La Gualdra No 32, lunes 9 de enero de 2012

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SUPLEMENTO CULTURAL

No. 32 - 9 DE ENERO DE 2012 - AÑO 1

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Gustavo Pérez, nació en la Ciudad de México en el año de 1950. Es considerado uno de los máximos exponentes de la cerámica contemporánea mexicana. Actualmente y por primera vez exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, porcelana y barro negro -la exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, se exhibirá hasta el 19 de febrero-. La semana pasada estuvo en Zacatecas impartiendo un curso organizado por el Núcleo Issstezac de Cultura y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde.


A José Ángel Noriega López (1968-2012) I. Gustavo Pérez, nació en la Ciudad de México en el año de 1950. Incursionó en la cerámica en 1971 tras haber cursado estudios en filosofía, matemáticas e ingeniería en la UNAM. Durante dos años fue alumno en la Escuela de Diseño y Artesanías, en la que tuvo como maestros a Enrique Rangel, Felipe Bárcenas y Martín Lima. De 1973 a 1974 fue maestro en el mismo taller de la EDA. Al año siguiente y hasta 1979 vivió y trabajó en Querétaro donde construyó su primer horno. En 1980 obtuvo una beca por dos años para estudiar en la Sint Joost Akademie, en Breda, Holanda. De 1982 a 1983 trabajó como invitado de la Sint Paulus Abdij en Oosterhout, Noord Brabant. Tras regresar a México –en 1984- instaló el Taller El Tomate, en el rancho Dos y Dos, cerca de Xalapa, en el que trabajó hasta mayo de 1992. A partir de junio de ese año lo hace en su taller de Zoncuantla, en Coatepec, Ver. En 1997 trabajó como artista residente en el Instituto de Estudios Cerámicos de Shigaraki, Japón. Ha sido invitado en varias ocasiones para dar cursos y dirigir talleres en Alemania, Francia y España. Desde 1992 es miembro de la Academia Internacional de Cerámica. Es considerado uno de los máximos exponentes de la cerámica contemporánea mexicana. Actualmente y por primera vez exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, porcelana y barro negro -la exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, se exhibirá hasta el 19 de febrero-. La semana pasada estuvo en Zacatecas impartiendo un curso organizado por el Núcleo Issstezac de Cultura y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde. Por este medio felicitamos a quienes mediante la gestión adecuada lograron traer a Zacatecas a este magnífico artista de la cerámica, cuya entrevista aparece en páginas centrales. II. Cuando hablamos de teatro, generalmente pensamos en actores, dramaturgos, directores... pocas veces pensamos en las personas que hacen

técnicamente posible que las representaciones escénicas se lleven a cabo; me refiero a los técnicos que trabajan de manera casi anónima en el escenario. Son ellos quienes se encargan de todas aquellas labores indispensables para que los telones bajen y suban, los encargados de que las luces funcionen adecuadamente, los que trabajan en las tramoyas, los que arman las escenografías, los que están al pendiente siempre de que las disposiciones de directores y productores se cumplan. Sin los técnicos del teatro, éste simplemente no funciona. Los técnicos son seres humanos -como usted y como yo- que trabajan todos los días realizando una función sumamente importante y que sin embargo pasa casi siempre desapercibida; he de decir que ellos viven prácticamente en ese espacio donde los espectadores hemos disfrutado un sinnúmero de espectáculos. El viernes pasado, a la edad de 43 años, falleció José Ángel Noriega López, Pepe, técnico del Teatro Fernando Calderón de Zacatecas durante muchos años. La muerte, nunca esperada, llegó hace apenas unos días y se lo llevó a mejor puerto. Tuve la fortuna de conocerlo y de trabajar a su lado durante los años en que colaboré en la organización del Festival de Verano del Teatro Calderón. Pepe era una persona noble, sencilla, trabajadora, que amaba sobre todas las cosas a su familia. Su generosidad nos alcanzó a todos los que le conocimos: siempre servicial y amable, tenía siempre una sonrisa en los labios y trabajaba sin parar para que las cosas salieran a la perfección. Lo despedimos el sábado pasado su familia, sus vecinos, sus amigos del teatro, sus amigos de la Cofradía de San Juan Bautista –con quienes participaba año con año en las Morismas de Bracho-. Me quedo con la imagen alegre de quien vi por última vez en diciembre, y con la frase que solía decir cada vez que algo se dificultaba “Nunca diga que no se puede”. Descansa en paz, querido Pepe. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Profanaciones Dos versiones del infierno y el diablo humano (II) por Gabriel Luévano

La célula que explota por Nelson Guzmán

A propósito de Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio por Francisco Ingelberts Para la Libertad por Ronaldo Monreal

Gustavo Pérez La pasión por el barro por Jánea Estrada Lazarín

Rawls y las visitas papales por Manuel García Garduño

Leer como propósito de Año Nuevo por Eduardo Campech Miranda Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria

David Lynch, Felices 66… por Marco Casillas Castillo de sal si puedes por Andrea Sampedro

En edad de merecer por Pilar Alba

Poema épico escrito entre el 1124 a.C y 2012 d.C por Roberto Galaviz

Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

3 4 5 6 7 8 9 11 12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Profanaciones Dos versiones del infierno y el diablo humano (I) Por Gabriel Luévano Gurrola

Francisco de Goya , El gran Cabrón

Terminemos con el diablo, dejémoslo descansar cuanto antes: La impresión que sentimos al leer El paraíso perdido, no deja de asombrarnos por la profundidad con la que describe las emociones del causante de la aparente desgracia humana, que se presenta como un ser capaz de sentir las estribaciones del corazón, aunque se pretenda que no tiene. En él recae el fantasma brutal de la esperanza lo mismo que una cortina de plomo y difícil es, permanecer incólume cuando se propone frente a sus seguidores, viajar más allá del caos y recuperar el honor mancillado, aunque llega a dudar de su empresa y a sentir miedo. Posteriormente, habiendo engañado al arcángel Uriel, ya en los parajes del paraíso se desgañita furiosamente y se vuelve, en ese mismo momento, un crítico de su desgracia: Maldito seas tú mismo, ya que por tu voluntad, contraria a la de Dios, has elegido libremente aquello de que hoy te arrepientes con tan justo motivo ¡Ay de mí miserable! ¿Por qué camino podré huir de la cólera infinita y de la infinita desesperación? Por cualquiera que lo intente, iré a parar al infierno.1 1

En realidad, Lucifer encarna la imagen del líder que ahora en épocas de parafernalia chovinista, parece más una estatua burlada por la inmovilidad de su pueblo. Pues algo es del todo visible: en ningún momento se queda quieto. La condición endiabladamente movible que lo lleva a la autoinmolación resulta quizá, la característica más sobresaliente de su carácter. El demonio imaginado por Dante, se encuentra sumido hasta el vientre en el congelado río Cocito, imposibilitado de no sentir más que odio mientras que el demonio de Milton, humanizado, tiene la libertad de temer y organizar, movido por la compasión a sus compañeros, una segunda arremetida contra el cielo. En el discurso para persuadir a los demonios, exclama: El espíritu lleva en sí mismo su propia morada y puede en sí mismo hacer un cielo del infierno o un infierno del cielo.

Argumentos como los anteriores, nos hacen pensar en Lucifer no únicamente como el primer defensor del individualismo, sino como el primer

Milton John, El paraíso perdido. Editorial Porrúa. Novena edición, 2001, p.69.

existencialista. Mucho antes de Sartre y Camus, planteo en sí mismo el sentimiento de extranjería que mueve al alma, en todas sus facetas, a la atrabilis misma de la vida. Superando la generosidad maquillada Dios, el sufrimiento y el rencor que lo embriagan hacen de él una sombra que gustamos colocar como pretexto para vernos en todo esplendor sin avergonzarnos. Porque al revelar el poema, los vericuetos crípticos de su carácter, se nos aparece, todo al mismo tiempo, la proyección de cada una de las etapas vitales del ser humano: El niño berrinchudo, el adolescente mohíno, el amante desterrado, el padre proceloso y el anciano que rumia hasta el hartazgo sus rencores al filo de la obsolescencia. Aunque gustemos de arrancarle la piel y tronarlo en la imagen de Judas cada domingo de resurrección, en realidad necesitamos de su mal entendida bondad. Estrambótica, ilógica, brutal en algunos casos, pero bondad al fin. Gracias a ella podemos pecar a nuestro gusto, levantarle la falda a la perversión y correr para escondernos detrás de su cornamenta.

El diablo y yo nos entendemos, como dos viejos amigos. a veces se hace mi sombra, va a todas partes conmigo (…) y tiene una ternura como un membrillo y se siente solo el pobrecito. Jaime Sabines

Visto de esta manera. No hay por qué tenerle miedo al diablo. Si es como un becerrito que quiere aparentar fortaleza. Puede que, detrás de los matorrales, sólo quería esconderse de aquella turba de fieles, que si lo vieran, ya lo hubieran ofrecido en sacrificio, en una hoguera, a la virgen de Guadalupe. La ubicuidad de su presencia nace de la búsqueda constante por su paraíso. Díganle eso al niño que fui, si lo hayan un día, yo ya perdí contacto con él. Dicen que mi bisabuela, a sus casi cien años, de vez en cuando se acuerda de mí y me manda su bendición. Tal vez este diciembre vaya a verla y si pregunta por la inusitada visita le diga. “Aquí estoy, vine a verla a usted. A usted, y a un viejo camarada”.


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La célula que explota Por Nelson Guzmán R. A menudo, cuando observo mis manos o dirijo la mirada al espejo me pregunto por los muertos anónimos que perpetúan desde siglos sus gestos en mi rostro, ¿qué secreto lenguaje transmiten nuestra sonrisa, la tristeza de la mirada, las líneas de nuestra edad o el dibujo de nuestro bostezo? Salvo las mutaciones generalmente insignificantes que cada uno posee, nada en realidad nos pertenece que no haya estado en otros, pues en cada célula minúscula que nos compone subsisten huellas de aquéllos que hemos sido. Cada viviente es un fósil donde habitan las edades que le han permitido nacer y respirar. Lo anterior no es una metáfora; constituye la forma misma de la vida, que sólo se manifiesta como individuo si hacemos abstracción del nacimiento y de la muerte que le son inherentes. Cada ser vivo es sólo el episodio actual del caudal de vida que por él corre, una efímera llama de un fuego que le sobrevive. Lo que me distingue del resto de los mortales se reduce a la confluencia de las miríadas de rostros de los que desciendo. Estar vivo es por ello encontrarse sumergido en la contradicción y una de las pugnas que definen nuestra naturaleza paradójica -nuestra dignidad de anomalía- se da entre lo que nos define como individuos y lo que pertenece al movimiento general de la vida inscrito en cada uno de nosotros. Cada ser es una agonía perpetuándose como un manantial perenne. De esta contradicción deriva que todo lo que vive sufre y entre más se sufre más se está vivo. Y es que toda presencia en el universo es más enfática en la medida en que luchamos por afirmar nuestra pobre individualidad. La imagen de los animales carroñeros disputando su trofeo putrefacto equivale la de los hombres frenéticos de honor, fama o prestigio. Búsqueda siempre infructuosa puesto que la ruina es el desenlace común de todo lo que respira. Extenuarse en la existencia afirmando una individualidad destinada al fracaso no sólo es un continuo dar golpes al aire debido a las vicisitudes de la muerte; en el fondo, el hecho de ser simultáneamente los otros y sí mismo es lo que resueltamente condena a

Andrógino

toda empresa fincada en el individuo al fracaso más profundo. Todo aquél que quiere hacer de sí mismo el centro del universo emprende una guerra necesaria contra sí mismo, pues él es también lo otro con quien lucha. Triunfador o vencido, algo debe morir en el hombre para alcanzar su gloria y ruina. La lucha interior se observa principalmente en la naturaleza del amor. Arthur Schopenhauer observaba en su Metafísica del amor sexual cómo a todos los sentimientos ligados a él, todos los motivos que inspiran en los hombres las cumbres más elevadas y sublimes de sus emociones, no subyace sino el deseo inscrito por el genio de la especie para perpetuarse. El amor, lejos de tener como objeto la satisfacción del individuo que se em-

briaga en él, sostiene el hilo que un instinto general mueve sin preocuparse demasiado por el destino de quien se halla sometido a sus caprichos. Poseso de un instinto que llega incluso a aniquilarlo, el enamorado olvida todo lo que le concierne, ya que en él hablan aquellos muertos de quienes desciende y también los que le sucederán. El amor nos liga a la trama de la vida donde se tejen los otros como fantasmas que habitan las fibras de nuestra carne. Por eso inevitablemente el desenlace de los sentimientos que dirigimos hacia otro conduce siempre a la desdicha; por eso también lo encontramos con frecuencia próximo a la muerte. Pues a menos que, erosionado por la frecuencia, el amor termine agotándose en una cómoda compañía

amistosa, no es, no puede serlo, el universo idílico que ilusiona a sus cautivos. Y es que la contradicción del amor y de la muerte es inseparable de su íntima unión. Vínculo que encontramos ya en las formas de vida más primitivas que de cierto modo palpitan aún en nosotros: jamás podríamos entender nuestras emociones si no nos interrogamos por lo que hay aún de bacteria y protozoario en nuestra alma. Los seres vivos limitados a la complejidad de la célula se perpetúan sin que en ellos medie la unión con otro. Incrementando su tamaño hasta el límite que les permite ser un solo individuo la bacteria acaba por escindirse y dar nacimiento a dos seres que antes no eran tales. La célula muere sin dejar de sí otro rastro que las células que de ella descienden. Su reproducción compromete su propia vida que sólo se perpetúa si se escinde y muere. Mucho más enigmática es la existencia de seres que para propagar sus tribulaciones necesitan la unión con otro. Incompletos por naturaleza, su mayor precariedad radica en que mientras viven están ya muertos y escindidos. El amor es por ello ese monstruo mitológico que Aristófanes imaginaba en el Banquete que Platón recordaba. Híbrido cuyo poder y soberbia ofendía a los dioses que nos destinaron a ser animales mutilados y al que sólo el amor completa. Pero es probable que aún en la gloriosa unión de la alcoba, subsista el sentimiento de la ameba y la bacteria, ese momento específico en que al aproximarse a la creación de la vida otro tanto muere en quien la crea. Unión y escisión simultáneas, pues a diferencia de ellos, la escisión tiene como condición el abrazo de los cuerpos, que nos ciñe ineludiblemente a la fragilidad de su efímera posesión. Y como el amor y la muerte son en su esencia primitiva el mismo acto, no es casual que la soledad, lo mismo que la compañía, sean solidarios de nuestra irremediable desaparición. Por eso sólo la gracia de la mujer amada puede dar a la vida los colores que sin embargo el tiempo cubre de luto como la unidad de una célula que explota.


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A propósito de Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio Por Francisco Ingelberts* Cuando niño tuve la buena fortuna de adentrarme en la lectura de una de las tres escuelas del cómic más importantes a nivel mundial, la de la historieta franco-belga (las otras son la norteamericana y la japonesa). Cada que viajaba a visitar a mis abuelos en Aarschot, pueblo cercano a Lovaina, aprovechaba para leer –incluso antes de saber leer– a Ásterix, Lucky Luke, Los Pitufos, Suske en Wiske y, mi favorito: Las aventuras de Tintín -historieta que marcó mi infancia-, escrita por el belga Georges Remi, mejor conocido como Hergé. Un amigo de mi padre nos regaló a mi hermana y a mí la colección completa (de 24 tomos escritos hasta la muerte del autor) y desde ese momento no he parado de dar lectura a todas sus aventuras una y otra vez. El único problema es que han sido muy pocas las personas con las que he podido conversar acerca de Tintín; mis amigos lo desconocían, ellos leían los cómics de Marvel y DC o mangas nipones. Incluso cuando el canal Cartoon Network programó la serie animada fueron pocos los que la veían;

y hace unos días que acudí, aquí en Zacatecas, al estreno de Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio, dirigida por Steven Spielberg, la sala estaba casi vacía, y es que, aparentemente, a Tintín no se le lee en México. Pero quién es ese tal Tintín, quizás se pregunten. Tintín es un joven reportero que por una u otra razón se embarca en innumerables aventuras alrededor del mundo resolviendo crímenes y misterios: así como desarma a la banda del mafioso Al Capone en Estados Unidos, acaba con el tráfico de opio en China o ayuda en una revolución en Sudamérica. Tintín viaja al Tíbet, al Congo, a Perú, hasta realiza un viaje a la Luna, acompañado de sus amigos: el explosivo capitán Haddock, amante del whiskey; los detectives Hernández y Fernández, que parecen salidos de una obra absurda de Ionesco o un filme de Buster Keaton; el científico Tornasol, con su aguzada sordera que lleva a graciosos malentendidos y, por supuesto, su más fiel acompañante, el perrito Milú, quien rescata a Tintín en cuantiosas ocasiones.

Además de ser un grato entretenimiento para los niños, Las aventuras de Tintín –como se expone en el documental Tintin et moi– nos da a conocer segmentos de la historia de Occidente, dependiendo del período en que se haya escrito el libro. También ha servido de inspiración a artistas del cómic y del pop art como Andy Warhol y Roy Lichtenstein, pues Hergé dejó como legado el estilo de historieta conocido como Ligne claire (línea clara); escritores como Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte han mencionado a Tintín en sus escritos (Mañana en la batalla piensa en mí, La patente de Corso), el cuento “El eclipse” de Augusto Monterroso es muy similar al libro El templo del sol; el filósofo Clément Rosset utiliza fragmentos de Tintín en el país del oro negro y Tintín en el Tíbet para hablar de la identidad personal en su libro Lejos de mí; y se podrían mencionar un sinfín de ejemplos más. Creo que, aunque carezca un poco de fidelidad a la obra de Hergé, la película de Spielberg es un buen “pre-texto” para conocer en la panta-

lla grande (y en 3D) a este personaje. Asimismo, sería una excelente oportunidad para que las librerías de la ciudad le abrieran las puertas a sus libros.

* Nació en Piedras Negras, Coah. Tiene 25 años. Estudió Letras Españolas en la U.A. de C., el Máster en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos en K. U. Leuven y cursa el cuarto semestre de la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas de la UAZ.

Para la Libertad

Por Ronaldo Monreal Dice el Maestro Federico García Lorca: “…Yo y mi compañía estábamos encerrados. No os podéis imaginar qué pena teníamos. Pero un día vi por el agujerito de la puerta una estrella que temblaba como una fresca violeta de luz. Abrí mi ojo todo lo que pude –me lo querría cerrar el dedo del viento- y, bajo la estrella, un ancho río sonreía surcado por lentas barcas. Entonces yo avisé a mis amigos, y huimos por esos campos en busca de la gente sencilla, para mostrarles las cosas, las cosillas y las cositillas del mundo; bajo la luna verde de las montañas, bajo la luna rosa de las playas”. En “Los títeres de cachiporra” las poéticas y sabias palabras del poeta bautizan este inicio de un nuevo ciclo contundentemente para quien escribe: la “estrella que temblaba como una * rromonreal@gmail.com

fresca violeta de luz” es una amazona zacatecana; el “ancho río” un suplemento cultural llamado La Gualdra; las “lentas barcas” son toda esa maravilla humana que hace realidad tal empresa; los “amigos” son los textos y autores teatrales que colaborarán para “la gente sencilla”, y mostrarle “las cosas, cosillas y cositillas del mundo” pese a que en este 2012 la realidad de los que usan como botín nuestro país no quieran que veamos “la luna verde de las montañas” ni “la luna rosa de las playas”. Siempre se signó esta columna con el verso de Miguel Hernández “y aun tengo la vida” hasta que “el dedo del viento” cerró los ojos de quien suscribe, permitiendo que se golpeara a un roble, pero felizmente sin derrumbarlo… Sí Maestro Hernández “y aun tengo la vida”, aun tenemos la vida…


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Toda la obra que aparece aquí es de Gustavo Pérez. Fotos: cortesía del autor.

Gustavo Pérez

La pasión por el barro Por Jánea Estrada Lazarín Si observar la obra de este maestro ceramista es un placer, hablar con él es todo un privilegio; de personalidad fuerte y amable, nos concede unos minutos de charla mientras instalan el equipo que habría de utilizarse en su conferencia magistral impartida el pasado viernes en el Cineteca de Zacatecas. Viene muy contento de visitar el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez… Jánea Estrada: Nos dice que es su primera vez en Zacatecas… usted que ha viajado por todo el mundo ¿por qué no había venido antes? Gustavo Pérez: Es interesante, pero de la misma manera que apenas en este pasado 2011 pude conocer Sudamérica, Argentina y Chile… Zacatecas era como un pendiente, una cita que había que cumplir. De Zacatecas, que desde luego sé que es muy importante para la plástica, había recibido muchas invitaciones que nunca se habían concretado. Y así es la vida, sucede que uno tiene ciertos caminos que son ya como la ruta favorita… Ir a Francia, por ejemplo, es normal desde hace 30 años o más… pero sí, ésta es mi primera vez en esta ciudad, qué bueno que ya se me hizo. JE: Yo soy de la idea de que México, con todo lo que está viviendo, es un país surrealista. Cuando veo las formas presentes en su obra cerámica, sobre todo las que están plegadas o comprimidas, éstas me remiten mucho a la imagen de un México surrealista tal como lo concibo, al desierto, a las partes áridas de la sierra, a sus frutos… a los espejismos

que se ven en Wiricuta… No sé si haya alguna influencia relacionada… GP: Ésa es una pregunta interesante, desde luego que la iconografía del desierto, específicamente la huichola es algo que ha estado muy presente en mi mente desde hace muchísimos años. La cuestión es que yo no trabajo con el intento de reproducir nada. Mi trabajo se basa mucho más en una experimentación permanente y en un descubrimiento de lo que esa experimentación genera, por lo que es muy sorprendente y grato también descubrir que esa experimentación permite generar imágenes que corresponden a una de esas influencias que he procesado inconscientemente durante muchos años; porque no es de ninguna manera la intención reproducir por ejemplo visiones de peyote, o imágenes de iconografía textil o gráfica huichola del desierto. No es consciente y creo que es así como vale la pena que sea: yo no me refiero nunca a la realidad… es un proceso personal en el cual van apareciendo cosas. Interesante que descubras eso, porque muy en el fondo sí está pero yo no sabía.

JE: Coincido con usted en que no son representaciones de una realidad inmediata… me conmovió mucho la curvatura de las formas, porque además me remite mucho a la música, al ritmo… sus piezas tienen que ver mucho con la musicalidad que tiene la vida en el desierto y en el mundo en general… ¿la música es una influencia para usted? GP: ¡Claro que sí! La música también es parte de mi mundo de referencias; pero no hay manera de definir de qué forma Bach, Bartok o Ravel pueden estar determinando un cierto camino de investigación… eso no lo puedo definir porque no conozco lo suficiente la técnica de la música para poder referirme a ella de esta manera. Pero sí sé que la música me acompaña siempre… y muchas veces espero que se comunique algo de ese sentido del ritmo y del equilibrio, que encuentro en la música, a la cerámica, que también se produce con un ritmo, con un aliento y respiración que se parecen mucho a las medidas de la música, a sus compases. JE: Al ver diferentes piezas suyas juntas me imagino una sinfonía… usted crea su propia composición. GP: Yo no diría tanto, pienso en términos más modestos, no es que falte ambición en lo que yo ando haciendo: no… pero creo que lo que yo puedo llegar a generar son pequeñas piezas, digamos como… sonetos, canciones, pequeñas composiciones, cada pieza es una pequeña composición en sí misma, que requiere de un gran aliento y de un esfuerzo continuado alrededor de una tonalidad y de unos temas… yo trabajo más caóticamente.


9 DE ENERO DE 2012 JE: Es que en el caos también hay orden… GP: Pues eso dicen… lo cierto es que para mí hay un orden, una disciplina sobre un tema… JE: Bueno, a lo que yo quiero llegar es que hay musicalidad y ritmo en su obra y supongo que esto no es producto del trabajo de pocos años… GP: Así es, llegar a este resultado me ha tomado 40 años, es importante que se sepa que fue después de 22 años que se definió un lenguaje personal; antes de eso había trabajo que podría tener cierto carácter presentable, profesionalmente correcto, pero que no se distinguía del trabajo del resto del mundo… me llevó casi un cuarto de siglo. Al principio yo trabajé durante muchos años un promedio de 10 a 12 horas diarias; era necesario para sobrevivir, haciendo el esfuerzo de producir algo que valiera la pena. Si yo hubiera decidido abandonar esto antes de esos 22 años, cuando yo encontré mis secretos, hubiera sido absolutamente sin importancia. JE: A propósito de secretos, supongo que usted encontró su propia fórmula de manejo de materiales, de mezclas… ¿maneja una sola fórmula de materiales o maneja una amplia gama de éstas? GP: No muchas, básicamente es una y en ocasiones es otra bastante cercana; pero en mi taller trabajamos básicamente con una. JE: ¿Y el barro Zacatecas, lo utiliza, maestro? ¿Está siendo bien aprovechado a hay más por investigar? GP: Yo lo utilizo mezclado con otros, es parte de la fórmula. De hecho se utiliza

en muchos talleres de México. El barro Zacatecas es un barro extraordinariamente refractario, necesita mezclarse con algo más para bajarle su temperatura… mezclarlo con barros más fundentes. Hace falta hacer más experimentos para determinar una fórmula que le convenga a cada ceramista en la función de lo que quiera realizar. Estos días en Zacatecas hemos estado hablando con quienes tomaron el curso, respecto a la necesidad de afinar esa fórmula… JE: Hay una relación muy cercana entre usted y el fuego… GP: Es indispensable el fuego en lo que yo hago, pero mi relación con el fuego es menos intensa como la que yo tengo con el barro húmedo. Yo trabajo el torno, trabajo con barro plástico… quemo con un horno de gas y sé muy bien que el momento de la cocción es algo que con toda la importancia que tiene, es menos importante que el momento del descubrimiento de la forma… eso es apasionante. JE: Su constante relación y contacto con el barro mojado no implica que al iniciar la creación usted tenga la forma preconcebida… a propósito de la experimentación, háblenos un poco del error como constante… GP: Ajá, el error en la cerámica es el accidente como una rendija para percibir novedades y realidades desconocidas. Eso es atisbar hacia lo desconocido a través del error que se comete, fallando. Es necesario aceptar que suceden cosas que están fuera de la voluntad… y antes de vivir esto como una frustración primitiva es importante y muy interesante mirarlo y atender sus posibilidades, que

pueden estar apuntando a algo que valga la pena. JE: ¿Las incisiones y agujeros que usted hace sobre el barro fresco así se gestaron? GP: Sí, yo descubrí por accidente ese efecto y descubrir eso fue como la semilla de una larguísimo desarrollo; eso me dio para una investigación de años y años que no ha concluido, es un largo camino. Y en ese proceso han existido otros accidentes que se han integrado a otras búsquedas de desarrollo creativo. Muchos artistas han hablado de estos accidentes afortunados y lo han definido de manera más o menos semejante. La pieza artística busca siempre descubrir nuevas cosas. En cualquier técnica y con cualquier material debe haber siempre esa actitud de apertura, de experimentación, de investigación y de juego. El barro en el torno permite una explotación al máximo de la plasticidad de la arcilla y por lo tanto puede dar con cierta facilidad o naturalidad resultados interesantes. JE: Usted estudió filosofía y matemáticas… en sus piezas finalmente se refleja un proceso de reflexión y precisión que seguramente tienen que ver con lo estudiado ¿no es así? GP: Así es, estoy siempre analizando, hay una parte del proceso en el que soy muy racional, muy analítico de la producción; con la atención puesta siempre también para con el rabillo del ojo tratar de no ver lo que está en frente… no se trata de ninguna manera de de que la pieza sea una demostración de algo que está preconcebido; es un proceso de ir viendo lo que está sucediendo, to-

mando decisiones; la creación es una cadena de decisiones que atiendo sabiendo que podría haber el riesgo de que un proceso así de racional tuviera un resultado frío y que el reto grande es que exista una vida, que la pieza se sienta vital, como cargada de la pasión con la que está hecha… y creo que a partir de la gran curiosidad que está siempre detrás de todo lo que voy haciendo es que se va dando ese soplo de vida. Creo también que yo no soy muy divertido, pero eso sí: me divierto mucho con lo que hago todos los días; el que se aburre no está creando, la creación implica alegría, que a los cinco minutos se vuelve insatisfacción, porque siempre quiere uno más. JE: Ya por último ¿qué espera para el 2012? GP: Es difícil ser optimista para este futuro y este presente mexicano tan lamentable, tan en crisis y tan desbaratándose. No nos queda más remedio, no nos queda más opción que seguir haciendo lo mejor que podamos eso que sabemos hacer. Falta, como me decía Juan Villoro hace tiempo, cultivar cada quien su propio jardín… ocuparse de lo propio, lo que sabe uno hacer, y tratar no de desentenderse, sino de no unirse al desaliento y a la negrura, eso no… hace falta quizás tener esa capacidad de un poquito engañarse creyendo que vale la pena hacer lo que estamos haciendo, y a partir de eso quizás aportemos un granito de arena para que esto vaya mejor, para que esto mejore. JE: Que así sea. GP: Que así sea.


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Rawls y las visitas papales Por Manuel García Garduño

Que una sociedad democrática a menudo se entiende como un sistema de cooperación social lo sugiere el hecho de que […] sus ciudadanos no conciben su orden social como un orden natural fijo o como una estructura institucional justificada sobre la base de doctrinas religiosas o principios jerárquicos que expresan valores aristocráticos.

Con su teoría de la justicia como equidad, John Rawls consiguió en vida dos grandes hazañas: convertirse en uno de los pensadores más citados de la historia y –más importante aún– revivir el interés por la filosofía política, que en sus tiempos empezaba a considerarse un cadáver maloliente en varios círculos académicos. Su objetivo, al principio encauzado ambiciosamente a una esfera que rebasaba los límites de lo practicable en las sociedades actuales, consistió nada más y nada menos que en presentar una alternativa plenamente desarrollada al utilitarismo clásico, al intuicionismo y a las severas críticas del socialismo. La idea básica detrás de su propuesta política es que una sociedad democrática moderna, por sus características propias, no sólo tiene que fundar sus instituciones de tal modo que permitan una verdadera igualdad de oportunidades para todos, sino que además éstas tienen que estar dispuestas de forma que las desigualdades sociales y económicas beneficien a sus miembros menos aventajados. En otras palabras, de acuerdo con Rawls, para que un Estado que se jacta de ser democrático y liberal sea efectivamente justo, éste tiene que garantizar que cada uno de sus ciudadanos goce de ciertas libertades básicas iguales1 (independientemente de sus creencias morales, filosóficas o religiosas) y además tiene que asegurar que los cargos, poderes y privilegios públicos estén abiertos a todos de modo imparcial, así como de que su existencia redunde siempre en un mayor bienestar para los estratos más pobres. Para la “prole pendeja”, pues, como dijera Paulina Peña. Rawls lo plantea de esta forma porque el Estado moderno debe de ser imparcial ante un hecho irremisible de nuestra sociedad contemporánea: el pluralismo razonable. Es decir, “el hecho de las diferencias profundas

e irreconciliables en las concepciones del mundo de los ciudadanos, […] en sus visiones de los valores morales y estéticos que deben primar en la vida humana”. Esto explica el enorme descontento que se ha dado recientemente en las redes sociales con relación a las visitas del Papa Benedicto XVI, ya que, a diferencia de las instituciones religiosas, que por lo general son colosos arcaicos, imperturbables e inclementes, nuestras formas de organizarnos y de pensar están en constante cambio y se multiplican. La hostilidad que han despertado las visitas del Papa, tanto en España como en México, no sólo se justifica porque, “dado el supuesto del pluralismo razonable, los ciudadanos no pueden convenir en ninguna autoridad moral, digamos […] un texto sagrado o una institución religiosa”, sino porque un gobierno laico y democrático jamás debe de dilapidar el erario en una institución religiosa ajena a la concepción política de la justicia. Es algo política y éticamente inexcusable. Máxime si la institución en cuestión tiene tanto dinero, como el Vaticano, y las necesidades públicas más elementales que no se han satisfecho son tantas, como en nuestro país. Por otra parte, no es de sorprender que la próxima visita del Papa que resucitó el infierno tenga fines electoreros.2 Así se las gasta nuestra partidocracia desde que tengo memoria. La clase política mexicana cada vez es más cínica y no deja de dar un trato denigrante a la población para la que supuestamente gobierna. Sin embargo, eso hace que todo esto sea más atroz y deplorable. Con las condiciones que hay detrás de las visitas de Benedicto XVI, los gobiernos de España y México no sólo violan los principios fundamentales que sostienen a una sociedad democrática moderna, compuesta por ciudadanos libres e iguales, sino que impiden que se establezca un

acuerdo equitativo al margen de los rasgos y las circunstancias particulares de sus ciudadanos. Y qué decir de la desfachatez de la iglesia católica, luego de que el arzobispo José Guadalupe Martín Rábago admitió que hasta el narco podría cooperar con la visita papal a México,

porque ellos “no tienen los medios para evitar que se filtren donaciones de la delincuencia organizada”. ¿Qué más podríamos esperar, si esa institución religiosa está preparada para valerse de los impuestos de la gente y olvidar aquella máxima de Jesucristo “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”?

1 Como las libertades de culto, pensamiento, asociación y movimiento, las libertades políticas que garantizan la integridad de la persona, o las libertades que mantienen el estado de derecho. 2 Durante el verano de 1999, Juan Pablo II dijo que el infierno no es “un lugar”, sino “la situación de quien se aparta de Dios”. En contraposición, en marzo de 2007, Benedicto XVI dijo que “el infierno existe y es eterno”.


9 DE ENERO DE 2012

Leer como propósito de Año Nuevo Por Eduardo Campech Miranda*

Navegando por distintos portales, foros y listas de internet, intentaba comprobar si los propósitos de año nuevo que me imagino son los más comunes, en verdad lo eran. Y sí, el bajar de peso, dejar de fumar, caminar o ejercitarse, etc. En Yahoo! Respuestas, alguien solicitaba la sugerencia de algunos títulos para hacer de la lectura un gusto. Las respuestas fueron variadas: desde García Márquez en general, hasta la saga de Crepúsculo, pasando por Harry Potter, varios bestsellers, algunos de autoayuda y superación personal, por géneros, y más. Reflexioné en torno a la amplia oferta que se le ofrecía a esta persona. Cada una de las respuestas reflejaba las preferencias lectoras de cada persona. Preferencias que fueron delineándose con lecturas, con historias de vida, con visiones del mundo. Ahora el turno es para la persona que lanzó la pregunta. ¿Qué hubiera sugerido yo? Aclaro que no lo hice porque me pareció que las contribuciones ya eran demasiadas. Le hubiera recomendado algún blog de reseñas bibliográficas, que se enterara del contenido del libro. Le hubiera preguntado por sus gustos musicales, cinematográficos, de esparcimiento, para identificar sus intereses. Hay también quien define desde la misma pregunta qué es lo que busca en concreto. Por ejemplo, libros románticos, sobre triángulos amorosos (aunque no se especifica si lo que busca es cómo construir uno o cómo salir de uno), de desprendimiento astral. También un gran número de sugerencias se hicieron llegar. Ya he mencionado en otra colaboración que mucho del éxito de formar lectores es la libertad, de elegir, de leer, de imaginar. Desde hace unos tres meses trabajo regularmente con alumnos de sexto grado * http://lecturascompletas.blogspot.com

de una escuela primaria. El propósito fundamental es apoyarlos para presentar el examen de admisión a secundaria. Sin embargo, aprovecho para realizar algunos ejercicios de comprensión lectora y cultivar el gusto por la lectura. Después de aproximadamente cinco sesiones expuse ante ellos un acervo de alrededor de 60 títulos infantiles y juveniles. Ante sus miradas de asombro colocaba los libros en el suelo, como si los fuera a vender. Eso propició un poco de desorden en el grupo. Bajo la consigna de que yo iba a mencionar quién iba a pasar a seleccionar un libro, guardaron compostura. La dinámica fue la siguiente: deberían elegir un solo libro, regresar a su lugar, revisarlo y si no les gustaba lo regresaban y tomaban otro. Sólo debería estar un alumno de pie buscando su libro. Algunos, los menos, cambiaron su libro. Pero la mayoría acertó en su elección. De los primeros surgieron preguntas como ¿no hay libros de miedo? ¿Tiene Crepúsculo? ¿Hay más de Francisco Hinojosa? (a este autor tuvieron la oportunidad de conocerlo en persona).Las recomendaciones también fueron sencillas: cuidar el libro, si no les gustaba no tenían ninguna obligación de leerlo y entregarme su opinión del texto por escrito. Una pequeña me sorprendió. En un fin de semana leyó una novelita de 160 páginas y entre lunes y viernes de la siguiente semana leyó otra novela de más de cien páginas. Los libros han comenzado a circular entre ellos. Cuando lo entregan hacen también un pequeño resumen oral del argumento. Creo que si queremos hacer de la lectura un propósito de año nuevo, comencemos por estas sencillas acciones y los frutos serán abundantes.

Por Mateo Estrada Gaviria Martes 27. FO sigue en Ixtepec. Cada tres días mensajea a través del cel. Manda el clásico “Bicho, Bicho ¿estás ahí?” Su ausencia es notoria. No encuentro nada en su lugar. JC lo mueve todo. Lo más evidente es el tubo dental despanzurrado; no hay leche deslactosada; la casa no huele a loción; la radio sigue en el 97.9; los vasos de vidrio… En fin, extraño al cabrón. Comencé a leer Los presidentes [Julio Scherer]. Antes leí El jefe máximo [Ignacio Solares] y Los disparos en la oscuridad [Fabrizio Mejía]. Los trajo JC. El de Scherer es una edición de bolsillo. El texto es de alucine. En él describe a políticos excéntricos que lindan entre la corrupción evidente y el ejercicio aparentemente lícito del poder. Muestra cómo los presidentes de México son el vértice de la añeja pirámide del poder. El lenguaje es envidiable, por lo preciso en los adjetivos. JC sigue aquí. Sé que vivo lo inédito. No importa el rato que estuvo afuera el 24 (fue a cenar con su familia paterna). Viernes 30. Procuré a Rodolfo. Quise platicar, pero estuvo distante. Prometió venir. Espero que no llegue cuando JC esté aquí; menos que venga con alcohol. Regresé al Saint Germain. El café es delicioso y la tertulia con Juan y Marco es agradable. Platiqué con mis padres. Prometimos reunirnos en abril. Llamé desde un locutorio que está en la terminal de la ruta cuatro. La conferencia costó menos que en las casetas rojas de la avenida Guerrero. Sábado 31. Ayer cené con JC. Hoy va, otra vez, donde sus padres… Espero a Gabby Dessertica. Iremos a una fiesta totalmente “jota”. Como es con disfraz, no estoy seguro de ir como la Tesorito, porque me obligarán hacer el show. JC no sabe de la reunión… Domingo 1 de enero de 2012. JC llegó a las diez de la mañana. Se metió a la cama y dormidos todo el día. Merced a que el hambre nos obligó, nos levantamos hace rato. Vimos Arráncame la vida [México, 2008] en la TV. Él se ovilló en mí, prometió no ser como el general Andrés Ascencio [Daniel Jiménez Cacho]. Al puto le gustó Carlos Vives [José María de Tavira], hasta pidió que me deje crecer la barba. A mí me encantó el general. JC ahora se baña. Mañana trabaja temprano. Viernes 6 [Saint Germain. 12:48pm]. JC salió de casa a las 7:30am. Se levantó media hora antes. En su mochila metió los libros, y la ropa sucia y limpia que acumuló estos días. No desayunó, ni tomó café (esta costumbre la impuse, para retrasar su enojo de hambre). Tampoco me besó. Anoche comentó que debía regresar a “su casa”, que “su mujer” llega hoy. No dejó algo que indique su estancia en el depa. Permanecí en la cama hasta las diez. No quiero que el frío me obligue a pensar en él… * mmestra@yahoo.com.mx


LA GUALDRA NO. 32 PROGRAMA DEL 11 AL 15 DE ENERO 2012 CICLO: GASPAR NOÉ & DARREN ARONOFSKY Miércoles 11 de enero de 2012 / 18:00 hrs.

IRREVERSIBLE

Dir. Gaspar Noé Francia/ 2002/ 90 min.

CICLO: RECORDANDO A PEDRO ARMENDARIZ, 71 AÑOS Sábado 14 / 18:00 hrs.

LA PASIÓN SEGÚN BERENICE

Dir. Jaime Humberto Hermosillo, México/ 1975/ 99 min.

Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida del amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida.

Miércoles 11 de enero de 2012 / 20:00 hrs.

PI, EL ORDEN DEL CAOS Dir. Darren Aronofsky EUA/ 1998/ 85 min.

Berenice es una joven muy correcta que vive con su madrina en una tranquila ciudad provinciana. La aparición de Rodrigo en su vida provocará en Berenice una profunda e insólita transformación.

Sábado 14 / 20:00 hrs.

CADENA PERPETUA Dir. Arturo Ripstein México/ 1978/ 88 min.

Max es un brillante matemático que está a punto de hacer el descubrimiento más importante de su vida: la decodificación del sistema numérico que rige el aparente caos del mercado bursátil; pero primero ha de encontrar el valor del número PI. Mientras investiga, afectado periódicamente por unas brutales jaquecas, es acosado por una poderosa empresa de Wall Street y una secta judía que pretende descifrar los secretos de los textos sagrados. Todos ansían apropiarse del inminente hallazgo de Max. *FUNCIÓN ESPECIAL* ESTRENO

Jueves 12 de enero. 18:00 hrs. y 20:00 hrs. Costo $20.00 WHEN YOU’RE STRANGE: UNA PELÍCULA SOBRE THE DOORS. Dirigida por Tom DiCillo. EEUU | 2009 | 86 min. Narrada por Johnny Depp

Javier Lira es un ex-delincuente que trata de rehabilitarse trabajando como cobrador de un banco. Sus intentos por alejarse del crimen se ven frustrados cuando se topa con “Burro” Prieto, un policía extorsionador a quien conoce desde hace mucho tiempo.

CICLO: HOMENAJE ALEJANDRO JODOROWSKY Domingo 15 /18:00 hrs.

LA CORBATA

Dir. Alejandro Jodorowsky Francia/ 1957/ 35 min.

Un retrato del cuarteto de rock emblemático de los años ‘60: The Doors. Narrado por Johnny Depp, el documental muestra material fílmico jamás dado a conocer y ofrece una nueva visión del impacto que dejó el legado musical de la banda. La película es un apasionante recuento de la historia del grupo, desde sus inicios en la escuela de cine de UCLA donde Manzarek y Morrison se conocieron hasta sus famosos y trepidantes conciertos de rock, y a partir, de una perspectiva íntima, descubre la faceta creativa de una de las bandas más influyentes de Estados Unidos en el mundo.

CICLO: CINETECA ZACATECAS EN NÚMEROS

Legendario corto de 35 minutos que Alejandro Jodorowsky filmó en 1957 y que estuvo largo tiempo perdido. Su argumento, inspirado en una historia de Thomas Mann, gira en torno a una muchacha que vende cabezas y que intercambia las testas de un luchador y un poeta. Es interesante recalcar que el corto se filmó usando mímica y no tiene diálogos.

Domingo 15 / 18:45 hrs. Viernes 13 de enero / 18:00 hrs. KM 31

FANDO Y LIS

Dir. Alejandro Jodorowsky México/1968/96 min.

Dir. Rigoberto Castañeda México/ 2006/ 103 min.

Catalina y Ágata son hermanas gemelas, que desde niñas han tenido una conexión casi telepática. Una noche, Ágata se encuentra con un extraño niño en el kilómetro 31 de la carretera, por el cual sufre un accidente que la deja atrapada entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Junto con Nuño, su gran amigo y Omar, el novio de su hermana, Catalina tendrá que resolver el misterio que envuelve el trágico accidente.

Viernes 13 de enero / 20:00 hrs.

VIERNES 13

Dir. Sean S. Cunningham EUA/ 1980/ 95 min.

Un grupo de jóvenes concurre a un sitio de verano llamado Cristal Lake, lugar que lleva una pareja de visitantes que estaba a cargo de un grupo de pequeños. Al principio todo parece ser maravilloso: un campamento en medio de la naturaleza del bosque con un tranquilo lago para completar el escenario, pero… uno a uno los muchachos van siendo asesinados por un ente misterioso que jamás se deja ver, situación que sólo al final develará la traumática historia que se encierra en las profundidades de aquel lago…

La opera prima de Alejandro Jodorowsky empezó con este cuento bizarro de inocencia corrompida, amor sadomasoquista e inalcanzable paraíso. Basada en la obra homónima de Fernando Arrabal, cuenta la historia de una joven pareja en busca de la ciudad encantada de Tar donde se encuentra el éxtasis espiritual. Fando es impotente y Lis está paralítica.


9 DE ENERO DE 2012

David Lynch, Felices 66

Por Andrea Sampedro

Por Marco Casillas*

La hoja veinte de enero del 2012 marca la celebración por su cumpleaños sesenta y seis. Director de cine, guionista, pintor, fotógrafo, diseñador de muebles y músico, David Lynch se sorprende y sorprende dejándose atrapar por cualquier disciplina artística, aunque se desliza cómodamente por la creación cinematográfica desde 1966, cuando debuta con el cortometraje Six Figures Getting Sick. Emblemáticas películas de Lynch han sido Mulholland Drive, Blue Velvet, o The Elephant Man. Ganador dos veces del premio francés César a la mejor película extranjera, de la Palma de Oro, del León de Oro en Venecia y nominado dos veces al Globo de Oro y cuatro al Oscar, a Lynch no le conmueve gran cosa el reconocimiento internacional. No como el desarrollo creativo. No como el placer oficioso o no, de mostrar sus ideas, crítica y pensamiento, por los caminos que la vida le va dictando. Influenciado por Stanley Kubrick, Federico Fellini, Franz Kafka, Oscar Kokoscka, Luis Buñuel, Erner Herzog o Roman Polansky, su pasional amor por el dadaísmo y el surrealismo quedan patentes en algunas de sus películas cuya misteriosa atmósfera mezcla lo cotidiano con lo soñado, escapando a veces de la comprensión exhaustiva del espectador. Como

ejemplos pueden citarse Eraserhead y la serie de televisión Twin Peaks. Posteriormente realizó algunas producciones más accesibles como The Straight Story, aunque manteniendo su toque personal. En la actualidad, algunos de sus proyectos cinematográficos y de animación son sólo accesibles a través de su sitio web, de pago. Lynch podría considerarse el arquetipo del muchacho americano de clase media. Su padre, Donald, fue un científico adscrito al Ministerio de Agricultura norteamericano, y su madre, Sunny, era profesora de lengua. La familia vivió en distintos lugares, entre el noroeste del país y Carolina del Norte. Lynch fue boy scout y a los 15 años participó como acomodador en la toma de posesión del presidente John F. Kennedy. Pronto experimentó impulsos artísticos y asistió al Corcoran School of Art en Washington, D.C. mientras terminaba sus estudios secundarios en Alexandria, Virginia. Después se apuntó al School of the Museum of Fine Arts de Boston durante un año, antes de partir rumbo a Europa en compañía de su amigo y colega artístico Jack Fisk. Aparte del cine, David Lynch ha desarrollado su creatividad en el campo de la pintura. En España su obra pictórica pudo verse con la exposición Action-reaction,

que recorrió en 2009 ciudades como Zaragoza y Granada. Pero Lynch es un animal creativo, pasional, sorprendente, intenso. Justo a fines del año pasado, a punto de cumplir los 66 años, debuta como músico con el álbum Crazy Clown Time, que sale a la venta hoy y revela una mezcla de rock y electrónica con ecos del universo enigmático y fascinante del realizador de El Camino de los sueños. “No lo decidí realmente, llegó”, dijo Lynch a la revista de arte y música Les In-rock-uptibles. “Crazy Clown Time”, grabado con el ingeniero de sonido Dean Hurley, fue escrito y producido por Lynch. En el álbum también toca la guitarra y canta. El cineasta describió el álbum como un “blues moderno”, donde su voz se oye la mayor parte del tiempo distorsionada por la computadora. “Pinky’s Dream”, el tema que abre el disco, interpretado por Karen O, la cantante de Yeah Yeah Yeahs. Fue definido como el relato “del horror y de la tristeza de perder a alguien en otras dimensiones”. La pasión del realizador por la música siempre tuvo una gran importancia en sus películas, desde su primer largometraje Eraserhead (1977), que tiene una canción escrita por Lynch con Peter Ivers, a Imperio (2006), para la cual escribió varios textos. 20 de enero del 2012. David Lynch, felices 66.

* Escritor y periodista duranguense radicado en Zacatecas, México. El 20 de enero a las 6 de la tarde, Marco Casillas presentará en la Cineteca de Zacatecas la película El Hombre Elefante, (1980) de David Lynch, con las actuaciones de Anthony Hopkins, John Hurt y Anne Bancroft, ofreciendo una charla sobre Lynch y sobre esta cinta en particular.

¿Qué mejor manera de empezar el año que yendo al cine? Los que todavía estamos en vacaciones o que a penas iniciamos clases o trabajo, debemos aprovechar el tiempo para ver un par de películas y la cartelera de invierno tiene unas cintas de ésas que entretienen mucho. Pero esta semana les recomendaré específicamente que vean la segunda parte de Sherlock Holmes, dirigida por Guy Ritchie. Tiene para complacer todos los gustos, si les gusta un buen misterio, si les gusta la aventura, el humor o si simplemente quieren ver buenas actuaciones, personajes interesantes y escuchar muy buena música entonces deben de levantarse en este momento e ir directo a la sala de cine. Si no han visto la primera parte no duden en correr a rentarla o comprarla. No les adelanto más, pero recuerden que Sherlock Holmes es inicialmente el detective, personaje de una serie de novelas escritas por Arthur Conan Doyle que también es imperdible. Y bueno para terminar dejando de lado el cine, por si todavía deben regalos navideños o tienen que comprar algún regalo de cumpleaños, no olviden que no hay mejor regalo que un libro, pero es muy importante la selección. Lo que yo hago, especialmente cuando es alguien muy cercano, es intentar elegir algo que le pueda gustar o enseñar. Pero aún mejor es regalar nuestro libro favorito, regalar libros que nos hayan marcado (sin referencias a cierto candidato…), que sean importantes para nosotros, antes de regalar un libro carísimo o de moda, yo prefiero regalar Momo, La historia interminable, El principito, alguno de Harry Potter (o todos), algún libro de Shakespeare, de Philip Pullman o por supuesto Rayuela. Cuando son libros de este estilo no importa que la persona ya los tenga, además les recomiendo incluir una buena, responsable y desenfadada dedicatoria. Les deseo un muy buen año 2012, en espera del fin del mundo.


LA GUALDRA NO. 32 / 9 de enero de 2012

En edad de merecer Por Pilar Alba Dicen que ya estoy grande y en edad de merecer. El otro día escuché a mi mamá que les decía a las tías que era inevitable que ya pronto me convertiría en toda una mujercita. A mí me ganó la risa, me escondí detrás de la puerta y me tapé la boca para que no se me salieran las carcajadas. Y es que mi jefa se aviona con esas cosas; el otro día me soltó un sermonzote nada más porque me le quedé viendo a un muchacho en la calle. Me miró con unos ojos, como si quisiera comerme, me agarró fuerte del brazo y se soltó con un discurso de que si los hombres que son unos aprovechados, que si nada más buscan UNA cosa, que debo tener cuidado, estar alerta, que qué se yo. Si yo nomás estaba viendo sus tenis rojos, su cabello rebelde, su pantalón de mezclilla arrugado, los lentes de ratón de biblioteca y esa mirada tan tierna que se escondía detrás de ellos, pero nada más nada como para alterarse tanto. Ya se le calienta el parche. Le dijo el otro día la vecina, cuando estábamos esperando en la cola para las tortillas, yo me puse colorada, roja de vergüenza y de coraje; ¿cómo se le ocurre? ¿Qué es eso de que se me ca-

lienta el parche?, ¿qué es el parche, por qué se calienta? Ya en la tarde cuando acabamos de lavar los trastes y mientras los acomodábamos en la alacena, mi mamá se soltó con otro de sus discursitos, pero éste ya no trataba sobre los hombres; era acerca de los animales, bueno, más bien sobre los insectos. Que si las abejitas y las flores, no tienen razón, más bien era botánica lo que quería enseñarme: que si el polen, que si las florecitas, que si el nacimiento de una nueva flor… En fin que no le entendí ni media palabra de lo que creo intentaba decirme. Si mi’ja, debes saber todas estas cosas, estar preparada, porque ya estás en edad de merecer. No sé si darle el avión y decirle que ya capté su mensaje o dejar que siga así con sus cosas. En edad de merecer parece que me puso una etiqueta y cuando salgo todo mundo me la lee en la frente. Las tías, los primos, las vecinas, los taxistas del sitio de la esquina, el carnicero, hasta el perro que se orina en el poste se voltea y se me queda viendo fijamente a la cara descifrando mi letrero.

Stella Im Hultberg

Por eso hoy lo tengo decidido, para la fiesta de esta noche me voy a bañar, a planchar el pelo. Voy a ponerme el vestido azul ese entalladito que nunca me ha puesto. Rellenaré mi bra con rollo de papel higiénico. Me

pintaré la cara y me robaré un chorrito de perfume del tocador de mi mamá. Y aunque no me gusta bailar ahora sí aceptaré todas las invitaciones para ver si encuentro a alguien, alguno que me diga qué es lo que me merezco.

Poema épico escrito entre el 1124 a.C y 2012 d.C Leerse mientras se escucha: Dramas para piano y violín/Real de Catorce

Por Roberto Galaviz I Ella tiene el pelo rojo su sangre es estable a 37°C se mueve .tal vez. demasiado en la cama el sueño la sobresalta es ella el sueño soñado o la mujer con cabello rojo dorado moviéndose en la cama * a las 2 antes meridiano mientras cree, todos las noches que despierta.

II Cuando mi sueño es más ligero todavía logro observar cómo de sus ojos huyen naves incendiadas en una costa antigua puedo oler la sangre seca y llena de ira absorbiéndose en el polvo y en la tierra que hemos pisado desde siempre y de pronto todo aquello lo encuentro en una pelirroja mujer en mi sábana declarándome una guerra que nunca podré vencer

III Toda batalla se decide desde el primer acercamiento sin embargo lo que después de todo significa el silencio es nuestro secreto. IV Son las 3 antes meridiano Ella, nave incendiada y yo cansado aqueo somos un fuego hecho pavesas una tregua dulce, en sinfonía con la noche.


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