2 minute read

Arte y pensamiento

Next Article
Invisibles

Invisibles

Artes visuales / Germaine Gómez Haro

El mecenazgo: el arte de dar

1. Valentín Díez Morodo, Eugenio López y Patrizia Sandretto Re Rebaudengo. Premios Iberoamericanos de Mecenazgo. ©@liven_ph

2. Eugenio López en la ceremonia solemne de la entrega de Premios presidida por la Reina Doña Sofía. ©@liven_ph

3. Conversatorio con Eugenio López, Jumex Ciudad de México. Metamorfosis de una Ciudad. ©@liven_ph

En días pasados tuve el privilegio de participar en el encuentro La suerte de dar, conversatorio con el coleccionista Eugenio López, que tuvo lugar en el marco de la VIII Edición de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo (PIM) en Madrid, una iniciativa única en el mundo impulsada por Carmen Reviriego, presidenta de la Fundación Callia. El objetivo de estos reconocimientos a tres mecenas –un latinoamericano, otro español y un tercero internacional– fue inspirar a que amantes del arte y de la cultura se sumen con convicción ética y moral a usar el arte como herramienta capaz de cambiar el mundo. Los Premios que, a decir de Reviriego, funcionan “como una incubadora de nuevos mecenas”, son también una iniciativa benéfica destinada a la financiación del Programa de Conservación y Restauración de la colección de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, uno de los acervos públicos más importantes de España.

En esta VIII edición de los PIM, los galardonados fueron el hispanomexicano Valentín Diez Morodo en la categoría española, fundador e impulsor de la Casa de México en España, importante centro cultural que ha recibido a más de 700 mil visitantes desde su apertura hace cuatro años, y que a través de más de mil actividades promedio al año se ha convertido en un referente en el fomento a la cultura, la gastronomía, los negocios, el desarrollo comunitario y el intercambio empresarial. El también mexicano Eugenio López fue premiado en la categoría latinoamericana, presidente de la Funda- ción Jumex Arte Contemporáneo y fundador del Museo Jumex, bastión único del arte internacional en nuestro país, con importante resonancia global. Recojo para La Jornada Semanal el testimonio de Patricia Ortíz Monasterio, fundadora de la emblemática galería OMR, también pionera del arte contemporáneo en México: “Eugenio llegó por primera vez a la galería a principios de los noventa. Era un joven de veinticinco años muy simpático, con gran entusiasmo y muchas ganas de aprender. La conexión fue inmediata y al poco rato estábamos ya metidos en la bodega, sacando piezas, discutiendo sobre los artistas. Entre risas y bromas, Jaime Riestra, mi esposo y confundador de la galería, le dijo: tú puedes convertirte en el gran patrono y promotor del arte contemporáneo en México. Con los años, Eugenio se convertiría en el gran mecenas de la escena del arte en nuestro país y el primero en hacer un importante museo privado de arte internacional abierto a todo el público, además de su mecenazgo en el apoyo directo a proyectos de artistas a nivel internacional. Es reconocido en el mundo como uno de los más importantes coleccionistas y patronos, y esto debe de enorgullecernos a todos.” Y en la categoría internacional, la galardonada fue la coleccionista italiana Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, también pionera del arte contemporáneo en Italia a través de la fundación que lleva su nombre, y que cuenta con dos espacios para la exhibición, difusión y divulgación educativa en Turín y Guarene, y un tercero que tendrá próximanente como sede una isla en Venecia. Una de las principales tribulaciones y retos de la coleccionista es la educación a través del arte: “En nuestro tiempo, el principal objetivo de un mecenas no es solamente compartir con el público su colección, que ya es bastante, sino ser capaz de financiar y apoyar proyectos que involucren a las grandes audiencias en los temas de nuestra era a través del arte que nos habla de ecología, derechos civiles y sociales, temas de género, injusticia, discriminación.” Históricamente el mecenazgo no ha tenido en México ni en España el alcance de países como Estados Unidos, por lo que una iniciativa como los PIM resulta un gran incentivo para sensibilizarnos en el hecho de que hacer donativos significa una gran satisfacción personal, nos hace ser mejores personas y es una obligación ética de devolver a la sociedad una parte de lo que nos ha dado l

This article is from: