En la Ciudad de México se conjugan pasado y presente para disfrute del turismo nacional e internacional
EL ZÓCALO
La Ciudad de México es una de las metrópolis más importantes de Latinoamérica y del mundo, por su riqueza cultural y su variada oferta gastronómica y de entretenimiento.
Recibe al año más de 14 millones de visitantes tanto extranjeros como nacionales, quienes disfrutan de una amplia variedad de sitios turísticos que van desde zonas arqueológicas, inmuebles históricos con su estilo colonial hasta modernos edificios que la convierten en una ciudad multicultural.
Uno de los sitios más importantes para visitar es el Centro Histórico, considerado el principal destino turístico de esta megalópolis. Con una superficie de más de 9 kilómetros cuadrados, es sede del Zócalo, una de las plazas más grandes del mundo; del Templo Mayor, un complejo prehispánico de la cultura mexica; así como la calle Francisco I. Madero, transitada por decenas de miles cada día, y la Alameda Central.
Cuenta con importantes inmuebles y edificios históricos como el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Postal, la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional. El Centro Histórico de la Ciudad de México abre sus puertas y sus brazos al turismo nacional e internacional. Y por supuesto, es visita obligada para todos los capitalinos.
, CORAZÓN DE MÉXICO Y LUGAR DE ENCUENTRO POR EXCELENCIA
Para conocerlo y disfrutarlo, hay que caminarlo
El Zócalo de la Ciudad de México es la plaza más importante del país, el lugar de encuentro por excelencia para los mexicanos.
Con la Bandera Nacional al centro, es un sitio emblemático de la capital en el que convergen la época precolombina con los vestigios del Templo Mayor a un costado, evocando el origen de nuestra identidad, y la época colonial, representada en la Catedral Metropolitana y los edificios de gobierno que lo circundan; todo esto, aderezado con la algarabía contemporánea de sus
visitantes, que lo mismo acuden a apreciar su belleza que a hacer compras o escuchar un concierto, e incluso a ser parte de una manifestación social.
Desde 1987, el Zócalo de la Ciudad de México es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Su Centro Histórico es uno de los más antiguos de América y cuenta con cerca de mil 500 edificios, entre templos, museos, hoteles, tiendas, galerías, teatros y centros culturales, muchos de ellos catalogados como monumentos históricos o artísticos,
que lo convierten en un sitio perfectamente disfrutable a pie.
Con al menos cinco siglos de historia, ha acompañado un sinfín de transformaciones culturales y sociales. Fue hasta 1958 que el Zócalo, también conocido como Plaza de la Constitución, adquirió su sentido actual: como espacio utilizado para celebraciones, espectáculos musicales, manifestaciones y desfiles.
En 2017, esta plaza fue objeto de una remodelación a gran escala, y a partir de mayo de este año se convirtió totalmente en peatonal, como un esfuerzo por
revitalizar el espacio central de la Ciudad de México. El área exclusiva para caminar es de 12 mil 366 metros cuadrados, donde las personas pueden disfrutar y pasar el tiempo. El espacio peatonal conecta con la calle Madero, una de las más antiguas y la más transitada de nuestra ciudad, que desemboca en el Palacio de Bellas Artes y la Alameda Central, considerado el primer jardín de América; ambos sitios de gran valor arquitectónico y cultural. Para conocer y disfrutar el Zócalo, hay que caminarlo.
TEMPLO MAYOR, VESTIGIO DEL ESPLENDOR DE LA CULTURA MEXICA
Aún se aprecia la base de una pirámide de cuatro cuerpos, con adoratorios dedicados a Tláloc y Huitzilopochtli
En el corazón de la capital del país se erige una de las zonas arqueológicas más importantes que se construyeron durante el esplendor de México-Tenochtitlán, el Templo Mayor. Considerado el centro de la vida política y religiosa de la sociedad mexica, el lugar abarca 1.2 hectáreas, donde aún se aprecia la base de lo que fue una pirámide de cuatro cuerpos, que remataban en dos adoratorios dedicados a los dioses del agua, Tláloc –vinculado con la agricultura–, y de la guerra, Huitzilopochtli, patrón de los mexicas. Forman parte del complejo los vestigios de la Casa de las Águilas, los del templo del dios Ehécatl y un altar ceremonial a los pies de la escalinata, el Huey Tzompantli.
Si bien sólo quedan ruinas de la base piramidal, ya que el resto fue destruido en castigo a la resistencia mexica frente a la conquista, también pueden visitarse el área de juego de pelota y el Calmécac, la escuela de los nobles mexicas.
En la actualidad cuenta con un museo donde se exhiben más de 3 mil importantes
piezas de la cultura mexica halladas en esta zona arqueológica, entre ellas ofrendas, enterramientos, muestras de las etapas constructivas y objetos de la ocupación colonial. Una de las representaciones más importantes que pueden observarse es la de la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, un impresionante relieve policromo considerado la mayor pieza escultórica de la cultura mexica que se haya encontrado. También se puede apreciar el monolito de la diosa lunar, Coyolxauhqui. En la antigüedad, el Templo Mayor estaba separado del resto de la ciudad por una gran plataforma con escalinatas hacia norte y sur, y de él partían tres grandes calzadas que a su vez comunicaban la ciudad con tierra firme: hacia el sur, la de Iztapalapa; hacia el poniente, con Tlacopan, actualmente la zona de Tacuba, y hacia el norte con la de Tepeyac. Sacerdotes, guerreros y gobernantes eran los únicos que tenían permitida la entrada durante las celebraciones cívico-religiosas, y su entorno era un centro de convivencia masiva.
CORREDOR PEATONAL MADERO, EL MÁS TRANSITADO DE LA METRÓPOLI
Los fines de semana recibe 2 millones de visitantes
Con más de 350 mil transeúntes diarios, la calle Francisco I. Madero se ha convertido en la vía peatonal más transitada de la Ciudad de México.
También conocida como Corredor Peatonal Madero, es una importante calle que conecta la Plaza de la Constitución con el Eje Central Lázaro Cárdenas, la Torre Latinoamericana y el Palacio de Bellas Artes.
Es sede de joyerías, ópticas, restaurantes, hoteles, bares, cafés y museos que pueden visitarse a lo largo de sus 700 metros de longitud.
A partir de un proyecto de peatonalización, en 2010 fue cerrada la circulación a los automovilistas, desde entonces miles de personas la transitan a diario; en fines de semana alcanza a recibir a más de 2 millones de visitantes.
Madero, como la conocen los capitalinos, es la segunda calle más antigua después de la de Tacuba, también ubicada en el Centro Histórico. Originalmente fue nombrada como 1a. Calle de San Francisco, en alusión a un convento franciscano que en su momento fue
el más grande de América, cuya iglesia puede apreciarse a unos metros de la Torre Latinoamericana. La calle también fue conocida como La Profesa y Plateros.
Cuando el Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México avanzó por esta avenida para declarar el fin de la Guerra de Independencia. También fue vía de acceso para las entradas triunfales de Benito Juárez, Venustiano Carranza y, por supuesto, Francisco I. Madero.
Fue en 1914 cuando Francisco Villa, al frente de su División del Norte, pasó por esta senda, colocó una escalera en una de las esquinas de la vía y colgó un letrero que decía “Calle Francisco I. Madero”, a fin de rendir tributo al presidente que había fallecido el año anterior.
Para conmemorar este hecho histórico, hoy puede apreciarse ahí una estatua del general Villa hecha de bronce por el escultor Eduardo Bautista, la cual muestra al Centauro del Norte frente a una placa con el nombre de la vialidad. La escultura se encuentra en la esquina de Madero e Isabel la Católica.
Desde 2010, la calle Madero se cerró a la circulación vehicular, Fue Francisco Villa, en 1914, quien por primera vez colocó en esta vialidad una placa con la leyenda “Calle Francisco I. Madero”.
ALAMEDA CENTRAL, EL PARQUE PÚBLICO MÁS ANTIGUO DE LATINOAMÉRICA
Une al Centro Histórico y el Palacio de Bellas Artes con Paseo de la Reforma
Uno de los puntos más visitados de la Ciudad de México es la Alameda Central, considerado el parque público más antiguo de América Latina, pues data de 1592.
El encanto de la Alameda Central es pasear por sus múltiples bifurcaciones, ya que posee un trazado geométrico al estilo de un jardín formal. Desde 1821 ha sido un espacio abierto al público, en aquella época se instalaron lámparas de gas que más tarde fueron eléctricas. Hace más de una década el lugar fue objeto de una rehabilitación integral que se conserva en la actualidad.
Cuenta con bancas de metal y piedra para descansar o simplemente para con-
templar los alrededores, apreciar las fuentes y sus esculturas de la época colonial. Se trata de un espacio público concurrido y muy querido por los capitalinos. Dentro de este espacio se encuentra uno de los monumentos más importantes de nuestro país: el Hemiciclo a Benito Juárez, que destaca por su construcción de mármol y su estilo neoclásico. También se encontra un kiosco, que es punto de reunión para jóvenes y adultos mayores que gustan de bailar música de danzón los domingos. Está flanqueada por la avenida Hidalgo, donde se ubica el Museo Franz Mayer y el Teatro Hidalgo. Del lado opuesto colinda con avenida Juárez, sede de tiendas, librerías, restaurantes, cafés y hoteles.
Como parte del Centro Histórico, la Alameda Central es una especie de puente o conexión entre el Palacio de Bellas Artes y una de las avenidas más importantes de la ciudad: el Paseo de la Reforma.
En ese punto se ubica el Museo Mural Diego Rivera, que alberga la reconocida obra Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, hermosa pintura que data de 1947 y fue realizada por Rivera, uno de los muralistas mexicanos más reconocidos a escala internacional; la obra retrata personajes históricos como Sor Juana Inés de la Cruz y Frida Kahlo y representa diversas épocas de nuestro país: la colonia, la Independencia, la Revolución Mexicana y el México contemporáneo.