Si no creyera en la locura de la Garganta del sinsonte, si no creyera que en el monte se esconde el trino y la pavura, no podría tocarnos en canciones urgentes, ni en letras imprescindibles: “Lidiar con las contradicciones nos hizo resistentes y aún más creíbles”. Pues sin enterrarse en la arena como el avestruz, siempre llega hasta el motor que mueve la luz