La Gualdra 652

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“En Lengua hierba se mezclan varios registros temáticos, pues por un lado está el de la botánica, pero también están las referencias a movimientos sociales y armados del pasado, y al mismo tiempo aparecen las memorias individuales. En este sentido, Lengua hierba es una forma de reformular mi propia poética”. Diana del Ángel

[Beatriz Pérez Pereda entrevista a Diana del Ángel en esta edición]

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 652 / 20 DE ENERO DE 2025 / AÑO 14
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Diana del Ángel. Foto de Andrés Landero.

La Gualdra No.

Melancolía, genio y locura en la obra simbolista de Julio Ruelas, es el título de un artículo recientemente publicado en el “Dossier Historia de la locura en América: cuerpos y almas desobedientes” en el número 53 de la Revista Temas Americanistas; su autora, Mónica López Velarde Estrada, comienza definiendo al artista zacatecano de esta manera: “El más moderno de los autores mexicanos en el umbral del siglo antepasado; decadentista de buena cepa, hombre finisecular, efectivamente Julio Ruelas dio cauce a la atmósfera creativa que le tocó vivir a través de una producción original, de tono lúgubre, venida de un carácter decididamente marcado por un estado melancólico”,1 y retoma también cómo era que se concebía al artista, como un ser “desesperanzado” y, dicho por él mismo en algún momento durante su estancia en Alemania “jamás me hubiera figurado que llegaría a ser algún día el hombre más oscuro de esta ciudad”.2

Julio Ruelas, cuya vida y obra lo vinculan necesariamente a la melancolía, es un artista del que no se ha acabado de escribir y cuya obra no se ha terminado de analizar; de ahí que una nueva mirada a lo que hizo durante 37 años de vida siempre será bien recibida.

Mónica López Velarde, académica, curadora de arte y gestora cultural, nos da la posibilidad de re-descubrir la obra del zacatecano desde la perspectiva del binomio de la melancolía y el arte, tomando en cuenta el contexto histórico y lo más relevante de un corpus bibliográfico muy interesante en el que aparecen, por ejemplo, las aportaciones de Julia Kristeva, Erwin Panofsky y Robert Burton, entre otros, sobre el tema de la melancolía.

Para seguir tratando de entender la obra de Ruelas, Mónica plantea un panorama en el que aborda temas medulares del Simbolismo, el Romanticismo y el Modernismo, y lleva al lector a la reflexión sobre el por qué de las formas y las temáticas abordadas por el zacatecano, quien coincidió en tiempo y espacio con otros artistas plásticos en Francia que pudieran haberlo influenciado, y, sin embargo, mantuvo firme su estrategia creativa,

auténtica, única.

En esos momentos de aparente cambio de paradigmas artísticos, Mónica afirma que “en este elenco de crisis y ruptura, una diferencia ideológica específica campeará sobre las principales estructuras de pensamiento donde la teoría psicoanalítica asume uno de los papeles protagónicos y en donde el tema de la locura como espacio preponderante de estudio, se analizará más allá de consideraciones de la ciencia médica de corte positivista”.3

¿Está la locura presente en la obra del Viajero Lúgubre? ¿Están relacionados los temas de la melancolía y la locura en su producción? Durante la lectura del texto de Mónica López Velarde surgen éstas y más preguntas y es cuando uno vuelve a la obra del nacido en Zacatecas el 21 de junio de 1870. Después de leer Melancolía, genio y locura en la obra simbolista de Julio Ruelas las piezas creadas por Ruelas y exhibidas en el Museo Francisco Goitia, por ejemplo, cobran un sentido diferente; es como si pudiéramos alumbrarlas desde un ángulo que no habíamos considerado y al hacerlo, las sombras de la historia reflejadas en el papel nos revelan una especie de texto que había permanecido oculto -sobre todo en las piezas creadas específicamente para que aparecieran publicadas en la Revista Moderna-, “Ruelas en Europa será capaz de vislumbrar un ambiente afín a sus intereses artísticos secundados por la producción literaria mexicana del grupo de escritores de la Revista Moderna lo que le permitió desarrollar un catálogo de temas y motivos creativos inéditos en el panorama plástico americano…”,4 nos comparte la autora. Podría seguir hablando más sobre el tema, pero mejor lo invito a que lea el artículo completo, que está en línea y es de descarga gratuita; y también, a que, después de leerlo visite el Museo Francisco Goitia, para que la experiencia sea más nutricia todavía.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Contenido

Por

1López Velarde Estrada, M. “Melancolía, genio y locura en la obra simbolista de Julio Ruelas”, Dossier Historia de la locura en América: cuerpos y almas desobedientes, en: Revista Temas Americanistas, Número 53, diciembre 2024, p. 79. Ver el artículo completo en: https://revistascientificas.us.es/index.php/Temas_Americanistas/article/view/26684

2Ruelas citado por Teresa del Conde, Op. Cit., p. 81.

3 López Velarde, Op. Cit., p. 85.

4Ídem, p. 92.

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com

El milagro más grande
Francisco Reynoso
Diana del Ángel sobre Lengua hierba Por Beatriz Pérez Pereda
La historia de la educación en la región de Aguascalientes y Zacatecas siglos XIX al XXI Por Judith Alejandra Rivas Hernández y René Amaro Peñaflores
Lo que usted ignora sobre la burocracia del ego, en don Quijote de la Mancha, segunda parte, de Miguel Cervantes Saavedra Por Daniel Sibaja
Tres poemas de José Manuel Pintado de Wit Por José Manuel Pintado de Wit

El milagro más grande

IMe lo contó el sacristán del santuario y ni modo de no creerle. Cuantimás que Martín presumía en la comunidad de ser de las confianzas de Dios, sólo después del párroco.

Juraba Tintín —lo apodaban así porque lo movía el sonido de las monedas en los cepos de las limosnas— que el Niño de Atocha le había hecho un milagro a Gumersindo el chilero… “Qué digo milagro, milagrotote; un milagro nunca visto en el mundo cristiano, ni siquiera en Jerusalén, la tierra del mero jefe”. Todos en el pueblo eran devotos del Niño de Atocha y lo sabían capaz de cualquier prodigio, menos el de quitarle lo echador y mañoso a Tintín.

En la lonchería El Suadero de Jesús, a cambio de que le invitara dos órdenes de tacos y una catrina de tepache, Tintín me relató con pelos y señales la historia del “milagro más grande del mundo”.

Entre taco y taco, haciéndose el muy sabiondo, Tintín sacó a cuento que cuando Jesús bajó a la tierra multiplicó panes y peces para que comieran los hambrientos, curó leprosos y resucitó a Lázaro, pero jamás entregó dinero en efectivo a los pobres para que pagaran sus deudas, salieran de pránganas, sacaran del empeño sus prendas o pagaran la hipoteca de su casa.

—A Gume —juraba Tintín— el Niño de Atocha le entregó, en mano propia, 100 mil pesos en efe… billete sobre billete, de mil y de 500. Con ese dinero el chilero le pagó a Bárbaro, el usurero, que ya le tenía echado el ojo a las tierritas que dejó en prenda. “A mí nadie me lo cuenta, paisano. Yo

lo vi con estos ojos que algún día se comerán los gusanos” —gritaba el sacristán, excitado, sin dejar de comer tacos y beber tepache.

II Como me lo contó Tintín se los paso al costo.

La madrugada de un 4 de febrero, con un frío pelahuesos, llegó al santuario Palemón, delegado político de la comunidad. Vestía una chamarra de piel con cuello de borrega que le daba apariencia de gorila. Aspiraba a que su partido lo eligiera candidato al Senado de la República. Dos “licenciaditos”, decía con desprecio, eran sus adversarios. Después de mucho tiempo de ausencia en la iglesia, Palemón visitaba al Niño de Atocha para pedirle un empujoncito. —Ayúdame, niñito santo. Yo te prometo que si me haces senador remodelo tu santuario. Te ofrezco pasarle una renta mensual al padre Cosme de… ¿te parecen 25 mil pesos? Yo diría que 20 mil serían suficientes, pero tú dices, tú mandas —dialogaba el comisario frente a la imagen del santo. Desde su urna de cristal, en lo alto del altar, el Niño de Atocha parecía mirar con desconfianza a Palemón, pero sonreía bondadoso. En un nicho contiguo dos sirios parpadeantes iluminaban a la virgen de Guadalupe que escuchaba indiferente. Aún faltaba buen rato para el llamado a misa de seis de la mañana y el político siguió trenzando promesas y negociando con el Niño de Atocha hasta que escuchó un bisbiseo a sus espaldas. A poca distancia, también arrodilla-

do frente al altar, Gumersindo suplicaba auxilio al Niño de Atocha. Sus ojos llorosos buscaban los del santo. Mantenía los brazos extendidos y con las palmas de las manos abiertas.

—Ayúdame niño querido, si pierdo mis tierras nos morimos de hambre. No nos dejes de tu mano. Ayúdame, niño precioso, ten piedad de mí. Mira, si fuera yo solo no me importaría quedar en la miseria, pero los hijos están chicos, indefensos y tragan que da miedo. Y la Ramona. Auxíliame, niño, no nos abandones… haznos el milagro, tú puedes… —susurraba el campesino.

Palemón miró con fastidio el rostro suplicante de Gumersindo y su facha miserable. El chilero vestía una camisa que alguna vez fue blanca con las mangas arremangadas hasta los codos y sin los botones superiores, un pantalón de mezclilla raída con la cremallera de la bragueta rota y unos botines raspados con hoyos en la suela. Escuchó que el infeliz suplicaba con vehemencia una y otra vez: “Auxíliame, niño, no nos abandones…”.

El político se levantó, caminó despacio y se puso frente al campesino, lo tomó de un brazo y ordenó: —A ver amigo, vámonos pa’ fuera, más le vale que usted y yo nos entendamos…”.

III

“Así merito pasó, mi cuate. Y llegó el milagro más grande del mundo —dijo el Tintín antes de pedir otra orden de tacos— ahora échemelos combinados, de bistec con choricito”.

En el pasillo que conducía a la sacristía, con las paredes repletas de retablos, milagros, dibujos, muletas y otros

testimonios de agradecimiento al santo, Palemón arrinconó al chilero y con impaciencia le pidió no estorbarle en el negocio particular que tenía con el Niño de Atocha.

—Mire, amigo, ya falta poco para que llamen a misa y la iglesia se llene de pedigüeños. Traigo un asunto urgente y muy importante con el Niño y usted llega con sus babosadas. Me lo está distrayendo. Yo lo vi muy atento a lo que le estaba proponiendo, pero llega usted con su cara compungida y me lo sacó de concentración. Vamos a ver, ¿qué le está pidiendo, qué quiere usted, qué necesita? Yo se lo doy, aquí tengo con qué quererlo, pero déjeme solo con él… no me lo mosquee.

IV

Gumersindo el chilero llegó a su casa gritando, los perros ladraron asustados, las gallinas corrieron a esconderse. En su mano agitaba un fajo de billetes de mil y de 500 pesos.

—¡Milagro… milagro… milagro! — repetía Gumersindo y su alborozo y el escándalo de los animales despertó al vecindario.

Cuando el sol se desprendió de los cerros, redondo, brillante, la comunidad del Chipotle, hincada frente a una imagen sonriente del Niño de Atocha, repetía fervorosa, convencida: ¡Milagro… milagro… bendito seas, Niño de Atocha!

Eso mismo susurró Palemón varios meses después cuando, junto a su escaño, gritó fuerte, con el brazo izquierdo extendido al frente:

— ¡Sí… juro!

de palabras

Detalle del retablo al Santo Niño de Atocha. Plateros, Fresnillo, Zacatecas. 1867. Óleo sobre lámina. Ubicado en el Museo Amparo.
Río

Diana del Ángel sobre Lengua hierba

Literatura

Al finalizar cada año, uno de los recuentos de “top de lecturas” más esperados en México es el de Nora de la Cruz en su canal Interior 403, entre las recomendaciones, Nora mencionó Lengua hierba de Diana del Ángel como el libro de poemas que más la había conmovido en 2024, y estoy muy de acuerdo con ella porque también fue una de mis lecturas favoritas. Publicado por Heredad, una cooperativa editorial que apuesta por el pensamiento y trabajo comunitario y con ofrecer textos en defensa de la esperanza, con este libro abrió su colección de poesía Hojas de hierba. Con motivo de este libro y de su trabajo sobre la obra y figura de Alaide Foppa platicamos con Diana para La Gualdra.

Beatriz Pérez Pereda: En tu libro Lengua Hierba. Notas interrupciones y ejercicios, publicado por Heredad palabras en 2023, hay muchas referencias a los pies: a veces descalzos, con botas, radiografías, ortopedia, incluso un Cristo como primer podólogo, también hay mucho tránsito en estos poemas, caminar, desplazamientos, cuéntanos un poco de estos elementos en tu libro.

Diana del Ángel: El libro tiene varios hilos: los caminos, la hierba, las resistencias (comunitarias e individuales) y el pie es un elemento que los une a todos ellos, pues es la parte del cuerpo que nos sostiene, con la que caminamos aunque estemos cansadas, también es la más cercana a la hierba. Además es una parte poco atendida y, sin embargo, es fundamental para nuestra movilidad. En lo personal he sufrido mucho de los pies por tropezones y esguinces, quizá por ello fui tomando conciencia de su importancia. En el libro también ocupan el lugar opuesto a la racionalidad, siempre asociada con el cerebro, por eso digo que a veces mis pies piensan mejor que mi cabeza.

BPP: En el poema de la página 21 que empieza “La ortopedia del poema” dices: Lo político no es poético, ¿eso también aplica para Lengua Hierba?

Cuéntanos cómo definirías tu libro, o si quieres ahondar en el subtítulo: Notas, interrupciones y ejercicios…

DDA: Justo más adelante, en la página 27 hay otro poema: “Notas en el cuaderno de La que aprende hierba” en donde se menciona cómo lo político también puede ser poético, de modo que el poema de la página 21 es más bien una ironía. Esto tiene que ver con un aprendizaje, varios años fui a un taller donde justamente lo político era visto como un accidente. En tanto que la poesía se ocupaba de lo esencial, entonces lo político quedaba fuera. Por mis intereses e historia previa era la única en ese espacio que tocaba aspectos sociales y políticos, pero en los comentarios, sugerencias y correcciones veía cómo mucho de lo político y lo social quedaba desdibujado bajo el argumento de que era no esencial. Conforme fui creciendo como autora pude defender mejor mis temas y darme cuenta de que ésa no era la única forma de hacer poesía, entonces esos dos poemas son un poco la muestra de ese tránsito.

En Lengua hierba se mezclan varios registros temáticos, pues por un lado está el de la botánica, pero también están las referencias a movimientos sociales y armados del pasado, y al mismo tiempo aparecen las memorias individuales. En este sentido, Lengua hierba es una forma de reformular mi propia poética. En relación al subtítulo, lo que ocurre es que cuando comencé a escribir Lengua hierba, pensaba que iba a ser un poema largo, donde se contara un poco cómo era esta lengua, cómo aprenderla y demás, pero conforme avancé en la escritura fueron apareciendo otros textos que no eran parte de ese poema, pero estaban relacionados, por eso es que se fueron incrustando un poco como otras plantas en la hierba. De ahí viene el subtítulo.

BPP: En marzo de 2024 Ediciones Antílope publicó Memorias y Transfiguraciones de Alaíde Foppa, la edición mexicana de este libro inédito de la autora guatemalteca, donde tuviste un papel muy importante para que esto sucediera, además escribiste

unas cartas fantásticas que aparecen en el libro a manera de prólogo, también escribiste un prólogo para Las palabras y el tiempo, la edición de Malpaís en 2018, es decir, tienes una relación larga con la obra de Alaíde, en qué momento está esa relación ahora, cómo miras en retrospectiva todo el trabajo y las lecturas hechas: DDA: Uy, Alaíde Foppa me ha cambiado la vida en varios sentidos. Justamente, como lo cuento en el prólogo de Memorias y transfiguraciones, el mecanuscrito de ese libro lo encontré en 2018, mientras hacía prólogo para Malpaís. A partir de entonces ocurrieron varias cosas, me puse en contacto con uno de los hijos de Alaíde, Julio Solórzano, para tener su anuencia en la publicación del libro, poco después me comentó que tenía un archivo en su casa. Ello coincidió con que otra investigadora guatemalteca –Luisa González-Reiche– también estaba investigando en el archivo en busca de artículos feministas y entonces comenzamos a hacer ese trabajo juntas –siempre con la anuencia de la familia–, es decir, el del organizar el archivo en función de los materiales publicables. Además por la implicación que ha tenido para las dos este encuentro con el archivo también decidimos hacer una biografía a cuatro manos de Alaíde Foppa. Actualmente, estoy trabajando en la edición de un libro de poesía llamado Mujeres –la misma Alaíde ya lo había preparado– que espero salga el otro año.

BPP: Por último, platica un poco a los lectores de La Gualdra cuáles son tus proyectos por venir, que estás leyendo o escribiendo ahora:

DDA: Ahora mismo estoy terminando un libro de poesía donde el pretexto son los pájaros pero aborda temas relacionados con éstos, como las migraciones, las extinciones, el movimiento y el canto, entre otros. También tengo proyectado escribir un poemario sobre el herbario de Rosa Luxemburgo, porque me ha gustado explorar el asunto vegetal y el lenguaje en que las plantas se comunican, así como las relaciones que establecemos con ellas. De manera especial, el herbario de Luxemburgo tiene un ingrediente forense –ya que fue determinante para establecer, mediante examen genético, el cuerpo de la filósofa– que conecta mucho con el tema de la memoria y lo corporal que han aparecido en otros de mis textos y en Procesos de la noche.

Lengua de hierba, de Diana del Ángel.

Lengua hierba. Notas, interrupciones y ejercicios, de Diana del Ángel*

[Fragmento. Cortesía de Editorial Heredad]

* “Camina hacia el frente, regresa, quítate los zapatos”.

La mirada del doctor iba de las suelas de mis botitas a la hoja donde había impreso mis huellas con tinta china, inventada por la civilización homónima que también ideó la manera, con ayuda de vendad, dolor y sedentarismo, de volver pequeños los pies de las mujeres. Once centímetros era el ideal. Pasos cortos, cabellos largos.

“Sí, definitivamente, vamos a tener que mandarle ortopedia.

Hay que corregir desde pequeña incómodas digresiones".

El camino no es la extensión, sino lo habido en él. Ni poniéndose en los zapatos de otra.

*

Ortopedia del poema:

Uno:

“Escriba siempre sobre lo esencial, el poema está en el Ser, no en los accidentes”.

Dos. “Lo político no es poético”.

* Notas en el cuaderno de La que aprende hierba: “La pobreza es esencial para el sistema. Los pobres son esenciales para la obtención de mano de obra barata. Mantener la pobreza resulta esencial para la supervivencia del Ser. Hablar de miseria: esencial para el poema”.

* Mi madre me enseñó a cortar finamente la cebolla y las palabras, a enhebrar los días los días con la ceniza del fuego viejo a segmentar los dolores para que no nos falten cada hora, me adiestro para abrir y cerrar heridas con la misma mano.

El arte de llorar no se aprende en un día.

También me enseñó a escoger los mangos y los melones por su olor, los aguacates y mameyes por su tacto, a las personas por sus silencios y a dar codazos a discreción en el transporte público.

En suma: me enseñó a aprender.

Diana del Ángel

es poeta, ensayista, defensora de derechos humanos y Doctora en Letras. Ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas de 2010 a 2012 y del FONCA, en su programa de residencias artísticas, gracias a la cual realizó una estancia de escritura en Montreal, Quebec (2014). En noviembre de 2016 obtuvo la primera residencia de creación literaria otorgada por Fondo Ventura y la editorial Almadía para terminar un libro de crónicas sobre el caso de Julio César Mondragón Fontes. Desde 2002, forma parte del taller "Poesía y silencio". Barranca, su segundo libro, se hizo acreedor a una mención honorífica por parte del Premio Nacional de Poesía Dolores Castro 2013. Ha publicado Vasija (2013) y artículos sobre literatura en revistas como Tierra adentro, Este país, Cuadrivio y Casa del tiempo, entre otros. Algunas de sus traducciones del náhuatl al español han sido publicadas por la revista Fundación.

Diana del Ángel. Foto de Javier Narváez

La historia de la educación en la región de Aguascalientes y Zacatecas, siglos XIX al XXI

Historia

El campo historiográfico de la historia de la educación se ha consolidado en México y en América Latina. Sus avances son manifiestos y novedosos debido a la interdisciplinariedad, la diversificación de nuevos objetos de estudio y los paradigmas teórico-metodológicos incorporados en sus análisis sociológicos sobre la educación, la pedagogía y la nueva historia. En este contexto planteamos, ¿qué se puede decir hoy en relación a la historia de la educación en el ámbito regional y en México? ¿Qué tipo de procesos socio-educativos aún no se han abordado; cuáles son los vacíos historiográficos que requieren ser analizados y explicados para buscar dar solución a los problemas sociales emergentes, coyunturales y estructurales en el ámbito educativo? ¿Es posible pensar los problemas y las soluciones a partir de un conjunto de trabajos como los que se presentan en el libro Avatares de la educación pública en Aguascalientes y Zacatecas? Las respuestas radican principalmente en los lectores y analistas, quienes con sus comentarios y críticas ofrecen la posibilidad de validez y legitimidad a los “productos” que se manufacturan en los “lugares sociales” locales y regionales. Los objetos y sujetos de estudio lo constituyen dos regiones históricas cercanas, Aguascalientes y Zacatecas, cuyos actores especialistas -noveles y consolidados- trabajan, desde hace ya algún tiempo, temas educativos en forma articulada mediante seminarios, coloquios, cursos y en colaboración-cooperación de programas académicos

de alto nivel entre la UAA y al UAZ. Un esfuerzo colectivo-interinstitucional con el objetivo de potenciar la reflexión y el análisis en el ámbito de la educación, la pedagogía y la historia. Ha sido fructífera la experiencia interregional, pues se han logrado construir sociabilidades de apoyo, de intercambio y de ayuda mutua. El libro reseñado es un texto que abarca el tiempo largo (Braudel, 1970), con temas diversos y con continuidades y rupturas. Es cierto, con tópicos educativos distintos y con un pensamiento pedagógico-liberal situado en la modernidad decimonónica, así como con la denostada Nueva Escuela Mexicana. Los análisis de Avatares de la educación tienen que ver con reglamentos, proyectos escolares, procesos

formativos de hombres y mujeres, profesionalización de preceptorasmaestras, con la educación elemental, secundaria y profesional; con institutos, liceos, archivos y normales en lucha por su sobrevivencia, amén de la controversia reciente generada por los libros de texto gratuitos de la 4T. Todos los textos que constituyen el libro son de autores de la talla de José Luis Acevedo (Legislación), René Amaro (proyectos escolares de corte popular), Aurora Terán Fuentes (Instituto de Ciencias y Liceo de Niñas de Aguascalientes), Sara Sofía Calvario y Luciano Ramírez (análisis de la relación entre la Escuela de Agricultura y el Estado progresista de Aguascalientes), Judith Alejandra Rivas (pensamiento liberal-pedagógico de Pedro-

sa), Martina Alvarado (la biografía de maestras zacatecanas y la moderna educación preescolar), Laura Olvera y Salvador Camacho (creación y cambios importantes en la escuela secundaria para mujeres en Aguascalientes), Marcela López Arellano (el documento como anclaje con lo realhistórico) el archivo de la UAA, Mayela Legaspi (participación-emociones de los normalistas por preservar sus escuelas y sus derechos), y Salvador Camacho (libros de texto gratuitos), un especialista en dichos temas, cuyas herramientas metodológicas resultan muy útiles para dar cuenta de que la educación implica la lucha por el poder en México. En suma, se trata de diez trabajos que abordan, con mayor o menor profundidad, problemáticas educativas decimonónicas y más recientes de nuestros días, por ejemplo, las correlacionadas con el nuevo modelo educativo que apenas comienza a desplegarse. Empero, todas se inscriben en la sociedad contemporánea y en sus crisis sistémicas y coyunturales. Cabe mencionar que, no obstante, los planteamientos tienen un eje analítico común, una historia del presente que busca develar las intenciones ideológicas y las estructuras hegemónicas, patriarcales y de dominación masculina, como lo sostenía Pierre Bourdieu (1998). Tales estructuras operan “desde arriba”, pero también “desde abajo”, impidiendo la emancipación de las mujeres y la concienciación “para sí” en el andamiaje para hacer valer los derechos sociales.

* Reseña del libro Avatares de la educación pública en Aguascalientes y Zacatecas, siglos XIX al XXI, de Judith Alejandra Rivas Hernández (Universidad Pedagógica Nacional) y René Amaro Peñaflores (Universidad Autónoma de Zacatecas) y Salvador Camacho (Universidad Autónoma de Aguascalientes), coordinadores, Taberna Libraria Editores, 2024.
6 Por Judith Alejandra Rivas Hernández y René Amaro Peñaflores
Portada del libro Avatares de la educación pública en Aguascalientes y Zacatecas, siglos XIX al XXI.

[3]

MC [Digo, pues, que con todo su acompañamiento llegó Sancho a un lugar de hasta mil vecinos, que era de los mejores que el duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba “la ínsula Barataria”, o ya porque el lugar se llamaba “Baratario” o ya por el barato con que se le había dado gobierno].

DS [Callo, pues, que con toda mi soledad llegué a esta calle con cincuenta extraños vecinos, que eran de buenas costumbres en la ciudad. Desprecié por años escribir en “La calle 14 poniente”, o ya porque me hartaban “Los números 2 0 4” o ya por lo mal construida mi casa en la Emérita].

Tengo que admitir, este año sólo he sobrevivido. No puedo soportarlo, necesito la ficción en mi vida. Tal vez, sentarme y escribir fuera de casa en cualquier otra parte, o ya sea por contaminarme de la superficialidad. ¿Qué es lo que tengo? He leído el fin de año la posesión de Sancho Panza de la ínsula y su gobierno. El Quijote se separa de su amigo por primera vez después de bastantes aventuras. Este 2024: …me separé del tabaco, del baile y la inocencia del amor… He deseado muchas cosas, a muchas personas y libros con demasiada locura. ¿Qué es lo que soy? Un simple ciudadano de la Emérita con un par de irrealidades en la cabeza, con hambre de respeto y de confianza. ¿Dónde habían quedado? En un segundo piso sin acabar, en el óxido de las tuberías y una baraja del Tarot en mis cajones. ¿Eso era lo que había conseguido?

Lo que usted ignora sobre la burocracia del ego, en don Quijote de la Mancha, segunda parte, de Miguel Cervantes Saavedra Río de palabras

1746, La Haie, Les principales aventures de ladmirable Don Quichotte (Pierre de Hondt)

ser que mi segundo piso me dure más de un mes, pues ya andaré de patas de perro entre la muchedumbre, enojándote por las pastillas que me tragué aquella noche].

MC [—Pues advertid, hermano — dijo Sancho—, que yo no tengo don, ni en todo mi linaje le ha habido: Sancho Panza me llaman a secas, y Sancho se llamó mi padre, y Sancho mi abuelo, y todos fueron Panzas, sin añadiduras de dones ni doñas; y yo imagino que en esta ínsula debe de haber más dones que piedras; pero basta: Dios me entiende, y podrá ser que si el gobierno me dura cuatro días yo escardaré estos dones, que por la muchedumbre deben de enfadar como los mosquitos].

DS [—Tengo celos de ti, hermano — dijo el menor Sibaja—, que yo tenga trabajo y no pueda reparar una gotera del baño; maestro Sibaja me llaman con buenos agüeros, y Sibaja se llamó mi padre, y Sibaja mi abuelo, y todos fueron pendejos, sin añadiduras, sobre cómo tratar a una mujer; y yo no veo ningún mármol en esta casa más que piedras; pero rebosa: Dios nos da la espalda cuando quiere, y no podrá

Nacer para gobernar, o morir en el intento. Qué es el éxito o las ansias del poder, sino un juego de doble filo, en donde los que nunca conocen los límites de la humanidad desean y por ello enloquecen, se miran fijamente en los espejos y esperan ser los seres más ordenados del planeta; se sienten con orgullo y miran a sus otros por debajo. Así me siento este fin de mes, con el libro del Quijote sin lomo, cada vez más manoseado y deshecho, aún más consentido que cualquier gobernador: …conchudo y a mis anchas, como Cabalán Macari… Dirían en mi familia; pero cómo se construye un hogar si no es con el sudor de cuatro o tres generaciones. Cuando se le da el báculo a Sancho Panza para gobernar todo un reino, quizá sea su inocencia, o su presunción, la que lo llevan a ignorar lo que es difícil para cualquiera: …la toma de decisiones…

¿Hacia dónde vas, lector, con ese sueño arremangado y esa sed de independencia? La imposición de la Ley

en el doctor Recio y el pueblo es una de las mejores escenas de este gran libro; porque nadie se atreve a desafiar sus propios instintos o sus adicciones en libertad, ya que todo eso implica: …desnudez, pobreza, despojo, exilio, humillación… Escribo: Bienvenidos a la Península de mi Emérita en el dolor existente de los aventureros.

MC [“Pensar que en esta vida las cosas de ella han de durar siempre en un estado es pensar en lo excusado, antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continua; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el viento, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten”. Esto dice Cide Hamete, filósofo mahomético, porque esto de entender la ligereza e inestabilidad de la vida presente, y de la duración de la eterna que se espera, muchos sin lumbre de fe, sino con la luz natural, lo han entendido; pero aquí nuestro autor lo dice por la presteza con que se acabó, se consumió, se deshizo, se

fue como en sombra y humo el gobierno de Sancho].

DS [“Olvidar que en esta vida las cosas de ella han de perecer con lentitud en un estado de ignorar lo deseado, antes parece que ella anda poco en una sola línea, nos lo guardamos, hacia una rectitud: los días de las semanas se repiten por nombre, el lunes sigue al miércoles, el miércoles salta al viernes, el aburrido sábado, y el domingo apagado; pero toma decidir si esto no se acaba o es una sola forma de menospreciar la única historia que tenemos, la finitud de humanidad en su pesada tierra, con la espera de morir rápido, que tiene sus reglamentos y órdenes”. Esto sueña la Señorita Saigón, escritora conceptual, porque esto de confundirse entre la pesadumbre y la negatividad de nuestra vida presente o futura, y el final de la inmediatez que se ansía, con poco fuego y fe, con esas cartas del Tarot, tal vez, nos atrevamos a artificiar: la luz de nuestros ojos, lo que hemos confundido; pero aquí estoy, autor o personaje, lo escribo con desconfianza con el que comienzo, me consumo, me deshonro, yo voy como estrella y líquido a comenzar mi hogar de Sibaja a como dé lugar].

He de cerrar el año con algunos miedos de estar solo, mejor dicho, sin independencia ni coraje para volver a empacar mi ropa. Me aterraba la idea de no poder matarlo: …aquel hombre cruel y frío que éramos con locura… Tenía que escribirlo en un tiempo atrás y presente, para después soportarlo. Queríamos tener una mujer como Teresa, una hija como Sanchica, y un amigo como el Quijote, para traernos una felicidad tremenda e inaudita, en el retorno verdadero de nuestro consciente, el más bello y estable, para toda la familia. Me amarán igual que en el pasado / me amarás / me querrás, mi morena / me amarás… Las letras, esa última tarde del 2024, nos dejaron caer, nos detuvimos y prendimos en llama: …una bonita excusa para no conmiserarnos; y lo único que teníamos ahora fue una intriga entre las costillas, a lo Sancho Panza… — Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos (…) Recuperemos, juntos, la razón de amar.

*Mérida, Yucatán, 1997.

Tres poemas de José Manuel Pintado de Wit

Mérito de la imposibilidad Uno de tantos méritos revelar la sincronía del eclipse entre dos cuerpos celestes y el astrónomo que le da razón y paradójica sinrazón a la necesaria armonía que genera esa contradanza cósmica esa coreografía imposible pero cierta entre las secretas trayectorias con las que el universo va tejiendo y destejiendo su entramado con una definitiva gravedad siempre admirable para los sentidos de la percepción siempre aperplejante para entender los rastros del tiempo y del espacio que son las dos caras ocultas donde el milagro engrana la inverosímil partida de ajedrez entre la luz y la sombra entre el sueño y la vigilia entre el vacío y la vastedad certeza tan improbable como la vida como la contundencia del relámpago como el tiempo que transcurre con la lentitud aparente del eclipse

Ceiba

La gran ceiba que sostiene el espacio del patio sagrado de la ciudad sagrada es un corcel a pleno galope jineteado por un prodigioso tropel de saraguatos que rugen además como posesos de una furia descomunal que bien puede ser en realidad un canto primigenio en el que el dios del trueno siembra el árbol sagrado en el patio de la ciudad sagrada escenario de las celebraciones más fastuosas de este lado de la selva donde la ceiba anda en estampida con la ilusión de llegar a la quietud

Anda también entre el bullicio y la escandalalera pero con la ilusión de llegar al silencio para fundar sus raíces en el aire del cielo y dejar crecer sus ramas entre los laberintos de la tierra mientras mantiene el vuelo a galope tendido corazón adentro tiempo dentro

Relámpago

El relámpago llega como todos saben de improviso

Sucede con más frecuencia en la tormenta aunque no hay que confiarse del todo porque de repente le da por aparecerse así nomás en medio del día o de la noche entre un vendaval o en el enredijo de la seca en alguna noche plenilunar y hasta en medio de la canícula insoportable

Con frecuencia llega espectacularmente rodeado de tormentas y de un coro de truenos paro también ocurre que le da de pronto por aparecer agazapado detrás de un poste de luz en la plenitud de una marcha de protesta o en el pleno vuelo de una parvada de gaviotas

El caso es que cuando llega deslumbra los sentidos desnuda el tiempo y el espacio y todas las cosas y sucesos quedan fugazmente prendidas a más no poder hasta la médula del instante adonde también la vida se agazapa con su mejor textura su intensidad más alta cuando a fin de cuentas se suspende el tiempo en el relámpago donde convivimos todos plantas minerales dioses bestias desde la altísima intensidad del desamparo que convierte todo en pura luz inevitable esencia súbito desvelo puede su aparición durar la astilla de un segundo o acaso semanas o meses de presencia invisible pero cuando pasa todo cambia en la otra orilla de la vida

*Ciudad de México, 1948. Poeta y cronista. Estudió Letras Modernas en la UIA. Guionista de cine, radio y televisión; investigador del archivo etnográfico audiovisual del Instituto Nacional Indigenista; productor de series televisivas sobre culturas populares y vida cotidiana indígena de diferentes regiones del país; fundador de Tierra Adentro. Colaborador de La Cultura en México, La Semana de Bellas Artes y Versus. Becario del INBA, 1975. Premio Nacional de Poesía Joven de México Elías Nandino 1976 por Cartas de navegación.
Joseph Mallord William Turner. Barco de vapor en una bocana de puerto con tormenta de nieve. Óleo sobre tela. 1842.

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