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La Fragua retoma su actividad tras la pandemia

Desde que salió el número 16 de la revista en el verano de 2020, hemos tenido un periodo sin apenas actividad. Es a partir del verano de 2021 cuando poco a poco comenzamos a retomar nuestro ritmo.

En primer lugar, La Fragua y El Güichi del Loro Rojo se unieron para un proyecto común, El Testero del Arte. Hemos utilizado la pared (o testero) de ladrillos coloraos del Güichi como espacio expositivo. Se inauguró el 15 de agosto de 2021 y hasta el mes de marzo, mes en el que el Güichi cerró sus puertas, se han colgado siete exposiciones. La primera fue REVISTA LA FRAGUA 2012-2020... A esta le siguieron tres exposiciones de fotografía flamenca de la mano de Jean Michel Rillon, Elías Pimentel y Juan Antonio Sánchez. Hay que añadir otra de fotografía y pintura, de María José Fernández; una de cuadernos y acuarelas de viajes, de Ricardo de Castro, y un trabajo multidisciplinar en torno a Federico García Lorca cuyos autores fueron Macu Anelo, ilustraciones, Gabriel Urbina, textos dramáticos y Juan Silva, letras flamencas.

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En octubre de 2021, se celebró una conferencia de José María Castaño en la Ensalaera, dentro de la programación de la Federación Provincial de Peñas Flamencas. El autor presentó su Estudio del cambio por siguiriyas de María Borrico, El Chato de La Isla y la soleá de Cádiz de José Monje, Camarón de La Isla, en el que realizó una comparación entre los estilos flamencos de la bahía de Cádiz con el sistema de soleraje del vino de Jerez, realizando una degustación de estos en maridaje con los estilos flamencos analizados.

Para terminar el año, el 22 de diciembre, celebramos en la Venta de Vargas una actuación, patrocinada por la Confederación de Peñas de Andalucía, donde la cordobesa Yolanda Osuna despertó con su baile los duendes flamencos, apoyado por el cante de Corbacho y la guitarra de Miguel Pérez.

En febrero, y por primera vez desde 2019, celebramos nuestra Asamblea General Ordinaria. En ella, tras aprobar los estados de cuentas, la gestión de la Reunión de Cabales y la programación de actividades para el 2022, tuvimos el placer que disfrutar con nuestros amigos Antonio Lizana y Adriano Lozano, que nos regalaron unos momentos en que el saxo y la voz de Antonio iban de la mano de la guitarra de Adriano.

Durante la primavera, hemos celebrado dos sedes itinerantes. El 2 de abril, estuvimos en La Milonga, donde se realizó el taller La flamencura que todo lo cura, impartido por Raquel la Mónica y posteriormente una actuación de Ana Polanco con Adriano Lozano. Y un mes después, el 1 de mayo, nos acogieron en el Reverte, donde María José Coca realizó un taller de castañuelas y contamos con la actuación de Raúl Beneyto con la guitarra de Juan Manuel Fernández.

El 21 de abril, colaboramos con el Centro de Interpretación del Vino y de la Sal en la presentación de la película Bosque de musas de nuestro socio Antonio

Mota. Durante el acto, hubo una actuación de la mano de María la Mónica y Adriano Lozano.

El día 25 de mayo, tuvimos el honor de organizar, con el Ayuntamiento de San Fernando, un merecidísimo homenaje a Farina de La Isla. El acto, presentado por Loli Guerra, comenzó con un discurso del profesor Gabriel Urbina, quien habló de la importancia que Sebastián Torres Rodríguez, con quien compartió el mismo patio de vecinos, tuvo en su infancia. Sus palabras, cargadas de sensibilidad, emocionaron al público mientras él agradecía al maestro que hubiese sembrado en su corazón la semilla que le llevó a amar el flamenco y la literatura. Seguidamente, los artistas allí congregados realizaron un cante cada uno dedicado al cantaor. Estos artistas fueron: Manuel Lucas, Jesús Castilla, Eva Pedreño, Carlos Valverde, Paco Manano, Pedrín García, Carolina Castilla, Javi Mota, Carmen la Shica y Javi Bey. Entre cante y cante se proyectaron pequeños vídeos de artistas y amigos de Farina que no pudieron asistir al acto y enviaban su saludo de esta forma. Estos fueron: Concha Baras, Antonio Canales, Adriano Lozano, Juani de La isla, Maíta vende ca, Joaquín de Sola, Lolo Picardo y Manolo del Pescaíto.

Para finalizar, y tras recibir un obsequio por parte de la alcaldesa, Patricia Cavada, el homenajeado procedió a realizar unos cantes acompañado a la guitarra por Paco Guerrero.

ROCÍO MÁRQUEZ. FLAMENCA POR DERECHO

■ antonio jiménez cuenca y juan antonio iglesias, trysko | Desde que una onubense de 27 años se citara con Niño Alfonso para cantarle su minera a los ocho del Pozo de Santa Cruz, su comisariado en el Congreso Mundial del Flamenco y su última producción musical en colaboración con el músico de electrónica Bronquio, esta doctora cum laude, becada y docente de la Fundación Heeren, ha llenado páginas y páginas de la crítica flamenca. Docente en el Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco, es a partes iguales aficionada y estudiosa, inquieta y solvente. El prestigio internacional se asienta en las figuras que tienen un discurso universal y sólido, y este discurso es el del amor a nuestra cultura flamenca.

Ya sea con un productor de música electrónica, un ensamble de jazz, una formación barroca, la tradición siempre está presente porque forma parte de mí. Algunas veces de manera más explícita y otras de manera más latente.

Si tuviera que darnos nombres de sus artistas de referencia ¿cuáles serían?

Los primeros que me vienen a la cabeza son Pastora Pavón, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, Carmen Linares, Enrique Morente, Camarón. Y fuera del flamenco Fátima Miranda, Diamanda Galás y Moondog.

«Cómo podemos encontrar caminos que amplíen el público, que alcancen nuevas capas hasta ahora menos interesadas en el flamenco.»

¿Qué supuso su paso por la Fundación Cristina Heeren?

Supuso la base, la estructuración del conocimiento. Poder aprender directamente de grandes maestros y maestras y compartir con compañeros de profesión.

A diferencia de unos años atrás, actualmente están surgiendo un gran número de artistas flamencos, desde academias, conservatorios, centros culturales, fundaciones,… ¿Piensa que se puede estar saturando la nómina de artistas flamencos? ¿Da el género flamenco para tanto profesional?

Tendremos que agudizar el ingenio. La pregunta que me hago no es si habrá suficiente para todos, sino cómo podemos encontrar caminos que amplíen el público, que alcancen nuevas capas hasta ahora menos interesadas en el flamenco.

Sabemos de sus inicios en la Peña Flamenca de Huelva. ¿Qué queda de aquella niña que aprendía los fandangos de su tierra en la artista internacional que es en la actualidad?

Afortunadamente queda la curiosidad por seguir aprendiendo, la capacidad de asombro ante la belleza y la pasión que me despierta cantar.

¿Cuál es el punto de inflexión en su biografía artística en el que se lanza a la innovación? ¿Cree que en cierta manera puede haber roto con la tradición flamenca?

Aunque esto es un proceso profundo y dilatado, si tuviera que fijarlo en un punto, este sería claramente la publicación de El niño. Venía siendo una cantaora con el aval de la Lámpara Minera y un repertorio más o menos tradicional. Ahí decidí tirarme a la piscina en busca de un discurso propio.

Da la impresión de que cuando un artista traspasa la frontera local, necesita buscar otros recursos para complacer al público de otras latitudes. Muchas de las críticas se dirigen hacia la esencia de la pureza y la pérdida de esta. Que lo que se hace ya no es flamenco. ¿Qué opina al respecto?

El público de otras latitudes es diverso y, por lo que he podido ver, ama el flamenco tradicional, igual que acepta y abraza todas las posibilidades que surjan a partir de este arte porque no tienen tantos prejuicios como nosotros en relación con este género.

En este sentido, tenemos constancia de que ha sido duramente criticada. Además, en alguna ocasión, ha sido calificada como feminijonda. ¿Nos puede comentar algo al respecto?

Siento respeto absoluto por cada opinión. Pienso que todo en la vida es un aprendizaje, y este quiero que sea mi enfoque.

Desarrolla una actividad muy intensa. Igual está en una gira de conciertos que grabando un clip o dando una conferencia sobre técnica vocal (especialidad por la que es doctora cum laude por la Universidad de Sevilla). ¿Hay diferencia entre su vida profesional y personal? ¿Cómo concilia ambos aspectos? ¿O el flamenco es una forma de vida?

No sé si el flamenco es una forma de vida. En la mía, lo personal y lo profesional están íntimamente ligados, por necesidad y por voluntad. Porque amo lo que hago, de modo que mi afición es mi profesión. Al punto que hay parcelas que me cuesta catalogar en una esfera u otra.

Desde su posición de doctora por la Universidad de Sevilla, ¿confirmaría, como dice la letra de caracoles, que el conocimiento la pasión no quita?

Absolutamente. En mi caso, el conocimiento es una palanca que impulsa la pasión.

Parece que quiera compartir su voz con todos los artistas y con todos los géneros. Y para muestra, el último galardón, el prestigioso premio francés Les Victoires du Jazz al mejor álbum de músicas del mundo, Visto en El Jueves (2020). ¿Considera que estos últimos trabajos son de carácter flamenco?

Sí, así lo considero. Hay un punto de referencia claro en el canon flamenco y desde ahí exploro yendo y volviendo en un eterno retorno.

Es usted comisaria del Congreso Mundial de Flamenco del Instituto Cervantes, que se celebra este año. Siendo el lenguaje del flamenco el andaluz, ¿Cree que la lengua castellana y el flamenco van de la mano? ¿Cree que el flamenco es una seña identitaria de España en el mundo?

Diría que es una especie de embajador cultural. Hay una asociación entre el arte flamenco y la imagen proyectada internacionalmente de España que ha calado en el consciente colectivo de buena parte del mundo.

A nosotros, particularmente, nos gusta mucho su obra El niño (2014). Si tuviera que elegir alguna de su producción, ¿cuál sería su preferida?

Qué deíto me corto que no me duela.

¿Qué destacaría de sus últimos proyectos?

Pues mi último trabajo Tercer cielo, un disco muy disruptivo que he creado con el productor jerezano de música electrónica Bronquio. Es un salto como lo fue El niño, y siento los mismos vértigos. Por otra parte, estrené en Francia un espectáculo llamado Lamento, donde tuve la oportunidad de cantar con el Ensemble Aedes, de polifonía contemporánea, bajo la dirección de Mathieu Romano, que me ha posibilitado reconocerme en otros registros.

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