LA FRAGUA. El flamenco desde La Isla de Camarón. Nº 15

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Nº 15 | Julio 2019

chato

de la isla rocÍo mÁrQUeZ · la voz de luz de pabilo laUra vital · claridad flamenca ESPECIAL FRAGUANDO LETRAS



» sumario « 04 28

editorial

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arquitectura flamenca carmen ledesma

entrevista laura vital

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planeta flamenco

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crónicas nacionales

festival flamenco de nimes

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el colmao flamenco alix

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entrevista principal chato de la isla

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con camarón y con el chato

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flamenco desde la isla de camarón

lafragua en nimes

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reencuentro con lamarca

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desde la red

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con otro toque

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sugerencias

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flamenco en imagen

literatura y flamenco

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un tasmallo de letras flamencas 2019

entrevista rocío márquez

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flamen´comic eddie pons

Revista LA FRAGUA. El flamenco desde La Isla de Camarón ISSN 2444-5460 Depósito legal. CA15-2015 Redacción. info@lafraguadelaisla.com Edita. La Fragua. Asociación Cultural Flamenca Diseño & Maquetación. DestinoEstudio

yunque, fragua y alcayata montero glez

equipo de redacción carlos rey | carmen mateos | trysko | antonio mota | manuel cárdenas | antonio jiménez cuenca

colaboradores josé lamarca | antonio canales | eddie pons | lolo picardo | gabriel urbina | ignacio escuín | juan silva | anna valls | josé maría velázquez-gaztelu | montero glez | josé a. hernández guerrero | curro del realejo | jesús

foto portada jerónimo navarrete

rey | salvador jiménez cuenca | chico javier fernández | juan luis monge | luis chaves | selina vesely | michael

foto central adrián morillo

eggen | sandoval y valero | manu avilés | fidel meneses.


› editorial

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la quince va por el chato Sí tuviésemos que poner un nombre al panorama flamenco actual, está claro que lo denominaríamos Rosalía y es que la catalana, para lo bueno y para lo malo, está en boca de todos los flamencos del planeta. La verdad es que llegar a la cúspide de la música internacional, llenar estadios y que millones de personas tarareen tus letras no está al alcance de cualquiera, y Rosalía, con su buen hacer, con la elección de temas y con el trabajo espléndido del equipo de marketing que la asesora, está consiguiendo lo que nadie había imaginado, globalizar su música con raíces flamencas, y eso es importante. Sabíamos que las raíces flamencas seguían creciendo y que iban fusionándose con otras músicas, pero lo de Rosalía es increíble, al igual que aquello que nació hace cuarenta años en Umbrete, en el chalet de un señor llamado Ricardo Pachón, el trabajo discográfico La leyenda del tiempo. Pues sí, cumpleaños de aquella maravilla musical que los gitanos descambiaban porque decían que estaba mal grabado, que aquello no era flamenco. Ironías de la vida, hoy es señalado como uno de los discos más influyentes de la historia de la música.

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Aquí en el sur del sur, en La Isla de Camarón, nuestro buque insignia, el Centro de Interpretación de Camarón, el

museo o como quieran denominarlo, va viento en popa. Los cimientos ya están fraguados, pese a los problemas que encontraron en el subsuelo debido a la gran cantidad de tubos antiguos, tuberías, cables, etc., que retrasaron las obras. Ahora, la estructura metálica ya está montada y en breve comenzará el revestimiento. Eso es el continente, el contenido se sigue valorando, estudiando y clasificando. Dos fenómenos en esa materia se encargan de ello, Enrique Montiel y Juanjo Téllez, biógrafos de Camarón y de Paco de Lucía respectivamente. Ese gran legado que aportó la familia de Camarón por cincuenta años y que los isleños estamos sufragando podrá visitarse en breve, esperemos que antes de que finalice el año. Y cómo no, recordamos a otro grande de La Isla, con sus melismas tan callejoleros, con esencia salinera y caracolera. Seguimos recordando a José Llerena Ramos, Chato de La Isla, celebramos su cante, su personalidad y su trayectoria. Este Hijo Predilecto de San Fernando necesita su recuerdo, quizás un monumento, quizás la celebración del centenario de su nacimiento, la próxima década. Fue grande y hay que enorgullecerse de ello. La décimoquinta va por El Chato de La Isla.


› arquitectura flamenca

Carmen Ledesma Bailaora Suprema Nació en Sevilla y desde muy niña bebió de la escuela del baile más puro y sevillano. Entre sus maestros se encuentra el gran Enrique El Cojo. Aunque la magia de su arte está impregnada de esa húmeda esencia, misteriosa, que se derrama por las márgenes del Guadalquivir. Ella es genuina y autodidacta en sumo grado. Es una bailaora que te arrebata el alma en cada uno de sus lances desbordados de carisma. Aunque su puerto siempre fue Sevilla, ha paseado su arte por el mundo entero y ha formado parte de compañías como Mario Maya, Antonio Gades (en el Ballet Nacional), José Luis Ortiz Nuevo en Estrellas de la Bienal o Manuel de Paula en Chachipen. Ella surca su carrera en solitario con luz propia, resaltando, con broche de oro, su aire festero en el baile más puro y de más enjundia. Siempre fue muy admirada en mi entorno familiar. Y alabada, en los terrenos cortos de la fiesta, como una de las grandes intérpretes en este difícil terreno. Un territorio donde solo pueden brillar las pitonisas del baile cabal y sin trampas; como es Carmen Ledesma.

Y su constancia y dedicación le llevan a obtener en 1983, durante el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, el premio Juana la Macarrona, y participa tres años más tarde en la III Cumbre Flamenca de Madrid, en el Teatro Alcalá Palace, con el espectáculo Cantando la pena, la pena se olvida. Como artista de amplio repertorio, está considerada una de las más significativas intérpretes de la actualidad. Ha colaborado con talentos indiscutibles del mundo del flamenco como Camarón de La Isla, Pansequito del Puerto y El Lebrijano, entre otros. En estos últimos años he tenido el inmenso placer de encontrarme con ella sobre los escenarios. Y hemos creado obras que quedarán grabadas en la historia del baile flamenco. Fue una de mis musas en la obra Trianero, y con ello cumplí uno de mis sueños más deseados. Solo puedo decir que es una fuente inagotable de sabiduría. Que cuando bailo frente a ella, el corazón se me desboca y me hierve la sangre. Y, a más de todas estas virtudes, posee el don de la maestría y, como docente, es dueña y señora de los árcanos más soñados en el baile flamenco de mujer. Creo que ella no eligió el baile, fue el baile el que se enamoró de ella desde el día en que nació. ¡Brindo por ti, maestra, amiga y compañera de viajes! ¡Para que tu legado sea siempre motivo de inspiración!

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■ antonio canales | Carmen Ledesma Machito, más conocida mundialmente en el mundo del baile flamenco con su propio nombre artístico de Carmen Ledesma.

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› crónicas nacionales

dos lps, dos .6

¿Quién iba a decirlo? ¿Se alinearon los astros? Este año y por partida doble, José Monje Cruz, Camarón de La Isla, hace efemérides, por mor de dos obras suyas que se separan en el tiempo justo una década. Diez años, un paréntesis creativo que al flamenco le supo a gloria. Dos discos que cumplen, en este 2019, cincuenta y cuarenta años.

el disco se aprecia, sobre todo, gaditanía en los tientos, soleá, alegrías, bulerías y siguiriyas; influencias de Jerez en la bulería por soleá y en los tarantos a ritmo, desprendiendo una cierta precipitación, normal en un primerizo en el estudio. Este año hace cincuenta años de esta maravilla que el destino deparó en regalarnos.

Al verte las flores lloran (1969)

La leyenda del tiempo (1979)

Cuando José Monje Cruz, Camarón de La Isla, y Francisco Sánchez Gómez, Paco de Lucía se encuentran en Madrid a finales de los años sesenta del pasado siglo, poco se podía aventurar sobre la proyección y el impacto que estos dos artistas tendrían, en el género flamenco.

El productor y folclorista neoyorkino David Aglow dice de Camarón que era un espíritu inmenso que eligió para manifestarse una pequeña persona (no por sus dimensiones, sino por su humilde santimonia). Junto a Paco de Lucía, grabó entre 1969 y 1977 nueve discos que hoy en día son la tabla periódica del flamenco. Con este legado y su insaciable apetito creativo alterado por Nuevo día: el origen de una leyenda (1975), habla con Ricardo Pachón para hacer un disco que trascendería las primeras audiencias de los más puristas para convertirse en la piedra filosofal del nuevo flamenco. Una familia de jovencitos brillantes, Tomatito, Raimundo, Los Marinelli, Gualberto, Dantas, Veneno, que se reunieron en un chalé de Umbrete a comer bocadillos con litronas y a rendir cuentas al futuro de la música. Con la urdimbre que le ofrecía Pachón (poemas de Omar Khayyám, Lorca) y la trama de un emergente rock andaluz con aspiraciones de libertad, el de La Isla se encargó de tejer un disco que dejó su impronta a una generación que no se acomplejó de sus orígenes.

De los nueve primeros discos de Camarón con Paco de Lucía, todos llevan por título genérico el nombre de los dos artistas y la aclaración: «…con la colaboración especial de…», a excepción del cuarto disco de la serie de título Canastera, editado en 1972, y que solo recoge el nombre de los dos artistas. A partir de aquí, volverían a repetirlo hasta el noveno, con el que pondrían punto y final a dicho título. Este primer disco está configurado como obra flamenca antológica, repitiéndose el esquema en los dos siguientes. Es una producción de Antonio Sánchez Pecino, padre de Paco de Lucía. La concepción de antología, registrando una gran variedad de palos flamencos, en total diez, proyecta el mensaje de que detrás del trabajo hay un profundo conocimiento del género. Mensaje que va dirigido a un público aficionado. Es época de clasicismo, dominado por el canon mairenista. En líneas generales, según nuestro amigo José María Castaño, conductor de Los caminos del cante, en

El pasado 15 de junio, en el Festival Monkey Weekend, Rocío Márquez, Soleá Morente, Álvaro Romero y otros artistas emergentes homenajearon en el Puerto de Santa María a La leyenda del tiempo. Cuarenta años del Camarón más lisérgico, espiritual y visionario.

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Camarón & Paco de Lucía “AL VERTE LAS FLORES LLORAN” 1969

Camarón “LA LEYENDA DEL TIEMPO” 1979


› crónicas nacionales

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juan luis monge

gala xxxii de los premios compás del cante

manu avilés

jesús castilla gana el primer premio ciudad de murcia

bailaora de raza e indiscutible transmisora del baile gitano. Hicieron entrega de dicho galardón el guitarrista Rafael Riqueni (quien fuera premiado en la anterior edición) y Doña Patricia del Pozo, consejera de Cultura. La celebración contó con el director del programa Duendeando, Teo Sánchez, como conductor del evento. Asistieron el cantaor gaditano Pansequito, el guitarrista José Carlos Gómez y Lole Montoya, entre otros. La recaudación fue destinada a la Fundación Alalá, que tiene como misión apoyar la integración social a través de la educación de niños y jóvenes, potenciando la formación en valores a través de la cultura, el arte y el deporte.

El cantaor cañaílla Jesús Castilla ha sido galardonado por la Asociación de Arte Flamenco Murcia Flamenca con el primer premio de su VI Concurso de Cante Flamenco Ciudad de Murcia el pasado 18 de mayo. El cantaor isleño, que iba acompañado del guitarrista oficial del evento, el unionense Antonio Fernández, el Torero, interpretó con la solvencia y buen hacer que nos tiene acostumbrados unas malagueñas, caña, tangos y seguiriyas. El segundo premio ha recaído en el cantaor manchego Quintín Zamora, siendo el tercero para el lorquino Nicolás Pelegrín. El concurso, que según sus bases premia la mejor propuesta sin estilos obligados, atiende a la variedad de palos del árbol y valora la dificultad en su ejecución, observando la afinación, el compás, las letras y las modalidades interpretadas. Formando parte del jurado se encontraban la bailaora Beatriz Arce y los flamencólogos Pedro Fernández Riquelme y Guillermo Castro. El Ayuntamiento y la Universidad de Murcia vienen mostrando su apoyo al concurso y a dicha asociación por tan apreciada iniciativa.

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En la Gala XXXII de los premios Compás del Cante que se celebraron en La Cartuja de Sevilla el pasado 29 de mayo, nuestro Rancapino Chico fue galardonado en la modalidad Nuevo Compás por su labor de difusión del cante flamenco entre los más jóvenes. Esta categoría, en su segunda convocatoria dentro de los premios Compás del Cante, distingue a los nuevos talentos de nuestra cultura. De la entrega del mencionado galardón se encargó Antonio Muñoz, concejal de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, además de Marcos Tarancón, vicepresidente de la Fundación Cruzcampo. Así mismo, se hizo entrega del Compás del Cante XXXII (conocido como Premio Nobel del Flamenco) a Manuela Carrasco,


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ignacio escuín

Alix

■ lolo picardo | Quizás lo que mejor recuerde de mi paso por el Grupo Información, donde fui más a aprender que a trabajar, fueron mis entrevistas a los flamencos que estaban despuntando allá por los años noventa en La Isla, es decir, a Camarón en las veladas que se organizaban para construir su peña o la entrevista cuando salió su trabajo discográfico Soy gitano; a Sara Baras cuando volvía de su gira por Japón o a una chiquilla con unos diez años que empezaba a despuntar y que la llamaban «la niña de Pastori». La verdad es que, visto actualmente, mi trabajo periodístico comenzó a lo grande con las tres grandes figuras de cada modalidad, aunque, dicho con la máxima humildad con la que puedo expresarlo, eran personas del día a día de la Venta de Vargas. Tras varios meses en el periódico, fui reclamado por mi familia para trabajar en el restaurante y a regañadientes dejé mi incursión en el perio-

dismo, que era el oficio que más me gustaba, para ocupar mi lugar familiar en la hostelería. Eso sí, conocí a mucha gente e hice muchos amigos que aún sigo disfrutando. Un medio día, mi padre, que estaba trabajando en su turno de la Venta, llamó a mi madre para que fuera a saludar a Camarón, al que le estaban haciendo un reportaje fotográfico en la propia Venta. Nos montamos en el Seat Panda rojo de mi madre, llamé a mi amigo Carlos, que es un gran admirador de Camarón y llegamos a la Venta. José estaba metido en el cuartito, el primero, el que ahora es el cuartito de Camarón, con la puerta cerrada. Mi padre me dijo que el fotógrafo era un poco malaje y si íbamos a hacer algunas fotos, que esperáramos a que la sesión tuviera algún receso. En el transcurso de la espera llegó un amigo de mi padre muy aficionado al flamenco, Julián Guerrero, y un comparsista muy amigo mío llamado Joaquín


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Alix

La sesión fotográfica en cuestión estaba dirigida por un tal Alberto García Alix, para una revista de nuevo cuño denominada El Europeo y era cierto lo que decía mi padre, el carácter del fotógrafo era un poco agrio. Después de aquello leí y me interesé por aquel Alix y el fulano era un personaje de la fotografía, Premio Nacional de Fotografía 1999, enmarcado en el movimiento contracultural de la Movida Madrileña que surgió en la capital durante los primeros años de la transición de la España posfranquista donde brillaron personajes como Francisco Umbral, Enrique Urquijo, Antonio Vega, Paco Clavel, Santiago Auserón, Olvido Gara (Alaska), Iván Zulueta o Pedro Almodóvar. El tal Alberto, un personaje, alto, desgarbado, con unas grandes patillas insinuando a las de un bandolero y con un cuerpo que se adivinaba tatuado hasta las orejas. Mi padre nos dio paso al reservado y allí vimos a ese Camarón inmortal sentado en el vértice de la mesa. Digo inmortal porque aquella sesión de fotos, junto a las de Pepe Lamarca, son las más conocidas del cantaor; aprovechamos todos los que queríamos fotografiarnos con él y entramos todos con gran sigilo bajo la monstruosa mirada de Alix, bajo cuyos ojos de ira, se adivinaba un gran mosqueo. Pues, cuando estaban todos colocados, me doy cuenta, debido a los nervios que estaba pasando, que mi cámara Canon Réflex no tenía carrete. Porque antes las cámaras tenían carretes de película que después había que llevarlo a revelar y solían tener espacio para 36 fotografías. Mi amigo Carlos, que muere con Camarón, casi llora, y me dice que el fotógrafo no va a dejarnos entrar otra vez. Estaba claro que a Alberto no se lo iba a pedir, hubiese sido el colmo. Salí corriendo a una estación de servicio que está anexa a la Venta, pero me encontré a mi jefe del periódico, Antonio Atienza, que entraba con su inseparable Juan Franzón. Le conté mi problema y rápidamente me dio un

carrete blanco y negro, puesto que ellos fotografiaban así para el periódico y además era revelado por ellos allí en su sede, en San Nicolas, 34. Magníficas poses, magnificas fotos. Todos locos con esas fotografías con Camarón el grande y todos sin ver el momento en que fueran reveladas. Pues pasé por la tienda fotográfica y allí las dejé. ¡Ay, Dios mío!, no salió ninguna. Los fotógrafos del periódico reutilizaban los carretes de fotos, compraban película y rellenaban los carretes. El que me habían dado era una película de blanco y negro, y por fuera ponía que era de color. El resultado, un carrete velado. Creo que aún en sueños se acuerdan de mí y de la historia de las mejores fotos de nuestra vida, que no salieron. «…vi que Camarón llevaba un tatuaje en la mano, en lo que se llama la tabaquera, una estrella y una luna, y hay un momento en que le pido hacerle una foto del tatuaje; y entonces el mánager de Camarón dice: “No, una foto de la mano no, los artistas no llevan tatuajes”. A mí me sentó muy mal eso… Fue entonces cuando Alberto García-Alix se abrió la camisa y se plantó, enseñando su pecho con arrojo, tatuado como un mapamundi. Y clavándole los ojos al mánager le preguntó: “¿Entonces yo qué soy?”. En la Venta de Vargas se cuenta que en aquel momento el mánager desvió la mirada, las moscas detuvieron su vuelo y Camarón se quedó encantado con el gesto valiente del fotógrafo. –Aproveché ese instante y me agaché hacia la cámara –sigue diciendo Alberto– y no me atreví a dar dos pasos adelante para acercarme más a la mano de Camarón, que había dejado la mano quieta, y yo pensé que no se daba cuenta. La cámara estaba en el trípode. Y yo pensé: “Que no mueva la mano, que no la mueva”. Entonces aproveché y tiré la foto, y cuando levanté la mirada vi que Camarón me había dejado la mano quieta y me sonreía. “Esto es entre tú y yo”, me vino a decir con la mirada.» Extracto de entrevista realizada por Montero Glez a Alberto García Alix con motivo del 20 aniversario de la muerte de Camarón.

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Rodríguez y que era conocido por estos lares como El Maspapa.


luis chaves

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CHATO DE LA ISLA Extracto de la entrevista realizada por Curro del Realejo en el programa Triste y Azul de Radio Vallekas.

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Cuando a José Llerena Ramos, el Chato de La Isla, se le homenajeó en Fuenlabrada (Madrid), se reunió parte de la galaxia flamenca de aquel entonces, y no solo artistasprimerasfiguras, también los críticos del momento. Estamos en el 93, en junio y en 17 del mes. Al día siguiente, el viernes 18, se le daba el homenaje en el polideportivo Fernando Martín. Al cante, José Mercé, Carmen Linares, José Menese, María Vargas, Chaquetón, Gabriel Moreno, Vicente Soto, Merenguito, Aguilar de Vejer y una adolescente Niña Pastori. A la sonanta, Enrique de Melchor, Rafael Riqueni, Paco de Antequera, José María Pardo, Paco Cortés, El Mami, Curro Jerez y El Juani. Dándole a la bata de cola y a las botas Sara Lezana y Antonio Canales. Y a la pluma de la crítica, Ángel Álvarez Caballero, José María VelázquezGaztelu, Balbino Gutiérrez, Juan Diego, Nicolás Dueñas, Juan Verdú, José Luis Ortiz Nuevo y Manuel Valenzuela. Casi pudo ser una cumbre flamenca. En palabras de Curro del Realejo, su entrevistador, lo fue. No es para menos con El Chato de figura central, artista de artistas. Estamos en el día de vísperas. Expresivo, justo, melódico, austero, cabal todo en el decir de su cante. En el Madrid de los noventa, en las ondas de Radio Vallekas y para el programa Triste y Azul nos dejó su verbo cañaílla, sabio y fresco. Texto: Antonio Jiménez Cuenca

Curro del Realejo. Para empezar, todo el mundo te conoce por Chato pero ¿tu nombre verdadero cuál es? El Chato de La Isla. Es José, pero todo el mundo me llama Chato, también mi familia me llama así. Hasta mis nietos dicen «mi abuelo el Chato». C.R. Tus comienzos en el flamenco fueron hace muchos años ya ¿no? Ch.I. Sí, yo tenía 7 años. No he hecho otra cosa más que cantar y ganar dinero. C.R. ¿En tu familia ya había gente que cantaba flamenco? Ch.I. No, no. Mi padre cantaba, pero no profesionalmente. Él era patrón de barco de pesca. Pero cantaba requetebien, pero bien. Y una hermana mía mayor también cantiñeaba y era muy graciosa. Pero el único artista que ha salido de la familia soy yo. C.R. ¿Y eso, por qué te dio por ahí? Ch.I. Porque nací así. Ese es el don que me dio Dios, parece. Para cantar bien hay que tener ese don. Ahora, siempre hay que aprender. Aprendes del uno y del otro y después tú lo arreglas a tu forma. Para que no digan «El Chato canta por Caracol, canta por Valde-


› entrevista » carlos fernández rico, “curro del realejo”

rrama o canta por Vallejo». Tú tienes que crear algo. Para que digan «ese es el cante del Chato de La Isla».

C.R. Nos contaba Chano Lobato que os juntabais unos pocos y acababais en la Venta de Vargas.

C.R. Y con 7 años imagino que te estaría prohibida la entrada a las tabernas, las ventas…

Ch.I. Sí, en la Venta Vargas, ahí acabábamos todos, y pasábamos una fatiga empujando los coches de gasóleo. Te lo ha contado él, ¿no? El Chano es muy buen artista, canta muy bien y además es graciosísimo y muy buena gente.

Ch.I. No, no. Yo estaba por ahí y cantaba en los bares. También cantaba en los tranvías. Pasaba una boina muy grande que llevaba de mi padre y los primeros dos reales me los daba el cobrador para que picara la gente. Yo después se los devolvía. Y después estaba en Cádiz, en San Juan de Dios, en el Pay-Pay, y por la Cueva del Pájaro Azul, con el Chano Lobato, el Niño la Viña y unos pocos más.

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«...el cante es como un vómito. Porque tú escuchas cantar bien y entonces dices, pon la guitarra ahí que me voy a arrancar. Es el momento.»

C.R. ¿Por dónde te movías más cuando empezaste, en San Fernando o en Cádiz?

C.R. Pero después te viniste a vivir a Madrid. Ch.I. Me vine a Madrid en 1961. Y llevo aquí ya treinta y tantos años. C.R. Fueron años dorados los 60 en el flamenco, ¿no? Muy míticos porque estaba lo mejorcito del flamenco aquí en Madrid. Ch.I. Sí, sí, sí, sí. Es que no había otra cosa que Madrid. Por Cádiz, San Fernando, Sevilla no había perras, no se ganaba dinero y teníamos que tirar pa ca arriba, que es donde estaba el pienso. C.R. Y aquí has cantado en casi todos los tablaos. Ch.I. Sí, aquí he cantado en los mejores tablaos. Estuve 20 años en Las Brujas. De Las Brujas me fui a Los Canasteros. Cerraron Los Canasteros y me fui al Café de Chinitas, que ahí es donde me he retirado. C.R. ¿Porqué te han hecho este homenaje? Ch.I. Llevo treinta y tantos años en Madrid pero cinco llevo en Fuenlabrada. El alcalde se ha portado maravillosamente bien y La Casa de Andalucía de allí también. Se han hinchao de trabajar, porque para mover esto hay que trabajar muchísimo. Y los artistas se han volcado todos. Y vienen 8 o 10 más que nos están en los carteles. Que no sé, va a durar aquello hasta las 4 o 5 de la mañana. C.R. Chano Lobato, al que entrevistamos hace poco en este programa, según sus palabras, dice que tiene 65 años. Sois de la misma quinta ¿no? Ch.I. Sí, yo le llevo 2 años. Yo tengo 67, los cumplo ahora en este mes, el 26. Sí, de esta edad somos El Beni, Chano y yo. Y el Sordera también.

■ jerónimo navarrete | Aquella noche de julio del 92, tomé el tren a Cádiz y, al entrar en mi compartimento del expreso, empezó el entierro sin yo quererlo. Delante de mí, sentado y con la cara agrietada por los años y las duras condiciones de vida, estaba El Chato de La Isla. Si San Fernando tenía dos cantaores destacados, la vida se acababa de llevar al más joven de ellos y yo tenía delante de mí al otro. El Chato conoció a Camarón desde que este era un niño, y supongo que muchas veces ese niño le habría escuchado cantar y le habría cogido sus cosillas y habría vuelto loco al veterano cantaor y «¡si pudiese leer esa cabeza!» Pensé. Los ojos solo me transmitían pena y un abismo indescifrable. Nos miramos y, a pesar de que le conocía y nos habíamos tratado, vi que no me reconocía y lo dejé pasar. En parte por mi timidez y en parte por respetar su viaje. No hay nada peor que un aficionado pesado, y si además viaja frente con frente, ya ni te cuento. Por la mañana, antes de llegar a San Fernando, me atreví y estuvimos charlando un rato. Le hice un retrato sentado sobre la litera y allí se congeló la pena que llevaba ese hombre, una pena tremenda. De la charla que tuve con El Chato solo recuerdo que le pregunté por algo del pasado y me dijo: «Hijo, yo me acuerdo poco de esos días, como teníamos que estar levantados hasta las tantas y se bebía mucho, pues se me han olvidado las cosas». Nada que objetar, nada que añadir, nada más que preguntar a la desolación, la muestra viviente de lo duros que fueron los tiempos pretéritos para los flamencos, flamencos de fiestas y cuartos reservados.

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jerónimo navarrete

Ch.I. Me movía más en la Venta de Vargas. Ahí estaba fijo y me tiré veintitantos años. Pero muchas veces me iba a Cádiz, y me tiraba allí 2 o 3 días.


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C.R. ¿Qué opinión tienes de la gente joven que está haciendo nuevo flamenco, como Pata Negra, Ketama o la Barbería del Sur?

C.R. Tanto Caracol como Camarón tuvieron muchas críticas, Caracol con la Ópera flamenca y Camarón con La leyenda del tiempo.

Ch.I. Lo mío no es eso. Pero los chavales sacan esas cosas que es lo que le da dinero a ganar. El flamenco auténtico, no da dinero. Y los chavales se tiran a ese ritmo que es lo que les da contratos. Y saben cantar bien, porque cantan bien. Pero dicen «y de qué me sirve a mí cantar bien si no gano un duro». Y hacen bien, hacen muy bien. Ahora, el flamenco no se pierde, eso desde ya. El flamenco no se perderá nunca en la vida.

Ch.I. La gente dice que si Caracol, que si Camarón... Pero es que eran diferentes. Los dos son monstruos, pero diferentes. Y cada uno en su época. Camarón, que formó lo que formó y tan joven, que se murió con 41 años…, yo no he visto eso en los restos de mi vida. Aquello era una cosa exagerá. A más, se lo merecía. Pero si llega a vivir tanto como Caracol, pues pasa más desapercibido. O Marchena, que era también una máxima figura, te guste más o te guste menos. Y por mucho que diga la gente, Caracol era un gitano que cantaba pa quitar el sentío y le gustaba escuchar. Donde estaban los mejores en Jerez, pues a Jerez a buscarlos iba y pagaba. Camarón todo lo que hacía lo hacía muy dulce y con sentido común. Sabía lo que hacía, le metía mano a todos los palos y todo lo hacía bien.

C.R. De los flamencos antiguos, ¿cuáles han sido maestros tuyos? Ch.I. Mi maestro para mí ha sido Caracol, yo he sido caracolero de toda la vida de Dios. Para mí no había otro como Caracol. Pero me gustan todos, me ha gustao Caracol, me ha gustao Vallejo, la Niña los Peines, Tomás su hermano, José Monje, Mairena,… y he cantado con todos. La última vez que canté, en Cádiz, con la Niña los Peines, Pepe Pinto, la Paquera, María Vargas, que era una chiquilla, Antonio Mairena y unos pocos más, ahí faltó Caracol. C.R. Chato, ¿en que palo del flamenco te encuentras más a gusto? Ch.I. La gente dice que yo canto muy bien por fandangos, pero a mí me gusta cantar por seguiriyas, por malagueñas, por soleá, cantar los tangos del Piyayo, porque los canta poco la gente y son bonitos. Cantar por tientos, por bulerías, por alegrías, por tarantos. A mí me gusta to y le meto mano a to. Pero lo hago a mi forma. Porque por eso soy el Chato de La Isla; yo canto diferente a los demás. C.R. Hablando de los tangos del Piyayo ¿cómo los aprendiste? Ch.I. Pues escuchando a los cantaores, a los viejos. Me ha gustado y lo he hecho. Tuve el privilegio de escuchar cantar por fandangos a Macandé, que estaba en el manicomio, tenía yo 7 u 8 años. Le daba por cantar saetas, que las cantaba pa rabiar también. Pero fui con Caracol porque quería escucharlo por fandangos.

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C.R. ¿Tú crees que José Monje Camarón revolucionó el Cante? Ch.I. Ese sí. Ese formó el escándalo padre. Lo que ha hecho él no lo ha hecho nadie en el mundo desde que yo tengo uso de razón. Y te digo una cosa, era un ratón…, porque tenía un oído maravilloso, que cogía una cosa de aquí, de allí, de este y del otro y después lo mejoraba. Porque hay que saber coger lo de la Perla de Cádiz, la pobrecita en paz descanse, y va y lo mejora. Era un fuera de serie. Además, esa voz tan dulce de él y además gitano.

C.R. ¿En La Isla salen artistas jóvenes? Ch.I. Sí, por ahí cantiñean, se cantiñea. Pero no se lanzan, no se lanzan. Hay que venir pa Madrid. El que se consagra aquí, es artista de verdad. Porque aquí venimos todos los buenos, porque como allí abajo no hay sitios que uno pueda trabajar para vivir, pues hay que venirse pa Madrid o Barcelona. C.R. Tú, Chato, ¿te consideras bien pagao? Ch.I. No. No me lo considero. No es que no pueda pedir más dinero, pero… Porque yo me siento en una silla con quien sea, con quien me toque un instrumento. No tengo complejo de inferioridad con ningún artista. No tengo complejo con la cara tan feílla que tengo, contrimás cantando. Siempre me gusta a mí cantar con gente que cante bien y que me haga a mi cantar. ¿Tú sabes quién me hacía a mi cantar? El Camarón. Me gustaba que cantara él por delante mía, porque me hacía cantar. Él y Caracol. Y la Paquera. Porque el cante es como un vómito. Porque tú escuchas cantar bien y entonces dices, pon la guitarra ahí que me voy a arrancar. Es el momento. Porque todo el que cante todos los días y cante igual, eso es mecánico, eso no. No es que cante mal, pero el auténtico tiene sus momentos. El cantaor puro bueno tiene sus momentos. C.R. En cuanto a tu discografía, me he llevado una sorpresa cuando me has dicho que tienes grabados 6 o 7 discos con Paco de Lucía y con su hermano Ramón. Ch.I. Con Paco y Ramón tengo un long play y después 5 o 6 long play con Ramón. También tengo con Antonio Arenas unos pocos, pero cantando varios cantaores. Están Tomás de Huelva, Camarón, El Lebrijano, El Turronero. Un montón de ellos. También grabé con Pericón y con El Sordera.


› entrevista » carlos fernández rico, “curro del realejo”

C.R. ¿Y lo último que has grabado qué es? Ch.I. Lo último es unas bulerías árabes que he hecho. Es bulería pero sin letra, na más que la música. C.R. ¿Pero dónde aprendiste tú a hablar el árabe?

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Ch.I. Yo no hablo el árabe, no tengo ni idea. Es na más la música. Es de un disco que me regaló a mí cuando era yo un chiquillo un árabe. Lo escuché y me encantó. El difunto Caracol, cuando iba para allá bajo, le tenía yo que hacer el cante en árabe. Hombre yo la hago en muchos discos. Cuando sales por soleá, por fandango o por bulería. Pero que conste que eso es mío. Es caracolero pero es mío, lo árabe es mío.

Ch.I. A mí de momento me gustan todos. Aunque a mí me ha gustado mucho Melchor, Paco de Lucía y su hermano Ramón de Algeciras, que toca muy bien. Los Habichuela me gustan todos. Y Paco Antequera. Me gustan todos. El primer tocaor que me acompañó, tendría yo unos 11 años, fue el difunto Ramón Montoya. La primera vez que canté en mi vida con guitarra. Y empecé a cantarle y empezó ese hombre a llorar. Entonces dije yo, «ya no canto más». Y me dijo «¿por qué hijo, por qué?», «Porque usted está llorando». Y me dijo «sigue, sigue, sigue». Un gran guitarrista. También Sabica, que me gustaba más. C.R. ¿Tienes alguna grabación próxima? Ch.I. No, por ahora no. Hoy fui a la televisión pero para esto de mi homenaje. Y canté por bulerías un poquito y después por malagueñas. C.R. ¿Dónde había más respeto, en los tablaos de antes o en las salas donde actuáis ahora? Ch.I. En los tablaos, la gente iba también a echar la copa y hay más bulla. Donde se canta bien es en el teatro. Claro que donde se cantaba bien, bien, era en los reservaos. Pero vamos, en los teatros, en los festivales, es donde el público es más respetuoso. En algunos sitios, en otros no. Y en las peñas también, que la gente va a escuchar. C.R. ¿Y tú, dónde crees que está el futuro del flamenco, en la peñas, en los festivales, los teatros...? Ch.I. En las peñas, en las peñas. Sí, porque en las peñas es donde se van haciendo las criaturas, porque escuchan a uno y a otro. Lo mismo en la guitarra que en el cante. Las peñas están dando buen fruto.

EL ÚLTIMO TESTIGO

■ josé maría velázquez-gaztelu | La música no nace sola, y en Cádiz es el reflejo de la vida de su gente, de sus barrios escondidos y de la inmensa certidumbre de la mar. También de su historia: esa evidencia de los misterios perdidos que todo lo envuelve. Cuando caminamos por el enclave más viejo de Occidente, sube desde las plantas de los pies el hormigueo ancestral de las antiguas culturas, la palpitación cálida de lo que fue y, escondido, permanece. Quizá por su condición de casi isla, de su limitación espacial, constituye un pequeño mundo que se sucede a sí mismo en el tiempo. La Isla de San Fernando, a un tiro de piedra de la ciudad de Cádiz, es, por tanto, el desahogo de los mitos, el descanso de los trabajos occidentales de Hércules. El Chato, que se inició cantando a los siete años en los tranvías que iban de San Fernando a Cádiz a cambio de unas pocas monedas, es hoy como un temblor de esa leyenda, el último testigo cierto de una época sin retorno. Perteneciente a una rara especie que lucha contra su extinción, El Chato mantiene viva una herencia, que él, como nadie y ahora mismo, preserva y engrandece. Con mucho arte y chispa, además de saber guardar de Cádiz la mejor música, nos la ofrece fresca y renovada, como si acabara de hacerse por primera vez. Representa El Chato todo un cúmulo de sabidurías y lejanas resonancias, cantando con íntima legalidad –con cabalidad–, y es un rico y entrañable ejemplo de la manera de sentir de ese rincón del sur al que seguimos llamando Cádiz. Recogido en el pase de mano del Homenaje del 18 de junio de 1993, Fuenlabrada (Madrid).

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C.R. Chato, de los guitarristas que te han acompañado ¿cuál es el que más te gusta?


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con camarón EL DÍA QUE MURIÓ CAMARÓN…

El día que murió Camarón, me hubiera gustado mucho poder estar en su entierro para despedirme de él, pero me encontraba a muchos kilómetros de Andalucía. Meses después, mi buen amigo Alex O´Dogherty me invitó a pasar unos días en San Fernando y me llevó, como buen anfitrión, a visitar la Ruta de Camarón. Fue un día muy especial. Al llegar al cementerio, nos acercamos a verlo; sentí algo muy difícil de definir, fue como una forma de despedirme de alguien que está siempre presente en mi vida.

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Una sola vez tuve la oportunidad de conocer a Camarón en persona, una sola vez crucé mi mirada con la suya, fue suficiente para saber que su cante me toca la esencia de mis emociones y que su voz me lleva a conectar con lo más intimo de mi ser. Cuando escucho a Camarón, siento mis raíces, siento mi forma de entender la vida, siento que su grito es también mi grito.

Si para Estados Unidos Fran Sinatra es la voz de América, Camarón es para mí la voz de Andalucía, es la voz de un pueblo oprimido, la voz de los invisibles, la voz del pueblo gitano, la voz del dolor, la voz del flamenco. Un año después, cuando me declaré objetor de conciencia, comencé el servicio social sustitutorio, dando clases de teatro durante dos años en la cárcel de Sevilla II. Trabajé con menores, cuando existían menores, e hicimos un taller de flamenco-teatro llamado Camarón sigue en la vida, sigue luchando. Esta fue mi manera de homenajearlo, y lo que los presos sintieron fue algo muy especial. Después de la función, en los camerinos, los presos se abrazaban como si el duende de Camarón estuviese allí, junto a ellos. Se ha escrito mucho sobre Camarón, se han hechos películas, documentales, se han emitido muchas imágenes inéditas de él, pero esa imagen que tengo del día que lo conocí, esa imagen quedó en mi memoria para siempre, y ahora más que nunca digo que Camarón sigue en la vida, sigue luchando.


... y con el chato Antonio Caña

Manuel Lucas Vidal

Organizábamos todos los años en carnavales, aquí en La Isla, un tablao donde entregábamos «el Macarena de Oro». A Chato le gustaba venir con su familia al restaurante siempre que venía de Madrid y, dos o tres semanas antes del tablao de aquel año, me preguntó que quién actuaría y mostró mucho interés. Le expliqué que era un premio a las personas de mayor prestigio dentro de las fiestas y que consistía en la medalla de la Macarena, así que se lo propuse… le pregunté si se iba a quedar pero me dijo que se marchaba a Madrid y que no podría estar. Le conté que la primera medalla la tenía la madre del Rey y que la segunda sería la suya. Aquello le gustó, así que decidimos mandársela a Madrid. Fueron Manuel Lucas y mi hijo Antonio Caña los que le llevaron la medalla para entregársela.

Cuando venía El Chato aquí de vacaciones todos los veranos, siempre íbamos a Rota, o a Jerez, o bien a Cádiz o a Chiclana, o aquí en San Fernando, por un montón de sitios. Por mediación de Pepe Rosa, Manolo Aparicio y Antonio Benítez, de Cádiz, que era el presidente de la peña Enrique el Mellizo, le buscaban siempre contratos por esta parte para que las vacaciones le resultaran gratis. Esto antes de irse a Madrid. Hacíamos giras con él durante los tres o cuatro meses que estaba por La Isla. Como yo tenía el coche, pues yo lo llevaba a to los sitios por aquí cerquita. Íbamos siempre los cuatro, él con su mujer y yo con mi mujer. Él me llamaba sobrino, porque mi mujer era su sobrina, pero a mí me llamaba sobrino por donde quiera que fuera. Me decía siempre «sobrino, vámonos pa allá… o pa allí…» y claro, antes de las actuaciones, Juana lo que no quería es que El Chato bebiera, y me decía a mí «sobrino, cuídamelo, ¿eh?». Él le decía que solo iba a beber una manzanilla. «¿Manzanilla?» decía ella, y él le decía «no, no, pero de infusión». «Ah, vale, pero sobrino, tú atento, ¿eh?», me decía ella. Cuando llegábamos al bar antes de la actuación, me preguntaba «sobrino, ¿tú qué vas a beber, manzanilla? Pues yo otra». «Mira que tu mujer no quiere…». «Bueno, una de infusión, pero échale un chorro de whisky», le decía al camarero. Total, que en vez de una manzanilla se tomaba dos de infusión y, claro, se iba una jartá de contento a cantar. Y a to los laos que íbamos era un espectáculo, cantaba como los ángeles, era un fenómeno cantando, un verdadero arista, era muy especial.

Manuel Aparicio Segundo

Presidente fundador de la Peña Flamenca Chato de La Isla.

La Peña Flamenca Chato de La Isla la constituimos en 1986. Yo fui el presidente, junto con Francisco Aguilar Lago, que fue el vicepresidente, Nicolas Cotariella, Nico, el secretario y Manuel Parada, que fue el tesorero. Pero hasta 1989 no inauguramos la peña en su actual ubicación. Recuerdo que nos reuníamos para dar forma a la peña en el Mesón de Doña Nati. El señor que regentaba el mesón era un gran aficionado y nos abría las puertas para lo que quisiéramos, con un interés muy grande por el flamenco y por todo lo que hacíamos a la vez que un gran desinterés económico. Él fue uno de los precursores de que la peña saliera adelante. Allí comienza la idea, junto con Aguilar y Nico. Nico era muy jovencito, pero ya era un gran aficionado a la guitarra. El día de San Antonio del año 1988, se puso la primera piedra de la sede de Los Olivos, donde está actualmente, y se inauguró el 3 de julio de 1989.

Cantaor

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Antiguo propietario del restaurante Macarena y pescadería Antoñín.

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La Giraldilla Flamenca lebrijana para la Venta de Vargas

El pasado 16 de noviembre, Día Mundial del Flamenco, la Venta de Vargas y Flamenco de La Isla celebraron la entrega del séptimo galardón Leyenda del Flamenco, que recayó en esta ocasión en el cantaor gaditano Juan Villar, en un emotivo acto celebrado en el patio del propio establecimiento y donde fue arropado por aficionados, miembros de su familia y amigos de su peña flamenca.

El pasado 27 de abril, la Peña Pepe Montaraz de Lebrija entregó su máximo galardón al restaurante isleño Venta de Vargas, galardón que concede a personajes e instituciones del mundo del flamenco y que por primera vez se concede a un establecimiento hostelero. Está claro que el local hostelero no es solo un restaurante, sino también un símbolo del flamenco del siglo XX y del actual, puesto que la actividad flamenca siempre está en efervescencia.

«No sabía si merecía ese premio», palabras que lo hacen más grande todavía y que da cuenta de la talla de este artista flamenco que ha consagrado su vida en este arte. El acto contó además con varias sorpresas, como fue la actuación de su amigo Alonso Núñez, Rancapino con la guitarra de Rampli, la asistencia de miembros de su peña flamenca, que entregaron un presente a Juan Villar, y las palabras de su amigo José, el Rebujina que resaltó la parte más humana del cantaor y con el que se fundió finalmente en un gran abrazo.

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ignacio escuín

De esta forma, Juan Villar se une a este Olimpo de grandes artistas flamencos, donde están Alonso Núñez, Rancapino, Antonio Fernández, Fosforito, Paco Cepero, Juan Peña, el Lebrijano, Curro Malena y Carmen Linares. Grandes artistas, grandes flamencos que forman parte de los pilares de este flamenco auténtico y puro que sigue creciendo, sigue evolucionando y haciéndose cada vez más grande.

Mª José Gómez, secretaria de la peña, presentó a Antonio Atienza, lebrijano de nacimiento e isleño de adopción, que fue el encargado de glosar la historia de la Venta a través de sus fotografías en las que se puede ver un recorrido por la historia no solo flamenca, sino social desde principio de siglo a la actualidad. Lolo Picardo, tras serle impuesta la Giraldilla Flamenca por parte de Juan García, presidente de la Peña Pepe Montaraz, agradeció el reconocimiento a la entidad isleña y reiteró el compromiso del establecimiento por y para el flamenco. Lela Fontao recibió el pergamino enmarcado de la concesión de la trigésima Giraldilla Flamenca en tanto que el alcalde de Lebrija, José Barroso, hacía entrega de una placa en nombre de la ciudad a Lolo Picardo en reconocimiento a la Venta y en agradecimiento por su deferencia con los artistas de Lebrija, que habían sido homenajeados en años anteriores en el restaurante, Juan Peña, el Lebrijano y Curro Malena.

ignacio escuín

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Juan Villar, Leyenda Flamenca en la Venta de Vargas


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VI Festival La Isla Ciudad Flamenca L DE 21 IO JUL DE AL 31 GO

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■ chico javier fernández | San Fernando celebrará su sexta edición del festival La Isla Ciudad Flamenca, 42 días de flamenco, del 21 de julio al 31 de agosto, que traen infinidad de actividades relacionadas con este arte y que se desarrollan en distintos espacios de la ciudad de San Fernando.

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Son citas ya clásicas en el festival el Encuentro de Flamencos en las Callejuelas de Camarón, el Balcón de la Venta de Vargas o la Piriñaca de la Asociación Cultural Flamenca La Fragua. Los cursos y talleres estarán impartidos por Ismael Alcina, con Iniciación al bajo flamenco, Antonio Canales Curso por alegrías o Lucía Ruibal por varios palos.

En esta edición se pondrá en valor la figura del cantaor isleño Chato de La Isla. De la mano de la escuela de cante que lleva su nombre y dirigida por Aguilar de Vejer, todos los martes de agosto actuarán y se grabará en directo por el ingeniero de sonido Colin Preston, para crear luego un CD recopilatorio titulado Así canta y toca La Isla. Un sinfín de actividades que completan un atractivo programa en la isla bonita del sur, en la ciudad de San Fernando, en la Bahía de Cádiz, Andalucía.

www.laislaciudadflamenca.com

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En el cante, artistas como Rancapino Chico, María Terremoto, Guadiana, La Tana, Vicente Soto Sordera, Diego Gómez, Jesús Castilla, Raúl Beneyto, Cañejo de Barbate, Alba Bazán, María José Coca… se repartirán entre la Noche Flamenca del Parque, la Venta de Vargas, el Molino de Mareas, La Taberna el Embrujo o las calles de San Fernando. En el baile, además del II Congreso de Baile Flamenco de San Fernando, dedicado a Antonio Canales (6, 7 y 8 de agosto), encontraremos a artistas como David Nieto y Lucía Ruibal en el Colegio San José, o el bailaor malagueño José Lucena y las isleñas Paula Sierra y María Guerrero en las madrugás flamencas de la Venta de Vargas. El flamenco fusión vendrá de la mano del Trio de Jazz Flamenco de Ismael Alcina, Jesús Lavilla y David León, el espectáculo ÚNICOS de Sergio Monroy y Raúl Gálvez, o Jony Ayuga Quintet que actuarán en el Molino de Mareas y la Venta de Vargas.


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La Fragua de los Monje .18

Este año, La Isla ha vuelto a tener la Fragua de los Monje abierta, un espacio repleto de fotografías de toda la saga Monje y de enseres propios de la época y de la fragua. Juana Monje y Jorge Noya nos recibieron en la «fragüita» y nos contaron de ella. (Responde Juana Monje). ¿Cuándo comienza a funcionar esta fragua y con quién? La fragua la funda mi abuelo Juan Luis Monje, a finales de los años 40. Aquí, después de mi abuelo, estuvieron mis tíos Curro y Nano y mi padre Manuel, que es el mayor de todos y el que más tiempo la trabajó. Mis tíos murieron jóvenes y mi padre anda malito (nos comenta emocionada mientras nos muestra fotos antiguas de ellos).

¿Tenéis alguna ayuda institucional? Ninguna. Lo regentamos y lo costeamos a nivel familiar. Sí es verdad que el Ayuntamiento pretende meterlo dentro de la Ruta de Camarón, pero eso no nos da ni para un bote de pintura, así que para qué sirve. Un día vine a coger unas herramientas, y vi el estado tan lamentable en que estaba la fragua. Desde que mi padre dejó de venir, las paredes estaban fatal y fue entonces cuando nos pusimos manos a la obra. Empezamos en agosto y terminamos en noviembre. Estamos muy ilusionados, porque es un homenaje a mi padre y a todos los Monje y, por supuesto, a mi tío Camarón. ¿Monje o Monge? (Juana y Jorge ríen… y restan importancia al tema). No sé, yo misma lo tengo en unos documentos con j y en otros con g y toda la familia igual… mi tío Camarón firmaba con j y otros hermanos le ponían con g…

¿Qué aceptación está teniendo la apertura de La Fragua de los Monje

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La Isla en el XVI Festival Flamenco de León Presentado por Carlos Feo, presidente de la Peña Flamenca de León, dio lugar el 22 de junio el XVI Festival Flamenco de León, como anticipo de la semana grande de la ciudad por las fiestas de San Juan y San Pedro. En esta ocasión dedicado a la Venta de Vargas y a Asociación La Fragua de San Fernando y a todos los artistas y a las peñas flamencas de Cádiz. Las dos ciudades de la ínsula gaditana dejaron sembrada de flamenco la noche leonesa. Una buena representación de artistas de tierras gaditanas y salineras. Así por Cádiz estuvo, al cante y baile Macarena Villar y Adely la Mojarrita, al cante Chico Cortés y Cisco Macías de Sinelando y a la guitarra Niño la Leo. Y por San Fernando, al cante Jesús Castilla y Joaquín de Sola, al baile Coral Castilla, al baile y palmas Bella

ignacio escuín

Muy buena, hay público sobre todo del norte, San Sebastian, Navarra… y del extranjero también han venido, Perú, Israel… pero es curioso que la gente del lugar muestra menos interés. Pero es un continuo chorreo de gente. Aquí fue donde se grabó en blanco y negro a Cepero y Camarón cantando y a mi abuela Juana y la gente lo sabe.

Arnal y la sonanta de Juan Manuel Fernández. Según palabras de nuestro amigo Carlos Feo, la fiesta se prolongó hasta las cinco y media de la madrugada a revienta calderas haciendo las delicias de casi 3000 personas que presenciaron el festival. Todo un espectáculo del que tenemos que felicitarnos y agradecer a la Peña Flamenca de León su gran afición y hermanamiento con nuestro arte.


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Pijote, in memoriam ■ jesús rey | De todos los hermanos de José, el Camarón, el más marcado por el peso que suponía ser hermano de semejante monstruo de perfección fue, sin duda alguna, Jesús, el Pijote. Lo admiraba más que nadie, o, más bien, mejor que nadie. Porque, si algo compartían ambos hermanos, era ese raro e innato saber de música. Pijote admiraba del Arte de su hermano, la dificultad, resuelta con capacidad y aparente sencillez. Camarón le ponía el vello de punta, lo dejaba sin aliento, lo desalentaba literalmente. Me decía: «pero Jesús, dime tú a mí, ¿quién se atreve a cantar, después de oír a este chiquillo?». Por eso nunca trató de imitarlo. Pijote, en su faceta de cantaor, bebía de múltiples fuentes. Le ponía respetuoso oído a todo aquel o aquella que tuviera algo que enseñarle y rápidamente lo memorizaba. Lo mismo le ocurría con las letras que yo le pasaba, en los años que más horas juntos compartimos. Yo me limitaba a sugerirle el palo por el que yo creía que determinados versos podrían entrar y él no tardaba en hallar en su memoria creativa la melodía que encajaba perfectamente a la medida dada.

Nunca pensé que me tocara escribir su elogio fúnebre. Fue uno de mis mejores amigos; compartíamos además nombre y edad - yo dos meses mayor (tenía por costumbre, al reencontrarnos, si hacía algún tiempo que no nos veíamos, de preguntarme: «Jesús, picha, por qué año vamos ya», haciendo como que no se acordaba) - . Hacía aproximadamente un año de nuestro último encuentro, entre las cortinas negras del Mota, cuando me llegó a este rincón solitario y bello que disfruto la noticia de su muerte. Y me dolió y me chocó, por eso de que yo siempre cumplía dos meses antes que él. El mayor elogio que puede hacerse del Pijote es resaltar su bondad, la mejor cualidad que le adornaba. Pijote era, sobre todo, un hombre de natural bueno, solidario con quien lo estaba pasando mal, generoso hasta el desprendimiento con lo poco que solía tener. Muy certero, por su gran intuición musical, en sus opiniones respecto de sus compañeros de profesión, hablaba sólo de lo positivo que en cada uno observaba, obviando sus fallos. Así era de humano. Así queda en mi memoria. Así debemos recordarlo.

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A Pijote no se le daba bien cantar delante. Ser centro de atención lo ponía muy nervioso y los nervios le agarrotaban la garganta. Sin embargo, en su larga carrera por los mejores tablaos de Madrid, como Torres Bermejas o los Canasteros, o posteriormente en Marbella, las bailaoras se lo disputaban por su impecable compás y sentido de la medida. Sus ajustadas palmas han quedado así mismo inmortalizadas en muchos de los discos de Camarón. Ni fue una estrella, ni lo ambicionaba. Se encontraba cómodo en el nivel en donde sus capacidades lo situaban. Disfrutaba en ese mundo, apasionante y terrible en ocasiones, del flamenco, y, como afortunadamente desconocía la envidia y la rivalidad, era muy querido entre sus artistas. Yo, que lo acompañé en numerosas ocasiones, fui testigo de ese cariño ganado por su honestidad, al margen de su parentesco con el Indiscutible.

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a golpe de diafrag

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Carmen Ledesma, Privamera 2019.

Jesús Castilla, Trasmallo 2019.

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Juan Villar, Leyenda del Flamenco 2019.

Paula Sierra y Raúl Beneyto, Primavera 2019.

Carmen Ledesma, Privamera 2019.


gma

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por ignacio escuín Jesús Méndez, Primavera 2019.

Jesuli Carrillo y Maria José Coca, Trasmallo 2019.

Marimar Ramos, Trasmallo 2019.

Ofelia Márquez, Primavera 2019.

Rancapino y Jesús Méndez, Venta de Vargas.

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Antonio Lizana, Primavera 2019.


› flamenco en imagen

imagen cedida por la venta de vargas

ignacio escuin

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Desde este rincón, queremos mostrar aquellas manifestaciones plásticas de artistas que en su obra sienten el flamenco: pinturas, esculturas, fotografías...

sevillano Luís Álvahablar de josé elrezimaginero Duarte tenga una rotonda en llerena ramos La Isla (que por qué no) y tuviera

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■ antonio mota | Flamenco de aplastada y poco prominente nariz, lo que dio lugar a su nombre artístico, El Chato de La Isla. Quizás olvidado en el flamenco, quizás repudiado por la envidia de quien no soporta el triunfo ajeno, quizás eclipsado por otros… el caso es que no se entiende que semejante talento no goce, después de trece años de su fallecimiento, de un recuerdo en su pueblo. Una escultura en su barrio natal del Carmen, no es mala idea. Se me ocurre que El Chato ha de ser el primero en ser recordado de esta manera, pero sin lugar a dudas, cantaores como el Viejo de La Isla, María Borrico, Alvarito de La Isla, Farina de La Isla, Manuel Monje o la misma Juana Cruz, son merecedores al menos de un modesto busto como tributo a nuestro flamenco. La Isla quiere ser y es una ciudad flamenca, pero, sin dudas, aún tenemos que escalar algún peldaño dándole su sitio, aunque sea en el recuerdo, a aquellos que hicieron grande esta música nuestra.

San Fernando, por su idiosincrasia, nunca ha sido generosa con sus iguales; quizás la mezcla de gente de otros lugares que nos aportaba la marina y otros ejércitos haya provocado no generar una identidad propiamente autóctona del ciudadano, lo que desemboca en falta de empatía a lo que se hace en el lugar. Puede ser que por esto no se planteen reconocimientos del tipo que menciono. Nunca entendí, por ejemplo, que

que morir Alfonso Berraquero para que se buscara, no sin falta de polémica, una calle para nuestro imaginero. Sin ir más lejos, recuerdo que cuando se encargó el monumento a Camarón de La Isla, no fueron pocos los que me decían que si les poníamos un monumento a todos los drogadictos de San Fernando, nos íbamos a quedar sin calles… Menos mal que el tiempo pone las cosas en su sitio y aquellos necios, aunque alguno queda, han visto cómo el cantaor se convertía en el cañaílla más ilustre de la historia, y sigue aportando a La Isla incluso después de muerto. Sería el año dos mil arriba o abajo. Cantaba Chano Lobato y Chato de La Isla en la peña Camarón de San Fernando. Como no pudo ser de otra manera, Chano estuvo genial como siempre y José no pudo ser menos. Recuerdo aquel final de fiesta espléndido decorado de un sinfín de chistes y anécdotas, a manera de un mano a mano, como si se disputaran quién de los dos hacía reír más al público y quién de los dos decía más mentiras (así lo denominaba Chano Lobato: «mentiras»). Acabado el espectáculo, fuimos unos pocos de aficionados los que nos quedamos terminando una copa en la peña, lo que nos llevo a saludar y felicitar a los maestros, que en el caso de


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Chano fue cariñoso y simpático con los que allí estábamos. Pero José no estaba aquel día especialmente agradable con sus seguidores y hubo algún momento tenso por su forma de dirigirse a los aficionados una vez bajó del escenario. Seguramente padecía de esa idiosincrasia cañaílla de la que hablé hace un momento. No siempre se tiene un buen día.

Esta fotografía se encuentra por muchos tablaos; la conocí en la Venta de Vargas, pero mi amigo, el fotógrafo Pepe Lamarca, me confirmó que la había visto en Madrid, en el Corral de la Morería. Desgraciadamente, no hemos podido documentar la autoría de la fotografía, pero sí podemos disfrutar de ella como documento gráfico.

Lo recuerdo con Juani de La Isla a la guitarra en el atrio del ayuntamiento en un homenaje a Camarón donde muchos aficionados se acercaron a disfrutar de la maravilla de su voz. Mi tío Manuel Aparicio, que fuera presidente de su peña, gozo de su cante y admiró al cantaor y a menudo me cuenta de José y de su época como presidente de la peña del Chato.

Encontramos en la peña del Chato de La Isla muchas fotografías del Chato, algún que otro dibujo y una escultura. Esta escultura llama la atención, realizada en barro refractario color pajizo, de textura fuerte, cabeza sin hombros, solo cuello, de mirada al frente, de buena factura, es una buena representación del característico rostro del cantaor. Obra del imaginero de La Isla Alfonso Berraquero, aunque de pequeño formato, ideal para comenzar un proyecto escultórico para La Isla.

Quisiera comentar dos imagines que lo han inmortalizado. Existe una fotografía, en la que aparece con del actor Yul Brynner. La imagen, tomada en la década de los sesenta, muestra a un joven Chato de La Isla en brazos del famoso actor. Con unos cuarenta años, sostiene a José y ambos miran a la cámara mientras ríen. Sin duda Chato se codeó con los artistas del momento y contaban con él para las fiestas en los mejores tablaos. Pasó del Pájaro Azul de Cádiz y la Venta de Vargas isleña a las Brujas de Madrid.

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Ahí queda.

Morillo * Adrián • Fotógrafo

sabor a sangre de una seguiriya y la emoción contenida de una soleá. En definitiva, se vislumbra la tensión, el respeto y la devoción por el arte de todos los partícipes en esta liturgia.

Jondo está realizado en el siglo XXI, en la provincia de Cádiz, mayormente en Jerez, y nos refleja un ambiente flamenco atemporal que podría ambientarse perfectamente a mediados del siglo XX. Un trabajo muy íntimo que te sumerge en una atmósfera que rezuma flamenco, una atmósfera cargada de sensaciones. Las imágenes de Jondo presentan una textura añeja, unas luces que palpitan al compás de los miedos y anhelos de sus protagonistas, unos negros que bailan entre el

En esta instantánea que ocupa nuestras páginas centrales, tomada en el Festival Flamenco de Jerez de 2013, el encuadre nos muestra una bailaora en primer plano sintiendo desde sus adentros el toque de Jesule Álvarez. Empapándose de esa música que en breves momentos, cuando baje, guiará su baile. Como decíamos, Adrián nos presenta una atmósfera cargada de sensaciones, una comunión en la que dos corazones laten a compas envueltos en un arcoíris de grises.

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selina vesely

■ juan silva | En esta ocasión, nuestras páginas centrales muestran una imagen de Jondo, un trabajo fotográfico de Adrián Morillo. Adrián comienza su andadura en el mundo del vídeo y del cine; la fotografía en principio no se encontraba entre sus inquietudes. Fue en uno de esos momentos en que la vida te hace un guiño y te abre una nueva puerta, cuando Adrián cae en los brazos de las herederas de la cámara oscura. Es entonces cuando realiza su primer trabajo, Toreros de provincias, proyecto final de un Master en Arte, Creación e Investigación de la Universidad Complutense con el que consigue una beca para estudiar en la escuela de fotografía MadPhoto. Tras este trabajo, otro quiebro del destino le lleva a interesarse por el flamenco, creando su único trabajo sobre este tema, Jondo.


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socio fundador y actualmente vocal de la Junta Directiva de La Fragua, y José Manuel Villegas, socio de La Fragua, buen aficionado y conocedor del flamenco.

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edición 2019 de Un trasmallo de letras flamencas En la antesala de la Semana Santa, La Fragua recoge y comparte los frutos de su Trasmallo, una buena muestra de coplas flamencas nuevas para nutrir, renovar y actualizar el repertorio flamenco. La VI edición del Concurso de Letras Flamencas La Fragua de La Isla repartió sus premios este año entre Málaga, Sevilla y Cádiz. La Pluma Flamenca, obra de la isleña Nuria Molinero y trofeo del máximo galardón, el Premio Manuel Machado, se queda este año con la malagueña Carmen Aguirre Requena. El segundo premio, Federico García Lorca, y el tercero, Rafael Alberti, se lo llevan los sevillanos David Eloy Rodríguez Ramajo y José María Gómez Valero, en trabajo conjunto, y Nolo Ruiz Fernández, respectivamente. Al sevillano Manuel Barragán Mateos, que ya fue primer premio en 2016, se le concedió la Mención Honorífica Antonio Murciano.

Comenzó el Trasmallo el viernes 29 de marzo con la exposición de Manuel Martín Morgado Retratos flamencos en la céntrica cervecería Gran Vía, donde se escuchó el cante de Jesús Castilla, María José Coca y Joaquín de Sola, a golpe de nudillos en barra, arrancando el baile espontaneo a Jesuli Carrillo, Bella Arnal e Inma Caña. El sábado 30 se inauguró la exposición de fotografía flamenca de Adrián Morillo. El cante del Niño del Parque con la guitarra de Gabino Pérez acompañaron el evento en el Güichi del Loro Rojo. La segunda parte de la programación abrió con la tradicional exposición de las letras flamencas del Concurso. Amenizaron el acto, en la Cantina Carmela, Torrán de Jerez y el guitarrista Juanma Fernández. DJ Salitre cerró la noche en el Sureño con la sesión Fronteras flamencas. El sábado comenzó con una alegre actuación a pie de calle en la Plaza del Rey, donde Marimar Ramos, Pablo Lobo y Salvi Zuazo deleitaron a los presentes.

ignacio escuín

En el patio de la Venta de Vargas, un emotivo y festero acto de entrega de premios cerró las actividades de la tarde del sábado de Trasmallo, culminando la noche con una memorable actuación de María la Mónica con Adriano Lozano a la guitarra. No faltaron en el fin de fiesta sus primos, Mesalla, Raquel la Mónica y Antonio Lizana.

CARMEN AGUIRRE REQUENA Ganadora del Premio Manuel Machado, posa junto a sus letras.

El Premio Fernando Quiñones, en la modalidad de Educación Primaria, recayó en la letra presentada por Lucía Moyano Dorado, Mª José Moya Ruíz, Carla Moyano Lozano, Nuria González Linares y Cristina Sánchez Moreno, alumnas del CEIP San Plácido de Badolatosa. Alicia Sánchez Ruiz, del CEIP San Plácido de Badolatosa obtuvo La Mención Honorífica Pilar Paz Pasamar.

Hubo lugar también para aprender algo más de compás. Diego Montoya y Adriano Lozano cerraron el Trasmallo 2019 con una clase callejera de compás flamenco. Como no puede ser de otra manera, terminó el Trasmallo con una degustación de papas con chocos, cocinadas en Olla Ferroviaria. El Trasmallo se ha consolidado ya como cita flamenca de la primavera de La Isla, con una amplia, variada y esperada programación. Vayan marcando en sus agendas el Trasmallo 2020, ya saben, la primera luna nueva de la primavera.

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En la modalidad de este premio para Enseñanza Secundaria Obligatoria, Helena González Barba, del IES Las Salinas de San Fernando fue la ganadora. También del IES Las Salinas, Guadalupe Álvarez Ruiz fue merecedora de la Mención Honorífica Isabel Escudero. El jurado estuvo presidido por la cantaora Rocío Márquez y compuesto por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Universidad de Cádiz y fundador de la Peña Enrique El Mellizo; Mª José Gómez, secretaria de la Peña Flamenca Pepe Montaraz de Lebrija; Juan Silva,

INMA CAÑA Y FANY LA CHUSQUITA Bailan por bulerías en el cierre del Trasmallo.


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juan silva

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LAURA VITAL

Claridad Flamenca ■ antonio jiménez cuenca | Atlántica y marismeña del Guadalquivir. Licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla, pero sobre todo cantaora. Cantaora de raza por tradición familiar, de abuelos y de su padre, el Caramelo de Sanlúcar. Laura Vital viene desarrollando una actividad incesante por mor del género flamenco. Desde la interpretación y la creación de obras nuevas hasta la producción de sus propios espectáculos o para terceros. Conocida es su inclinación y respeto a las fuentes, de las que ha bebido directamente. Qué decir de sus trabajos con el recordado maestro Menese. Quizás marca un hito en su carrera la influencia del maestro de La Puebla. Aquí nos habla de esto y de sus inquietudes. A pesar de su juventud, tiene ya una trayectoria consagrada en el flamenco. ¿Cómo ha evolucionado el flamenco desde que comenzó su carrera profesional? Lo que más me llama la atención es la emergencia de tantísima gente. Cuando empecé, estaba la Niña de Jerez, la Niña de Cádiz, la Niña de Córdoba, y ahora, cada día salen muchísimos artistas. Al principio, costaba mucho hacerse un hueco. Hoy en día los jóvenes tienen más apoyo. Creo que antes era más difícil.

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¿Cree que hay un cambio en el modelo de flamenco que hemos tenido tradicionalmente? Sí, influyen mucho las academias. Por ejemplo, la Fundación Cristina Heeren está dando una cantera muy grande. Y los conservatorios, en Sevilla llevamos 11 años y está dando muy buenos frutos. Y también han cambiado los festivales y los concursos.

Fue profesora pionera de cante flamenco en el conservatorio de Sevilla. En la disciplina de cante, me tocó ser la primera. No había antecedentes, no había planes de centro, no había programación, era empezar de cero. ¡Para salir corriendo!. Entonces el flamenco no existía en la enseñanza pública. Ahora, visto con la distancia, pienso que ha sido muy gratificante. Es usted hiperactiva, está en la radio, en la televisión, actuando, dando clases. Pues tengo la sensación contraria, que dejo cosas por hacer. Pero es que el flamenco es mi vida y no lo veo como un trabajo, entonces el tiempo que le dedico siempre me parece poco. Cuénteme como surge participar en Mis soledades. Tenía 21 años y en el Festival de Córdoba tuve la suerte de coincidir con el maestro Menese. El Maestro tenía el proyecto de llevar las letras del Siglo de Oro de la literatura al flamenco, con orquesta y arreglos de Joan Albert Amargós. Le había emocionado mi cante y le apetecía que colaborásemos. Gracias a él, tuve la oportunidad de cantar en los mejores teatros de España: teatro de la Maestranza, teatro Real de Madrid, de Córdoba. Y sobre todo, el aprendizaje tan grande de ir con un genio de la dimensión del maestro Menese. Su pueblo, Sanlúcar de Barrameda, ha dado muy buenos artistas. Una de ellas La Sallago, con la que tuvo usted la suerte de convivir. ¿Puede hablarnos un poco de ella?


› entrevista » laura vital

¿Y el Caramelo de Sanlúcar? Yo soy cantaora por mi padre. No he tenido otra opción. Porque en mi casa se ha vivido el flamenco de una manera natural. Mi padre podía haber sido un gran profesional y una gran figura. El cante era algo como jugar. Yo llegaba del colegio y me iba con mi padre a escuchar las cintas de casete que tenía en una caja de Galletas María. Él ha sido mi gran maestro. Y usted, siendo atlántica del margen izquierdo del Guadalquivir ¿cómo en su último álbum Tejiendo lunas se centra en el Mediterráneo; se va a Turquía, a Grecia, a Marruecos,...? (Risas) Yo soy del Barrio de Bajo de Guía, el Atlántico lo he mamado desde chica y te impregna. Pero fijarme en el mediterráneo no ha sido buscado. A lo largo de mi trayectoria, he ido conociendo músicos griegos, músicos marroquís y realmente no es un disco premeditado con intención de hermanar músicas del mundo con el flamenco. Es más una fusión de músicos que una fusión de músicas. En el acompañamiento a la guitarra cuenta siempre con Eduardo Rebollar. Yo creo que después de todo este tiempo, Eduardo y yo conformamos una pareja artística, como que ya no se concibe a Laura Vital sin Eduardo Rebollar y viceversa. Llevamos diecinueve años juntos, desde la Bienal del 2000. Nos sentimos como hermanos. Me ve a 30 kilómetros, lo miro, y él ya sabe lo que yo necesito que toque. Es un figura y un maestro. Le pregunto ahora por su faceta como mujer dentro del flamenco. Creo que el flamenco del siglo XXI tiene nombre de mujer. Eso lo siento así. Afortunadamente los tiempos han cambiado, aunque aún queda mucho por hacer. He tenido oportunidad, por comenzar muy joven, de conocer a grandes maestras de otra generación, como hemos hablado del caso de La Sallago, de María Vargas, de María Soler… Ellas me han podido transmitir las fatigas que han pasado. Muchas de ellas tuvieron que pagar el estigma de ser artistas en una sociedad muy patriarcal, muy machista. No

se nos puede olvidar y tenemos que agradecerles las puertas y las ventanas que nos han abierto. Tenemos la obligación, como cantaoras contemporáneas de visibilizarlas, de ponerlas en alto. Ahora algunas personas hablan de un movimiento que denominan feminijondo, gente que sí cree que ha habido discriminación en el flamenco a la mujer y otros que niegan eso.

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Quizás es que a nosotras como cantaoras, como artistas, nos cuesta visibilizar a los que son machistas. Si hay críticos que lo niegan o que tienen una actitud machista, creo que el medio donde escriben es el que debe hacérselo notar. Pero sí creo que muchas veces se juzga a las mujeres, en lo estético, lo personal, lo superficial antes de juzgarlas como artistas. Y eso en el siglo XXI no se puede consentir. Igual que un compañero te diga que en vez de seguiriyas, mejor vete por colombianas. Eso ha ocurrido, sí que me ha ocurrido. ¿Y cómo ve el flamenco y la cultura en general ahora con el cambio político en Andalucía? A mí se me abren un poco las carnes y esperemos que con este cambio de gobierno se sigan manteniendo las políticas sociales y culturales que hemos tenido. Que no es la mejor tampoco, que yo soy crítica porque el flamenco sigue siendo muy maltratado y desde la declaración de Patrimonio de la Humanidad hasta aquí no es que se haya hecho mucho. Vengamos de donde vengamos, de derecha, de izquierda, de centro, hay que tener un compromiso real con el flamenco porque no lo hay. ¿Ha conocido o ha tenido relación con algún cantaor de La Isla? No tuve la suerte de coincidir con Camarón porque me inicié justo en el año 1992. Hay un antes y un después de él. Pero al que sí tuve la suerte de conocer fue al Chato de La Isla. Me animaba siempre y tenía mucha amistad con Eduardo Rebollar, que fue como mi mecenas. Y cada vez que yo iba a La Isla a cantar, pues veía al maestro Chato. Algo muy grande porque no solo era enorme como artista, no se podía cantar mejor, sino esa humanidad que tenía. Yo cantando y él en primera fila animándome y yo temblando. Era entrañable. Por último, ¿qué le ha dado y que le ha quitado el flamenco? El flamenco me ha dado la libertad, la libertad del arte. Cuando canto, me siento más yo y más sincera. Me ha hecho superar mi timidez y mi carácter introvertido. Y quitar, no me ha quitado nada, tiempo pa luchar más por él, eso es lo que me falta.

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Con Encarnación tuve la suerte de convivir a partir de la obra Yo, el cante, del poeta sanluqueño Eduardo Domínguez Lobato. Fue en 1992 y Encarnación Marín, La Sallago, interpretaba el papel de la cantaora consagrada, veterana, teniendo enfrente, al otro lado, a la artista que empieza. Tenía yo entonces 12 años. Ahí tuve el gran aprendizaje y la suerte de hacerlo al lado de Encarna, que era un torrente de gracia, de sabiduría. Tuve la fortuna de recibir tantísimos consejos de ella.


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por antonio jiménez cuenca

¡Viva España! Concurso y festival flamenco de Rusia. El comienzo del invierno puede ser en español cálido y soleado, ¡únete a nosotros! Pasaremos este tiempo al ritmo del flamenco. Genial eslogan de promoción del XVIII Festival Internacional de Flamenco ¡Viva España! de Rusia, que se celebrará del 19 al 24 de noviembre de este año. En el gélido Moscú de noviembre, los cuerpos se atemperan con el flamenco cálido y soleado del sur. Bajo el patronato del Ministerio de la Cultura de la Federación de Rusia y con el apoyo de la Embajada de España, se inauguró en el 2000 el primer Festival de Flamenco, con el objetivo de promover y popularizar la cultura flamenca en este país, así como desarrollar y fortalecer las relaciones culturales entre Rusia y España e intercambiar experiencias y perfeccionar el nivel técnico de los artistas rusos.

dirigido especialmente a participantes de las regiones de la Federación de Rusia. Los números que arroja el festival son elocuentes. En la pasada edición de 2018, en seis días de programación pasaron 20.000 personas por los distintos espectáculos y durante el concurso; dato que no está nada mal si tomamos como referencia la Bienal de flamenco de Sevilla, el evento flamenco más importante a nivel internacional, que contó con 42.700 espectadores en su última edición. Aún pendiente de confirmación la programación 2019, sí se cuenta ya con la presencia del actual director del Ballet Nacional, Rubén Olmo, con su obra Horas contigo y caída del cielo, de la bailaora malagueña Rocío Molina. Hay que señalar que en estas casi dos décadas de festival, son muchos los artistas españoles que han pasado por el mismo. Así, ha contado con el arte de Isabel Bayón, Farruco, Mercedes Ruiz, Javier Latorre, Olga Pericet, Manuel Liñán, Rosario Toledo, Amador Rojas, Dani de Morón, Eva Yerbabuena, Chicuelo, Pastora Galván, Marco Flores, Concha Jareño, Antonio Canales y un largo etcétera. Parafraseando a John Lecarré, viva pues el flamenco que vino del frío.

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Flamenquería Moscú.

En el 2005 el festival adquirió estatus internacional convirtiéndose en uno de los eventos culturales más importantes de Rusia. En la organización cuenta con la Casa del Flamenco Flamenquería en Moscú y la fundación sin ánimo de lucro Duende, también moscovita. El festival y el concurso se desarrollan en las ciudades de Moscú, San Petersburgo y Kaluga. La Centaurita, la llama y el movimiento solidificados en metal, es el reconocimiento a los premiados, que además reciben, cada uno, un premio en metálico de 100.000 rublos y una beca para un curso impartido por profesorado español. A partir del 2018, se instituyó una nueva categoría de premio de nivel regional dedicado a la Actuación más destacada de flamenco,

Un pie en occidente y otro en oriente. Sevilla-Moscú, pues sí, seguimos en Rusia. El flamenco que surgió del frío se alivia con los aires cálidos andaluces que desde hace más de una década atemperan los rigores climáticos de la antigua capital de los soviets. La Flamenquería de Moscú es un centro cultural fundado en 2008, más de una década ya de camino, cuyo objetivo es el desarrollo y la distribución del patrimonio cultural de España, es decir del flamenco. Y con la raíz bien hundida en el mismo origen de nuestro arte, Triana, donde abrieron filial en 2014. Efecto bumerán que dirían algunos o ida y vuelta que dirían otros. Ese conocimiento se encarga de transmitirlo


› planeta flamenco

La inquietud bajoandaluza de la austriaca Susanne Zellinger la llevó a vivir cuatro años en Sevilla, donde regentó en la Alfalfa sevillana el mítico bar Alfalfa 10. Estudió filología española y francesa en Graz y, entre otras muchas cosas, centró su interés especialmente en la cultura de los gitanos y el flamenco. Comienza, a partir de aquí, a realizar una intensa actividad docente impartiendo seminarios por toda Austria sobre los temas «Los gitanos y el flamenco», «Cine español» y «Escritoras españolas del siglo XX» y muchos más. Estudió baile flamenco con los más renombrados bailaores y coreógrafos de España y enseñó baile flamenco en Austria. Siempre animada por su interés por las manifestaciones culturales, comienza a trabajar como periodista cultural para la OÖN –el periódico más relevante de la Alta Austria– escribiendo principalmente reseñas culturales sobre la danza contemporánea y el ballet de Jochen Ulrich. Escribe como experta en flamenco para

Tanz, la revista de danza más importante de Alemania, y es redactora jefa de ANDA, la única revista de flamenco en lengua alemana. En 2017, y como asistente de dirección de Sibylle Tiessen, rodó el documental Flamenco – Gesichter eines Tanzes (Flamenco – Rostros del baile) para la televisión suiza. También, como conferenciante sobre baile flamenco contemporáneo, ha participado en la Flamencobiennale de Holanda y en el Flamencofestival en Düsseldorf y en su blog flamenco www.flamenco-divino.at informa sobre la actualidad del mundo del flamenco a nivel internacional. Es por tanto Suzanne, actora principal, inquieta y activa del flamenco actual. Motor y correa de distribución de un flamenco pujante y vivo en el panorama internacional.

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EMI LA HEZAR Irán y Japón flamencos. Nacida en el seno de una familia iraní, de madre japonesa. En Teherán vivió su infancia y juventud hasta los 18 años, edad en la que se trasladó a Japón para realizar sus estudios superiores de Filosofía y Literatura en la Universidad Americana de Tokio. Aquí, en Tokio, descubre el flamenco y, atrapada y cautivada por nuestro arte, viaja a Sevilla para poder aprenderlo. Nos cuenta que solo un extranjero puede entender la dificultad de llegar a una tierra extraña, sin conocer la lengua ni las costumbres y pretender adentrarse en un mundo tan complejo como el del flamenco. Como dice la siguiriya de Paco la Luz, Yo no soy de esta tierra ni conozco a nadie…, Emi La Hezar vivió este proceso de adaptación durante una década, con viajes constantes de Sevilla a Japón y sus actuaciones por España, Alemania e Inglaterra. Trabajó duro para atrapar el espíritu flamenco, gracias a las enseñanzas de su maestro El Torombo, que le descubrió los secretos del compás y el sentimiento flamenco, tan necesario para poder transmitirlo. Lo que hace hoy día en su local de ensayo en los Corralones de la sevillana Plaza del Pelícano, un lugar en constante ebullición flamenca, por donde han dejado sus enseñanzas y saber hacer Antonio Canales, Carmen Ledesma, Encarna Anillo, El Barullo, Concha Vargas, El Choro, La Farruca, Ramón Porrina y más y más. Muchos son las alumnas y alumnos españoles y extranjeros que recurren a ella para que les trasmita ese impulso que la llevó de oriente a occidente. Acercar la magia del flamenco y transmitir su capacidad para tocar el alma, son las premisas de esta bailaora de espíritu planetario.

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fidel meneses

SUSANNE ZELLINGER Actora vital del flamenco europeo.

michael eggen

un profesorado mixto, mitad ruso y mitad español. En el centro de la ciudad del Moskova, que divide de noroeste a sudeste la megaciudad más septentrional de la Tierra, la Flamenquería no solo es una escuela de danza, también está comprometida con los valores de respeto a las tradiciones y búsqueda de nuevos horizontes flamencos. Prueba de ello es la colaboración en la organización del festival y concurso flamenco internacional Viva España. Cuenta con una buena infraestructura para el aprendizaje y ejecución del baile, el toque y el cante flamenco, regando de nuevas hornadas de artistas en cada promoción, que nutre su propia compañía de baile realizando giras por todo el país. Un lujo soviético que se diría en otros tiempos y una realidad constatable de incontestable realidad. Si en la música lírica no nos sorprende un tenor brasileño o una soprano japonesa cantando arias de Verdi, de aquí a muy poco no nos sorprenderá que los artistas rusos tengan el soniquete de Jerez, por muy increíble que parezca. El año pasado, Felipe VI, a través de la embajada de España en Rusia, le otorgó la Cruz del Mérito Civil de la Orden del Reino de España. ¡Casi ná!


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xxix festival flamenco de nimes

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De un tiempo a esta parte, allá por el mes de noviembre, nuestras expectativas vuelan más allá de la frontera geográfica de Los Pirineos y de la frontera temporal marcada por la llegada de sus majestades de Oriente. En el mes de enero, aún con resaca de zambombas, luces navideñas, comilonas y más villancicos de los necesarios, nos llega cual remanso el Festival Flamenco de Nimes, la primera cita del año flamenco, “el sol de invierno de Nimes», en palabras de Daniel Valade, delegado de Cultura. Es el momento de hacer las maletas y poner rumbo a una de las ciudades más bonitas y acogedoras del sur de Francia. No es extraño que llegar a Nimes sea como llegar a casa. Muchas cosas nos recuerdan a nuestra tierra: la pasión por el flamenco y los toros, el paisaje del Parque Natural de La Camarga, el clima… pero sobre todo, su gente amable, alegre y hospitalaria. Nimes es pequeña pero grandiosa, ciudad para pasearla y recrearse admirando los vestigios de su pasado romano, con el anfiteatro mejor conservado del mundo, la bella Maison Carrée, la Torre Magna y los Jardines de la Fontaine. Como nuestro sur, Nimes también es fes-


› festival de nimes

UN MOMENTO DE LA ACTUACIÓN DE ARCÁNGEL

JOSE MARÍA VELÁZQUEZ-GAZTELU Y ARCÁNGEL

Teatro Bernadette Lafont

Conferencia «Mano a mano» en el Teatro Bernadette Lafont

tera y cultural, con grandes acontecimientos en el año: la feria de Pentecostés, Los Juegos Romanos en mayo, el Festival de Nimes en verano y el Festival Flamenco, que se celebra en enero, el más veterano de Francia y referente internacional de las programaciones flamencas, que va camino ya de su XXX aniversario. Sus fundadores y directores a lo largo de estos 30 años ya pueden estar orgullosos.

no, la acogida que todos los años nos brinda. A Chema Blanco, consejero artístico del festival, por su acierto en la programación de esta última edición. También a Houria Marguerite, responsable de comunicación del teatro Bernadette Lafont, por su atención y preocupación constante para que pudiéramos dar cobertura informativa a los espectáculos. Y, como no, a todos los amigos y a todas las amigas de Nimes que hacen posible que los dos sur, el de Occitania y el de Andalucía, se encuentren cada año en una nueva edición del festival flamenco de referencia en Francia.

El teatro Bernadette Lafont es el corazón del festival, lugar de encuentro de artistas y aficionados durante la semana del festival. Allí tienen lugar las actuaciones más relevantes, así como las conferencias y presentaciones de los artistas. En la pasada edición, pisaron sus tablas Eva Yerbabuena, Rocío Márquez, Fahmi Alqhai, Dani de Morón, Jesús Méndez, Duquende, Arcangel y Ana Morales. En el ambigú del teatro asistimos a las proyecciones, las conferencias de José María Velázquez-Gaztelu y los encuentros con artistas. El festival despliega sus actividades también en otros puntos de la ciudad como el Museo Romano, la Sala Odeón o el Auditorio La Paloma, acogiendo las actuaciones de Niño de Elche, Tomás de Perrate con Alfredo Lagos, Chicuelo y José Luis Montón, Kiki Morente y María Terremoto. Todo con un gran éxito de público, ya que el festival ha tenido una participación récord en esta vigésimo novena edición con más de 10.000 espectadores. Lo sitúan por tanto en un lugar de preferencia en el circuito de festivales flamencos europeos.

Pero hay que apuntar que el flamenco se vive en las calles, el ambiente español es una realidad constante aquí. Tomar una cerveza en el Bar 421 escuchando a Camarón, o visitar el Bar Le Prolé con más de cien años de historia o el Espacio Pedro Romero, donde dejaron su arte durante los días de festival los cañaillas Jesús Castilla y Adriano Lozano. Encontrar el ambiente flamenco del festival después de las actuaciones en el Restaurant La Casa Blanca, donde a poco que apures se forma una fiesta flamenca de categoría. La librería L’Itinéraire, con su exposición permanente de affiches, gravures y fotografías de temas flamencos y taurinos, además de apostar por exposiciones flamencas de fotografía o pintura ilustradas por el cante del bueno de Pepe Linares, fundador del festival. Todo esto y mucho más es Nimes y sus gentes, afición flamenca a raudales. Buen hacer, escaparate al mundo por su festival flamenco y tres décadas de dedicación a un arte que sienten como suyo, porque lo es de puro quererlo.

Es por esto que el Festival de Nimes y la propia ciudad es en estos días el epicentro del flamenco del país galo. Todos los ojos y oídos cabales enfocan al sur de Francia porque su festival flamenco marca la pauta sobre el resto, no solo de Francia, también del resto de festivales de Europa. La gran mayoría de programadores, los más relevantes, se citan en Nimes en el Bernadette Lafont, para tomar ideas de lo que se cuece en el flamenco de vanguardia. Desde aquí tenemos que felicitar a su director, François Noël, por su buen hacer consiguiendo que el festival esté al máximo nivel y agradecerle, cómo

Para el próximo año, el festival cumple su 30 aniversario, tres décadas de flamenco en la Occitania del sur francés, por lo que es de esperar que la programación sea especial, cosa de la que no dudamos, ya que la organización ha avanzado parte de la programación y se contará con artistas de la talla de Maite Martín, Israel Galván o Rafael Estévez y Valeriano Paños. Seguro que muchas más sorpresas tendrán reservadas para esta efemérides. Estaremos de nuevo para celebrar, con todos sus actores, el gran acontecimiento del Festival Flamenco de Nimes 2020.

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antonio mota

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LA ISLA EN NIMES .34

De la mano de nuestro colaborador y amigo, el dibujante Eddie Pons, La Isla estuvo presente con varias actividades paralelas programadas en el Off Festival. La primera de las actividades fue la presentación de la exposición de fotografía de Carmen Mateos y Juan Silva Tacón de los cabales, en la Librería Galería L´Itinéraire. Esta publicación también tuvo su puesta de largo en Nimes. La revista La Fragua se presentó a los medios en el muy concurrido y popular mercado de Les Halles, por Eddie Pons y Antonio Mota, vicepresidente de la Asociación La Fragua. En el acto estuvieron presente el poeta y periodista José María Velázquez-Gaztelu, así como François Noël, director del festival, y Chema Blanco, coordinador artístico del mismo. Los artistas isleños Jesús Castilla y Adriano Lozano cerraron el acto con un anticipo de lo que sería su actuación de esos días en Nimes. En El Prolé, un establecimiento emblemático situado al lado de Las Arenas, se inauguró la exposición de fotografías de Juan Silva Soníos Negros. Jesús Castilla y Adriano Lozano ofrecieron un recital flamenco que el público agradeció con calurosísimos aplausos.

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En el Espacio Les Amis de Pablo Romero, peña taurina de mucha tradición ubicada en la Rue Emile Jamais, se presentaron seis cortometrajes del artista y escultor Antonio Mota, de la serie Cortinas negras. Después, el segundo recital de cante flamenco programado dentro del OFF Festival de Jesús Castilla y Adriano Lozano. Un espectáculo que abarrotó el Pablo Romero, con un aforo superior

a trescientas personas e incluso parte del público siguió el acto desde fuera del recinto. Las emociones a flor de piel y una atención contenida, rota a la finalización de cada cante con un aplauso cerrado, llegaron a su culmen cuando Jesús y Adriano hicieron una versión, adaptada por bulerías, de la mítica canción de Jacques Brel, Ne me quitte pas. Para rematar, interpretaron unas bulerías en las que la bailaora isleña y fragüera Inma Caña se pegó una pataíta al compás buleaero que hizo las delicias del público nimense. Todo un orgullo como cañaíllas y un eterno agradecimiento a Eddie Pons por llevar una representación cultural, artística y flamenca desde La Isla a un festival de primer nivel en el panorama flamenco internacional. Y a todos los amigos nimeños por su cariñosísima acogida. Sin duda, volveremos para celebrar el treinta cumpleaños del Festival Flamenco de Nimes.


No me imagino al maestro Lamarca diciéndole a Gades: «ponte ahí, mira así, imagínate que estás…». El gesto pretendido por el retratado transmite un mensaje: sé quién soy. Y quién es este afilado observante, ni más ni menos que Antonio Gades, bailarín para los flamencos, bailaor para los clásicos. Un hombre de extracción humilde que llegó a trabajar de botones, ayudante del fotógrafo Gyenes y boxeador. «En mi hambre mando yo» le inculcó su padre, un mosaísta republicano que había renunciado a estar presente en el nacimiento de su hijo para estar al lado del pueblo, con un fusil en la mano, algo que llenaba de orgullo al artista. Pilar López Júlvez, hermana de La Argentinita, le enseña todo lo que sabe sobre la ética de la danza, el baile sin artificio, el respeto por el origen, no esas imitaciones indignas para el turista que han llegado a deformar nuestro gusto, en palabras del alicantino. Su éxito internacional lo fragua como bailarín y coreógrafo hasta que monta su propia compañía y conoce a Cristina Hoyos, con la que realizaría Bodas de sangre, llevada al cine por Saura y que lo inmortalizó para nuestro imaginario como Leonardo, el amante gitano de final infausto. Fue un hombre libre, capaz de robarle a España su nieta inmaculada, declarar que no existía un ballet español y cruzar el Atlántico en su velero.

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■ juan antonio iglesias, trysko | En este escorzo de varón, que viste chaleco de pana con ribete de terciopelo y camisa blanca de tirilla, plisada, se reconoce a Antonio Esteve Ródenas. Si tuviéramos que imaginar de qué animal se trata, diríamos que es la reencarnación de un águila, o de un halcón. Por encima de esa mirada cierta y fulminante, se esgrime un ceño fruncido que coincide con el sexto chacra o Ajna (tercer ojo), el «asiento del alma» de Descartes. Toda la tensión de la fotografía se dirige a ese cruce de líneas verticales y horizontales donde reside la intuición, el espíritu.


la fragua

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DESDE LA RED

■ JUAN ANTONIO IGLESIAS, trysko | Por esta reseña musical y libremente interpretada de videos, han desfilado figuras de la entidad de Camarón de la Isla o Paco de Lucía. El próximo 7 de Agosto se cumplen 20 años de la desaparición de una figura indispensable del flamenco jerezano: Luis de la Pica. Un compositor, un bohemio por lo que el término significaba en su origen, a saber: relativo a los bohémien, los gitanos, por su diferente escala de valores.

TÍTULO DE BÚSQUEDA

“Jerezanos de Leyenda Luis De La Pica 2ª Parte”

En este reportaje se hace una retrospectiva de la vida y esencia de un hombre que ha dejado una huella indeleble en la lírica de la austera tradición jerezana. Sus letras a un amor no correspondido contribuyen a forjar esa imagen de amante solitario, Recuerdo cuando me besabas…(1’55”),Ya se llenó el vacío que tanto ansiábamos… (9’11’’), y atormentado, La soleá me está exprimiendo… (11’26”). Su llanto por bulerías es más que un estilo, una modalidad de cante por bulerías, porque todo el que ha vivido la noche en ese inefable momento mágico, habrá oído Miro a la luna y veo que soy de ti/ miro mis manos y pienso que me voy a morir/a veces me paro, me da escalofríos el pensar en mí (10’28”)… Filosofía.

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Nadie sabe explicar cómo llegó a sus manos este fragmento de la poetisa uruguaya del XIX, Juana de Ibarbourou, dedicado al agua, de una refinadísima sensibilidad: Voy junto a la laguna (19’59’’). Y este maravillo homenaje a Cernuda, Siento huir bajo el otoño… (20’27’’), que él mismo versionó para no incurrir en el verso !Cuánto me gusta el agua!

TÍTULO DE BÚSQUEDA

“Los Juncales de Jerez cayos reales Luis de la Pica bulerías 3 de 11 descatalogado”

También le debemos la celebrada adaptación de canciones inverosímiles como este Poco más que nada, de Caridad Canelón: Él llega tarde, se mete en la cama… La única vez que grabó en un estudio con Los Juncales de Jerez (4’14”). Su voz a veces semitoná y llorisqueá, sus originales giros melódicos y sus pataítas de sultán hierático le han granjeado un hueco en el escenario del Olimpo y en el poemario más flamenco de nuestra canción.


cuenca / sandoval / valero

› con otro toque

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El espeluzno Salvador Jiménez cuenca

En un cuartito los dos Veneno que tú tomara Veneno tomaba yo Va la tarde cayendo despacio, muy despacio, hasta que una voz conocida los llama a recogida para la cena.Mientras, el monumento grande, enfrente del Castillo, mira a la pensión África que enciende un tenue farolillo como pez abisal a la captura de incautas criaturas. › 21:00 h Sentados a la mesa, sin dejar de hablar esperan con impaciencia la comida de la noche. Algo bueno, como siempre. Pescado frito y tortilla de tagarninas. Las traen del campo y al tocarlas el color de los dedos torna a negro.Marino, amargo, cremoso. Venga rápido que se va la hora del cine. Solo pensar en esa pantalla, el olor de dama de noche rompe con brusquedad los sabores que ingieren. › 24:00 h Ya de vuelta, haciendo el camino a la inversa, hablan entre bostezos sobre los retazos de imágenes que siguen prendidas de sus adormilados ojos.Cuando llegan a la altura de la esquina, miran hacia adelante y a unos metros ven el túnel con fin, la boca negra de la casapuerta.Sentada en el segundo escalón hay una figura oscura que se pone en pie y entra corriendo al ver como se le acercan. Han traspasado la penumbra.Atónitos el patio miran. No hay nadie. La casa sosegada, sin luz en los dormitorios, todos duermen. No hay nadie. Entran en las camas casi deslizándose, silenciosamente, con el propósito de que pronto acabe la noche y todo pase a nada. El espeluzno.

› 08:00 h Abren los ojos oliendo a café. -Ya está Luisa trajinando en la cocina. Van desperezándose con el zangangui todavía en el cuerpo de la sombra aparecida la noche anterior. En la mesa del comedor está el humeante café y a su vera un papelón de churros calientes, los tejeringos, que comen con avidez para dar paso al día festivo. Casi imperceptible es el rumor de guitarra y voz. Emilio el Moro, cantaor de chistes, suena a medio día en la casa del fondo del patio. Yo con tal de que un rayo De mi lao te desepare Te estaría aguantando un año Por la gloria de mi pare. Sopla un levante suave, su canto de sirenas los arrastra calle abajo.Hasta la hora de comer, tiempo tienen para echar en la plazoleta.Hay mucho día por delante. En el interior de la gallera, los gallos de espolón mueven nerviosos las erizadas plumas de destellos metálicos. En un rato hay pelea en el patio grande del Castillo. › 13:30 h Es la hora de almorzar. Para esto no pierden el tiempo, saben que lo rico no se debe enfriar. Les inunda una atronadora luz. El tiempo inmutable va a durar siempre. La felicidad. La felicidad. En toda la calle huele a arroz de puchero.

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El Candié (del inglés Candy, caramelo y egg, huevo) es un reconstitu-

yente propio del marco de Jerez, en la provincia de Cádiz.

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› 17:30 h CANDIÉ1: Yema, azúcar, vino dulce. Nada más tomarlo corren como centellas y juegan entre el Castillo y la Plazoleta horas muertas. Al sonido de Antonio, el Sevillano saliendo de algún cierro:


› sugerencias Libertad condicional

Pedro Garrido, Niño de la Fragua.

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Ha querido El Niño de la Fragua decir aquí estoy yo, dejándonos un trabajo de corte clásico con guiños propios. Bautizado por su abuelo en la misma fragua donde de chiquillo jugueteaba, es Pedro Garrido un músico de curiosidad despierta, como si se le hubiera enganchado al nacer. Tío Juane lo bautizó y su casa cantaora lo consagró como cantaor jerezano. Tienen que escuchar esta primera obra suya porque en ella manda la sangre y el recuerdo de los mayores pero también la inquietud de la fuerza de lo joven. Nada más ilustrativo que el último corte del disco, Ministerio del interior. Y cómo no, bulerías de Jerez, alegrías, malagueñas, tangos, zambra, siguiriyas, martinete y debla. Todo aderezado por las guitarras de Manuel Parrilla, Diego del Morao, Manuel Valencia, Juan Diego Mateos y José Luis Montón. Pregonero en la exaltación de la bulería en su tierra y en su peña, el Niño de la Fragua aporta un caudal fresco de maestría y sabor a Jerez, su tierra que tanto se nota.

Un sueño de locura David Carmona.

Manolo Sanlúcar, mentor y maestro del joven granadino, también produce su segundo disco, Un sueño de locura, que saca a la luz nuevos medios y en el que colaboran Estrella Morente, Arcángel y Carmen Molina. Con solventes bordones a contra, trémolos nítidos y aires armónicos originales (Bulería del mixolidio y El detalle) decora este trabajo de intachable confección, sin perder la senda del de Bajo Guía (Alegrías de Sanlúcar al Tesorillo) y sin descuidar los textos.

Mi largo caminar

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David Pino

Responde el título de su obra a su trayectoria vital. David Pino, cantaor de Puente Genil, Córdoba, hace entrega en este disco de su vivencia, su vital pasar, crear y sentir flamenco. Voz imprescindible de los jondos de la subbética cordobesa con un faro-guía Fosforito en el que tantos jóvenes flamencos se miran. Un manantial de flamencura y saber hacer. Carceleras, livianas, soleás apolás, tangos, vidala, malagueñas, caracoles, peteneras y tonás. «Aquí estoy yo y mi arte» parece decirnos el cantaor David Pino. Tres décadas destilando cante para entregarlos en este trabajo esmerado, cuidado al milímetro, con enormes músicos respaldando la calidad cantaora de este pontanés de espíritu jondamente inquieto. Vamos a escuchar.


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Huétor Tajar : Torreón de sueños

Manuel Jesús Gámiz Gordo y Antonio Gámiz Gordo.

Dividido en tres partes bien diferenciadas, este Huétor Tájar que viene de las manos generosas de los hermanos Manuel Jesús y Antonio Gámiz Gordo, nos ofrece un poemario íntimo y local de la vega del Genil. Poniente granadino en todo su esplendor. Torreón nazarí de sueños, Huétor: luz y poesía, Huétor íntimo y Huétor cofrade, remanso de ensoñación de las edades tempranas, en los pueblos andaluces de blanca luz cegadora de cal. Arquitecto y cirujano, manos que cobijan y salvan vidas, pluma y pincel. Un poemario íntimo salpicado de palos flamencos que dan estructura a los versos. Poemas de la memoria y el sentido de Manuel Jesús Gámiz, adornados con las ceras y el fino trazo de Antonio Gámiz. Coplas del alma para ser cantadas al modo flamenco.

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Silverio Franconetti y los Fillos. Un viaje por la historia del flamenco Luis Javier Vázquez Morilla

Pues de eso se trata, ni más ni menos que de repasar el flamenco viajando por su historia. Segundo volumen de la Colección Cal y Cante, del moronense Luis Javier Vázquez Morilla en el que arroja luz sobre grandes figuras celebradas y necesarias en el conocimiento cabal del flamenco. La primera, Silverio Franconetti, personaje trascendental en la aparición de los cafés cantantes y la profesionalización del flamenco. Los segundos, los Fillos, que hasta el momento se pensó que era uno y Vázquez Morilla nos presenta a dos, padre e hijo. Siempre se creyó que El Fillo, el que fuera discípulo de Antonio Monge Rivero, el Planeta, era natural de Puerto Real, siendo verdad que nació muy cerca, en La Isla de León de San Fernando, en Cádiz. Hallazgo tras hallazgo y con el rigor que le caracteriza, nos entrega Luis Javier Vázquez Morilla un trabajo de investigación que asienta las bases históricas de un género de tradición oral. Imprescindible.

Karmaleónico Al Torrán de Jerez siempre le llama la latitud sur. En sus creaciones, alumbra con la luz de Trafalgar y, en este Karmaleónico, hibridación de lo nuevo y lo anterior, nos ofrece frescura e innovación flamenca. Una obra cuidada y madurada en el tiempo y evolucionada de su anterior trabajo titulado Turquesa. Consigue Torrán de Jerez un sonido muy Caños de Meca. Mezcla de luz farera de Trafalgar y los albarizones jerezanos. Los Caños eternos y karmaleónicos de un flamenco con nuevos efectos. Hippie e hipnótico para proclamar por cantiñas que los caños son, un mundo mágico donde todo es de color. Arañar los segundos de tiempo regalados en esos tangos tan marinos, rozando el chill out. Fandangos adornados y tangos dedicados a Juan Moneo, el Torta, también bulerías por soleá, o bulerías para escuchar como dicen en Jerez, referencia de tiempos nuevos. Un trabajo que flamencamente evoca el mar de un verano luminoso en las costas gaditanas. Camaleones de la Breña, quietud de dunas. Karmaleónico.

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El Torrán de Jerez


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Carretera y Mantra María la Mónica.

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Un ramillete de flores exóticas al que la propia creadora llama Afromenco, una obra coral con Antonio Lizana, Nono García, Javier Galiana, La Frac… bulerías, chuflillas y tanguillos trufados de (léase la g con h aspirada) age. La Mónica materializa todo su saber en un canto a la vida, a la naturaleza humana y a la Tierra… para experimentadores sin prejuicios.

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Dani de Morón.

Un arreglo musical en torno a diferentes cantes clásicos ejecutados por Estrella Morente, Arcángel, Marina Heredia, El Pele, Duquende, Jesús Méndez… Excepcional el tercer trabajo del guitarrista sevillano que, bajo la dirección musical de Arcángel, elabora una original interpretación del toque para el cante que sublima la armonía y el compás hasta cotas que acarician la sinestesia.

Las Malas Lenguas

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María Jesús Bernal.

Nos dice nuestra amiga Inmaculada Bustos Casanova que «la voz, joven y fuerte, ha vencido a los ecos en el campo de batalla del flamenco. Con arrojo y valentía surge Las malas lenguas, el primer disco, autofinanciado por la propia artista, de la que esperemos que el terreno no lo deje en el único, porque única es ella al igual que su semblante y personalidad cantaora, natural y salvaje, profunda y casi desnuda, como los hijos sin escuela, por seguir la senda de Machado. Una verdad de siglos y sabiduría popular recorren los torrentes jondos de esta joven morisca curtida en los mimbres de su familia y su entorno. Joven pero consciente, plena en su concepción estética del significado flamenco. Atesora en su cante suficiencia y calidad y se presenta tal cual; como es ella: puro riesgo, pura apuesta, mirada al frente y sonrisa de inteligencia llena. Sigan su voz y su queja, abran la puerta a Las malas lenguas que advierte sobre lo que la mentira encierra» Pues Inmaculada Bustos ya nos lo ha dicho todo. Seis cantes que salen de la joven garganta de María Jesús Bernal, morisca de La Puebla de Cazalla ¡Para que digan que el cante se muere!


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Las «Nanas de la cebolla» UN ARRULLO DE LUZ EN LA NOCHE MÁS OSCURA

En la actualidad, se habla de dos versiones de nanas flamencas. Serían atribuidas, la primera, a Bernardo el de los Lobitos; a María Vargas la segunda. Las letras abarcan cualquier esperanza, miedo o deseo imaginables. De entre todas, hoy me quedo con una que atraviesa el tiempo y el espacio, los barrotes y las fronteras: las «Nanas de la cebolla». Las escribió Miguel Hernández en la cárcel, estando ya muy enfermo, tras recibir la noticia de que su mujer, Josefina, apenas encontraba pan y cebolla para comer y alimentar a su pequeño (Manuel Miguel era su segundo hijo; el primero había fallecido meses antes). Miguel se aferró a estos versos como a un jirón de luz, cuando todo alrededor era dolor y soledad infinita. Desesperado e impotente, intuyendo que nunca más volvería a verlos, les enviaba a modo de conjuro esta canción de cuna, la más trágica y esperanzadora, la más oscura y luminosa que se haya cantado jamás. La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla: hielo negro y escarcha. grande y redonda. Luis Rodríguez Isern, compañero en la prisión, relataría cómo escuchó estas coplillas en el patio de la cárcel. Eran doce seguidillas que Miguel Hernández dibujó en un papel desgajado de una cárcel infame de Torrijos, y que serían publicadas después de la muerte del poeta en ese Cancionero y romancero de ausencias

que, como una botella lanzada al mar los tiempos, las llevó para siempre a nuestra orilla. Ni el llanto ni el dolor, ni el hambre ni la enfermedad pudieron silenciar su voz, la de Miguel, que en la noche más oscura seguía buscando el vuelo de la risa y la esperanza. Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo. Ríete tanto que en el alma, al oírte, bata el espacio. Y así, entre el llanto y la risa, el flamenco, que no ha dejado de acompañar con su compás los latidos de la poesía culta y popular, se detuvo pronto en el eco de estas nanas. ¿Hay algo más flamenco que dejar en el viento un arrullo que calme, al mismo tiempo, al niño y al adulto? Bernardo el de los Lobitos dejó la melodía con la que Morente vistió estas nanas en 1971. Y así, del grito de Manuel Gerena al susurro limpio de Lole Montoya, de la musicalización de Niño de Elche a la recreación que dejara José Mercé en Ruido, recordando aquellas que cantara Serrat y con la colaboración de Pasión Vega y Carlos Sanlúcar, estas nanas no han dejado ni dejarán de batir sus alas en el espacio. Yo escucho el primer verso hambriento y frío, cierro los ojos, y me traslado a ese dormitorio infinito donde sólo hay un niño y una mujer que se deshila sobre la cuna. La literatura y el flamenco, siempre actuales, nos regalan esta nana que no se compuso para dormirnos, sino para que jamás despertemos de ese niño que vive en nosotros. Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre. Siempre en la cuna, Defendiendo la risa Pluma por pluma. Nº 15 ∙ JUL 2019

■ gabriel urbina | Cuesta imaginar una tradición más viva en la poesía oral y en el folclore andaluz que la de las canciones de cuna. Las nanas, ese arrullo para abrazar con la voz a un niño y acompañarlo al mundo de los sueños, han formado parte del inmenso repertorio del flamenco, y son, en la memoria muda de nuestros primeros recuerdos, la línea más corta entre nuestra luna y aquella que mecieron nuestros antepasados.

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antonio mota

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ROCÍO MÁRQUEZ

La voz de luz de pabilo

■ antonio jiménez cuenca | Entrevistamos a Rocío Márquez en el camerino del Teatro Bernadette Lafont, en el corazón de Nimes (Francia) y en el latir del 29 festival flamenco de la ciudad. Ha compartido escenario con Fahmi Alqhai y ha levantado al público de sus asientos. Queriéndolo o sin querer está Rocío Márquez inmersa, con naturalidad y valentía, en el movimiento heterodoxo del flamenco contemporáneo. Su voz de luz de pabilo ha iluminado el silencio de Nímes con sus Diálogos de viejos y nuevos sones, al unísono con La Accademia del Piacere de Alqhai, trayendo los aires de peteneras, playeras, canarios, chaconas. Exigente con su arte, Rocío Márquez dirige sus pasos hacia un futuro que ya es suyo a las claras. ¿Cómo se siente después de este nuevo éxito?

Nº 15 ∙ JUL 2019

He tenido una intervención quirúrgica y ha sido la primera vez que cantaba y tengo un poco resentido el equilibrio, pero para mí eran muchas las ganas de cantar y tenía un miedo enorme. El sonido ha estado fenomenal y los músicos son excelentes y además, muy buenos compañeros. Nos tenemos mucho respeto. Nos gustaría que dirigiera desde aquí un saludo para La Fragua. Mandar un saludo enorme a todos los fragüeros de La Isla desde Nimes. Habéis estado muy presentes aunque no todos estéis aquí, os hemos tenido aquí con nosotros.

Después de asistir a este espectáculo y escuchar sus Diálogos donde la música flamenca se entrecruza con la música barroca, le quería preguntar ¿cuál es el secreto para conseguir ese trabajo de entreverar estas músicas tan diferentes? Para que algo salga redondo no hay más misterio que echarle muchas horas. El punto de partida se apoya mucho en la teoría, por ejemplo en la petenera. Toda la relación que tiene con el mundo sefardí. Ir haciendo el viaje de incorporar e intentar que se difuminen las fronteras, no solo territoriales, sino también temporales. Ahí es donde nos encontramos el Barroco y el flamenco, porque las dos músicas han bebido mucho de lo popular. Ese es el inicio, pero cuando vamos avanzando, se va olvidando la parte más teórica y nos vamos enganchando a ciertas melodías y ciertos compases, y decimos vamos a tirar por aquí o vamos a tirar por allí y se va haciendo así. Yo todo lo apunto en cuadernos. Y si vieras la cantidad de cantes que apunté y que al final no están, que se van dejando atrás. Que se tocaron, se probaron y dijimos no, vamos a tirar por otros. Y dejar lo que realmente está y no meter relleno. Y sobre todo dedicarle pasión y tiempo. ¿Este trabajo fue una propuesta de la Bienal de Flamenco? Yo siempre he admirado mucho a Fahmi y ya nos conocíamos con anterioridad. Además, somos veci-


› entrevista » rocío márquez

nos en Sevilla, por lo que nos encontrábamos en la calle y siempre decíamos: «oye, que tenemos que hacer algo, montar algo juntos». Por lo que cuando nos lo propone la Bienal, dijimos «este es el momento y tenemos que hacerlo». Y este ha sido el resultado, del que estamos muy satisfechos.

La técnica vocal en el flamenco. La actuación de hoy ha sido muy importante porque como he estado convaleciente, hay cosas que me han cambiado. El conocimiento me ha permitido no agobiarme y pensar que si una cosa no la encuentro por un lado, la busco por otro. Esto me viene del trabajo en la tesis.

Acaba de publicar Visto en El Jueves (2019), que suma media docena en su producción discográfica. Pocos artistas actualmente y con su edad, pueden presumir de contar con esta amplia discografía. El directo Aquí y ahora (2009), Claridad (2012), El Niño (2014), dedicado a la figura de Pepe Marchena, Firmamento (2017) y Diálogos de viejos y nuevos sones (2018), donde entrelaza flamenco y barroco.

Está usted en el grupo de los heterodoxos del flamenco, a los que también se critica bastante. Con un enfoque distinto, en El Niño, nos acercó a la figura de Pepe Marchena, luego Firmamento, una obra flamenca en la que no hay guitarra ¿Cuando alguien inicia esa senda de innovar, a dónde le lleva?

antonio mota

Bueno, todas las opiniones son respetables (risas). En mi caso, el conocimiento me ha dado tanta libertad que solo tengo palabras de agradecimiento. Por ejemplo, leyendo el libro de Miguel Espín y Romualdo Molina, Flamenco de ida y vuelta (1992), cuando llego a la guajira y veo que en años es anterior a la soleá, ¡Guau! Ahí se acaban los prejuicios y esto te da libertad. Que parece que eran cantes que no estuvieran reconoci-

dos y sin embargo históricamente son hasta anteriores a otros con, digamos, más prestigio. ¿Y cómo compatibiliza la realización de un trabajo académico y la vida artística? Bueno, mi tesis la empecé haciendo entrevistas y la suerte que tenía es que a los compañeros me los encontraba en los festivales. Jesús Méndez, Pedro el Granaíno,… y me dedicaba a entrevistarlos. Algunas como la de Estrella Morente las hice por teléfono. También quería no ser fiel a mis teorías sino que me sorprendiera lo que ellos me aportaban. No ser inflexible con la idea que llevaba preconcebida. Y me han aportado muchísimo. ¿Cuál es el tema de su tesis doctoral?

Bueno, yo no he parado nunca de hacer recitales clásicos, para mí es necesario. Tener una pierna ahí es vital y tenerla en el otro lado también. El complemento de esas dos partes es lo que me hace sentir realizada profesionalmente. Y cuando me falta alguna la Tu voz, luminoso arrullo, echo de menos. Justo susurro, cascada, aurora, cuando gané la Lámpafluir de metálico orgullo ra Minera, en el 2008, vivido en canto a deshora. es cuando empezaron Pabilo de mariposa, a llegarme encargos orgánica y fugaz, más heterodoxos. Y te avivas majestuosa me llevé un año entero en cantes de madrugá. preocupada por no faEres tú y siempre fuiste El sonido de todas las horas, llarles a los que viven el implacable, el que persiste el flamenco de forma más tradicional. Llevapor tu voz que rememora. ba los quince o veinte cantes que yo tenía asentados, y no me atrevía a hacer otra cosa. Y de tanto hacer lo mismo, perdí el sentío, cantaba que parecía que le daban al play. Vamos, que no sentía emoción. Y estuve a punto de dejarlo. Porque en el cante, lo único importante es la transmisión. Porque yo empecé en Huelva de una forma muy ortodoxa. Y es por eso que empecé a buscar otros proyectos. Y al permitirme esa otra búsqueda, recuperé la emoción. Por eso para mí es importante combinar las dos vertientes. Hay quien ha cuestionado que pueda dar clases en el máster universitario de flamenco que se ha impartido en Jerez. Para mí ha sido una experiencia extraordinaria, porque tenemos el error de pensar que solo se aprende cuando se está sentado escuchando. También cuando se da clase se aprende muchísimo, porque te vas replanteando cosas y estás en contacto con personas que aman el flamenco y eso es estupendo. Me da mucho gusto dar clases porque es devolver todo lo que a mí me han dado. ¿Algún secreto para la voz? Tomo infusión de jengibre, que es muy bueno para la voz, y echinacea para las defensas.

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Es usted doctora por la Universidad de Sevilla, ¿no dicen que el flamenco está reñido con los libros?

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YUNQUE, FRAGUA Y ALCAYATA ■ montero glez | Los gitanos de Andalucía tienen remedios y hechizos para cada ocasión. Sin ir más lejos, y para que un niño salga cantaor de los buenos, hay que coger al recién nacido y cortarle las primeras uñas detrás de la puerta y luego arrojarlas en lo alto del tejado. Me imagino que algo parecido tuvo que hacer Juana la Canastera la primera vez que le cortó las uñas a su hijo más rubio, pues cuando éste se arrancaba a cantar lo hacía con la desolación de un pueblo metido en la garganta. No es que cantase bien, sino que no sabía hacerlo mal. Era el grito de un hombre puro que nunca estuvo a salvo del dolor humano. “Porque el cante es nuestro, el cante es de los gitanos”, decía Camarón, provocando con ello las iras racistas.

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“En mi casa todos han cantao aunque no fueran profesionales. Mi padre, mi madre, mis hermanos. Todos cantaron. Mi padre era herrero pero cantaba mu bien por siguiriyas. Macandé, Vallejo y todos los monstruos venían a oírle cantar. Cuando llegaba una familia de flamencos a mi pueblo, paraban en casa. Yo me dispertaba y a lo mejor estaban allí cantando, y yo lo escuchaba todo y me iba quedando con cosas. Yo de quienes he aprendido en realidad ha sido de los viejos”, dejó dicho Camarón en unas de las entrevistas que dio en vida. Había que oírlo cantar, recogía el pasado en la voz y lo proyectaba hacia el futuro, desde el borde de la silla. Era de rajo largo y transparente, pringado en almíbar para los fandangos y sabroso de sal cuando se tiraba por cantiñas. Pero su mayor logro fue darle la vuelta a los calzoncillos enmierdados de la decencia, demostrando que también el barro puede llegar a ser luminoso. Hoy quieren cantar como él hasta los que no saben. Tal vez sea por eso que fuman la misma marca de tabacos que él fumaba y que se sientan al borde de la silla, aunque nadie la arañe hasta sangrarla, como él sabía.

La última vez que lo escuché fue en Madrid, en el Colegio Mayor San Juan Evangelista. Si mal no recuerdo era invierno del año 92 y compartía cartel con el Sorroche y Luis el de la Venta. Al toque estaban Tomatito y el Habichuela. Luego, supe por otras lenguas que faltó poco para que cancelara la actuación, culpa de los malos augurios; la certeza de la sombra venidera que todos intuíamos fatal, esas cosas. En el Johnny -que es el nombre popular con el que se conoce al Colegio San Juan Evangelista- cantó por fandangos, soleares, bulerías y tarantos, un número tras otro, arañando la silla con los afilados garfios de su pena convertida en canción. Una herramienta de fragua capaz de atravesar los pasadizos más negros de las entrañas del público. Aquella sería su última actuación. Un regalo. Años después de aquello, al día de hoy, no ha salido cantaor que recorte, aunque sólo sea un poquito, su sombra de pistolero. Nadie quiere correr riesgos, por eso intentan cantar como él hasta los que no saben. El Camarón era mucho. A la transparencia espiritual de su voz, pongamos curativa, se sumaba la destreza cuando tocaba disponer de los tiempos, jugando con ellos a la manera de un pícaro. Dicho de la misma manera, el Camarón combinaba el embuste rítmico con la calidad religiosa de una voz afilada a la lumbre de la fragua de su padre, en San Fernando, Barrio de las Callejuelas. Con todo, no fue hasta que llegó a Madrid cuando su sombra empezó a crecer. Primero en Torres Bermejas, un tablao que queda detrás de la Gran Vía, y donde las lumiascas lo esperaban en la puerta para enseñarle el monedero lleno, en demanda de su cante. Luego llegó el mini Morris rojo, “colorao” como a él le gustaba decir. Y también llegó la comunicación secreta con el lado oscuro; la


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Al poco tiempo vino su ruptura con Paco de Lucía, el guitarrista con el que había grabado todos sus discos hasta entonces. Pero también vino el reencuentro con Ricardo Pachón y la propuesta para hacer un longplay que se convertiría en Leyenda, valga el juego de palabras con el título de un disco que no fue diseñado de antemano y, si alguna vez lo fue, el diseño dio al traste. Ricardo Pachón ha referido una montonera de veces la historia íntima de esta grabación. Según Pachón, al principio iba a ser Manuel Molina, guitarrista y marido de Lole, el encargado de llevar el peso musical del disco. Así que el Camarón viajó a Umbrete, donde Ricardo había montado un pequeño estudio de grabación en su misma casa. El lugar era estratégico, teniendo por vecinos a Lole y Manuel, el cantaor se alojaría allí con su mujer y familia. Pero hubo una discusión, una riña doméstica entre Lole y la esposa de Camarón. Y el conflicto significó que el cantaor fuese a ver a Ricardo Pachón para decirle que se volvía a casa. Entonces Ricardo le ofreció un pitillito antes de despedirse. Con la primera calada, Ricardo le vino a recordar que había que cumplir con la casa de discos. Y entonces fue cuando preguntó a Camarón que si tenía algo pensado. El gitano le contestó que no, y el Viejales que era aficionado agarró una guitarra e improvisó el disco aquella misma mañana. Ninguno de los dos se atrevió a soñar entonces que el disco “La leyenda del tiempo” iba a ser tetilla donde mamarían futuras generaciones. Sitar hindú, bajo eléctrico, percusiones brasileiras, flauta, batería, el Camarón de la Isla arriesgaría todo, convirtiéndose en un icono de eso que se ha venido en llamar contracultura y que todavía no sé en qué consiste pero me figuro que tiene que ver con la conversión del barro

Había que entenderlo. Iba y venía, se dejaba caminar sin rumbo como dicen que hacía ese otro cantaor antiguo, apodado el Mellizo por ser mellizo de su padre del que también heredó el oficio de matarife gaditano. El tal Mellizo, cuando se ponía lunático, se dejaba llevar hasta donde el mar se confunde con arena y ahí que se ponía a cantarle al esqueleto de algún barco. Otras veces se perdía por la muralla a cantarle al agua o le entraba la inspiración y se iba hasta la tapia del loquero a cantar a los encerrados. Y cuando se ponía así, ya le podías dar tú al Mellizo todos los dineros del mundo, que no te cantaba. Para qué, si prefería perderse, irse a caminar él sólo a cantarles a los locos. O al agua. Hombres terrestres que se mueven en mundos de fábula, ahí donde se desarrollan las historias que nunca llegaron a ser y donde puedo intuir cómo sería el disco que hubiese grabado Camarón con Manuel Molina de no haber existido la riña doméstica. Y puedo poner que no hubiese tenido apenas diferencias con el que conocemos. Ahora, recuerdo su último concierto, en el Johnny. En aquella actuación la sombra de pistolero se afiló tanto como la guadaña de una muerte próxima. Ya no se podía cantar mejor. Fue a principios del año 92, ya dije, pocos meses antes de que él muriese y puede decirse que mi vida ya empezaba a estar gobernada por la literatura. El instinto me decía que mi misión no era otra que la de merecer historias para después contarlas. Como el cadáver de una rata ahogada que acaba emergiendo a la superficie del agua, mi pasado se hace hoy literatura. Y por seguir el rastro que deja la sangre en las últimas habitaciones del cante flamenco, me pongo a navegar sobre los bajíos de la mentira, sabiendo que nunca estaré a salvo de hacer aguas. De ahí mi responsabilidad a la hora de revivir al que nunca murió del todo.

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sensibilidad que, cuando es extrema, acaricia el desastre. Cuentan que cogía el mini «colorao» y que se ponía más allá del Scalextric de Atocha, donde van a caer los Ángeles.

en materia luminosa. Sin duda alguna, Camarón fue modelo estético de la transgresión y un perpetuo manantial de inspiración pues pertenecía a esa estirpe de ángeles que huyen de toda prohibición. La cultura oficial le interesó poco o nada. El iba a su aire, como le gustaba decir.





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