Mikhail
■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 27 de diciembre de 2015 ■ Núm. 1086 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver
Naime
en el corazón del pueblo árabe alexaNder NaiMe s. heNkel El Libro de Mirdad Mikhail NaiMe Cartas GibraN khalil GibraN
bauMaN no escribe un diario rosaliNd FraNkliN y el
reconocimiento científico
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Bauman Nacido en 1889 en Baskinta, Líbano, el filósofo, académico, políglota, soldado, dramaturgo, poeta, ensayista y orador
no tiene un diario: escribe a diario Hugo José Suárez
Mikhail Naime representa, junto con su entrañable amigo
EL SOCIÓLOGO QUE “HACE DE LAS PALABRAS UN DELEITE COTIDIANO.”
Gibran Khalil Gibran, el renacimiento de la literatura árabe en las letras modernas. A diferencia de Khalil Gibran, cuya obra ha sido ampliamente difundida alrededor del orbe y en todos los idiomas, al menos en el mundo de habla hispana Naime es muchísimo menos conocido. Para contrarrestar ese desconocimiento publicamos un ensayo de Alexander Naime, parte de la correspondencia entre Khalil Gibrán y Mikhail Naime, así como El Libro de Mirdad, de este último, considerada una de las obras cumbre de la literatura árabe contemporánea.
Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx
H
ace unas semanas compré Esto no es un diario, de Zygmunt Bauman (Paidós, México, 2015). La verdad, no había leído al conocido autor, aunque sí escuché hablar mucho –tal vez demasiado– de él. Me llamó la atención que en el título negara lo que en realidad está escribiendo; me recordó a Pierre Bourdieu cuando, en su Esbozo de un autoanálisis, empieza con la frase: “Esto no es una autobiografía.” Se trata, en ambos casos, de negar lo evidente para redefinirlo, para ponerle nuevo contenido en la palabra o ampliar la frontera de su significado. Adquirí el libro porque precisamente lo que me gustó fue su estructura: la organización del contenido está por fechas, empieza en septiembre de 2010 y termina en marzo de 2011; cada uno de los meses contiene reflexiones a manera de subtítulos que anuncian el contenido de las dos o tres páginas que le siguen, y finalmente no tiene una conclusión o reflexiones de cierre que ayuden al lector a quedarse con algo luego de las casi trescientas páginas recorridas. A manera de introducción, el sociólogo polaco se desnuda y vuelve a la pregunta del “para qué” escribir un diario, del “sentido y el sinsentido de escribir”. Y no responde con una argumentación racional, política o pedagógica; simplemente confiesa que “no he sabido aprender otro modo de vida más que el de la escritura. Un día sin escribir o anotar algo se me antoja un día desperdiciado o criminalmente abortado: un deber incumplido, una vocación traicionada. Además, el juego de las palabras es para mí el más celestial de los placeres”; y va para el frente: “soy incapaz de pensar sin escribir”. Esa es quizás la primera enseñanza de este autor que, sin ser propiamente escritor sino sociólogo, se esfuerza por hacer de las palabras un deleite cotidiano y una necesidad –necedad-compulsiva. Corresponde a los sociólogos –parece sugerir Bauman– convertir a la escritura en una práctica regular, en una amante insaciable y cariñosa que no se puede abandonar. Un segundo aspecto notable del libro es, como lo anunciaba, que no sigue el formato de documento académico: introducción donde se plantea la pregunta y la hipótesis, un capítulo teórico y metodológico, apartados donde se exponen los resultados y finalmente la conclusión. En ese sentido se retoma la idea de “diario”: ideas y observaciones –que llegan en un orden cronológico y no argumentativo– de lo que se observa día a día. Así, un recorte de periódico, un encuentro, un acontecimiento, un libro, son los insumos que permiten una reflexión libre e imaginativa, sin duda arriesgada, atrevida, a menudo equivocada, pero no menos inteligente y sugerente. Y lo interesante es que en la exposición de lo observado se deja ver el lente del científico social que mira desde una tradición, desde una manera de explicar y comprender. Ahí cabe todo lo que conmueve a la sensibilidad del sociólogo. El autor valoriza el “diario” que, en los últimos años, se ha convertido en el patito feo de la literatura o el primo incómodo de la novela, pero imprime su sello. En suma, lo de Bauman sí es un diario, un sabroso diario sociológico que invita a las letras y a las ideas
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Directora General: Carmen Lira Saade, Director: Hugo gutiérrez Vega(†), Jefe de Redacción: LuiS toVar, Edición: FranCiSCo torreS C órdoVa , a Leyda a guirre r odríguez y r iCardo y áñez , Coordinador de arte y diseño: F ranCiSCo g arCía n oriega , Diseño de portada y dossier: marga Peña, Diseño de Columnas: J uan g abrieL P uga , Relaciones públicas: V eróniCa S iLVa ; Tel. 5604 5520. Retoque Digital: a LeJandro P aVón , Publicidad: e Va V argaS y r ubén H inoJoSa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx
Portada: El sabio Fotos del archivo de Alexander Naime S. Henkel
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La mujer más
bella del mundo Gabriel Vega Real Bob Jagendorf, Taking The Ferry To NYC. Fuente: Flickr/ CC BY-NC 2.0
“LAS ANTENAS RASCANDO EL OMBLIGO DEL SOL Y DE LA LUNA”
D
etrás de ella se dibujaba con sus espectaculares pantallas Times Square, la esquina más famosa de la capital del mundo. Y a su espalda Broadway con 42 Street los morenos ofreciendo Rolex de contrabando en las afueras del Sbarro los abrigos de mink las limosinas transportando japoneses los hot dogs los alambres de carne kosher los diamantes colgando de los cuellos los perfumes el Cartier el Kenzo el Volupté el Organza el Chanel y Michael Jackson anunciado para enero la espectacular fotografía de Christian la espera en la entrada de los teatros las carreras por llegar el café en la mano izquierda y la dona en la derecha los celulares con tarjeta de diez dólares por tres horas las computadoras portátiles colgando de las manos con archivos de la bolsa de valores la apertura de Wall Street y el griterío subastando al iniciar el Madison Square Garden esperando abrir sus puertas el Atlas de bronce el Empire State el Edificio de la Chrysler el río Hudson las antenas rascando el ombligo del sol y de la luna las cataratas de gente multicolor emergiendo de las estaciones del Metro los restaurantes de comidas italianas las pizzas las baguettes el iraquí mirando el cielo sin Twin Towers los ejecutivos trotando en Central Park los diplomáticos siendo revisados en el edificio de las Naciones Unidas y New Jersey separada de Manhattan por The Hudson River y el Yankee Stadium y el Lincoln Tunnel y el Washington Bridge diseñado por los más prestigiados arquitectos y el recuerdo de Sinatra y el New York New York con sus cascadas de luz que quiere tocar y los buenos tiempos de la Minelli con su boca roja y su voz de cielo en las calles de Manhattan los casimires Calderoni los trajes Zegna deslumbrando tras los aparadores de la Quinta Avenida las playeras de Hugo Boss las cremas de Lançome cuidando la belleza de las damas el Show Business desparramando galanura The Lion King en The New Amsterdam Theatre y Toni Braxton presentando Aida y Disney con The Beauty and the Beast anuncia-
Banksy, Torres gemelas con explosión de flor naranja, controvertida instalación-street art en calle de New York
da en cartelera y Toys r Us y los latinos presumiendo que son gringos y que no hablan español y los morenos alegando que no son negros y rapeando en 42 Street “When I was a child, I was a girl. But now I’m a young man I‘m a stronger man I’m a nigger power” el restaurante Pancho Villa con sus fajitas mexicanas de siete dólares por orden el Pigale anunciando su French Food pre-post theatre la cocaína en las narices la marihuana en las esquinas la Discoteque Gay la morena trastabillando entre la gente y gritando que le temen la 11 Street con sus paredes grafiteadas el borracho boricua orinando en la caseta del teléfono el taxi amarillo con su conductor de Bangladesh la taxista colombiana de la limosina acariciándome la mano antes de dejarme en Times Square las patrullas correteando por las calles a sesenta millas por hora la luna colgada del cielo el sol paralizado todo el día y el frío congelando mi nariz. Y los sentidos que se desbocaban por los poros de mi piel los ojos de violeta profundo mirando sin mirar el abrigo de zorro plateado su piel de nácar sus uñas delgaditas su metro setenta de estatura sus botas españolas sus lentes de Chanel su blusa de Benneton su pantalón de lana de borregos de la sierra del País Vasco su piel de blanco intenso sus labios protegidos con bilé su mano izquierda con la argolla de casada su diamante de dos quilates que le dieron en el Bronx para casarse sus ojos con dos lágrimas viendo el once de septiembre su mente masticando el nombre de Eric los recuerdos del polvo de las torres el estallido en la panza del cielo y el imperio herido en el orgullo su casa con una veladora mexicana el violín empolvándose en el cuarto de la música su cama fría y sus pies caminando suavemente en la alborotada noche de Manhattan para olvidar que ese día, su amado Eric, no alcanzó a sentir la nariz de la gaviota de hierro sepultándose entre las paredes de madera del despacho
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VOZ INTERROGADA
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Los estados
del alma
SU LIBRO CÓMO ACERCARSE A LA POESÍA SE HA CONVERTIDO EN UN CLÁSICO, TRADUCIDO INCLUSO A LENGUAS INDÍGENAS. LA POETA, ENSAYISTA, NARRADORA Y DRAMATURGA, DICE QUE LA”LITERATURIZACIÓN ES LA SEGUNDA FASE DE LA ALFABETIZACIÓN”. Foto: Marco Peláez/ La Jornada
entrevista con Ethel Krauze Ricardo Venegas Ethel Krauze (Ciudad de México, 1954) es poeta, ensayista, narradora y dramaturga. Su obra Cómo acercarse a la poesía (1992) se ha convertido en un clásico contemporáneo, forma parte del acervo nacional en Biblioteca de Aula y Salas de Lectura de la sep y ha sido traducido a lenguas indígenas. Es autora de más de una treintena de libros entre los que destacan El secreto de la infidelidad (2000), El instante supremo (2002), Bajo el agua (2003), La casa de la literatura (2003), El diluvio de un beso (2005), La hora de la decisión (2007), Cuentos con rimas para niños y niñas (2007), entre otros.
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ómo haces coincidir tu labor como tallerista, académica y poeta? –Es cuestión, precisamente, de vivir la experiencia de la literatura desde todos los frentes posibles: abrirse al llamado, recibirlo, honrarlo, seguirlo, comprometerse genuinamente con él. Cada una de estas facetas son como caras de un mismo prisma, se enriquecen recíprocamente con los diferentes haces de luz que arrojan al leer, escribir, compartir, investigar, enseñar. No me explico que se pueda ser sólo una de estas cosas, dedicarse sólo a una de estas labores. El tallerista no puede serlo si no es un creador y, a la vez, alguien que observa el proceso creador, que
lo describe, lo analiza, lo comparte, lo propone. El académico jamás comprenderá la experiencia literaria si no parte de la creación y comparte sus intuiciones y sus vivencias. El poeta es en sí mismo un investigador del mundo interior y un observador de su entorno y, creando, comparte y enseña a los demás. –A diario vemos promocionales de fomento a la lectura con actores que ni siquiera tienen tiempo de leer. ¿Cómo observas a nuestro país respecto a la lectura de poesía? –La lectura de poesía es una experiencia “dura” en todas las sociedades. Es decir, tiene su público cautivo permanente. En los años setenta del siglo xx era común ver a los jóvenes con un libro de poesía bajo el brazo, o en el morral. Ahora se les ve con el celular en la mano, pero esto no quiere decir que no sean lectores de poesía, pues en Facebook, Twitter y Google hay in numerables blogs, de jóvenes, con poemas, clá sicos, modernos, novísimos, experimentales. Es un hecho que hoy se escribe más poesía que antes. Cualquiera siente que puede hacerlo. Se dice con cierta sorna que hay más escritores o poetas en México que lectores. Esto no es exacto. Unos a otros se leen. La proliferación de las redes sociales ha catapultado la escritura y, por ende, la lectura. Qué tan bien escriben y qué tan bien leen es otro asunto. Ahora no podemos medir esta cuestión de calidad. Hay de todo. Lo importante es que se escriba y se lea. Creo que ese de be ser el orden correcto: mi lema es que para literaturizar a una población hay que partir del interés personal, empoderar a la gente. La literaturización es la segunda fase de la alfabetización, nace de la escritura creativa, la lectura literaria es el segundo paso. Nada de esto ha sido contemplado por el sistema educativo, dentro del aula, por eso es absurdo que después vengan las campañas publicitarias donde se presiona a la gente a leer. Esto no funciona, al contrario, es nocivo. –En la antología de tu poesía, Convocaciones, desolaciones e invocaciones, editada por la unam este año, congregas tres sectores que trazan un caminar; ¿cómo se fueron desarrollando? –Son estados del alma que arman una trenza. Las convocaciones son las invitaciones al conjuro del amor, el amor de cuerpo entero, el amor de carne y hueso capaz de transmutarse en sentido, en espíritu.
Las desolaciones han sido mi forma de encontrarle sentido al conjuro de la desdicha, concomitante a la vida misma. Cada vez que caigo en una desolación, he sentido que mientras la escribo no puedo morirme. Es una manera de morir en las palabras. Una coartada que me mantiene apasionada por la vida. Las invocaciones son la desembocadura de las anteriores: no es que “crea” o tenga “fe”, es que siento, literalmente, la vibración de la Unidad en mi piel, bajo la piel. Es casi inexpresable. ¿Cómo hablar de lo que no es posible hablar, sino a través de la poesía? –Dice Dionicio Morales: “A veces estos poemas pueden ser la última conversación con el ser más querido, o una regresión a la vida vivida, compartida, y a veces padecida en compañía.” ¿La poesía sigue cerca del amor en estos tiempos de violencia y descomposición? –Estos tiempos son como muchos otros tiempos de violencia y descomposición que ha habido sobre la faz de la tierra a lo largo de la historia y en todas partes. No olvidemos las oscuridades por las que ha pasado la humanidad. La poesía siempre se ha mantenido viva. Es la expresión más plausible de la condición humana. Es arte y es palabra. Es pensamiento y es intuición. Es acción y es redención. Es Logos y es Tao. Si no me crees, di en voz alta un verso, cualquiera que recuerdes en este momento. Algo tremendo pasará dentro de ti que hará girar al mundo. –Escribes novela, ensayo y eres poeta. ¿Con qué autores de la generación de los años cincuenta te identificas? –Me identifico con el hecho de ser la primera generación que optó por la literatura como educación formal. Pero no hay muchos que se reconozcan escribiendo en varios géneros literarios. En este aspecto me siento un poco solitaria. No formo parte de los novelistas, ni de los ensayistas ni de los poetas. No se me identifica con ningún “grupo”, navego en sordina entre unos y otros. Algunos se asombran cuando publico poesía porque no me conocían esta faceta, y otros al revés. Es un poco raro, porque no he dejado de escribir y publicar desde 1982 a la fecha, en los tres géneros. Es cierto que no hago pasarelas ni solicito premios y desde que salí del dF hace una década, pues menos tengo oportunidad de aparecer en medios sociales
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Abajo: La Fotografía 51, valioso descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN, que fue mostrada por Maurice Wilkins a Watson y Crick sin que Franklin lo supiera.
Manuel Martínez Morales
Rosalind Franklin
y el reconocimiento científico CONTRIBUYÓ AL DESCUBRIMIENTO DEL ADN. LA DOCTORA EN QUÍMICA Y FÍSICA FUE DISCRIMINADA POR SER MUJER.
E
n la práctica de la ciencia moderna, muchas veces resulta un tanto problemático dilucidar a quién debe atribuirse el crédito por tal o cual aportación, ya se trate de un descubrimiento, la publicación de algún artículo o el registro de una patente. Así, es frecuente encontrar en la literatura científica y de divulgación artículos firmados por una multitud de individuos y generalmente es difícil distinguir a quién corresponde la aportación más significativa. Esto obedece a que en la investigación contemporánea, por su complejidad, es raro que un trabajo científico sea realizado de cabo a rabo por un solo individuo. Esta circunstancia tiene sus consecuencias pues, a veces, con el ánimo de no dejar sin crédito a ninguno de los participantes en la investigación, en la lista de autores de algún artículo resultante se incluye hasta al chofer que condujo a los investigadores al sitio donde hicieron su trabajo de campo, lo cual crea problemas para los burócratas que intentan evaluar la “productividá” científica, pues entonces lo único que se les ocurre es prorratear (¿o pro-ratear?) los puntitos (croquetas) entre los autores. Pero la situación contraria (no dar el crédito debido a quien hace una aportación relevante) puede ser más grave. La historia de la ciencia está plagada de historias y anécdotas sobre científicos que han sufrido este tipo de marginación. Un caso paradigmático es el de Rosalind Franklin, quien realizó el trabajo experimental que permitió luego atribuir a Watson y Crick el descubrimiento del adn . Biofísica y cristalógrafa, la inglesa Rosalind Elsie Franklin fue autora de importantes contribuciones para la comprensión de las estructuras del adn , los virus, el carbón y el grafito. Se le recuerda sobre todo por la célebre Fotografía 51, es decir la imagen del adn que dio fundamento a la hipótesis de la estructura doble helicoidal del adn, firmada por James Watson y Francis Crick en 1953, y que tras su publicación constituyó una prueba crítica para la hipótesis. Franklin murió en 1958, minutos antes de que su último informe fuera leído en la Faraday Society. Muchos casos en que se escamotean los créditos debidos se relacionan con la discriminación, como en éste, pues desde su formación Rosalind Franklin tuvo
que enfrentarse a la discriminación de género. Ella se graduó de la universidad de Cambridge en 1941, no sin antes salvar la oposición paterna. No obstante, su carrera fue brillante, y obtuvo el doctorado en Química física por en la Universidad de Cambridge en 1945. Después pasó tres productivos años (1947-1950) en París, en el Laboratoire de Services Chimiques de L’Etat, donde estudió la aplicación de técnicas de difracción de rayos x a sustancias amorfas. En 1951 regresó a Inglaterra para trabajar como investigadora asociada en el laboratorio de John Randall en el King’s College de Londres. Rosalind Franklin, una mujer de personalidad fuerte, mantuvo aquí una relación compleja con Maurice Wilkins, quien mostró sin su permiso sus imágenes de difracción de rayos x del adn a los mencionados Watson y Crick. Ninguna otra inspiración fue tan fuerte para ellos, tal como lo reconocieron. Las condiciones que como mujer tuvo que soportar en Cambridge y ciertas palabras despectivas de James Watson, hacen aparecer como un agravio la concesión del Premio Nobel de Fisiología o Medicina sólo a Watson, Crick y Wilkins en 1962, cuando en realidad ya se había producido su fallecimiento. Sus compañeros, incluso Watson, famoso por la mordacidad con que se refiere a sus colegas, expresaron repetidas veces su respeto personal e intelectual por ella. En cualquier caso, Rosalind Franklin merece el lugar que ha llegado a ocupar como icono del avance de las mujeres en la ciencia. A propósito, la actriz Nicole Kidman retorna a la actuación en el West End, el distrito teatral londinense, en un tributo a su padre, que era bioquímico, y a otros científicos investigadores cuyos descubrimientos vitales son a menudo dejados de lado por la historia. Esta es sólo una de tantas historias sobre el escamoteo de créditos al trabajo científico. Lo lamentable es que sigue repitiéndose entre nosotros aquí y ahora debido, entre otras cosas, a la distorsión del trabajo científico inducida por la improductiva competencia a la que –paradójicamente– ha conducido la “productivitis”
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Mikhail
en el corazón del Alexander Naime S. Henkel EL FILÓSOFO, ACADÉMICO, POLÍGLOTA Y DRAMATURGO, ES EL REPRESENTANTE DEL RENACIMIENTO DE LA LITERATURA MUSULMANA.
Izquierda: Mikhail Naime en su primer año en el Seminario Teológico en Poltava, Ucrania
E
n la vasta historia de la literatura árabe existen dos libros que sobresalen por su modesto tamaño y su inmensa sabiduría. El Profeta, de Gibran Khalil, y El libro de Mirdad, de Mikhail Naime. En la historia moderna de cada literatura ha habido escritores a los que les toca familiarizar a su literatura con las ideas más progresistas de la cultura humana. Estos artistas innovadores aparecen en momentos cruciales en la historia de su sociedad, en tiempos de gran cambio histórico, para crear un estilo único que rejuvenece a su civilización para luego convertirse en referencia universal. Así es como el nombre de Mikhail Naime ha sido y es reconocido en el corazón del pueblo árabe. A principios del siglo xx , los árabes comenzaban a estar conscientes de su atraso literario, de la necesidad de cambiar su estilo para expresar su vida moderna. En ese mismo período, pero en Estados Unidos, un grupo de jóvenes libaneses y sirios comenzaron a cambiar el panorama de la literatura árabe. Como si estuvieran tratando de comerse el tiempo, rápidamente, esta generación de escritores árabes asimiló las virtudes de la literatura mundial, la ilustración, el sentimentalismo, el romanticismo y fundó su propio estilo, llamado literatura Mahjar. La luz más brillante de este movimiento literario ha sido y será siempre Khalil Gibran. Pero fue Mikhail Naime, su confidente y mejor amigo, quien le dio dirección a esa hermosa luz y, así, a la literatura que esa generación forjó. Filósofo, académico, políglota, soldado, dramaturgo, poeta, ensayista y orador, Naime representa el re nacimiento de la literatura árabe en las letras modernas. Nació en el otoño de 1889 en las faldas del Monte Sannin, en Baskinta, Líbano, un poblado agrícola de 2 mil personas donde la familia de Mikhail dependía de un pequeño pedazo de tierra. La pobreza en la región provocó que miles de libaneses emigraran en busca de trabajo a todas partes del mundo. Mikhail tenía solamente diez meses de edad cuando su padre se unió al éxodo. Por ello, la madre de Mikhail jugó un papel importante en el desarrollo del futuro autor. Ella se encargó de que el pequeño Mikhail fuera educado en una escuela primaria que constaba de sólo dos aulas, para después entrar a la prestigiosa Escuela Ortodoxa de Rusia, construida en Baskinta. Como consecuencia de ser un alumno excepcional, Naime fue enviado a Nazaret a la Sociedad Imperial Ruso-Palestina. Este recinto lo expuso a cursos de literatura árabe y rusa, materias que nutrieron su naciente interés en la poesía y la prosa. Naime egresó como uno de los alumnos ejemplares de su
TUVO CON EL POETA GIBRAN KHALIL UNA COMPLICIDAD AMISTOSA Y CREATIVA.
generación y ganó una beca en 1906 al Seminario Ortodoxo de Rusia en Poltava, Ucrania. En las aulas de Poltava, Naime perpetuó el mismo entusiasmo académico que le dio fama en Nazaret. El arte, la música y la literatura Rusa movían sus impulsos creativos, y el activismo social y político que Naime vio en Rusia lo volvieron consciente de los problemas de la civilización occidental. El período de madurez social y literaria de Mikhail estaría siempre atado a Rusia y su cultura. En sus memorias Naime escribe que, durante su tiempo en el Seminario, un mundo nuevo se abría frente a sus ojos. Leía vorazmente. Difícilmente había un autor, poeta o filósofo ruso al que Mikhail no estudiara exhaustivamente. El estancamiento de la literatura árabe en comparación con la rusa y la distancia entre ella y la vida de la gente se volvió evidente para Mikhail, quien escribió: “La pobreza de nuestra literatura y la ineptitud de sus escritores, quienes se interesan solamente en fenómenos exteriores del alma humana, se volvieron cada vez más claros ante mis ojos.” Si antes de este tiempo Naime había envidiado a algunos de los autores y poetas árabes y trataba de imitarlos, ahora, después de los rusos, Naime quedó destinado a cambiar el rumbo de la literatura árabe. La vida espiritual de Naime creció introspectivamente y, contrario a un seminarista religioso, sus lecturas de Tolstoi y Gorki lo llevaron a personalizar su fe. Esta introspección y descubrimiento interno lo motivaron a encontrarse con una mujer rusa tristemente infeliz en su matrimonio. Mikhail extendió esta relación hasta la conclusión de sus estudios en Ucrania y la mujer pudo entonces regresar a su marido y a su tristeza.
“Es un librito extraño, Misha”, le dijo Gibran a Naime. “¿Tú lo escribiste?”, preguntó Naime a un todavía desconocido Gibran. “Misha, el libro me escribió a mí”, respondió Gibran.
Mikhail no solamente descubrió las virtudes ilimitadas de la literatura, también conoció el espíritu vital de una vida social y políticamente activa. Fue en Rusia donde por primera vez consideró dedicar su vida a la literatura. Su primer poema publicado fue “El río congelado”, en el cual se refiere a Rusia como un río de tórrida corriente que aparenta inmovilidad por el hielo que lo cubre. Su habilidad para esconder profundos y filosos pensamientos en imágenes y palabras delicadas, provocaron la admiración de maestros y compañeros. De hecho, en su último año en el Seminario los estudiantes se manifestaron en contra de la opresión a sus libertades. Naime fue elegido como el vocero de su causa. Por participar en demostraciones estudiantiles, las autoridades del Seminario decidieron expulsarlo y tuvo que prepararse para sus exámenes finales sin el apoyo de los maestros. En verano 1911, Naime presentó sus exámenes, obtuvo su diploma y regresó a Baskinta. Una vez en Líbano, solicitó su ingreso a programas religiosos para continuar su educación. Coincidió que su hermano mayor, Adib, quien vivía en Walla Walla, Washington, visitaba en la misma fecha a su madre. Su hermano habló de las bondades de Estados Unidos. Por curiosidad, y para calmar los ánimos de su hermanos, Mikhail solicitó entrar a un postgrado en la Universidad de Washington. En el otoño de 1911, Mihkail fue aceptado en la universidad y viajó con su hermano a Estados Unidos. Tuvo que aprender inglés en dos meses para poder entender sus cursos de Derecho y Arte literaria. Aunque Estados Unidos no lo entusiasmaba, Mihkail fue uno de los mejores estudiantes de la universidad en su primer año. Para su segundo año pensaba regresar a Líbano, pero fue entonces cuando recibió el primer volumen de al-Funun, una publicación de literatura árabe editada en Nueva York por Nassib Arida. Su contenido era revolucionario e iba de acuerdo con los ideales de Naime. La publicación señalaba una radical distancia del monorrítmico y monométrico estilo árabe de la época. El primer poema de ese volumen estaba firmado por Khalil Gibran. Naime no perdió tiempo en unirse al movimiento literario árabe que surgía en Nueva York. Desde Washington, mientras estudiaba, envió numerosos artículos de crítica literaria en los que lamentaba la debilidad de la literatura y cultura árabes, en su opinión, los autores de ese momento se apoyaban en los laureles del glorioso pasado literario árabe y se dedicaban a producir trabajos derivativos, nada original. En sus críticas, Naime apuntaba a un rayo de luz entre la oscuridad árabe, que sig-
Naime
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pueblo árabe
Escribe 53 obras y consigue unificar un realismo pasajero con una elevada espiritualidad
Los grandes hombres al-Rabita al-Qalamiyya en Nueva York, 1920: Nassib Arida, Gibran Jalil Gibran, Abdelmassih Haddad y Mikhail Naime
El libro de Mirdad es la historia de una vida. El libro de Mirdad es la Mikhail Naime con el presidente de Líbano, Elias Sarkis (a la derecha)
nificaba el amanecer de un nuevo sol literario para el mundo árabe; ese rayo era Khalil Gibran. Conforme empezó a soltar la pluma, Naime se aventuró a formatos literarios más creativos. Sus primeros cuentos eran una combinación ruso-estadunidense que exploraba los temas políticos y sociales de una manera directa, pero con la tradición espiritual de los textos árabes. Sus cuentos tocaban temas como el suicidio, matrimonios forzados, obediencia a las tradiciones, la moral del amor o el infanticidio, siempre con la intención de elevar el espíritu humano. En 1915, Naime viajó a Nueva York y, junto con Khalil Gibran, fundó la primera asociación de escritores árabes. Al año siguiente, a pesar de los argumentos de Khalil Gibran, Naime dejó a un lado su interés literario y se unió a las Fuerzas Expedicionarias Estadunidenses que lucharon en Francia e Italia durante la primera guerra mundial. Dejando la pluma por el gatillo, Naime fue testigo de la bajeza de la humanidad. Al conocer con sus propios ojos lo atroz que puede ser el ser humano cuando se le pide lo peor de sí, Naime se convenció de dedicar su vida, cuando terminara la guerra, a pedir del ser humano lo mejor.
historia de todas las vidas.
De regreso a Nueva York continuó su vocación literaria, pero ya no sólo por el afán de crear. La literatura que él haría tenía un propósito. En abril de 1920, Gibran y algunos amigos escritores árabes formaron la Asociación de la Pluma, al-Rabitah al-Qalamiyyah. El grupo estaba conformado por Nassib Arida, Rashid Ayoub, Wadi Bahout, William Catzeflis, Kahlil Gibran, Abdul Massih Haddad, Nudra Haddad, Elia Abu Madi, Mikhail Naime y Ameen Rihani. Todos coincidieron en que Gibran Khalil, por su talento y fama, debía ser el presidente de la asociación, y también coincidieron en que Mikhail Naime, con su visión y experiencia, debía ser el secretario. Naime fue, entonces, quien escribió los estatutos de la asociación, y así dio dirección a la literatura creada por estos talentosos poetas. La literatura de la asociación debería ser, escribió Naime, una enfocada en el Hombre más que en el lenguaje, en el Humano más que en las leyes que lo rigen, en el Espíritu más que en la palabra. Las metas de la asociación fueron entonces tanto literarias como políticas, desplegando en cada letra un ferviente humanismo
cuyo centro era la liberación a través del espíritu. Los escritos de al-Rabitah eran ávidamente leídos en el mundo árabe, y la literatura de esa civilización empezó a romper con su rígida tradición. Esta generación de artistas árabes, conocidos como poetas Mahjar, llevó a la literatura arábiga de su edad clásica a la era moderna. Y los que levantaron más peso fueron Gibran y Naime, inseparables amigos. Fue a Naime a quien Gibran, en el apogeo de su fama, abría y confesaba su corazón y sus secretos íntimos. Cuando Gibran terminó El Profeta, tomó el manuscrito, lo puso en su portafolio y fue a la casa de Naime para que éste lo leyera y opinara. Naime no tuvo palabras. “Es un librito extraño, Misha”, le dijo Gibran a Naime. “¿Tú lo escribiste?”, preguntó Naime a un todavía desconocido Gibran. “Misha, el libro me escribió a mí”, respondió Gibran. En 1928, Gibran, ya el poeta famoso que conocemos, cayó enfermo. Muchas personas lo visitaban, pero cuando Gibran sintió que estaba en sus últimas, el único hombre que pidió que estuviera cerca de él fue su amigo Mihkail Naime. Hasta que Gibran soltó su último respiro, Mikhail estuvo ahí, a su lado. Sin Gibran pocas cosas parecían tener sentido. La Asociación de al-Rabitah se desintegró y aunque Naime continuó viviendo en Nueva York, adquiriendo fama y reconocimiento, para él la ciudad era gris y desolada sin el rayo de luz que la iluminaba, sin Gibran. En 1932, en el apogeo de su fama, Naime decidió regresar a su pueblo natal, Baskinta, donde, en la soledad de la montaña, escribió El libro de Mirdad. Naime siempre sostuvo la profunda convicción de que el mundo interior del humano, sus emociones, pensamientos, su estructura social y su maestría sobre las fuerzas de la naturaleza, son campos fértiles para la literatura. Al escribir El libro de Mirdad con inmensa energía y paciencia, Naime ejemplifica la singularidad y la riqueza de la literatura árabe moderna: su humanismo, su constante búsqueda por la verdad, su pureza moral y la justicia. Este librito extraño, como tal vez pudo decirle Naime a Gibran si hubieran compartido el mismo aire en 1932, contiene todas las ideas que movieron la vida de su autor. La vida de un escritor, sus viajes por las civilizaciones del mundo, sus sacrificios, su experiencia con los extremos del ser humano, lo predisponen a un gran círculo de ideas en el cual es difícil encontrar el centro. Pocas veces un escritor encuentra las palabras para describir tan profunda y concisamente las enseñanzas que circulan en una vida. Aún más raro, que todas esas palabras quepan en un libro de estas dimensiones. El libro de Mirdad es la historia de una vida. El libro de Mirdad es la historia de todas las vidas
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El Libro d Mikhail Naime
Mikhail Naime escribe el primer volumen de su biografia, Sabun, en 1959, en la misma caverna donde escribió varios libros, entre ellos El libro de Mirdad
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DE LA CUESTA DE PEDERNAL
hora, que has alimentado a tus cabras con el pan de un hombre hambriento, ¿no podrías alimentarlo a él con algo de su leche? –La leche de mis cabras es veneno para los tontos, y no tendré a ninguna de mis cabras culpable de tomar siquiera la vida de un tonto. –¿Pero en cuánto es que soy yo un tonto? –En cuanto tomas siete pedazos de pan para el viaje de siete vidas. –¿Debí de haber tomado siete mil, entonces? –Ni siquiera uno. –Ir desprovisto en un largo viaje. ¿Eso es lo que tú sugieres? –El camino que no provea al caminante no es el camino por el cual andar. –¿Me tendrías comiendo pedernal por pan y bebiendo mi propio sudor en vez de agua? –Tu carne es comida suficiente y tu sangre es bebida suficiente. Ahí está el camino de todos modos. –Tú me haces burla, cabrero, en demasía. Aunque no te regresaré tu burlonería. Quien sea que coma de mi pan, aunque me deje muerto de hambre, es de todos modos mi hermano. El día se está resbalando por la montaña y debo tomar camino. ¿No me dirías si estoy aún lejos de la cima? –Estás muy cerca del Olvido.
No contenta con el saco, la mujer prosiguió desnudándome más hasta que quedé totalmente desnudo. Conforme me desvestía le daba cada prenda a la damisela, quien se las ponía. La sombra de mi cuerpo desnudo aventado contra el muro de la gruta, junto con las andrajosas sombras de las dos mujeres, me llenó de espanto y repugnancia. Vi sin entender y me quedé sin habla cuando el habla era lo más urgente y la única arma y me dejó en mi estado desabrido. Al fin mi lengua se aflojó y dije: –Si tú has perdido toda vergüenza, vieja mujer, yo no. Me avergüenza mi desnudez aun frente a una bruja desvergonzada como tú. Pero infinitamente más avergonzado estoy yo ante la inocencia de la damisela. –Como ella viste tu vergüenza, tú viste su inocencia. –¿Qué necesidad tiene una doncella de las ropas andrajosas de un hombre cansado y de uno que está perdido en las montañas en tal lugar, en tal noche? –Tal vez para aligerar su carga. Tal vez para mantenerla caliente. Los dientes de la pobre chica están rechinando de frío. –¿Pero cuando el frío haga a mis dientes chocar, con qué lo ahuyentaré? ¿No tienes misericordia en tu corazón? Mis ropas son mi única posesión en este mundo:
Menos posesión, menos poseído. Más posesión, más poseído. Más poseído, menos valorado. Menos poseído, más valorado. Déjanos ir, hijo mío.
Mientras tomaba la mano de la doncella y estaba a punto de irse, miles de preguntas que me hubiera gustado hacerle presionaban mi mente, pero sólo una llegó a la punta de mi lengua: –¿Antes de que te vayas, anciana, no serías tan amable como para decirme qué tan lejos estoy de la cima? –Estás al borde del Hoyo Negro. *** Felices son los desbastonados, No tropiezan. Felices son los vagabundos, Ellos están en casa. Los que tropiezan, como nosotros, Necesitan caminar con bastones. Los atados-a-casa, como nosotros, Deben tener un hogar.
***
EL GUARDIÁN DE EL LIBRO
Estaba atado de la lengua y no hice esfuerzo para hablar, aún menos para resistir. En vano llamé a mi voluntad. Parecía haberme abandonado. Tan totalmente impotente estaba en las manos de la vieja mujer, aunque pudiera golpearla a ella y a su hija afuera de la gruta si hubiera deseado. Pero ni siquiera podía desear, ni tenía la fuerza para golpear.
–Despierta, feliz extraño. Has alcanzado tu meta. Muerto de sed y retorcido bajo los abrasadores rayos del sol, medio abrí mis ojos para encontrarme postrado en el piso y ver una figura negra de un hombre doblándose sobre mí y gentilmente humedeciendo mis labios con agua, y con igual gentileza lavando la san gre de mis muchas heridas. Él era de un gran peso, corpu-
lento, tosco de rasgos, peludo de barba y de cejas, de mirada profunda y aguda, y de una edad muy difícil de determinar. Su tacto además era suave y consolador. Con su ayuda logré sentarme y preguntar con una voz que apenas alcanzó mis propios oídos: –¿En dónde estoy? –En Pico Altar. –¿Y la gruta? –Detrás de ti. –¿Y el Hoyo Negro? –Enfrente de ti. Grande fue mi sorpresa, efectivamente, cuando miré y en verdad encontré la gruta detrás de mí y el enorme abismo negro frente a mí. Estaba al borde de éste, y le pedí al hombre que me acompañara dentro de la gruta, lo cual hizo gustosamente. –¿Quién me sacó del Hoyo? –El que te haya guiado hacia la cima debió haberte sacado del Hoyo. –¿Quién es él? –El mismo él que ató mi lengua y me dejó encadenado a este Pico por ciento cincuenta años. –¿Eres tú, entonces, el abad atado? –Yo soy él. –Pero tú hablas. Él es mudo. –Tú has desenredado mi lengua. –Él también rehuye la compañía de hombres. Tú no aparentas temerme del todo . –Yo rehuyo a todos los hombres menos a ti. –Tú nunca has visto mi cara antes. ¿Cómo puedes rehuir a todos los hombres menos a mí?
MIRDAD SE REVELA Y HABLA SOBRE VELOS Y SELLOS Con siete sellos ha Mirdad sellado sus labios. Con siete velos ha Mirdad velado su cara, para que él pueda enseñarles, y al mundo, cuando estén maduros para la enseñanza, cómo desellar sus labios y desvelar sus ojos y así revelarse ustedes a ustedes mismos en la plenitud de la gloria que es suya. Sus ojos están velados con demasiados velos. Cada cosa sobre la que miran no es sino un velo. Sus labios están sellados con demasiados sellos. Cada palabra que emiten es sólo un sello. Porque las cosas, cualquiera que sea su forma y tipo, son sólo velos y mantillas con que la Vida es enfajada y envelada. ¿Cómo pueden sus ojos, que son a su vez un velo y una mantilla, dirigise a algo más que mantillas y velos? Y palabras, ¿no son ellas cosas selladas en letras y en sílabas? ¿Cómo puede su labio, que es a su vez un sello, dar pronunciamiento a algo más que un sello? El ojo puede velar, pero no puede perforar los velos. El labio puede sellar, pero no puede romper los sellos. Demanden no más de cualquiera de los dos. Esa es su porción en la labor del cuerpo, y la ejecutan bien. Al tirar de sus velos y al fijar sellos ellos los llaman en voz alta para venir y buscar lo que está detrás de los velos, y forzar fuera lo que está debajo de los sellos.
de Mirdad
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*** Como es su Conciencia, por lo tanto, así es su Yo. Como es su Yo, así es su mundo. Si es claro y definitivo de significado, su mundo es claro y definitivo de significado, y entonces sus palabras nunca deberán ser un laberinto, ni deberán sus actos ser nidos de dolor. Si es vago e incierto, su mundo es vago e incierto, y entonces sus palabras son nada más que enredos, y entonces sus actos son tramadores de dolor. Si es constante y duradero, su mundo es constante y duradero; entonces ustedes son más poderosos que el Tiempo y mucho más espaciosos que el Espacio. Si es pasajero e inconstante, su mundo será pasajero e inconstante, y entonces son ustedes una brizna de humo respirado ligeramente por el sol. Si es uno, su mundo es uno, y entonces están ustedes en eterna paz con todos los huéspedes del cielo y los inquilinos de la Tierra. Si son muchos, su mundo es muchos, y entonces están ustedes en una interminable guerra con su mismo ser y toda criatura en el dominio inasequible de Dios. Yo es el centro de su vida de donde radian las cosas que hacen el total de su mundo, y tras de lo cual ellas convergen. Si es estable, su mundo es estable; entonces ningún poder arriba, y ningún poder debajo puede hacerlos cambiar a la derecha o a la izquierda. Si es movedizo, su mundo es movedizo, y entonces son una indefensa hoja atrapada en un enojado remolino de viento. ¡Oh, miren! Su mundo es estable, para estar seguros, pero sólo en inestabilidad. Y cierto es su mundo, pero sólo en la incertidumbre. Y constante es su mundo, pero sólo en la inconsistencia. Y sencillo es su mundo, pero sólo en la insencillez.
EL HOMBRE ES UN DIOS EN MANTILLAS El Hombre es un Dios en mantillas. El tiempo es una mantilla. El espacio es una mantilla. La piel es una mantilla, al igual que todos los sentidos y cosas perceptibles con ellos. La madre sabe demasiado bien que las mantillas no son el bebé. El bebé, sin embargo, no lo sabe. El Hombre está muy consciente aun de sus fajas que cambian de día a día y de edad a edad. De ahí que está su conciencia siempre en cambio, y de ahí que su palabra que es su conciencia expresada nunca es clara y definitiva de significado, y de ahí su entendimiento que está en las nieblas, y de ahí que está su vida fuera de balance. Es la confusión tres veces frustrada. Y así el Hombre pide ayuda. Sus gritos agonizantes reverberan a través de los eones. El aire está pesado por sus quejidos. El mar está salado con sus lágrimas. La tierra está surcada con sus tumbas. Los cielos están ensordecidos con sus plegarias. Y todo porque no sabe aún el significado de su Yo que es para él las mantillas al igual que el bebé enmantillado en ellas. *** Ni son sus pensamientos los pensamientos de ustedes solos. El mar de pensamiento común los reclama como
Y palabras, ¿no son ellas cosas selladas en letras y en sílabas? ¿Cómo puede su labio, que es a su vez un sello, dar pronunciamiento a algo más que un sello? El ojo puede velar, pero no puede perforar los velos. El labio puede sellar, pero no puede romper los sellos.
propios, y también todos los seres pensantes que comparten ese mar con ustedes. Ni son sus sueños los sueños de ustedes solos. El universo entero está soñando en sus sueños. Ni es su casa la casa de ustedes solos. Es también la morada de sus invitados, y de la mosca, del ratón, del gato y todas las criaturas que comparten casa con ustedes. Cuídense, por lo tanto, de cercas. Ustedes sólo cercan dentro al Engaño y cercan fuera a la Verdad. Y cuando ustedes volteen alrededor para verse dentro de la cerca, se encontrarán cara a cara con la Muerte, que es el Engaño por otro nombre. Inseparable, oh monjes, es el Hombre de Dios; por lo tanto, inseparable de sus prójimos y de todas las criaturas que emanan de la Palabra. La Palabra es el océano; ustedes, las nubes. ¿Y no es una nube una nube sino por el océano que contiene? Pero imprudente, ciertamente, es la nube que gastaría su vida esforzándose en clavarse en un espacio para sigue
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27 de diciembre de 2015 • Número 1086 • Jornada Semanal
Mikhail Naime recibiendo las muestras de afecto del pueblo libanés
mantener su forma y su identidad para siempre. ¿Qué cosecharía de su absurdo esfuerzo si no esperanzas decepcionadas y amarga vanidad? Excepto que se pierda a sí misma, no podrá encontrarse a sí misma. Excepto que muera y se desvanezca como una nube, no podrá encontrar el océano dentro de sí, que es su único ser.
LA VEJEZ Mirdad: una espantosa carga es la vejez para hombre como para bestia. Y los hombres la han hecho doble por su descorazonada negligencia. Sobre un recién nacido bebé ellos desparraman cariño y afección al máximo. Pero reservan hacia un hombre viejo más su indiferencia que su cuidado, y su disgusto más que su simpatía. Igual de impacientes que son por ver a una cría crecer a la madurez, así de impacientes son ellos para ver a un hombre viejo tragado por su tumba. Los más viejos y los más jóvenes son igualmente impotentes. Pero la impotencia de los jóvenes recluta a la amorosa, sacrificial ayuda de todos. Mientras que la impotencia de los viejos es capaz de ordenar sólo la reacia ayuda de pocos. Verdaderamente, los viejos merecen más la simpatía que los jóvenes. Cuando la palabra debe tocar largo y fuerte para ganar acceso a un oído una vez sensible y alerta al más mínimo susurro, Cuando el alguna vez ojo claro se vuelve una pista de baile para las más raras sombras y manchas, Cuando el alguna vez pie alado se vuelve un trozo de plomo, y cuando la mano que moldeó la vida se vuelve un molde roto, Cuando la rodilla se disloca y la cabeza es un títere sobre el cuello, Cuando las piedras del molino se han pulido y el molino mismo es una cueva deprimente, Cuando levantarse es sudar con el miedo de caerse y sentarse es sentarse con la dolorosa duda de jamás levantarse de nuevo, Cuando comer y beber es tener pavor de las consecuencias de comer y beber, y no comer y no beber es ser acechado por la detestable Muerte. Sí, cuando la vejez está sobre un hombre, entonces es tiempo, mis compañeros, de prestarle ojos y oídos, y darle manos y pies, y abrazar su deficiente fuerza con
amor para hacerlo sentir que no es una pizca menos para la Vida en sus decadentes años de lo que fue en sus años crecientes de niñez y juventud. Ochenta años no pueden ser más que un parpadeo en la eternidad. Pero un hombre que se ha sembrado por ochenta años es mucho más que un parpadeo. Él es un alimento para todos los que han cosechado su vida. ¿Y qué vida no es cosechada por todos? ¿No están ustedes cosechando en este mismo momento la vida de todo hombre y mujer que hayan caminado esta tierra? ¿Qué es su habla si no la cosecha del habla de ellos? ¿Qué son los pensamientos de ustedes si no las espigas de sus pensamientos? ¿Su misma ropa y sus habitaciones, su comida, sus implementos, sus leyes, sus tradiciones y convenciones, no son ellas las ropas, las habitaciones, la comida, los implementos, las leyes, las tradiciones y convenciones de aquellos quienes fueron y estuvieron antes? Ninguna cosa cosechan ustedes en un tiempo, sino todas las cosas en todos los tiempos. Ustedes son los sembradores, la cosecha, los segadores, el campo y el suelo trillado. Si su cosecha es pobre, miren hacia la
Cuando levantarse es sudar con el miedo de caerse y sentarse es sentarse con la dolorosa duda de jamás levantarse de nuevo, Cuando comer y beber es tener pavor de las consecuencias de comer y beber, y no comer y no beber es ser acechado por la detestable Muerte.
semilla que han sembrado en otros y la semilla que les permitió a ellos sembrar dentro de ustedes. Miren también al segador y su hoz, y al campo y al suelo trillado. Un hombre viejo cuya vida ustedes han cosechado y guardado en los graneros es ciertamente digno de su máximo cuidado. Si amargaran con indiferencia sus años que están aún abundantes de cosas para ser cosechadas, eso que ustedes ya recogieron de él y guardado, y eso que ustedes están aún por recoger, estaría seguramente amargado en sus bocas. Así es también con una bestia deficiente. No está bien lucrar con la cosecha, y así se maldicen el sembrador y el campo.
DEL AMOR El Amor es la Ley de Dios. Viven para que puedan aprender a amar. Aman para que puedan aprender a vivir. Ninguna otra lección es requerida para el Hombre. ¿Y qué hay para amar si no que el amante absorba para siempre al amado para que así los dos sean uno? ¿Y a quién, o qué, debe uno amar? ¿Está uno para escoger una cierta hoja sobre el Árbol de la Vida y verter sobre ella todo el corazón de uno? ¿Qué de la rama que porta la hoja? ¿Qué del tallo que sostiene a la rama? ¿Qué de la corteza que resguarda el tallo? ¿Qué de las raíces que alimentan la corteza, tallo, ramas y hojas? ¿Qué del suelo que abriga las raíces? ¿Qué del sol, y el mar, y el aire que fertilizan el suelo? ¿Si una pequeña hoja sobre el árbol es digna de su amor, cuánto más es el árbol en su totalidad? El amor que distingue una fracción del todo se condena de antemano a la aflicción. Ustedes dicen: “Pero ahí hay hojas y hojas sobre un solo árbol. Algunas están sanas, otras enfermas; algunas están hermosas, otras feas; algunas gigantes, otras son enanas. ¿Cómo podemos ayudar si sólo podemos elegir y escoger?” Yo les digo a ustedes, fuera de la palidez del enfermo procede la frescura del sano. Yo les digo aún más que la fealdad es la espátula, pintura y brocha de la Belleza, y que el enano no sería un enano si no diera de su estatura al gigante. Ustedes son el Árbol de la Vida. Cuiden de no fragmentarse ustedes mismos. No pongan una fruta contra una fruta, una hoja contra una hoja, una rama contra una rama, ni pongan los tallos contra las raíces, ni pongan al árbol contra la madre-suelo. Eso es precisamente lo que ustedes hacen cuando aman una parte más que el resto, o por la exclusión del resto. Ustedes son el Árbol de la Vida. Sus raíces están por doquier. Sus ramas y hojas están por doquier. Sus frutos están en toda boca. Sean cuales sean las frutas sobre aquel árbol; sean cuales sean sus ramas y hojas; sean cuales sean sus raíces, son frutos de ustedes; ellos son sus hojas y ramas; ellos son sus raíces. Si ustedes tuvieran al árbol que trae dulce y fragante fruta, si ustedes lo tuvieran siempre fuerte y verde, vean por la savia con la cual alimentan a las raíces
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Traducción de alexander naime S. Henkel Líbano. Tumba donde está enterrado M. Naime, la inscripción es una cita de su libro, Soliloquio al atardecer
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LEER
Jornada Semanal • Número 1086 • 27 de diciembre de 2015
Los quebrantahuesos, Lorel Manzano, Pollo Blanco Editorial, México, 2015.
UNA OBRA INQUIETANTE Y CUESTIONADORA ORLANDO ORTIZ
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ste conjunto de relatos está escrito con elementos que se consideran anacrónicos, es decir, que ya nadie trabaja en la actualidad: lo rural. Sin embargo, esa es solamente una apariencia, pues en realidad es una elaboración novedosa e intensa del drama humano, de las condiciones del ser humano sometido a sus circunstancias, apetitos, odios e instintos primarios, sociales y culturales. El ambiente rural está ahí, pero la ausencia de un tiempo determinado lo ubica en una eternidad añeja y vigente al mismo tiempo. Laten, como fondo, tópicos que fueron trabajados por José Guadalupe Posada, pero no se quedan como escenografía, son parte de las historias y prolongan los horizontes de cada narración. Lorel toma el detalle de un grabado de Posada y no nos cuenta la historia del mismo; nos lo presenta, lo plasma textualmente y lo carga de colores e imágenes muy afortunadas. Lo hace de manera tal que, después de la primera lectura –que realizamos “jalados” por la tensión y la intensidad de la prosa y del ambiente–, de inmediato se siente la necesidad de leer de nuevo para enterarnos de la historia que nos contó, o mejor dicho, nos sugirió, pues la autora parece ser alumna puntual de Hemingway (éste aconsejaba trabajar el cuento como si fuera un témpano de hielo, que conserva siete octavas partes de su masa debajo del agua, por cada parte que deja ver). En todos y cada uno de los cuentos campean la muerte, la miseria, el sufrimiento, el odio, la violencia, elementos presentados con un lenguaje espléndido que fluye con naturalidad, salpicado con imágenes y giros del lenguaje muy afortunados pero sin pretensiones poéticas que obstaculicen la narración. Todos y cada uno de los textos están escritos con rigor, lo que implica tensión y una intensidad a veces desquiciante. En total son nueve cuentos, aunque uno de ellos se fragmenta en siete relatos breves, que funcionan como columna vertebral del libro. Es necesario señalar una atinada economía y eficacia narrativas, aunadas a un discurso denso mas no críptico. Remitiría, tal vez, a lo barroco, a lo churrigueresco, pues el lenguaje se carga de imágenes, oralidad momentánea, contrastes de luz y sombras, colores vivos o atenuados por el gris o el negro de las situaciones. Asoman también elementos fantásticos pero con el mismo realismo y crueldad que prevalece en todos los cuentos, sin que esto disminuya la intensidad y sin generar guiños que los aproximen a un “realis-
mo mágico” trasnochado. Es más, posiblemente haya quienes lean el libro sin percatarse de esto. Mencionaba en la cabeza de esta nota que se trata de una obra inquietante y cuestionadora. Inquietantes son los temas que aborda, todos cargados de violencia, a veces soterrada, a veces desquiciantemente cruda, a veces planteada con metáforas afortunadas. El carácter cuestionador radica en la capacidad de Lorel Manzano para abordar asuntos que se consideran obsoletos y superados en nuestra narrativa, pero de una manera que los actualiza; la autora parece estar abriéndonos los ojos a una realidad que los autores actuales (jóvenes o maduros) han olvidado: el campo, los campesinos, las injusticias que han padecido y siguen padeciendo, al parecer con mayor atrocidad que en épocas pasadas, pues se encuentran de pronto en medio del fuego cruzado de militares y de la delincuencia organizada •
Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica contemporánea, Héctor Samour, ADG-N Libros, España, 2015.
HACIA UNA CRÍTICA EFECTIVA Y LIBERADORA ORLANDO LIMA ROCHA
trica” para apuntalar hacia la posibilidad y necesidad de una crítica efectiva que impulse y acompañe los procesos liberadores y humanizadores acaecidos y existentes tanto en nuestra América como en el resto del mundo actual. De este modo, Samour retrata la vida y obra ellacuriana en los dos primeros capítulos donde muestra la importancia que tuvieron, en la formación intelectual del teólogo español, tanto las filosofías (que iban desde la escolástica hasta el existencialismo) como la poesía, para dar cuenta de su concepción estética de la “filosofía como forma de vida”. Tal dato no es menor, puesto que influirá en la tarea ellacuriana (palpable en toda su obra) de hacer una filosofía resultado de una forma abierta a la “realidad socio-histórica” para una “función liberadora de la filosofía” misma: tal es el objetivo de los subsiguientes tres estudios que, además, dan cuenta de un pensamiento crítico de la globalización. Lo anterior denota la actualidad que tiene la obra y pensamiento de Ellacuría: una crítica a la globalización por y para un modo de vida “realmente equitativo y democrático” para, afirma el filósofo salvadoreño Héctor Samour, “contribuir a diseñar y a realizar históricamente las instituciones concretas por medio de las cuales pueda expresarse finalmente la liberación humana”. Esta es una tarea en la que Crítica y liberación se presenta como una obra de imprescindible lectura para poder pensar, como proponía el propio Ellacuría, siempre desde “la realidad histórica” de forma crítica y responsable. Pensar no desde un mero acaecer temporal, sino desde la “actualización de posibilidades” dadas en la historia misma, con la liberación como horizonte y la crítica como camino para abrir surcos hacia una creativa construcción de una democracia participativa efectiva, humanista y radical •
Pensar desde una realidad histórica situada para una crítica que posibilite la liberación humana: tal es el lema que puede enunciarse como legado y compromiso de uno de los filósofos más críticos y creativos de nuestra América. Me refiero, por supuesto, al también teólogo de la liberación Ignacio Ellacuría (1930-1989), intelectual español y naturalizado salvadoreño que muriera asesinado por militares salvadoreños el 16 de noviembre de 1989. El filósofo salvadoreño Héctor Samour aporta en su reciente obra, Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica contemporánea, un conciso y sugerente conjunto de escritos que acercan al lector a la vida, pensamiento y obra de Ellacuría de una forma amena, erudita e historizada. El autor presenta sus reflexiones a la luz de una actual “crisis del pensamiento crítico-liberador, en el marco de la crisis de la modernidad eurocén-
En nuestro próximo número
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La Jornada Semanal
LA LITERATURA AUSTRÍACA FRENTE AL ESPEJO Eltayeb, Manzano, Soyfer
ARTE Y PENSAMIENTO ........
27 de diciembre de 2015 • Número 1086 • Jornada Semanal
Naief Yehya
Agustín Ramos
1 ACIENDO EL RECUENTO de su vida, el moribundo príncipe Salina, añejo y entrañable personaje de una novela más citada que leída, sólo halló unas cuantas briznas de oro, sus pocos momentos felices, en el inmenso montón de cenizas a que veía reducida toda su existencia. Y era Tancredi, su sobrino, quien propugnaba un cambio para que todo siguiera igual. En México, otro personaje ficticio, un golpista de Estado, casi tocayo del príncipe Salina, aunque nada plural ni nada sabio a pesar de la fama esparcida por sus
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sier vos intelectuales; un gracioso de comedia a pesar de que los bufones cortesanos jamás se atreven a tocarle el fondo, de él y, ni siquiera, del mínimo de sus tentáculos. Pero más que gracioso siempre resulta caricaturesco, tal vez por eso nada más los grandes moneros de México han podido captar la omnímoda vigencia de ese monstruo desgraciado, el primer terrorista de México. A primera vista, es decir soslayando a quienes lo antecedieron pavimentándole el camino con matanzas, supercherías y concesiones de lesa soberanía, aquel innoble apareció como el signo de que todo cambiaría en México para que todo empeorara. Por cierto, alguien aprovechó el estreno de un filme alterando el título original: puso “El último empeorador” y agregó unas orejas grandes a la calva del bebé chino que ilustraba el cartel publicitario. Esas mismas orejas, más una cola de rata, aparecieron añadidas al tanque estacionario de Pemex que figuraba en los billetes de diez pesos. –Ni los veo ni los oigo –dijo. Y no fue esa la única respuesta con la que, intentando pasarse de vivo, acabó haciendo el ridículo; como en la huelga de hambre por su hermano, como su frase del “error de diciembre”, que luego los “analistas” convirtieron en lugar común o en algo peor, en “la verdad” sobre un desastre económico y financiero que se comenzó a gestar décadas antes; también escribió un libro ¡contra el neoliberalismo!, y en el colmo de la inefabilidad se autoproclamó “el villano favorito de la política ficción”. Pero sin restar méritos a tal espécimen, en una temporada de balance y propósitos nuevos, conviene recordar lo que dice otro personaje de Lampedusa, en este caso femenino: “El consuelo de atribuir a los demás la infelicidad propia, es el último y engañoso filtro de los desesperados.” No culpemos pues a nadie en particular de esta infelicidad potencializada; antes que desesperar podemos responsabilizarnos por el bienestar propio, que es el colectivo. El novelista y ensayista Pascal Bruckner, desnudista de enfermedades morales antiguas y contemporáneas, dice que la obligación de ser feliz comporta una carga más a la angustia y al malestar cotidianos. ¿Qué propone el autor de Luna amarga en contraparte? El estar bien: el bienestar. 2 Los Estados fallidos lo son porque no funcionan como garantes de seguri-
El estado de islamofobia (ii y última)
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ODO LO QUE EL Estado Islámico representa, desea y ofrece es en esencia repugnante, su universo moral es hipócrita e ignorante. Su cultura se basa en la obediencia ciega, el exterminio de la curiosidad intelectual, el miedo y odio a todo aquello que parezca cosmopolita o extranjero. El culto wahabita del ei es una sórdida obsesión necrófila y nostálgica que sólo puede sobrevivir a través del festín depravado de violencia, misoginia y paranoia que ofrece como espectáculo y mantiene excitados a grupos de adolescentes manipulables, al tiempo que aterroriza a la gran mayoría de la población. La principal ironía del ei es que se
trata de un engendro redundante; ya existe un ei y se llama Arabia Saudita. Y son precisamente algunas grandes fortunas de ese reino gobernado por monarcas sátrapas y sádicos las que están financiando esta idea delirante de un estado expansivo, suicida y feroz que amenaza a todos sus vecinos con destruirlos y absorberlos. El ei parece tener como misión nutrir la islamofobia en el planeta y las condiciones hacia una guerra religiosa planetaria.
Clima de odio
dad, organización y servicios, sino como guaruras arcangélicos de una deidad global; porque desprecian a la gente, escamotean derechos, engañan y sustraen bienes con la mano larga de las instancias de control y con leyes aprobadas a espaldas y en contra de quienes dicen beneficiar; porque encarcelan a quienes buscan defenderse y los abaten con corporaciones que, aun antes de saltarse las trancas civiles, ejercen el terror armado. Porque los dominadores de esos Estados se alían y fusionan con la delincuencia organizada, permiten que los verdaderos terroristas se fuguen o anden libres, mientras tipifican como terrorismo la protesta social y la amplifican a su gusto en los medios de desinformación y propaganda. Porque esgrimen el patriotismo para justificar el cepo del espionaje y el acoso al ciudadano común que protesta, al docente que forma, al comunicador que de verdad informa. Porque nombrar a Rosario Ibarra y a los padres de 43 normalistas sólo es nombrar un brevísimo fragmento de una realidad desaparecida de las pantallas y de las planas de la prensa próspera; porque hay masas buscando a familiares que se esfuman a razón de tres individuos por hora en promedio, aunque esta clase de terrorismo (y terrorismo de clase) no escandalice como en París, Madrid, Manhattan, Boston... Un propósito para 2016 podría ser acrecentar la resistencia ante la inseguridad y la injusticia, la dignidad frente a la mentira y el servilismo, la conciencia y el valor de actuar a solas, o en grupo, con todos los medios, en cada ámbito, en toda ocasión, para contrarrestar cada germen de terrorismo que interrumpa el bienestar general. •
La islamofobia ha sido una herramienta útil para los grupos xenófobos, racistas y nativistas en Occidente. No es de sorprender que el Front National en Francia, Pegida en Alemania y p v v en Holanda, entre otros, denuncien la inmigración árabe como si fuera una estrategia de invasión y terrorismo. Lo que llama la atención hoy es que políticos de todo el espectro han recuperado el discurso antiislámico para negarle el asilo a los inmigrantes sirios, afganos, libios y yemenitas, entre otros, que llegan por miles a las puertas de Europa. Muy significativamente el primer ministro húngaro, Victor Orban, declaró: “Todos los terroristas son básicamente inmigrantes”, lo cual puso en evidencia el clima de intolerancia que se vive tras los ataques de París y la oleada de terror y paranoia que provocaron. La cuestión de que entre los inmigrantes puede haber agentes infiltrados del Estado Islámico es un disparate, pues si bien puede ser cierto, ento n ce s t a m b i é n s e p u e d e p e n s a r que todos los vuelos comerciales que aterricen en Europa podrían venir infiltrados de soldados del califato. Esta denuncia es equivalente a la de las voces histéricas que querían repeler la inmigración judía durante la segunda guerra mundial porque podía ser usada por espías nazis para entrar a Estados Unidos. En julio de 1938 una encuesta, citada en “Qué pensaban los estadunidenses de los refugiados judíos en la víspera de la Segunda Guerra Mundial” (Washington Post, 17 de noviembre) encontró que el 67.4 por ciento de la población estaba en contra de admitir refugiados políticos de Alemania, Austria y otros países. Más sig-
nificativa aún era una encuesta del 20 de enero de 1939 que preguntaba si se debería permitir la entrada a Estados Unidos a 10 mil niños refugiados de Alemania, la mayoría judíos. El sesenta y uno por ciento de los encuestados pensaba que era mejor no aceptarlos.
ConseCuenCias inmediatas La siguiente semana de los ataques en París hubo 115 ataques antimusulmanes en Gran Bretaña (un incremento del trescientos por ciento), la gran mayoría contra mujeres de entre catorce y cuarenta y cinco años. En Estados Unidos el pánico no tardó en llegar al Partido Republicano, el cual votó en el Congreso unánimemente por la ley “Seguridad Americana en contra de los enemigos extranjeros” que exige que los directores del fbi , de la Seguridad de la Patria y de Inteligencia Nacional firmen personalmente cada uno de los expedientes de los inmigrante sirios aprobados para obtener asilo después de 18 meses de investigación. Asimismo, más de la mitad de los gobernadores estadunidenses (veintisiete, y sólo una de ellos demócrata) anunciaron que no aceptarán a un solo refugiado sirio en sus estados. Chris Christie, el gobernador de Nueva Jersey, se sintió en la necesidad de añadir que no aceptará ni siquiera a “niños huérfanos”. Jeb Bush, el precandidato presidencial y hermano del expresidente George w . Bush, declaró que se debería aceptar únicamente a los cristianos refugiados de la zona. Los dos principales precandidatos republicanos a la presidencia se manifestaron abiertamente en contra no sólo de los inmigrantes sino de los musulmanes en general. Ben Carson comparó a los inmigrantes sirios con perros rabiosos y Donald Trump llamó a implementar una prueba de religión y a crear una base de datos de musulmanes. Poco después afirmó que él mismo vio en la televisión a miles de musulmanes celebrar en Nueva Jersey cuando el 11 de septiembre fueron derribadas las Torres del wtc . No ha aparecido una sola evidencia de semejante cosa. Pero finalmente no importa. La realidad es un detalle irrelevante cuando se trata de explotar el pánico y los prejuicios de la gente. •
JORNADA VIRTUAL
2016, terror o bienestar
TOMAR LA PALABRA
naief.yehya@gmail.com
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........ ARTE Y PENSAMIENTO
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Alonso Arreola @LabAlonso
Picasso: genio del siglo xx (ii y última)
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N LA COLUMNA ANTERIOR en este espacio (núm.1082) se comentó la soberbia exposición de escultura de Pablo Picasso –Picasso sculptor– que le dedica actualmente el Museo de Arte Moderno de Nueva York (moma) y se planteó su figura central como creador paradigmático del siglo xx. Paralelamente se presenta en París otra magnífica exhibición que muestra el ascendente que tuvo este artista en el arte de la segunda mitad del siglo xx y sus repercusiones. Picasso.mania reúne en el Grand Palais un centenar de obras de primer rango del polifacético artista malagueño en estrecho diálogo con unas trescientas piezas, entre esculturas,
Dora Maar, Antonio Saura
fotografías, videos e instalaciones de setenta y cinco reconocidos artistas, como Andy Warhol, David Hockney, Richard Prince, Roy Lichtenstein, Antonio Saura, Maurizio Cattelan, Claes Oldenburg, Jasper Johns, Sigmar Polke, Frank Stella, Gerhard Richter, Miquel Barceló, Georg Baselitz, Julian Schnabel, Jean Michel Basquiat, entre muchas otras figuras estelares de diversas generaciones y nacionalidades. No es exagerado decir que todos los artistas del siglo xx y xxi han tenido que ver, directa o indirectamente, con el fenómeno Picasso, guste o no la aseveración. En vida, Picasso –con su personalidad arrolladora– no vaciló en sentirse figura central del universo artístico mundial. Pero ya hacia el fin de su larga vida, algunos artistas y críticos de la época cuestionaron lo que les parecía una fama descomunal. La revista Arts Magazine publicó en 1966 una visión que compartía gran parte de la crítica de entonces:“El papel revolucionario de Picasso se detiene en 1915. Kandinsky, Mondrian, Marcel Duchamp supieron proponer a toda una generación dimensiones expresivas más universales y fecundas.” El influyente crítico Clement Greenberg, asociado al arte abstracto estadunidense, es aún más lapidario: “El arte de Picasso ha dejado de ser indispensable.” Se llegó al extremo de hacer encuestas públicas entre los artistas de renombre para dilucidar quién era más trascendente, si Marcel Duchamp o Pablo Picasso. Pero el tiempo coloca todo en su lugar y hoy en día, muy lejos de esas discusiones bizantinas, vemos claramente el lugar de Picasso en el cenit del arte moderno y la exposición en París es un magnífico intento de hacerlo dialogar con sus descendientes más disímbolos. Los años sesenta y setenta se caracterizaron por una búsqueda de experimentación e innovación que negaba los valores de la tradición artística de los años anteriores. En los ochenta aparece el espíritu “postmoderno” que ya no teme retomar las lecciones de los modelos y herencias del pasado y con ello
muchos artistas recurren al apropiacionismo, que en esta muestra queda reflejado como una galería de espejos en los que Picasso es la figura central. La exhibición da inicio con una fascinante videoinstalación en la que vemos un mosaico de diecinueve personalidades influyentes en el mundo del arte actual (artistas, cineastas y arquitectos) entrevistados por Diana Widmaier-Picasso (nieta del artista y curadora de la muestra) sobre la influencia del artista en su proceso creativo. Es interesante ver hasta qué punto Picasso influyó no sólo en las artes plásticas, sino también en el cine, en figuras como Orson Welles y Jean-Luc Godard, como comenta la realizadora Agnès Varda, en la música popular –el rap de Jay- z –, en la coreografía de danza y teatro, y hasta en los medios de publicidad más diversos. Los temas picassianos más recurrentes en las paráfrasis de sus descendientes son, en gran medida, sus obras más emblemáticas, como Las señoritas de Avignon, el Guernica o sus retratos de mujeres, que han sido revisitadas e reinterpretadas por numerosos artistas en las más diversas propuestas. Me cautivó el proyecto de la fotógrafa holandesa Rineke Dijkstra, cuyo trabajo se centra en el retrato, y que entrevista en un video a nueve adolescentes sobre el impacto que tiene sobre ellos la pintura Mujer que llora (Retrato de Dora Maar), de Picasso, que es una de sus obras más conmovedoras. Con la frescura propia de su edad, los chicos expresan abiertamente una profunda emoción ante esta obra que plasma como pocas el dolor y la angustia existencial. El testimonio de estos jóvenes resume, desde mi punto de vista, la trascendencia del poder de comunicación del mensaje picassiano a través de los años. Picasso fue un creador visionario que se adelantó a su tiempo y supo plasmar como ningún otro los estados de ánimo, tragedias y alegrías de su tiempo con tan variado lenguaje expresivo que nadie puede quedar indiferente ante sus obras. Sí, Picasso fue el genio del siglo xx. •
ARTES VISUALES
Germaine Gómez Haro germaine@casalamm.com.mx
En Navidad y Año Nuevo, comida por las orejas
S
UPONEMOS QUE HA PASADO la cena de Navidad con cierto agrado, lectora, lector. Que entre los comensales hubo gente a la que aprecia y disfruta, tanto como los alimentos que pasó por la dentadura. Tal vez sea de los que, pensando en los niños, pone dulces bajo un árbol rutilante, tamaño “deme el más grande y pachón que tenga”. Cierto o no, estamos a medio camino entre las principales fiestas decembrinas, pues todavía falta el Año Nuevo. Y suponemos que con él llegará más comida y más bebida a sus entrañas.
Así, es probable que en la última ingesta de 2015 ensaye platillos típicos, alguna delicia allende las fronteras… o lo que haya podido conseguir ante precios tipo “lo siento, todo subió porque el dólar se ha vuelto loco”. ¿Ensalada con manzana, pavo, romeritos, bacalao? ¿Buñuelos, tamales, churros? ¿Vino, cerveza, mezcal, tequila, sidra, champán? Sea como sea, ¿qué nos dice de la música? ¿Pondrá villancicos? ¿Será el momento de recordar alguna orquesta? ¿Pensará en arias de ópera? ¿Se irá por la segura eligiendo un pop amable que cruce sin molestia los oídos de diferentes generaciones? ¿Jazz, rock, mariachi? A nosotros se nos ocurre buscar temas relacionados, precisamente, con la comida. Canciones de todo género que valdrán tanto para la noche como para la cruda siguiente, cuando la tripa ruja buscando sus más culpables placeres. En tal estado, claro, los primeros en sonar serán Tin Tan y Marcelo con “Los agachados”, de Severiano Briseño. Un rock and roll dedicado a la pancita y platos satelitales, de ésos que aparecen en Navidad:“Chicharrón muy picosito como a mí me va a gustar, chayotitos muy tiernitos en su mole de pipián. Romeritos calientitos con tortas de camarón.” Los segundos serán los de La Maldita Vecindad, con “Crudelia”: “En la fiesta de anoche mezclamos tepache con pulquito, con un poco de anís y mezcalito y acabamos hasta atrás.” El tercero será Chava Flores con “La taquiza”, una oda al rechazo amoroso que recorre el cuerpo entero de la vaca: “Pudo más una taquiza que mi más ferviente amor; cuando yo me declaraba te entró un hambre de pavor.” Antes de las uvas, sin duda le entraremos a los “Vegetales”, de los Beach Boys, quienes armonizan voces al ritmo de mordisqueos de zanahoria; probaremos los “Peaches”, de The Presidents Of The usa, quienes le cantan al campo criticando a la ciudad: “Millones de duraznos, duraznos para mí”; intentaremos los tacos infernales de Tenacious d en “Taco Truck From Hell”; nos mancharemos los dedos con la “Savoy Truffle”, de George Harrison en el Álbum blanco de los Beatles (justo a propósito del chocolate blanco); escucharemos la historia del “Muffin Man”, de Frank Zappa; desayunaremos “Starfish Coffee” al lado de Prince y tantos, tantos más. Dicho esto, empero, lo que más intentaremos serán las recomendaciones recopiladas por Aline Desentis Otálora en los dos tomos de El que come y canta… cancionero gastronómi-
co de México, editado por Conaculta en 1999. Hablamos de más de cuatrocientas canciones que a lo largo y ancho del país le hablan a la comida en cinco lenguas distintas y en muy diferentes géneros y épocas. Una maravillosa selección cuyo valor se halla, sobre todo, en la clasificación temática que ofrece, en la bibliografía y discografía que regala en sus anexos. La obra comienza como debe: en el Campo, con las cosechas del Rancho Grande. En su camino a la ciudad, la comida pasa por Pregoneros y Ambulantes, llega a los Changarros y finalmente a la Cocina con sus Recetas y Cacharros. Entonces viene la división del día. El Desayuno con sus frutas, huevos, tamales, pan, tortillas, frijoles y queso. La Comida con sopas, verduras, tacos, carnes, aves y mariscos. La mesa regional e internacional. Los postres. Las aguas y refrescos. El café y el té. El chocolate y los atoles. Los alipuses. Todo lo que ha entrado en las gargantas de músicos rancheros, norteños, troveros, rockeros, jazzeros y demás tragones que han convertido su pasión en melodía. Asunto fundamental, el de la comida construye su herencia sonorosa en todas las culturas atendiendo al humor, la convivencia y el orgullo por tradiciones y costumbres. Combustible de la fiesta, presta nombres como los del jarabe, la salsa y el merengue a formas musicales que necesitan de su ejemplo. Así lo dice Otálora en su magnífico ensayo inicial, todo un manjar para la mente. Provecho pues en lo que se viene. Buen domingo. Buena semana. Buenos sabores. •
BEMOL SOSTENIDO
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ARTE Y PENSAMIENTO ........
27 de diciembre de 2015 • Número 1086 • Jornada Semanal
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Jorge Moch Ana García Bergua
tumbaburros@yahoo.com Twitter: @JorgeMoch
Blanco Móvil. Treinta años y seguir contando
gran cosa poder decir que una revista impresa es obra de la amistad y del interés de los creadores para que el proyecto de Eduardo pueda continuar, quizá porque ese tipo de continuidad es similar a la que hace que sigamos escribiendo, pintando, haciendo nuestras cosas muchas veces sin saber hacia dónde o por qué, como las hormigas que avanzan paso a paso en su labor, recorriendo un territorio que de repente, al verse desde afuera, luce enorme. Nunca le he preguntado a Eduardo Mosches por qué le puso el nombre de Blanco Móvil a esta revista que lleva publicando desde hace treinta años con esa terquedad ejemplar. Quizá desde que la comenzó el propio Eduardo pensaría que no podría durar mucho, como tantas revistas literarias que apenas han alcanzado unos pocos números y se agotan por falta de recursos, energía o concordia entre sus hacedores. Las revistas literarias suelen ser blanco, por decirlo así, de la extinción. Sin embargo, un blanco que se mueve constantemente no es un blanco fácil y esta revista ha mantenido su movilidad de muchas maneras, tanto en la diversidad de temas, escritores, países y regiones que cada número aborda, como en los recursos que de fuentes diversas va consiguiendo para su impresión. Por eso mismo quizás no es fácil situar a Blanco Móvil dentro de nuestro cada vez más escaso panorama de revistas literarias y suplementos culturales. Los narradores que, por ejemplo, aparecen publicados en este número de diciembre no son los de una frágil revista propiamente independiente, y sin embargo, Blanco Móvil no es tampoco una revista de grupo, ni institucional, ni académica. Debo decir que me parece muy impresionante ver en este número de Blanco Móvil cuántos y cuán diversos narradores han desfilado por sus páginas. Desde Margo Glantz, Elena Poniatowska, Augusto Monterroso, Carlos Monsiváis, Bárbara Jacobs, Antonio Lobo Antúnes, Roberto
Echavarren, Luis Zapata, Juan Villoro, Mónica Lavín, Ana Clavel, Vivian Abenshushan, hasta Alberto Chimal o Antonio Ortuño, entre los jóvenes, entre tantos colegas muy admirados, hay un extenso mapa que queda trazado en este número. Un mapa de la narrativa de muchos países, pero especialmente de la narrativa mexicana de ciertas generaciones que, se podría decir, está bastante completo o es muy representativo. En este número, además, me gustó mucho la elección y la manera en que han sido ordenados los cuentos o fragmentos de novela de acuerdo con los años en los que aparecieron, formando una especie de flujo de tiempo, de las preocupaciones de cada época que van de lo amoroso a lo político, a lo cotidiano, a lo erótico, a lo urbano. Una especie de guión de película, la película de la narrativa de los últimos treinta años y su espíritu, que se dice fácil pero es algo muy notable. En realidad, hace treinta años yo era una joven de veinticinco con un falso copete de mocha inspiración punk que ni siquiera sabía que se iba a dedicar a escribir. De tanto en tanto me encontraba a Eduardo Mosches en la librería Gandhi donde él trabajaba, después los viernes en la cantina de la Guadalupana en Coyoacán, y me da vértigo de pensar que ya desde entonces Eduardo hacía este blanco que se mueve contra viento y marea, un blanco al que ni las crisis ni las dificultades han podido vencer, o quizá son ellas las que, paradójicamente, lo impulsan. Un blanco móvil que navega o vuela, no sabemos decir, impulsado por corrientes de líneas y palabras, por los misteriosos vasos comunicantes que la literatura establece entre lectores, escritores y artistas de diferentes generaciones. Esperamos que este fluir le dé vuelo a Blanco Móvil por muchos años más. Felicidades a Eduardo Mosches y a todos los que lo han, lo hemos, acompañado en estos treinta años. (Texto leído en la celebración de los treinta años de Blanco Móvil) •
Y
A, COMO MUCHOS MEXICANOS, no sé dónde vivo. Si por incauto, indolente o cómplice le hago caso al gobierno y sus voceros del comité pseudoperiodístico de nado sincronizado entonces mi país está, otra vez como desde por lo menos hace treinta o cuarenta años, en el umbral de la modernidad y somos una nación emergente pero progresista y habitada por gente risueña y solidaria, y todo problema tiene pronta solución gracias a los buenos oficios de esos señores (y poquísimas damas que los acompañan, porque además el tinglado es machista y misógino) que sí saben de estas cosas y por eso toman decisiones en nuestro nombre, y casi deberíamos correr a darles las gracias, vitorearlos, bañarlos en confeti y fan-
farrias. Pero si me guío por lo obvio y lo que he vivido (que no es nada en términos trágicos comparado con lo que tienen que vivir cientos de miles de mis connacionales todos los días) y la interminable lista de cosas equivocadas o deliberadamente erróneas, sucias y mal hechas que hay que topar cada que salgo a la calle, entonces esta es una sucursal del infierno con las autoridades de puro nombre dedicadas a llevar cada quien lo suyo al costo que sea, coludidas con o llanamente convertidas en criminales que operan redes de trata y esclavitud, sindicatos de sicarios y narcotraficantes, ladrones de combustible, coyotes, polleros, buchones, rateros, estupradores, viciosos y una cauda nefaria que abarca muchos tipos de uniformes, galones y charreteras y una terrible ausencia de dignid a d, c o n c i e n c i a o e s c r ú p u l o. Lo s mexicanos hemos aprendido así a vivir sitiados. La radio, el cine, pero ningún factor de distracción tan efectivo como la televisión (bueno, quizá el fanatismo religioso, y escribo esto precisamente en pleno 12 de diciembre, en medio del júbilo imbécil de los cuetones) han sido los grandes facilitadores de esa atmósfera perniciosa de indolencia y temor mal llamada por muchos resignación: millones de mexicanos viven su día a día tolerando cuanta chingadera tengan que padecer porque invariablemente llega el momento de ese día en que uno prende la tele y se pone a ver la novela, o a emocionarse con el fut, o traga pasivamente las mentiras del lector de boletines que se dice periodista: la enajenación masiva le sirve impecablemente al régimen. Quizá en ello se puede explicar la proliferación de tanta basura en la cultura popular mediática del mexicano. Pululan las manifestaciones de la porquería, por ejemplo, que glorifican precisamente a la delincuencia más pedestre. La descomposición social es tan grande que muchos niños, sobre todo de medios rur a l e s c o m o la sierra Rarámuri en Chihuahua, po-
nen en su futuro como una posibilidad real y atractiva ser delincuentes en lugar de abogados, doctores o maestros. Hace ya mucho que perdimos la posibilidad real de despegar económica o tecnológicamente con recursos materiales o humanos propios. Las marcas extranjeras se impusieron desde hace mucho a la manufactura nacional, cada vez más débil y asediada por competidores desleales. Nuestro campo es terriblemente improductivo, víctima de la especulación y también de la ineptitud de decenas de administraciones corruptas o simplemente incapaces, por desconocimiento, de resolver o atemperar efectivamente su problemática. La sociedad en general se ha corrompido horriblemente, volviéndose violenta hasta extremos desproporcionados que se traducen en masacres, carnicerías y crímenes espeluznantes que forman una colección de postales sanguinolentas ante las que ya nos gana el entumecimiento. La represión se ha disparado a mayores niveles que los alcanzados durante las guerras sucias del poder contra la insurgencia civil con decenas, cientos o miles de ciudadanos golpeados, encarcelados y hasta desaparecidos por policías y soldados. Hay niños asesinados como sucedió en Puebla con aquel niño que recibió un impacto de una bala de goma de la policía en la cabeza. Es larga la lista de incordios, tuertos, vicios y calamidades. Y la mayor parte quizá la pudimos evitar con un poquito de conciencia, de escrúpulo, de elemental decencia. Pero ganaron la avidez y la inmediatez coyuntural, el carro completo, la reinstauración de los más corruptos en el poder, y eso no hay sistema social que lo aguante. Y México es hoy un triste remedo del país que pudimos hacer en esta generación. Pero fracasaron nuestros padres, y también nosotros y nada indica que nuestros hijos vayan a cambiar nada. Ojalá y el sano pesimismo del que hablaba Saramago esté equivocado •
CABEZALCUBO
ACE APENAS CINCO AÑOS estábamos celebrando los veinticinco años de Blanco Móvil y ya se nos han pasado cinco más, cinco más de preocupaciones y acontecimientos tremendos, pero también cinco más de seguir haciendo lo que hacemos. Mientras pienso en tantos poetas, narradores, ensayistas, pintores e ilustradores que hemos llenado estos treinta años de Blanco Móvil con letras e imágenes, pienso en lo sorprendente que es seguir aquí, colaborando con un proyecto que se ha sostenido gracias a diversos apoyos y a la imbatible tenacidad del poeta Eduardo Mosches. En nuestros tiempos tan empresariales e individualistas, es una
PASO A RETIRARME
H
Un país para llorar por él
........ ARTE Y PENSAMIENTO O
Jornada Semanal • Número 1086 • 27 de diciembre de 2015
Luis Tovar
Juan Domingo Argüelles
Twitter: @luistovars
Lo visible invisible (i de ii)
A
L IGUAL QUE EL falso Nezahualcóyotl del billete de cien pesos (“El cenzontle”), hay otro no menos apócrifo con el que la Secretaría de Educación Pública engañó y confundió a los alumnos hace varios años. (Hoy, ya adultos, siguen confundidos.) Se trata de la composición “Nonantzin” (“Madre mía”), incluido en uno de los libros de texto para los alumnos de segundo año de educación primaria. He aquí los versos que no pertenecen a Nezahualcóyotl, pero que para la sep son de Nezahualcóyotl:“Madre mía, cuando me muera/ entiérrame junto a tu hoguera/ y cuando vayas a hacer tus tortillas/ allí, llora por mí./ Si alguien te pregunta,/
madre mía, por qué lloras,/ contéstale: Está muy verde la leña/ y tanto humo me hace llorar.” Del mismo modo que el Banco de México no certifica sus fuentes para hacer públicos, en el papel moneda, textos apócrifos que ofrecen una falsa información a los mexicanos y extranjeros, de esta misma manera la Secretaría de Educación Pública, la máxima autoridad educativa del país, ofreció entonces (y aún ahora) falsedades a los niños, deseducándolos y haciéndoles creer patrañas. El tal poema “Madre mía” (“Nonantzin”) no es en absoluto de Nezahualcóyotl. Pero los hacedores de ese libro de texto de la sep no fueron capaces siquiera de leer las fuentes fidedignas de los máximos conocedores de la poesía náhuatl en México: los grandes historiadores y filólogos Ángel María Garibay y Miguel León-Portilla. De haberlo hecho, se habrían enterado de que, en su Historia de la literatura náhuatl, al referirse a ciertas composiciones que se le atribuyen al Rey Poeta (entre ellas “El cenzontle”), Garibay sentenció: “Algunos de estos cantos se ponen en labios del rey de Tezcoco, por ficción poética acaso. Hay en los Mss. una serie de cantos atribuidos a Nezahualcóyotl [...] Algunos rimados y modernos, que le atribuyen, no pueden ser suyos, como el famoso Madre mía, cuando muera..., en náhuatl, que es muy posterior.” Además, si existe desde hace más de cuarenta años el volumen Nezahualcóyotl, vida y obra, de José Luis Martínez, que compila toda la obra poética que con toda seguridad es del gran tezcocano, y en este libro no se incluyen esos poemas atribuidos (“por ficción poética acaso”, como dice Garibay), ¿por qué demonios ir a buscar falsedades en vez de reproducir, en los libros de texto, las composiciones que indudablemente son de Nezahualcóyotl? Es obvio que en la sep , al igual que en el Banco de México, quienes deciden estas cosas son ignorantes no únicamente en la obra de Nezahualcóyotl sino, en general, en la poesía y en la historia de México. Nezahualcóyotl, cuyos poemas son prácticamente todos autobiográficos y filosóficos, no hubiera podido escribir versos tan cursis y elementales. En primer lugar, la “hoguera” a la que se refieren estos versos no es otra cosa que el fogón (sobre el cual se pone el comal para cocer las tortillas), y es obvio que Matlalcihuatzin, su madre, perteneciente a la nobleza tezcocana, contaba con servidumbre en la casa real, y por lo mismo no hacía ella misma las
tortillas en ningún fogón, mucho menos en ninguna “hoguera”. Nezahualcóyotl, hijo del soberano de Tezcoco, Ixtlilxóchitl el Viejo, era, pues, príncipe, hijo de rey, y estudió en el calmécac, y su padre, según lo documenta José Luis Martínez, “le asignó ayos que ‘convenían a sus buena crianza y doctrina’ y, entre ellos, a Huitzilihuitzin, considerado en su tiempo gran filósofo”. En consecuencia, tanto por la jerarquía de la familia real, como por la historia conocida de la vida de Nezahualcóyotl, los ocho versos de “Nonantzin” (“Madre mía”) nada tienen que ver con la obra de Nezahualcóyotl, menos aún si tomamos en cuenta que la poesía náhuatl en todo su esplendor (que alcanza justamente con el Rey Poeta) se caracteriza por su abstracción simbólica, sus expresiones plásticas, sus epítetos, su lenguaje alegórico y metafórico y, muy especialmente, por su carácter épico (como los cantos homéricos), estética y valores que no existen en absoluto en la sensiblera y muy directa composición “Madre mía”. Nada más absurdo, por todo lo dicho, que imaginar a la madre de Nezahualcóyotl junto al fogón (donde muy cerca ha enterrado a su hijo muerto), echando las tortillas en el comal. Es de una tontería increíble, y de una falsedad histórica abrumadora. En conclusión,“Nonantzin” (“Madre mía”) es una estafa con que la sep engañó a los niños, diciéndoles que es de Nezahualcóyotl, cuando, por sus elementales medios y recursos, bien hubiera podido ser de Juan Gabriel. Desde hace mucho tiempo, lo realmente difícil es que en la sep pueda distinguirse entre un poema de Nezahualcóyotl y una estrofa de Juan Gabriel •
S
I BIEN LA LISTA parece grande a primera vista, con toda seguridad no es exhaustiva y sólo corresponde a lo que este juntapalabras pudo ver a lo largo del año que termina el próximo jueves, ya fuera en cartelera comercial, en festivales de cine o en la siempre insuficiente pantalla personal; corresponde, asimismo, a cine mexicano, con todos los asegunes que actualmente matizan dicho concepto: se trata de películas producidas en México dirigidas por mexicanos; de producciones extranjeras de realizadores nacidos acá; y finalmente de producciones o coproducciones nacionales, algunas dirigidas por mexicanos y otras por extranjeros. El orden en el que aquí se consignan es indiferente.
La cumbre escarlata, de Guillermo del Toro; Birdman, de Alejandro González Iñárritu; Te prometo anarquía, de Julio Hernández Cordón; La casa más grande del mundo, de Ana Bojórquez y Lucía Carreras; Las oscuras primaveras, de Ernesto Contreras; Ella es Ramona, de Hugo Rodríguez; Las horas contigo, de Catalina Aguilar Mastretta; Güeros, de Alonso Ruizpalacios; Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero, de Gustavo Moheno; Hilda, de Andrés Clariond; La tirisia, de Jorge Pérez Solano; Eco de la montaña, de Nicolás Echevarría; Chuy, el hombre lobo, de Eva Aridjis; El incidente, de Isaac Ezban; Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando, de Manolo Caro; Mexican Gangster, la leyenda del Charro Misterioso, de José Manuel Cravioto; Familia Gang, de Armando Casas; Despertar el polvo, de Hari Sama; Viento aparte, de Alejandro Gerber; Asteroide, de Marcelo Tobar; Dodo, de Luis Ayhllón; En la estancia, de Carlos Armella; Gloria, de Christian Keller; Archivo 253, de Abe Rosenberg; González. Falsos profetas, de Christian Díaz Pardo; Carmín tropical, de Rigoberto Perezcano; La vida después y Las elegidas, de David Pablos; Somos Mari Pepa, de Samuel Isamu Kishi Leopo; Las búsquedas, de José Luis Valle; Un día en Ayotzinapa 43, de Rafael Rangel; El Jeremías, de Anwar Safa; La delgada línea amarilla, de Celso García; Cuando den las tres, de Jonathan Sarmiento; 600 millas, de Gabriel Ripstein; Desierto, de Jonás Cuarón; Alicia en el país de María, de Jesús Magaña; El aula vacía (diez directores, de los cuales son mexicanos Mariana Chenillo y Nicolás Pereda); Ella es Ramona, de Hugo Rodríguez; Norte estrecho, de Omar L. Villarroel; Estrellas solitarias, de Fernando Urdapilleta; Made in Bangkok, de Flavio Florencio; Estar o no estar, de Marcelo González; LuTo y Sabrás qué hacer conmigo, de Katia Medina Mora; El espejo del arte, de Pablo Jato; Los bañistas, de Max Zunino; La fórmula secreta del doctor Funes, de José Buil; Un gallo con muchos huevos, de Gabriel Riva Palacio; Manto acuífero, de Michael Rowe; Ayo-
tzinapa. Crónica de un crimen de Estado, de Xavier Robles; La noche de Iguala, de Raúl Quintanilla; El placer es mío, de Elisa Millar; Yo, de Matías Meyer; Mientras la prisión exista, de Nicolás Gutiérrez Wenhammar; Un monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Plá; Sopladora de hojas, de Alejandro Iglesias Mendizábal; Almacenados, de Jack Zagha Kababie; Semana Santa, de Alejandra Márquez; Chronic, de Michel Franco; Desde allá, de Lorenzo Vigas.
sesenta y una Debe atribuirse a las endémicas distorsiones padecidas por el esquema mexicano de producción/distribución/ exhibición cinematográfica, que estos sesenta y un filmes no hayan sido producidos en su totalidad en este año agonizante, sino que buena parte de los mismos fueron hechos en 2014, e incluso antes. De hecho, apenas rondan la mitad de la cifra de largometrajes mexicanos que, en promedio, se producen en un año desde hace por lo menos dos. Si se coteja con la situación vivida por otros países que cuentan con una producción fílmica equivalente o proporcional, lo anterior significa que año tras año hemos estado viendo una cantidad demasiado alta de cine nacional “viejo”, tomando en cuenta la naturaleza no del cine en sí –que cuando es bueno el tiempo no le hace mella–, sino del mercado cinematográfico, ávido fagocitador de novedades que en el fondo lo son muy de vez en cuando, y que jueves tras jueves repite incesantemente:“la que sigue, la que sigue…” Por lo demás, eso de que hemos estado viendo es apenas y tristemente un modo de decir, puesto que lo más seguro es que, de las sesenta y un películas mencionadas, una mayoría desconsoladora sólo ha visto las dos primeras, que no por casualidad son las menos mexicanas de todas. De algunas de las causas de esta situación se hablará aquí en la próxima entrega. • (Continuará.)
CINEXCUSAS
Otro falso Nezahualcóyotl
JORNADA DE POESÍA
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EPISTOLARIA De Gibran Khalil Para Mikhail Naime Nueva York, 1919
Q
uerido Mikhail:
Que la paz de Dios esté contigo. He regresado de mi largo viaje y he visto a nuestro hermano Nasseeb y hemos tenido una larga discusión sobre la renovación del Al-Funoon, y las formas y maneras de asegurar su futuro. Consulté a muchos hombres educados y semieducados de Boston y Nueva York sobre el tema, pero todas las charlas se detuvieron en un punto. El punto es éste: Nasseeb Arida no puede tomar la responsabilidad solo. Es necesario que Mikhail Naime regrese a Nueva York y se una al proyecto con Nasseeb para ponerlo a trabajar ante la inteligencia y los comerciantes de Nueva York. Al tener a estos dos hombres trabajando juntos, la confianza de la gente de Siria se puede ganar; ya que uno solo no puede vencer. Se debería ofrecer un espectáculo en Nueva York y las ganancias deberían ir a la revista. ¿Pero cómo puede el espectáculo ser un éxito cuando el hombre más capaz para obtener oradores y músicos está en Washington? Un comité debe conformarse para comenzar el trabajo. El secretario debe darse a conocer a los sirios en otros estados que se harán mil y una preguntas antes de responder a la circular. ¿Pero quién más que Mikhail Naime es capaz de formar este comité? Hay numerosas cosas, Mikhail, que empiezan y terminan contigo cada vez que discutimos el tema del Al-Funoon. Si deseas revivir la revista, deberías venir a Nueva York y ser el gatillo detrás de todo el movimiento. Nasseeb es incapaz de hacer alguna cosa por ahora, y de todos los admiradores del Al-Funoon en Nueva Yo r k n o h a y n a d i e c a p a z d e t o m a r l a responsabilidad. Es mi creencia que 5 mil dólares serían suficientes para garantizar el futuro de la revista. Sin embargo, asumo que la circular sin el espectáculo no traería ni la mitad del recurso necesario. En breve, el éxito del proyecto depende de tu presencia en Nueva York. Si tu regreso a Nueva York significa algún sacrificio de tu parte, ese sacrificio debe ser considerado como algo muy valioso y así ofrecer lo importante sobre el altar de lo que es más importante. Para mí la cosa más valiosa en tu vida es la realización de tus sueños, y la cosa más importante es sacarle fruto a tus talentos. Escríbeme si puedes, y que Dios te proteja para tu hermano, Gibran De Gibran Khalil Para Mikhail Naime Boston, 1920 Mi hermano Mikhail: Que la paz esté contigo y dentro de tu gran corazón y alma pura. Me gustaría saber cómo estás y en dónde estás. ¿Estás en el bosque de tus sueños
27 de diciembre de 2015 • Número 1086 • Jornada Semanal
o en las colinas y montes de tus pensamientos? ¿O estás en la cima de esa montaña donde todos los sueños se convierten en visión y todos los pensamientos en una sola ambición? Dime dónde estás, Mikhail. Por mi lado, yo estoy, entre mi frustrada salud y la voluntad de la gente, como un instrumento musical fuera de tono en las manos de un gigante que toca extrañas melodías sin armonía. ¡Dios me ayude, Mikhail, con esos estadunidenses! Que Dios nos lleve a los dos lejos de ellos hasta los plácidos valles de Líbano. Le he enviado a Abdul-Masseh un pequeño artículo para su publicación. Examínalo, hermano, y si no es adecuado para publicarse, dile a Abdul-Masseh que lo guarde en una esquina oscura hasta que yo regrese.
Cartas
más grande de lo que realmente es. Esto me hizo sentir avergonzado. Has puesto, a través de tu artículo, una gran responsabilidad sobre mí. ¿Algún día estaré a esa altura? ¿Seré capaz de vindicar la idea básica de la visión que has revelado acerca de mí? Me parece que tú has escrito ese maravilloso artículo mientras mirabas hacia mi futuro y no hacia mi pasado. Ya que mi pasado ha consistido sólo de estambres, sin tejer. También ha sido piedras de varios tamaños y formas, pero no una estructura. Puedo verte mirándome con el ojo de la esperanza, no de la crítica, el cual hace que me arriepienta de mucho de mi pasado y al mismo tiempo que sueñe en mi futuro con un nuevo entusiasmo en mi corazón. Si eso era lo que querías hacer por mí, has tenido éxito, Mikhail. Perdóname Mikhail, pues no regresaré a Nueva York antes de la mitad de la siguiente semana, porque estoy atado a unos problemas importantes en esta ciudad abominable. ¿Qué puedo hacer? Todos ustedes vayan a Mitford y rellenen sus copas con el vino del espíritu y el vino de las uvas, pero no olvides a tu querido hermano que extraña verte,
Gibran De Gibran Khalil Para Mikhail Naime Boston, 1921
Gibran Khalil Gibran
Este artículo fue escrito entre la medianoche y el amanecer, y no sé si es bueno. Pero la idea básica no es extraña al tema que discutimos durante nuestra cena. Dime, ¿cómo está Nasseeb y en dónde se encuentra? Cada vez que pienso en ti y en él, me siento en paz, calmado, encantadoramente tranquilo, y me digo, “Nada es vanidad debajo del sol.” Mil saludos y bendiciones a nuestros hermanos en el espíritu de la verdad. Que Dios te proteja y te vigile, y te mantenga un querido hermano para tu hermano, Gibran
De Gibran Khalil Para Mikhail Naime Boston, 1920
Hermano Mikhail: He terminado de leer tu artículo sobre La tempestad. ¿Qué te diré, Mikhail? Has puesto entre tus ojos y las páginas de mi libro un lente magnificador que lo hizo parecer
Hermano Misha: Después de leer el último número de la revista de Arrabitah y revisar los números anteriores, me convencí de que hay un profundo abismo entre ellos y nosotros. No podemos acudir a ellos ni ellos a nosotros. No importa lo que nos pongamos a hacer, Mikhail, no podemos liberarlos de la esclavitud a palabras literarias superficiales. La libertad espiritual viene desde adentro, no desde afuera. Tú sabes más de esta verdad que cualquier otro hombre. No trates de despertar a aquellos cuyos corazones Dios ha puesto a dormir por alguna sabiduría escondida. Haz lo que quieras por ellos y envíales lo que gustes, pero no olvides que pondrás un velo de duda y sospecha sobre la cara de nuestro Arrabitah. Si tenemos algún poder, este poder existe en nuestra unidad y soledad. Si debemos cooperar y trabajar con otras personas, deja que nuestra cooperación sea con nuestros similares que dicen lo que nosotros decimos. … así que tú estás al borde de la locura. Esto es una buena noticia, majestuosa en su timidez, temerosa en su esplendor y hermosura. Yo digo que la locura es el primer paso hacia la generosidad. Vuélvete loco, Misha. Vuélvete loco y dinos lo que está detrás de la máscara de “la cordura”. El propósito de la vida es acercarnos a esos secretos y la locura es la única manera. Vuélvete loco y permanece un hermano loco para tu loco hermano, Gibran. •
Traducción de Alexander Naime S. Henkel
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