SUPLEMENTO CULTURAL
No. 104 - 10 DE JUNIO DE 2013 - AÑO 3
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Se gun d o A n ivers ari o de L a Gu ald r a . Co nc i e r t o d e
[Foto-galería en páginas centrales. Fotos de Alejandro Ortega Neri y Víctor Ramírez]
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10 DE JUNIO DE 2013 / AÑO 3
La cultura debe y tiene que jugar un papel fundamental en todo proceso de desarrollo […] las artes y la poesía contribuirán de manera decisiva al surgimiento de una nueva humanidad, una nueva sociedad humana. Fernando Rendón
Andamos muy festejados. El viernes pasado celebramos enormemente nuestro segundo aniversario con el concierto de Paté de Fuá. Tengo que hablar de esto porque en realidad fue todo un éxito. Y fue una celebración exitosa por muchos motivos: primero, porque la gente llenó la Plazuela Miguel Auza para escuchar a estos talentosos músicos mexicanos y argentinos. Hombres y mujeres de todas las edades –desde personas de la tercera edad hasta niños en carreola- llegaron puntualmente a la cita, de hecho la plazuela empezó a llenarse desde una hora antes. La cantidad de personas fue directamente proporcional a la calidad de los asistentes como espectadores; todo transcurrió en sana paz y armonía: ellos y ellas cantaban, bailaban y saltaban… memorable resultó la actuación espontánea de dos parejas que bailaron tango mientras Yayo González cantaba una pieza de su natal Argentina; y la imagen de muchos niños bailando y aplaudiendo pasará a la historia. Dos horas completas, la ciudad estuvo en paz; por lo menos en ese lapso, quienes estuvimos ahí nos olvidamos de todas nuestras preocupaciones y pasamos un rato muy agradable. El arte se coló por los rincones del centro histórico de la ciudad y los resultados fueron muy buenos. Mire usted, yo estoy a favor de que el arte sí puede contribuir a la reestructuración de este tejido social que cada vez está más “deshilachado”; sé también que el arte por sí mismo no es la panacea, pero tengo la certeza de que éste y la educación pueden salvarnos del desastre, por no decir de la hecatombe. Pruebas de esto hay muchas, quizá la más significativa sea la de Colombia, que ideó estructurar un plan de promoción cultural y difusión artística para que los procesos de paz se consolidaran. El arte como estrategia sí funciona. A continuación un ejemplo: a principios de las década de los 90, Medellín era una ciudad azotada por la violencia, el miedo circulaba en las calles debido al constante enfrentamiento entre grupos criminales; la ciudad estaba vacía al oscurecer debido un toque de queda impuesto por los paramilitares. Surgió en aquel momento, gracias a Fernando Rendón –poeta, editor y periodista colombiano- la idea de crear un Festival Internacional de Poesía en Medellín; Rendón dijo desde el principio: “El Festival surgió de una pro-
puesta de derribar el muro del terror y el miedo impuesto por las disputas internas de nuestro país. Fue un intento de crear -a través de la poesía- una atmósfera que sin ignorar la espiral de la muerte y la fuerza inercial del odio, pudiera poner un poco de luz en este oscuro panorama”. Y fue a partir de ese tipo de actividades, que la gente “retomó” o “recobró” nuevamente su ciudad, bajo el lema: “Por una paz más activa que todas las guerras”. Desde entonces, a los colombianos les ha quedado claro que el arte, en todas sus manifestaciones, puede contribuir a pacificar las ciudades; cuando el arte toma las calles se genera una tregua. Con el arte también se genera la sensibilización de los habitantes de la comunidad y éste les genera nuevas opciones de vida. En Zacatecas, cada vez son más las iniciativas por generar este clima de paz a partir de una programación artística de calidad. Tres ejemplos: hace apenas unas semanas tuvimos el encuentro de teatro organizado por la compañía teatral Los Cosmicómicos; las funciones tuvieron un público nutrido y receptivo. Otro ejemplo: el programa “Sábados en la cultura”, su programación es muy buena y cada vez tiene más asistentes frente al ex templo de San Agustín. Y otro más: las actividades periódicas que realizan el Taller Enrique Guzmán y la Galería La Sala, han dado muy buenos resultados en las calles y colonias populares. ¿Qué nos dice esto? Que la gente de Zacatecas está ávida por asistir a este tipo de actividades artísticas, que público sí hay, que lo que falta en todo caso, son propuestas como éstas y que se invierta más en la programación. Para realizar este tipo de proyectos, sin embargo, se requiere el apoyo de muchas personas, de los patrocinadores –instituciones públicas y privadas-, de los vecinos del centro histórico –habitantes y comerciantes-, de los medios de comunicación, y de mucha voluntad. Tuvimos la fortuna de contar con todo esto para la realización de este concierto de segundo aniversario de La Gualdra; a todos ellos y a ustedes, les manifestamos nuestro agradecimiento sincero. Ojalá que todos juntos podamos seguir generando luz aun en el más oscuro de los panoramas.
Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Tres tradiciones por Gabriel Luévano Gurrola
La extinción de los dinosaurios de Luis Ayhllón por Bea Cármina
Rüya ha desaparecido: El libro negro por Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza La Edad Media: una época fotográfica por Rodrigo Díaz Flores
Segundo Aniversario de La Gualdra Concierto Paté de Fuá
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Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria Desayuno en tiffany’s, mon ku por Lluna Llecha y Carlos Belmonte [Colaborador invitado: Geoffroy Huard]
El museo por Dante Bécquer La Dahlia Negra (1947) por Verónica González Arredondo
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Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas Cuatro estaciones y un vestido de flores por Roberto Galaviz Muestra de Arte Público Licenciatura en Artes de la UAZ por Armando Haro Márquez
Preso por Pilar Alba A punta de pistola por Edgar Khonde ¡Órale! por Alberto Huerta
Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
11 12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
10 de junio DE 2013
Tres tradiciones Por Gabriel Luévano Gurrola
Literatura
Tanto así que Miguel de Unamuno lo llamó, “el primer ironista de la lengua castellana”, tenía entre mis pendientes desde hace tiempo a Ricardo Palma, escritor peruano reconocido ampliamente por su tradiciones, género a caballo entre el relato y la crónica, la ficción y el referente histórico. Grata fue mi sorpresa saber, al momento de conseguir Tradiciones peruanas, que ya conocía algunas, dormidas en algún lado, posiblemente entre el cerebro y la oreja y que me volvían a la mente. La primera de ellas lleva por título El alacrán de Fray Gómez y no la había leído, sino visto y escuchado por un hombre grueso, viejo, de bigotes amarillos por el tabaco y con la voz inconfundible de los argentinos. Era la serie Cuentos de terror donde al inicio, Alberto Laiseca se sentaba en una silla en medio de la oscuridad, a veces rojiza, de un cuarto vacío. Apasionado, siempre fumando, hacía varios años me contó la historia de un fraile tenido por hacedor de milagros, humilde, astuto, al que la gente profesaba notable pleitesía. Dentro de sus hazañas figuraba la curación de un descalabrado y de otro fraile, huraño y terco, que a pesar de hallarse acabado por el ayuno se negaba a comer. Lo único que podría comer serían dos pejerreyes frescos, dijo a Gómez. No era temporada de ese pez y sería imposible conseguirlo. En eso, el fraile sacó mágicamente de su manga los dos pejerreyes y se los cocinó al terco. Nos suena ya en esto algo de fantasía y leyenda, pero la belleza del relato llega cuando un pobre buhonero visita al religioso en su todavía más sencilla casa. Resulta que necesitaba dinero para un negocio y se lo solicitó con fe ciega. Fray Gómez no sabía cómo otorgar el dinero cuando vio un alacrán en la pared, lo tomó y metió en un paquetito para darlo al buhonero. Éste, confiado, llevó al animal a empeñarlo y al abrir el atado, se encontró con una ostensible joya en forma de alacrán. Pudiéramos suponer en esta historia una tradición mariana, tipo Berceo, del mester de Clerecía. No obstante, el milagro no responde a la devoción unívoca, o fanática si se quiere, de la virgen o Dios mismo. El milagro está al servicio del final truculento, del asombro y del placer de narrar con maestría (no contaré aquí la última escena de El alacrán de Fray Gómez). Esta secularización artística hace pensar que el peruano buscó jugar con las concepciones sociales y literarias que ya en el siglo veinte pe-
Gustave Boulanger, Mercado de esclavos, 1882
dían una renovación, un respiro. Indudablemente jugó con la Tradición -así, en mayúscula-, y volvió su tradición un género que englobó géneros y se instituyó como una puerta al siglo que venía. El mismo Palma se nombraba “escéptico tolerante”. Conocía la importancia del pueblo como surtidor de anécdotas y se sirvió de ellas para escribir sus geniales relatos, no las niega, ni desea suprimirlas en pos de una idea obsesiva del progreso al igual que otros escritores de su tiempo. La segunda tradición que encontré se parece mucho a la de Fray Gómez. Se llama El Nazareno y versa sobre don Diego de Arellano, capitán de arcabuceros, hombre deleznable, temido por su malicia y bribonería que llega de España a Lima para cobrar una herencia. Tras su llegada a la capital de Perú, se dedica a realizar a su paso fechorías sin nombre, canalladas contras mujeres. Paralelo al relato del calavera, Palma nos refiere el de un hombre santo, apodado Nazareno, cuya vida está dedicada a hacer el bien al prójimo y consolar al doliente. Es imposible, o casi, imaginar dos personas más distintas en un mismo relato; así de imposible, al menos para mí, fue prever su término: un funeral tiene a la gente expectante. Ha muerto don Diego, el infame, y todos apuestan en torno a la perdición sempiterna de su alma. No obstante, se llevarán la impresión de su vida y terminarán postrados cuando un sacerdote lea una carta escrita por el bellaco, que dice: “¡ROGAD POR MÍ! YO HE SIDO EL NAZARENO”.
La aparición del pueblo como personaje, la estetización de la muchedumbre sostiene el argumento que tilda de heteróclita el habla de la tradiciones. Es decir, los relatos democratizan las tramas que se cuentan, los decires, las leyendas populares, volviéndolas literatura. Palma da voz al que es regularmente olvidado en el debate político y cultural, el pueblo llano, supersticioso, carne de cañón de las grandes transformaciones que se quedan en mero fracaso. Sería bueno recordar los dos modelos ideológicos que Julio Ortega plantea en un estudio de Palma. Primero, el que se sostiene a partir del discurso de la abundancia de América y que justifica la explotación y vuelve la idea del paraíso un tópico utilitario. El segundo modelo es el del discurso de la carencia, que pretende gestar la identidad nacional mediante los elementos de la Ilustración. Ambos modelos estuvieron en pugna (y seguramente lo siguen estando), pero el escritor peruano participa en un tercer discurso, el de la virtualidad; comprendiendo los dramas de la transición eterna del colonialismo a la civilidad política (en muchos casos un intento fallido), pretende con sus tradiciones establecer un plano estético compuesto por la diferencia, aceptando y vinculando la condición heterogénea de la sociedad. El campo, otrora lugar relacionado al discurso de la abundancia, es sustituido por las ciudades. Palma ejerce entonces a la ciudad de Lima como el bastión de su
obra, precursora a mi ver, de las grandes novelas corales del siglo veinte. La última tradición que comentaré es la que sin duda me agrada más, quizá por una moraleja arbitraria que le sustraigo. Don Dimas de la Tijereta narra la aventura de un avezado escribano, tocayo del ladrón que fue crucificado junto a Jesucristo, el cual le ganó un pleito al demonio. Resulta que don Dimas dio, a pesar de su vejez, en enamorarse de una hermosa joven llamada Visitación a quien comienza a cortejar. El día en que se le entregara le parecía larguísimo, improbable, si no remoto, y exclama: “Venga un diablo cualquiera y llévese mi almilla en cambio del amor de esa caprichosa criatura!”. El diablo lo escuchó desde su refugio de fuego y manda al diablo Lilit a negociar con el blasfemo. ¡Cómo es posible que alguien llame a su alma, almilla! Se firma un contrato: al cabo de tres años, habiendo gozado del amor de Visitación, Dimas de la Tijereta se comprometía en entregar su almilla al diablo. Dicho y hecho, al llegar a su casa se encuentra con Visitación que se le entrega apasionadamente y pasan en la mayor felicidad los tres años. Al cumplirse el plazo, Lilit vuelve a llevarse al diantre y éste comienza a quitarse el saco, se saca el jubón interior y se lo da al demonio. Éste no entiende nada. Don Dimas le explica que a ese jubón se le llama “almilla”... Aún para pecar (y ésta es la moraleja) es necesario ser culto, manejar el lenguaje como todo un Dimas. Ésta es mi tradición favorita, ¡vaya si me ha dado ideas..!
LA GUALDRA NO. 104
Teatro
La extinción de los dinosaurios de Luis Ayhllón Por Bea Cármina
Rufino Tamayo, Tres personajes, 1970
De la Edad de Oro a la Edad de la Mierda Sólo tres personajes: Hugo, Paco y Luis. Paco, ejemplar de una clase media antes boyante, ahora depauperada. Hugo, un espantajo de la Federal de seguridad, ahora jubilado de jefes y espantos. Luis, aún en activo. Un trío que empieza como duplo al inicio de la obra. Paco, coleccionista de agravios, rumiador de venganzas, es un pillo de medio pelo que trae metido entre ceja y ceja un negocito de doble filo. Astuto, va cercando a Hugo quien lo repele y que sin embargo, por memorias de juergas y cuatismos, lo llama para venderle la casa que antes fue de Paco. El desprecio que muestra Paco hacia los demás habla de patadas bajo la mesa, traiciones y pillerías, machismo con el que nos tropezamos de frente y a la vuelta de la esquina. Ahora vive para el desquite y la manipulación: pensamientos y acciones que hacen avanzar la obra. Discurso dialógico de delicioso humor ácido, en el que se entremezclan oraciones muy cortas, líneas de pensamiento rectas, triangulares y obtusas que irrumpen como puñaladas rápidas para pulsar las cuerdas de la risa negra que subyace bajo el saco, corbata o falda recatada de un espectador adusto, correcto, refinado y de buen gusto. [Las feministas dirían
que faltan varias “a” entre ( ) pero confío que ustedes se las pongan]. La picaresca está presente en toda la obra en donde resalta el personaje de Paco, de acciones truculentas; respuestas y contra respuestas sardónicas, que nos remiten a las imágenes de un duelo a muerte, en el que uno de los dos personajes camina sigiloso detrás del otro, en lugar de alejarse sus diez pasos reglamentarios antes de disparar. El lenguaje de algunos de los personajes de Luis Ayhllón ha sido criticado y hasta satanizado: imperdonable dirán los puristas escandalizados ante las palabras altisonantes que salpimentan el discurso artero y ágil, muy acorde con ambiente y protagonistas. De raza le viene al galgo, dice el dicho. Personajes que son genio y figura de una clase mentalmente empobrecida. Lenguaje el que utiliza el autor altamente eficaz, sobre todo porque nos devela la miseria de sus vidas, de sus razones y sinrazones, de su nula ética, desde donde las relaciones requieren sacarse de la manga un as para calmar al otro que en tiempos pasados fue burlado. Como malabarista o charlatán de feria, Paco va embaucando al reacio de Hugo que desconfía. Ahora, que si creemos que este lenguaje lo utilizan únicamente los “comen cuando hay”, nuestra realidad lo desmiente, recordemos las
grabaciones del lumpen, verbigracia: “gober’s preciosos” y empresarios, mente de mezclilla, negociadores de niñas, de políticos y senadores, que al calor de una charla semejan diccionarios de no más de diez palabras. Y al evocar esos lenguajes soeces de personajes encumbrados, los Hugo, Paco y Luis, de esta obra, nos remiten a un loop circulante: ¿En manos de quiénes estamos? Pillos redomados los políticos, pillos redomados los empresarios, pillos redomados los judiciales o ex judiciales, pillos redomados los ladronzuelos que se nos muestran llenándose de billetes los bolsillos y hasta las bolsas que en lugar de sabrosas campechanas, condes y chilindrinas, son retacadas de sucios billetes compradores de consciencias. ¿De qué prefiere la bolsa, de papel o plástico? Déjeme pensarlo porque… como dice “Paco”, quien se enorgullece al citar a Paulo Coelho: “El universo conspira”. Sí, de la Edad de Oro a la Edad de la Mierda. La pureza del discurso político en la época clásica, la retórica como fuente del saber del líder, hoy en día tan solo requiere de los medios para pudrirse en la boca –antes de ser pronunciada- en la mente de nuestros elocuentes vates de la indiferencia y la fantasmagórica curul inobjetable. “Quien no transa no avanza”, frase que remite a los Dinosaurios,
que desde luego en extinción no están, más bien en pleno apogeo. Y como en Luis Ayhllón nada es fortuito tampoco inocente, descubrimos que estos personajes ni están aislados ni son uno, ni dos ni tres negritos en una gran cacerola de arroz pretendidamente blanco. La extinción de los dinosaurios es bocanada de aire para que no nos asfixiemos en esos lodazales que apestan. Comedia o farsa la de Luis Ayhllón. Tragedia o ya vista con el bisturí humorístico del escritor: tragicomedia la nuestra. Si me permiten la recomiendo y sí no me permiten, la recomiendo también: La extinción de los dinosaurios, obra deliciosa, reflejante e irreverente. Dramaturgia que podría parecer menor por su gran levedad y humor, pero que nos revela en gran close up nuestras profundas arrugas sociales.1 Editada por Los Textos de la Capilla, Segunda Época. Con la Dirección Editorial de Boris Shoemann y Ximena Escalante, y la coordinación editorial de Humberto Pérez Mortera. La extinción de los dinosaurios, pronto será puesta en escena. Y vaya si vale la pena leerla como gozarla en una sala repleta, en donde se puedan escuchar las risas y regocijarse con los personajes que el autor con su pluma encarna y descarna.
1 Immanuel Kant, en su prefacio a su Crítica de la razón práctica (21) señala que: “Así, por ejemplo, a un orador como tal no le está permitido forjar nuevas palabras o nuevos ensambles de palabras, pero sí al poeta, hasta cierto punto; aunque en ninguno de los dos casos se piensa en el deber. En efecto, si alguien quiere perder su prestigio de orador, nadie puede impedírselo.
10 de junio DE 2013
Rüya ha desaparecido: El libro negro Por Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza dad turca, el proceso de occidentalización y la filosofía sufista. Primero, la desaparición de Rüya pudiera ser el pretexto para canalizar el conflicto existente entre dos masas idiosincráticas: Occidente y Oriente; al parecer, ambos se dividen el mundo y están en un juego de poder: uno manda, el otro se vuelve esclavo. Segundo, se busca una clara identidad nacional a través de la individualidad de los personajes: Galip intenta descubrir el misterio de su mujer al adentrarse en los papeles del columnista Celâv, anterior esposo de Rüya; sin embargo, descubre las relaciones que unen a los tres personajes y con ello a la misma Estambul, volviéndola una ciudad que se oculta tras un velo para mantener, con relación al primer punto, su poder, porque la tesis es que el misterio le dota de éste. Una idea trabajada, de alguna manera, por el psicoanálisis: un mensaje muestra, pero
también oculta y donde se debe trabajar es en lo oculto. Por ello, Galip intenta comprender lo oculto, pero esto le lleva comprender, además, su ciudad. Este libro, finalmente, ofrece un grado de dificultad, lo cual lo convierte una obra hermética y densa, debido a las reflexiones de los procesos históricos de Turquía, el sufismo, el misticismo de Mevlana, cuyos seguidores fundaron la orden de los dervi-
ches giróvagos, y la occidentalización del país, iniciada por Atartük. El libro negro, además, experimenta con un tópico que le es interesante para Orhan Pamuk: el laberinto, los juegos de espejos, los dobles y el cambio de roles entre personajes que se parecen mucho, herencia, sin duda, de las novelas canónicas del siglo XIX, especialmente la rusa y francesa.
Libros
Rüya ha desaparecido dejando en su lugar un misterio que el amante, su esposo Galip, intenta comprender ¿acaso las noches y los días se han vuelto monótonos para una mujer musulmana, estambulita, que escapa de su marido, dejando una nota con diecinueve palabras? La desaparición de un amante implica una aventura o una reconstrucción del presente de cualquier personaje, a través del misterio, incluso del dolor mismo. Sin embargo, esto es el pretexto para algo superior, lejos de una superficial aventura o conceptualización islámica del amor. No se trata de una novela cuyos personajes se alinean en una idea, sino que se construyen a sí mismos con el juego laberíntico de los espejos: “sé que hablando de mí, estoy hablando de ti” (Pamuk, 2006). Es decir, El libro negro, homónimo al de Giovanni Papini, propone la comprensión de la identi-
* Zacatecas, 1988. Licenciado en Letras.
La Edad Media:
una época fotográfica Por Rodrigo Díaz Flores El siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces por su búsqueda de disipar las tinieblas a través de la razón, mientras que la Edad Media ha sido víctima del cliché obsoleto de haber sido un periodo oscuro. Pero me atrevería a decir que el legítimo Siglo de las Luces, o más bien la Época de la Luz fue la Edad Media. En Historia de la belleza, un libro más de repaso y breve análisis que de formal producción de una tesis, Umberto Eco hace hincapié en la importancia de la luz durante los siglos medievales, apoyándose en largas citas de autores de la época. Era de esperarse. Los avances en la óptica y especulaciones científicas en torno a la luz dieron como resultado un imaginario que repercutió en la cosmovisión medieval. Basta con observar sus manifestaciones pictóricas. ¿Qué vemos? Predomina la nitidez de las figuras, no hay sombras ni en las representaciones de demonios. La luz emana de lo bello, para hacer arte había que pintar como si la luz no emanara
del entorno sino de los propios objetos. Los colores, enemigos del matiz, no los envuelve nunca un claroscuro. Imposible una pintura de Caravaggio si no es dentro del Renacimiento. Estos ideales son producto de la cosmovisión, se pinta como se piensa. El universo se rige por una fuente inagotable de luz (Dios), de la que surge la belleza y el ser. Tomás de Aquino enuncia las tres características de la belleza: proporción, integridad y claritas, es decir, la claridad y luminosidad.1 Eco dice: “La proporción del mundo no es más que el orden matemático en el que la luz, en su difusión creativa, se materializa según las distintas resistencias ofrecidas por la materia.”2 La luz-Dios revela la verdadera naturaleza del mundo, por ella existe, define sus formas y dimensiones de acuerdo a la resistencia óptica de los objetos. De inmediato me percato del parecido con el proceso fotográfico. La realidad que construye la fotografía proviene de la luz, ella
1 Cfr. Umberto Eco, Historia de la belleza, De bolsillo, España, 2010, pág. 100. 2 Op. Cit., pág. 126.
Fernando Gallego, El martirio de Santa Catalina
define formas y volúmenes. Mencionemos que esa realidad no emana del objeto mismo sino de su capacidad de reflexión lumínica, es decir de qué tanta luz refleja hacia la superficie sensible de la cámara. Y claro, la cantidad que refleja depende de la cantidad lumínica que recibe lo fotografiado. La realidad que vemos es la realidad de la luz, no la del objeto. La fotografía no puede aspirar a ser una representación exacta de las cosas, se limita a representar la luz. Precisamente como en el imaginario medieval, este elemento configura, dependiendo de su calidad y cantidad lo representado cambia.
No sólo con sus desarrollos en la óptica sino con su concepción del universo la Edad Media fue una época esencialmente fotográfica. Las premisas del funcionamiento moderno de la fotografía eran premisas que regían toda una visión de mundo. O puede ser al revés, la fotografía es un invento moderno con un imaginario medieval hecho máquina. Tal vez el hombre del Medioevo hubiera visto en la fotografía una hierofanía, una manifestación de lo sagrado si entendemos a la luz como lo divino. Tal vez hubiera visto no a Dios mismo, sino la realidad de Dios.
Concierto
LA GUALDRA NO. 104
Segundo Aniversario de La Gualdra
Plazuela Miguel Auza, Zacatecas, Zac., MĂŠxico, 7 de junio de 2013
Foto: Alejandro Ortega Neri
Foto: Alejandro Ortega Neri
Foto: Alejandro Ortega Neri
Foto: Alejandro Ortega Neri
Foto: Alejandro Ortega Neri
10 de junio DE 2013
Foto: Víctor Ramírez
Foto: Víctor Ramírez
Foto: Víctor Ramírez
Foto: Alejandro Ortega Neri
Segundo Aniversario de La Gualdra
Foto: Víctor Ramírez
LA GUALDRA NO. 104
Por Mateo Estrada Gaviria Martes, octubre 14 de 2003. De Lobo Antunes (Ojos no transparentes, del color del musgo en los árboles antiguos): “No una sonrisa: la forma que la boca adquiere antes de la sonrisa, como los pájaros en el momento anterior al vuelo […] Nunca le he contado nada importante a casi nadie. Me fui haciendo solo, obstinado, secreto […] comimos silencio todo el tiempo y conservo conmigo ese sabor […]”. Yo: comencé la apropiación del depa. El sábado terminé de pintar. Quiero que este lugar sea mío. Tiré cosillas que me ataban al pasado. Me he dado cuenta que sólo concurro a un círculo en el trabajo. Sábado, octubre 19 de 2003. Es la segunda semana de estar en este depa. Dos sábados donde me obligo a mantener limpio el piso. Las habitaciones son inmensas. Ya tengo televisor y refri. Los compré en un puestecillo de la fayuca. El refri hace ruido de peli… Ayer salí a comer. Fui al pollo del Independencia. Las imágenes de la semana se perdieron. No tuvieron importancia. Jueves, octubre 23 de 2003. La carga de la separación me tiene detenido. Viernes, octubre 24 de 2003. Volví a ver Deseando amar (In the Mood for Love, Wong Kar-Wai, 2000, Hong Kong). Me derrumbó, porque no logró hacer una correcta introspección. Hoy me levanté a las cinco am ¿para qué? Si digo: va. Sé que es a medias. En la separación con C. debo revisar mi dependencia. En el amor hacia él quede ciego. Sí sirvió irme, porque me di cuenta de que no era yo. No había yo. Todo era él. Sanar. Sanar. El sexo no ayuda. Sábado, octubre 25. El día se agotó en salir, platicar, leer el horóscopo, caminar, sonreír. “Leyó la prensa. En momentos, en ésos en los que cree que reflexiona, recordó el papel de baño y el ahorro que hizo cuando compró 30 rollos, por estar en oferta”.
Cine Desayuno en tiffany’s, mon ku Por Lluna Llecha y Carlos Belmonte [Colaborador invitado: Geoffroy Huard] Las fantasías fetichistas y sadomasoquistas de Joao Pedro Rodrigues ¿Quién ha soñado alguna vez en su vida con ser basurero? Sergio, personaje principal del film O Fantasma (Joao Pedro Rodrigues, 2000), interpretado por el atractivo Ricardo Meneses, quien trabaja como basurero nocturno en Lisboa. Sergio no sólo recoge basuras sino que es una especie de fantasma en el sombrío y silencioso mundo de la noche que da rienda suelta a sus fantasías más oscuras. Fantasma y fantasías por la noche, fantasma y fantasías de Sergio (y quizás del director), son al menos los dos significados que tiene la palabra “fantasma” en portugués. A este fantasma le gusta su trabajo porque es un medio para acceder a una de sus fantasías sexuales, los olores, y a partir de ahí, el sexo duro y violento. Las escenas vagan entre lo explícito y lo sensual. Se le ve, por ejemplo, buscando ropa en la basura, escoger un bañador roto y sucio de un muchacho motorista al que espía, olerlo, excitarse con él y estrangularse al mismo tiempo con el cable de la ducha. Su pasión fetichista llega al casi-sexo con la moto de su “dulcineo”, tocándola y oliéndola por todas partes. Olores, cuero, motos, violencia, más los códigos del ligue gay a lo largo de toda la película son los elementos fetichistas y sadomasoquistas que caracterizan los deseos y los placeres del protagonista hasta la violación final. Lo importante para el director es filmar el placer y los medios para acceder a él. Por eso no hay apenas diálogos. Lo que cuenta no es el habla, una historia o el carácter racional de los personajes, sino otros sentidos como el olfato y el tacto, de ahí la importancia de los perros que rodean al protagonista. Sergio los imita en varias ocasiones, hasta el goce último en un vertedero –no hay mejor lugar para un fanático de los olores–,
como un animal salvaje vestido con un mono de piel ajustado al cuerpo y a la cabeza, como referencia a la vestimenta sadomasoquista que parece tanto disfrutar el joven recogebasuras. La película es una oda al carácter primario del deseo, a lo instintivo. Da igual el sufrimiento y el miedo ajeno, la única moral que vale es la del cumplimiento del deseo. No nos precipitemos en análisis psicoanalíticos rápidos y reductores, y quedémonos con la genial ficción del director portugués Joao Pedro Rodrigues. De hecho, O Fantasma se ha convertido en un clásico del cine gay. A pesar de las polémicas en Portugal, la cinta fue premia-
da en el Festival de Venecia, en el Festival de Belfort, en el Festival de Cine Gay y Lésbico de Nueva York, y el actor protagonista fue nominado a mejor actor en los premios de cine lusos. Este reconocimiento internacional ha llevado a su director a presidir este año el jurado de la Queer Palm, el premio de cine sobre diversidad sexual del Festival de Cannes. Además, acaba de estrenar su última película, La última vez que vi a Macao. Esperamos que nos haga disfrutar de nuevo con su original visión del deseo y del placer. O fantasma se puede ver libremente por internet en versión completa y sin censuras.
10 de junio DE 2013
El museo*
Por Andrea Sampedro
Por Dante Bécquer
libreros… Eso sí que era bello. Imagino que nos veían como cachorritos frente la vitrina del carnicero en el mercado, esperando que les aventaran un huesito. Y sucedió… “Déjalos -se oye una voz a lo lejos– ya están aburridos, ellos prometen que no romperán nada”. No terminó las palabras cuando ya estábamos listos a tomar lo primero en mano. El señor melenudo, de dientes prominentes, sonrió y dijo las palabras mágicas “Tomen el que les guste”, y para pronto comenzó el juego: Los libreros estaban llenos de JUGUETES… Sí, muchísimos, millones para la vista de dos niños. Recuerdo los boxeadores de madera, títeres, carritos de madera y de metal, carretitas, soldados de plástico y de plomo, indios y vaqueros, luchadores, animales, avioncitos, tamborcitos, panderos, trenecitos, pistolitas de madera –de ésas que le ponías algo para que tronaran- y resorteras (obvio, ésas ni de chiste nos dejaron agarrarlas). Había baleros desde muy grandes y pesados, hasta tan pequeñitos y diminutos que eran difíciles de manipular; yoyos de madera y profesionales, pelotas, canicas, loterías, matracas, perinolas, silbatos, tablitas, sonajas, escaleras, matatenas, etc. Pronto se levanta de esa mesa alguien muy parecido al señor melenudo, pero a diferencia de él, de cabellera era china. Se dirigió a nosotros y nos
dijo: “Vamos a jugar balero, miren se le hace así, tienen que insertalo en el palito de este modo”. Rápido dominó el juguete y nos enseñó las capiruchas. Con el yoyo jugamos torneos de quién hacia “el columpio”, “el perrito” o “la vuelta al mundo”; los adultos, entretenidos con nosotros, eran ahora quienes ansiaban probar los juguetes que teníamos en las manos.
Rene Magritte, El rey museo, 1966
La Dahlia Negra (1947)
[Fragmento del libro Primavera en el Ártico]
Por Verónica González Arredondo* Hollywood queda muy lejos de los coleccionistas de identidades. Una mañana en la Avenida Norton (L. A.), se encuentra el maniquí destrozado de una mujer de tez blanca, cabello azabache y ojos del color de los lagos del Ártico. Desparpajada en un lote baldío, con las manos arriba como asaltada por el cielo, cortada a la altura del torso cual revista de modas. Lleva la sonrisa maquillada con una navaja, de oreja a oreja. Un tatuaje en su muslo izquierdo, una flor negra extraída en forma de triángulo e introducida en su vagina. The Black Dahlia, Elizabeth Short, tenía 22 años, originaria de Boston, Massachusetts, actriz de películas de “serie B”, fue aclamada por los
medios locales por su belleza, el luto en su vestimenta y su sed de luz y escenario. Hubo quienes, amontonados por incriminarse, afirmaron cada uno ser el que la había tirado al fin a la fama, el que alteró y colocó su rostro y cuerpo con dedicada estética. A la Dahlia pudo morirla cualquiera, excepto el anonimato. * (Guanajuato, 1984) Poeta y ensayista. Mtra. en Filosofía e Historia de las Ideas por la UAZ y Lic. en Lenguas Modernas en Español por la Universidad Autónoma de Querétaro. Autora del libro Desparpajados (edición de autor, 2013). Becaria del FECAZ en la emisión 2012-2013. Ha publicado poesía, ensayo y fotografía en revistas, fanzines y en diversos medios electrónicos del país.
Paul Gauguin, Dalias, 1885
Todos ellos nos enseñaron cómo hacer suertes, trucos, proezas… entre cerveza y cerveza se pusieron a jugar con nosotros y dejaron de escuchar a The Beatles, The Rolling Stone, The Doors y a Janis… pero ésa… ésa es otra historia. Ese museo existe… en Zacatecas.
Río de palabras
Según recuerdo, era ya muy tarde para dos niños: la 1:00 A.M. podía marcar el reloj entonces; viajábamos casi dormidos en el asiento de atrás de la Guayín Renault 18 de mi padre. Llegamos a una casa con puerta de madera; nos recibe con agrado un hombre melenudo, lacio, que abraza a mi padre y nos saluda a mi hermano y a mí. Caminamos dispuestos a acostarnos en algún sofá, mientras ellos platicaban de “sus cosas” en alguna mesa de la vieja casa. Pasamos ese comedor, nos dirigimos a un cuarto contiguo al lugar donde ya se encontraban varios adultos, que con ansia apetecían la bebida que portaba papá. La sorpresa fue para nosotros, llegamos no a un cuarto, no a cualquier cuarto. Era algo increíble… ¿cómo tantos adultos podían estar ahí?, nuestras caras se iluminaron, el sueño desvanecía, el horario ya no importaba, estábamos ahí. Un lugar perdido en la ciudad, que en mis largos seis años jamás hubiera adivinado que pudiera existir. El paraíso para un niño se queda corto… Nos instalaron en unas sillas, mi padre repartió la cerveza, se sentó y nos dijo las palabras más tristes que un niño puede escuchar: “No toquen nada”. Nuestra cara de alegría se desdibujaba, pero la advertencia fue tajante y permanecimos quietos. Mi hermano, al igual que yo, centró su atención en El Cuarto, en los
* Dedicado a los Sampedro, a Colo, en especial a su hijo…. Paco.
LA GUALDRA NO. 104
agenda cultural VIERNES y SÁBADOS Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral / 20:00 Hrs. DOMINGOS 16, 23 y 30 Tradicional Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 18:00 Hrs. MIÉRCOLES 12, 19 y 26 Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Plazuela Miguel Auza / 18:00 Hrs. JUEVES 13, 20 y 27 Tradicional Concierto Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia / 19:00 Hrs. MARTES 11 Conciertos Didácticos Sociedad Coral Infantil de Zacatecas Dir. María de Lourdes Ramírez y María de Jesús Hernández. Auditorio “El Son del Corazón”. Entrada libre / 10:00 y 11:30 Hrs.
VIERNES 14 Conciertos Didácticos Sociedad Coral Infantil de Zacatecas. Dir. María de Lourdes Ramírez y María de Jesús Hernández Auditorio del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” Entrada libre 10:00 y 11:30 Hrs. SÁBADO 15, 22, 29 Sábados en la Cultura Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza.19:00 Hrs. Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín 21:00 Hrs. MUSEOS Y GALERÍAS FOTOTECA DE ZACATECAS “Guadalupe En Imágenes” Exposición colectiva de los ganadores del Primer Concurso de Fotografía Antigua. Patio de la Fototeca de Zacatecas “Pedro Valtierra” ANTIGUO TEMPLO DE SAN AGUSTÍN Mathias Goeritz en Zacatecas Permanencia: 30 de junio Admisión: $30.00
MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Abstracción Trece Colectiva de artistas de Baja California Norte Sala Temporal I Permanencia: 30 de junio
Entrada libre los días: 11, 12, 13, 14, 18 y 19 de junio en horario de 10:00 a 18:00 Hrs. 15 de junio en horario de 10:00 a 15:00 Hrs.
Pasado Meridiano Obra de Teresa Velázquez Sala Temporal II Permanencia: 30 de junio
MIÉRCOLES 12, 19:00 Hrs. Lectura en atril Extractos de la obra de Ramón López Velarde Carlos Bracho, México, D.F. Auditorio del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” Entrada libre
MUSEO ZACATECANO Variacosa Gráfica, ilustración y diseño Obra de José Esteban Martínez + Quetzal León Permanencia: 31 de julio CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE ZACATECAS Escultura. Fragmentos. Obra de Javier Marín Permanencia: 21 de junio XVI JORNADAS LOPEZVELARDEANAS 2013* Del 9 al 19 de junio 2013 PROGRAMA MÉXICO, D.F. Casa del Poeta Ramón López Velarde. Av. Álvaro Obregón No. 73, Colonia Roma
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FORO INTERNACIONAL DE LA CINETECA
La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fines culturales y educativos. Jueves 13, 18:00 y 20:00 Hrs. LEONES Dir. Jazmín López Argentina/ 2012/ 80 min. Leones está construida por 19 planos secuencia que nos familiarizan con un escenario natural, un bosque y cinco personajes, todos ellos jóvenes –casi adolescentes–, en medio de una búsqueda misteriosa, insinuada por la cámara en formas poderosas e inusuales. Perdidos en juegos de palabras y posibles indicios, los protagonistas transmiten al espectador sentimientos próximos a la angustia. El registro continuo y poético nos convierte en parte de su experiencia. Viernes 14, 18:00, 19:30 y 21:00 Hrs. LA VIDA SIN MEMORIA PARECE DULCE Dir. Iván Ávila México/ 2013/ 67 min. Iván Ávila Dueñas interviene material fílmico casero depositado en resguardo en la Cineteca Nacional y que forma parte del proyecto Archivo Memoria. En éste podemos observar a un ingeniero de minas, un cura y un constructor filmando en formatos pequeños su historia personal en el estado de Zacatecas entre 1930 y 1950. Es probable que hubiera algo en común entre ellos tres, por ejemplo, el origen de su afición a filmar recuerdos.
JUNIO 2013
Sábado 15, 18:00 y 20:00Hrs. METEORA Dir. Spiros Sthatoulopoulos Grecia-Alemania/ 2012/ 82 min. Entre los monasterios ortodoxos de Meteora, ubicados en las calurosas planicies del centro de Grecia y caracterizados por estar sostenidos gracias a inmensos pilares de piedra, surge el amor entre un monje y una novicia. El deseo de ambos, jóvenes entregados de lleno a la espiritualidad, los pondrá ante una encrucijada existencial. En su segundo largometraje Spiros Sthatoulopoulos, rodeado por una atmósfera pastoral que contrasta con el ascetismo religioso de sus protagonistas, retrata al amor como una fuerza casi subversiva que emana de la propia naturaleza. Domingo 16, 18:00 y 20:00 Hrs. BUSCANDO A SUGAR MAN Dir. Malik Bendjelloul Suecia-GB/ 2012/ 86 min. En 1968, en un bar de Detroit, dos productores fueron encantados por un carismático compositor de ascendencia mexicana: Rodríguez. Pensando que habían encontrado a un héroe de la música folk en este artista marginal que recordaba al talento de Bob Dylan, produjeron dos discos con él. A pesar de las buenas críticas obtenidas por Cold Fact, el primero de ellos, el disco fue un desastre comercial y marcó el fin de su carrera discográfica. Rodríguez se hundió en la obscuridad sin saber que a miles de kilómetros de distancia, en Sudáfrica, su música e influencia política abanderaban una revolución.
PROGRAMACIÓN ZACATECAS
JUEVES 13, 10:00 Hrs. Teatro Vida y obra de Ramón Modesto López Velarde y Berumen Dir. Lupita González González, Jerez de García Salinas, Zac. Auditorio del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” Entrada libre
VIERNES 14, 9:00 Hrs. Ofrenda floral Conjunto Escultórico a “Ramón López Velarde” Alocución: Jair Cortes Montes, Tlaxcala, Tlax. 20:00 Hrs. Conferencia Ramón López Velarde entre la tradición y la vanguardia Imparte: Jair Cortes, Tlaxcala, Tlax. Patio Central del Museo Zacatecano SÁBADO 15, 17:00 a 19:00 Hrs. Mas lectura un mundo mejor Un vals sin fin, por el planeta… Participan alumnos del Colegio del Centro y de la Unidad Académica de Letras, Campus Jerez Claudia Liliana González Núñez, Héctor Miguel Rosales Torres, Vanessa Martínez Zaldívar, Ricardo Niño y Fabiola Guardado Jardín Juárez * Adelantos en la programación, la siguiente semana: programa definitivo.
10 DE JUNIO DE 2013
Por Ester Cárdenas “La vida es bella, tú verás, como a pesar de los pesares, tendrás amor, tendrás amigos”. José Agustín Goytisolo
Hace un buen tiempo que no asistía a un concierto –gratuito- tan bien organizado, fluido, en el que nos dimos cita todas las edades, disfrutando al unísono del marco natural de la plazuela Miguel Auza, el azul Magritte del cielo zacatecano, un clima perfecto, la música y las letras de Paté de Fuá, la compañía de Andrea, de los amigos entrañables, Raquel, Carlos, Argelia, Poncho, Toño, Armando, la Buki, Juan Carlos y por supuesto la organizadora del concierto y masiva reunión: Jánea Estrada Lazarín, directora de La Gualdra, quien nos hizo copartícipes de su segundo aniversario y aun cuando justamente ella debía ser la agasajada, con gran generosidad ella nos festejó a nosotros, sus amigos y lectores de la Gualdra, con Paté de Fuá y esa música lúdica, rítmica, cálida, amable, nostálgica, alegre, sabrosa, el volumen justo, el ambiente, ese lugar, donde a pesar de los pesares tuvimos nuestra pequeña porción de felicidad….
Río de palabras
Cuatro estaciones y un vestido de flores
[leerse mientras se escucha: Las cuatro estaciones / Vivaldi]
Por Roberto Galaviz Te veo envuelta en un vestido de flores en medio de un jardín que no tiene ninguna sin embargo, noche tú crees que me estoy muriendo por ti -te equivocas, y nos equivocamosme muero por desvestir tu primavera en este ya casi verano de cielo azul Van Gogh quisiera que murieras también un poco al darte cuenta que al dejarme morir sin ti morimos en un momento cruzas las piernas y veo toda la felicidad que me espera que nos espera, -si quisieras- abrirlas para mí si dejaras que el vestido fuera una hoja de otoño me doy cuenta, y me aterra que si hoy te vas, nos vamos para siempre que si te pierdes, nos perdemos que si hoy no logro quitarte la ropa no lo haré ya nunca , es que el interés (no va más allá de un nosotros hoy) soy un hombre así: también se me mueren las ganas no quiero decirte que el futuro nos espera, que la noche es perfecta, o que tenemos una historia que contarnos de por vida; sólo me muero por hacer que tu vestido sea el follaje de un invierno que todavía somos.
Muestra de Arte Público Licenciatura en Artes de la UAZ Por Armando Haro Márquez
Del 10 al 13 de junio del presente año la Licenciatura en Artes de la Universidad Autónoma de Zacatecas llevará a cabo la Primera Muestra de Arte Público en distintos puntos del Centro Histórico de nuestra Ciudad. Ésta surge de las actividades inherentes a la materia de Arte, Cultura y Sociedad que se imparte en esta nobel licenciatura, puesto que en ella se busca que el alumno problematice la relación existente entre esos campos de la actividad humana. Sin embargo, ¿qué es el arte público y qué lo diferencia o lo relaciona con el arte en general? Si bien, como diría Platón, el arte es aquello que el artesano agrega a su oficio, ¿qué oficio es éste del arte público y qué le agrega a dicho oficio? Si se considera que, a diferencia del arte en general -llámese estético, vernáculo o de diseño-, el arte público se propone fuera de todo ámbito tradicional de producción artística -ya sea el taller del artista, del artesano o del diseñador, y posteriormente de los ámbitos de exhibición y venta, como el museo, la galería, la tienda de artesanías o de utensilios-, se puede comenzar por definirlo como una actividad artística en la que se abre la creación a la reflexión y problematización de hechos socio-culturales, político-económicos, histórico-ideológicos e incluso, más ahora, ecológico-industriales; de manera que este arte ya no es arte en el sentido estricto de ser ‘el artesano quien agrega algo a lo que realiza’ sino que es la sociedad misma, y sus problemáticas, lo que le agregan ese ‘algo’. Así, los alumnos de la materia Arte, Cultura y Sociedad han desarrollado tanto una investigación de campo que tiene que ver con ciertas problemáticas que identificaron en nuestra sociedad, como con
una reflexión onto-histórica de momentos del devenir de la Cultura Occidental que aún inciden en nuestra manera de ser y proceder, pudiendo así proponer con un amplio espectro de interpretación proyectos de intervención pública -doce en totalque buscan descontextualizar a los zacatecanos del modo en que viven nuestra Ciudad para que se reapropien de ella en un sentido más crítico y constructivo, más vivencial e introspectivo, alejándose de este proceso de indiferencia, banalización y abuso que actualmente se está ejerciendo sobre ella. Por ello todos los proyectos buscan a través de distintos soportes -como el esténcil, el sticker, la manta, el arte pobre o el anuncio publicitario; y a través de distintas acciones como la instalación, la intervención, el performance, la pega y colocación- incidir sobre la conciencia ciudadana y su relación con el patrimonio tangible e intangible que resguarda la ciudad de Zacatecas. Y para que todo esto sea posible, como otra de las características del arte público, se han tenido que justificar, proyectar y gestionar todas estas actividades, teniendo la generosa y amable anuencia del Gobierno Municipal, de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas, así como de la Dirección General de Transporte, Tránsito y Vialidad del Estado de Zacatecas, a quienes la Licenciatura en Artes a través de la clase de Arte, Cultura y Sociedad, segunda generación, agradecemos por mostrar el interés y otorgarnos certeras recomendaciones en el desarrollo de estas sui generis y necesarias actividades para la formación de nuestros alumnos.
LA GUALDRA 104 / 10 DE JUNIO DE 2013
Preso Por Pilar Alba
Río de palabras
Alguna vez lo pensé, no voy a negarlo pero, de eso a siquiera imaginar que pudiera ser cierto había una gran... ¿qué digo grande? Inmensa distancia. Nunca pensé que pudiéramos estar así tan juntos, ¿qué digo juntos? Juntisisísimos, ya sé, ya sé que esa palabra no existe, trataré de cambiarla por otra… sí ya sé por cuál: jamás pensé que íbamos estar alguna vez así
tan compenetrados; uno tan dentro del otro, y el otro tan dentro del uno. Uno más uno, igual a dos enamorados, como dice la canción de Luismi, mi rey, el único. Nunca pensé perderme en esos ojos, saborear las mieles de su amor, probar su saliva, morder esos labios moraditos carnosos, jugosos… Mejor ya no me acuerdo porque se hace agua la boca, porque entonces
A punta de pistola
me regreso y, ahora sí, me quedo para siempre entre sus brazos como preso que se sabe culpable que acepta la sentencia: Preso de la cárcel de tus besos de tu forma de hacer eso a lo que llamas amor; parece que oigo al Príncipe Pepe Pepe cantando para mí ahora que me alejo del olor de su cama, de su piel, de su calorcito. De esa presencia que por más que quiera
y aunque nos la hubiéramos pasado como en la canción: en la cama, en el piso, donde sea y tómame… No volveré otra vez a tener cerca. Apago el estéreo del auto, trato de apagar también tu recuerdo, para que algún día no vuelva y me duela. Bajo, pongo la alarma y me dirijo a dormir un poco a tratar de empezar a olvidarte.
Por Edgar Khonde
Se dice que la salud se pasea con la insalubridad a altas horas de la noche por el Parque México. La gente llega a los hospitales a morirse. Cualquier operación (hasta la resta o suma) se complica, entonces los galenos se ven obligados a dar por terminada su jornada; entre cigarrillos y fichas de dominó, dejan al paciente en condiciones bochornosas: con las vísceras por toda la habitación y los riñones borrachos en un juego de póquer. Definitivamente el médico de guardia desecha la posibilidad de reparar cualquier daño. Los órganos se niegan a volver a su lugar y formar parte del otrora sujeto. Es por eso que se ha obligado a los familiares del futuro occiso a que firmen una carta de autorización (donde se deslinden responsabilidades) para que, a punta de pistola, rangers preparados, estén dispuestos a perseguir cualquier intestino fugitivo o un escurridizo corazón enamorado.
¡Órale! Por Alberto Huerta Andy Warhol, Pistola, 1981
Para Isaac Betancourt
¡Qué me dice! No pos sí, está cañón. De al tiro que se lo ningunearon… y gacho. No le dieron el ascenso tan esperado por años… Putamadre, eso sí que calienta… ¡Y gacho! Y usted que ya se sentía bien chinguetas dando órdenes y torteándose a las secretarias. ¿Pos no que era bien picudo? ¿Muy sácale punta? ¿Muy tiriris? Ora que si sigue así, con los ojotes bien pelones, dándole vueltas y vueltas a la cama… como tlaconete con sal, con la galanura por los suelos… vamos, como trapeador de mingitorio de cantina… Eso de pasarse la noche en blanco está bien cabrón… ¿Qué pachuli, valedor? No se agüite… ¡Échese otra amarilla! ¡Para todo mal… mezcal! ¡Para todo bien… también! Pero no se esponje… chilindrina. Cada quién mata sus pulgas como mejor le parece. ¿Y no se le ocurrió
ir a la cocina a prepararse un tecito de tila? ¿Empujarse entre pecho y espalda un caballito de tequila? ¿Su torta dormía a pierna suelta? ¡Segurolas bolas, me las engatolas y me las haces bolas! ¿En qué la rolas? Y usted bien engorilado viéndola dormir… ¿A que sí? ¡Clarín de orden! Como que su ruca estaba soñando cómo el Fofo le mide el aceite. ¡Ándele, su cuaderno de doble raya! ¡Uy, que carácter! Sí todos los del barrio están al tanto. Ai se lo dejo de tarea para en la noche… No, no me diga eso… ¿Que los cachó saliendo de un motel dándose unos besotes de las de acá y sobándole las ignacias como si les estuviera sacando brillo? ¿Por qué es usted tan negativo? ¿Tan mal pensado? Siempre tirando la mala vibra. ¿A que le faltaron huevos como para partirles toditita la madre ahí mismo… en caliente?
¡Que no pasa nada! ¿Qué me dice? ¿Así que además de hinchadillo es pastor? ¡Aguas! ¡Aguas! ¡Aguas! Las pastas le licuan los sesos, compita… ¡Aguas! Al rato va a andar bien mugrosote pidiendo el veinte… hablando solo… todo meado… apestoso… y esperando a que llegue al rescate el Chapulín Colorado o el Águila Descalza. ¡Póngase trucha! ¡No pasa nada! Y al fin y al cabo no pasa nada si no llega a ser el número uno… ¡Póngase las pilas! ¿Y qué? ¡Que no pasa nada, cabrón! No es para que se sienta tan furris… ¡Ser uno más de la runfla de cabrones haciendo fila! Uno más del montón. ¿Qué más da? ¿Le pido otra toyita? ¿Y qué si se pone como araña fumigada? ¿Y qué? ¡No pasa nada!; mañana se la cura con unos chilaquiles bien picosos o un menudito con su oreganito bien espolvoreado,
la cebollita picadita bien finita y unas tortillitas calientitas y con una piedra con sus hielos. ¡No sea llorón! ¡Ya deje de chillar, carajo! Al rato se arrana en su camita y se chinga sus pastas, y quién quita y hasta se queda forever y le va a valer madres que el Fofo, su carnalito del alma, se aliviana con su gorda… el ganón va a ser el Fofo… ¿Qué no sabe que la mujer ajena sabe más buena? ¡Órale! ¿Qué culpa tiene la banda de que su vieja sea como las Singer, de su pendejez? ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡No sea tontito!, como diría Cantinflas. ¡Chínguese otra cervecita! ¡O ya de plano: un fuerte! Para que de una vez sepa el cuerpo lo que recibe… Acuérdese, acuérdese… el que nace para maceta, no pasa del corredor… ¡Órale! ¡Órale! ¡Este bato asqueroso ya se guacareó! ¡Órale!