SUPLEMENTO CULTURAL
No. 136 - 17 DE FEBRERO DE 2014 - AÑO 3
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Fotografía: Ernesto Moreno
Escritor de conceptos, como la belleza y realidad, vertidos en la ficción, en Pasos (azar y destino), Mauricio Moncada León -nacido en el D.F. el 9 de junio de 1979, zacatecano por convicción-, nos recuerda que en la literatura, como en la vida, “ninguna idea o acto puede ser el primero, todo tiene que ser repetición”. En entrevista exclusiva para La Gualdra, Mauricio nos habla con respuestas inteligentes, sólidas, sobre cómo nació y cuánto tardó en escribir su más reciente publicación y, sobre todo, nos invita a leer, a ser críticos de su obra. [Entrevista a Mauricio Moncada León, por Joel Flores, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 136 / 17 DE FEBRERO DE 2014 / AÑO 3
I. En este número 136 de La Gualdra, tenemos el placer de compartir con ustedes la entrevista que Joel Flores, escritor zacatecano radicado en Tijuana, realiza a otro escritor zacatecano, Mauricio Moncada, con motivo de su más reciente libro Pasos (azar y destino), editado por Poética Editorial. Me gusta mucho esta dinámica propuesta por Joel, porque entre dos escritores el diálogo suele ser muy interesante. A Joel ya usted lo conoce porque en este mismo espacio ha participado –casi desde el principio de nuestra historia gualdreña- con cuentos de su autoría, luego Lola Ancira le realizó una entrevista cuando Rojo Semidesierto recién había aparecido; y posteriormente, ha participado como entrevistador de varios escritores: Lola Ancira, Bernardo Araujo, y el más reciente: Juan Gómez Bárcena en el número anterior. De Mauricio Moncada he de decir que además de ser un muy buen amigo también, es un estupendo escritor que tiene entre otras facultades, la de manejar el erotismo en la literatura de manera sublime. La historia de Mauricio bien podría ser tema de una novela; apasionado de la literatura desde muy niño, estudió Letras en la UAZ y realizó el Doctorado en Humanidades y Artes en la misma institución; mientras estaba en la licenciatura ya trabajaba para sostener a su familia, primero en la Secretaría de Educación, en el área de Telesecundarias y en las oficinas centrales; luego, por azares del destino, terminó trabajando en un área de servicios periciales, hecho que seguramente le dará, con el tiempo, ideas para seguir escribiendo, porque de acuerdo a sus palabras, es durante las horas de más agobio, cuando saca inspiración para escribir. A Mauricio, además de crear historias, le apasiona enseñar, por eso ha dado clases en secundaria, en preparatoria y en licenciatura en universidades públicas y privadas, desde hace muchos años. Actualmente coordina un taller de creación y crítica literaria los sábados e imparte clases en la preparatoria No. 4 de la UAZ. Talentoso, incansable, hiperactivo, nos comparte en la entrevista que le realiza Joel –a la distancia territorial y en la cercanía virtual del Facebook- sus impresiones con respecto a su más reciente publicación.
II. Al cierre de esta edición, nos sentimos muy contentos porque el sábado 15, nuestro paisano Alonso Ruizpalacios, obtuvo con su película Güeros, el Premio a la Mejor Opera Prima en La Berlinale, Festival Internacional de Cine que hemos estamos cubriendo periodísticamente, gracias a nuestro corresponsal gualdreño Carlos Belmonte, quien desde Berlín, nos mandó puntualmente la información más destacada día con día. Aprovecho la ocasión para agradecer a nuestros patrocinadores, pues es gracias a ellos que podemos seguir haciendo esto. De Güeros, hemos de decir que esperamos próximamente poder verla en la Cineteca Zacatecas; de Ruizpalacios compartimos la siguiente información que nos manda Carlos Belmonte y que incluimos también en nuestro No. 3 de La Gualdra en Berlín, por si no la ha leído y quiere enterarse un poco más de quién es este director: Ruizpalacios de 35 años cumplidos, estudió teatro en la Ciudad de México y a eso dedicó hasta que viajó a Londres para realizar estudios de cinematografía en la Royal Academy of Dramatic Art de 1999 a 2003. Al volver a México en el año 2003 y no tener trabajo, sintió estar en una parálisis, en una especie de “estaticidad”, y comenzó a escribir para ocuparse en algo, fue en ese momento cuando perfiló la idea de Güeros. El tiempo pasó hasta que en el 2012, junto a su amigo Gibrán Portela, viajó a Madrid con una beca que la Fundación Carolina les otorgó para hacer un curso intensivo de escritura de guión y poder darle formato final a la historia que escribieron juntos los dos becados. Antes de partir, sin embargo, habían conseguido interesar a Ruiz, así que cuando regresaron se pusieron a trabajar ya en la filmación que tardó ocho semanas, más o menos de abril a junio del 2013, e inmediatamente después la edición y postproducción -que debió ser concluida a marchas forzadas porque en diciembre pasado les confirmaron su participación en la Berlinale 2014-. Que disfrute su lectura. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
De Santa María y otras latitudes: aproximaciones a Onetti El demonio de la libertad (I) por Gabriel Luévano Gurrola
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La línea pertenece al hombre, la curva a Dios por Bea Cármina
Absoluto amor por Mauricio Flores Mi encuentro con Cortázar por Francisco Javier González Quiñones
Antes que ser escritores, debemos ser lectores [entrevista a Mauricio Moncada León] por Joel Flores
Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria La comprensión: un rompecabezas al que siempre se le agregan piezas por Eduardo Campech Miranda
Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas El Picaporte por Simitrio Quezada
Pinhole 3 [Fototeca de Zacatecas] Diccionario REM (de la real acepción maliciosa) Parte I por Eduardo Santiago Rocha Orozco
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Será por eso por Alberto Huerta Juan por Pilar Alba Poema en vano, -sin embargopor Roberto Galaviz
Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
17 DE FEBRERO DE 2014
De Santa María y otras latitudes: aproximaciones a Onetti El demonio de la libertad (I) Por Gabriel Luévano Gurrola
Zdislav Beksinski, Sin título
e ir a comprobar el prodigio, pues no sería sino eso, un milagro que restaría méritos a la obra del jalisciense, porque lo que en verdad tenemos en Rulfo es una recreación que si bien utiliza como materia prima los señuelos del habla popular, transforma y edifica el universo antes mencionado, el cual no está en los mapas comunes colgados en las paredes de los abyectos funcionarios que, eso sí, de milagro hablan el español. Ahora, también es válido decir que Rulfo, aunque universal es francamente mexicano y en ese sentido nos pudiéramos preguntar cómo opera la realidad que nos percata eso. Creo que la clave la dio Juan Villoro al decir que nunca un campesino mexicano habló como uno de Juan Rulfo, pero nunca, en sus dos obras cumbres, un campesino había parecido más verosímil. En esta clave abunda Mario Vargas Llosa en sus disquisiciones sobre la creación literaria. Él diferencia dos realidades, la real o inmediata y la literaria. Entre ambas media la mentira (que no la falsedad, propia de los malos novelistas) que puede desentrañar verdades ocultas en el germen del hombre, y la libertad, para brincar
el charco, ser un virtuoso mentiroso. Dice en La verdad de las Mentiras sobre las ficciones: “En el corazón de todas ellas llamea una protesta. Quien las fabuló lo hizo porque no pudo vivirlas y quien las lee (y las cree en la lectura) encuentra en sus fantasmas las caras y aventuras que necesita para aumentar su vida. Ésa es la verdad que expresan las mentiras de las ficciones: las mientras que somos, las que nos consuelan y desagravian de nuestras nostalgias y frustraciones”.1 La cara de los sanmarianos es La cara de la desgracia, para jugar con el título de otro cuento de Onetti, y la aventura es darle verosimilitud a esa desgraciada abulia, pasándola por el filtro de la mentira y asimilarla, vencerla a medias, ahogarse con dignidad y furia. Y un párrafo más adelante: “Salir de sí mismo, ser otro, aunque sea ilusoriamente, es una manera de ser menos esclavo y de experimentar los riesgos de la libertad”. Es decir, por medio de la ficción se deja de ser demasiado esclavo. Tal vez por eso el mundo de Onetti es hermético y pesimista, porque los personajes vencen la esclavitud de su mediocridad y la ensalzan,
disminuyéndola al transformarla, sin acabar de redimirse del todo y salir del berenjenal de sus desdichas, que sustituyen al agobio por otro ficticio. En su condición transitoria del referente concreto a la inventiva (esta última a veces preponderante, en otras apenas insinuada), la ficción carece de la pureza para formar binomio con esa libertad absoluta que con la que algunos escritores pudieran adornar la descripción de su oficio; libertad abstracta que en el fondo no existe. Por supuesto que la ficción recae en una libertad, pero mestiza (como todo lo bueno y saludable). Santa María no es Montevideo ni Buenos Aires, y al mismo tiempo lo es en una mezcla que posee un añadido: el lenguaje, que es una especie de localidad ubicable en sí misma con bases en la realidad y sin embargo exponenciada a un inquilinato donde se cruza la verdad inmediata y la mentira imaginativa. El mejor resultado de esta amalgama es la verosimilitud y el recordatorio de que (recurro de nuevo a una verdad que guardo con firmeza) la literatura la hacen los hombres y no los ángeles, si es que existieran (cosa que desafortunada y afortunadamente no es probable). El hombre tiene la posibilidad de rebelarse de una tiranía social e incluso íntima y construir un mundo aparte. De ahí que es una ingenuidad decir que la literatura refleja la realidad en lugar de recrearla (concepción acertada). Una aseveración tan categórica y absoluta digna de los que analizan una obra literaria sólo con parámetros políticos o antropológicos como si quisieran justificar las vertientes monolíticas de lo cotidiano, refleja en todo caso la necesidad urgente de recuperar a la literatura como artificio (quizá el mejor con que cuentan los hombres). Ahora bien, artificio que puede orientarnos a planos virtuales de la realidad, que la proyectan distinta a la que estamos insertos y que la vuelven (perdóneseme el pesimismo, acépteseme igualmente lo contrario), mucho más hermosa y a la vez atroz, estimulante y con sentido, porque le da coherencia a la existencia. La libertad no rehúye sino que escarba. Por eso Kafka es tan difícil de leer, como a veces Onetti: ambos se adelantaron a su tiempo, hicieron literatura de la vida, la volcaron a latitudes negras que se vuelven ambiguas y le dieron el sentido estético que nos faltaría a todos los que ya no podemos dejar de leer.
1 Vargas Llosa, Mario, La verdad de las mentiras, Alfaguara, 2009, Buenos Aires, p.14.
Literatura
Efectivamente, es un error muy común decir que la literatura refleja, llanamente, la realidad. Ejemplos: Cuando leemos, pudiéramos pensar que estamos frente a la guerra y los bailes de la realidad, el París y el Buenos Aires de la realidad, los tiranos y sus exageraciones de la realidad, y en lugar de eso, se trata de la guerra y los bailes literarios, el París y el Buenos Aires literarios, los tiranos y la hipérbole literarios, o por mejor decir, Guerra y Paz, Rayuela, El otoño del patriarca: otros terrenos cuya vertiente, pocos, los de la cofradía mermada y atribulada de los escritores, y la todavía más desvalida y hedonista (mil veces más) de los lectores, conocen. Un niño sátrapa de padre real (conste que hablo de la realidad inmediata, la que no tiene remedio y circunda al que lee estas líneas) y madre etérea, construida como si no viniera de una costilla sino del hambre y la impotencia que forman un vientre feraz: eso es la literatura y sus designios, que tienen distintas reglas y distintos alcances (pues resultaría un incordio para el alma la entera similitud de los campos y molinos de España con los de aquella otra en que el famoso hidalgo lanceó gigantes). La delectación y esencia de la literatura necesitan de una lejanía enigmática que se diluya en una conduerma abrasadora al momento en que el ruso o inglés o mexicano abra el libro y disponga la imaginación a una sacudida inminente. Se requiere un universo aparte, con anclas (potentes o vagas), es cierto, que la asan al nuestro y eviten que parezca haber sido escrita por ángeles o eunucos; un universo distinto para que valga la pena leer y las hordas de lectores sueñen con paralelismos o huidas y encuentren, al darse cuenta de la inevitable confrontación con los resquicios más caliginosos del alma a la que nos lleva el arte, que la libertad tiene un límite y hace retroceder todo lo imaginado, lo funde y hace surgir la catarsis que perfeccionaron los griegos y se extiende a la humanidad entera. En ocasiones, se suele decir, quizá recordando su faceta de fotógrafo, que Juan Rulfo retrató fielmente el México rural en Comala y que sus personajes hablan como los campesinos olvidados de nuestro país. ¡Vaya!, me gustaría que me dieran precisas señas y dinero, junto con el mapa donde marquen con una equis o una calavera al pueblo idéntico a la Media Luna, para echarme la mochila al hombro y dar el cerronazo a la puerta
LA GUALDRA NO. 136
La línea pertenece al hombre, la curva a Dios
Arte
Por Bea Cármina “Cuando las cimas de nuestro cielo se reúnan mi casa tendrá un techo”. Paul Eluard
Barcelona, la de los techos huracanados que nos mira con ese ojo venido desde las tablillas sumerias en el fondo de un remolino de luz, nos recibe, nos mima, nos sorprende. En el firmamento, las torres aguzadas cual estalactitas aguardan. Vigías herméticos en las azoteas, escudriñan. La vida misma en el rito erótico de sensualidad mudéjar-morisco se manifiesta. El hombre, sensualidad, erotismo. ¿Quiénes se encuentran tras esos balcones, que dejando por un momento su baile de antifaces desde el interior nos observan? ¿Qué pecados nos ocultan, qué nos prometen, a qué amorosas intimidades nos llaman? ¿A dónde nos conducen esos emblemas morunos, memoria de una Alhambra de anhelos, intrigas y muertes tras sus celosías? Barcelona, añoranza de centinelas encasquetados, anónimos bajo sus yelmos mistéricos que tras su celada celan. La línea pertenece al hombre, la curva a Dios, –afirman arquitectos y demiurgos. Así que nos aventuramos por esa residencia que ante nuestros ojos despliega unas escaleras sinuosas que serpenteando ondulan hacia las habitaciones superiores y, se deslizan por el atisbo de una puerta, por el descorrer de una gasa, por el paraíso voluptuoso de perfumes que embelesan, de concavidades y senos que se entregan al roce de otra piel, otras yemas, otros vahos que se entremezclan en suspiros y, condenas de confesionarios y penitencias parapetados en sextos mandamientos. Y el séptimo día Dios descansó. Y el pecado de Soberbia cae sobre la cabeza de Gaudí. Prometeo que ha robado a la divinidad el fuego para regalárselo a los hombres ese séptimo día de su descanso, el mismo día en que creó el Parque Güell. ¿Habrá dioses o luzbeles que se atrevan a condenarlo por su soberbia a la oscuridad perenne? ¿Es por ese pecado por el que se fue despojando de carnes hasta quedar casi huesos? Ese día fue uno de los más afortunados séptimos días destinados
Parque Güell de Antonio Gaudí, en Barcelona
al descanso y al goce, afirmamos al encontrarnos con este lugar de esparcimiento frente al que palidecen otros jardines y, ser conquistados por el asomo de esa sombra que se asombra de las sombras difusas de una sombra, de una flor que abre sus pétalos en caudal de deleite ante la pedacería de azulejos incrustados en la piedra rojiza, la que se arremolina en bancos y perspectivas panorámicas que abarcan hasta el mar y la llanura en un todo de belleza. ¡Qué va de manzanas pecaminosas y de Adanes y de madres Evas!, y de pecados y penitencias, cuando nos topamos con esas construcciones: ventanas-balcones que en sí mismos encierran mundos de poesía, realidad y fantasía. Historias que por fantásticas son verdaderas, endechas, melodía de ruiseñor, canto de alondra, de pasiones secretas de un Romeo, de una Julieta, arrebatos prohibidos de un Hamlet, de una Ofelia, refinamientos lúbricos de unas Mil y Una Noches; clarividencias de genio que enclaustra en “Ss” la línea recta. Gaudí a Barcelona la ha coronado de cimas, la ha techado de lecturas, la ha escriturado de ensueños. Habitar la Barcelona de Gaudí es un aleteo de alivio que entreabre paraísos lúdicos de imaginación creativa. A un mirar de lego lo dota de melancólicas pinceladas que con su huella develan un Déjà vu reinventado en un presente de notas que remiten a las fugas Ba-
chianas, a espacios sin límite dispensando tiempos, bálsamo que al mismo tiempo que se aromatiza en fractales se multiplica. Alturas secuenciales que revolotean hacia una escalada de rizos, de acordes pulsados por órganos monumentales. Es una fascinación de formas en evaporación constante, es un desentrañar de raíces que tienden a vientos marítimos de orientes y ponientes. Gaudí, el de la mente exuberante, la laberínticamente fructífera y boscosa que ha sido habitada por texturas, por piedras pómez y baldosas rotas, por pedruscos calizos, asimetrías que voltean de cabeza el mirar terreno y les dan una, dos, tres vueltas de volutas a un salón, a un paisaje, a una columna a punto de perder el equilibrio, que cayendo sin caer se apoya en nuestra mirada de cabeza inclinada; desafío de líneas rectas, de pensamientos racionales y lógicos. Gaudí es enemigo del muro sin textura, del diseño desértico, del práctico estilo minimalista. ¿Por cuál de los Gaudí el hombre se salva? ¿Por el Gaudí joven, dandi, de mirada orgullosa, de mente desconcertante, el de amarillos, cobaltos, ultramares, prusias, zincs, blancos de España, el de los cuencos de luz, madrigales de casas aturronadas con gusto a mazapán de nuez y castaña, el exquisito de guantes de cabritilla, el posible demiurgo enclaustrado en una torre de marfil, alquimista, ma-
són y también anarquista, el lector de Marx y colaborador en un proyecto de Bakunin, el del café Pelayo, el voyeurista de las calles Puertaferrisa y Roca, el de la curva catenaria sólo usada antes de él en puentes suspendidos? O ¿por el de la frugalidad monacal que acudía al confesionario todos los días, el comedor de verduras y remolachas, el de la religiosidad ascética, profunda y mística de los últimos años de su vida, el que se lavaba las manos con migajón? El del templo de la expiación de la Sagrada Familia con sus elevadas torres cónicas circulares que se van agudizando mientras se elevan, el de las torsiones parabólicas, el de la geometría reglada, el de las magnificentes espirales y paraboloides elípticas, el de las bóvedas, espejismos reverberantes de breves tejidos que cual telas de araña se abren múltiples en perspectiva como un despliegue de alas cuyas membranas fueran develando pasadizos de evocaciones tridimensionales en un continuo infinito, el del interior de la Sagrada Familia que desemboca a esa intimidad de alturas insospechadas que nos ciñe en fajas de arbustos transfigurándonos en vitral, altar, péndulo. Afuera ha quedado el dolor, la tristeza traspasada de las figuras que ostentan los portales, nosotros soñadores irredentos estamos siendo arrebatados por Cánticas de Santa María, ¿por cuál de los dos el hombre se salva?
17 DE FEBRERO DE 2014
Absoluto amor Por Mauricio Flores
ojos cerrados / en esta oscura altura del silencio… /. Una grata evocación, puerta para recuperar la obra completa del bardo, a cien años de su nacimiento. Colofón y dolor Muerto José Emilio Pacheco, cómo no recordar tan solo uno de sus pequeños guiños a la poesía de Huerta. La que a partir de los poemínimos, comparó hermosamente como las labores de las tejedoras oaxaqueñas, en apariencia fáciles pero de una complejidad intrínseca, la que se presenta siempre ante el manejo del lenguaje. Huerta y Pacheco: grandes poetas del México que nos tocó vivir: hombres buenos.
Puros Centenarios
Así era la letra del gran Cocodrilo. Liviana y amorosa. Como se muestra aquí, con toda su frescura, en uno de sus poemas juveniles, e inserto en el facsímile que en oportunidad de la celebración de sus ochenta repartieron como un gran obsequio sus hijos Andrea, Eugenia y David. Efraín Huerta (18 de junio de 1914-3 de febrero de 1982) es uno de los poetas mexicanos más leídos y que con sus registros temáticos (desenfadados, comprometidos, cariñosos) permanecerá en el tiempo. Poeta del absoluto amor, Huerta manufacturó en 1934 un mínimo libro de poemas escrito exclusivamente a su amada. En “La luna en persona” escribe: Si no fuera porque llevas los
Mi encuentro con Cortázar Por Francisco Javier González Quiñones “Fue su quietud la que me hizo inclinarme fascinado la primera vez que vi a los axolotl”. “Axolotl”, de Julio Cortázar Eran otros tiempos y cadencias de vida. Tiempos de un sicodélico y caluroso verano, tejido con los días de una tranquilidad intensificada por el letargo y la somnolencia que traen consigo el calor y la sedante yerba. Esa tarde languidecía entre las fauces de las primeras penumbras de la noche. Como aún era temprano para llegar a mi casa, opté por caminar un poco y pronto, casi sin darme cuenta, mis pasos me acercaron al pie de la montaña que los ojos de López Velarde transfiguraron poéticamente en un brioso corcel, en cuyo dorso cabalga la capilla de la Virgen del Patrocinio. Encerrado en mi burbuja de sosiego, mientras en la cancha de la Prepa I las notas de “Stairway to heaven” -salidas de la guitarra del buen Camilo 5000- hacían eco en mi cerebro, seguí caminando en busca de una caguama bien fría para calmar la sequedad que agobiaba a mi garganta y que estaba a punto de consumir toda mi saliva. En ese afán, de buscar alguna tiendita o expendio de cerveza camino a la Bufa, la distancia hacia la capilla del Patrocinio se fue acortando y, con ello, las posibilidades de conseguir el preciado líquido de cebada se fueron esfumando. Así es que cuando llegué a los famosos pocitos, a unos metros de la capilla, los vi como un oasis y sin dudarlo bebí con ansiedad de la cristalina agua que brotaba de su
superficie rocosa. Con la ayuda de mis manos convertidas en una jícara, me remojé la cara para mitigar el sofocante calor. Instantes después, cuando ahogué mi sed, sentí la extraña sensación de ser mirado por alguien, pero mi visión no distinguió ninguna presencia humana, ni en la cercanía ni en los alrededores inmediatos. Incómodo por sentirme vigilado y ante la disyuntiva de continuar hasta la capilla o regresar a la ciudad, indeciso, enfoqué mi vista hacia el espejo formado por el agua que retenía el pocito. Entonces, mi mirada se encontró con una diminuta criatura acuática, de alargado cuerpo y de una gran cabeza coronada con unos prominentes ojos, que parecía adivinar mis pensamientos, los cuales en ese momento eran de terror. Pero el miedo se disipó en cuanto pude reconocer en esos escudriñadores ojos al generoso Julio Cortázar, quien con amabilidad me invitó a sumergirme en el misterio de ese manantial de extraña luminiscencia. Deslumbrado y a punto de aceptar su invitación, en cuanto mi nariz tocó la fresca agua, el insistente graznido de un cuervo, reflejado en el espejo del manantial, rompió mi arrobamiento y me retornó a la realidad, recordándome que esa noche no podía faltar al evento de clausura del seminario universitario sobre el cuento fantástico.
Según mi reloj biológico, faltaban escasos minutos para el inicio de este importante evento. Por eso, y ante la imposibilidad de llegar a tiempo al auditorio de la Prepa I, me dejé llevar por mi subconsciente y, obedeciéndolo, estiré mi mano
derecha para alcanzar y recoger, del tibio piso, la vieja edición de Final de juego. Pude entonces seguir la lectura del cuento “Axolotl”, la cual concluí casi al unísono del clímax musical de “Stairway to heaven”.
LA GUALDRA NO. 136
Literatura
Antes que ser escritores, debemos ser lectores
[entrevista a Mauricio Moncada León] Por Joel Flores Fotografías de Ernesto Moreno
Conocí a Mauricio Moncada León hace un poco más de 10 años en un taller de narrativa. Éramos jóvenes. Leíamos mucho. Por tanto queríamos ser escritores. Con el tiempo él se mudó a otro taller y nos llegaban noticias suyas como textos publicados en revistas de circulación regional. Incluso supimos que abrió un taller de escritura creativa en un café concurrido de Zacatecas. A finales de 2014, sin embargo, la publicación de su nuevo libro de cuentos Pasos (azar y destino), volvió a emparejar nuestras vidas y, lo que es mejor, la invitación por parte de Pictographia Editorial de presentarla en Zacatecas me llevó a descubrir un libro virtuoso y afortunado, escrito por un narrador que apuesta la escritura por la escritura misma, que cuestiona sus artificios, el canon, lo que la teoría clásica del cuento nos dicta, nos enseña. Un narrador que empieza a construir cimientos de madurez en su oficio y que en su aventura con el género cuento no fabula, sino que deconstruye la fábula, fusiona las armas del ensayo y los artificios la ficción, donde la fantasía o lo fantástico se convierte en correlato de la realidad. Escritor de conceptos, como la belleza y realidad, vertidos en la ficción, en Pasos (azar y destino) Mauricio Moncada nos recuerda que en la literatura, como en la vida, “ninguna idea o acto puede ser el primero, todo tiene que ser repetición”. La historia de un hombre que se pregunta qué escribir si todo está escrito en la literatura y lo que podría escribir no será más que los ecos her-
manos de otros ecos que provienen de un lejano pasado, ese ruido de fondo que hace a la tradición literaria. Un narrador que decide cambiar los destinos de un asesino y su víctima, como si de reescribir un mito urbano se tratara, un estudiante de estética, convertido ahora en profesor que se interna en una relación con una desconocida adoptando los nombres de dos protagonistas de la literatura clásica, Fausto y Margarita, para reflexionar sobre las preguntas que hacen esta disciplina y discurrir sobre las miradas y juicios que la definen, pero también en la idea sugerida de que la realidad tiene más peso que la ficción.
En esta entrevista, realizada a través de Facebook y correo electrónico, Mauricio nos habla, con respuestas inteligentes, sólidas, sobre cómo nació y cuánto tardó en escribir Pasos (azar y destino), qué escritores solía leer mientras lo escribía, la función de los talleres literarios, en qué está trabajando ahora y, sobre todo, nos invita a leer, a ser críticos de su obra. Joel Flores: A finales del 2013 leí tu libro Pasos (azar y destino) y no pude sacarme de la cabeza las virtudes que lo urden. Una de ellas es la mezcla entre el conocimiento de la historia y teoría literaria –desde una mira-
da académica- con el dominio de los mecanismos de la ficción. La trama del primer cuento: un hombre que se pregunta qué escribir, si todo está escrito en la historia de la Literatura, es la aparente metáfora de lo que se leerá en los demás. ¿Crees que para crear literatura uno debe conocerse el canon o cánones o simplemente apelar sólo a la imaginación y la experiencia? Mauricio Moncada León: Debemos partir de una idea básica y fundamental: antes que ser escritores, debemos ser lectores; bajo este supuesto, cada lectura que se realiza se vuelve un referente personal. El acto de leer implica un movimiento más allá de seguir
17 DE FEBRERO DE 2014 tar los textos a los lectores pero para escuchar la percepción de la escritura y el impacto que produce en los demás, y a partir de eso saber si es lo que uno busca y quiere.
JF: Para muchos un libro de cuentos es la recolección de historias que se han escrito durante un tiempo de vida, un iniciar y finalizar historias distintas varias veces, que posiblemente nada tienen que ver entre sí. La novela, en cambio, se trabaja bajo el objetivo de escribir una historia amalgamada por muchas otras. Pero tu libro hay preocupaciones medulares que anillan los cuentos, sobre todo el tema y el estilo. ¿Cuánto tiempo te llevó escribirlo? ¿Lo pensabas así o fue transformándose conforme a la marcha? MML: En un inicio, los cuentos surgieron de manera aislada, no pensé en un libro sino hasta que fueron más de cuatro cuentos en donde noté cierta cercanía en los temas, y a partir de ese momento busqué unidad en los que seguirían. El tiempo que me tomó reunir los cuentos que conforman el libro no sé precisarlo, quizá fueron siete años; la razón de esta imprecisión se debe a otra idea que, podría decir, me atormenta, relacionada con generar distancia con el texto personal, y creo que la única manera de hacerlo es dejarlos en el olvido por un tiempo, para cuando los encuentre y relea me resulten ajenos, y sólo entonces poder corregir, agregar o quitar sin el temor de sentir que mutilo. Si dijera que desde el inicio tuve claridad con el resultado que esperaba, que tuvieran los cuentos una continuidad o unidad, te mentiría, porque en un inicio no me sentí sujeto a la meta del libro; eso se fue dando paulatinamente, una cosa llevó a la otra: escribir un cuento, luego otro y así hasta encontrar similitudes que pudieran emparentarlos. JF: Veo a Stephan Mallarmé y su golpe de dados, incluso ciertos guiños a los juegos con la realidad de Salvador Elizondo, tras bambalinas en tus cuentos, pero me gustaría saber ¿qué escritores han influido en tu formación cómo escritor?, ¿qué voces estaban presentes cuando escribiste Pasos? MML: Ésta es una pregunta que siempre me ha resultado difícil responder, porque, como bien señalas, Mallarmé y Elizondo están presentes, pero no son los únicos. Creo que a toda es-
critura le respalda una infinidad de lecturas y vivencias, me refiero a que no tengo una conciencia de cuáles libros estaban de por medio o cuáles autores, no tenía en mente alguno en específico, tampoco pensé que quería hacer algo similar a tal o cual, simplemente aparecen porque se vuelven parte del escritor, como si un ejército de espíritus chocarreros se disputaran las ideas dentro de mi cabeza. Así que lo mismo podría decirte que estaba Klossowski o cualquier otro, pero siento que estaban todos (quizá no muchos) los autores que he leído. Quizá esta respuesta se deba a una situación simple, pues hay libros que me gustan mucho mientras los leo y termino de leer, pero de pronto llegan otros que también me gustan, y así sucesivamente. JF: A comparación con la poesía, ¿cómo definirías el género cuento, el que buscaste escribir en Pasos (azar y destino)? MML: No sabría cómo clasificar los cuentos de este libro, para mí son cuentos, sin más, porque no sabría decirte si son eróticos o policíacos o cualquier otro género. En lo personal, preferiría que los lectores, y como ya los has leído, también tú, dijeran esa parte. De lo contrario, podrían llegar a la lectura con el prejuicio o la expectativa de encontrar algo que quizá sólo yo pensé en el momento de definir sus características. Aparte, para mí no hay nada más grato que escuchar a las personas comentar y discutir sus puntos de vista en cuanto a lectura, y me sentiría afortunado que mi libro estuviera dentro de una conversación así. JF: Hace casi diez años te conocí en un taller literario, éramos jóvenes, más jóvenes que ahora y quizá nuestros primeros textos lo escribimos taller. ¿Qué opinión tienes sobre ellos? ¿En realidad ayudan a que los aspirantes a escritores encuentren oficio, una voz
y lecturas? MML: Cierto, recuerdo que coincidimos en un taller, pero hace más de diez años; éramos jóvenes y teníamos la necesidad de leer y que nos leyeran, estábamos en la formación inicial de un autor, quiero decir que en ese momento estábamos convencidos de querer serlo. Casi puedo afirmar que por aquel entonces leíamos más que ahora pues estábamos ávidos de conocer voces, historias, formas. Creo que con esto puedo responder tu pregunta: los talleres más que ser formadores de escritores son espacios en donde se comparte el gusto por la lectura y escritura, y en donde todos pueden aprender de los demás (al igual que con los libros). De diez personas que asisten a un taller se aprende más que de un libro por la razón, en concreto, que son diez voces distintas, con diferentes gustos e ideologías, por lo tanto enriquecen con sus comentarios. No podría imaginar que un taller sea nocivo, salvo que no existiera esa pluralidad de voces, es decir, un taller en donde todos escribieran de lo mismo y de la misma manera. Es una situación necesaria, pero no obligatoria, que un aspirante a escritor, como aún me considero, asista a un taller por lo menos una vez en la vida, para enfren-
JF: Por otro lado, ¿sueles leer a escritores de tu generación, a los nacidos en la década de los ochenta? MML: Debo reconocer que no, o no con la conciencia de leer a los escritores de mi generación o de mi región. Te decía hace un momento que en la juventud es cuando más lees, con avidez, con ganas de acabar con el mundo de libros en una sentada, pero cuando pasa el tiempo, cuando te vuelves viejo, comienzas a leer con calma, pausado, y te vuelves selectivo por necesidad, pues el trabajo, dar clases, entre otras cosas, ya no permite leer lo que sea; tienes que comenzar a buscar los textos específicos para fines específicos. Que me gustaría leer a mis compañeros de generación es un hecho, y siempre hay planes que se trazan, metas, proyectos, y uno de ellos, para mí, es leer la colección de libros en donde está editado mi libro, Poéticas contemporáneas. JF: ¿En qué proyecto estás trabajando ahora?, ¿es un libro de cuentos o novela? MML: Tengo una tesis de doctorado pendiente, que debo concluir a la brevedad. En cuanto a la creación, trabajo en un libro de poemas, casi concluido, y digo casi porque falta dejarlo reposar para después corregirlo. También tengo unos cuentos sueltos que aún no sé si lleguen a formar otro libro, y queda pendiente el proyecto de un libro de ensayos. Pero de todo esto, creo que no hay nada inmediato o como plan a corto plazo, me gustaría que tomara su tiempo justo, sin prisas. JF: Por último, ¿cuál es tu soundtrack de trabajo?, ¿qué música escuchabas mientras escribías Pasos (azar y destino)? MML: La música que escucho mientras escribo es muy variada, no tengo alguna en particular que llene mis oídos antes de ponerme a escribir. O lo diré de otro modo, la única manera que conozco para escribir, corregir o trabajar algún texto es con música, que lo mismo puede ser tango, blues, rock setentero, progresivo, metal, jazz, pero eso sí, que me permita aislar el mundo material del mundo escrito.
Literatura
palabras, pues es necesario deleitarse con las historias, con el ritmo que impone la narración; con la melodía poética y sus imágenes sonoras y visuales; con las ideas expuestas y la argumentación; pero, ante todo, no debe ser una lectura estéril, es decir, debe mover ideas, y con ello quiero llegar al punto de afirmar que las lecturas que se hacen están relacionadas de distintas maneras. Considero importante leer las obras en su contexto, y para hacerlo se necesita conocerlo. Entonces, el canon o la ruptura se convierten en puntos de anclaje en el acto de escribir, aunque prefiero pensar en la continuidad, es decir, no hay un canon puro, tampoco una ruptura radical, sino una influencia y selección de motivos o temas que cada autor experimenta dentro de su obra. A esto debe sumarse la imaginación y la experiencia, como señalas en tu pregunta.
LA GUALDRA NO. 136
Por Mateo Estrada Gaviria
Diario de Mateo
Sábado [enero 11 de 2014. Día nublado] Manu Chao dice: “Lo que me hizo tu maldad no tiene nombre, pero ha llegado, sin piedad, el contragolpe… [El Contragolpe, 2008]”. Escuchar esas palabritas me provocó revisar todas las libretas de mi diario. Leí de 2008 a 2010. Las anteriores ya las tiré. Leí tres cuadernos con apuntes personales y de la maestría. Todas están atestadas con tiques de cine, supermercado, restaurantes, autobuses y museos. Conforme avancé la lectura, reviví el horror del amor cuando termina. Envié un mensaje a X: “Tengo ganas de celebrar. ¿Bebemos un par de cervezas? Pero no en el depa. Vamos a Las Quince”. Aceptó. También vino Lety Ramos. Tomamos cerveza y un par de platos con papas chips y cacahuates japoneses. En la plática le dije: Tiré todos los diarios. Respondió: Hiciste bien. Al despedirnos volvió al tema: ¿Tiraste todo? Sí. Monosilábicamente respondí. Antes de bajar de su auto verde, nos abrazamos con afecto… Octubre 25 de 2009: Leí un poema de Lorca. Me emociona [Por un torero. Joselito El Gallo]:
Promoción de la lectura
La comprensión:
un rompecabezas al que siempre se le agregan piezas Por Eduardo Campech Miranda Cuando imparto algún taller de comprensión lectora casi siempre abordo el tema de la red de significados, cómo se construye, se entreteje, cómo se afinan los tejidos. Si hay alguien que me ha enseñado a descubrir y a intuir muchas de las situaciones de lectura, es mi hijo. Él, como conejillo de indias permanente, a través de conversaciones y de su paso por la educación básica, propicia en mí la reflexión. La semana pasada me corroboró la mencionada red, y aportó nuevos elementos para el análisis de la comprensión lectora. Me explico. Leer, de alguna manera, es un diálogo, una conversación con otra persona. Es, por decirlo de algún modo, escucharla sin importar espacio ni tiempo. Alberto Manguel, en el apartado “La última página” de su maravilloso libro Una historia de la lectura, plantea que constantemente leemos. Lee el arquitecto la estructura que levanta, lee el amante el cuerpo de la amada, lee el astrólogo la posición estelar. Así, podemos derivar que cuando escuchamos una canción estamos leyendo. Emiliano, mi hijo de catorce años, hacía su tarea de matemáticas con unos audífonos puestos. Yo volvía en mí después de una pequeña siesta y
“A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Lo más era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde”.
Octubre 26 de 2009: Va más de un mes, viene diario. Hoy me miró. Pero no lo hizo como los hombres, de reojo y rápido. Miró directo. Trae una playera azul con un estampado. La figura es un huevo estrellado. La yema tiene forma de corazón. Un corazón amarillo. Tenis azul; calcetín gris y pantalón de mezclilla azul. No exhibe el elástico de sus calzoncillos. Es de los pocos que traen atril para sostener su libro. Lee y escribe en una libreta. Se queda hasta las dos o tres de la tarde. Se sienta dando espalda a las ventanas. Su mirada, con ojos verdes, cuando no está en el libro o libreta, se dirige a los estantes del 972.
Edvard Munch, Cenizas
lo primero que me dijo fue: “¡Qué bonita canción!”. Pregunté a qué se refería y respondió que a “Cita con los ángeles de Silvio Rodríguez”. Una letra con metáforas e intertextualidades que no resulta del todo sencilla. En un afán de no estropear su goce estético, evité indagar si había comprendido la letra. Pensaba hacerlo días después. No fue necesario porque al día siguiente él solo abordó el tema: - Me he dado cuenta que cuando relaciono imágenes con algo, entiendo mejor. - ¿Cómo es eso? - Sí, mira. Tengo la canción de “Cita con los ángeles” en la computadora y sólo entendía algunas cosas, como que habla de John Lennon e Hiroshima. Pero otras no. Entonces busqué en Youtube el video con imágenes y vi más cosas. Que hablaba de algo en Cuba, y en España. En Cuba alguien iba a caballo, pero no sé quién es. En España mataron a Federico, pero no sé cuál. De la bomba atómica dice que “y el ave negra abre la boca cuando atraviesan Hiroshima”. - ¿Sabes qué quiere decir eso? - Sí, que el avión pasó y tiró las bombas. - Eso es una metáfora.
Seguimos camino a casa y llegando me mostró el video aludido. Aproveché para tratar de rescatar sus conocimientos previos. Le recordé sus clases de Historia: el Oscurantismo, la Edad Media, la Revolución Industrial, la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos. Le referí a conversaciones de mayores donde él estuvo presente: la tertulia donde se habló de José Martí y “La niña de Guatemala”; los talleres a los que me acompañó y se leyó El cartero de Neruda; el andamiaje realizado con “Las nanas de la cebolla” de Miguel Hernández. Rescaté lo que ha presenciado: la película La lengua de las mariposas, el espectáculo Lamento y quejío. De éste último le dije que de los textos leídos, muchos eran de Federico García Lorca. Le pedí que relacionara canciones que escucha: “Violetas para Violeta” (con Joaquín Sabina); “Santiago de Chile” (con Los Bunkers). Finalmente, le referí un libro que leyó hace poco: El mundo de Sofía. No expliqué mucho. Todo lo anterior fue a través de preguntas. La conclusión, a mi juicio, fue fantástica: cómo tuvimos que relacionar lo que escuchamos, vemos, conocemos, con lo que leemos.
17 DE FEBRERO DE 2014
Por Ester Cárdenas Hace muchos, muchos ayeres uno de mis pasatiempos favoritos era leer biografías y autobiografías de cineastas, pintores, escritoras, actrices, científicos, actores, etcétera. Uno de los libros que leí con más fruición fue Mi último suspiro, de Luis Buñuel, a principios de 1984. El primer capítulo lo tituló “Memoria”, en él nos cuenta cómo durante sus últimos diez años de vida su madre perdió poco a poco la memoria. Luego clasifica la desmemoria en: 1. Amnesia anterógrada, que se manifiesta en los nombres propios y los recuerdos más recientes: “¿Dónde he puesto el encendedor que tenía hace cinco minutos? ¿Qué quería yo decir al empezar esta frase?”. 2. Amnesia anterorretrógrada, que afecta los recuerdos de los últimos meses y años: “¿Cómo se llamaba el hotel en el que paré cuando estuve en Madrid en mayo de 1980? ¿Cuál era el título de aquel libro que me interesaba hace seis meses?”. 3. Amnesia retrógrada: “Que puede borrar toda una vida, como le sucedió a mi madre”. Poco después nos comenta que la memoria frágil y vulnerable no está amenazada sólo por el olvido, sino también por los falsos recuerdos que van invadiéndola día tras día y ejemplifica así: “Durante mucho tiempo, conté a mis amigos la boda de Paul Nizan, brillante intelectual marxista de los años treinta. Cada vez me parecía estar viendo la iglesia de SaintGermain-des-Prés, la concurrencia, entre la que me encontraba yo, el altar, el cura, Jean-Paul Sartre, testigo del novio. Un día, el año pasado, me dije de pronto; ¡Imposible! Paul Nizan, marxista convencido y su mujer, hija de una familia de agnósticos, nunca se hubieran casado por la iglesia. Totalmente inimaginable.
Entonces, ¿había yo transformado un recuerdo? ¿Se trataba de un recuerdo inventado? ¿De una confusión? ¿Puse un marco familiar de iglesia a una escena que alguien me describió? Todavía no lo sé”. Y concluye reflexionando sobre la manera en que la memoria es invadida constantemente por la imaginación y el ensueño y que finalmente se termina por hacer una verdad de una mentira. Hace dos semanas, vi la entrega de los Globos de Oro, premio que otorgan los críticos extranjeros a lo mejor de la cinematografía y la televisión de EUA. El Globo de Oro en reconocimiento a su brillante trayectoria fue para Woody Allen. Diane Keaton (su compañera a principios de los setentas) lo recibió en su nombre. El discurso fue espléndido, sentido y muy afectuoso. Al día siguiente lo busqué por internet y me encontré con la novedad de que en el 2011 se había publicado la autobiografía de Diane Keaton: Ahora y siempre. Rápidamente busqué el formato digital e inmediatamente inicié la lectura. Ella escribe este libro, cuando a raíz de la muerte de su madre (quien vivió sus últimos quince años con la enfermedad de Alzheimer) encuentra sus diarios y nos ofrece una doble lectura: por un lado los diarios y por otro sus memorias, en las que nos cuenta su vida familiar, su trayectoria profesional, sus tres relaciones amorosas con Woody Allen, Warren Beatty y Al Pacino (en diferentes momentos de su vida) y cómo a los cincuenta años decide adoptar a su primera hija Dexter y cinco años después a Duke. Es un bellísimo homenaje a su madre y una reflexión sensible e inteligente sobre
El picaporte Por Simitrio Quezada Aprendemos aun el aún… Aunque algunos los pronuncian igual, marcando el acento en la “u”, lo cierto es que “aun” y “aún” no son lo mismo. El primero es conjunción; el segundo, adverbio temporal. El primero tiene una sílaba, debido al diptongo (vocal fuerte “a”, vocal débil “u”). El segundo, en cambio, tiene una tilde que nos deja dos sílabas. El primero significa “incluso”, “hasta”, “siquiera”. Ejemplos: En tu casa, aun tu mamá me quiere. Me gusta el café, aun frío. No lo trajo bañado, acicalado ni aun peinado. El segundo, aún, significa “todavía”. Aún espero que me traigas tu tarea. Quiero saber si aún me amas. De este modo, así aprendemos aun el aún… y el aun. * Envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com
la vida y la muerte. Hay otras autobiografías que me han conmovido, pero justo estas dos que les menciono unen
el pasado y el presente al llevarme a reflexionar sobre la memoria y la desmemoria…
LA GUALDRA NO. 136
La proyección de las películas se realiza de manera gratuita con fines culturales y educativos. Excepto estrenos: LOS COLORES DEL DESTINO: UPSTREAM COLOR y LA VIDA DE ADELE. ¡Todo febrero celebramos el 5º Aniversario de la Cineteca Zacatecas! ¡Una Cineteca Joven y Pública!
PROGRAMA FEBRERO 2014 Lunes 17, 16:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 LA IMAGEN AUSENTE (Dictator’s Cut) Dir. Rithy Panh Francia-Camboya/ 2013/ 86 min. Lunes 17, 18:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 BERING. EQUILIBRIO Y RESISTENCIA (Pulsos) México/ 2013/ 85 min. Dir. Lourdes Grobet Función con invitado Lunes 17, 20:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 EL REENCUENTRO (Reflector) Dir. Anna Odell Suecia/ 2013/ 89 min. Martes 18,16:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 ÉXTASIS EN LO COTIDIANO (Injerto) Varios directores Duración total: 90 min. SOLO CON LA LUNA. Dir. Peter Burr. EUA/ 2012/ 14 min. LA LUZ DE PIE-CANDELA. Mary Elena Clark. EUA/ 2011/ 9min. ANIMALES QUE SE MUEVEN A RITMO DE LOS TAMBORES. Dir. Jonathan Schwartz. EUA/ 2013/ 8 min. ARTE DEL EXTREMO PROFUNDO NO. 1 Dir. Iván Ladislav. Croacia/ 2012/ 21 min. EL CUARTO LLAMADO CIELO Dir. Laida Lertxundi. EUA-España/ 2012/ 11 min. BELÉN Dir. Peggy Ahwesh, EUA/ 2009/ 9min. EN AUSENCIA DE LUZ, LA OSCURIDAD PREVALECE Dir. Fern Silva. Brasil-EUA/2010/ 14 min. LA CINTA DE PAZ Dir. Jacob Ciocci. EUA/ 2009/ 4 min. Martes 18, 18:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 PUSSY RIOT. UNA PLEGARIA PUNK (Dictator’s Cut) Dir. Mike Lerner, Maxim Pozdorovkin Rusia-Reino Unido/ 2013/ 89 min.
Jueves 20, 16:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 H2OMX / MESA DE REFLEXIÓN: LA CRISIS DEL AGUA EN MÉXICO (Ambulante reflexiones/Pulsos) Dir. José Cohen en colaboración con Lorenzo Hagerman México/ 2013/ 80 min. Jueves 20, 19:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 PROGRAMA 2. PERTENENCIAS (Ambulante Más allá) NICO Equipo: Arturo Agüeros, Abimelec Arcos, Francisca López, Isaías Oliveros, Oscar Hernández, Nicolás Arcos. México/ 2014/ 15 min. EL VALOR DE LA TIERRA Equipo: Adriana Otero, Nefertari Chalé, Ariadna Hernández, Julio Hernández México/ 2014/ 21 min. VIVIR DE LA MADERA. Equipo: Miguel Dzib, Jorge Chan, Gabriela Tzec, Juan Cervera, Anyelo Sonda, Wilen Chay, Nefertari Chalé México/ 2014/ 19 min. Viernes 21, 18:00 Hrs. Entrada libre. Ciclo-homenaje Alfonso Cuarón PARÍS, TE AMO Dir. Olivier Assayas, Frédéric Auburtin, Gérard Depardieu, Gurinder Chadha, Sylvain Chomet, Joel Coen, Ethan Coen, Isabel Coixet, Wes Craven, Alfonso Cuarón, Christopher Doyle, Richard LaGravenese, Vincenzo Natali, Alexander Payne, Bruno Podalydès, Walter Salles, Daniela Thomas, Oliver Schmitz, Nobuhiro Suwa, Tom Tykwer, Gus Van Sant Francia/ 2006/ 119 min. Viernes 21, 20:00 Hrs. Entrada libre Amor de cine NEW YORK, TE AMO Dir. Fatih Akin, Yvan Attal, Randall Balsmeyer, Allen Hughes, Shunji Iwai, Jiang Wen, Shekhar Kapur, Joshua Marston, Mira Nair, Natalie Portman, Brett Ratner. EUA/ 2009/ 110 min. Sábado 22, 18:00 Hrs. Entrada libre Película invitada TO THE WONDER Dir. Terrence Malick EUA/ 2012/ 112 min.
Miércoles 19, 16:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 MUSCLE SHOALS: LA CUNA DEL ROCK (Sonidero) Dir. Greg “Freddy” Camalier EUA/ 2012/ 111 min.
Sábado 22, 20:00 Hrs. Entrada libre Película invitada HELI Dir. Amat Escalante México/ 2013/ 105 min.
Miércoles 19, 18:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE, GIRA DE DOCUMENTALES 2014 CAFÉ (Pulsos) Dir. Hatuey Viveros México/ 2014/ 81 min.
Domingo 23, 12:00 Hrs. Entrada libre Ciclo-homenaje Alfonso Cuarón HARRY POTTER Y EL PRISIONERO DE AZKABAN Dir. Alfonso Cuarón Reino Unido/ 2004/ 142 min.
Miércoles 19, 19:30 Hrs. Entrada libre NARCO CULTURA Dir. Saúl Schwartz EUA/ 2013/ 102 min.
Domingo 23, 18:00 Hrs. Entrada libre AMBULANTE PRESENTA DIARIO A TRES VOCES México/ 2012/ 63 min. Dir. Otilia Portillo Padua
AGENDA CULTURAL FEBRERO 2014 VIERNES y SÁBADOS 20:00 horas Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral SÁBADO 22 18:00 horas Danza, Música y Teatro Sábados en la Cultura Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza Coordina: Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” Casa Municipal de Cultura de Zacatecas SÁBADOS 22 20:00 horas Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín DOMINGO 23 18:00 horas Tradicional Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas MIÉRCOLES 19 y 26 18:00 horas Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas JUEVES 20 y 27 19:00 horas Tradicional Concierto Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia
VIERNES 21 y 28 18:00 horas Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Mercado “J. Jesús González Ortega” Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas SÁBADO 22 Temporada de Conciertos 2014 Orquesta de Cámara del Estado Director Artístico: Arturo García Cuellar Auditorio del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” Entrada libre / 19.00 horas MUSEOS Y GALERÍAS MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Gustavo Pérez obra reciente Sala de Exposiciones Temporales I Permanencia: 17 de marzo Mecanismos de luz y pequeñas ficciones Obra reciente de Alfonso López Monreal Sala de Exposiciones Temporales II Permanencia: 17 de marzo Visitas guiadas Grupos escolares Lunes, miércoles, jueves y viernes de 10:00 a 12:00 horas, previa cita 924 37 05 Visitas guiadas para familias. Domingos de 10:00 a 13:00 horas, previa cita 924 37 05, según disponibilidad, entrada gratuita para los zacatecanos. MUSEO FRANCISCO GOITIA Ruta Gaudí Obra de Rito Sampedro Permanencia: 6 de abril
17 DE FEBRERO DE 2014
Pinhole 3
[Fototeca de Zacatecas]
Arte
Flaviano Chávez. De la serie: memorias de silencio, cámara estenopeica.
Antonio Galindo. “Tomando tiempo”, cámara
Jorge Camarillo. Cianotipia con cámara estenopeica.
estenopeica.
La exposición colectiva Pinhole 3, de los fotógrafos Antonio Galindo, Flaviano Chávez y Jorge Camarillo, se inauguró el viernes 14 de febrero en la Fototeca de Zacatecas. Imágenes de arquitectura, paisajes, retratos, naturaleza y monumentos funerarios, tomadas con cámara estenopeica, destacan en la propuesta de tres creadores de gran reconocimiento en el país. La exposición colectiva Pinhole 3, comprende tres visiones de los fotógrafos más reconocidos en el ámbito de la cámara estenopeica, quienes compartieron con el público las cualidades de este tipo de foto y sus posibilidades, en una plática previa una hora antes de la inauguración. La cámara estenopeica, generalmente una caja de cartón, metal o madera, de formato pequeño, y en lugar de lente, para dar acceso a luz,
sólo incluye un orificio hecho con un alfiler, produce imágenes con una gran claridad en primeros y segundos planos, aunque algunas veces distorsiona los planos demasiado próximos, es utilizada desde comienzos del surgimiento de la fotografía, hacia el segundo cuarto del siglo XIX, para explorar y registrar la realidad. Las series fotográficas de los expositores resaltan la arquitectura, el paisaje y la naturaleza en color, en el caso de Antonio Galindo; mientras que Flaviano Chávez se concentra en los espacios y rituales en relación a la muerte. Tumbas, monumentos funerarios y catrinas son magnificados para provocar en el observador una reflexión sobre ese proceso individual inevitable, que las imágenes, en blanco y negro, incrementa. Por otro lado, Jorge Camarillo escoge la cianotipia, proceso que produce una coloración
azul en las imágenes, para registrar fragmentos de arquitectura colonial, paisajes y naturaleza, desde una perspectiva muy especial, que hace replantear la realidad cotidiana. Antonio Galindo (Silao, Guanajuato, 1959), realizó investigaciones en el área de fotografía del Instituto de Artes Plásticas en Xalapa, Veracruz; fundó el taller de Fotografía Artesanal en la Universidad de Guanajuato; cuenta con 7 exposiciones individuales y numerosas colectivas realizadas en el país; actualmente es coordinador del encuentro nacional de cámara estenopeica en Guanajuato. Flaviano Chávez (Silao, Guanajuato, 1962), estudió fotografía en la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guanajuato; cuenta con 3 exposiciones individuales y varias colectivas en el país; ha impartido varias conferencias sobre
la conservación de la fotografía en varios estados y municipios; actualmente es coordinador de la Fototeca Romualdo García del Museo Alhóndiga de Granaditas, Guanajuato, Guanajuato. Jorge Camarillo, es profesor en la Universidad de las Artes del Instituto Cultural de Aguascalientes, tiene 5 exposiciones individuales y varias colectivas realizadas en el país; ha impartido numerosos talleres y cursos sobre procesos antiguos en Aguascalientes y otros estados, su trabajo ha sido publicado en varios periódicos y revistas de circulación nacional. Pinhole 3, se exhibe hasta el 23 de marzo de 2014, en horarios de 10:30 a 17:00, de martes a domingos en la galería de la Fototeca. Fernando Villalpando 406, Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas, tel. 92 4 20 15.
Diccionario REM (de la real acepción maliciosa) Parte I Por Eduardo Santiago Rocha Orozco* Adoptar, en algunas sociedades civilizadas (como Estados Unidos) es una práctica donde una familia, no contenta con tener perros o gatos, decide abrir las puertas de su casa a un pequeño niño sin hogar. Algo curioso es que siempre hay gran variedad racial para escoger y al igual que con los animales, los ricos tienen una predilección especial hacia las razas exóticas. Cínico, es un adjetivo curioso en la lengua española, de manera tradicional se refiere a un ser desvergonzado pero con el tiempo también se le ha sumado la acepción anglosajona de cynic que se refiere a alguien escéptico o pesimista. El adjetivo encuentra su origen en una escuela filosófica griega fundada por Antístenes donde se practicaba una vida austera al buscarse la autosuficiencia espiritual y
material. Sus exponentes más grandes desdeñaban la gloria y vivían como indigentes. Uno de los cínicos más célebres es Diógenes de Sinope, cuenta una de tantas leyendas que un día Diógenes fue capturado para ser vendido como esclavo. Los captores preguntaron qué sabía hacer y él contestó: “Mandar, comprueba si alguien quiere comprar un amo”. Como conclusión, cabe destacar que la finalidad transgresora de este estilo de vida se ha estigmatizado como una actitud nociva tanto para los hispanos como para los anglos y en sus definiciones se proyecta el modo en que socialmente se lidian con tales actitudes; mientras que a los primeros una muestra de cinismo produce vergüenza ajena, para los segundos es una actitud reprobable que desluce sus ideales progresistas.
Deseo, la energía vital con la que se consigue justificar la imprecisa definición de lo esencial. Dios, ser inmaterial y abstracto al que el ser humano se encomienda para conseguir satisfacer sus necesidades materiales y espirituales como la felicidad, el porvenir y la integridad física. Dinero, véase dios. Homicidio, en nuestro país y en nuestros tiempos, es un acto de altruismo involuntario. Sínico, este adjetivo no debe confundirse con su homófono “cínico”, pues sínico es una palabra que sirve para denominar a los asiáticos. Algo curioso es que para el típico norteamericano chovinista un sínico y un cínico resultan ser sus enemigos naturales.
* Estudiante de la carrera de Letras en la UAZ. Por un tiempo formó parte del Taller de Narrativa del plantel II. Ha publicado en “Barca de palabras” y “Abrapalabra”; también ha publicado algunos textos (cuentos y ensayos) en el suplemento cultural virtual “Tachas” de eslocotiano.com.
924-12-40
LA GUALDRA NO. 136 / 17 DE FEBRERO DE 2014
Juan
Por Pilar Alba
Río de palabras
Juan tira piedras: chiquitas, medianas y grandotas. Cuando sale de su casa va recogiendo piedras llenando con ellas las bolsas del pantalón, de su chamarra; las guarda también en la mochila que usa cuando le toca ir a la escuela. Por la tarde se sube a la azotea y avienta las piedras al aire. No le gusta tanto ver su vuelo o las curvas que forman mientras cortan el aire, como el sonido que hacen cuando caen, cuando caen chocando contra el pavimento, cuando golpean los coches y hacen que empiece el estruendo de las alarmas delatoras. También le gusta cuando las piedras le pegan a la gente que va pa-
sando, cuando causan daño en la piel y sangra, cuando la gente llora o contiene las lágrimas buscando el punto de donde provino el ataque. Pocas veces lo han cachado, pocas veces la gente llena de furia ha ido a tocar la puerta de su casa sin encontrar respuesta, Juan está ahí solo, escondido detrás del tinaco, para que nadie lo vea. En la casa no se encuentra nadie, su madre llega a dormir muy de madrugada y sale al otro día muy temprano, a trabajar: “trabajar cómo burro”, así dice ella. Por eso Juan está solo, por eso recoge las piedras, para aventar junto con ellas todo el odio… esa rabia que a veces lo llena.
Poema en vano, -sin embargoPor Roberto Galaviz Prometí quemar tu nombre y desaparecer toda evidencia nuestra, borrar cada huella de los lugares donde estuvimos prometí devolverte gramo a gramo, el eco de tu voz
Amedeo Modigliani, Cariátide en pie
Será por eso Por Alberto Huerta Será por eso que te he estado soñando. Toda la semana te estuve sueña que sueña. Aunque fuera un sueño, me daba tanta vergüenza que me vieras así, tan jodido, pero ya ves que nunca se me dio lo de ser chambeador. Más bien siempre fui baquetón. Ya ni modo. Me gustaba andar de feria en feria. En el relajo. Detrás de la música. Así, nomás, de puro gusto, porque ni para gritón vendiendo cobijas tuve gracia. Lo que siempre me gustó era andar de un lado para el otro, para arriba y para abajo, conociendo lugares y gentes. Escuchando música. Así se me fue la vida. ¿Por eso te estuve soñando? ¿Fue por eso? Te miraba tan triste. No me hablabas. No recuerdo que me hablaras. Sólo te me quedabas mirando con tantísima tristeza. Yo sé que te daba vergüenza verme así, tan de al tiro. Ya ni modo. Cuando le da a uno por andar de pata de perro no hay fijón. Un día aquí, y otro allá. Y vieras que pasan rápido los años. Y se va uno volviendo desmemoriado. ¿Recuerdos de qué? Se empieza a ser menos exigente. Mejor dicho… ¿Qué digo? Nada de exigen-
Para Itzi cias. ¿Qué la comida está fría? No importa. ¿Insípida? ¿Aguada? ¡Va para adentro! Un día se duerme en un portal y al otro debajo de un puente, o en un zaguán sin más cobijas que un periódico. Lo vi venir como una sombra blanca. ¿Eso es lo que querías prevenirme? Las sombras no hacen ruido. En un de repente ya estaba ya estaba sobre de mí. No lo sentí llegar. ¿Fue por eso que te estuve sueñe y sueñe? En la mano le brilló una aguja de tejer con reflejos de plata. Sentí un golpazo en el pecho y ya la sombra no estaba. Como llegó, así mismo se fue. Yo me quedé con el golpazo doliéndome en el pecho, sentado en el piso, recargado en los barrotes de la verja. Y de pronto sentí mucho frío, a pesar de los calorones de mayo, y mucho asco. Y fue cuando te vi. Estabas parada enfrente de mí, mirándome con tus ojos bien tristes, con tu pelo entre cano alborotado. Yo me estaba buscando adentro, acá, en los entresijos… Algo se había roto… Mi boca se llenó de saliva amarga… ¿Por qué trae el vestido sucio, lleno de tierra, tan gastado? ¿Jefa? ¿Jefita?
prometí dejar caer como ceniza tu risa, el ruido que hacías cuando tu cuerpo y el mío no eran cuerpos, sino -un cuerpoprometí sustituir pronto con urgencia y hasta con coraje las palabras que te dije -inclusolas que a punto estaba de inventarte por otras que me llevaran a tu olvido, al desconocimiento perfecto de la geografía de tus besos prometí querer no escuchar nunca más la forma que tenías de decir: bésame , dejar de alumbrar mis noches con la luz de tus ojos cuando la luz del mundo se apagaba prometí en vano dejar de contar nuestra historia: por ti sería capaz de dejarlo todo -incluyéndonospero no hoy, discúlpame quizá ni siquiera mañana.