TEMA LIBRE No permitas que cierre la Casa de Belén
SAN MIGUEL DE TUCUMAN, LUNES 2 DE SEPTIEMBRE
DE 2013 - 2DA. SECCION
- 8 PAGINAS
MAGENA VALENTIÉ LA GACETA
@mvalentie mvalentie@lagaceta.com.ar
ació el sábado, en la humildad de la Casa de Belén. Pero no se llama Jesús, sino María. El “pesebre” está en barrio Juan XXIII (“La Bombilla”). Su mamá, una chica del interior, de 20 años, sola y sin casa, fue la última en encontrar refugio en este albergue para mujeres embarazadas, sin recursos ni contención. Si hubiera sido menor de edad hubiera podido ir al hogar Santa Micaela de las Hermanas Adoratrices. Pero no. Salvo la Casa de Belén, no hay otro lugar para mamás que quieren tener a sus hijitos a pesar de todo. En apenas un año, el hogar albergó a ocho mujeres embarazadas hasta que resolvieron sus problemas. Ellas pueden quedarse el tiempo que sea necesario, y mientras tanto, con todos los gastos cubiertos, piensan con tranquilidad cómo seguir su camino. Pero ocurre que María podría ser la última bebé del hogar. La falta de recursos hace peligrar la obra, que se mantiene únicamente con aportes esporádicos. Otra cosa importante: no es una obra de la Iglesia, sino de todas las iglesias. Porque la Casa de Belén fue iniciativa de la Mesa de Diálogo Interreligioso, que gestionó los primeros fondos para su funcionamiento. Entregó el proyecto a un grupo de fundaciones que trabajan por la niñez. Pero salvo Aprocup, a través de Gioconda Perrini, que presta la casa, y otras dos organizaciones, las demás se fueron alejando una por una. En el hogar viven dos mamás con sus bebés y una cuidadora permanente, a quien ya se le debe varios sueldos. “Hay que dar hasta que duela” advertía la beata Madre Teresa de Calcuta, de cuyo su fallecimiento se cumplirá el jueves un nuevo aniversario. Y también decía: “cada criatura es un regalo de Dios. Si no quieren a los niños, dénmelos a mí”. Quizás quieras sentir ese dolor purificador del que habla la Madre Teresa. Si es así, llamá al (0381) 154647524, y ayudá a que las puertas de la Casa de Belén estén abiertas para muchas Marías más.
N
DE ESTO SE HABLA
YERBA BUENA
DENUNCIÓ EN FACEBOOK QUE LA DISCRIMINARON
En el barrio Horco Molle, al oeste de Yerba Buena, los grifos se han secado. Desde hace meses, algunos vecinos tienen agua sólo de 1 a 8 de la mañana. Se han acostumbrado a vivir de noche. Ponen el lavarropas a las tres. Amontonan bidones durante la madrugada. Y se bañan antes de que amanezca. A pocas cuadras de ahí, en cambio, los ciudadanos se han cansado de pedir que les reparen las pérdidas de agua potable que inundan sus calles. La SAT dice que cavará dos nuevos pozos para abastecer a la ciudad. PÁGINA 2 Cuando la Ley de Identidad de Género entró en vigencia, en junio de 2012, ella fue la primera tucumana que pidió el cambio de sexo. Y un mes después se convirtió en noticia cuando recibió su nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI), por el cual dejó su antiguo nombre, Jorge Luis, para llamarse legalmente Jorgelina Zalazar. El domingo a la madrugada volvió a recibir toda la atención por un video que subió a su muro de Facebook: allí muestra cómo, sin darle explicación válida, le negaron la entrada a un boliche de San Miguel de Tucumán. Además se escuchan insultos referidos a su condición sexual, que provienen de la boletería del local. Una vez publicadas las imágenes, Jorgelina recibió más de 300 “me gusta” y se compartió más de 230 veces.
FUEGO EN LOS CERROS
LOS PASTOS ARDIERON EN SAN JAVIER Y EN LA SIERRA DE MEDINAS
El calor y la sequía han generado el ambiente propicio para que se produzcan incendios en distintos puntos de la provincia. Ayer, las llamas ardieron en los alrededores del Cristo Bendicente de San Javier, tal como lo muestra la foto, y consumieron pastizales de la zona. Esta situación puso en alerta a los vecinos y a aquellos que visitaban el monumento. Por otra parte, un incendio consumió varias hectáreas en la sierra de Medinas, al norte de la provincia. Las llamas se extendieron por los alrededores del kilómetro 80 de la ruta 310, que une Río Nío (Burruyacu) con El Boyero (Trancas).
LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI