LA FRAGUA. El flamenco desde La Isla de Camarón. Nº 17

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ROCÍO MÁRQUEZ

- FLAMENCA POR DERECHO -

CRISTINA HEEREN · DE PUREZA AL MUNDO

Nº 17 | Sept. 2022

Revista LA FRAGUA

El flamenco desde La Isla de Camarón

ISSN

2444-5460

Depósito legal

CA15-2015

Redacción

info@lafraguadelaisla.com

Edita

La Fragua. Asociación Cultural

Flamenca

Diseño & Maquetación

Destino Estudio

equipo de redacción carlos rey | lolo picardo | carmen mateos | trysko | antonio mota | manuel cárdenas | antonio jiménez cuenca

foto portada

lhaura rain

foto central

claudia ruiz caro

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» sumario « 04 editorial 05 arquitectura flamenca david de arahal nacido para el diapasón 06 crónicas nacionales 08 la fragua reanuda su actividad flamenca 10 entrevista a rocío márquez 14 con camarón... y con rocío márquez 16 el flamenco desde la isla de camarón 20 a golpe de diafragma juan antonio sánchez bernal 22 flamenco en imagen 26 dukkha ezequiel benítez 27 flamen´comic eddie pons 28 entrevista a cristina heeren 30 planeta flamenco 32 desde la red 33 reencuentro con lamarca 34 fraguando letras 35 literatura y flamenco 36 con otro toque 38 sugerencias 40 camarón y los gitanos herreros ricardo de castro 42 entrevista a ana lizana
decimos los flamencos
busto
44 como
inmaculada

ESENCIA

En muchos aspectos, el flamenco no deja de ser paradójico y entender su complejidad implica un análisis tan laborioso que, al tener que abordar tantos puntos de vistas, nunca nos deja totalmente satisfechos. En la actualidad, se observa un fenómeno que pone de relieve una contradicción que nos debería llevar a una reflexión sobre la esencia de este arte. Y es que, por un lado, proliferan los festivales flamencos, no habiendo ciudad que se precie que no cuente con un festival con nombre propio. Pero por otro lado, son muchas las peñas flamencas que no encuentran relevo generacional, llegando, en el peor de los casos, a desaparecer. Sin ir más lejos, aquí en La Isla, cerró sus puertas la Tertulia Flamenca, la primera peña flamenca de San Fernando, y en ciudades tan importantes como Jerez, hay algunas peñas que están teniendo serios problemas para mantenerse abiertas por la falta de socios que la sustenten. Además, son muchos los cantaores que reconocen (sobre todo en privado) que les gustaría dedicarse exclusivamente al flamenco, pero no lo hacen porque el repertorio jondo no tiene público. Entonces, ¿cómo se puede agonizar y proliferar al mismo tiempo? Ante esta disyuntiva, quizás nos ayude volver nuestra mirada a la esencia, porque esta responde a la pregunta de qué es tal cosa y, en esencia, el flamenco no es sino una música compleja y excepcional compuesta de armonías, melodías y ritmos muy específicos que se conjugan en unos palos que, aunque abiertos a distintas interpretaciones y diferentes estéticas, están bien definidos.

En principio, tanto los festivales como las peñas comparten esencia, sin embargo, las propuestas escénicas varían considerablemente de un lugar a otro y, mientras que en los grandes eventos se cuelga el «no hay billetes», en las peñas cada vez entra menos gente. De alguna manera, habría que armonizar la tradición con la innovación y, para empezar, no estaría mal no alejarnos demasiado de nuestra fuente primigenia, para no perder el norte de lo que el flamenco en esencia es.

Camarón de La isla es quizás el mejor ejemplo de buen hacer en esta cuestión. El cantaor isleño no tuvo complejo a la hora de incorporar a su cante expresiones procedentes de otras músicas y culturas, pero a la vez nunca renunció a su esencia, y así lo manifestaba en sus directos, donde, salvo en contadas ocasiones, le bastaba su voz y una guitarra para llenar el escenario y enloquecer a su público.

Cuidemos nuestra herencia y no reneguemos de nuestra esencia; es la mejor forma de que las nuevas generaciones reconozcan y aprecien el valor inconmensurable del Flamenco con mayúsculas.

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David de Arahal. Nacido para el diapasón.

■ antonio canales | Se acercaba aquella fría navidad de hace una década y yo había ido a dar un cursillo al pueblo de Morón de la Frontera, en la escuela de mi comadre Carmen Lozano. Al llegar, vi a David sentado en la silla de enea que ocupan los guitarristas que suelen acompañarme en las clases. Desde el primer momento, supe que aquel duende estaba hecho para el sacrificio de ese instrumento tan difícil como mágico que es la guitarra flamenca. Me pidió, con esa amabilidad y educación que derrama este gran hombre, si podía acompañarme.

Yo acepté, como es natural, y él me dijo que no me prometía nada. Aún era demasiado pequeño para saber que su promesa para con el instrumento ya estaba firmada desde que nació; venía impreso en las greñas de su abuela Matilde. La única forma y escuela para un concertista de la guitarra flamenca, como es David de Arahal, empieza en las madrazas de la vida cotidiana, en los colmaos y tabancos, en la casa familiar, en las escuelas de flamenco. Es una carrera oral y ordinaria ausente de pentagramas y códigos. Son muchos sacrificios para llegar después

a enfrentar nuevos retos, metas y estudios en escuelas para guitarristas profesionales. Su corazón es un Mar verde, así se titula su ópera prima, que me ha servido de inspiración en mi último montaje La guitarra canta, donde David es el máximo protagonista.

Hablar de este genio del siglo XXI es deshacerme en elogios, todos los que diga siempre se quedarían cortos. Su toque se apoya en los cimientos primigenios del arte negro y oscuro de todo un pueblo y grita con la contundencia y soberbia que hace temblar los planetas del universo. Estamos ante un huracán de dulzura, ritmo y creación flamenca. Y lo más importante: posee un corazón que no le cabe en el pecho.

Todo esto y mucho más, es David de Arahal.

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› arquitectura flamenca
Nº 17 ∙ SEPT 2022

nacionales

CENTENARIO DEL CONCURSO DE CANTE JONDO DE GRANADA DE 1922

El 13 y 14 de junio de 1922 se celebraba en Granada, en la plaza de los Aljibes de la Alhambra, el Concurso de Cante Jondo. Vendría a ser el primero de su género, promovido por un grupo de intelectuales entre los que se encontraban el compositor gaditano Manuel de Falla y el joven poeta Federico García Lorca. Ni los ríos granadinos Darro y Genil, en un siglo, han derramado más agua que tinta en los medios ha plasmado este célebre concurso a lo largo de estos últimos cien años. Quedó el primer premio desierto y el segundo premio se lo otorgaron a Diego Bermúdez Cala, el Tenazas de Morón, y entregaron un premio extraordinario a Manuel Ortega Juárez, un niño de doce años que a la postre sería el genial Manolo Caracol.

En el jurado se encontraba, entre otros, don Antonio Chacón y don Manuel Torre. Muchas han sido las luces y sombras de este célebre evento. Hoy es considerado, qué duda cabe, como un hito clave en el desarrollo y evolución del flamenco contemporáneo. Esas luces y sombras vienen provocadas por las opiniones contrapuestas sobre su concepción, sus implicaciones (no olvidemos que Granada exportó el modelo de concurso de cante que se mantiene hasta nuestros días), sus aciertos y errores. Porque la mayoría de los investigadores que se han dedicado a desmenuzar los entresi-

jos de este evento han apuntado al error de no permitir la inclusión de los profesionales, por la ingenuidad de los programadores, buscando el auténtico cante del pueblo y huir del adulteramiento que suponía el flamenco de los cafés cantantes y de los profesionales. Otros, sin embargo, afirman que los organizadores sabían a ciencia cierta lo que estaban haciendo: buscar las señas de identidad común a la construcción de una nación nueva, tomando el cante jondo, cante primitivo andaluz, como el aglutinador en España de las ideas nacionalistas que recorrían Europa.

Muchas han sido las iniciativas y los actos programados para conmemorar tan magno acontecimiento. Todo el año 2022 estará dedicado y con referencias explícitas sobre el centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922.

Le debemos al ilustrador granadino Seisdedos la genial viñeta conmemorativa del centenario.

II EDICIÓN DE SUMA FLAMENCA

Del 22 al 25 de septiembre, está programada la II edición del festival Suma Flamenca Joven de Madrid. La dirección del festival la ostenta el gran programador y amigo de esta revista Antonio Benamargo, que, en su número 11, nos dejó una suculenta entrevista. Esta segunda edición de Suma Flamenca Joven se configura como un ciclo de cuatro días y en cada uno de ellos actuará un concertista de guitarra, un cantaor o cantaora y un bailaor o bailaora. El escenario en el que desplegarán su arte será la Sala Verde de los Teatros del Canal y en ese magnífico espacio se podrá disfrutar del arte de David de Arahal, Ismael el Bola, Manuel de la Tomasa (Sevilla), Ana Latorre (Córdoba), Águeda Saavedra (Málaga), José del Tomate (Almería), Teresa Hernández (Jerez), Alba Heredia (Granada), Alejandro Hurtado (Alicante), Álvaro Mora (Huelva), Juanfra Carrasco (Badajoz) y Gabriel Matías (Brasil).

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Antonio López Sancho. Granada, 1922 Álvaro García Seisdedos. Granada, 2022
› crónicas
Nº 17 ∙ SEPT 2022

CARMEN LINARES Y MARÍA PAGÉS. PREMIOS PRINCESA

DE ASTURIAS DE LAS ARTES 2022

El flamenco está de enhorabuena con la concesión del premio Princesa de Asturias de las Artes 2022 a la cantaora Carmen Linares y la bailaora y coreógrafa María Pagés. Las dos artistas, con una trayectoria profesional deslumbrante, fueron premiadas el pasado mes de mayo cuando se dio a conocer el nombre de los galardonados. El jurado, compuesto por personalidades relevantes del mundo de la cultura, destacó que «La obra de Carmen Linares y María Pagés es parte de la genealogía del flamenco contemporáneo. Ambas, en sus disciplinas, han ensanchado el cante y el baile desde el respeto por la tradición, apostando por ampliar sus cauces expresivos, impulsando así el carácter universal de un extraordinario patrimonio cultural, popular y sensorial. Con voluntad de permanente exploración, su trabajo dota al flamenco de nuevas herramientas a la vez que amplifica el lenguaje de una manifestación cultural que vive un momento de esplendor y búsqueda de nuevos horizontes. Ambas creadoras despliegan en su trayectoria experiencias que reivindican el flamenco como uno de los géneros musicales más sugerentes de nuestro tiempo y un acontecimiento artístico perenne y único».

Queremos recordar que Carmen Linares fue portada de la revista La Fragua en su edición número trece. Desde aquí, nuestras felicitaciones a tan destacadas y maravillosas artistas.

BIENAL DE FLAMENCO 2022

En Sevilla, se iniciará este septiembre una nueva cita con el flamenco. La XXII Bienal de Flamenco está considerada el evento de mayor importancia a nivel internacional de muestra flamenca. La cita es del 8 de septiembre al 1 de octubre, en un gran número de espacios de representación de la ciudad. Chema Blanco, su flamante nuevo director, expone el concepto que rige en esta edición a la Bienal de Flamenco: «Pensamos que una cultura que tan solo se preserva, sin evolución, no puede ser lo que deseemos para el flamenco, puesto que la función de las instituciones ha de ser, sobre todas las cosas, comprenderlo como un arte vivo. Se trata, en definitiva, de hacerlo desde el entusiasmo que socava la apatía de tiempos difíciles, de desplazar las estructuras de poder anquilosadas para permitir aflorar nuevos discursos. Se trata, como hemos dicho antes, de hacer de la Bienal un espacio de creación libre, ese que nos lleva directamente a la alegría y a la celebración».

Para ello, se han programado 67 espectáculos más los actos de inauguración y clausura, donde se muestra una buena parte del amplio abanico, poliédrico y multinivel, que es hoy el arte flamenco. Además, se van a realizar actividades paralelas con espectáculos musicales, con especial atención al flamenco extremeño, con exposiciones, ciclos, jornadas y encuentros, cine, formación y otras actividades en torno al hecho flamenco. A pesar de las posiciones tan encontradas que siempre suscita la Bienal de Flamenco de Sevilla, desde La Fragua damos la bienvenida a esta nueva edición.

Para consultar toda la programación: http://www.labienal. com/programacion

.7 › crónicas nacionales
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La Fragua retoma su actividad tras la pandemia

Desde que salió el número 16 de la revista en el verano de 2020, hemos tenido un periodo sin apenas actividad. Es a partir del verano de 2021 cuando poco a poco comenzamos a retomar nuestro ritmo.

En primer lugar, La Fragua y El Güichi del Loro Rojo se unieron para un proyecto común, El Testero del Arte. Hemos utilizado la pared (o testero) de ladrillos coloraos del Güichi como espacio expositivo. Se inauguró el 15 de agosto de 2021 y hasta el mes de marzo, mes en el que el Güichi cerró sus puertas, se han colgado siete exposiciones. La primera fue REVISTA LA FRAGUA 2012-2020... A esta le siguieron tres exposiciones de fotografía flamenca de la mano de Jean Michel Rillon, Elías Pimentel y Juan Antonio Sánchez. Hay que añadir otra de fotografía y pintura, de María José Fernández; una de cuadernos y acuarelas de viajes, de Ricardo de Castro, y un trabajo multidisciplinar en torno a Federico García Lorca cuyos autores fueron Macu Anelo, ilustraciones, Gabriel Urbina, textos dramáticos y Juan Silva, letras flamencas.

En octubre de 2021, se celebró una conferencia de José María Castaño en la Ensalaera, dentro de la programación de la Federación Provincial de Peñas Flamencas. El autor presentó su Estudio del cambio por siguiriyas de María Borrico, El Chato de La Isla y la soleá de Cádiz

de José Monje, Camarón de La Isla, en el que realizó una comparación entre los estilos flamencos de la bahía de Cádiz con el sistema de soleraje del vino de Jerez, realizando una degustación de estos en maridaje con los estilos flamencos analizados.

Para terminar el año, el 22 de diciembre, celebramos en la Venta de Vargas una actuación, patrocinada por la Confederación de Peñas de Andalucía, donde la cordobesa Yolanda Osuna despertó con su baile los duendes flamencos, apoyado por el cante de Corbacho y la guitarra de Miguel Pérez.

En febrero, y por primera vez desde 2019, celebramos nuestra Asamblea General Ordinaria. En ella, tras aprobar los estados de cuentas, la gestión de la Reunión de Cabales y la programación de actividades para el 2022, tuvimos el placer que disfrutar con nuestros amigos Antonio Lizana y Adriano Lozano, que nos regalaron unos momentos en que el saxo y la voz de Antonio iban de la mano de la guitarra de Adriano.

Durante la primavera, hemos celebrado dos sedes itinerantes. El 2 de abril, estuvimos en La Milonga, donde se realizó el taller La flamencura que todo lo cura, impartido por Raquel la Mónica y posteriormente una actuación de Ana Polanco con Adriano Lozano. Y un mes después, el 1 de mayo, nos acogieron en el Reverte, donde María José Coca realizó un taller de castañuelas y contamos con la actuación de Raúl Beneyto con la guitarra de Juan Manuel Fernández.

El 21 de abril, colaboramos con el Centro de Interpretación del Vino y de la Sal en la presentación de la película Bosque de musas de nuestro socio Antonio

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› la fragua reanuda su actividad flamenca

Mota. Durante el acto, hubo una actuación de la mano de María la Mónica y Adriano Lozano.

El día 25 de mayo, tuvimos el honor de organizar, con el Ayuntamiento de San Fernando, un merecidísimo homenaje a Farina de La Isla. El acto, presentado por Loli Guerra, comenzó con un discurso del profesor Gabriel Urbina, quien habló de la importancia que Sebastián Torres Rodríguez, con quien compartió el mismo patio de vecinos, tuvo en su infancia. Sus palabras, cargadas de sensibilidad, emocionaron al público mientras él agradecía al maestro que hubiese sembrado en su corazón la semilla que le llevó a amar el flamenco y la literatura. Seguidamente, los artistas allí congregados realizaron un cante cada uno

dedicado al cantaor. Estos artistas fueron: Manuel Lucas, Jesús Castilla, Eva Pedreño, Carlos Valverde, Paco Manano, Pedrín García, Carolina Castilla, Javi Mota, Carmen la Shica y Javi Bey. Entre cante y cante se proyectaron pequeños vídeos de artistas y amigos de Farina que no pudieron asistir al acto y enviaban su saludo de esta forma. Estos fueron: Concha Baras, Antonio Canales, Adriano Lozano, Juani de La isla, Maíta vende ca, Joaquín de Sola, Lolo Picardo y Manolo del Pescaíto.

Para finalizar, y tras recibir un obsequio por parte de la alcaldesa, Patricia Cavada, el homenajeado procedió a realizar unos cantes acompañado a la guitarra por Paco Guerrero.

.9 Nº 17 ∙ SEPT 2022 › la fragua reanuda su actividad flamenca
Ignacio Escuín
alejandro cayetano Nº 17 ∙ SEPT 2022 ›
entrevista » rocío márquez. flamenca por derecho

ROCÍO MÁRQUEZ. FLAMENCA POR DERECHO

■ antonio jiménez cuenca y juan antonio iglesias, trysko | Desde que una onubense de 27 años se citara con Niño Alfonso para cantarle su minera a los ocho del Pozo de Santa Cruz, su comisariado en el Congreso Mundial del Flamenco y su última producción musical en colaboración con el músico de electrónica Bronquio, esta doctora cum laude, becada y docente de la Fundación Heeren, ha llenado páginas y páginas de la crítica flamenca. Docente en el Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco, es a partes iguales aficionada y estudiosa, inquieta y solvente. El prestigio internacional se asienta en las figuras que tienen un discurso universal y sólido, y este discurso es el del amor a nuestra cultura flamenca.

Ya sea con un productor de música electrónica, un ensamble de jazz, una formación barroca, la tradición siempre está presente porque forma parte de mí. Algunas veces de manera más explícita y otras de manera más latente.

Si tuviera que darnos nombres de sus artistas de referencia ¿cuáles serían?

Los primeros que me vienen a la cabeza son Pastora Pavón, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, Carmen Linares, Enrique Morente, Camarón. Y fuera del flamenco Fátima Miranda, Diamanda Galás y Moondog.

«Cómo podemos encontrar caminos que amplíen el público, que alcancen nuevas capas hasta ahora menos interesadas en el flamenco.»

¿Qué supuso su paso por la Fundación Cristina Heeren?

Supuso la base, la estructuración del conocimiento. Poder aprender directamente de grandes maestros y maestras y compartir con compañeros de profesión.

A diferencia de unos años atrás, actualmente están surgiendo un gran número de artistas flamencos, desde academias, conservatorios, centros culturales, fundaciones,… ¿Piensa que se puede estar saturando la nómina de artistas flamencos? ¿Da el género flamenco para tanto profesional?

Tendremos que agudizar el ingenio. La pregunta que me hago no es si habrá suficiente para todos, sino cómo podemos encontrar caminos que amplíen el público, que alcancen nuevas capas hasta ahora menos interesadas en el flamenco.

Sabemos de sus inicios en la Peña Flamenca de Huelva. ¿Qué queda de aquella niña que aprendía los fandangos de su tierra en la artista internacional que es en la actualidad?

Afortunadamente queda la curiosidad por seguir aprendiendo, la capacidad de asombro ante la belleza y la pasión que me despierta cantar.

¿Cuál es el punto de inflexión en su biografía artística en el que se lanza a la innovación? ¿Cree que en cierta manera puede haber roto con la tradición flamenca?

Aunque esto es un proceso profundo y dilatado, si tuviera que fijarlo en un punto, este sería claramente la publicación de El niño. Venía siendo una cantaora con el aval de la Lámpara Minera y un repertorio más o menos tradicional. Ahí decidí tirarme a la piscina en busca de un discurso propio.

.11 › entrevista » rocío márquez. flamenca por derecho
Nº 17 ∙ SEPT 2022

Da la impresión de que cuando un artista traspasa la frontera local, necesita buscar otros recursos para complacer al público de otras latitudes. Muchas de las críticas se dirigen hacia la esencia de la pureza y la pérdida de esta. Que lo que se hace ya no es flamenco. ¿Qué opina al respecto?

El público de otras latitudes es diverso y, por lo que he podido ver, ama el flamenco tradicional, igual que acepta y abraza todas las posibilidades que surjan a partir de este arte porque no tienen tantos prejuicios como nosotros en relación con este género.

En este sentido, tenemos constancia de que ha sido duramente criticada. Además, en alguna ocasión, ha sido calificada como feminijonda. ¿Nos puede comentar algo al respecto?

Siento respeto absoluto por cada opinión. Pienso que todo en la vida es un aprendizaje, y este quiero que sea mi enfoque.

Desarrolla una actividad muy intensa. Igual está en una gira de conciertos que grabando un clip o dando una conferencia sobre técnica vocal (especialidad por la que es doctora cum laude por la Universidad de Sevilla). ¿Hay diferencia entre su vida profesional y personal? ¿Cómo concilia ambos aspectos? ¿O el flamenco es una forma de vida?

No sé si el flamenco es una forma de vida. En la mía, lo personal y lo profesional están íntimamente ligados, por necesidad y por voluntad. Porque amo lo que hago, de modo que mi afición es mi profesión. Al punto que hay parcelas que me cuesta catalogar en una esfera u otra.

Desde su posición de doctora por la Universidad de Sevilla, ¿confirmaría, como dice la letra de caracoles, que el conocimiento la pasión no quita?

Absolutamente. En mi caso, el conocimiento es una palanca que impulsa la pasión.

.12 Nº 17 ∙ SEPT 2022 › entrevista » rocío márquez. flamenca por derecho
alejandro cayetano
«El conocimiento es una palanca que impulsa la pasión.»

Parece que quiera compartir su voz con todos los artistas y con todos los géneros. Y para muestra, el último galardón, el prestigioso premio francés Les Victoires du Jazz al mejor álbum de músicas del mundo, Visto en El Jueves (2020). ¿Considera que estos últimos trabajos son de carácter flamenco?

Sí, así lo considero. Hay un punto de referencia claro en el canon flamenco y desde ahí exploro yendo y volviendo en un eterno retorno.

Es usted comisaria del Congreso Mundial de Flamenco del Instituto Cervantes, que se celebra este año. Siendo el lenguaje del flamenco el andaluz, ¿Cree que la lengua castellana y el flamenco van de la mano? ¿Cree que el flamenco es una seña identitaria de España en el mundo?

Diría que es una especie de embajador cultural. Hay una asociación entre el arte flamenco y la imagen proyectada internacionalmente de España que ha calado en el consciente colectivo de buena parte del mundo.

A nosotros, particularmente, nos gusta mucho su obra El niño (2014). Si tuviera que elegir alguna de su producción, ¿cuál sería su preferida?

Qué deíto me corto que no me duela.

¿Qué destacaría de sus últimos proyectos?

Pues mi último trabajo Tercer cielo, un disco muy disruptivo que he creado con el productor jerezano de música electrónica Bronquio. Es un salto como lo fue El niño, y siento los mismos vértigos. Por otra parte, estrené en Francia un espectáculo llamado Lamento, donde tuve la oportunidad de cantar con el Ensemble Aedes, de polifonía contemporánea, bajo la dirección de Mathieu Romano, que me ha posibilitado reconocerme en otros registros.

.13 Nº 17∙ SEPT 2022 › entrevista » rocío márquez. flamenca por derecho
alejandro cayetano

con camarón

ANA LIZANA Cantaora

Los momentos que puedo contar en los que he tenido la suerte de estar cerquita de la figura de Camarón son, sin duda, a través de su hermano Manuel, otro grande que merece ser recordado. El primer recuerdo que tengo es paseando por el Real de la Feria de San Fernando cerquita de él. Todo el mundo lo miraba y yo, que era una cría que apenas estaba empezando en este difícil mundo del flamenco, me sentía muy afortunada. Se dirigía hacia la caseta municipal para cantar y no lo hizo por culpa del escándalo que tenía formado el tren de los escobazos. Se ponía a decir: «Yo aquí no puedo...yo aquí no puedo...». Otra vez, viniendo de cantar con Manuel me dijo: «Vamos a ir al bautizo de mi sobrino Joselito», en la Venta de Vargas II. Allí, José me presentó a todos los artistas que estaban y tuve la suerte de ver a Camarón tocarle la guitarra a Juan Villar, algo que se te queda grabado a fuego en la mente.

Los fragüeros hablan de Camarón en el 30 aniversario del nacimiento del mito.

“Nosotros hemos tenido relación con Camarón hasta de ir a la playa de Conil con él montao en la furgoneta. Prácticamente era uno más de la familia…” Lolo Picardo. Gerente de la Venta de Vargas.

“La muerte de Camarón me impresionó mucho. Tuve la impresión del final de una época.” Belén Franco. Pintora y road manager de la JONDE.

“Mis padres regentaban el garaje San José. Camarón y Chispa metían allí los coches. Recuerdo especialmente un Seat Panda rojo. Luego, con el paso del tiempo, pude tener otras experiencias con él que me durarán toda la vida.” Antonio Mota. Escultor.

“La leyenda del tiempo para mí representa la valentía, la libertad de investigar y mezclar sonidos, la fusión, que es a lo que yo me dedico y lo que me gusta.” Pablo Lobo. Artista flamenco.

“Me gusta ir al cementerio a verlo y ponerme su música, escucharlo allí, con el silencio. Así puedo comprender mejor sus letras.” Arturo Pérez. Aficionado flamenco.

“Siempre me suena a nuevo. Cuando daba clases de baile, la profesora nos ponía unos tientos de Camarón, y siempre nos decía que había que tenerle mucho respeto, no se podía zapatear ni pisar el cante de José porque era algo sagrado.” Ángeles Cruzado. Doctora en Periodismo.

“Fui a recogerlo al hotel donde estaba alojado en Nimes. Él esperó a la señora de la limpieza y al señor que llevaba las maletas. Estaba esperando para darle un billete a la gente humilde del hotel. Entonces vi que él nunca había olvidado de dónde venía. Eterno Camarón.”

“El día de su muerte, yo tenía cita con el dentista. En la tele de la consulta estaban dando la noticia. Recuerdo que, después de los empastes, me fui pa mi casa, me senté en la cama y me puse a llorar.” Julio Castell. Guitarrista.

“Me enteré en Galicia. Bajé a la cabina a hablar con mi madre y me dijo: “¿te has enterado de que ha muerto Camarón? Tu hermano está llorando por los rincones…”. Luisa Jiménez Cuenca. Auxiliar de enfermería.

“En La Isla yo nací, por las calles me crie y viajando por el mundo conocí la grandeza de José. Para mí significó un antes y un después en la música, para el resto, un antes y un después en el flamenco.” Dom Isidoro. Actor.

“Mi oficio me dio la oportunidad de vivir la cara y la cruz. Estar presente en el bautizo de su último hijo, con esos dos días inolvidables en la Venta de Vargas, y la cruz, cuando tuve la oportunidad de vivir su entierro. Esas cosas se quedan grabadas para siempre.” Santiago Muñoz. Periodista.

“Yo conocí a Camarón cuando actué por primera vez en la compañía de baile de Pepe Barrera. En aquel tiempo, era José Monje, aún no era Camarón.” Paqui Petralanda

“En el año 92 yo estaba en Santa Coloma de Gramanet. Entonces yo no era consciente de quién era Camarón, pero ahora me doy cuenta de la trascendencia de haber vivido su muerte desde tan cerca.” Anna Valls. Economista.

“No se me olvidará nunca cuando hace 30 años, el telediario de las tres abrió con la noticia de que había muerto José Monje Cruz. Eso no había ocurrido nunca, que abriera un telediario nacional con la muerte de un flamenco. Fue cuando entendí la importancia de Camarón.” Juan Silva. Profesor.

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... y con rocío márquez

JOSÉ MANUEL VILLEGAS Profesor

De Sevilla a La Isla con mi amigo Antonio Jiménez, un ligero velo blanco, que subía del Guadalquivir, nos acompañó. Al llegar, la luz de la bahía empezó a mandar. Venta de Vargas, reunión del jurado del concurso de letras del Trasmallo de 2019. Tuve la satisfacción de conocer a los otros integrantes del jurado: Antonio Hernández, la prudencia, María José Gómez, la vivacidad, Juan Silva (a quien ya conocía), la tranquilidad y Rocío Márquez, ya en la cúspide, con apretada agenda, que venía de actuar la noche anterior y tras la deliberación viajaba hacia otro bolo. Recuerdo el ambiente distendido, agradable, de la deliberación en el reservado de Camarón, lo pronto que nos pusimos de acuerdo, el cambio de impresiones en la comida, la atención recibida por el imprescindible anfitrión Lolo Picardo... Rocío, estrella rutilante, marchó en su coche, con su maletita de viaje, hacia otro escenario, otra actuación. Lo dicho, hemorragia de satisfacción.

TITO LARA

Maestro de música, guitarrista flamenco y compositor. No faltó nadie ese día a clase. Aún recuerdo las caras de ilusión y expectación en los alumnos del Máster de Investigación y Análisis del Flamenco ante la siguiente clase de la asignatura «El cante flamenco: historia, estética y evolución». El temario de la asignatura indicaba que ese día se tratarían los contenidos relacionados con fandangos, malagueñas, granaínas y cantes de levante, y que nuestra profesora sería Rocío Márquez.

Cinco horas inolvidables en las que disfrutamos y nos empapamos de todo lo que nos iba contando, y cantando. Viajó desde Huelva a Murcia entre cantes y anécdotas y las cinco horas se nos hicieron cortas. Más que una clase fue un espectáculo en el que, simplemente, nos entregamos a disfrutar de su voz, de su magisterio y de su arte.

MARÍA JOSÉ GÓMEZ CRUZADO

Investigadora de flamenco. Universidad de Cádiz. El maestro José María Velázquez-Gaztelu, en su programa de radio Nuestro Flamenco de RTVE, citaba un fragmento de la narración de Federico García Lorca La nadadora sumergida: «Es preciso romperlo todo para que los dogmas se purifiquen y las normas tengan nuevo temblor». Y lo hacía en relación al último disco de Rocío Márquez Tercer cielo. Y es que Rocío es un ser de luz. Su presencia desprende vitalidad y alegría. Trasmina sus saberes, afición, estudio y vivencias. El domingo 31 de marzo de 2019 en La Isla de San Fernando, Rocío Márquez presidió el jurado del VI Concurso de Letras Flamencas La Fragua de La Isla, que se reunió en la Venta de Vargas de la ciudad. La excepcionalidad de los trabajos presentados animó la deliberación, despertando nuestra admiración hacia los noveles autores estudiantes de Enseñanza Secundaria y Primaria que habían presentado sus trabajos. Tras el fallo y la foto, el agasajo enogastronómico nos dispone a la charla: palabra y cante. «Pureza es permitirnos hacer lo que sentimos». De la Lámpara Minera a su Tercer cielo, un Rocío de colores sonoros, el cantiñeo de su voz prodigiosa.

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De la noche

Presentó nuestro buen amigo José María su nuevo libro De la noche a la mañana. Cincuenta años en la voz de los flamencos, que reúne un compendio de sus entrevistas, artículos y poemas publicados en diversos medios desde 1972 a 2019. La obra se estructura en seis capítulos en los que participan artistas del cante, baile y toque flamenco, así como figuras relevantes de la cultura que se han acercado con curiosidad y pasión al género flamenco. A veces en términos de narración, a veces rayando el ensayo, con un estilo claro y deslumbrante, el autor nos muestra el flamenco del último medio siglo como testigo directo que ha sido del mismo. Muestra, por tanto, el desarrollo y evolución del género flamenco en este periodo y su apertura a otros públicos y ámbitos geográficos.

Tras la presentación, los flamencos de La Isla, Carmen la Shica, Rafael Vargas, Manuel Lucas y Pedrín García, acompañados a la guitarra por Carlos Valverde, dejaron su cante flamenco cañaílla en el escenario de la Sala ERA. También se arrancó el gran cantaor granadino de corazón cañaílla Paco Moyano, que hizo algunos estilos de nuestra tierra.

El pasado 30 de abril se presentó en la Sala ERA, galería de arte y centro cultural regentado por el escultor Antonio Mota, vicepresidente de La Fragua, el último trabajo del periodista, flamencólogo y poeta arcense don José María Velázquez-Gaztelu. A cargo de la presentación del libro estuvo el fragüero Antonio Jiménez Cuenca, flamencólogo, directivo de la Fragua y editor de esta revista, quien glosó la figura del autor y habló sobre las características de la obra.

Ni que decir tiene que la sala estaba a rebosar de público, ante la presencia del buen amigo que es José María y la colaboración que siempre ha mostrado hacia el flamenco en general y La Fragua en particular.

Nacido en Cádiz en 1942, Velázquez-Gaztelu pasa su infancia y juventud en Arcos de la Frontera. En su calidad de poeta, ha publicado cuatro libros de poemas. Desde 1984 y hasta la fecha, es director, guionista y presentador del programa Nuestro flamenco en Radio Clásica, Radio Televisión Española. Desde 2008, es responsable de las páginas de flamenco del seminario El Cultural (El Mundo).

Es coguionista, presentador y flamencólogo de las históricas series, emitidas por Televisión Española entre 1970 y 1973, Rito y geografía de cante y Rito y geografía del baile. Es Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez 1972, 1979, 1997 y 2008, es Gaditano del Año 2006 en el apartado de literatura por el Ateneo de Cádiz y desde octubre de 2021 es Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz.

Un absoluto honor, una fortuna y una alegría contar con don José María Velázquez-Gaztelu presentando su último trabajo, una obra absolutamente recomendable para conocer el mundo del flamenco desde su interior.

IGNACIO ESCUÍN: ALBURQUERQUE Y NIMES

■ exposición fotografía flamenca

Se ha presentado en Alburquerque, Nuevo México (EE. UU.) una exposición monográfica sobre la obra fotográfica de flamenco de nuestro fragüero ilustre Ignacio Escuín. Del 10 de junio al 30 de julio ha estado expuesta en la Casa Flamenca de Alburquerque. En ella se han presentado 35 fotografías de gran formato de los artistas flamencos que nuestro amigo Ignacio ha ido congelando en el tiempo a través de su labor constante de retratar a los flamencos de nuestro entorno. Una obra que ha tenido una gran acogida y que ha venido a coincidir con el festival flamenco de la ciudad norteamericana que tanto valor tiene en el contexto internacional. Escuín ha querido dejar constancia de su inquietud en la búsqueda de la expresividad flamenca con su obra fotográfica.

Para la exposición contaba Ignacio: «Mis inicios en el mundo de la fotografía se dieron en los años 80 con la fotografía analógica. En 2010, retomo la fotografía, pero

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a la mañana. Cincuenta años en la voz de los flamencos
ignacio escuín

esta vez explorando los formatos digitales. Me he dedicado a fotos de estilo urbano y fotos de mi ciudad natal, San Fernando, en la costa sur de España. En 2012, comencé mi viaje en la fotografía flamenca y ese interés ha crecido para incluir fotografías de paisajes y vistas de esta isla española. Soy miembro fundador de la Asociación Fotográfica Isla de León que se estableció en 2014 para llenar un vacío que había quedado desde la desaparición de la Asociación Fotográfica Isla».

cias, etc. 42 días para disfrutar La Isla, su gastronomía, sus playas, la hospitalidad de sus gentes, todo ello desde su particular forma de vivir el flamenco.

Como novedad en esta ocasión, se estrenan nuevos espacios como el Patio del Turco, el mercado central y la alameda Moreno de Guerra.

El Patio del Turco, en la céntrica calle Real, acogió, durante tres noches dedicadas a la guitarra, a artistas de la talla de Tito Alcedo y Nono García con Titonete, el grupo EA! con un nostálgico concierto en el que interpretó sus clásicos La vida y Furia, además de temas de su último disco Anda Luz, y el guitarrista isleño Juan Manuel Fernández, que presentó su trabajo Guerrero acompañado del contrabajo de Peru Peñafiel y la percusión de Alejandro Danieri.

El mercado central y la alameda Moreno de Guerra han sido espacios más populares y cercanos. Paco Manano, Rafael Vargas, Manuel Lucas y Eva Pedreño animaron dos magníficas noches flamencas en la alameda, que aún vivirá otra noche más de la mano de la escuela de flamenco de la peña El Chato de La Isla. María José Coca y el Dúo Sin Traste amenizaron las compras matutinas en el mercado central.

■ exposición artistas de la isla

Encontramos, a principios de año, concretamente el 11 de enero, a Ignacio exponiendo su obra Artistas de La Isla en el mítico establecimiento Le Prolé, de la ciudad de Nimes (Francia). Una selección de sus fotografías flamencas de artistas exclusivamente de San Fernando. La exposición se desarrolló como actividad paralera dentro de la programación off de la XXXII edición del Festival Flamenco de Nimes. La presentación corrió a cargo de nuestro buen amigo nimés, ilustrador, dibujante de comics y colaborador de la revista La Fragua, Eddie Pons.

VII edición del festival La Isla Ciudad Flamenca

Al cierre de contenidos de este número de la revista La Fragua, el festival La Isla Ciudad Flamenca continúa su andadura de 42 días de flamenco. Su promotor, Chico Javier, puede ya sentirse orgulloso de los resultados del festival, a falta aún de dos semanas para su clausura ya que está siendo un éxito en cuanto a público y calidad de las actuaciones programadas.

Esta séptima edición, retomada tras dos años de ausencia por la situación de pandemia, ofrece una programación cargada de actuaciones, exposiciones, conferen-

Otras dos noches grandes se vivieron en el Parque Almirante Laulhé. La primera, la misma noche de la inauguración del festival. El calor sofocante no impidió que el bailaor isleño David Nieto estrenara su obra Tabú, un espectáculo innovador sin perder la esencia flamenca,

con el que el bailaor vuelve a los escenarios después de dos años de parada y reflexión en los que se ha forjado esta obra. Castañuelas, mantón y bata de cola sobre su indumentaria negra, y un acompañamiento de nivel con Miguel Ramos a la guitarra, El Cañejo de Barbate al cante y Naím Real a la percusión.

Tres voces femeninas de gran solvencia, María Terremoto, Anabel Valencia y Alba Bazán, hicieron saltar lágrimas de emoción en un público que colmaba el espacio hasta la bandera en la segunda noche grande de flamenco en el Parque.

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› el flamenco desde la isla de camarón
ignacio escuín

› el flamenco desde la isla de camarón

La Venta de Vargas está siendo uno de los ejes principales del festival, con una amplia programación flamenca a lo largo de los 42 días. El baile y el cante como protagonistas, tanto en el patio como en los balcones de este templo flamenco. Artistas como Pedrín García, Joselito el Rubio, Carmen la Shica, Fernando Calero, Carlos Carbonell, Titi Flores, María Fernández, Lola Yang, Malena Alba, Ana Fernández, Carmen Bejarano, María Montilla, Paca Rodríguez, María José Coca, Carolina Castilla, Miguel Téllez y José Malia. Noches temáticas como las que nos ofreció El Mawi con su Tributo a Bambino, 100 años de Flamenco, Nueva Savia del Baile flamenco que contará en 4 noches con Rocío Rodríguez, María Nieto, Maria Jesús Ramos la Niña o Mariam Lobato la Terremoto, y el tradicional Cuadro Flamenco de la Venta de Vargas.

Dos noches muy esperadas por los aficionados y ya tradicionales en este festival son La Piriñaca, noche de flamenco callejero de la asociación La Fragua, y el Encuentro de Flamencos en las Callejuelas de Camarón. La séptima Piriñaca de La Fragua se desarrolló con público multitudinario, entregado, sonriente y respetuosamente en silencio. Claveles rojos, piriñaca y mucho Cádiz en las voces de los artistas isleños Rafael Vargas, Manuel Lucas y Eva Pedreño, y la barbateña Marimar Ramos, con las guitarras de Carlos Valverde y Pepe Gutiérrez. Se consolida esta noche flamenca con espíritu

callejero, a pie de calle, al modo del carnaval de Cádiz, donde los aficionados dan arrope a los artistas en un contacto mucho más estrecho que en otros espacios.

Desde los balcones de la calle Las Cortes, lanzaron su cante Carolina Castilla y El Cañejo de Barbate. Lo hará también María la Mónica en la recta final del festival.

Cerramos este artículo a la vez que las Callejuelas se preparan para recibir a los flamencos de La Isla en su noche grande. El festival continúa y con seguridad perdurará en los años venideros. El público cañaílla demanda y disfruta esta cita flamenca que cada vez tiene más repercusión más allá del puente Zuazo. ¡Larga vida a La Isla Ciudad Flamenca!

FESTIVAL SOY GITANO.

Treinta aniversario de Camarón

Asimismo, junto a ellos actuaron artistas invitados como Carmen Linares (actual Premio Princesa de Asturias de las Artes), Lole Montoya, Juan Carmona (de Ketama), Javier Ruibal, Pedro el Granaíno, La Mari de Chambao, y los isleños Jesús Castilla y Antonio Lizana.

La Isla de San Fernando rindió tributo al mito Camarón de La Isla. Fue en las traseras del Castillo de San Romualdo, el pasado 2 de julio, fecha del treinta aniversario de la muerte del genio de La Isla. Un espectáculo de grandes dimensiones con un elenco de artistas muy próximos en convivencia con el cantaor. Un espectáculo único en el que no podía faltar la gran banda que desde finales de los años setenta acompañó a Camarón en múltiples ocasiones. Carles Benavent (bajo), Tino Di Geraldo (batería), Jorge Pardo (saxo) y Rubem Dantas (percusión), que junto al resto de artistas dieron todo para que la noche brillara.

El fin de fiesta corrió a cargo de los hijos de Camarón que desgranaron parte de los éxitos de su padre: Soy gitano, La leyenda del tiempo, Volando voy, … Una gran noche que se recordará por su significación en recuerdo de Camarón de La Isla y el acierto de la ubicación del escenario en la pradera del Castillo de San Romualdo.

Se pueden ver los videos de este concierto en el enlace:

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carmen mateos

o muchos más, Camarón va a seguir estando ahí. Como él no va a salir ninguno, puede que salga mejor o peor, pero cantando como él, su cante, su personalidad, ninguno».

Por último, apuntar que a mediados del pasado mes de agosto, se alzó con el primer premio en el XXIII Concurso de Cante Flamenco Ciudad de Vejer, un importante paso más en su carrera. Desde aquí, le queremos agradecer su atención y generosidad, así como desearle toda la fortuna para el futuro y, como no, darle la enhorabuena por su nieto, que seguro que es un regalo para su hija y su familia. ¡Suerte y salud, amigo!

JESÚS CASTILLA. UN ARTISTA FLAMENCO IMPARABLE JOSÉ MERCÉ, PREMIO LEYENDA DEL FLAMENCO

Nuestro buen amigo, el cantaor isleño Jesús Castilla, no para de crecer profesional y artísticamente. Apunta ya una gran veteranía y su presencia se consolida en el panorama flamenco nacional. Obligado es decir que dejó un buen sabor de boca en su paso por el programa de Canal Sur, Tierra de Talento, que anecdóticamente surge de la propuesta que le hace el gran cantaor jerezano, y jurado del concurso, José Mercé, para que participara, a título individual, después de verlo cantar para el baile en el programa.

Preguntado cómo fue su paso por Tierra de Talento, nos cuenta que «estaba buscando algo nuevo, para no cantar siempre lo que se suele cantar. Como El Lebrijano me gusta mucho, pues elegí el tema En el Soto, que fue con el que abrí el programa. Después me pusieron el reto de que hiciera un tema de José Mercé y entonces hice Aire. En la semifinal me retaron también y elegí a uno de los cuatro jurados que fue Antonio Canales y él me puso el reto de que hiciera algo de Pansequito. Ahí me regañó un poquito porque no estaba enterado de lo que ocurrió. Yo iba a hacer un tango-rumba de Pansequito titulado Y las gitanas me dicen. Pero no me dio tiempo a ensayarlo porque mi hija dio a luz y estuve con ella en el hospital. Cuando Antonio Canales supo lo de mi nieto, se disculpó».

Y es que estar en un programa de estas características «te da mucha visibilidad, que te conozcan más la gente, ese era el objetivo para, así, poder trabajar más. Y de momento se está cumpliendo. Lo importante es que hablen de ti, que te conozcan y eso sirva para poder estar activo y trabajando».

En estos días en que se ha cumplido el treinta aniversario del fallecimiento de Camarón de La Isla, Jesús nos habla de José Monje, del que asegura estar aprendiendo continuamente: «Camarón sigue vivo entre nosotros. Es verdad que se ha tardado en hacer el Centro de Interpretación, pero hay que ver la de gente que viene a La Isla para visitarlo, porque, aunque pasen cien años

El cantaor jerezano José Mercé ha sido galardonado con la distinción Leyenda del Flamenco. Este reconocimiento, promovido por La Venta de Vargas y la productora Flamenco de La Isla, viene a reconocer la trayectoria profesional y humana del jerezano. José Mercé será la décima Leyenda del Flamenco.

En el transcurso de la emisión del programa de televisión Tierra de Talento, presentado por Manu Sánchez en la televisión pública de Andalucía Canal Sur TV, se hizo público el fallo del premio. En esta edición del programa, se homenajeaba al cantaor cañaílla José Monje Cruz, Camarón de La Isla, en el treinta aniversario de su fallecimiento.

El premio Leyenda del Flamenco es una distinción que reconoce la trayectoria de artistas del mundo flamenco, así como de escritores, letristas, críticos, aficionados, productores, etc. Mercé recibió la noticia durante el desarrollo de Tierra de Talento, de boca de Lolo Picardo, portavoz de la Venta de Vargas y fundador del premio junto a Chico Javier y Carlos Rey.

José Mercé recogerá el premio el próximo 15 de noviembre de 2022, víspera de la celebración del Día Internacional del Flamenco, en un acto en la Venta de Vargas, en el que se le hará entrega de una estatuilla de Camarón de La Isla, obra del escultor Antonio Mota. Contará el acto con la presencia de familiares, artistas y amigos del homenajeado. Dicho galardón se instauró en 2012, siendo recibido hasta el momento por Alonso Núñez Rancapino, Antonio Fernández Fosforito, Paco Cepero, Juan Peña Lebrijano, Curro Malena, Carmen Linares, Juan Villar, María Vargas y Ricardo Pachón.

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A GOLPE DE DIAFRAGMA

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Raúl el Bule en la Venta de Vargas. San Fernando, 2019. Carmen la Tico en La Chanca. Conil, 2020. Alba Molina y Joselito Acedo en el Castillo de San Romualdo. San Fernando, 2021. Grupo Cumbre Flamenca de Carmen Peña en La Chanca. Conil, 2020. Miriam, grupo Las Faraonas de Silvia Peña. Venta de Vargas. San Fernando, 2021.

DIAFRAGMA

por juan antonio sánchez bernal

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› el flamenco desde la isla de camarón
Raúl Beneyto y Juan Manuel Fernández en la Piriñaca de La Fragua en la Plaza del Rey. San Fernando, 2019. David Nieto y Paula Sierra, Castillo de San Romualdo. San Fernando, 2021. Momi de Cádiz, en la Venta de Vargas. San Fernando, 2021. Grupo de alumnas de Marisa Sáinz, Castillo de San Romualdo. San Fernando, 2021. Marisa Sáinz, espectáculo Resiliencia flamenca. Castillo de San Romualdo. San Fernando, 2021.

MUÑECAS MARÍN

Sala museo de las muñecas en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal de Chiclana

■ antonio mota | Por fin la provincia de Cádiz cuenta con una sala museo dedicada al recuerdo de las muñecas Marín. En diciembre de 2021, abrió sus puertas en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal de Chiclana. Símbolo de una época y un referente nacional nacido en Chiclana de la Frontera. Empresa que vio la luz en 1928 y que nunca ha dejado de estar en el recuerdo de todos los chiclaneros y de todos los españoles, ya que esta producción de muñecas ha viajado por todos los continentes con el sello flamenco por bandera. Podemos decir que este elemento artístico, escultura, recuerdo, suvenir… ha causado la admiración de todo el mundo y así se le ha reconocido a esta empresa familiar, como lo demuestran los premios recibidos. Entre los muchos galardones, nombrar algunos como: Primer Premio Mundial de Muñequería Artística en Cracovia (Polonia) y el que le otorga en 1976 el Gobierno de España a José Marín Verdugo, la Medalla al Mérito del Trabajo.

José Marín Verdugo (1903-1984), nació en Chiclana de la Frontera (Cádiz), Pepe Marín para los chiclaneros. Fue de vocación pintor y pianista, empresario enamorado de Chiclana, artista de nacimiento. En voz de sus hijos, descubrimos emocionados relatos de cómo su padre, en el Madrid de los 30, comienza a rellenar muñecas de tela con serrín y cualquier cosa que tuviese a mano. La venta de estas piezas era el sustento de aquel joven artista que por entonces no imaginaba donde llegarían aquellas primarias creaciones de trapo. Funda en su ciudad natal un taller de muñecas que fueron después mundialmente conocidas como Muñecas Marín. Las más conocidas marcaron una época. No hubo televisor que no se adornara con una pieza salida de la fábrica chiclanera. Muñecas ataviadas con trajes de las distintas regiones de España y principalmente las más cono-

cidas por llevar el traje de gitana típico, partieron desde Chiclana por toda la geografía conocida, Alemania, Reino Unido, Japón, Estados Unidos…

Al final del año 2014 la fábrica cesó su actividad. La fábrica de muñecas no fue solo un recurso económico para la empresa y para Chiclana. Aquello fue un cambio sociocultural para los ciudadanos de la ciudad. Hombres y mujeres comienzan a trabajar en una empresa que llegó a tener más de 100 trabajadores en activo y por la que pasaron miles de personas. Un pueblo en el que por entonces la mujer chiclanera vivía de servir en Cádiz o en la ciudad militar de San Fernando y el hombre trabajaba el campo. La fábrica era un aliciente de vida más actual, moderno y con otras condiciones salariales y de trabajo. Nos encontramos con un claro ejemplo de Flamenco en imagen, que no solo abarca la faceta plástica del flamenco. Gracias a la representación artística de la figura de la bailaora, se crea un imperio empresarial, que transgrede como impacto social en un núcleo urbano y con una repercusión, como hemos dicho, a nivel mundial, llegando a convertirse la muñeca de Marín en un símbolo nacional de los años 60 y 70.

Muchos de los diseños de la fábrica de Marín nacen de la mano de Anita Marín, hija de Pepe, que, arropada por sus hermanos y familia, con su ingenio y arte crea muchos de los modelos y figurines que hacen que la empresa crezca y sea cada vez más productiva. Del serrín y el trapo a la escayola, la goma, el plástico, la porcelana y nuevos materiales. Actualización que se ve doblegada con el tiempo por la imparable presión del mercado asiático, que hizo mella en todos los sectores junto con la crisis económica. Hoy día, nos encontramos imitaciones de aquellas

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› flamenco en imagen

muñecas que nada tienen que ver con las piezas chiclaneras, pero que inevitablemente nos recuerdan a las de aquellos años.

Son hoy muy apreciadas las muñecas de antaño, verdaderos iconos de la época y de los tipos flamencos y regionales de nuestra tierra. Un ejemplo, entre muchos poseedores de obras de las de Marín, es José Luís Junquera, amigo de La Isla, que en su establecimiento El Carmen nos ofrece un conjunto de estas piezas perfectamente restauradas. Una recopilación creada a lo largo de años y conservadas con la misma devoción que posiblemente les dedicaran sus creadores. Distintos formatos y tamaños, trajes originales, otros restaurados o salidos de la mano del coleccionista, siempre con el respeto a la figura de la obra. Un sinfín de anécdotas de cómo llegaron las piezas a sus manos y ratos de tertulia muestran el cariño del coleccionista a sus tesoros, siempre con el gusto de compartir entre sus visitantes.

Escultura “de trapo” de mano de Pepe Marín, que hizo gala de nuestro flamenco cuando ni Caracol, ni Mairena, ni Porrina, ni Camarón aún lucían bronce alguno en las calles.

Sirva este Flamenco en Imagen como reconocimiento y admiración al trabajo y producción en la labor

claudia ruiz caro

• Fotógrafa

La fotógrafa catalana de origen jerezano, Claudia Ruiz Caro (Barcelona, 1993), ocupa en esta ocasión nuestras páginas centrales

A pesar de su juventud, cuenta ya con el trabajo fotográfico de 17 discos importantes: Jesús Méndez, Antonio Agujetas, Vicente Soto Sordera, Luis Moneo, Mari Peña, Antonio Rey, Pedro Garrido Niño de la Fragua, Alfonso Mijita hijo, Samuel Serrano, Felipa del Moreno, Eva Rubichi, Salmonete, José Mijita, Manolo Simón,etc. Fue fotógrafa oficial de la Bienal de Sevilla, en su XXI Edición de 2020 y es miembro activa de la directiva del Círculo Flamenco de Madrid, entidad sin ánimo de lucro que organiza recitales para el público flamenco más exigente de Madrid.

Qué mejor que las palabras de su admirado y admirador Pepe Lamarca para describir el trabajo de esta joven artista que ya ocupa un lugar importante en el mundo de la fotografía flamenca:

«Me gustan mucho las fotos de Claudia Ruiz pues va más allá de la actuación. Retrata al artista si es posible en su casa y con la familia, tan importante en el flamenco. Algunas de sus fotos pueden ser dramáticas, como el caso de Antonio Agujetas, pero con su consentimiento.

artística, plástica y flamenca, por el diseño en el estilismo e indumentaria de los trajes regionales aplicados a la muñeca. Muñeca que no podía ser otra que la de Marín.

No trata de lucirse, luce al retratado. De muchos de sus reportajes le piden copias. Es lo mejor que te puede pasar, comentamos alguna vez, y si la enmarcan, quiere decir que coronaste. Claudia tiene varias coronas.

Fernando de la Morena la llamaba sobrina... Cuando murió, Claudia estaba en Madrid. Comimos juntos, estaba desolada, sentida, como sus fotos».

«Con los años, su archivo será importante y necesario. Envidio su juventud y admiro su manera de mirar e incluir a la familia en alguna de sus fotos. Tiene veinticinco años y fotografía a los flamencos como una vieja sabia. Siento que es como la continuación de lo que yo traté de hacer lo mejor que pude todos estos años: retratos de artistas flamencos».

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Colección de muñecas de José Luis Junquera en El Carmen foto central: fernando de la morena. a la guitarra, domingo rubichi

DUKKHA.

EZEQUIEL BENÍTEZ

■ Antonio Jiménez Cuenca | Ezequiel Benítez es la voz reconocible del cante jerezano, del cante flamenco joven de Jerez. Pero, a pesar de su juventud, atesora una gran madurez demostrada en sus ya cinco producciones musicales. Destacable es su depurada trilogía Quimeras del Tiempo, con tres excelentes producciones discográficas en las que recogía las fuentes directas del flamenco tradicional en los artistas olvidados a lo largo del tiempo. La trilogía la completaron los volúmenes: Mi cante (2015), Recuer2 (2018) e Ilus3 (2020).

Ahora, nos acaba de presentar Dukkha (2022), su última obra de cuño propio, pues las letras y las músicas son suyas. Así que, justo unos meses antes de que apareciera, nuestro buen y admirado amigo Ezequiel Benítez nos comentaba que «…el título es muy original, Dukkha, que viene a referirse a nuestro entendimiento de las duquelas. Está escrito en sánscrito que es la lengua más antigua del planeta. El disco contiene nueve temas. Es un disco que está lleno de sensaciones y momentos preciosos. Me ha salido el disco que había soñado y créeme que eso no es fácil. Llevamos dos años

trabajando en él y ha sido muy duro pero muy bonito. Ya verás el resultado, creo que es un disco flamenco que no va a dejar indiferente a nadie».

Así ha sido, ya que, desde su presentación en marzo pasado, el disco no ha hecho más que crecer en presencia y audiciones. Con el acompañamiento de la distinguida guitarra de Paco León, esta nueva obra sigue una línea estilística muy bien definida por el cantaor jerezano, que parte de un conocimiento profundo de los estilos flamencos, ganado en buena parte por el magisterio de su padre Alfredo Benítez, maestro al que le debemos geniales críticas y mejores opiniones y comentarios en el programa de radio Los Caminos del Cante, así como una búsqueda incesante de nuevas fronteras apuntalada por su madurez interpretativa.

Ezequiel Benítez fue nominado en 2020 a los Grammys latinos al mejor álbum flamenco, así como premio Andalucía 2020 al mejor artista del año. Dukkha ha sido nombrado entre los cinco mejores discos del año del periódico El País. Con esta nueva producción, tenemos por delante una obra perdurable en el tiempo, con una enorme musicalidad, muy matizada en la interpretación y cimentada en el conocimiento. Ezequiel Benítez es y será un cantaor de referencia y Dukkha pertenece a ese tipo de obras que llegan para quedarse.

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de pureza al mundo

villosa experiencia. Después, con Milagros Mengíbar montamos el espectáculo El flamenco es vida, que presentamos en la Bienal de Sevilla y viajamos por Francia, EEUU…, fue maravilloso. Entonces decidimos crear una escuela y que los profesores fueran artistas conocidos, para que los chicos tuvieran referentes de artistas que trabajan en los escenarios.

En 2020 ingresó como académica en la de Bellas Artes de Sevilla. En su discurso de ingreso, hablaba de que el virtuosismo está de moda. Desde la etapa en que comenzó con Antonio, el Bailarín, hasta ahora, ¿qué diferencias destacaría?

CRISTINA

HEEREN de pureza al mundo

■ antonio jiménez cuenca | Quería el flamenco una mecenas y fue Antonio Ruiz Soler quien se la dio. El embrujo de Antonio, el Bailarín, quiso que el flamenco ganara una firme defensora de sus valores. Condesa de Heeren, amiga del torero Antonio Ordoñez, de Orson Welles y de los Kennedy, la neoyorquina Cristina Heeren se sintió en la obligación de pelear por un arte que, considerado menor, ella sentía como supremo. De aquellos principios en los tablaos madrileños hasta ser académica correspondiente por la ciudad de Nueva York en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, Heeren ha recorrido toda España, estableciendo su Fundación, primero en Santa Cruz, para, veinte años después, cruzar el Guadalquivir e instalarla definitivamente en la calle Pureza de Triana. Muchos de los grandes artistas actuales del género han salido de las aulas y las tablas de la Fundación Cristina Heeren.

Cuéntenos, ya que estamos, el porqué de los Premios del Flamenco que su fundación acomete año a año.

Casi desde el principio de la Fundación, hemos celebrado concursos, porque es la única manera de ver al artista, al joven artista. Pero ahora tenemos a este magnífico patrocinador que es Acciona y ya lo hacemos a otro nivel. Son premios de cante, de baile y de guitarra de acompañamiento. Hay premios en metálico, pero creo que lo que verdaderamente ganan es la posibilidad de disfrutar de una beca.

¿Qué recuerdos tiene de la productora Pureza?

Tengo recuerdos maravillosos, parece mentira tantos años. Esa época fue muy bonita porque descubrí los festivales. Entonces pensé: ¿Habrá un cantador que se pueda exportar? Y conocí a Calixto Sánchez y juntos hicimos un disco, yo de productora. Y al año siguiente con José de la Tomasa, que fue otra mara-

Sí, hay diferencias. Era un flamenco más simple y fácil de seguir dentro de la complejidad que tiene. Sobre todo, las guitarras eran muy diferentes. Una guitarra quizás más flamenca, más sencilla y muy emocionante. El baile también, aunque Antonio el bailarín en aquella época ya era bastante técnico. Sí, a veces creo que el flamenco se ha complicado demasiado. Cuando vivía en Madrid, el guitarrista que destacaba era Luis Maravilla, luego llegó Serranito, que tenía un toque muy intenso y rítmico, y surgió Paco de Lucía. Tenían la base de guitarrista de acompañamiento, que es absolutamente fundamental, por eso nos concentramos aquí en la guitarra de acompañamiento. Esto es lo que abre puertas para el trabajo.

Precisamente, en la Bienal de Flamenco de Sevilla, el Giraldillo del toque era al guitarrista más completo, incluyendo el acompañamiento. Ahora, ese concurso ya no existe. ¿Cuál es su opinión de la Bienal de Flamenco de Sevilla?

Me acuerdo de la Bienal de la época de José Luís Ortiz Nuevo, y a mí esas bienales me parecían más interesantes, francamente. Ahora se han introducido muchas cosas vanguardistas de baile contemporáneo, muchas sin calidad. Me preocupa un poco que a la Bienal viene mucha gente de fuera y piensen que, en el flamenco, por ejemplo, es normal bailar desnudo. Hay ciertas cosas en el flamenco que hay que mantener. Si hay una cosa que aporta, que es una evolución del género, pues es aceptable, pero esto otro ¿realmente qué aporta?

¿E integrar el flamenco en la Academia de Bellas Artes?

Sí, esto sí me ha dado mucha alegría, porque el flamenco es un arte al que hay que respetar. Y ya era hora de que se reconociera como tal. Para mí, ha sido un honor enorme ser el instrumento para que el flamenco esté en Bellas Artes.

¿Y no cree que hay una cierta contradicción entre el flamenco, como expresión popular, y lo académico?

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ricardo de castro
› entrevista » cristina heeren.

No lo creo, porque el flamenco ha pasado de ser así a lo más refinado. Y siendo un arte, en Bellas Artes tiene que estar. No lo veo contradictorio.

En colaboración con la Universidad Loyola, han puesto en marcha estudios de Grado en Flamenco.

Sí, estoy muy contenta porque hemos conseguido dar un diploma y creo que ahí hay una evolución. Porque lo que es una tragedia es que el flamenco no se haya enseñado en las escuelas. Y ya que en España es tan importante tener un título se tendría que poner, ya que hay títulos en gastronomía, mecánica, peluquería. El flamenco que es algo específico de aquí debe tener su propio departamento.

¿Qué siente Cristina Heeren cuando ve a Argentina, Manuel Lombo o Rocío Márquez, artistas que están triunfando y que se han desarrollado como profesionales en su escuela?

Me entra una gran felicidad y estoy muy orgullosa de ellos. Como de otros que tienen menos nombre pero que han entrado en el mundo profesional, como Sebastián Cruz y Vicente Gelo. Los dos estaban en clase juntos con Naranjito de Triana. Esto es maravilloso porque demuestra que si estudias, puedes ser profesional.

Pues hay que procurar que no. Aquí le damos mucha importancia al individuo. Después de que haya aprendido todo lo que hay que aprender, que es mucho, el alumno tiene que encontrarse y empezar a expresarse. Como los buenos escritores que, por ejemplo, van a aprender a Oxford y después deben encontrar su línea.

Si tuviera que pensar en algún artista que le emociona, ¿cuál sería?

Pues hay muchos y me daría miedo olvidarme de alguno. Yo soy más exigente y me cuesta más emocionarme con el baile. Pero tengo que mencionar a Rafael Campallo, no lo puedo evitar. Y luego, ex alumnos como El Choro, Juan Tomas de la Molía, Alberto Sellés, que también le gusta el cante y es muy artista, también Eva Yerbabuena por soleá. Y a la guitarra Miguel Ochando, de Granada, que toca con sentido y sin virtuosismo. Me acuerdo también de Juan Habichuela, ¡qué maravilla! Y Diego del Gastor.

Con la pandemia, los tablaos entraron en crisis y desaparecieron muchos de ellos. ¿Cuál es su opinión sobre los mismos?

Los tablaos han sido una escuela de disciplina. De ahí han salido muchos: Milagros Mengíbar, Merche Esmeralda y actualmente Pastora Galván. Entre 1961 y 1962 pasé un año estudiando en Madrid. La costumbre, entonces, era que después de cenar se iba al tablao, era lo normal. Aquí nunca ha sido así. No conozco ni un sevillano que vaya a un tablao, porque en Sevilla han estado desprestigiados. Al mío vienen arrastraos, pero después les gusta y repiten.

La Fundación está inmersa en varios proyectos, por ejemplo, tiene convenios con la Fundación Alalá. ¿Qué otros proyectos de futuro tiene?

Pero mucha gente del flamenco piensa y cree que se lleva en la sangre y que no se puede estudiar.

Creo que esta teoría está ya perdiendo la credibilidad, porque no es así. El arte es técnica y talento. Y no vamos a enseñar a ser artista aquí. Sin embargo, la técnica es algo que les va a permitir volar. Porque ya no tienen que pensar en lo que están haciendo sino en recibir la inspiración. Y en el arte, siempre es así, en la pintura es así, en todas las disciplinas.

También ha comentado que el flamenco es más técnico ahora y que la esencia se diluye. ¿No le preocupa que al crear un estándar académico esa esencia vaya perdiéndose?

Queremos poco a poco ir metiendo el flamenco en las escuelas. Hace unos años salió una ley y nadie la ha respetado. Tenemos que formar a los profesores de música, y porque la mitad no saben lo que es el flamenco. Una formación básica, para que los alumnos sepan que existe y que es un tesoro que tienen aquí y que se le tiene que dar su sitio. También me gustaría que tuviéramos más intercambios con el mundo del cine y con los museos. Que se vea que el flamenco es un arte como cualquier otro arte.

Después de viajar por todo el mundo, ¿es Sevilla su ciudad?

Yo no soy mucho de ciudad, yo soy más de campo. Mi sitio es el campo de Granada. Que me entierren allí. Me pregunta: «¿Dónde tienes raíces?», y la verdad es que no lo sé. Pero quiero que me entierren debajo de una encina en el campo de Granada.

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Nº 17 ∙ SEPT 2022 › entrevista » cristina heeren. de pureza al mundo
ricardo de castro

Míster David Aglow, un cañailla de la Gran Manzana

El neoyorkino David Aglow fue profesor de literatura y redacción en distintas universidades de los EE. UU. Luego fundó un sello discográfico, The Vital Record, dedicado a la música de raíz del mundo. A finales de los 80, recaló por Madrid donde conoció la noche flamenca en lugares tan míticos como La Cueva del Candela o la Sala Revolver. Fueron los compases y la armonía de Paco de Lucía los que le indicaron el camino y, paso a paso, miga a miga, llegó a La Isla a la que nunca más, dice, dejará de volver. Ahora, desde su retiro en las montañas, nos cuenta su experiencia de vida en relación con el flamenco y a este trocito de tierra forjadora del flamenco. Sus últimas producciones han sido un disco de un guitarrista ciego de Zimbabue y un libro/CD con el material grabado del mundo flamenco de La Isla, una ciudad inalterada, como él mismo la define. Ahora, alejado del vértigo de la Gran Manzana, reflexiona para La Fragua sobre este arte tan nuestro como suyo. Actualmente vive en las montañas donde, dice, se vive mucho mejor.

¡Bienvenido, Dave!

Amigo Dave, ¿que te impulsó a conocer el flamenco? ¿Cuándo la primera vez y a través de quién?

Con veintiuno o veintidós años, me fui a vivir a Madrid. Siempre he sido un amante de la música, sobre todo la música de raíz de los EE. UU.: blues, country, folk, etc. En España, en aquella época, me resultó difícil de creer la música que sonaba por el radio. «Aquí no hay playa, vaya vaya», cosas así. El rock y pop español me parecían, con perdón, vergonzosos.

Pero sabía que tendría que haber otras cosas y un día escuché algo, no sé dónde, pero era guitarra y era Paco de Lucía. Y dije, ¡pues, eso es! Así, empecé a buscar flamenco en la guía de ocio de Madrid. Llegué a conocer el verdadero Candela. Me enteraba de conciertos. Estaba el club Revolver, que programaba Los Lunes Flamencos de Revolver. Como los flamencos de Madrid en aquella época no tenían que madrugar y les daba lo mismo un lunes o un viernes, pues, se montaban cosas increíbles allí. Yo sí, tenía que madrugar, pero valía la pena. Un lunes vi a Enrique Morente y aquella noche me enganchó para siempre. Era una cosa fuera de mi voluntad.

¿De todas las ciudades de Andalucía que son emblemáticas en el flamenco, por qué San Fernando, La Isla?

Bueno, es una historia larga, pero lo haré corto. Primero, es de donde viene Camarón, y había venido alguna vez para ir a su tumba (¡la primera vez estaba cerrado!). Segundo, en el Womex , conocí a Chico Manager. Y tercero, como dice un gran flamenco de La Isla, el Niño del Parque: «¿por qué? ¡Yo qué sé! Porque dios lo quiso así. Hay cosas en este mundo que son así y no tiene explicación»

¿Qué descubres aquí en La Isla?

Descubro aquí un mundo que siempre creía que existía, pero nunca había encontrado. Es difícil de explicar. Descubro muchísimas cosas, en los esteros, en la playa, con la música, en los bares y restaurantes, en la calle, pero, para mí, todo viene de la base de los cañaíllas, desde hacer la compra o cualquier cosa rutinaria que haga, hasta las juergas.

Hay un cariño y un calor humano que cuando lo encuentras, algo muy dentro de ti lo reconoce. O por lo menos algo muy dentro de mí lo ha reconocido. Y la gente no se esfuerza en demostrarlo. Simplemente sale de una manera muy natural. Yo noto esta sensación de un cariño natural por todos partes que, desde mi punto de vista, ya va faltando en el mundo.

¿Es Camarón un motor para la ciudad?

Realmente no puedo opinar sobre esto. Pero creo que hay bastante flamenco en La Isla y no solo hay que contar con Camarón. Siempre ha habido flamencos allí y no es que Camarón sea simplemente uno más ¡claro que no! Pero debería ser «Camarón de La Isla» y no «La Isla de Camarón». Es mi opinión.

¿Quién te impresionó más de todos los artistas que has conocido de esta zona?

Eso no puedo contestarlo por razones obvias. Los quiero a todos. Lo que sí voy a mencionar es «la vieja guardia». He aprendido tanto con amigos como

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por antonio jiménez cuenca Ignacio Escuín David Aglow y Carlos Rey

Paco el Veterinario o Pedrín de La Isla. Ellos me han enseñado un poco a escuchar. Me han enseñado tantos detalles que sin sus consejos perdería. También quiero mencionar otro tesoro de la zona de esta generación: La Tía Mónica. Solo la he conocido un par de veces, pero ella es un huracán gaditano, con tantísima experiencia y conocimiento flamenco. Así, destaco a estos.

¿Crees que aunque el flamenco sea una oportunidad para San Fernando corre el riesgo de perder su esencia? ¿Sería lícito hacerlo pensando en los beneficios que le puede aportar a la ciudad?

Yo no quiero que San Fernando cambie. Pero los isleños tal vez sí quieren cambiarlo. Así que es asunto vuestro. Pero, por ejemplo, si se desarrolla la playa de Camposoto, ¿qué estaríais ganando? Para mí, ahora está perfecto, pero no genera así dinero, supongo. Puedes cambiarla para que genere dinero, pero ¿qué has perdido? Y lo más triste es, después de que pasen los años, la gente ni siquiera sabrá que han perdido algo. Algo parecido ocurre con el flamenco. No sé cómo nutrir y alimentar la raíz y a la vez cosechar.

Entonces, ¿piensas que el flamenco corre riesgos en La Isla?

Este es un asunto enorme. A mí me suelen acusar de ser demasiado conservador en este aspecto, y realmente ¿quién soy yo para opinar sobre esto? Esto lo decidirán los flamencos y los isleños. Pero el riesgo desde mi punto de vista es la presión de las modas musicales y de la tecnología. Todo está cada vez más mecanizado, más computarizado, más mezclado, más generalizado. La música está perdiendo identidad propia y las tradiciones y las culturas que la han

producido están desapareciendo. Supongo que es natural. Pero ahora todo se acaba en un lío global — algo homogéneo— y, en gran parte, resultado de un ordenador. Cuando yo llegué a España en 1989, era otro mundo. Estaba muy incómodo al principio porque todo era diferente para mí. La comida, las horas, las costumbres, etc. Ahora llegas a Madrid y no sabes si estás en NY o Ámsterdam o yo que sé, ¿sabes? Hay gente que le gusta eso. Que llegan a Tokio y piden un Starbucks y se comen un McDonald y creen que están en Japón. Nunca estaré de acuerdo con eso. Sí, todavía se puede tomar churros con chocolate en Madrid. Pero ahora es un montaje: mira, estoy tomando churros con chocolate y lo suben a Instagram. Perdón, pero me cago en todo eso. Temo que eso nos pasa con la música también. Y pasa sin darnos cuenta. No es solo una amenaza, ya viene y está devorando bastante.

¿Cómo está el flamenco en New York?

Desde que veo flamenco en La Isla, el flamenco en New York no existe, a menos que venga algún gaditano de gira. He tenido el honor de compartir la ciudad un poco con los flamencos que han pasado por allí: El Trini, Antonio Lizana, Adriano Lozano, Ana Polanco, Epi Pacheco. ¡Cuando ellos están, el flamenco de NY va muy bien!

¿Cuándo volverás?

Llevo un buen rato ya echándoos de menos. Nunca ha pasado tanto tiempo para mí sin tocar España desde que vine en el 89. Y ahora, realmente, solo voy a La Isla. Paso por los Madriles para saludar a algunos amigos. Pero después me voy directamente a La Isla y ¡me cuesta cruzar el Puente Zuazo de vuelta!

El flamenco de La Isla. Análisis DAFO

DEBILIDADES AMENAZAS

No ser tan conocida fuera como otras ciudades flamencas, por ejemplo, Jerez. El buscar maneras de adaptarse a modas de fuera. También me extraña que los isleños no «flamencos» no se interesen mucho por los recursos culturales que tienen aquí mismo.

Ya expliqué un poco arriba. Por ejemplo, ya intentaron quitar el Bartolo y poner no sé qué porquería allí. Y lo que más me molesta es que hay gente que van al Bartolo y no lo ven. Ven algo que se tiene que «modernizar». ¡Vete al Bahía Sur entonces! Algo nos pasa con los ojos y el alma si no reconocemos lo mágico de La Casería tal y como estaba. Una tragedia.

FORTALEZAS OPORTUNIDADES

Existe el flamenco como una parte de la vida real. Como aquí desde pequeño se juega al béisbol. En La Isla, puedes aprender flamenco de modo natural.

Pues, según lo que he visto y lo que me han dicho, no hay tantísimas oportunidades allí con el flamenco. Yo me acuerdo de ver Homenaje a Mariana Cornejo el primer año que fui. Con Ana Polanco y se me olvida el nombre del monstruo extraterrestre que le tocaba la guitarra. Para mí fue una experiencia inolvidable. Flamenco gaditano puro, guitarra, voz y palmas. Con una marcha y un compás brutal. La entrada era 10 euros, creo. No se llenaba. Te juro que todos los guiris que van a sus tablaos para su experiencia flamenca nunca han visto nada parecido y pagan cinco o diez veces más. Hay mucha potencia, pero cómo convertirlo en portunidades reales, no sé.

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› planeta flamenco Nº 17 ∙ SEPT 2022

TÍTULO DE BÚSQUEDA

DESDE LA RED

Comienza con el tirititán llamando a los duendes del muelle de Cádiz, bailando las manos como gaviotas acompasadas (0’20”-0’29”)

«Que no paran de llamarme... por las calles de La Isla». Templaíto, arrastrando el marineras con chulería.

«¡Ay Pepita la descoloría!» (2’34”-3’00”); se mete el cante lastimado de admiración en cada costado.

«Se la quitao un marinerito con palabritas de amor ». ( 3’18”-3’22”); ticotea taconeando con la voz.

Alegrías. Chano Lobato. 1990

■ juan antonio iglesias, trysko | Si uno piensa en los cantes de Cádiz y sus estandartes, le vienen a la cabeza figuras como Aurelio Sellés, Pericón, La Perla... Si en cambio piensa en quién sobrevivió a ese universo, nos lo contó y nos lo cantó con esa sabiduría, esa gracia, ese age, nos viene a la cabeza el tito Chano.

Venerable cantaó patrá con Antonio el Bailarín, Manuela Vargas o Matilde Coral, fue en sus últimos años de carrera cuando obtuvo el beneplácito del público para ser el maestro de ceremonias. Su anecdotario bordaba el oficio de cantaó cuando eran tiempos de miseria; es mítica su versión del origen del tirititrán (entradilla de las cantiñas) que, según él, fue Espeleta con una tajá mu gorda, mascullando la letra para acompañar el baile por alegrías.

En este cante por alegrías, acompañado a la guitarra de José Luis Postigo, despliega toda su artillería de trompicones, engarces y contras que hacen a las cantiñas un cante de compás, de salero y por lo tanto muy característico de este rincón marinero.

«Qué es lo que tienes carita de rosa que estás tan llorosa». (3’26”-3’30”); silabeando a la contra del golpe de guitarra, una innovación de Chano que produce sensación de balanceo al oído.

«Domina un querer, yo no le critico a nadie que le domina un querer». (5’35”-5’38”); susurra, asuca en cande.

«Hay un carril de Sanlucar al Puerto que lo había hecho la Mirri de ir y venir». (7’40”- final); marca el paso y la trayectoria de la Mirri con toda la voz de su cuerpo.

PARA VER EL VÍDEO:

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la fragua Nº 17 ∙ SEPT 2022

■ juan antonio iglesias, trysko | Es posible que, al lector de esta sección, esta instantánea abigarrada de flores, colores y formas le provoque una estridencia visual y estilística que, dado el perfil de la obra del genial artista bonaerense, no casa con sus bellos blancoynegros de líneas estudiadas y elegantes.

En este retrato en tres cuartos o americano de mujer gitana vestida con blazer acinturonado, estampado con lunares y flores, ataviada con zarcillos de coral negro, apoyada en columna salomónica y rodeada de frondosas gitanillas de color rosa, Lamarca nos muestra a Fernanda Jiménez Peña. La otra, es Fernanda de Utrera...

Por todos conocida como el último baluarte del cante utrero-lebrijano, la solearera por excelencia, la voz descascarillada y agónica que, en sus extenuados suspiros, llevó a la excelencia el cante de valentía, aquel que produce en el aficionado expectativas, ahogo y alivio en la secuencia de un envite imposible por soleá. En su ceño arrugado y su mantón exprimido en un puño, ella guardaba el secreto del último aliento que la salvaba de la lid. Su voz oscura y profunda y sus jipíos de apnea paroxística eran en sí mismo el luto. Sin embargo, en un hermanamiento lleno de complicidad (fruto de un paseo por Utrera con Moreno Galván), el mago del retrato en blanco y negro y la enlutada perpetua se salen de la norma que los ha elevado al éxito para regalarnos una amable intención: llenarnos de luz y color la mirada. Sin saberlo, el autor retrata a su alter ego, su hermana Bernarda, en esa columna entorchada sobre la que se inclina Fernanda, sosteniéndose o apuntalándola, en un binomio épico que dejó en Utrera los mejores versos del libro de oro del cante.

La obra formaba parte del catálogo de Pepe Lamarca en color, una muestra que, con motivo del 28º aniversario del fallecimiento de Camarón, pudimos disfrutar en la galería de arte ERA de San Fernando.

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Nº 17 ∙ SEPT 2022

Alegrías de Córdoba

El olivo y el viento qué mal se llevan; uno cría la rama y otro la quiebra.

El querer, como el viento no tiene llave; una luna lo cierra y otra lo abre.

El querer es como un potro que es menester gobernarlo con las bridas del cariño y las espuelas del trato.

Que ni los tormentos mayores de la Inquisición

Le mandan a nadie en las telas de su corazón.

Seguiriyas

Yo no tengo casa ni lagar ni huerto. Tengo en la boca una campanita redoblando a muerto.

Delante de mi puerta yo me vi a sentar y mis duquelas cuando pase el viento se las vi a contar.

Como no tengo fuego adonde arrimarme yo voy quemando tós mis pensamientos para calentarme.

Tientos

Después de estar tó el verano bajando por agua al río me volvía por la noche con el cántaro vacío.

Cuando el otoño llegó lo que el río me negaba la lluvia me lo cumplió.

Me había pasado la vida sembrando y sin coger trigo y me he venido a encontrar un pan tierno en el camino.

Y nadie me va a quitar el pan tierno del camino que otros dejaron secar.

Bulerías

Sábanas de albahaca cuando me acuesto, Agua de hierbabuena cuando despierto.

Las agujas del viento de la mañana me bordan gorriones en la almohada.

Cuando el día va amaneciendo hasta la sangre a mí me duele de lo que te estoy queriendo.

Puse una naranja al sol y de tanto calentarse se me convirtió en limón.

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fraguando letras
❧ ❧ ❧ ❧ Alejandro Moreno Romero PREMIO MANUEL MACHADO 2020

de Fernando Quiñones

■ gabriel urbina | Fernando Quiñones amaba el flamenco. Lo amaba del mismo modo si fluía entre los versos de Lorca que cuando se materializaba, con faltas de ortografía, en una servilleta o en la voz de un cantaor analfabeto. Esta mirada le permitió al escritor entender las paradojas y dicotomías del flamenco, huyendo de esa imagen estereotipada que lo convertían en una cultura marginal o fomentaba tantos estudios vacíos. Quiñones se iría convirtiendo en un extraordinario divulgador a través de sus ensayos, entrevistas o programas de televisión. Sin embargo, fue en sus textos literarios donde tal vez expresara, con mayor libertad, la esencia de un arte que escapaba a definiciones rígidas y etiquetas encorsetadas. Hoy quiero destacar dos de esos textos, de naturaleza diferente, pero que se complementan como la guitarra al cante para sintetizar su particular visión de esta cultura milenaria: por un lado, «El testigo», relato del libro Nos han dejado solos (1980), en el que se describe la personalidad fascinante y arrolladora del cantaor ficticio Miguel Pantalón; por otro lado, «Oda al cante», ubicado en Los poemas flamencos y un relato de lo mismo (1983), formidable retrato de un arte que, como él mismo diría, no se podía entender, solo vivir:

El cante no se entiende: se vive. Como un árbol arraigado en las piedras y pujando hacia el cielo, como el rumor del agua en la resaca y el oscuro clamoreo de la vida y la muerte.

En la obra de Quiñones, como en la vida, el flamenco será siempre un baile de elementos contrarios que coinciden en el tiempo: placer y dolor, tradición y presente, muerte y vida... De esta forma, en «El testigo», que Rafael Álvarez, El Brujo llevara a escena en 2009, el narrador habla así del cantaor imaginario y malgeniado Miguel Pantalón: «Pero cuando se le montaba el arte encima parecía que estaban cantando cinco, y que los cinco se habían puesto a hacerte disfrutar y a hacerte sufrir, eso hay que reconocerlo». Ese encuentro entre el placer y el dolor, ese sufrimiento que te hace ser consciente de lo que te rodea, que te hace disfrutar y sentir de otra manera, también lo expresa Quiñones en su Oda al cante:

Cuando el cante desata sus manadas dolientes Y entreabre la guitarra sus incurables grietas Pasa un viento interior que nos descubre el mundo Y la espantable gloria de estar vivos.

Aunque el disfraz cambie en cada nueva actuación, ese dolor y esa alegría de vivir son los mismos desde siempre. Así, se va revelando otro tema recurrente en Quiñones: el concepto de lo antiguo como algo atemporal, opuesto a lo viejo, a lo caduco. Cuando el arte flamenco te posee, el cuerpo de un cantaor es como esas vasijas antiguas: el recipiente puede ser vulgar, estar roto y agrietado, pero está atravesado por siglos de historia y países lejanos, y eso lo convierte en un tesoro irrepetible. Por eso, cuando a Miguel Pantalón se le montaba el arte encima, dejaba de ser por un instante ese hombre insoportable y se revestía con esa aura misteriosa, inmune al paso del tiempo, que nos trae a la memoria al Melquíades de García Márquez y a otros personajes inolvidables de la literatura: «… y siempre estaba igual, otra cosa rara de él, joven yo creo que no lo vio nadie nunca, ni ir para viejo tampoco. Siempre igual, como los chinitos. Así que viejo no era más viejo sino más antiguo, otra cosa, y como un salvaje. Fíjate, a mí me parece que dentro de él no había lugá más que para el cante y aparte de eso no había na, lo mismo que una cántara antigua de esas bastas y feas, que no sirven más que para conservar un licó divino…».

Y siguiendo la música de este relato, a compás, esa estrofa brillante y sensorial, de su «Oda al cante»:

Venid y que yo os toque como animales vivos, Estampadme en la cara vuestro ácido perfume, Llenadme como a un cántaro de agua de sueño y fiebre, No os mováis ya más nunca de mi tamaño de hombre.

Y solo entonces, cuando hemos bebido de ese cántaro de sueño y fiebre, comprendemos que aquel licor divino no muere, ni caduca. Vuelve al origen, de forma cíclica, para que muerte y vida bailen juntas por un instante. Cuando muere Miguel Pantalón, en la feria, tras una actuación sublime en la que canta como poseído, lo encontramos así: «En una mano, fuerte-fuerte que luego no había quien se la abriera, tenía un puñao de tierra de allí del suelo como el que aprieta el diamante de la India».

Ese puñado de tierra que apretaba El Pantalón es el origen y el final, la vida que agoniza y la muerte que vuelve a la vida, es el Aleph de Borges, donde coinciden, sin confundirse, todos los lugares que existen y existieron… Y es, en definitiva, donde están enterradas las raíces de este árbol que, naciendo entre las piedras, no dejará nunca de pujar hacia el cielo:

Crece un cante en la noche y entonces todo calla, Todo vuelve al origen de la tierra, Regresamos al seno de la sangre y llegamos A llanuras inéditas y abismos escondidos.

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .35 › literatura y flamenco
«El testigo» y «Oda al cante»

El duende Pellizco

Ran-Ran, hija de los Tahitán, siempre había hablado guitarro, la única lengua que le permitían sus padres. Su mejor amigo era Ticotán, un caballo de lunares que tiraba del carromato de su abuelo Ojú, que vendía chatarra por los mercadillos pregonando con su guitarra:

Clin-clan, clin-clon, vendo cazos de latón; clon-clin, clin-clan, con mi caballo alazán.

Un día de calor, Ran-Ran paseaba con Ticotán junto al río y vieron una cascada de agua del color del cristal y se acercaron a beber.

—¡Qué fresca está el agua! — dijo el caballo, y salpicó a Ran-Ran, que se metió bajo el chorro de la cascada gritando alegre y chapoteando en el estanque. De pronto oyeron cómo lloraba un niño detrás de la cortina de agua.

—Ajaiiiii, ayyyyy, ayyy, ayayyyyy… (quejío flamenco).

Ran-Ran se acercó curiosa para ver qué le pasaba. El pequeño, al ver que se aproximaba alguien, se escapó corriendo por una grieta de la roca sin decir nada y huyó sin que Ran Ran pudiera hablar con él.

—Eeeeeeh, pero ¿dónde vas? ¡Vuelveee! Yo solo quiero ayudarte— gritó la niña.

A su llegada a casa, Ran Ran le explicó al abuelo Ojú lo sucedido y este le regañó:

—No debes hablar con los Quejíos, son seres de distinto color y vienen de muy lejos con costumbres distintas a las nuestras. Ni se te ocurra volver a pisar esa cueva— gruñó el viejo.

La pequeña Ran Ran se marchó triste con su guitarra.

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .36
Juan Antonio Iglesias, Trysko y Estefanía Bueno.
› con otro toque
elisa gómez valencia

Pensando en el llanto del niño, comenzó a tocar su instrumento con sonidos increíbles que jamás habían salido de sus manos. En ese mismo instante, apareció una figura de la hoguera en la que se calentaba; era rojo con lunares amarillos, como las llamas.

Brincaba de un lugar a otro como un duende saltarín pellizcando a Ticotán, que escuchaba a Ran Ran tocar su guitarra.

Tal y como vino, desapareció rápidamente.

— ¿Has visto eso? — interrumpió el caballo.

— ¿Qué ha pasado? — dijo Ran Ran.

—No lo sé, pero me ha hecho cosquillas, aquí, en el pecho— dijo Ticotán, señalándose con su pezuña.

A la mañana siguiente, Ran Ran cogió su guitarra e intentó tocar la misma música que había hecho salir al duende del fuego, pero no lo conseguía y se enfadó.

Ticotán, al verla disgustada porque no le salía la música, la montó en su grupa y le dijo:

—Vamos a buscar a ese niño que tiene magia en su llanto.

Ajaiiii, aaaaaayyyyy…

A mí me llaman Ajaiiii. Vengo de tierras lejanas. Me gusta cuando despierto saludar a la mañana. leré, ay lerá le la loy-leré, ay tirititran.

En el techo de la cueva había un murciélago colgado boca abajo que, con ese alegre soniquete, empezó a batir sus alas al compás y con alegría:

Pla-pla-plá

/ Pla-pla-plá

El entendimiento entre las gotas de agua, la voz de Ajai, la guitarra de Ran Ran y las alas del murciélago era tan bonito que Ticotán se puso a trotar alrededor de la hoguera:

Ticó-ta-tan TÁN / Ticó-ta-tan TÁN

Cuando llegaron a la cueva, el niño jugaba con el sonido de las gotas que caían del techo, y su voz acompañaba al ritmo:

(El lector se acompaña con pitos por tangos) Soy un pobre vagabundo (pli-pli-plí) que no entiende de fronteras. (pli-pli-plí) Mi casa se llama mundo (pli-pli-plí) y duermo sobre la tierra. (pli-pli-plí)

Para no interrumpir su canto, Ran-Ran acompañó al compás su guitarra:

Con todos los sonidos en el aire y el caballo bailando alrededor de la hoguera, apareció el duende Pellizco y comenzó a hacer cosquillas pasando de unos a otros mientras todos reían y olvidaban sus problemas y penas. El abuelo Ojú, que andaba buscando a su nieta preocupado, oyó el jaleo que había en la cueva y se asomó intrigado. Al ver a Ran Ran disfrutando y jugando con su nuevo amigo, comprendió que no importa lo diferente que seamos, nuestro color de piel o nuestras costumbres; siempre hay un motivo para jugar y cantar unidos. Y con su voz vieja y cascada, se unió al conjunto diciendo «¡oleeeeeeeeeeeee!», que en guitarro significa «eso está bien».

Trin tran Trín / Trin tran Trín…

El chico se quedó de piedra al oír la guitarra, pero esta vez no huyó, sino que, sorprendido y emocionado, siguió cantando su llanto:

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .37 › con otro toque

SUPERNOVA

Cristian de Moret.

El multinstrumentista, arreglista y cantaor onubense Cristian de Moret deja su impronta en el nuevo y panorámico mestizaje flamenco, contemporizando el flamenco más puro con el blues, el jazz, el rock progresivo y el funk. Soniquete y groove se miran cara a cara en un citoplasma en el que flotan Camarón, Ray Charles, la Paquera, Pearl Jam, Morente o los Chili Peppers entre otros. Cantes de trilla, abandolaos, deblas y seguiriyas dan fe del añejo timbre y solvencia del maestro fandanguero que se acompaña de Manuel Imán, Jorge Pardo y Antílopez en este viaje. Un trabajo vanguardista con muchas horas de estudio que dan como resultado una obra redonda y simétrica.

FILOSOFÍA DEL FLAMENCO

Nolo Ruiz. Editorial Samarcanda.

Como si de una advertencia se tratara, deja el autor muy claro desde el inicio que estamos ante un libro de filosofía, no de flamenco. Y no le falta razón, aunque su obra está vertebrada por conceptos y principios que solo desde la flamencología se pueden digerir. Siguiendo a Dilthey, deja entrever Ruiz que el flamenco se comprende mejor que se explica, y que esta razón-reflexión del jondismo no es académica sino intuitiva, y está impregnada de una libertad que se grita en forma de quejío; y en el quejío, como en la filosofía, las preguntas son más importantes que las respuestas.

LA SOLEÁ. Afluencias y confluencias.

Pepe Linares.

José Poza Rodríguez, Pepe Linares, pertenece al grupo de los imprescindibles. Cantaor y guitarrista, es el responsable directo de la creación de buena parte de la afición flamenca del Mediodía francés. Junto al dibujante, ilustrador y colaborador de la Revista La Fragua Eddie Pons y el desaparecido productor musical Bernard Souroque, fundó el Festival Flamenco de Nimes, que ha cumplido este pasado enero sus treinta y dos ediciones. Nos trae aquí Pepe, un estudio exhaustivo de los estilos de soleá, las aportaciones recibidas y las influencias que ha ejercido, como estilo fundamental del flamenco, a lo largo de la historia del mismo. De ahí el subtítulo de Afluencias y confluencias. En el libro, Pepe «nos canta su amor por el flamenco trazando la historia de la soleá, el corazón de este arte». Una obra rigurosa, ampliamente documentada y con el estilo inconfundible del maestro Pepe Linares, donde se mezclan la investigación y las aportaciones autobiográficas. Gracias, amigo, por darnos esta obra sobre la soleá, imprescindible para la afición flamenca.

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .38
› sugerencias

TRES LIBROS TRES

Producción del centenario 1922

El Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, promovido por Manuel de Falla, Manuel Cerón y una amplia representación de artistas e intelectuales entre los que se encontraba un jovencísimo Federico García Lorca, ha generado desde antes de su realización, hace un siglo, ingente cantidad de textos. Aquí presentamos tres libros editados este año por mor del centenario del mismo.

Adiós Granada. El concurso de cante jondo (1922) (Libro + CD), del investigador, escritor y cantaor Gregorio Valderrama, sobrino del célebre Juan Valderrama, se centra en el concurso como un hito fundamental en el flamenco contemporáneo, intentado proyectar luz a una parte importante de las sombras que durante estos cien años han oscurecido, según el autor, tan memorable evento. Una aportación fundamental, que conceptualiza las bases del concurso por la creencia de la pérdida del canto primitivo andaluz, el cante jondo, a favor del flamenco comercializado. Editorial José Manuel López Gutiérrez. 2022.

Burlas y veras del 22. 100 años del Primer Concurso de Cante Jondo de Granada, del profesor granadino José Javier León que, de forma amena, explica los entresijos del concurso a través de un compendio de textos del último siglo, a través de los cuales da una visión poliédrica del certamen. Se analiza en la obra el contexto en el que se concibió y los efectos y reacciones que el concurso tuvo como palanca de cambio para el conocimiento y difusión del flamenco, su ampliación a otros públicos y a formatos más grandes y su definitiva comercialización. Lo que viene a denominar la fertilidad del error. Editorial ATHENAICA. Sevilla 2022.

Por último, Contra el flamenco. Historia documental del Concurso de Cante Jondo de Granada 1922, de Samuel Llano y Carlos García Simón. Sostienen los autores que el Primer Concurso de Cante Jondo de Granada no fue un acontecimiento musical, al menos no principalmente. Se recopila una amplísima antología con 271 documentos publicados en la prensa de la época de ese periodo. En ellos se recogen crónicas de fiestas, críticas totales, defensas patrióticas subidas de tono, requerimientos de códigos de vestimenta para la mujer, preocupaciones sobre el turismo… incluso cuestiones, pocas, musicales. Editorial Libros Corrientes. Madrid 2022.

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .39 › sugerencias

Camarón y los herrerosgitanos Ricardo de Castro

Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos Te encontrarán sobre el yunque Con los ojillos cerrados

Federico García Lorca

La antigua fragua de los Monje se encuentra en un pequeño inmueble de la calle Amargura, en el barrio de la Plaza de Toros de la Isla. Calles que antaño desembocaban hacia los esteros y los caños: fango, sal, almajo y salicornia. Una silla azul de enea junto a la puerta, enmarcada en pintura verde, parece que aguarda el descanso del herrero, quizás para echarse un pitillo y tomar un poco de aire de salina.

El forjador primero fue Juan Luis Monje1, un gitano herrero de Conil gran aficionado al flamenco, que sacó adelante a sus ocho hijos con el duro trabajo del carbón al rojo vivo, el humo y el hierro golpeado. El que hacía siete fue su vástago más célebre: José, con el tiempo conocido como Camarón de La Isla. Desde muy pequeño, Joselito emprendía por los senderos de barro el camino hasta la fragua desde el barrio de Las Callejuelas, donde vivía con su familia en un humilde patio de vecinos. Allí ayudaba a su padre y a sus hermanos mayores dándole al fuelle para avivar la lumbre y seguramente trasegando con el carbón y la escoria.

Nada más franquear la puerta de la calle se accede a la fragua, en cuyo centro recibe el yunque situado sobre un cepo de madera. En sus paredes, ahora encaladas, se despliega un auténtico muestrario etnológico del oficio de herrero: machos o martillos para golpear el hierro, martillos de bola para redondear, tenazas, punteros, escuadra, tajadera, limas, tijeras, atizador… y el mandil de cuero tan necesario para protegerse de las esquirlas calientes. Y también los productos de la forja, los famosos clavos y alcayatas gitanas, además de herramientas, rejas, antiguas llaves, herraduras, cencerros, pestillos, cerrojos, bisagras, garabatos...

Aquí el metal se calentaba en el fogón, donde gracias al fuelle cobraba vida el carbón encendido. Con la ayuda de unas tenazas y sobre el gran yunque, el herrero trabajaba el metal al rojo vivo, dándole una nueva forma.

El resto de la modesta vivienda, la componen dos pequeñas habitaciones, ahora con una muestra de recuerdos del cantaor (sus guitarras, su ropa, trofeos, fotos de familia…) y una pequeña cocina, todo alrededor de un patio.

Nº 17 ∙ SEPT 2022 .40 › camarón y los gitanos herreros
ricardo de castro ricardo de castro 1 El linaje herrero de los Monje se retrotrae al menos hasta 1695. Un documento de ese año recogido en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera muestra una petición de un grupo de herreros gitanos que trabajaban para las bodegas jerezanas y a los que habían quitado sus fraguas por pertenecer a su raza. Los primeros firmantes de la demanda son los herreros Francisco y Juan Monje, Sebastián Monje, Mateo Monje y Juan de Vargas Monje.

Este humilde espacio rezuma flamenco por sus paredes. No solo por el eco antiguo de las seguiriyas que cantaba el padre en un momento de descanso o por las sombras desvaídas de los ilustres visitantes, lo más granado de los cantes de Cádiz: Aurelio Sellés, La Perla, Beni de Cádiz, Pericón, el Chato de La Isla y hasta Macandé; sino también por la presencia gigante de la madre, Juana Cruz, gitana de La Isla que tenía la llave de la fuente de los cantes antiguos de donde bebió Camarón.

cantes de fragua | En este patio, reside todavía el espíritu de esas noches de cante y baile. Nos quedan las imágenes del mano a mano por bulerías entre Camarón y su madre, acompañados por su guitarrista en los primeros tiempos, Paco Cepero. Con el pelo recogido, la piel curtida de su cara gitana y vestida de luto todavía por la muerte de su marido, Juana se arranca cantando el estigma de los marginados: «Por la mancha que llevo en la frente murmura la gente que yo soy pecadora...». Camarón marca el compás con los nudillos sobre la mesa y mira con respeto a su madre, que le da paso: «Santitos del día, que me quitaran a mí los cordeles, que las manitas a mí me dolían». Aún más dolor antiguo por las persecuciones al pueblo gitano a lo largo de la historia. Quién sabe si recordando el terrible cautiverio de gitanos de toda Andalucía a mediados del siglo XVIII, de los que muchos acabaron en La Isla de León para la construcción de los muelles y diques del Arsenal de La Carraca2.

Es abril del año 1973 y estas imágenes icónicas se recogen en Rito y geografía del cante, la serie canónica de Velázquez-Gaztelu, dando fe de un momento único, íntimo y auténtico. Camarón tiene 22 años y ya ha grabado cuatro discos con Paco de Lucía como guitarrista. El último de estos, Canastera (1972), en un claro homenaje a su madre.

En su segundo álbum, conocido como Cada vez que nos miramos, grabado y publicado en 1970, cantaba Camarón los famosos fandangos en los que recuerda a sus padres en este lugar: «En La Isla yo nací, me crie al pie de una fragua, mi madre se llama Juana y mi padre era Luis y hacía alcayatitas gitanas». El letrista de estos fandangos es Fosforito, el cantaor cordobés Antonio Fernández Díaz. Y estas célebres alcayatas penden todavía de estos muros.

Curiosamente, el mismo año de 1973, en el disco conocido como Caminito de Totana, José graba el único martinete de su carrera: Las doce acaban de dar. En el fondo se escucha un martillo sobre un yunque que marca el compás de una seguiriya. Esta antigua letra, posiblemente sugerida por Antonio Sánchez, padre de Paco de Lucía y productor de los discos de esa época, recuerda de nuevo el dolor del pueblo gitano.

Finalmente, en 1986, el álbum Te lo dice Camarón recoge la bulería Otra galaxia, que se abre con unos versos de recuerdo de su niñez en la forja, en los que José comparte autoría con el letrista Antonio Humanes y el cantaor y compositor gaditano Alfonso Fernández (Alfonso de Gaspar). «Soy fragüero. Yunque, clavo y alcayata… Cuando los niños en la escuela estudiaban pa el mañana, mi niñez era la fragua: yunque, clavo y alcayata...».

Desde luego este es uno de los lugares donde se forjó el mito del flamenco contemporáneo.

Los dueños del fuego

El conocimiento hermético del gremio de los herreros se emparenta en cierta manera con la masonería antigua de los constructores, compartiendo con esta algunos de sus útiles simbólicos como el mazo, el cincel, la escuadra, el compás e incluso el mandil. Un gremio donde también hay maestros, compañeros y aprendices. De hecho, el personaje referente de la masonería, Hiram, el arquitecto del mítico Templo de Salomón en Jerusalén, era conocido como «el fundidor», forjador de todos los instrumentos de bronce y de hierro.

Los secretos de la forja y del trabajo del metal dieron a algunas familias gitanas con el tiempo una respetabilidad y un estatus especial. Un conocimiento singular que se transmitía de padres a hijos en los linajes de los gitanos herreros, de los que se dice que ya estaban en el sitio de Granada fabricando herraduras y balas con las tropas de los Reyes Católicos, casi recién entrados en la península en el siglo XV. Al principio, estos forjadores nómadas se acompañaban solamente de sus herramientas, un pequeño yunque y una hornacina, hasta que, obligados a una residencia fija, se ubican en los márgenes de las ciudades y pueblos, en Triana (Sevilla), en las cuevas del Sacromonte (Granada), cerca de los ríos o el mar… y a menudo, juntándose con otros excluidos: morenos, moriscos, judeoconversos… Parte de este mestizaje y de esta alquimia también está en el fla-

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menco. Gitanos herreros a las afueras de Marchena (Sevilla). Grabado de Hogenberg en Civitates Orbis Terrarum (S. XVI) 2 Uno de los martinetes más antiguos hace referencia a este hecho, conocido como la Prisión General de Gitanos de 1749: A ciento cincuenta hombres/ nos llevan a La Carraca/ y allí nos dan por castigo de llevar/ pieras p’al agua.

ANA LIZANA

■ entrevista de raquel moreno, extraída de su programa en radio la isla entelekia filosófik, del 12 de marzo del 2021 | A una edad temprana, los 10 años, comenzó su andadura bajo la supervisión del maestro García Tejero, compositor de grandes figuras como Rocío Jurado y Manolo Escobar, quien educaría su voz para participar en festivales nacionales y regionales, cantando flamenco y canción española. A los 11 años, fue seleccionada por la prestigiosa profesora de baile Concha Baras para su academia; allí se formará como cantaora para el baile, representando a San Fernando con sus grupos de baile en distintos lugares del mundo: Reino Unido, Alemania, Corea del Sur..., donde a su vez se fue forjando y resaltando la figura de la bailaora Sara Baras.

Esperamos que la presentación te haga justicia, llevas más de 40 años, toda la vida dedicándote a esto...

Toda una vida... realmente empecé a cantar flamenco a los 11 años porque yo entré en la academia de Concha porque quería aprender a moverme en el escenario cantando copla.

Porque hasta entonces tú estabas cantando coplas con el maestro García Tejero.

De hecho debuté en el Villa Marta de Jerez con un espectáculo llamado Lunares y volantes. Yo me apunté en lo de Concha como te he dicho, y a ella se le iba su cantaora, María Salinas. Entonces empecé a cantar flamenco. Concha me daba las cintas de casete y me decía: «Hoy vamos a hacer las alegrías», y luego me iba puliendo Manuel Monje, que me decía: «Po tú por aquí, tú por allí...». Y, por supuesto, Salvador Aleu, flamencólogo, también me decía por dónde tenía que ir, y la verdad es que me gustaba más el flamenco que la copla, y el bai-

le me encantaba, por eso me apasiona el cantar para el baile. Soy una bailaora frustrada.

Una bailaora frustrada, pero, gracias a eso, San Fernando ha ganado una gran cantaora. Mucha gente opina que eres la cantaora más destacada de nuestra tierra y has cantado para todas las academias que existen hoy en San Fernando.

Lo cierto es que he tenido la suerte de cantar, no solo para las academias de aquí, sino también para las de Cádiz, Chiclana, El Puerto… Yo he intentado disfrutar en el escenario y, si una disfruta, se lo transmite al público, que es de lo que se trata.

Estamos hablando de disfrute, un medio, un lenguaje para comunicar una emoción. Esa es la clave de que lleves tanto tiempo dedicándote a esto, que sigues disfrutándolo.

El día que deje de disfrutar dejaré de cantar, de todas formas, para mí un cantaor debe ser uno de los mejores actores del mundo. Si estás cantando seguiriyas, tienes que partirte el alma, tienes que sufrirlo, y si lo sufres, lo sufre también el que está escuchando... como la actuación de un buen actor: te puede hacer reír, te puede hacer vibrar, te puede hacer llorar...de eso se trata.

Pero también hay una formación previa. Vamos a ir ahondando en tu propia figura. ¿Cuánta formación, cuántas horas de estudio necesita alguien que quiera adentrarse en el flamenco?

Bueno, yo era una niña de 11 años con todas las ilusiones del mundo, que me tiraba todo el día. Recuerdo que Concha, que no sabe cantar pero que sabe entonar y que conoce todos los palos, se tiraba horas y horas a mi lado, por ejemplo, cantando por tarantos. Luego yo le daba mi estilo.

¿Qué ha significado la figura de Concha en tu carrera, qué papel ha cumplido?

No solo me ha formado artísticamente, también personalmente. Ha influido mucho en mi manera de ser, de ver las cosas. Cada alumna era una hija suya, si te veía triste, se preocupaba por qué, e intentaba ayudarte. Concha ha influido en mi forma de ver el flamenco.

Aparte de ese vinculo emocional, también existe un eco en tu estilo artístico, en tu manera de ver el flamenco.

Por supuesto, el baile es muy complicado, cualquiera es bailaora pero no todo el mundo es artista.

Y cantar para el baile no es lo mismo que cantar solo.

Claro, estás más limitada, te tienes que regir a lo que

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› entrevista » ana lizana

manda el baile, quien se tiene que lucir es la bailaora, tú estás para acompañarla. Al menos así lo entiendo yo.

Te has dedicado al baile por propia voluntad, esto es asumir que no vas a ser la protagonista del todo. Desde este punto de vista, desde atrás ¿se ve el flamenco diferente?

En efecto, yo estoy trabajando y el otro está disfrutando, yo estoy entregando lo que soy, en ti está aceptarlo o no… porque el público es libre de decir me gusta cantando o no. Desde la parte de atrás, me emociono, vibro con la bailaora, a mí me llega al alma y eso se transmite en el cante. Parte de mi trabajo es hacer que la gente le de la enhorabuena a la bailaora y la admiren. Cuando termino de cantar, me digo: «Parte de ese ole es mío». Cantar palante es muy complicado, eres tú solo con tus circunstancias y ahí o lo haces bien o lo haces mal.

También lo has hecho de todas maneras.

Sí, la verdad es que me han dado la oportunidad, lo he hecho y he salido bien parada. Alguna gente me ha dicho que la timidez me ha hecho esconderme detrás de la bailaora...vale.

También es que disfrutas más con la bailaora por esa influencia tan importante como es Concha Baras, pero no es la única. Hemos hablado de otra figura, como es Manuel Monje.

Manuel ha sido para mí como un padre. De hecho, cuando empecé con 11 años, mi padre no me dejaba, me decía que era muy chica, que dónde iba yo. Manuel fue a pedirle permiso a mi padre diciéndole: «Deja a la niña, que viene conmigo, que yo la voy a cuidar y que es mi hija». Y ese papel lo cumplió a rajatabla, siempre iba a mi laíto diciéndome por aquí, por allí, esto no me gusta Anita, tú pa casita. De hecho, yo me eché novio, que actualmente es mi marido, y él no me dejaba ir sola con él para casa, siempre iba en medio de los dos y me decía «venga pa dentro».

De esta manera, el flamenco ya es tu vida, deja de ser una profesión porque forma parte de tu identidad. Pero no solo Concha, Manuel Monje, también otra figura ilustre de nuestra tierra, Camarón. ¿Cómo ha influido en tu carrera?

Hombre, yo creo que ha influido en cualquier cantaor, a mí no tanto porque yo he intentado no cantar «camaronera», entre otras cosas y siendo honesta porque no me saldría.

El espejo en el que me he mirado, mi símbolo, es Manuel Monje y no me puedo olvidar de Salvador Periáñez, que lo traté menos pero me daba buenos consejos. Eran los dos que cantaban para Concha. Luego

Felipe Scapachini. Vinieron otros tantos. Yo era una chiquilla, muy callada, pero lo escuchaba todo. Decían: «esta niña no habla», pero yo absorbía todo y me iba forjando.

Taiwán, Alemania, Emiratos Árabes... Has llevado el flamenco y nuestra tierra a otras tierras, también hermanamientos con otras ciudades.

Tuvimos la oportunidad con la academia Tronío de Virginia Vélez de realizar un hermanamiento con Montigny, en Francia, donde nos dieron una placa con el numero de kilometros que nos separan. Nuestra misión era promocionar nuestra tierra y para nosotros fue fácil; simplemente hablando de nuestras playas y el clima, se le ponían los ojos como platos.

Camarón, Pastori, Chato, Sara, las hermanas Vélez, Marisa Saínz… ¿quién más...?

Carmen Peña, habría que haberle dado su valía en La Isla, porque Verónica, Virginia y Marisa son alumnas de Carmen.

Porque tú personalmente has tenido la oportunidad de trabajar más fuera que aquí, lo cual muestra un desajuste. Particularmente recuerdo con cariño la figura del Trini.

Sí, mi Paco... El Trini para mí es uno de los mejores cantaores que hay en La Isla. He tenido la suerte y el privilegio de estar al lado suyo y es con quien más a gusto me he sentido, sea por su tono de voz, por su forma de ser...

Mucha gente piensa que es la mejor pareja de cante para el baile que ha existido en San Fernando porque cuajaban muy bien las voces. Trini tambien se fue de San Fernando, esto muestra la falta de oportunidades que tienen nuestros artistas. ¿Qué futuro le espera al flamenco?

El flamenco es inagotable, tenemos una cantera de bailaoras en La Isla...Tenemos a una que va a ser una gran figura, que es Daniela Muñoz

Tuvimos la oportunidad de verla en un concurso y además le cantabas tú.

Sí, Got Talent, que yo creía que ese programa no lo veía nadie y lo ha visto media Isla.

En cante, pues seguramente Joaquín de Sola, Castilla, hay gente que está luchando por el flamenco.

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Como decimos los flamencos

■ inmaculada bustos casanova. “filóloga y gestora cultural. flamenca por la gracia de mis padres. creadora del observatorio flamenco desde las bellas artes | El 85 aniversario del fusilamiento de Lorca ha llenado nuestras redes sociales de las últimas palabras que dejó escritas en carta a su amado, donde se manifiesta de la siguiente manera: «porque tienes energía, gracia y alegría, como decimos los flamencos, para parar un tren». Un testamento, sin duda, de enorme valor por la doble declaración de principios: la de sentirse plenamente flamenco y por acentuar esa singularidad del arte andaluz que no sería casi nada, o mucho menos sin ese modo de decir, sin la letra, esa gran resistencia.

“Para parar un tren» implica una fuerza imposible que aún así la imaginamos. Y es que en los códigos expresivos del flamenco lo imposible y la extenuación otorgan categoría estética. Esta comparativa, imposible de ejecutar, eleva el mensaje a la máxima potencia, a la máxima cumbre de los sentidos, y es allí donde el flamenco encuentra su caldo de cultivo.

Fue el primero en pronunciarse de un modo certero y reflexivo Bécquer, cuando llama a los cantaores «dioses penates -en la mitología romana, son los dioses del hogar- de mi especial literatura», mientras está recreándose en su añorada Sevilla y comparando a estos cantores con lo mejor de la poesía del siglo de oro, Herrera, Rioja, otorgándole el carácter de «especial». Significativo es, también, señalar el posesivo «mi» declarando sus fuentes vitales y literarias, así como su ideario. En el prólogo que le hace a su amigo Augusto Ferrán en su libro La soledad, hace una comparativa entre la poesía «de todo el mundo» y la

«poesía de los poetas» que él relaciona con la poesía popular, la del cantar de su Andalucía, colocándola en un lugar superior.

De la manera que decimos los flamencos constituye el universo en el que nos movemos y comportamos los mismos. Rasgos éticos y estéticos que están impregnados en el baile y en el cante como el arremangarse, el desplante, la guantá, el gesto altanero, la reconcentración en la mirada, el remolino tormentoso o brioso… por citar algunos de sus ejemplos más palmarios y usados en este mucho más que arte. ¿Qué otra expresión musical parece no querer sostenerse sobre la silla y moverse y romperse sobre ella pareciendo exorcismo o ritual de magia? ¿Y cómo decimos los flamencos?

Se te vean las carnes/ desprendías de tu cuerpo/ si tú vienes a dejarme.

Brutal. El flamenco no se anda con miramientos; es mucho más que directo: dardo, flecha, huracán, hielo. Acude al cuerpo y roza la tempestad sin miedo, sin medida ante cualquier sentimiento. Cuando se trata de lo fatal suele tener un espléndido caudal para mostrarse.

Les pone carne y sangre a las emociones de un modo diferente a otras tradiciones o lenguajes, y la recurrencia al mundo del cuerpo, a lo físico, es una constante por ser este un cauce recto y natural de penetración absoluta en el mensaje.

Por ver a mi mare yo diera/ un deíto de mi mano/ el que más falta me hiciera.

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› como decimos los flamencos

Lo mismo sucede con la ironía, la alegría y la forma de contestar, que en un flamenco tiene su particularidad. Ahí está Soledad Montoya deshecha pero altiva, rota pero orgullosa diciendo «¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco».

Un flamenco se ríe de su hambre y su sombra, y si a la vecina se le ha explotado la olla, nosotros armamos un tango y estamos pincha y pincha el chícharo desparramado trastocando el paisaje de miseria en picaresca y así el hambre es cante y travestimos la pena en jocosidad porque somos los reyes de la emoción y hacemos lo que nos da la gana.

Para un flamenco la comida no está buena o rica o exquisita, está que quita las tapaeras del sentío- tapaderas del sentido-, es decir, que hace estallar el cerebro de gusto o gozo; todo un alarde poético al calor de una camilla.

El flamenco suele sellar, de forma profunda y rotunda, calando el alma como un relámpago sintiendo el silencio mojarse el cuerpo, naciendo el cante ante esa verdad tan de carne.

Este arte se arroja y se arriesga, siempre, sabe perder la cobardía, y sabe ponerles fuego o claridad a sentimientos universales, incluso a los más difíciles y no expresados en otros corpus literarios, y he aquí una más de sus grandezas.

Recuerdo a don Antonio Mairena, en su travesía y lucha, regalarnos con frecuencia sus expresiones naturales, como la de usar el término levadura, hermosa figuración de la esencia, que relacionamos en primera instancia con el pan, para tratar la cuestión de los cantes. La transmisión oral me lega, de parte de don Antonio Reina Gómez, otra frase que le escuchó decir, «yo por ese hilillo saco el ovillo», que viene a denotar que cuando él escuchaba un cante él, después, lo cambiaba, le añadía, según veía qué formas musicales le venían mejor; los arreglaba.

Aprovechamos la ocasión, dado que el capitán de los Alcores era un enamorado de las letras, para anunciar el proyecto del Centro de Interpretación del Festival de Cante Jondo de Antonio Mairena, que Europa ha tenido a bien rescatar. Fondos europeos que no sabemos si se corresponden con el fondo de don Antonio Mairena, andaluz universal y primer hijo predilecto de la tierra de Andalucía, por si es necesario recordar (re-cordi-latín), que significa volver a pasar por el corazón.

La respuesta, mis amigos, está en el viento.

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