mi sensualidad. Agregue a eso, toda una serie de emociones y sentimientos sensuales propios de la iglesia católica: incienso, casullas, cirios, altares, por eso cuando pienso en la religión de mi infancia pienso poco en ese conjunto de creencias filosóficas y morales y más en ese atractivo visual y sensual que es el cul to de las imágenes. (Hernández, 1986, p.39-40)

Ahora bien, recordemos que el erotismo facilita la posibilidad de que se dé una comunicación del hom bre con la continuidad revelada en los momentos eróticos, en donde la discontinuidad es alterada al máximo para que la continuidad de la vida se muestre como un todo, lo que plantea, de una forma general, la tesis de Bataille sobre el erotismo como una forma de afirmar la vida incluso hasta en la muerte. En Ba taille (2009), para que esta experiencia tan violenta acontezca es necesario que el hombre se disuelva en alguna de las formas eróticas. La apertura al erotismo acontece cuando un hombre se decide a amar a otro profundamente, y se entrega a la violencia del deseo que altera al máximo su condición de discon tinuidad, en una especie de disolución de sí con el otro, convirtiendo esta experiencia en el drama de la existencia, pues la exuberancia de la vida, encar na violencia al igual que los movimientos eróticos del hombre. La renovación del deseo es el signo que se da cuando el hombre se somete a la obra de la muer te en un desborde desmesurado que tropieza con la experiencia de lo desconocido. El erotismo pertenece al instante, pues es sólo en los breves momentos que el hombre tiene un sentimiento de continuidad con la vida, en el azar maravilloso expresión que utiliza Batai

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lle para hablar de la violencia en el vaivén del deseo.

Para Pérez Carvajal (2015), George Bataille re coge el sentido primordial del erotismo con la pre misa “la aprobación de la vida hasta en la muer te”, puesto que la vida que se trata de afirmar, es la vida en su totalidad, entendida por el au tor como la “continuidad del ser”, aquello que el erotismo de alguna manera trata de reproducir.

Si tomamos en cuenta las ideas anteriores, se puede colegir que en Caballero la presencia del erotismo es una constante vital en la que se reafirma la nece sidad del otro, “de la otredad”, necesidad que logró satisfacer plenamente no sólo en su vida personal, sino en su obra. Como se ha mostrado, en las entre vistas concedidas es posible seguir ese rastro. Caba llero se mueve en su obra guiado por el erotismo que constituye el lema de su producción artística, hasta el punto que algunos han dicho que es un artista de un solo cuadro, pero como bien lo aclara Medina, no es que fuera artista de una sola obra, sino de un solo tema: las relaciones homoeróticas. Su vida y su

obra están entrelazadas por la pulsión erótica, hecho que se torna en el sustento de su producción. En ese sentido, sus dibujos son apuntes en forma de retratos de sus relaciones sexuales que transfiere al cuadro de gran formato dotándolas de ambigüedad y de tortura. De ahí se puede sugerir que el artista entabla una relación entre el erotismo y la vida, que se da cuando acontece un momento erótico, en el que siempre la vida se afirmará en relación a la muerte.

Retomando a Bataille, la vida que nombra es la desmesura de la producción de los seres que so brepasa la muerte en su constante renovar. En el momento erótico esa desmesura de la vida es dra matizada en el exceso de la carne, en la pasión de los corazones o el sacrificio, como los signos de violencia que acontecen en el interior del hombre, al igual que la violencia que acontece en el movimiento de la continuidad de la vida (2009, p.128)

En el caso de Octavio Paz, este nos dice que debemos a Platón la idea del erotismo como un impulso vital que asciende, escalón por escalón, hacia la contempla-

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L.Caballero. st. Litografía sobre papel. 1985. 67x97cm. Disponible en: losmejorespintoresdecolombia.blogspot.com/2011/12/galeria-dibujos-litografia-luis.html

MARTHA GONZÁLEZ

ción del sumo bien. Esta contemplación contiene otra: la de la paulatina purificación del alma que, a cada paso, se aleja más y más de la sexualidad hasta que, en la cumbre de su ascensión, se despoja de ella enteramente. Pero lo que nos dice la experiencia religiosa, sobre todo a través del testimonio de los místicos, es precisamente lo contrario: el erotismo que es sexuali dad transfigurada por la imaginación humana, no des aparece en ningún caso. Cambia, se transforma con tinuamente y, no obstante, nunca deja de ser lo que es originalmente: impulso sexual. (Paz, 1995, p.23-24).

Esas transformaciones de las que habla Paz que, en esencia se remontan al ‘impulso’ sexual encar nado en el erotismo, hacen parte de la obra de Ca ballero en cuyo trabajo se puede concatenar el placer sin límite con la aspiración a la divinidad, los cruces entre eros y tánatos (vida y muerte) con la libertad de compartir su homosexualidad. Como dijimos más arriba, la obra de Caballero está entre lazada con su vida, con sus experiencias y el goce mismo que le producía; y él abiertamente lo mani festaba en las entrevistas. A propósito, traigamos de nuevo a colación la entrevista con Hernández:

José Hernández: El erotismo necesita dos condiciones: el contexto y la pose. ¿Sus cua dros no ofrecen un contexto antierótico?

Caballero. ¿El contexto no le parece erótico? ¡A usted! El erotismo es algo muy personal. Yo lo reivindico dentro de mi pintura porque cuando la hago tengo emociones eróticas. (1986, p.33)

Dichas emociones eróticas de las que habla Ca ballero vibran en su obra porque son tan íntimas y sinceras como los rasgos en los que el artista mis mo se nos presenta. Caballero encarna la representación de la pintura erótica por excelencia en el arte pictórico colombiano. El erotismo fue su única temática y en ella se deleitó y exploró todas sus po sibilidades, incluso aquellas que nos pudieran re sultar, aparentemente, contradictorias. Cuando se ven las obras de Caballero se entra en una expe

riencia de erotismo recubierta por el halo de la reli giosidad1; pero esta figura, siempre presente en sus obras, tiene como correlato a la carne, al rito y a la otredad que es también un camino hacia lo divino.

Cada una de las grandes religiones históricas ha en gendrado, en sus afueras o en sus entrañas mismas, sectas, movimientos, ritos y liturgias en los que la car ne y el sexo son caminos hacia la divinidad. No podía ser de otro modo: el erotismo es ante todo y sobre todo sed de otredad. Y, como bien lo manifestó Octavio Paz, lo sobrenatural es la radical y suprema otredad.

Referencias

Bataille, G. (2009). El erotismo. Tusquets. Hernández, J. (1986). Me tocó ser así. Conversacio nes con José Hernández. Editorial La Rosa. Medina, Á. (noviembre 1984). Sexualidad y dilogía. En Revista Mundo. Paz, O. (1995). La llama doble. Amor y erotismo. Seix Barral. Pérez Carvajal, M. (2015). El Sentido Del Erotismo. Revista Ciencias Y Humanidades 1 (1). Medellín, COL:127-50. https://revistacienciasyhumanidades. com/index.php/home/article/view/11. Ramírez, R. (noviembre, 2004). El erotismo (entrevis ta). En Revista Mundo (15), pp. 39-44.

1Recordemos que el entorno familiar del artista era sumamente católico. Él, de niño, como lo atestigua en varias entrevistas, se escapaba a la parte de atrás de la iglesia donde se escondía para pintar.

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