SUPLEMENTO CULTURAL
No. 62 - 6 DE AGOSTO DE 2012 - AÑO 2
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Julián Hugo Guajardo E. Fotos para sentir. En sí misma. 2007.
Julián Hugo Guajardo Esparza nació en Monterrey, N.L., el 23 de mayo de 1963. Radica desde hace 19 años en Zacatecas. Practica la fotografía desde su preadolescencia y desde entonces ha incursionado en casi todas las formas de hacer fotos: comercial, periodística, retrato, paisaje, publicitaria y artística; así como cortometrajes en película y video. Su exposición Fotos para oír, sentir y ver fue inaugurada el pasado Pág. 6 y 7 viernes 3 y permanecerá en exhibición hasta el 30 de septiembre en la Fototeca de Zacatecas.
6 DE AGOSTO de 2012 / año 2
I. Este próximo martes 7 de agosto, celebramos el 99 aniversario del nacimiento del poeta zacatecano Roberto Cabral del Hoyo, quien nació en la ciudad de Zacatecas, en el año de 1913 y murió en la Ciudad de México el 4 de octubre de 1999. En La Gualdra lo recordamos con mucho cariño y compartimos con ustedes, a manera de homenaje, uno de sus poemas. La declaración de amor Más aún que en tu clara primavera eres ahora bella, amada mía: en tu espléndido otoño, se diría madura en ti la humanidad entera. Amo tu cuerpo hermoso y tu alma austera, tu sien surcada de sabiduría, y te amo al saber tu compañía para todo y en todo compañera. Así te quiero, mar de aguas tranquilas, con tu diáfano ayer, y en las pupilas la luz de los crepúsculos dorados. ¡Manos dichosas con que compartimos nuestro pan amoroso y los racimos a las viñas celestes arrancados! [Roberto Cabral del Hoyo]
II. Isabel Vargas Lizano, mejor conocida como Chavela Vargas nació en San Joaquín de las Flores, Costa Rica, un 17 de abril de 1919. En México ha residido por más de siete décadas, aquí eligió vivir, por eso se nacionalizó: “Me tocó nacer en Costa Rica, pero la vida, la vida de verdad, la encontraría en México. Mi libertad. Por eso, cuando vi un mariachi casi me desmayo de emoción”. Sacó primer álbum musical en 1961 y desde entonces ha grabado más de ochenta discos. Ha recibido múltiples premios como la Gran Cruz de Isabel la Católica, el Grammy Latino, la Medalla de Oro Universidad Complutense de Madrid, la Medalla al Mérito de la Universidad de Alcalá de Henares, el reconocimiento como Huésped de Honor de Buenos Aires, Argentina, y en 2009 fue nombrada Ciudadana Distinguida de la Ciudad de México. En abril de este año, el INBA presentó su libro-disco La Luna Grande, homenaje a Federico García Lorca; Chavela Vargas estuvo acompañada por Eugenia León y Martirio, y por Laura García-Lorca, sobrina del poeta y directora de la Fundación Federico García Lorca. La selección de la obra poética estuvo a cargo de Chavela Vargas y del músico Mario Ávila, e incluye versos de
los textos dramáticos de Lorca, además de sonetos y romances. “La Luna Grande se trata del encuentro de dos mundos, el de Chavela Vargas con el de Federico García Lorca; el de la poesía con el canto, el libro con el disco, España con México y la vida con la muerte”, así lo presentaron en México y apenas hace unos días, en España. Prácticamente toda su vida se ha dedicado a cantar música mexicana, de ésa que se entona mejor cuando algo falta, cuando algo duele, cuando algo se extraña. La imagen de esta mujerona, de esta admirable mujeraza, es la de la hembra que lo ha decidido todo con respecto a su vida: cómo vestir, actuar, cantar, ser, vivir, morir, y sobre todo: a quién amar. La suya ha sido una vida de verdades absolutas; su rostro es el de una mujer plena, entrona, cabrona; su voz es la de todas y todos quienes aman a cabalidad y son capaces de gritarle al mundo que no le temen a nada, ni siquiera a la muerte. Al cierre de esta edición, en un hospital de Cuernavaca, Chavela Vargas espera –no espera nada, pero espera… como diría Sabines- a que la enfermedad ceda, o a que la muerte la reciba en su casa –para ponerle la mano ahí, como a Macorina-; que los dioses se apiaden de esta Chamana que usa un medallón –obsequio de los huicholes- y un huipil en el hospital porque se resiste a ponerse esa horripilante bata que le dan a los enfermos. Ya trascendió Chavela, con su gabán rojo, su medallón, su voz rasposa, su caballito de tequila… ya trascendió, como la luna grande… Canción de jinete Córdoba. Lejana y sola. Jaca negra, luna grande, y aceitunas en mi alforja. Aunque sepa los caminos yo nunca llegaré a Córdoba. Por el llano, por el viento, jaca negra, luna roja. La muerte me está mirando desde las torres de Córdoba. ¡Ay que camino tan largo! ¡Ay mi jaca valerosa! ¡Ay que la muerte me espera, antes de llegar a Córdoba! Córdoba. Lejana y sola. [Federico García Lorca]
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Inquisición a orillas del purgatorio (Epílogo perdido de Dante, la niñez o sobre los daños colaterales) por Gabriel Luévano Gurrola
Escenografías del Arte Contemporáneo Trazos hermenéuticos para un teatro filosófico del arte. Parte I por Armando Haro
Huérfanos a la caza de un resplandor que miente (de la paternidad como tragedia de la novelística contemporánea) Parte III por Manuel R. Montes
Fotos para oír, sentir y ver Exposición de Julián Hugo Guajardo E. Oír, sentir, ver por Mauricio Flores
El Jinete Azul, novela de Rafael Calva; metáfora de la razón moderna por Bea Cármina
Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria
Soledad Barret, la Patria no es un lugar… por Marco Casillas
La importancia de la conversación en la lectura por Eduardo Campech Miranda Manifiesto en re por Edgar Khonde
Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
3 4 5 6 7 8 9 11 12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
6 DE AGOSTO DE 2012
Inquisición a orillas del purgatorio
(Epílogo perdido de Dante, la niñez o sobre los daños colaterales) Por Gabriel Luévano Gurrola Qué miras cuando el cielo duerme y la mirada que sostienes incrédulo, atisba la ausencia de los astros. Qué sientes cuando la piel llora y el tiempo nos devuelve limpios a la costumbre del miedo. En qué piensas cuando abres el sueño y la noche sigue su curso sin estrellas en qué sostenerse. Hoy me dolió la noche y salté de la obsolescencia de la rutina. Sangró el mundo, pájaros sin voz, como en la tarde que evoco desde la orilla de los recuerdos infinitos, que recaen en la misma imagen. Tú, sentado en medio de un concierto de ángeles ocultos, quién sabe dónde, quizá detrás de los árboles que te dicen con su silencio, que la vida es lamento de hojas quebradas, rumor de las armas en un cuerpo condenado. Todo es entonces recuerdo, cuando recobras la lucidez de los espejos y te ves a ti mismo, niño de mil añoranzas y más preguntas. De dónde venimos, por qué las ancianas de aire me miran como si tuviera un demonio metido en el cuerpo, cuando regreso a mi casa, el libro bajo el brazo, después de haber pasado la tarde acurrucado en los brazos del asombro. Ahí estás, de nuevo anciano de barro, con un río dentro de ti, como el poeta que viajó por bosques inhabitables, montañas perdidas, paraísos maquinados. Hubo un tiempo, te dices, en que la violencia era sólo un juego. Tú, resguardado tras las hojas del libro que una vez perteneció a tu madre, presenciando el espectáculo de la justicia divina. El mundo era entonces sencillo. No te preocupabas de la moral, menos del tiempo masacrando la conciencia de esa infancia distinta, sin televisión, sin trompos, sin amigo del barrio. El asombro era lo único que atinabas a comprender. La certeza de que había una tierra donde la felicidad no era dormirse antes del anochecer, escuchando los gritos en la penumbra. No había cabida entonces para el temor. Te hallabas seguro de los demonios, del laudo de Minos, del Minotauro. Ese universo estaba a tus pies. Sentías entonces que la tierra bailaba debajo de una silueta carcomida por la memoria. El infierno fue el despertar a la literatura. En medio del dolor que significó la disciplina de una educación dirigida a
Corwin Prescott
callar lo “inconveniente”, Dante fue el encuentro con el poder de la imaginación humana, capaz de abarcar en doscientas páginas, el orden del universo. Entonces apuntabas con el dedo y decías que había una tierra llamada Malebolge donde los papas ardían, allende, un río en el que morían los sentimientos…El infierno fue para tu infancia la llave con la que pudiste asomarte al mundo y ver el cuchillo, el fuego, el grotesco espectáculo de la humanidad. Con él te revelaste a la tranquilidad que en cierta medida respirabas, porque no te interesaba la televisión y te encargabas en cambio, a encasillar a aquéllos que te fastidiaban. Algunos pagarían abrasados por un lluvia ígnea, otros, se revolcaría en la suciedad con la que quisieron embarrarte. A veces, para ser más justo, también te ubicabas. Un mañana masoquista, eras pecador, pero la tarde te devolvía el optimismo y sólo eras habitante del Limbo, pagando la ausencia del bautismo de una sonrisa. Podrás decir que en cierta época tuviste libertad cabal.
Y ahora vienen y te dicen que tienes libre albedrío. Que puedes votar por aquél que castigará a los pecadores de la patria. Que puedes salir a la calle a cantarle alabanzas a Juárez y Zapata cuando en cualquier momento te levantan entre diez y exigen que vendas tu palabra para ser libre y volver a caminar en los empedrados que sostendrán tus lágrimas. “Caramba”, te espetas a la cara, qué pecado estaremos pagando. Verás que aquellos pecadores también se han revelado y esgrimiendo cada uno los pecados por los que fueron condenados. La ira los hará apuñalarte en cada esquina, los avaros aduladores te estafarán al venderte una felicidad de pacotilla, los glotones caciques de la información engullirán tu derecho de pensar. No hay vuelta atrás. Ese niño que fuiste, murió en el preciso momento en que comenzaste a recordar. Ya no te hallas sentado en el jardín, contemplando el reino del dolor, mientras rosas nostálgico las hojas con las que tu madre separaba las jornadas de lectura hace tantos años. Sólo esperas, que aún
haya tiempo de redimirse a los ojos de la guerra que nos tocó perder. Que aún haya lugar para santificar tu boca con alguna Beatriz, la que la vida se haya encargado de asignarte, confeccionarle un velo hecho de besos para que así te cubra con su manto de estrellas. Seguirás, no obstante, frecuentando los jardines, tocando en las puertas que la literatura te ofrezca, pues estarás convencido que la selva de Dante es la selva de todos y su viaje, como el viaje de los libros, es depurativo. Que la literatura es una suerte de purgatorio, capaz de mantenernos en la frontera de una línea que confronta tus miedos más arraigados y tus esperanzas más románticas. Cada quien tendrá sus réprobos qué demoler, igual, cada quien porfiará en salvar a quienes considere libres de mentira. Por ahora, te entregarás de nuevo (aunque sea un intento) al vaivén de tu lectura, a través de los infiernos del sadismo y los paraísos del asombro y viceversa. Y querrás ser humo de nuevo. Que el Dios de la inocencia nos ampare a todos.
LA GUALDRA NO. 62
Escenografías del Arte Contemporáneo Por Armando Haro
Trazos hermenéuticos para un teatro filosófico del arte. Parte I
La superación de la estética resulta necesaria a partir de la confrontación histórica con la metafísica como tal. La misma contiene la posición fundamental occidental con respecto al ente y por consiguiente también el fundamento con respecto a la esencia del arte occidental y de sus obras.1 Martin Heidegger
Joshua Reynolds, Garrick entre la tragedia y la comedia
Se abre el telón. Ante una multitud agazapada se presenta un marmóreo anfiteatro vacío. En off, una idea que resuena fuera del rango de lo audible comienza a dibujar en la pizarra del espacio toda la utilería y la telonería, la nomología y la geometría, la ética y la percepción. De pronto, los espectadores, por un artilugio de la idea, son protagonistas de estas distintas escenas; primera escena: los protagonistas comienzan a debatir sobre la similitud entre la idea y las cosas dibujadas, cuando ellos mismos han visto salir de la idea dichos dibujos, ¿son entonces las palabras, que dicen la idea, las cosas mismas? O, ¿las cosas mismas son imitaciones de la idea? Segunda escena: a la idea se le da una voz, un verbo, del cual surgen todas las cosas. La voz se dibuja a sí misma y desciende. Los 1
protagonistas extasiados comienzan a imitar la transfiguración de la voz como si fuera todas las cosas, de hecho, para ellos de antemano lo es. Tercera escena: el escenario se ve colocado al descubierto del mundo, se caen los muros del teatro, los protagonistas comienzan a descubrir el teatro del mundo, en el que su propio teatro transita entre miles. Cuarta escena: la voz se apaga, los protagonistas se dan cuentan que ahora son nuevamente espectadores, de que están a la intemperie del mundo sin el resguardo de la transfiguración divina y con el principio en la mano otra vez, comienzan a discutir sobre el devenir dado entre las palabras y las cosas reales. El escenario vacío y trágico de la primera escena, que bien puede ser la cárcel que decora la Apología de Sócrates, da paso al escenario de la se-
M. Heidegger: Nietzsche, Destino, Madrid 2001, p. 397.
gunda, que es más bien monacal, una celda en la que, por voluntad propia, libre albedrío, se entra para pagar las culpas y acercarse al número perfecto de Dios. Primera parte de dos escenas en las que el arte estuvo supeditado a la idea platónica, encantado por la ilusión del teatro del ser. La segunda parte, también consta de dos escenas, de la primera es un escenario épico, en el que el propio escenario del teatro del ser es como una nave de los locos que surca las aguas infinitas y descomunales, circunvalando el globo, y aún cuando la voz comanda, ésta se vuelve cada vez más inaudible y sólo se conserva como consuelo para tiempos de zozobra. La segunda escena es trágica, extática y épica a la vez, la embarcación ha zozobrado en el mundo que se vuelve cada vez más pequeño y no es, sino una isla flotante en medio de la inconmensurabilidad del espacio vacío. Los protagonistas se quedan ahí extáticos y estáticos ante la desventura de haber perdido una voz guía. Se grita el descubrimiento de un nuevo continente, el de la muerte del hombre, del arte y de Dios, es decir, del nihilismo. Surge otra percepción y otra moral, cuyos orígenes se remontan al teatro barroco, que piensa desde la multiplicidad y lo infinito, desde el vacío y lo ilimitado, y que pone al arte como culmen de la metafísica. En el teatro del arte se han ocasionado innumerables debates a lo largo del pensamiento occidental, los cuales giran también en torno a lo que son las imágenes y su relación con las palabras y que, al final, parecieron concentrarse en estudios de estética. Pero aún estos estudios del siglo de las luces tenían una doble finalidad: explicar lo que es la percepción estética trascendental del espacio y el tiempo y, establecer los criterios de percepción del arte en cuanto a su forma y contenido, su composición y proporción, su color y su textura, lo cual dio lugar también al historicismo del arte, a su institucionalización y a su papel en la historia como motivo del ascenso burgués y la emancipación del proletariado. El fenómeno
del arte moderno y contemporáneo protagoniza la primera escena de una tercera parte que aún está en proceso, siendo el reducto por el que los debates dados dentro de este teatro del arte toman forma. En él encontramos esa escena múltiple, trágica, extática y épica, en la que ya toda voz y toda palabra, toda persona o todo dibujo, pueden ser percibidos como obras de arte. La tragedia radica en que permanece en constante pugna con la esclerosis que la institucionalización del arte evidencia genéticamente, pero de la cual depende su instauración como arte. Lo épico es esta comprensión del espacio y el tiempo que ya no es ni cartesiana ni newtoniana, sino leibniziana, en el que mundos posibles como representación del mundo en totalidad se mueven componiendo mundos infinitos. En este sentido, el arte contemporáneo resulta ser un paradigma de largo alcance al estar situado al final del teatro del pensamiento y la creación como la esencia paradigmática del arte por definición. Pero, ¿a qué se debe dicho acontecimiento? Pues bien, como se ha dicho, el arte contemporáneo es paradigmático por definición, tanto por el hecho de que se encuentra al final de un desarrollo de debates alrededor del arte —lo que conlleva los propios del desarrollo del arte—, como porque el arte contemporáneo ha puesto en cuestionamiento las supuestas respuestas a dichos debates y, además, ha subsumido a su esencia casi todos los posibles desarrollos históricos del arte y la técnica. Se subraya desarrollo comprendiendo que ni el arte, ni mucho menos el hombre, se desarrollan precisamente en una línea de tiempo en la que hay una sucesión de instantes causal y progresiva, sino que, en tanto que se revoluciona, el arte, como la propia vida, muchas veces ha tenido que involucionar, regresar a la expresión de otros tiempos para encontrar ahí la respuesta a la necesidad de expresión de tiempos modernos y, como la filosofía, ha tenido que comenzar una y otra vez, dudando de todos sus principios y de todas sus certidumbres.
6 de agosto DE 2012
Huérfanos a la caza de un resplandor que miente (de la paternidad como tragedia de la novelística Por Manuel R. Montes* contemporánea) Parte III
En Tiempo de vida, el narrador español Marcos Giralt Torrente abarca una difícil introspección derivada de la muerte de su progenitor, y en las líneas que principian la novela, lo admite: “Hay lugares que desconozco y lugares a los que no quiero llegar”. Paul Auster, en La invención de la soledad, converge a esta suerte de fobia consanguínea que dicta no acercarse demasiado a lo que la luz dantesca revela, sobre todo cuando son los hijos, los hijos que han decidido escribir sobre sus padres, quienes la utilizan para desentrañar la incógnita primordial que los antecede como creadores y que se sintetiza en la siguiente pregunta, nódulo que subyace a una de las tragedias de la novelística contemporánea: quién soy, pero que madura y se replantea, como réplica insoslayable, en el otro, paralelo abismo: quién es, o fue, mi padre. “De repente se revelan cosas que uno no quiere saber, que uno no debe ver”, declara, con aprehensiones, el neoyorquino. El virtuoso fragmentarista de Portugal, Bernardo Soares, en el Libro del desasosiego se cuestiona: “¿A qué ventana de qué secreto de Dios me habré asomado yo por accidente?” ¿Qué fue lo que habrán visto Giralt Torrente y Auster, que los amedrenta y alecciona? “Cada vez que era testigo de la desnudez del viejo, sentía un escalofrío de horror: sus miembros enflaquecidos, los testículos encogidos, el cuerpo reducido a menos de cuarenta y cinco kilos” (La invención de la soledad). Del otro lado de la ventana, en los ámbitos ocultos del secreto y
Jacobello Alberegno, Políptico del Apocalipsis.
cuando mis hijos, ya en la madurez, la espíen desde su memoria para reconocerme y reconocerse, lo que brotará como una luz negativa de aquellas esclusas entreabiertas no será otro hallazgo que el de un golpe nítido de realidad y desilusión y entonces Evan, Lisboa ya grandes habrán de proceder al derrocamiento de la efigie, porque si el hombre que se ha encorvado, al esclavizarse mártir en la misión que lo atrofia, la de la prosa; si este hombre revira su gesto, da la cara y no la espalda y se presenta inequívoco, como es irrefutablemente y desnuda el acertijo, a la vista de quienes lo escudriñan, entonces el dios, el coloso que inspiró fervor y admiraciones desmedidas quedará reducido a la caricatura. Kafka se retrajo también de la revelación idólatra cuando su lente incisivo le mostró en concreto al hombre del que devenía; aquella tristeza debió de ser inmensurable, “pues tú eras para mí [como le confesara Franz a su tirano] la medida de todas las cosas”. Hanif Kureishi, en Mi oído en su corazón, dilucida otra variante del
que aventura e inquiere los orígenes de la remota luz a la que intenta dar alcance. En su relato de conmociones íntimas el narrador de ascendencia hindú accede plenamente al interior de la coraza y practica un ejercicio de autopsia: exhuma la escritura de su padre y se sumerge, metódico, en los libros que con empeño arduo reescribió, infatigable, pese a serle devueltos con el acuse de rechazo por todas las editoriales a las que los remitía. Kureishi traspasa no sin tribulaciones la frontera que Auster y Giralt Torrente no cruzaron aunque sus pesquisas, y como si los caminos que profetiza la sangre no se bifurcaran, originan a su vez un encuentro desavenido con el ente que, ya visto de cerca, desde la hondura de su complejidad y de sus enigmas, emerge inexplicable, convertido en otro, aún más evasivo y distante pese a su cercanía: “la lección que hay aquí trata de la imposibilidad de saber”, concluye Hanif, con desconcierto y perplejidad. El desenlace de Mi oído en su corazón redunda en la premisa que alentó su íncipit. Leídos con minucia los manuscritos,
repasadas con esmero las diversas fotografías, rememorados los eventos que se compartieron veintisiete o más años bajo el mismo techo, el autor, abatido por la claridad incandescente que paradójicamente lo confunde, protesta: “¿Dónde está mi padre?”. Un hombre innecesario es el significativo título, para la tragedia que me abruma, de una de las novelas de aquel escritor espartano y sin fama que procreó a otro, mundialmente reconocido. Las horas infinitas de abstracción en la máquina no alteraron el curso de la literatura como sí lo hicieran sus otras horas objetivas, obligatorias, insoportables, a veces asfixiantes e inminentes, de crianza y paternidad. El padre de Kureishi ejemplifica un interesante reverso de consagración: no por haber escrito sin tregua, pertinaz e insomne, sino por haber medianamente criado, fue por lo que perpetuó su celebridad, el eco y el drama de su apellido. Un hombre innecesario, un hombre que se marchita y pule su prosa, la que a nadie importará: un hombre que cava su olvido, marcadas las yemas de los dedos con las grietas del azadón de las palabras. “Alguna vez incluso amenazó con abandonar los intentos de hacerse escritor. Desde su punto de vista eso sería algo desastroso, una especie de suicidio. Dos días más tarde volvía a sentarse ante su mesa con una nueva idea. Una vez dijo que deseaba continuar porque no quería que yo lo viera derrotado”. (Mi oído en su corazón).
LA GUALDRA NO. 62
Fotos para oír, sentir y ver Exposición de Julián Hugo Guajardo E.
Oír, sentir, ver Por Mauricio Flores Cuando Julián Hugo Guajardo Esparza (Nuevo León, 1963) cumplió trece años, sus padres le regalaron una camarita de cajón, Kodak Instamatic 126, con la que se fue corriendo a captar imágenes. Entonces, sus paseos de fin de semana se volvieron todavía más gozosos, algo más entretenidos. Ahora, siete lustros después, sigue instalado en el regocijo de sostener una cámara, cerrar el ojo izquierdo, llevársela al rostro, atisbar por ese huequito que nos traslada a la realidad y apretar una y miles de veces el disparador. Click, click, click… ¿Cuántas veces habrá disparado? Imposible saberlo. ¿Cuántas imágenes habrá congelado —primero en la película y el papel; después en la pantalla y el archivo digital—? Difícil cuantificarlo. De lo que no tendremos duda, tras recorrer este medio centenar de fotografías, separadas a partir de las percepciones humanas del oír, el sentir y el ver, es de su pasión por la fotografía y su disposición por compartírnosla, como en un vagabundeo infantil. Al arribar los tiempos de la fotografía digital, Julián Guajardo no
Fotos para oír. Compañero de juegos. 2012.
modificó lo que para él entrañan quizá los más importantes significantes de este arte visual. Provocar sensaciones y estados de ánimo, y contar historias. Esto es lo que como espectadores corroboramos —oyendo, sintiendo, mirando— al pie de cada una de las cincuenta y cuatro imágenes que cuelga ahora y tras seis años de acumular registros. Oímos el canto de un pájaro mudo en “Vuelo acorralado”. Escuchamos el traqueteo de un tren en “Destino incierto” (“Cuando el tren silba, sus recuerdos llegan en tropel”, escribe Fernando del Paso en José Trigo). Sentimos el liviano movimiento del agua en “Falsa quietud”. Un aire ligero que mueve banderas en “Olor de viento que precede del agua” nos alcanza a despeinar. Miramos cuerpos y sombras en “Amarillo esperando la primavera”. Vemos, una y más veces, el azul de Zacatecas. Luces, sombras, contrastes, texturas, profundidades, ambientes, reflejos, temperaturas, apariencias, colores… están en Fotos para oír, sentir y ver, fundamento de lo que nos cuenta Julián Hugo Guajardo.
Fotos para sentir. Falsa quietud. 2009.
Fotos para sentir. Esperanzas. 2010.
6 de agosto DE 2012
Fotos para oír, sentir y ver Julián H. Guajardo, agosto de 2012
En Fotos para oír, sentir y ver, el autor intenta poner en práctica un fundamento de la PNL (fundado en quién sabe qué ciencias, pero que al autor le consta que funcionan), que establece que los humanos occidentales nos re-presentarnos la realidad principalmente a partir tres modos: la vista, la inteligencia y las sensaciones. A cada una de estos modos de representación de la realidad le corresponde un sentido: la vista, el oído y el tacto, y son éstos los que guían y conforman la personalidad de las personas, pues lo que somos y hacemos va de la mano con la manera de entender nuestro mundo. La obra gráfica que se presenta es un experimento en tres secciones. Quienes son auditivos disfrutarán elaborando historias con las imágenes ofrecidas; los cinestésicos podrían sentir el viento y el agua, la quietud y la desesperación, y para los visuales hay un buffet bien dispuesto de colores, texturas, sombras y matices que pretenden cimbrar sus retinas. Queda en manos de los observadores, la última palabra. Fotos para oír, sentir y ver permanecerá en exhibición hasta el 30 de septiembre en la Fototeca de Zacatecas.
Fotos para oír. Los acosadores. 2007.
Fotos para oír. Camino andado. 2007.
Julián Hugo Guajardo Esparza (Monterrey, N.L., 23 de mayo de 1963)
Zacategiomontano radicado desde hace 19 años en Zacatecas. Practica la fotografía desde su preadolescencia y desde entonces ha incursionado en casi todas las formas de hacer fotos: comercial, periodística, retrato, paisaje, publicitaria y artística; así como cortometrajes en película y video. Ha impartido clases de fotografía en universidades públicas y privadas, en Monterrey, Michoacán y Zacatecas desde 1987. Sus fotos han aparecido en diversos periódicos nacionales y en numerosas revistas entre las que destacan Tierra Adentro, San Quintín 106, Cuartoscuro, Kaleidoscopio, Deslinde, A Duras Páginas, y en www.fotografosdenuevoleon. com.mx entre otras. Su participación en exposiciones fotográficas colectivas ha llevado sus fotografías a ser exhibidas en numerosas ciudades de México, Estados Unidos, y Cuba. Actualmente es responsable de la Unidad de TV de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Fotos para ver. Azul con blanco IV. 2006
Fotos para sentir. Las primeras gotas de lluvia. 2007.
Fotos para sentir. En sí misma. 2007.
Fotos para ver. Sol de la mañana. 2007.
LA GUALDRA NO. 62
El Jinete Azul, novela de Rafael Calva; metáfora de la razón moderna Por Bea Cármina* En una continua transfiguración de la sexualidad, por medio de la imaginación, el protagonista del Jinete Azul, Keith Lawless, despliega su visión erótica entregándose a ésta con una racionalidad fría, calculadora, sin perder el dominio de sí mismo. Se nos muestra a un Keith, erigido en dios padre y dios semen, buscando al dios hijo; imperiosa necesidad que lo arrastra a seducir a diferentes jóvenes, cada vez más púberes, a los que asesina diluyendo sus carnes y sus huesos en ácido, después de proporcionarse y suministrarles placer y dolor que se entremezclan y confunden. En el mundo de lo sagrado, iglesia de Saint John the Divine, es a donde acude el doctor Keith para llevar a cabo su batalla y lo hace a la hora de la eucaristía, dándose el gusto de transgredir ese mundo, ese rito, esa moral que pretende humillar doblemente: por lo sagrado del momento y por tomar para sí el alma de Richard y beberse ese cuerpo en otro altar, en culto propio, en donde él, cirujano, será el oficiante único. En aras de la razón dominante, que es en definitiva, la razón del dominio, la razón de los derechos adquiridos, el protagonista del Jinete Azul ejerce “su libertad” asesinando a Richard, para apoderarse del cuerpo y alma del sujeto convertido en objeto, en un acto reiteradamente orgásmico. Así, la razón argumentativa queda reducida y en manos del que ostenta el poder. Sin voz, sin voluntad, el otro objetivado no tiene más razón de ser que servirlo. El haberlo cosificado no perturba al dominante, al contrario lo enaltece. Ha convertido su arte amatorio en un ritual en el que eleva al amante en turno designándole el papel de Cordero Pascual al que antes de sacrificar deleita libidinosamente al tiempo que lo tortura; heridas que cura con mimos y ungüentos prodigiosos, para volverlo al lúbrico gozo, a la impudicia del dolor, del horror en un ritornello demoniaco mientras determina el momento de la inmolación. La razón instrumental es la instancia del pensamiento calculador y la base de nuestra cultura, cuya función
Kandinsky, Cartel de El Jinete Azul, 1912.
es la de convertir al objeto de mero material sensible en material de dominio. Ese ser es contemplado bajo el aspecto de la elaboración y la administración. Cuando se ha renunciado a la trascendencia es cuando el erotismo adquiere sentido en sí mismo, como gozo de ese presente, de ese tiempo donde por medio de la exaltación erótica, siempre estéril pero plena de imaginación, de voluptuosidad, interviene la representación, la liturgia, la ceremonia que se renueva en búsqueda del éxtasis sibarítico sagrado, con el fin de desintegrarse, de dejar de ser, de fundirse en el cosmos recuperando la dualidad perdida: orgasmo que diluye, que borra los límites, que suspende el juicio, durante un tiempo sin tiempo. Sin embargo Keith no ha renunciado a la trascendencia, la pretende a través del universo del otro, aunque únicamente sea quimera de un instante.
La obra del marqués de Sade eleva el principio científico a principio destructor; Keith, el cirujano sádico, protagonista del Jinete Azul, demoniza la civilización; no vale nada, la moral es corrupta, hipócrita, exterminadora y sin embargo la pretende demoler para sus propios fines, porque en una sociedad como ésta sólo se encuentra la identidad en el erotismo, y la rebeldía en sus prácticas abiertas y sin freno. Y tal como la civilización decide que los demás son material dúctil, objetos, para llevar a cabo sus propósitos, así él se apropia de sus amantes ocasionales para su propia delectación. Al erotizar con sus singulares métodos, y con sus propias armas, se enseñorea cual gran sacerdote sublimando su libido. La potestad de sí mismo y la prohibición de dejarse subyugar por sus sentimientos e inclinaciones, con el fin de prolongar esa relación que seguramente se
deteriorará con el paso del tiempo lo deciden a acabar con la vida del otro, ya que lo que importa es el presente del presente, pues es imposible detener el tiempo, y prolongar ese regodeo ad infinitum. Y sin embargo, su ser seguirá deseado poseer a este amante, a esta hostia, a este Richard, víctima propiciatoria que él ha decidido sacrificar en el momento orgásmico supremo, aniquilando así cualquier cambio, cualquier futuro. Richard no resucitará, seguirá muerto eternamente; Richard será asesinado y descuartizado por Keith mismo. Tanto le dolerá su muerte y su imposibilidad de devolverle la vida para poder quitársela de nuevo, que piensa en suicidarse. El Jinete Azul es una búsqueda desesperada por alcanzar la unión con el absoluto, misión imposible para un Keith desierto, sin posibilidad de epoché, pues le está vedado alcanzar el embeleso sin perder su supremacía. Ante la imposibilidad de escapar de las reglas del amo despótico en ese presente sin fin, en el que cada paso, cada acto ha sido cuidadosamente planeado antes de ejecutar el siguiente, acción violentada por la desesperación de querer absorber la esencia del otro; espejismo de sí mismo, le es imperioso decidirse por el tajo ulterior. El amo puede renunciar a su impostura abandonándose a sus emociones, después de haber sacrificado a su objeto, que para entonces no será más que un triste despojo. No le quedará ni la certeza de haberlo poseído sin resquicio, pues en el instante orgásmico en el que el otro pierda la vida a manos de él, a lo mejor, quizás, tal vez, no haya sido una entrega consustancial, sino tan solo una descarga física. El Jinete Azul, novela de Rafael Calva es, entre otras cosas, una metáfora de la razón moderna, en la cual ésta encarna el papel, ya no de mera facultad cognoscitiva o actuante, sino constituida en implacable máquina de dominio; destructora de un otro ser, de un otro yo, al que anula para apoderarse de su cuerpo, su voluntad, su alma. Artilugio que al mismo tiempo que va destruyendo a un otro esclavizado, devora al que se erige en amo.
* Escritora, dramaturga, actriz. Co-fundadora y co-directora de la compañía de Teatro Popular Universitario, teatro itinerante de repertorio de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que se presenta en parques y jardines del D.F., Estado de México y Morelos, desde 2004 a la fecha. beacarminacarmina@gmail.com
6 de agosto DE 2012
Por Mateo Estrada Gaviria* Por Ester Cárdenas Hay aquéllos que, mientras leen un libro, recuerdan, comparan, reviven emociones, de otras lecturas anteriores. La lectura es una de las más delicadas formas de adulterio. Ezequiel Martínez Estrada Martin Heidegger El maestro y Margarita Durante muchos años busqué esta novela, dos catálogos la anunciaban: Anagrama y Alianza Editorial; no fue sino hace unos cinco años que la encontré en el catálogo de Lectorum a un precio más que accesible. El maestro y Margarita es un libro excelente, divertido y profundo. Ocurre en dos planos. Uno es Moscú, donde aparece el demonio bajo forma del profesor Woland, individuo muy excéntrico que hace sátiras sobre la élite cultural y la miserable calidad de vida en el Moscú de Stalin. Se presenta ante dos poetas que forman parte de la Organización o Sindicato de Poetas. Predice la muerte de uno de ellos, curiosamente apellidado Berlioz, lo que ocurre casi de inmediato. El otro, Iván, es encerrado en un manicomio. Allí conoce al Maestro, novelista internado por el pecado de escribir una novela acerca de Poncio Pilatos y Jesús, esto es, el enemigo por antonomasia. Esta novela da la pauta del segundo plano, la historia que transcurre en la Jerusalén de Pilatos, que debe juzgar a Bar Abba y a un “curandero” llamado Yeshua Ha-Nostri. Lo interesante es que, si en Moscú todo es disparatado (curiosos gatos suben a los tranvías y pagan su pasaje, el tiempo no transcurre de manera normal, hay edificios cuyos ocupantes desaparecen misteriosamente junto con los policías que los arrestan, etcétera), en Jerusalén todo tiene
lógica y los discursos de Yeshua son admirables. Por otra parte, ni el maestro ni Margarita aparecen continuamente en la obra. De hecho, Margarita Nikolaevna sólo aparece en el libro II, donde se transforma en bruja y vuela con una escoba, reencarna a la reina Margot y preside un banquete orgiástico, una especie de aquelarre, etcétera. Bulgakov (1891-1940) era médico hasta que encontró su verdadera vocación, la literatura. La primera obra de gran envergadura de Bulgakov fue La guardia blanca, publicada en capítulos que jamás fueron compilados en un volumen. Pero la obra que nos interesa aquí es El maestro y Margarita. El gobierno de Stalin la juzgó sátira al sistema y la prohibió. Lo curioso es que Stalin no mató al autor. Una obra de teatro de Bulgakov le gustaba y lo instaló en el Teatro de las Artes. Pero, a pesar de su capricho, nunca permitió la publicación de los textos de Bulgakov. El maestro y Margarita, con sus sátiras formidables acerca del régimen, se publicó con recortes veinticinco años después de la muerte de Bulgakov, en 1962, y sin censura en 1973. El libro está lleno de observaciones agudas y de profundas reflexiones filosóficas acerca del bien y el mal. Oscila entre lo grotesco y lo dramático, con escenas satíricas excelentes. Vale la pena acercarse a él.
Lunes: Días con luna redonda. Algunas tardes han caído chispas tamborileras. La experiencia del silencio vecinal es única. Marco está elaborando un libro. Es de imágenes y textos breves. Martes: La lluvia de ayer trajo moscas. La estancia está llena de moscas fastidiosas. Lo bonito está en las calles empedradas (son de “zona con subsidio para todo”: Dixit señor Castrillón). Entre las piedras y las banquetas intransitables crecen un sinfín de flores y yerbas silvestres. En estas condiciones, el edificio se mira más alto. Su color tierra-barragán no se diluye con el color tierra-calle. El azul cielo del tercero y cuarto piso es visible desde Los Gavilanes. Estuve con Rodolfo en Saint Germain. Platicamos de todo. No bebimos alcohol. Le llevé un par de libros (catálogo de películas y uno del fnac). Hoy conocí un baño del primer piso de la casa Castrillón. Las cenefas son similares a las del baño de la casa de los padres de JC. Voy lento en la biblioteca. He catalogado tres libros. Pero ¡qué experiencia! Son libros de los siglos XVII y XVIII. Ahora que no estoy vigilado, los he tocado con las yemas. Interrogo el sentir de Antonio de Sandoval ante las hojas crujientes y autorizadas de la Contrarreforma. Miércoles: El ruido cotidiano sigue dominando en el depa. Necesito un ruido de fondo. Extraño a 3b. FO no mensajea. Jueves. Día ordinario. Nubes y temperatura de verano. Leo EP [El País] del fin de semana. Antonio me señaló la ausencia de la nota de The Guardian respecto de lo de Televisa. La censura aflora hasta en los medios liberales. Cuando ocurre eso, es bueno fijarse en qué nota es inventada por el medio censor, para mantenerse en la competencia informativa y no perder patrocinadores y lectores-adquirentes. Obvio, ahora estamos invadidos por Londres 2012. Me da asco matar las moscas de la estancia. En la mañana realicé una acción antiecológica: solté spray mata-bichos. El remedio me costó. Porque debí limpiar con cloro y volver a salir un rato. Quebré un par de barritas de canela, para aromatizar el ambiente. JC está en “su bienvenida”. Esta vez sí me invitó. Asiento: celo su ambiente. Viernes: Reunión con María, Cici y Adriana. A. me besó en la boca. Lo hizo dos veces. Notas [Página 50. La última hoja del cuaderno]: 1.- Viaje a la Ciudad de México: La casa de Pimentel (Donceles y República de Chile). Próxima a las librerías de viejo. 2.- Buscar Los ojos azules pelo negro de Marguerite Duras. Capicúa: número que se lee igual desde la derecha o la izquierda. Ejemplo: 141. Pergeño: apariencia exterior de algo. * mmestra@yahoo.com.mx
Françoise de Felice
AGENDA AGOSTO 2012 MIÉRCOLES 8, 15, 22 y 29
Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Plazuela Miguel Auza 18:00 horas. Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas JUEVES 9, 16, 23 y 30
Tradicional Concierto Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia / 19:00 horas VIERNES 10, 17, 24 y 31
Todos al Centro Histórico Tardes de Salón Kiosco del Parque Sierra de Álica. 18:00 horas. Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas VIERNES y SÁBADOS
Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral / 20:00 horas SÁBADOS 11, 18 Y 25
Sábados en la Cultura Danza, teatro música Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza / 19:00 horas Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín 21:00 horas DOMINGOS 12, 19 y 26
Tradicional Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Dir. Florentino Raygoza Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 19:00 horas
MIÉRCOLES 8
Danza contemporánea Daimon. Circuito Daimon Centro Occidente. Director Coreográfico: Ugo Ruiz Nájera. Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Centro Occidente Teatro Fernando Calderón Entrada libre / 19:00 horas JUEVES 9
Presentación del disco Cantares de Zacatecas Vol. I Autora: Cristina Escobedo Reyes Comentan: Mtro. Luis Félix Serrano. Dir. Francisco Román Gutiérrez. Dr. Veremundo Carrillo Trujillo. Intervención musical: Cristina Escobedo y José Montalvo. Trío Rey – Dir. José Carlos Reyes. Teatro Fernando Calderón Entrada libre / 19:00 horas MIÉRCOLES 15, JUEVES 16 y VIERNES 17
Teatro de sala Picnic. Dir. Sergio Salinas Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico de Zacatecas (PECDAZ) emisión 2011-2012 Teatro “Ramón López Velarde” Entrada libre / 19:00 horas V Festival Internacional de Blues y Jazz Zacatecas
Únicamente los jueves, viernes y sábados del 16 de agosto al 1 de septiembre VII Festival Cultural de la Diversidad Sexual
Del 17 al 24 de agosto
Lectura de Poesía Grupo Letra y Vida Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 19:00 horas Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas
XI Feria del Libro Zacatecas
DEL LUNES 6 AL MIÉRCOLES 8 Diplomado para la Profesionalización de Mediadores de Lectura. Módulo 1 El PNSL, EL Mediador, las tareas Imparte: Érika Burgos De 09:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas. Sala Huiricuta del Museo Zacatecano Coordinan: Programa Nacional Salas de Lectura del CONACULTA Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”
MUSEOS Y GALERÍAS
Del 30 de agosto al 9 de septiembre
Morismas de Bracho
Del 30 de agosto al 2 de septiembre
MUSEO FRANCISCO GOITIA Metáforas y Analogías Dibujos y pinturas Felipe de la Torre Permanencia: 14 de octubre MUSEO PEDRO CORONEL Trois Tiers Exposición de Arturo Villa Sala de Autor
ANTIGUO TEMPLO DE SAN AGUSTÍN Nació en la Ciudad de Zacatecas en 1912, hace 100 años: José Kuri Breña Permanencia: 2 de noviembre MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Espacio cuerpo, signo el pensamiento… Arnaldo Coen Sala de Exposiciones Temporales I Código Roto Edurne Esponda Sala de Exposiciones Temporales II MUSEO ZACATECANO Programa Nacional de Verano Descubridores Homenaje a José María Velasco Visitas Guiadas al Museo Zacatecano y Antiguo Templo de San Agustín Permanencia: 12 de agosto FOTOTECA ZACATECAS PEDRO VALTIERRA Fotos para oír, sentir y ver Exposición de Julián Hugo Guajardo E. Permanencia: 30 de seprimebre De la pluma a la lente Exposición colectiva Permanencia: 12 de agosto GALERÍA ARROYO DE LA PLATA Exposición colectiva y venta permanente Manuel Felguérez, Pedro Coronel, Rafael Coronel, Emilio Carrasco, Juan Manuel de la Rosa, Luís Felipe de la Torre, Francisco de Santiago, Ismael Guardado, Jesús Reyes Cordero, Tarsicio Pereyra, Luís Enrique Gutiérrez, Javier Cortez, Ángeles Perelló, Pedro Valtierra, Armando Ezequiel Haro,Eduardo Román Quezada, Juan Carlos Villegas, Enrique Barajas Pro. IRMA VALERIO GALERÍAS Exposición colectiva y venta permanente: Manuel Felguérez, Pedro Coronel, Rafael Coronel, Francisco de Santiago,Mario Martín del Campo, Jazzamoart, Sergio Garval, Luis Filcer, Benjamín Domínguez, José Luis Bustamante, Ismael Guardado, Georgina Gómez, Gabriela Suárez del Real, Emilio Carrasco, Rito Sampedro, Rita Gallé, Carmen Alarcón, Enrique Barajas Pro, José Esteban Martínez, Jorge Vallejo.
MUSEOGRABADO Exposición y venta de obra gráfica: Francisco Toledo, Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Alberto Castro Leñero. Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” De lunes a sábado de 10h00 a 17h00 Tel: 492.103.04.07 www.museograbado.com MUNO Exhibición y venta de obra gráfica: Bem Dierckx, Marcelo Balzaretti, Plinio Ávila, Ernesto Morales, Adam Leech. Objetos de diseñadores mexicanos Tacuba 128, centro histórico De lunes a sábado de 12h00 a 21h00 horas Tel. 492.126.56.32 www.muno.com.mx TALLERES Y CURSOS INSTITUTO ZACATECANO DE CULTURA “RAMÓN LÓPEZ VELARDE” Taller de Formación Actoral Imparte: Julia Robles Del 30 de julio al 14 de septiembre Audiovisual “El Son del Corazón” CENTRO CULTURAL CIUDADELA DEL ARTE Taller de Ensayo Imparte Sigifredo Esquivel Marín Sábados de 17:00 a 20:00 horas Cuota de recuperación $100.00 mensuales Taller de Poesía Imparte Javier Acosta Escareño Sábados de 11:00 14:00 horas Cuota de recuperación $100.00 mensuales MUSEO ZACATECANO Taller Crítica y Apreciación del Arte Imparte Sonia Viramontes Viernes de 10:00 a 13:00 horas Sala Huiricuta
6 de agosto DE 2012
Soledad Barret, Por Marco Casillas * la Patria no es un lugar… Mario Benedetti escribió en su memoria el poema “Muerte de Soledad Barrett”. Daniel Viglietti compuso la canción “Soledad” en su recuerdo y memoria. Hace unos 39 años, el 8 de enero de 1973, murió asesinada en Recife Brasil, Soledad Barrett Viedma. Apenas contaba con 28 años, había nacido en Paraguay. Nieta del escritor hispano paraguayo Rafael Barrett. Su brutal asesinato a manos de la policía política brasileña causó enorme impacto entre las personas que la conocieron, y entre quienes la recuerdan hoy como ejemplo de lucha libertaria. Las crónicas relatan que “su trágica muerte, aún despierta el horror y las lágrimas de quienes la habían conocido”. Soledad Barret es recordada como una joven adorable, extraordinariamente bella y dotada de un especial encanto personal. Iniciaba entonces la violencia que en Uruguay llevaría a la instauración del régimen militar. Ella tuvo que abandonar también ese país. Vivió varios años en Cuba y allí conoció al brasileño José
María Ferreira de Araujo; se casaron y tuvieron una hija. Él volvió a Brasil en 1970 para integrarse a los grupos que en aquellos años aspiraban a realizar la revolución socialista inspirados en el ejemplo cubano. Un año después, Soledad le siguió. Al poco tiempo de llegar a Brasil se enteró que José María había sido apresado y muerto. Barret halló en esa muerte un motivo más para continuar en la lucha contra las dictaduras que marcaban entonces a los países latinoamericanos. Tenía una enorme y particular gracia para el canto y la danza que brota, por cierto como una armonía natural en muchas mujeres paraguayas. Quienes la escuchaban, quedaban inevitablemente deslumbrados por la magia suave de su sonrisa y de su voz. Con sólo colocárteles en frente sólo mirarlos sólo sonreír sólo cantar cielitos cara al cielo.
Restaurante-Bar-Galería Av. Hidalgo 403, Centro Histórico, Zacatecas
Juan de Tolosa 104, Centro, Zacatecas 922 67 46 mykonosocinamediterranea.blogspot.com Facebook: mykonosocinamediterránea Twitter: mykonoszac Estamos frente a la Fuente de los Conquistadores
Cuentan que su belleza física y su atractivo externo eran extraordinarios, pero no era menos la integridad de su personalidad y de su carácter; muchos la definen: “bondadosa, solidaria, sensible a todos los dolores ajenos e indiferentes a los propios, rebelde frente a las injusticias, decidida, valiente. Soledad poseía una sólida conciencia moral que le impedía permanecer indiferente ante el despotismo y la empujaba a colocarse al lado de los oprimidos”. Se diría que los ardientes e incisivos escritos de su abuelo, la denuncia dolorida de la explotación que Rafael Barrett había plasmado, por ejemplo, en “El dolor paraguayo”, se habían hecho carne viva en la persona de la nieta. Pero el abuelo Rafael el viejo anarco te tironeaba fuertemente la sangre y vos sentías callada esos tirones
Una nota con motivo de su muerte cuestionó, hace casi cuatro dé-
cadas: “¿Quién podría sospechar que la vida injusta y cruel (o mejor dicho, la cruel condición de los seres humanos) iba a deparar a esta joven extraordinaria uno de los destinos más terribles que la mente humana pueda imaginar?”. Soledad Barret. La que nos enseñó que La Patria, no es un lugar… Benedetti le escribió: Con tu pinta muchacha pudiste ser modelo actriz miss Paraguay carátula almanaque... * Periodista duranguense radicado en Zacatecas.
LA GUALDRA NO. 62 / 6 DE AGOSTO de 2012
La importancia de la conversación en la lectura Por Eduardo Campech Miranda Crecer como lector es una situación que cada persona que acostumbra leer debe tener presente. Muchas veces las personas que fungen como mediadores de lectura tienen mayor trayecto lector que el público con el cual trabaja. Sin embargo, su formación lectora también debe seguir apuntalándose. Una de las estrategias que más me han funcionado para los dos propósitos mencionados son los círculos de lectura. La dinámica es sencilla: seleccionamos un texto entre el grupo (en ocasiones esta decisión cae en quien esto escribe), damos un tiempo o cronograma para leerlo y se comenta. Como textos de arranque busco aquéllos que sean accesibles tanto en lenguaje como en argumento. Lo anterior sin menoscabo de la calidad literaria, generalmente inicio con El cartero de Neruda, de Skármeta; El lector, de Bernhard Schlink; Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco; Querido Diego, te abraza Quiela, de Poniatowska; o Canasta de cuentos mexicanos, de Traven. Desde luego que no niego la posibilidad de incluir en esta lista algún libro que no sea de
mi agrado. Sin embargo, también busco que los asistentes busquen otras lecturas que les planteen nuevos retos intelectuales. De ahí saltamos a cuentos de Paz, Arreola, poesía, pero a un nivel y ritmo que cada uno determinará. Al momento de escribir estas líneas acudo a un Diplomado de Mediación de la Lectura. En él confirmo la importancia y trascendencia que tiene el conversar y expresar las interpretaciones de una obra literaria. La convergencia de conocimientos, creencias, cosmovisiones, enriquece y abre ventanas nuevas a una misma lectura. La conversación, con el desacostumbrado acto de escuchar, junto con la lectura, son los elementos esenciales de la actividad planteada. Por ejemplo, en un círculo de lectura que coordino dentro de una dependencia gubernamental, leyendo el cuento “Sangalote” de Pascuala Corona; en el texto se menciona que Sangalote se encontró un tlaco, y no sabía qué podía comprar con él. No teníamos diccionario a la mano y decidimos inferir que se trataba de una unidad
monetaria. Uno de los asistentes, con gran bagaje cultural, mencionó que tlaco era, en efecto, una moneda fraccionaria del real, con forma triangular. De ahí recordamos que el nombre del poblado de Tacoaleche pudiera tener un origen a partir de esta palabra. El contador, que fue quien nos habló de la moneda, también refirió que el pequeño jardín en la convergencia de las calles Guerrero y De Abajo, en la capital zacatecana, se le conoce como Jardín del Tlaco, por su misma forma geométrica.
En este caso la conversación sirvió para dar mayor exactitud a la comprensión del texto y adquirir nuevos conocimientos. En otras ocasiones sirve para llamar la atención sobre aspectos que para algunos no fueron importantes, pero que a partir de escuchar y detectar otras profundidades de lectura (las que van más allá de la lineal), se potencializa un crecimiento en la comprensión lectora. Hasta la próxima.
Manifiesto en re* Por Edgar Khonde En el futuro le diré a la mujer amada que ni soy un hombre ni un aprendiz de brujo. Salto de intentando no sé qué verso, pero uno que me salga de las tripas y el hígado. Uno que salga con celos y caricias la cama porque el colchón se ha quejado de mi cuerpo solo; ando desnudo por el cuarto, y no le dé miedo de ocultarse en la vitrina de los diplomas a la flojera. Mis neuronas en huelga se niegan a decir otra tontería más; que mi corazón vague por el fracaso y mi alma a ver dónde vaga porque ya no hay espacio en la oficina. El sedentarismo de mi psique cortó raíces y vuela cometa de literarios
senderos. Por si acaso maullaré como gato y, confesaré a cualquier fémina candidata que lo mío es tan vasto, que seguramente saldrá corriendo y no querrá regresarme ni un beso; y qué decir de mis llamadas a deshoras y mis reclamos por ningún motivo y mis tormentas abrasantes y mis brutos labios y mis manos en una anatomía desquiciante y mi fe en los ojos y mi pasión en los lugares no-íntimos y mi tos de perro y mi no-saber mentir y mi dormir casi nunca y mi buscarla en el viento. En el futuro le diré a cualquier Eva aspirante: aunque seas la mujer de mi vida, te faltan güevos para amarme.
Jean-Michel Basquiat, Carlos primero.
* Este texto está incluido en el libro del autor, que lleva por título Las chicas que caminaban en zancos y que saldrá el próximo mes de diciembre.