SUPLEMENTO CULTURAL
No. 106 - 24 DE JUNIO DE 2013 - AÑO 3
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
César Tomás Encina Arroyo nació en la ciudad de Zacatecas. Estudió en la Escuela de Música de la UAZ, continuó con sus estudios en la Escuela Nacional de Música (UNAM) bajo la tutoría del maestro Luis Humberto Ramos. Ha trabajado bajo las órdenes de directores como Ramón Shade, Manuel de Elías, José Luis Castillo, Luis Herrera de la Fuente, Francisco Savín, Luis Manuel Saloma, Sergio Cárdenas, Alfredo Ibarra, Manfred Huss, entre otros. Actualmente es docente investigador de la Unidad de Música (UAZ), clarinete principal de la Camerata de Coahuila (Torreón) y de la Filarmónica de Zacatecas, con las cuales realiza una intensa actividad como solista.
[Una entrevista con él en páginas centrales]
106
24 DE JUNIO DE 2013 / AÑO 3
El 28 de junio de 1969, por primera vez en la historia, en Estados Unidos la comunidad gay salió a las calles de manera organizada a exigir que sus derechos humanos fueran respetados. Desde entonces, las personas con preferencias sexuales diferentes, de manera decidida, decidieron exigir a la comunidad heterosexual respeto y tolerancia porque este mundo le pertenece a todos por igual. Esa lucha continúa, y a pesar de que estamos en pleno siglo XXI, siguen lamentablemente siendo señalados por algunos como “anormales”, “enfermos”, “promiscuos”, “pecadores”, y un largo etcétera. Etiquetas van, etiquetas vienen, lo cierto es que las preferencias sexuales son sólo eso; y no determinan la bondad o la malignidad, la normalidad o la anormalidad, de los seres humanos. Suele suceder que quienes tiran la primera –y la segunda y la tercera- piedra de la intolerancia, hablan de y juzgan a la homosexualidad desde un punto de vista moralino, distorsionado por los convencionalismos sociales y culturales. Y son estos convencionalismos los más difíciles de cambiar, sobre todo en sociedades como la nuestra, en las que la idea de que hay un Dios castigador “que todo lo ve” y te manda al infierno si te “portas mal”, prevalece hasta nuestros días. Recuerdo en estos momentos una historia muy triste, relacionada con esto mismo y que a continuación comparto con ustedes –de entrada les digo que los hechos son reales pero los nombres son ficticios-. Sucedió hace casi 25 años, en una comunidad zacatecana. Don Pedro era el panadero del pueblo, un hombre muy querido por la gente. Desde muy niño le tocó trabajar la tierra en el rancho de sus padres; cuando creció se casó con Herlinda, una mujer buena, de naturaleza fuerte: le dio cuatro mujeres y un solo hijo varón. La situación en el campo era crítica y decidió migrar a la ciudad cuando sus hijos eran pequeños; en la ciudad fue más complicado y decidió irse al norte para sostener a su familia. Disciplinado como era, duró sólo 5 años en Estados Unidos; semana con semana mandaba dinero a doña Herlinda para la casa y para la iglesia –porque hizo una manda y le encomendó el bienestar de los suyos a la virgen del Refugio-; con lo que ahorró puso una panadería en la que se hacía “el mejor pan ranchero del mundo”. Don Pedro era muy bueno, tan bueno –decía la gente- que educó a su familia inculcándole
el amor a Dios y al prójimo; ayudaba a los necesitados, amaba a los suyos, rezaba el rosario todos los días. Trabajaba de sol a sol, era un tipo decente. Se acercó tanto a la iglesia que incluso estaba autorizado por el sacerdote para dar la comunión a los enfermos. Su familia era ejemplar, sus hijos eran responsables, le ayudaban en la panadería, iban a la iglesia y en la escuela tenían las mejores calificaciones. La suya era una familia ejemplar. Pedrito, su hijo, era el más bueno de todos, el de más buen corazón –decía la gente-, ayudaba a su madre en la cocina, lavaba la ropa, la planchaba –igual que sus hermanas-, hacía el aseo de la panadería, le daba de comer a las vacas, acompañaba a su padre a distribuir el pan en las rancherías, iba a la iglesia, siempre fue el mejor alumno en su salón. Pedrito era homosexual. Todos lo sabían pero nadie lo mencionaba; incluso don Pedro lo sabía pero nunca lo platicó con él, hasta ese día en que después de misa, Pedrito se armó de valor y le confesó a su papá que no le gustaban las mujeres. Don Pedro se puso muy triste primero, luego entró en cólera y tuvieron una discusión terrible en la que él le dijo a su hijo que con su vida “avergonzaba a Dios”… después, ambos lloraron toda la tarde, encerrados cada uno en su cuarto. Todos lloraron ese día hasta que la noche llegó. Al día siguiente, don Pedro se levantó temprano, se persignó y salió al corral a darle de comer a las vacas, que mugían de hambre –pensaba-… Encontró a Pedrito colgado de las vigas del almacén. Esa mañana el pueblo escuchó el alarido más triste y hondo que se ha escuchado jamás. El grito provenía de la panadería de don Pedro, de ese hombre bueno, religioso, trabajador, decente y querido por todos; y del que por cierto, después del sepelio, no se volvió a saber jamás. ¿Cuántos Pedros como el papá y el hijo de esta historia conoce usted? En espera que esas historias jamás se repitan, refrendamos desde aquí nuestro respeto a los que tienen preferencias sexuales diferentes; y nuestro compromiso con defender la libertad, la tolerancia, la igualdad, la equidad, la dignidad de todos los seres humanos. Porque en este mundo nos tocó vivir y a todos nos pertenece. Porque merecemos todos y todas vivir en armonía y en paz. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Avances y pendientes en el aniversario 44 de Stonewall por Iván Martínez
Derechos LGTB por Paulina Salinas
3 4
La homosexualidad y la salud mental por Lucía Medina Suárez del Real
César Tomás Encina Arroyo El clarinetista por Jánea Estrada Lazarín
Cómo escribir de eso por Marco Antonio Flores Zavala La diversidad social por Ricardo González
Desayuno en Tiffany’s, mon ku por Lluna Llecha y Carlos Belmonte Glosario LGBT básico por Oswaldo Zaldivar Serrato
5 6 7 8 9
Amar no es una historia de siempre por Cristian Ramírez
11 Almendra por Edgar Khonde ¡Abajo la sociedad heterosexista! Por un cambio de sociedad. AHORA. por Geoffroy Huard
Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
24 de junio DE 2013
Avances y pendientes en el aniversario 44 de Stonewall Por Iván Martínez*
Recuento histórico
A todos los aliados que nos han acompañado; con cariño y agradecimiento, a Jánea
Cuarenta y cuatro no es un número significativo, pero –pienso- seis años más es mucho para hacer un recuento generacional a cinco décadas de los sucesos de Stonewall; los disturbios en el bar neoyorkino de ese nombre que marcaron la lucha por los derechos homosexuales y a las generaciones que siguieron. No porque no deba conmemorarse, ni porque 1969 haya sido reemplazado por un nuevo ícono en el inconsciente gay; es que ya la actualidad nos rebasó, a generaciones anteriores, a la mía, y ni decir de quienes rondan los 18, 20 años, para quienes la actualidad tiene que ver con sobrellevar el bullying preparatoriano o con el abrumador número de aliados heterosexuales que han colocado, en la agenda pública mundial, el tema del matrimonio igualitario. Judy, Liza, los musicales de Jerry Herman, Stonewall, Castro, Nancy, Patria y hasta Pedro Zerolo, no le dicen nada a los jóvenes que luchan solos, ni a los avances logrados en los últimos doce meses y, hasta donde sé, ni Hollande, Ebrard o los jueces de la Suprema Corte de Justicia mexicana, se han convertido en estandarte de nada; Ellen, Neil Patrick Harris y el talento de Glee, sin dejar de significar tanto, son cosa aparte. No digo, por supuesto, que hayamos llegado hasta aquí sin ellos, o sin las vilipendiadas extravagancias que nos dieron visibilidad y que hoy la corrección política quisiera desaparecer (sí, me parece un absurdo, una hipocresía producto de la estulticia que en la Ciudad de México existan dos marchas del orgullo: una de ellas, “seria” y “profunda” donde se prohíbe lo festivo). Digo que no nos hemos detenido a festejar lo que hemos logrado y que nos hemos olvidado de acompañar –y valorar- a la nueva generación, ésa que, sola y con fortaleza admirable, nos ha enseñado que en el siglo XXI, la homofobia se combate desde la más natural convivencia entre diversidades. Hay pendientes y de pronto los titulares del día nos despiertan con noticias irracionales: desde el asesinato de un joven a la vuelta del Palacio de Bellas Artes tras increpar el grito de “puto”, hasta la nueva ley que prohíbe la “propaganda homosexual” en Rusia o la de Nigeria que encarcelará por 14 años a quien pretenda casarse, pasando por el congresista polaco atacado durante el gay pride de Varsovia la semana pasada; o la actual lucha del actor Felipe Náje-
ra para que la Asociación Nacional de Actores (México) actualice sus estatutos y la de cabilderos estadounidenses que pelean por una reforma migratoria que nos incluya. Pero también hay avances. Hay que reconocerlos y festejarlos. En México, por ejemplo, fue en diciembre pasado cuando jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgaron amparos a tres parejas homosexuales, a quienes un registro civil de Oaxaca había impedido solicitar matrimonio; en teoría, esta resolución abre el matrimonio igualitario en todo el país. Dos meses antes, la Secretaría de Salud del gobierno federal, eliminó la restricción que nos impedía donar sangre; en ese tema somos pioneros. También, en los últimos meses y tras reformas legales aprobadas en el Congreso y resoluciones enviadas desde el CONAPRED, el IMSS y el ISSSTE han comenzado a registrar como sus beneficiarios a cónyuges del mismo sexo. En Europa, mientras Francia logró sacar su reforma de matrimonio gracias al impulso del presidente Hollande, pero a pesar de la violencia desatada por la oposición conservadora, Londres dio muestra de civilidad desde la cámara de los comunes y hoy, conforme avanza el debate, cada vez son más los nobles que en la Cámara de los Lores defienden el concepto de igualdad que deberá regir al Reino Unido; ahí mismo, surgió hace unos días la revelación de un soldado a quien el príncipe Harry salvó de una violencia que pudo llegar a la muerte.
Más allá de ellos, y de hipócritas actualizaciones de postura (el más reciente: Michelle Bachelet buscando nuevamente la presidencia chilena) o debates legaloides que aún no encuentran fin (Colombia está en medio de una confusión legal que se resolverá esta semana cuando entren en vigor las nuevas normas notariales), fue Estados Unidos y su gente, quienes marcaron el último año. Además del mar de aliados que surgieron cuando llegó a la Corte Suprema el tema –todavía no concluido- de la prohibición de matrimonios igualitarios, un grupo importante de adolescentes protagonizó las noticias escolares desde los más diversos rincones de aquel país; podrá parecer anecdótico, pero que suceda por primera vez y un año después del más excesivo en suicidios por bullying, detiene cualquier intento de minimizarlos. En Boston, Cody Tubman, una chica transgénero, fue reina del tradicional baile de graduación, igual que Andii Viveros en Florida; Dylan Meeham y Brad Taylor aparecen en el anuario de su preparatoria como la mejor pareja de generación y son varios más los que aprovecharon ser elegidos para ofrecer el discurso final para salir del clóset o para agradecer el apoyo incondicional de amigos y maestros; en una preparatoria masculina, el presidente Obama fue también muy aplaudido por los estudiantes cuando en su discurso los encomió a seguir viviendo libremente.
El caso más relevante, me parece, fue el de Marcel Neergard, de Tennessee, que con su pequeña campaña por YouTube, logró que al congresista John Ragan le fuera retirado un premio como “mejor legislador del año”; al pequeño de once años de edad, le parecía inconcebible que el autor de una ley probully, fuese considerado merecedor de cualquier cosa que no fuera el repudio. Cindy McCain, una de nuestras aliadas más representativas en los Estados Unidos, esposa del ex candidato presidencial republicano John McCain, ha dicho que para la próxima elección presidencial de su país (2016), los dos partidos estarán a favor del matrimonio igualitario; es optimista: aunque la voz de su marido pesa y por ella se han sumado varios republicanos a la famosa campaña NOH8, la figura republicana emergente (el presidenciable Marco Rubio) no parecer tener mucho interés en ampliar su cerrada visión. En Zacatecas, por lo pronto, da gusto ver tan activos a dos de las figuras más queridas de nuestra comunidad luchando por el voto popular: Benjamín Medrano y Martín Uvario. Además, cómo no reconocer a ese consecuente aliado que tenemos en Álvarez Máynez. Aprovechémoslos. Australia: Antes de enviar este texto, me entero de un logro más de una pequeña; una niña transgénero de nueve años ha vencido su propia lucha y desde ya, tiene permitido usar el baño de niñas de su primaria. * Crítico musical. ivanmartinez@lorfeo.org
LA GUALDRA NO. 106
Derechos LGTB
Derecho
Por Paulina Salinas* “Yo he tenido que luchar para ser yo y que se me respete, y llevar ese estigma, para mí, es un orgullo. Llevar el nombre de lesbiana. No voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo niego. He tenido que enfrentarme con la sociedad, con la Iglesia, que dice que malditos los homosexuales… Es absurdo. Cómo vas a juzgar a un ser que ha nacido así. Yo no estudié para lesbiana. Ni me enseñaron a ser así. Yo nací así...” Chavela Vargas
Para empezar, ¿qué es LGTB? Es un término formado por las siglas de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, utilizado desde los años 90 para referirse a todos aquéllos no heterosexuales. Queda claro, entonces, que estamos hablando de una colectividad, de un sector de la sociedad formado por personas que viven y se desenvuelven en un entorno regulado por leyes y reglamentos. Así, partiendo de la idea de que el derecho es un conjunto de normas que regulan la conducta humana dentro de una sociedad, debemos entender que estas normas deben comprender a todos sus miembros sin excepciones de ninguna clase. Esto lo encontramos en el primer artículo de la Constitución Política del país, que establece la prohibición de toda discriminación motivada, entre otras cosas, por las preferencias sexuales. Entonces, ¿por qué sigue habiendo discriminación y distinción en los derechos de la comunidad LGTB? La conocida Ley de Sociedad de Convivencia del Distrito Federal, publicada en el 2006, dispone que es un acto jurídico bilateral entre dos personas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena, celebrado mediante un contrato con el objetivo de establecer un hogar común, con voluntad de permanencia y de ayuda mutua. Su consentimiento es expreso, se debe realizar por escrito, registrado y ratificado ante la Dirección General Jurídica y de Gobierno del Distrito Federal, pero al contrario de lo que sucede en el Registro Civil al registrar un matrimonio, el estado civil de las partes no se modifica al formar una sociedad de convivencia. En este contrato, se determinan las relaciones patrimoniales, pues se crean derechos sucesorios entre los convivientes como si fueran concubinos. También surge el deber recíproco de proporcionarse alimentos, y cuando la sociedad se termina, el conviviente que no tenga recursos suficientes para su sostenimiento, tiene derecho a una
pensión alimenticia por la mitad del tiempo que duró la Sociedad de Convivencia. En el contenido de esta Ley se establece que cuando pueda ser aplicable, la Sociedad de Convivencia se regirá en los términos del concubinato, mismo que es considerado por el Código Familiar del Estado como un matrimonio de hecho, entre un hombre y una mujer, que de manera pública y permanente hacen vida en común, como si estuvieran casados, durante más de dos años o si tienen hijos. Entendiendo esto, podemos abordar el tema de la seguridad social. La fracción XII del Artículo 5 A de la Ley del Seguro Social, dispone que serán beneficiarios: el cónyuge del asegurado o pensionado, y a falta de éste, la concubina o el concubinario, por lo que se deduce que los que celebren el contrato de convivencia, serán considerados como beneficiarios de los asegurados, en términos del concubinato. Así, existen tanto similitudes como diferencias entre el concubinato y la Sociedad de Convivencia; por ejemplo, en ninguna de estas dos posiciones se modifica el estado civil de las personas, pero los concubinos sí crean relaciones de parentesco por filiación con la familia de la pareja, y los convivientes no. Otra diferencia es que el concubinato se adquiere de manera automática por el simple hecho de vivir en unión libre o por tener un hijo, y la Sociedad de Convivencia debe ser, como requisito indispensable, celebrada mediante contrato y además hacer el registro correspondiente. En cuanto al matrimonio, a inicios del 2010 se reformó el Código Civil del Distrito Federal, adecuando la definición del matrimonio al hacer referencia a “la unión libre de dos personas”, ampliando así la posibilidad de que los matrimonios sean celebrados entre personas del mismo sexo, y se suprimió como finalidad del matrimonio la de “procrear hijos de manera libre, responsable e informada”, que a mí me parece bastante adecuado e incluso lógico.
Egon Schiele, Luchador
Suena más a una falsa excusa para establecer limitaciones. Si la finalidad del matrimonio es la procreación, entonces debería prohibirse a las personas estériles, a las de edad senil, a las mujeres después de la menopausia o a todos los que optaran por no tener hijos. Si la finalidad primordial para contraer matrimonio, es la de procrear, sería necesario instaurar un examen de fertilidad previo al casamiento y que cada pareja se obligue a procrear, bajo pena de nulidad si no lo hiciere. Esto va más allá de las preferencias sexuales, pues como comentamos al principio, estamos hablando de seres humanos que viven y se
desenvuelven dentro de una sociedad que, bien o mal, ha creado una serie de convencionalismos y reglas que no incluyen a todos. La patria potestad, el apellido, la herencia, los derechos migratorios, la seguridad social, los bienes gananciales, todos son invenciones humanas a criterio, a lo mejor, de la mayoría, pero no de todos. Por esto, el matrimonio debería ser una institución jurídica que protegiera los derechos de todas las parejas y de todas las familias, y su valor debe ir más allá de los aspectos cuestionables que tenga cada quién para contraer nupcias con su pareja. * Licenciada en Derecho. lic.p.salinas@gmail.com
24 de junio DE 2013
La homosexualidad y la salud mental Por Lucía Medina Suárez del Real*
Sicología
Tres preguntas en torno a la diversidad sexual, particularmente respecto a la homosexualidad, que han atormentado a la siquiatría y a la sicología a lo largo de su historia: La primera parece sencilla, ¿qué es ser homosexual? Eusebio Rubio la define como la persona “motivada en la vida adulta por la atracción erótica preferencial a miembros del mismo sexo”,1 pero advierte también que hay polémica al respecto en cuanto a si es homosexual sólo el que tiene una conducta congruente con esa orientación sexual, o si también puede llamársele así a quien tiene una vivencia interna homosexual pero, para decirlo en términos coloquiales “no ejerce”. El concepto es tan frágil, que incluso se desdibuja si tratamos de autodefinirnos, un ejemplo: de ser usted mujer, ¿a quién prefiere besar: a la actriz Charlize Theron o al pederasta Succar Kuri? Si usted es hombre, cuénteme, con quién preferiría tener un encuentro sexual no coital, ¿con Brad Pitt o con Elba Esther Gordillo? Si eligió a los de su mismo sexo, ¿eso lo convierte en homosexual, o es sólo una expresión de sus gustos refinados? Alfred Kinsey, sexólogo norteamericano que encuestó a doce mil personas a mediados del siglo XX se enfrentó al mismo problema: el 37% de sus entrevistados varones había tenido una experiencia homosexual hasta alcanzar el orgasmo, 18% incluso había tenido incluso una experiencia homosexual intensa y estable. Pero los estudios de Karla Jay (treinta años después) marcaban que sólo entre 4 y 10 por ciento de varones y entre 2 y 5% de mujeres se definían así mismos como homosexuales.2 La segunda pregunta, ¿cuál es la causa de la homosexualidad? En términos biológicos las explicaciones se lo adjudican a diferencias hormonales, anatómicas o genéticas. Por su parte algunos sicólogos, los menos afortunadamente, argumentan familias disfuncionales y figuras parentales ausentes. Otros creen que se trata de una elección, y unos más consideran irrelevante la pregunta, ¿acaso nos
Las Yeguas del Apocalipsis, Las dos Fridas, fotoperformance, 1990.
preguntamos cuál es la causa de la heterosexualidad? La pregunta más polémica es quizá si se puede “curar” la homosexualidad. Los más conservadores creen que sí, como los padres de Zulema, la ecuatoriana que sacudió a su país con la denuncia del secuestro del que fue víctima a manos de sus propios padres para internarla a la fuerza en una clínica sicológica donde supuestamente le curarían la homosexualidad. Falta de actualización, quizá, porque la Asociación Americana
de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) retiró a la homosexualidad de su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) hace cuarenta años (1973). Mantuvo un tiempo el trastorno de homosexualidad ego distónica consistente en la insatisfacción de los homosexuales con su propia orientación y su deseo de cambiarla, que aunque consideraba patológico la falta de aceptación más que la orientación, fue retirada del DSM en 1988, luego de cabildeos y protestas de grupos lésbico-gays, que
argumentaban que ese deseo era producto de la presión social y no de una decisión personal. Años antes el mismísimo Freud tan vilipendiado y difamado a veces expresó su postura en una carta dirigida a la madre de un paciente aparentemente homosexual: “La homosexualidad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que uno deba avergonzarse, un vicio o una degradación; ni puede clasificarse como una enfermedad. Nosotros lo consideramos una variante de la función sexual, producto de una detención en el desarrollo sexual”.3 Ahí empezó la polémica: “detención en el desarrollo sexual”… Y si la homosexualidad es vista en esos términos, la bisexualidad, la más discriminada de las orientaciones se considera así: Hartman en 1930 descubrió que “en cada célula viviente coexiste un elemento integrante material, al que denominó pasivo o femenino, y otro locomotor, activo o masculino”, lo que lo llevaba a afirmar la existencia de una “bisexualidad inmanente”.4 Freud andaba en la misma idea, en palabras de Alberto Tallaferro, Freud cree que: “existe en todos los individuos una disposición bisexual originaria que en el curso de la evolución, se ha ido orientando hacia la monosexualidad, pero conservando algunos restos del sexo opuesto”. El padre del psicoanálisis sustenta su afirmación en datos embriológicos, anátomo-patológicos, celulares, bioquímicos y experiencias en vertebrados y mamíferos superiores.5 ¿Pero cuál es la necesidad de la etiqueta? Si como dicen Gloria Careaga y Salvador Cruz: “Sólo la mente humana inventa categorías y se esfuerza para que los hechos quepan en casilleros separados, a pesar de que los hechos se subvierten constantemente”. Y si somos más atrevidos, quedémonos con las palabras de Kinsey: “Las relaciones sexuales enriquecen la relación entre dos personas, sin importar quiénes sean (casados o no, del mismo sexo o no)”. Entonces, a clasificar menos y vivir más. * Licenciada en Sicología.
1 Eusebio Rubio y Alma Aldan, “La expresión homosexual del erotismo”, en: Antología de la sexualidad humana, Tomo I, Ed. Porrúa, 1era. Edición, 1994, p. 595. 2 Op. Cit., pp. 606 y 607. 3 American Journal of psychiatry, abril de 1951, p. 786. Consultado en: Patricia Garrido Elizalde “Freud y la homosexualidad”, 27 de abril de 2010. http://www.cartapsi.org/spip.php?article233 4 Alberto Tallaferro, Curso básico de psicoanálisis, Ed. Paidós, México D.F., 2009, p. 181. 5 Op. Cit., p. 181. 6 Gloria Careaga y Salvador Cruz “Introducción”, en: Sexualidades diversas: Aproximaciones para su análisis”, Ed. Porrúa-UNAM, México D.F., 2004, p. 16. 7 Adolfo Benjamín, “El sexo del DSM IV: sobre la psiquiatrización de la vida sexual humana”, en: El libro negro de la psicopatología contemporánea, de Silvia Fendrik y Alfredo Jerusalinsky, Editorial Siglo XXI, 2011, p. 212.
LA GUALDRA NO. 106
César Tomás Encina Arroyo El clarinetista
Música
Por Jánea Estrada Lazarín César Tomás Encina Arroyo nació en la ciudad de Zacatecas. En 1991 ingresa a la Escuela de Música de la UAZ, para después continuar con sus estudios en la Escuela Nacional de Música (UNAM) bajo la tutoría del maestro Luis Humberto Ramos. Ha participado con la Camerata de Coahuila, Camerata Universitaria Autónoma de Zacatecas, Orquesta de Cámara de Bellas Artes, Orquesta Sinfónica Carlos Chávez, Orquesta Sinfónica de Baja California, Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y Filarmónica de Zacatecas. En 1996 obtiene el Premio a la Mejor Interpretación del Concierto para Clarinete y Orquesta K. 622 de Wolfang A. Mozart; y un año más tarde, por la Mejor Interpretación de la Sonata para Clarinete y Piano Op. 2 de J. Brahms; condecoraciones otorgadas por la Sociedad de Clarinetistas de México. Formó parte del Cuarteto de Clarinetes “Arghül” y con ellos obtiene del Premio en el Concurso de Música de Cámara convocado por el INBA (1998); fueron seleccionados para participar en el Festival Internacional de Música Universitaria (FIMU) en la ciudad de Belfort, Francia, en el verano de 1998 y 2000; y con ellos ofrece recitales en diversos foros del país. Ha trabajado bajo las órdenes de directores como Ramón Shade, Manuel de Elías, José Luis Castillo, Luis Herrera de la Fuente, Francisco Savín, Luis Manuel Saloma, Sergio Cárdenas, Alfredo Ibarra, Manfred Huss, entre otros. Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Zacatecas en los años 1996 y 1999. Actualmente es docente investigador de la Unidad de Música (UAZ), clarinete principal de la Camerata de Coahuila (Torreón) y de la Filarmónica de Zacatecas, con las cuales realiza una intensa actividad como solista.
La Música
Jánea Estrada: ¿Cómo inicias tu carrera musical? César Encina: Uno de mis primos era nieto de don Juan Pablo García y me invitó a ingresar a la Banda del Estado. Me llamaba mucho la atención desde niño esa parte de la música que expresa ideas, o que estaba bien estructurada. A veces en canciones comunes, en canciones que escuchaba en casa de mis papás. JE: ¿En tu casa escuchabas música de concierto? CE: No… de todo, creo que lo más cercano a eso era Richard Clayderman [ríe]. Fue en la Banda del Estado donde comencé a apreciar la música de concierto, siempre me llamó la atención el oboe, pero en la banda sólo hay uno y ya estaba ocupado. Entonces me dieron un clarinete; fue una maestra de solfeo e instrumento de nombre Ofelia; la recuerdo mucho, ella era epiléptica, tengo muy grabados esos sucesos epilépticos en ensayos porque yo desde los 7 años tengo esa misma enfermedad… Fue a los 15 años cuando “me subieron” a la banda, ingresé a la sección de primeros clarinetes y ahí duré dos años solamente. JE: ¿Por qué? ¿Qué influyó en la decisión de salirte? CE: Estaba en segundo de sicología, estudiaba esa carrera porque mis pa-
pás decían que con la música me iba a morir de hambre [ríe]; yo hubiera estudiado arqueología, aunque mi papá hubiera sido muy feliz si hubiera sido abogado. En ese entonces, apareció en mi vida la figura del maestro Luis Humberto Ramos. Fue en el último Festival Cultural que dirigió Luis Félix cuando en el Teatro Calderón se presentó el maestro Luis Humberto con un quinteto de alientos de Bellas Artes. Recuerdo que yo estaba sentado, viendo de frente al maestro tocar de esa manera el clarinete, con esa seguridad, con su mano derecha al frente, así como es él, y me impresionó mucho. Luego me enteré que en la UAZ daría clases y fue cuando decidí dejar la Banda del Estado. JE: ¿Recuerdas cómo fue? CE: Sí, siempre aprecié mucho a don Juan Pablo García, y él me tenía estima. Por eso fui a buscarlo a su casa. Llegué, pensó que le pediría un nuevo permiso para faltar, le dije que en realidad iba a renunciar a la banda y quería agradecerle su apoyo. Se quedó callado, dejó su sombrero sobre el piano de su casa, y después de explicarle que quería seguir estudiando y hacer una carrera profesional como clarinetista, lo aceptó y me dijo cosas muy bonitas, me deseó lo mejor y me dijo que siempre sería bienvenido. Se lo agradezco mucho.
JE: ¿Cómo fue tu encuentro con Luis Humberto Ramos? CE: Me inscribí a la Escuela de Música y hubo una primera reunión como con 15 alumnos; me escuchó y de inmediato me separó del grupo, sin decir nada más, porque ésa es su técnica didáctica: tú tocas y él te escucha. Me citó nuevamente al día siguiente y me dio el material que debería estudiar, los métodos. Yo ya tocaba, pero volví a empezar de cero con él, desde ahí el clarinete me gustó más, me identifiqué mucho con él, se volvió una extensión más de mi cuerpo, de mi brazo, de mi boca… es un instrumento con muchas posibilidades expresivas pese a que es un instrumento joven a comparación del violín o del fagot, tiene un registro muy amplio, mucha agilidad… JE: Eras apenas un adolescente cuando se da ese nuevo encuentro con el clarinete… ¿Qué más sucedió en esa etapa? CE: Estaba pasando por una etapa post-depresiva debido a la epilepsia, por estar creciendo, por no estar estudiando arqueología… Lo que me dijo el maestro Luis Humberto en la segunda cita fue: “Tienes que cambiar ese instrumento, eso no sirve, es para el boiler”, era un clarinete de pasta y yo necesitaba uno de madera –por lo menos. Después me enteré cómo en la Escuela Nacional se peleaban los alumnos porque él fuera su maestro,
y de cómo él era tan sincero, a veces hasta cruel al decirle a los aspirantes sin posibilidades: “Deja esto, no sirves para el clarinete”; entonces para mí era un orgullo muy grande ser su alumno y eso implicaba mucha responsabilidad, estudiaba más. Él vio algo en mí y poco tiempo después me propuso como asistente en la UAZ. JE: ¿Cuánto tiempo estudiaste con él? CE: Desde los 18 años. Fui su asistente, me dejó a cargo de sus alumnos, porque él era profesor visitante y venía cada mes a revisar avances con ellos; estaba trabajando ya en la UAZ. Dejé sicología, estaba de lleno en la música. Un día, me trajo la convocatoria para
24 de junio DE 2013 ingresar a la Escuela Nacional, me entregó un recorte de periódico y me dijo: “Si quieres salir del pueblo, ésta es tu oportunidad”. Acepté, me fui al DF, me inscribí, me entrevistó tres minutos, y seguí estudiando con él.
Música
JE: ¿Cuándo diste tu primer concierto? ¿Cómo ha sido tu experiencia desde entonces? CE: El primer concierto lo di en 1996, con Alfonso Vázquez, en el Calderón. Estando aquí toqué mucho con Luis Herrera, en un dueto de clarinete y piano; luego toqué muchos programas con él y con Solanye Caignet en un trío. Estando en el D.F. fui integrante del Cuarteto de Universitario de Clarinetes Arghül, un cuarteto con el que me hubiera gustado que se hiciera más pero cada quien tomó su camino a diferentes ciudades. JE: Como tú… ¿cómo es que llegas a Torreón? CE: Me invitan, gracias a Luis Humberto Ramos, como clarinetista invitado a un concierto de aniversario de la Camerata de Coahuila. Fue la primera vez que toqué con mi maestro. JE: Háblanos de eso… ¿cómo les fue en ese primer concierto? CE: Estaba muy emocionado… re-
cuerdo dos cosas claramente: la oscuridad del teatro y la voz de Luis Humberto diciéndome “Iguálame el sonido, iguálame el timbre”; terminando el concierto me palmeó el hombro y me dijo “Muy bien, César”, y ya, no recuerdo más [ríe otra vez], pero fue un buen concierto. Después de eso el director de la Camerata de Coahuila, Ramón Shade, me invitó como primer clarinete; al principio era sólo invitado y luego me quedé de planta.
La vida JE: ¿Cómo fue tu infancia? CE: Soy el mayor de cuatro, tengo tres hermanas. Fui un niño que vivía
en una especie de burbuja debido a la epilepsia. Mi madre siempre ha sido un gran soporte para mí, era yo muy frágil. Siempre digo que yo me acabé a mi mamá porque le di muchas preocupaciones por mi salud, fueron muchos médicos, muchos estudios, me llevaba, me traía... María del Socorro, ella lo es todo, somos muy unidos, no necesitamos decirnos nada. Tuve una figura paterna un poco ausente porque, ahora lo comprendo, mi papá no sabía cómo lidiar con mi epilepsia, no quería verme mal. Nunca lo he juzgado, de hecho lo entiendo: tuvo un solo hijo, enfermizo, homosexual… lo entiendo. Nuestra relación ha mejorado con los años. Lo respeto. Me respeto. Nos queremos.
CE: Yo enfermo, frágil. Mi mamá muy fuerte, cerca de mí. Mi abuela muy trabajadora, la quise mucho, lavaba ajeno, cuando era viejita le sacaron unas radiografías y tenía una aguja en cada brazo, se encajaron mientras lavaba, encarnaron y quedaron ahí de recuerdo.
té mucho. No es miedo al público, es miedo a equivocarme, a no hacer las cosas con la perfección requerida. Por eso estudio todos los días, después de los ensayos, durante las tardes, lo hago durante tres o cuatro horas diarias. Disciplina, con eso se superan los miedos.
JE: Eres un hombre muy sensible, ¿qué te hace llorar? CE: Todo. Me hace llorar la enfermedad de mis seres queridos. Lloro con las películas, las canciones… escucho música de toda. Lloro con los niños abandonados, al ver las ancianitas solas en las calles. Me hace llorar imaginar una vejez en soledad…
JE: ¿Tus episodios epilépticos eran muy recurrentes? CE: Sí, mucho. Durante primaria y secundaria falté mucho a la escuela porque tres veces a la semana convulsionaba, hasta ocho veces diarias… Esos episodios fueron disminuyendo conforme fui creciendo y conforme fui metiéndome más a la música.
JE: ¿Cuáles son tus miedos, que te apena? CE: [ríe] Hablar en público, antes de me daba miedo, ahora sólo me apena. Dentro de la epilepsia a veces no convulsionaba, pero me quedaba mudo. Las palabras no salían simplemente, se me iba la voz. Súmale a eso mi timidez. Tengo también una paranoia hacia la muerte. Le tengo miedo a morir sin haber hecho nada en esta vida.
JE: ¿Qué te gusta más de tu vida? CE: Me gusta todo de mi vida. Todo. La música, la literatura, la arqueología, el cine, el atletismo. La forma como vivo y como he vivido. Me hace feliz tener a la persona que tengo a mi lado, tener una casa que compartimos juntos, me cuida como algo único sobre la tierra, me apoya. Soy feliz. Tengo casi un año de casado, pero con mi pareja tengo más de 10 años. Me casé porque hay mucho amor, y me preocupaba mucho el hecho de su seguridad, el de su protección a largo plazo por cuestiones legales... El matrimonio hizo que me sintiera más comprometido, con más responsabilidad porque alguien depende de mí –el amor es una responsabilidad que se comparte-. Fuera de eso nunca he tenido problemas con mi forma de vida, soy muy respetuoso de mi vida y de la de los demás, por eso me he ganado el respeto de la sociedad, de mi familia.
JE: ¿La música te ayudó a controlar la epilepsia? CE: Sí, y eso lo hice más consciente hasta hace algunos años. La música fue el escape de lo que yo estaba conteniendo desde que estaba en el vientre de mi mamá. La música me ayuda. Aunque nunca se quita la enfermedad, fue disminuyendo… hoy está controlada. La controlo. JE: ¿Qué imágenes recuerdas más de esa época?
JE: ¿Y cómo has hecho para superarlo? Porque actualmente eres un hombre congruente, decidido, exitoso… CE: Enfrentarme a mis miedos, al público, se me ha hecho una especie de “vicio”, rutinario, pero me apasiona. Por ejemplo ahora que el director Manfred Huss me pidió que fuera solista, le dije que sí sin titubear, me sentí muy honrado… pero después dije ¿por qué lo hice? Pero lo disfru-
César Tomás Encina Arroyo es un profesional del clarinete, respetuoso, talentoso. Es un artista prestigiado, pero más allá de eso, es un ser humano libre y congruente. Es un hombre de valores, que ama profundamente y que trabaja todos los días por su felicidad.
Cómo escribir de eso
LA GUALDRA NO. 106
Por Marco Antonio Flores Zavala*
Sociedad y política
Si decide escribir, al comenzar use los términos: homosexual, lesbiana, transexual, transgénero, travesti, hipocresía, discriminación o marcha anual del orgullo. Puede incluir antro, fiesta, desfile, homofobia, sombras, noche, delación, acusación. Considere, sin pronunciarlo, que refiere a los putitos, como dice continuamente un amigo colega universitario. En el texto, asiente gay como si fuese un todo único. No infiera diversidad, libertad y tolerancia. No utilice imágenes donde exista integración e igualdad. Dé cuenta de fiestas sin tono y sí mucho color y extravagancia. Cuando sean retratos, que sean de famosos por aparecer en la televisión. Nunca por ser escritores, deportistas, científicos o políticos. Use imágenes de travestis nocturnos. Si es de la celebración de un matrimonio o de contrato de convivencia, tome sólo a los contrayentes, quizá tomados de la mano. Si incluye un beso, que aparezcan los gays solos, sin nadie alrededor. No dé constancia de alegría de quienes los acompañan en el festejo de la boda. En la prensa sitúelos en las secciones policiacas, acusados prefe-
rentemente de delitos morales. En la sección de sociales ubíquelos como peinadores y diseñadores de alta costura. En política y economía no. Censúrelos. Salvo que sean reuniones donde se inaugura una exposición, son jefes de relaciones públicas, secretarios particulares y analistas internacionales. Jamás les dé una nota en educación. La figura de los gays travesti debe ser preferida a la del profesor que gana concursos, y sus alumnos son buenos ciudadanos y le estiman, como en In & Out. Cuando le delaten la identidad de uno o varios gays (como si fuese película de los X men), exclame: “Está feo, es un malvestido de abonos. No es gay. Es puto”. Escriba que el delatado es sobrino de un amigo, pero no que es su hijo, ni su hermano, tío o sobrino. Respecto de la música, cite los gloriosos ochenta en acetato y Siempre en Domingo: diga conocer a Alaska, la Naranjo, Ana Gabriel, Rocío Jurado y Paloma San Basilio por su tía soltera. Si baila y canturrea exprese que sus profesores en el gym lo obligan. Ignore que Julián Hernández, después del Indio Fernández, es el ci-
La diversidad social Por Ricardo González* Partimos de dos cuestiones: una, la sociedad está en construcción, no es algo dado, se va tejiendo diario. Dos, la mayoría de la clase política usa siempre un doble discurso. Los ciudadanos en ocasiones no nos percatamos que los modelos sociales como la familia y el matrimonio, son instituciones y prácticas culturales que están en un proceso de cambio permanente. Miremos desde la Roma republicana, pasando por la imperial, por las invasiones bárbaras, por la Edad Media y, así, hasta llegar al siglo XXI. En ese devenir advertimos cambios y permanencias en lo que representa el matrimonio, como convenio jurídico, político y económico (Roma), como unidad reproductora (Edad Media), hasta la romántica idea de la unión matrimonial por amor (siglo XIX). En nuestros días se puede considerar como un contrato de convivencia que adquiere antiguos y nuevos preceptos. Las formas de hacer sociedad en la que vivimos, donde las nuevas tecnologías nos permiten tener
más información (muchos tenemos twitter), notamos que existen múltiples formas de hacer sociedad: las unidades habitacionales para estudiantes en donde interactúan personas de diferentes regiones del Estado, los compadrazgos, los grupos en facebook que pueden ser desde compra-venta, hasta para conocer nuevas amistades. En la clase política se maneja un doble discurso. La connotación es moral. Tal vez el sustento sea electoral, al ser nuestro Estado desde 2009 el que más porcentaje de católicos tiene en el país. Uno de los temas que ven y se “hacen que no ven” es el de la diversidad sexual y las formas de convivencia en el hacer familia y sociedad. En el Estado existe la “Ley para prevenir y erradicar toda forma de discriminación el estado de Zacatecas”. Esta norma, aprobada en el sexenio anterior, es lo único realizado en materia de valorar todos los sectores de la sociedad. Es notorio que para la mayoría de la clase política las minorías culturales (pongamos nombre: las minorías sexuales, por preferencia) sólo existen en los discursos. Para
neasta mexicano más famoso y ganador de premios en Alemania. No reseñe The new normal, The modern family, The Simpson. En Las Quince no ponga en la rocola Invisible con Víctor García y no diga que ya conoce al profe. En público compita por mostrar que usted conoce el lenguaje homofóbico como indicio de su tolerancia “a lo diferente”. Recuerde su sonora carcajada ante autoliberales y derechosos, y declame: joto, maricón, puñal, arroz con popote… En cambio, no se avergüence si escribe o dice: soy activo; me hizo un guaguis; mi compadre es heteroflexible; mi mejor amigo es Churpio... Los lectores perderán interés si no menciona la alegría bullangera
Foto: Karla Magali Solorio Flores / COLIMARTE
de los gays. Como símbolo de irresponsabilidad. Los antros son actores básicos y nocturnos. Llénelos con hartos jóvenes vestidos “a la moda” y uno que otro adulto mayor que no decide cómo abordar al chiquillo que lo citó allí. Mencione cantinas donde los mingitorios son lugares de encuentro para los gais de cuarenta años y más. Termine su texto con una cita descontextualizada de Xavier Villaurrutia, Federico García Lorca, Fernando Vallejo o David Leavitt… o como dice mi mejor amigo Churpio: “de perdis Oscar Wilde o Sergio Loo”. * Historiador. Profesor universitario.
Foto: Sergio Adrián Morales / COLIMARTE
Foto: Alejandro Cosío / COLIMARTE
la acción política son invisibles, letra muerta e incomodidad social. Los ciudadanos no siempre somos conscientes de los derechos que gozamos, porque los creemos innatos. En cambio, los grupos LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual) están luchando en el espacio público, porque carecen en la práctica de reconocimiento y apoyo jurídico. Hace poco la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dictaminado al respecto, sobre todo el uso de palabras discriminatorias. Como ciudadano y político en activo, siempre aprobaré que otros ciudadanos hagan uso de su derecho a manifestarse para exigir mejores condiciones. De que todos seamos respetados en lo básico: desde la dignidad de la persona humana. Lo que se rescata de los movimientos LGBT es que reivindiquen a los ciudadanos y ciudadanas por tener todos sus derechos ante la ley.
Uno de los valores fundamentales en una sociedad democrática del siglo XXI es la tolerancia. Entendernos como parte de una sociedad compleja, integrada por amplias capas, multicolor, con posturas ideológicas diferentes. A las organizaciones políticas nos corresponde la discusión y aprobación de las medidas que afecten de manera directa a los grupos minoritarios y por supuesto incluir sus posturas en las construcciones legislativas. A los gobernantes les toca, por ministerio de ley, discutir de manera profunda directa y sin doble discurso las políticas públicas para prevenir y evitar la discriminación. Enhorabuena a los ciudadanos que toman pacíficamente la calle para hacer valer sus derechos. Bien por la marcha de la diversidad. *Profesor universitario y secretario estatal de acción juvenil del PAN en Zacatecas.
24 de junio DE 2013
Cine Desayuno en tiffany’s, mon ku
L’inconnu du lac Amistad, amor, deseo, pasión, sexo, goce, misterio, fascinación, angustia, soledad, miedo. Pulsión de vida y de muerte. Eros y Thanatos. Es L’inconnu du lac, último largometraje del realizador, guionista y actor francés Alain Guiraudie, estelarizado por Pierre Deladonchamps, Christophe Paou y Patrick D’Assumçao como trío protagonista. La historia transcurre en un espacio único: un lugar de encuentro para hombres ubicado al borde de un lago al sur de Francia. La naturaleza es idílica –el lago, siempre tranquilo y centelleante, los árboles, el cielo claro, el sol resplandeciente, la brisa suave–, como un edén aislado del mundo, en que el tiempo parece transcurrir de forma apacible. Imágenes repetitivas, situaciones y planos que se suceden, día tras día, sin apenas alteraciones: el parking, el sendero, la playa, el lago, el bosque, el encuentro entre estos hombres que se bañan, se broncean, se observan, se buscan, se encuentran, se rechazan, se aman... hasta la muerte. Un mundo sin tabués, con secuencias de escenas de sexo explícito, no simulado, con actores que no provienen del cine porno, contrariamente a lo que algunos han afirmado. Esta exibición constante del cuerpo desnudo lleva intencionadamente a su banalización y acaba por convertirse en algo natural para el espectador. La idea estética del film era convertir el cuerpo y el sexo en algo trivial y bello: “quería reunir la grandeza de los senti-
mientos y la trivialidad de los órganos”, comentaba en una entrevista el director. Y es que este “thriller existencial”, de gran belleza formal, es ante todo, tal y como lo define Guiraudie, una historia de amor: amor-pasión, amor-deseo, amor-amistad... Pero en este marco plácido se esconde una fuerza desconocida y amenazante que sumerge poco a poco a los personajes y al espectador en un halo de misterio y de angustia. Esta naturaleza idílica, que parte de un universo solar y alegre, vira inesperadamente hacia la oscuridad y las tinieblas, hacia la pesadilla; un largo crepúsculo que pone de relieve los miedos más primarios del hombre: el bosque, la oscuridad de la noche, las criaturas salvajes y peligrosas que pueden emerger del lago... Fascinación, deseo y miedo por lo desconocido y lo misterioso. La cinta mezcla feérico, leyenda y realidad, y tiende hacia la ausencia y la soledad: “la angustia verdadera es la soledad y la ausencia del ser amado”. La película fue rodada en seis semanas y montada en once. Estrenada el 14 de junio en Francia, fue celebrada por la crítica en Cannes, comprada por numerosos distribuidores internacionales y se llevó dos premios: el de mejor escenografía en la sección Un Certain Regard y la Queer Palm. Lástima -o ¿tranquilidad?que el mundo heterosexual no tenga estos hábitos de esparcimiento.
Por Oswaldo Zaldivar Serrato
El lenguaje, siendo parte de un proceso de comunicación global, tiende a deformarse, especializarse y evolucionar de acuerdo a contextos grupales. En los grupos LGBT (Lesbianas, Gay, Bisexual y Transexual), como en todo grupo social, las afinidades han servido para la formación de un sinfín de términos empleados para designar estereotipos, prácticas, preferencias y aficiones relacionadas al estilo de vida de sus integrantes. Muchos de los términos provienen de otros idiomas, especialmente del inglés. En la siguiente lista se muestran algunos de los más usados y relacionados al ambiente LGBT:
Armario: es el lugar donde se ocultan las preferencias sexuales con la finalidad de no afrontar las consecuencias que puede traer la aceptación pública de ser o no ser gay. Buga: es un heterosexual en los grupos LGBT. Chacal: chicos de aspecto rudo que asisten a lugares de ambiente LGBT. Según Carlos Monsiváis, el chacal es “la sensualidad proletaria. Su cuerpo proviene del gimnasio de la vida, del trabajo duro. Es la friega cotidiana y no el afán estético que decide esbeltez”. Drag-queen: hombre que viste y actúa como mujer, exagerando sus rasgos y casi siempre con fines de entretenimiento. Entendido: heterosexual que sabe de temas de los grupos LGBT. También frecuentan lugares de “ambiente gay”. Fisting: práctica sexual extrema que consiste en introducir la mano, total o parcialmente en el ano o vagina. Gaydar: la unión de las palabras gay y radar. Es el don que se atribuye una persona de poder distinguir, “a simple vista”, a un heterosexual de los gays. Habichuela: un homosexual pequeño, delgado, de baja estatura. Intersexual: condición de un individuo en la que existe una discordancia entre su género cromosómico (XX, XY), sus gónadas y sus genitales. Anteriormente eran llamados hermafroditas, pero su uso ha cambiado por resultar confuso e insensible. Jota/joto: forma despectiva de llamar a los gays. Su origen se remonta a la segunda década de servicio del Palacio de Lecumberri como penitenciaría. Los homosexuales que eran aprehendidos por alterar el orden público eran encerrados en la crujía J. La orden de “callen
a los del área J” cambió pronto por “callen a los jotos”. Lencha: la mujer gay. También le llaman levi’s, tortilla, lechuga, bollo, manflora o huaracha. Musculoca: hombre que gusta de tener un cuerpo musculoso, formado en el gimnasio, pero tiene actitudes femeninas. Oso: hombre homosexual/bisexual que presenta un aspecto fornido y exhibe su vello facial y corporal. Los osos tienden a preferir actitudes varoniles y de fortaleza, huyen del estereotipo de homosexual afeminado. Existen subgrupos osunos según el tipo de cuerpo y la edad de los miembros: oso, cachorro, cazador, musculoso, lobo, nutria. Pluma: actitud de una persona que no coincide con la actitud tradicional de su género: hombres delicados y mujeres rudas. Queer: en el mundo angloparlante es empleado originalmente para referirse a lo raro o poco usual. Su uso se ha extendido a nivel global como sinónimo de gay, y aunque en su idioma original es considerado como una fuerte ofensa, se ha extendido en todos los rincones de la cultura gay (ver Queer as folk). Rol: relativo al desempeño sexual. Los activos penetran; los pasivos son penetrados; y los versátiles penetran y son penetrados. Señorona: aquellos hombres que toman actitudes femeninas, ya sea de manera permanente o únicamente en reuniones sociales, emulando gestos y expresiones de mujeres mayores. Tijeras: la práctica de estimulación genital que realizan las lesbianas. Vestida: a diferencia de un dragqueen, usa vestimenta femenina en público con la única finalidad de emular la apariencia de una mujer. Zorra: gay promiscuo.
Lenguaje
Por Lluna Llecha y Carlos Belmonte
Glosario LGBT básico
LA GUALDRA NO. 106
AGENDA CULTURAL VIERNES y SÁBADOS Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral / 20:00 Hrs. DOMINGO 30 Tradicional Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 18:00 Hrs. MARTES 25 Bellas Artes a todas partes Lectura en voz alta: “Leo… luego existo MIRTA RENÉE -Actriz Patio Central del Museo Zacatecano Entrada libre / 19:00 Hrs. JEREZ MIÉRCOLES 29 Bellas Artes a todas partes Lectura en voz alta: “Leo… luego existo MIRTA RENÉE -Actriz Museo Interactivo “Ramón López Velarde” Entrada libre / 20:00 Hrs. MIÉRCOLES 26 Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Plazuela Miguel Auza / 18:00 Hrs.
JUEVES 27 Tradicional Concierto Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia / 19:00 Hrs. SÁBADO 29 Sábados en la Cultura Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza 19:00 Hrs. Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín 21:00 Hrs. MUSEOS Y GALERÍAS FOTOTECA DE ZACATECAS “Guadalupe En Imágenes” Exposición colectiva de los ganadores del Primer Concurso de Fotografía Antigua Patio de la Fototeca de Zacatecas “Pedro Valtierra”
JUNIO 2013
ANTIGUO TEMPLO DE SAN AGUSTÍN Mathias Goeritz en Zacatecas Permanencia: 30 de junio Admisión: $30.00 MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Abstracción Trece Colectiva de artistas de Baja California Norte Sala Temporal I Permanencia: 30 de junio Pasado Meridiano Obra de Teresa Velázquez Sala Temporal II Permanencia: 30 de junio MUSEO ZACATECANO Variacosa Gráfica, ilustración y diseño Obra de José Esteban Martínez + Quetzal León Permanencia: 31 de julio
CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE ZACATECAS Escultura Fragmentos Obra de Javier Marín Permanencia: 21 de junio XCIX ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ZACATECAS Del 16 al 29 de junio de 2013 VIERNES 28 Representación urbana Villa, Mi General (Escenificación de la Muerte de Pancho Villa) Telón de Arena – Teatro de Fronteras Dir. César Cabrera Plaza de Armas 20:30 horas SÁBADO 29 Representación urbana Villa, Mi General (Escenificación de la Muerte de Pancho Villa) Telón de Arena – Teatro de Fronteras Dir. César Cabrera Plaza de Armas 20:30 horas
La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fines culturales y educativos. Lunes 24 18:00 y 20:00 Hrs. KLIP Dir. Maja Milos Serbia/ 2012/ 100 min. La ópera prima de Maja Miloš es una historia de adolescentes contemporáneos despreocupados y llenos de ansiedad e incertidumbre. La historia se centra en Jasna una estudiante que vive con su familia en un edificio en las afueras de Belgrado. Se desentiende de todo, hasta de sus padres. Lo único que le interesa es estar de fiesta y complacer sexualmente a Djole, mientras se toman imágenes con teléfonos celulares que pronto circularán por Internet. Klip propone una mirada frontal a esta generación: con sexo explícito, violencia y drogas. Se trata de otra historia de maduración y del proceso de enfrentar las angustias de crecer y acercarnos a la muerte. Martes 25 18:00 y 20:00 Hrs. EN EL CAMINO Dir. Walter Salles Francia-Brasil/ 2012/ 124 min. Poco después de la muerte de su padre, Sal Paradise, quien aspira a convertirse en escritor en Nueva York, conoce a Dean Moriarty, un brillante ex convicto casado con la liberada y seductora MaryLou. Sal y Dean encajan de inmediato. Dispuestos a no recluirse en una vida limitada y común, los dos amigos cortan sus lazos con la ciudad y se someten al destino de un viaje por carretera al lado de MaryLou. Basada en el clásico de la literatura beatnik del mismo nombre, la película es la puesta en escena de un recorrido en busca del mundo, los encuentros y la identidad propia. Miércoles 26 18:00 y 20:00 Hrs. TANTA AGUA Dir. Ana Guevara / Leticia Jorge Uruguay/ 2013/ 100 min. Lucía tiene 14 años pero parece un poco menos. Es flaquita y tiene cuerpo de niña. Sus papás están divorciados. Ella y su hermano viven con su madre. Alberto, su padre, es quiropráctico. Ve a sus hijos en pocas ocasiones. Ha alquilado una cabaña en las termas; las vacaciones van a ser cortas y el cielo amenaza con lluvia. Cuando llegan, el panorama es desalentador. Meterse en las piscinas está prohibido por una tormenta eléctrica. Alberto intenta distraerlos para arreglar el fracaso en que se ha convertido esa excursión familiar. Cuanto más lo intenta, menos lo consigue.
Jueves 27 18:00 y 19:30 Hrs. 75 HABITANTES, 20 CASAS, 300 VACAS Dir. Fernando Domínguez Argentina/ 2011/ 70 min. Una mañana Nicolás Rubió inicia un cuadro sobre la casa de su niñez en Francia, pero no puede recordarla. Desde Buenos Aires, evoca los años de su infancia para poner fin a este olvido. Es durante el proceso de reconstrucción que emprende Nicolás que descubrimos a un hombre y su mundo. Un mundo que ya no existe y un hombre que intenta rescatarlo. Viernes 28 18:00 y 20:00 Hrs. LA GLORIA DE LAS PROSTITUTAS Dir. Michael Glawogger Austria-Alemania/ 2011/ 119 min. La prostitución mostrada en tres barrios rojos de otros tantos países, totalmente diferentes entre sí en cuanto a religión, cultura o raza. El primero, The Fishtank, es una fría sala en Bangkok, dividida en dos por un cristal que separa a las jóvenes prostitutas de sus potenciales clientes; el segundo, la Ciudad de la alegría, es un lóbrego laberinto de callejuelas en la ciudad de Faridpur, en Bangladesh; mientras que el tercero, La zona, es un conjunto de casuchas en la ciudad fronteriza de Reynosa, en México, por cuyas calles enfangadas circulan los hombres del lugar en busca de sexo. Sábado 29 18:00 y 19:30 Hrs. DESPERTAR EL POLVO Dir. Hari Sama México/ 2013/ 76 min. Viviendo en la indigencia por las calles de Iztapalapa, Chano se limita a contemplar su triste entorno. Sin embargo, la caída en desgracia de un ser querido despierta su instinto protector, mismo que lo lleva a reintegrarse al submundo criminal del que se encontraba apartado, con trágicas consecuencias. El cineasta Hari Sama se adentra en un descarnado retrato de la corrupción y la miseria urbana para seguir, por medio de intensos planos secuencia y un notable rigor sonoro, a su protagonista, un ser a quien la violencia ha marginado hasta la invisibilidad, en su descenso a los infiernos.
24 DE JUNIO DE 2013
Amar no es una historia de siempre Por Cristian Ramírez* Luis Zapata escribió una parte de la historia de Sebastián en la novela En jirones (1985). Lo hace en un diario. La historia arranca con el encuentro fortuito entre Sebastián y O. El hecho ocurre una noche, en un cine de Guadalajara. La cuestión se ahonda cuando el diarista descubre las mentiras de su nuevo conocido y futuro amante: O. no es O., es A. Sebastián estará sumergido entre la pasión y la obsesión por A. Su relación es compleja. Más que un reflejo de amor, parece ser consecuencia de un sentimiento de culpas y mentiras. Por parte de A., el distanciamiento será la muestra de afecto. En este tenor, Sebastián creerá que sólo pueden estar juntos en la cama, como si fuese lo suyo una aventura más. En algún momento expresará que no le importa, porque quiere estar con A. Los amantes realizan un viaje que resultó un fracaso. Se supone que Sebastián poseería, por primera vez, el cuerpo de A. Pero éste enfermó y siguió negado placer. Después del viaje, A. se ausentó. Esta situación provocó que Sebastián se enfrasque en desasosiego y tristeza. En todo momento A. estuvo “siempre en su mente”. La ausencia de A. hizo pensar a Sebastián en marcharse. Pero el trabajo se lo impide. Entonces se mantiene con espera latente por el regreso de A. Cuando sucede, es sólo para comunicar la proximidad de su matrimonio: A. se casará. A. pide a Sebastián que entienda. Argumenta que la bisexualidad es su forma de vida. Por su parte, Sebastián comprende que existe una salida: huir. Huir como A. pero no puede, porque tiene una dependencia amorosa con él.
En la historia de Sebastián y A. sucede una riña con golpes. En la confrontación vino la sangre y ésta mostró la pasión de ambos. Entre ambos. Por cierto, la pasión a ultranza no ocurre con Adonis. El transcurrir de Sebastián y A. es inesperado. Ambos se mantienen en el ir y venir ocasional de su amor. Esto me recuerda Gustav
Claudia Córdova
von Aschenbach y su obsesión por Tadzio en Muerte en Venecia. Creo que son dos momentos similares, donde vidas estables se pierden por el repentino deseo sobre alguien. La siguiente semana, seguiremos con otras reseñas del autor.
Libros
Luis Zapata (Chilpancingo, Guerrero, 1951) es un escritor cuyas obras más conocidas se centran en la figura homosexual, como en las novelas que comentaré. Pero también aborda otros temas de amor heterosexual, la familia, la cultura urbana en De amor es mi negra pena, Ese amor que hasta ayer nos quemaba, De pétalos perennes, Hasta en las mejores familias, La hermana secreta de Angélica María y ¿Por qué mejor no nos vamos? Zapata escribió El vampiro de la colonia Roma (1979). Es su obra más célebre. Incluso está traducida al inglés, con el título de Adonis. En la obra ¿quién es el vampiro? Es un joven anónimo de 25 años. El personaje relata, en un monólogo, su infancia y adolescencia en Guanajuato. Cuenta que abandonó esa ciudad después de la muerte de sus progenitores, al terminar la preparatoria y por la difícil relación con su medio hermano. Adonis fue a la Ciudad de México. Allí conoce a René, su primer amante, con quien probará la vida en las calles y la prostitución. Al conocer el placer y las aventuras de los encuentros, será la noche el momento de su acecho. Las calles y el Sanborns serán los lugares para frecuentar a los amantes efímeros. Para el vampiro no existe el amor, sólo el placer que toma la forma de un estilo de vida, de trabajo y de ambición, para disfrutar la aventura en las calles de la ciudad y de sus hombres. Adonis se enferma y los padecimientos los vive sin preocupación. La enfermedad no la percibe como un castigo. La relación con René, un poco enfermiza, terminará por los constantes arrebatos de pasión y seducción que trae consigo la noche. También concluye con la llegada de Zabaleta. Él es un diplomático que tomará a Adonis bajo su cuidado. Pero éste no puede vivir alejado de la vida en las calles. Y vuelve por amantes callejeros. Lo hará sin que el vampiro pierda a su protector. La novela muestra los deseos de un personaje que tiene al mítico Sanborns de Reforma como el lugar predilecto para coincidir con los amantes. La trayectoria de Adonis proyecta la sensación permanente de querer conocer nuevos cuerpos. Estos son su motivo para vivir como un vampiro que acecha para siempre.
*Estudiante de historia, Universidad Autónoma de Zacatecas.
LA GUALDRA 106 / 24 DE JUNIO DE 2013
Almendra Por Edgar Khonde
Río de palabras
Hay historias que pudieron convertirnos en otra clase de personas a lo largo del recorrido de nuestras vidas. Recuerdo una tarde en que escuchaba los versos que cotidianamente vertía Alberto Gallo sobre nuestros oídos en su cátedra de historia de las culturas, día en el cual conocí a Zul porque azarosamente estaba sentada en una banca contigua a la mía. La primera vez que la vi quedé arrobado por su belleza casi celestial no exenta de una poderosa atracción física. Durante cuatro años guardé la esperanza de
que ella me volteara a ver y me ofreciera libar del sumo de sus labios y se entregara a mí deshaciéndose de sus vestidos y acodándose en mi cuerpo. ¿Quién entonces sería yo si hubiera pasado aquello? Cuando la invité a salir Zul llegó a la cita con Almendra, su novia. A pesar de mi confusión fuimos a comer y después entramos a la cineteca, vimos una película de Harmush durante la cual Zul no soltó mi mano durante ningún instante. Tengo que reconocer que en el transcurso de
nuestra amistad Zul siempre me estrechó las confusiones y no pocas veces correspondió a mi boca. ¿Quién entonces sería yo si nos hubiéramos vuelto amantes? A veces me pongo a pensar que puedo ser el único hombre que amó a una mujer que estaba enamorada de otra chica mientras fue descubriendo a través de la literatura que había un sinfín de posibilidades, y que podía existir un universo donde Zul y yo no nos hubiéramos reconocido.
Alguna vez Zul me dijo que si no le gustaran tanto las mujeres optaría por los poetas, a lo que yo respondí que cambiaría todos mis versos si hubiera la posibilidad de convertirme en Almendra. Tal vez yo sea la única persona que deseó ser Almendra. Y también puede ser que yo sea la única persona en este momento en el universo que lea lo que escribió Eduardo Milán en Ostras de coraje “He visto poemas salvar vidas/ sin que lo supieran jamás/ ni los poemas/ ni las vidas”. Yo me he visto amando a Zul convertido en Almendra.
¡Abajo la sociedad heterosexista! Por un cambio de sociedad. AHORA.
Por Geoffroy Huard1
En el contexto de la actual crisis económica mundial, asistimos a un retroceso de derechos sociales que va a la par con un aumento sin precedentes de la homofobia, de la transfobia y de una fobia general hacia todo lo que no se corresponde con el matrimonio heterosexual procreativo. Frente a los que nos dicen que los gays y las otras minorías sexuales tienen ya bastantes derechos, pensamos en los que cada día mueren de sida, que son asesinados, que son condenados por el hecho de ser gay y pensamos también en los que sufren agresiones incluso en las ciudades más abiertas del mundo. Aquí tenemos las caras de la homofobia. Wilfried y Olivier paseaban por las calles de París cuando sufrieron una brutal paliza hace unas semanas durante los debates sobre la igualdad de derechos en el parlamento francés. Hubo hasta 600,000 personas que desfilaron en contra de la igualdad en las calles francesas a causa de los debates que decantaron en la promulgación de la Ley en favor del matrimonio para todas las parejas el 23 de mayo del año en curso. Estas manifestaciones anti-democráticas y anti-igualitarias desataron una violencia homófoba sin precedentes en ningún país del mundo donde se haya aprobado la ley del matrimonio gay. Las reacciones violentas se mantienen y son públicas en los ataques en contra de los carteles de refe-
rente homosexual, como lo sucedido a los del film L’inconnue du lac y a la exposición callejera Les couples imaginaires de Olivier Ciappa en París. Basta ya de homofobia. Abajo la sociedad heterosexista. Un niño no necesita a un padre y una madre, ¡necesita amor! O ¿acaso cuando los hijos de padres heterosexuales tienen problemas, culpamos a la heterosexualidad de sus padres? Basta ya de psicoanálisis y de antropología homófobos que nos hablan del padre y de la madre como modelo insuperable de la familia, como universal y transhistórico. Basta con pasear en la zona rosa del Distrito Federal, en el Marais de París o en Nueva York para ver que la realidad no se corresponde con el discurso de unos iluminados. Estas ciencias no están aquí para prescribir leyes que sólo están en las mentes de los psicoanalistas y de los curas. Están para estudiar los fenómenos que existen en la realidad cotidiana.2 Si la religión católica promueve el amor, ¿por qué se opone al amor entre personas del mismo sexo y personas del mismo sexo con sus hijos? Apostemos por la diversidad. Apostemos por la igualdad. Apostemos por la sexualidad libre y deseada No debe de haber un modelo sexual por encima de otro.
No debe de haber un modelo familiar por encima de otro. El concepto de heterosexualidad sólo existe para imponer una jerarquía sexual. No hay una “minoría” y una mayoría. Puede haber otras clasificaciones que rompen la jerarquía heterosexista familiar, fiel y procreativa. Pensemos en las parejas múltiples de algunos heterosexuales, en las personas a las que les gustan las orgías, en otras a las que no les gustan el sexo, en
otras que no buscan sentimientos, y un largo etcétera. Esta diversidad existe, ¿por qué debería de haber un único modelo? No a la jerarquía sexual. No a la colonización heterosexista de las mentes. No a las religiones castradoras. No la policía del sexo. Arriba el goce. L’homophobie tue.
1 Post-doctorando en la Universidad de Cambridge. geoffroy.huard@gmail.com 2 Ver Didier Eribon, Escapar del psicoanálisis, Barcelona, Bellaterra, 2008. Trad, Geoffroy Huerd. En este trabajo se critica el psicoanálisis como ciencia normativa que prescribe leyes sobre la sexualidad y la familia.