SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 429 /// 27 DE ABRIL DE 2020 /// AÑO 9
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Banda de música tradicional de la Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía del Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
En esta celebración llevada a cabo en Susticacán, municipio de Zacatecas, se recrea el relato de un toro robado y después recuperado; se supone es derivado de hecho verídico sucedido por 1667 y que se recuerda en un día específico, en el que se pone en evidencia la actitud del hacendado tratando de sacar provecho de la gente del pueblo.
[“La Fiesta del Toro en Susticacán”, por Ma. Cristina Morales Viramontes, en Ollin: memoria en movimiento]
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LA GUALDRA NO. 429 /// 27 DE ABRIL DE 2020 /// AÑO 9
La Gualdra No. 429
Editorial
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os hornos de leña son muy comunes en nuestro Estado, sobre todo en las comunidades en las que todavía son utilizados de manera cotidiana para cocinar pan ranchero, gorditas o condoches. Ya hemos hablado en otras ocasiones de este tipo de pan que se realiza tradicionalmente desde hace muchos años en la región, pero hoy retomamos el tema porque el próximo martes 28, por Canal 11, se transmitirá el programa La Ruta del Sabor, conducido por Miguel Conde, desde el municipio de Trancoso, Zacatecas. Lalo y Lupita, originarios de ese municipio, mostrarán a los televidentes cómo es que se hace el pan ranchero, las semitas y los condoches salados y dulces. La gastronomía zacatecana es deliciosa, más aún aquella que se hace en las rancherías y cuyas recetas se han transmitido de generación en generación entre sus habitantes. Cuando hablamos de la comida más representativa del nuestro Estado sale inmediatamente a relucir el asado de boda; un platillo muy interesante por las implicaciones que tiene con la celebración, con hacer comunidad, porque generalmente se prepara en fechas especiales y porque cada familia tiene su propia receta; aunque la base sea la misma, las cocineras suelen ponerle un toque distinto. Hay quienes dicen que para que sea considerado asado, debe tener cierto número -limitadode ingredientes, de lo contrario, se convierte en mole; pero lo cierto es que independientemente de eso, de la cantidad de ingredientes utilizados y de la forma de prepararlo, el asado es riquísimo y no es lo único que se cocina por acá. La variación en las recetas es normal dada la creatividad de quienes preparan la comida y muchas veces la improvisación es parte de la buena alquimia en la cocina. En el caso del pan ranchero, cada comunidad tiene su propia forma de hacerlo. El primer pan de ese tipo que yo probé fue en Río Grande, y tal vez sea la nostalgia la que me haga afirmar que es el que más me gusta. Sin embargo, ese tipo de pan se hace en Nieves, Sombrerete, Fresnillo y Trancoso y en cada uno de esos lugares su sabor es peculiar. El de Trancoso, por ejemplo, suele ser más consistente, menos esponjoso que el de Río... es delgadito y con mucha ca-
nela; recién hecho es un agasajo, pero cuando no es del día, puede calentarse al comal y su sabor y tersura se recuperan al instante. Pruébelo. Pero dónde se puede conseguir en Zacatecas, seguramente se preguntará. En épocas normales -es decir, cuando no estamos en cuarentena-, en el centro de la ciudad hay personas que lo venden en las calles; generalmente lo cargan en esas cubetas metálicas en las que cuando es temporada también suelen traer nopalitos y tunas. Lo encuentra también en los puestos que están afuera de los mercados, en los mismos en los que se vende también miel de maguey, queso de tuna y ate de membrillo. El pan de Río Grande también se vende en la Av. Preparatoria, a un lado de la FCA. En este lugar, además del pan tradicional, puede encontrar también empanadas rellenas de chilacayote, ate de membrillo y cajeta de leche; así como productos gastronómicos, artesanales y orgánicos. Hay una selección de quesos muy interesante, el de tipo “menonita” es, de verdad, muy bueno... y cuando se deja “orear” es mucho mejor todavía porque sus sabores se concentran... ese queso combinado con queso de tuna, sobre una tortilla asada es la combinación perfecta para degustar los sabores del semidesierto. En fin, que le hablo en esta ocasión de comida porque estoy convencida de que en Zacatecas se come muy bien y porque en esta época, más que nunca, debemos hacer lo posible por consumir productos locales, por apoyar a los productores de nuestra región comprándoles lo que elaboran y porque además en Zacatecas tenemos el privilegio de contar todavía con gente como Lalo y Lupita, de Trancoso, quienes se dedican a hacer pan ranchero y condoches todos los días. La ruta del sabor desde Trancoso se transmitirá este martes 28 de abril a las 8 de la noche por Canal 11 en cadena nacional; pero también podrá verse por Facebook y YouTube en vivo, para que nuestros paisanos que viven en el extranjero puedan verlo también. Le invito a que vea el programa y a que siga consumiendo productos locales. Por favor, si puede, quédese en casa. Que disfrute su lectura.
Directorio
Contenido
Luis Eduardo Aute (1943-2020) …hasta que un día dejamos de bailar Por Mauricio Flores
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La Fiesta del Toro en Susticacán: una interpretación zacatecana del Carnaval Por Ma. Cristina Morales Viramontes
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¿Qué estamos haciendo ahora mismo? Por Cissi Montilla
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Portrait of a lady on fire, de Céline Sciamma Por Adolfo Nuñez J. Desayuno en Tiffany’s, mon ku Festivales de cine para ver en casa: CineLatino y Visions du réel Por Carlos Belmonte Grey
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Pandemia primaveral Por Francisco Javier González Quiñones Solo Por Pilar Alba Lista de objetos encontrados 1 Por Edgar Khonde
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Luis Eduardo Aute (1943-2020) …hasta que un día dejamos de bailar t
Por Mauricio Flores*
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ra media tarde. Mucho calor, recuerdo. El vestíbulo de un hotel donde estaba pactada la entrevista. Poco más de una hora. Gracias a ti, me dijo, la pasamos bien. Siempre es bueno hablar en las entrevistas de literatura y más con esto, alusión directa a los tres caballitos de tequila ya exprimidos. Las rodajas de limón, un platito para ambos salero al lado, intactas. Una tarde de rienda suelta (vámonos a ocupar el ahora, antes de que la historia lo llene con sus cementerios, suena una canción). Tan lejana a estas jornadas de pandemia y confinamiento. Unas horas para resguardar los nuevos haberes en el disco duro de la memoria y andar las calles, Reforma, Morelos, Bucareli, y dejar circular los tequilas por el cuerpo. Cinco de la tarde. Horario de verano. Entrevista con Luis Eduardo Aute (vámonos, que queda poco tiempo, y acudamos al baile que recorre las calles). Once años atrás que, de alguna manera, o no, tendremos que olvidar. Si el mundo sigue donde está para la próxima primavera habrá un nuevo disco, comentó. Y hubo, más de uno, aunque ya no él, muerto el 4 de abril en un escenario habitado por esta lucha contra la enfermedad y la muerte, como lo escribe el mismo Aute (Filipinas, 1943-Madrid, 2020) en Nolueta: el hombre / es el rastro / que arrastra / su sombra. Un Aute gráfico, poético y musical del que ahora rescatamos sus panes y migas como asideros en las tardes de encierro… El momento de la verdad es la muerte… ¿Será, pues, la vida la eterna mentira? …además de una selección de lo publicado en este mismo espacio (La Gualdra, No. 25, 21 de noviembre 2011): Es cantante, pintor y poeta. Nació en Manila, pero desde pequeño vivió en España, al tiempo que incursionó “en la universidad de la vida” en el París de la esperanza y la arena bajo los adoqui-
nes. En sus obras no están palabras como patria y honor; sí en cambio amor, odio, miedo, soledad, duda, imaginación, muerte, Dios, demonio… “Temas eternos y tremendamente amplios, puesto que toda la historia de la cultura gira en torno de tales materiales”. “Todo lo inherente al ser humano: mi paisaje es el ser humano”. Le había contado que unas maestras decidieron ponerle a su organización gremial Albanta, título de una de sus canciones. “Para eso son: para que circulen y las apropien los otros. Albanta es por cierto una palabra que se inventó mi hijo a los diez años”, añadió. ¿Cuál será la palabra más bella del idioma?, pregunté. “Como juego es curioso. La palabra más bella en qué términos. Sonoridad, concepto, efectividad…, es algo muy difícil. Elegir la palabra más bella en tanto concepto sería sencillo. Sería vida. Sin vida no existe nada. Independientemente de que sea fonéticamente bonita o no.
Sería muy difícil que una palabra pudiera reunir las bellezas conceptual y sonora”. Autor de los libros La matemática del espejo, La liturgia del desorden, Templo y Volver al agua, reunidos todos en Animalhada, Aute se advierte cercano a la filosofía. “Es algo que me gusta. Sí que hay algunos textos míos que tienen que ver con ella. Pero para desvirtuarla y jugar con ella. Como el mago: en vez de aparecer conejos de la chistera, sacar chisteras de los conejos. Me divierte mucho el juego y me siento muy afín a los surrealistas, quienes jugaban con todo, con su obra y su vida, incluso”. —Muchos de tus textos proyectan esencias surrealistas… —El surrealismo, como corriente, murió hace tiempo. Sin embargo su esencia permanece viva en México, ¡dónde más! El surrealismo es juego, imaginación y magia. Dimensión poética. Cualquier obra de arte (estilo o giro poético) pretende esto. Mejor
dicho: no es que el surrealismo permanezca vivo, sino que fue antes de él. Toda obra de arte de antes y de después del surrealismo que contuviera estos elementos era y es promesa de surrealismo. Una promesa cumplida son las letras de Aute, sean estas extensas o concentradas. “Desde siempre — reconoce sincero— voy apuntando cualquier cosa que se me ocurre; lo que quiere decir que siempre voy con un cuaderno. Ahí escribo frases atractivas, ocurrencias, juegos de palabras. Esos apuntes, luego desarrollados, acaban siendo canciones o poemas”. “En realidad la intención no es hacer aforismos. Una vez decidido a ponerme a escribir textos para un libro, y por su propia esencia de juego de palabras, desarrollo la premisa del género. Contar algo de forma muy sintética me agrada. Cada vez detesto más todo aquello que es anecdótico o accesorio. Me gusta ir al grano de las cosas. Y si además ese grano es poliédrico
y produce otros granos, más me encanta la posibilidad”. Tal vez por ello la cita de Joan Margarit en la canción que aporta título al nuevo disco de Aute, “Intemperie”: El buen poema, por bello que sea, será cruel. La intemperie es dura… ¡pero más dura es sin poemas! Tardas tardes para volver a Aute: Y aquí andamos, / animales amortales, todos montados y dando vueltas / sobre un globo enorme y azul / suspendido en el espacio, girando / y girando sobre sí mismo al mismo tiempo / que gira alrededor de otro globo / mucho más enorme y de fuego / que también gira y gira suspendido / en el espacio que se expande / y gira y gira y gira… Y vamos dando vueltas / y vueltas y vueltas y vueltas / sin ir nunca a ninguna parte, / volviendo siempre al mismo punto / de partida… hasta que un día dejamos de bailar […]. *** * @mauflos
Op. Cit.
“Siempre fui un indisciplinado de las disciplinas y un degenerado de los géneros”, dicen que dije cuando me llamaba Niego. LEA
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Ollin: Memoria en movimiento
La Fiesta del Toro en Susticacán: una interpretación zacatecana del Carnaval
/// El Baile en la Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
Por Ma. Cristina Morales Viramontes* t
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n el pueblo de Susticacán del estado de Zacatecas, considerado como pueblo de indios durante la Colonia, existe una tradición procedente en parte de la tradición católica y en parte de las costumbres de la región; es decir, derivada de la adaptación de un evento de origen católico. En muchos lugares, al llegar la época de Navidad, se acostumbra armar en las casas un nacimiento como un modo de recordar el evento católico del nacimiento Jesús. En este nacimiento los elementos básicos son la virgen, san José y el Niño Dios, además de un toro y una mula y los pastores, las ovejas, los ángeles, los Reyes Magos... se recrea todo un escenario con el que se recuerda el nacimiento del Hijo de Dios; esto es parte de la tradición católica que podríamos calificar como mundial. En torno a los nacimientos, en nuestro pueblo aludido, Susticacán, surge otra celebración que se desarrolla así: el toro de un determinado nacimiento -elegido al azar- cobra vida y desaparece -en realidad lo roban-; a partir de ese momento se hace una denuncia ante unas supuestas autoridades y lo empiezan a buscar. Finalmente, en la madrugada del lunes -que corresponde al lunes de Carnavalalgunos habitantes del pueblo, a quienes
llaman “las mulitas” por llevar en parte de su atuendo incrustada una pequeña mula, buscan y encuentran al toro en el cerro en un lugar que denominan la Mesa del Recuerdo. El toro encontrado resulta ser una imagen de cartón y papel parecido a una piñata.
A partir de su encuentro se toca música y hay gran alegría en el pueblo; en ese momento es cuando empiezan a aparecer los huenches y huenchas; se trata de una expresión chusca de los campesinos quienes portan una máscara de tela dibujada en diversas formas luciendo además
cuerpos extravagantes, con enormes pechos y nalgas prominentes; los campesinos visten pantalón de mezclilla, camisa a cuadros y sombrero; o vestidos, en el caso de tratarse de mujeres. Luego se hace un desfile en el pueblo, que correspondería al de Carnaval, en el que participan buen
/// El juicio en la Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
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27 DE ABRIL DE 2020 hay pura danza y celebración: las corridas de toros, de los de cartón, que embisten a la gente del pueblo, en especial a los huenches y huenchas. Se agregan algunas representaciones como es el caso del desfile de candidatas a reinas; y el concurso de belleza, que cuando termina, quienes participan se quitan las máscaras y resulta que todos son hombres. Hay también juegos en los que participan los niños y un payaso. De esta forma, con mucha música y alegría se pasan los tres días del Carnaval dedicados al toro. Curiosamente el toro es una especie que se importó a América, y del que aparentemente había aquí especímenes similares como el bisonte; tal vez es por sus características especiales que lo escogen en este caso para darle realce a una escenificación que resulta muy local. En esta celebración se recrea el caso de un toro, relato que se supone es derivado de hecho verídico sucedido por 1667 y que se recuerda en ese día, en el que se pone en evidencia la actitud del hacendado tratando de sacar provecho de la gente del pueblo. * Antropóloga social del Centro INAH Zacatecas.
/// El Baile, Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
/// La Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
/// El Licenciado, personaje de la Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
/// La Fiesta del Toro, Susticacán, Zac. Fotografía del Centro INAH Zacatecas / Juan Carlos Basabe.
Ollin: Memoria en movimiento
número de estos huenches, además del hacendado de la Hacienda del Negro Santo: un personaje que porta traje y máscara acompañado por su novia, con quien se transporta en una carreta adornada con flores. Después del desfile, tiene lugar el juicio, en el que los dueños del toro -que pertenece a la cofradía de la Virgen del Rayo- le disputan al caporal la propiedad del animal, la que comprueban al darle de comer al toro que embiste al caporal, y por el contrario, recibe el alimento de su dueño. En este juicio aparece también un licenciado que -en el caso que nos tocó observarllega en un carro marca burrary: una pequeña moto cuyo logotipo de marca era un burro que usaba una caja de cartón a manera de portafolios. Al terminar el juicio empieza la alegría: hay una danza de huenches en la que se mencionan los elementos de las comidas de Cuaresma, como la capirotada y los chiles rellenos; además se hace “la empinolada”, que consiste en una guerra de pinole y agua que deja calle pegajosa por la cantidad de pinole regado; finalmente, se invita a todos a comer los productos que llevan distintas personas del pueblo. El evento dura tres días en los que
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¿Qué estamos haciendo ahora mismo? Gestión Cultural en tiempos de Covid-19
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Por Cissi Montilla
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ntes de la postpandemia: en México hay un sector institucional debilitado, una fragmentación política y una gran incapacidad para visualizarnos como un todo. Inciden muchas cosas entre otras las diferencias culturales, políticas, financieras y socioeconómicas además de un cambio de enfoque muy reciente, eso en la parte institucional, por el otro lado también hay un sector debilitado, dependiente en muchos casos del Estado, dividido, acostumbrado a luchar cada uno por su propio pedazo del pastel y que reclama los apoyos del gobierno al mismo tiempo que, felizmente, comienza a buscar posibles salidas. ¿Ante esta realidad qué ha hecho el Estado? La Secretaría de Cultura federal propuso un programa denominado “Contigo en la distancia”, abrió una convocatoria pública y muchos gestores, creadores y artistas presentaron proyectos que se están llevando a cabo. Los trámites administrativos son lentos, pero eso ya es normal. En algunos estados o entidades federativas las secretarías de cultura locales también han llevado a cabo esfuerzos interesantes para paliar un poco la situación como, por ejemplo, pagar por adelantado conciertos, obras de teatro o actividades que ya estaban programadas y se les asignarán nuevas fechas; también están produciendo programas para las televisoras locales, podcasts, eventos virtuales, paseos por museos o zonas turísticas, lecturas dramatizadas o en voz alta y una amplia oferta para mantener activas las redes sociales institucionales. Sin embargo, muchas de estas actividades no son remuneradas y ya comienza a sentirse el desespero por los recursos con los cuales darle continuidad a la vida real. Luz, gas, teléfono, renta, alimentos, medicinas para enfermos crónicos y atención para los niños, atención y cuidados para adultos mayores... y todo lo relacionado con microeconomías interdependientes, personas que apoyan en labores domésticas, personas que cuidan enfermos, personas que atienden niños o personas con discapacidad, personas que atienden en los museos, que venden entradas en los cines, guías turísticos, lauderos que restauran instrumentos, libreros, editores y los que hacen música funcional... y otros tantos que no tienen un trabajo fijo sino que están por honorarios y con contratos de corta duración y/o sobreviven de las propinas. En este contexto muchos promotores, gestores, creadores y artistas se acercan a
/// Nacho Ruiz imparte en zoom, desde España, la conferencia La historia del arte desde la historia de las pandemias.
la institución buscando apoyos, en algunos casos buscando asesoría comprendiendo poco a poco que tienen que caminar solos y comienzan a dar los primeros pasos, ¿quiénes pueden hacer proyectos y formular propuestas innovadoras utilizando las tecnologías? Un grupo pequeño que a pesar de sus carencias sigue siendo un grupo privilegiado, ¿qué pasa con aquellos que están en las comunidades más dispersas y menos favorecidas? Los que se han apoyado en los buenos programas de apoyos gubernamentales locales o federales… ¿Qué pasa con los pequeños artesanos, los que venden en las ferias y mercados sobre ruedas? ¿Los que no tienen acceso a mercados virtuales? ¿Quién está pensando en ellos? ¿Quién está conversando con ellos para conocer sus propuestas?
¿Qué pasa con las pequeñas y grandes empresas que viven de los públicos? ¿Cómo reconfiguras una oferta en estas circunstancias? El proceso de reinventarse, de volver a comprender la complejidad de la cultura vista ahora desde las actuales circunstancias no es un proceso que se puede dar al vapor. Como todo proceso debe ser lento y profundo, mientras eso sucede y los pensadores vuelcan en palabras sus reflexiones, los filósofos nos ayudan o no con herramientas para diseccionar, la crisis produce explosiones de creatividad, la crisis implosiona en el sector e impulsa innovación, cocreación, generación de conocimiento colectivo, las miradas amplían sus horizontes e involucran otras dimensiones antes no tomadas en cuenta... y vemos cómo
/// El Mastuerzo hace video tik tok con el de Bárbara de Regil.
algunas de las actividades marginales que ya surgían en la web toman cada vez más sentido, booktubers financiados por importantes editoriales, expertos en playlist financiados por grandes productoras, diseñadores de video-mapping proponiendo lenguajes visuales para atrapar los nuevos sueños, los bloggers haciendo análisis políticos o crítica de arte, los muchachos produciendo una nueva visión del cine con Tik Tok e Instagram, la tuiteratura retándonos con el minimalismo literario, el FanFiction creando finales alternativos para los libros, maestros cocineros compartiendo sus secretos con el apoyo de los productores de insumos alimenticios, grupos de músicos proponiendo conciertos a distancia, monólogos, teatro de cámara, y otros creadores conectándose con sus públicos y provocando ahora sí crowdfunding con sentido de la empatía. Sí... estamos en un momento interesante, difícil, complejo y nuevo en el cual las fuerzas creativas están propiciando pequeños sismos que pueden llegar a ser grandes cambios estructurales. Y a todas estas, ¿dónde está la institución en este momento? ¿Cuándo y cómo se acercará a estos detonadores de nuevas propuestas para caminar con ellos en esta reconfiguración? ¿La institución será capaz de comprender que ya no puede seguir diseñando política pública desde su cómodo escritorio? ¿Comprenderá que ya no comprende nada...? O como bien dicen que decía Monsiváis: “Yo no sé si ya no entiendo lo que pasa o ya pasó lo que estaba yo entendiendo...”. Me parece que ahora es cuando más sentido tiene la muy sobada frase: ¡Yo sí creo que el arte y la cultura pueden cambiar al mundo!
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Portrait of a lady on fire, de Céline Sciamma Por Adolfo Nuñez J.
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a historia toma lugar durante el siglo XVIII, época en la que conocemos a Marianne (Noémi Merlant), una mujer que hereda el oficio de la pintura por su padre y que viaja a una isla lejana de Francia, con la tarea de crear el retrato de bodas de una joven llamada Héloïse (Adéle Haenel). Pronto Marianne descubre que no es la primera persona que ha intentado retratar a Héloïse, quien se niega rotundamente a posar para la pintura, pues sabe que en cuanto dicha obra esté terminada, se verá obligada a viajar a Italia para casarse con un hombre desconocido como parte de un matrimonio arreglado. Ya que no puede revelar su verdadera misión, Marianne finge ser la acompañante de paseos de Héloïse. Así mientras caminan por la orilla del mar y en el borde de peligrosos acantilados, ambas mujeres se estudian una a la otra; la primera para poder hacer la pintura adecuada, la segunda para entender de mejor manera el mundo que la rodea, así como las normas que la sociedad dicta y que deberá cumplir en cuanto salga de la isla. Al pasar de los días y con el tiempo contado,
/// Fotograma de la película Portrait of a lady on fire, de Céline Sciamma.
Marianne y Héloïse vivirán una apasionante historia de amor, poco convencional para sus tiempos y que ambas recordarán por el resto de sus vidas. Dirigida de un modo brillante por Céline Sciamma, Portrait of a lady on fire (2019) es un poderoso drama de época, así como un intenso romance en donde cada encuadre, cada gesto y cada mirada importan. La directora domina con enorme habilidad la dinámica de observación y reacción entre ambas protagonistas, y la alterna con secuencias filmadas en
interiores con iluminación natural, junto a exteriores imponentes de la playa y los acantilados. Haciendo uso de un gran preciosismo visual, el filme traza de manera sutil y a su propio ritmo la aparición del deseo y el temor que este genera, pasando por su aceptación final, la cual desemboca hacia una atmósfera repleta de una sensualidad idílica, elegante y poética. Las interpretaciones tanto de Noémi Merlant como de Adéle Haenel resultan sustanciales en su habilidad para encarnar la incertidumbre, el dolor, así como la enorme
y profunda pasión entre dos mujeres que son conscientes de que su amor jamás será aceptado y que, por consiguiente, en algún momento tendrá que llegar a su fin. Al mismo tiempo que el drama íntimo toma lugar, cada secuencia del filme va proyectando un relevante y profundo sentimiento de reflexión sobre feminidad, y que en medio de su discurso poético termina por explorar temas como el aborto, el matrimonio no deseado, el control masculino y los roles de género. La cinta también es un reflejo de las dificultades de la condición femenina, que en ese sentido igualmente resuena con otras obras contemporáneas de la actualidad -siendo el referente más inmediato Little women (2019), de Greta Gerwig-. Portrait of a lady on fire resulta ser una excepcional película sobre la plenitud por lo vivido, donde el arrepentimiento no tiene lugar. Es una historia que valora el poder del paso del tiempo y la memoria, cuyos recuerdos, así como lo vivido en ellos pueden ser evocados ya sea por un pequeño detalle en una pintura, o inclusive por una pieza musical. Es, ante todo, una obra artística que busca ir contra la marea, así como un poderoso relato sobre libertad y resistencia.
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Festivales de cine para ver en casa: CineLatino y Visions du réel Por Carlos Belmonte Grey t
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a contingencia actual que en algunos lugares tiene tintes de holocausto zombi ha permitido, por decirlo de una manera positiva, difundir y poner al alcance de una mayor población los festivales de cine internacionales. Al menos así es el caso de dos de los grandes festivales alternativos europeos. Nos referimos al CineLatino de Toulouse que desde hace más de 30 años se ha convertido en el referente europeo del cine latinoamericano. De aquí, con la estructura Cine en Construcción, cuya organización es en co-sociedad al festival de San Sebastián, de donde han salido películas como Historias mínimas, de Carlos Sorín; Sangre, de Amat Escalante; Tony Manero, de Pablo Larraín; Pelo malo, de Mariana Rondón; El verano de los peces voladores y Los
perros, de Marcela Said, por mencionar algunas. El otro festival es el suizo Vision du réel. Un festival destinado a obras, principalmente documentales, de tono denuncia social o político. El festival tiene de sede la ciudad de Nyon, comenzó en 1969 solo como muestra de documentales y en 1995 tomó su nombre actual: Visiones de lo real. Este festival está abierto a documentales o docu-ficciones del mundo entero y está apoyado por el gobierno suizo tratando de mantener la mayor pluralidad.
Ambos festivales han hecho el esfuerzo de poner sus programas en línea; quizás hasta el momento el más completo sea el suizo. Ambos han buscado ser gratuitos en su mayoría, aunque las plataformas del CineLatino piden un pago de 9 euros en Festival Scope (plataforma que permite visionajes en América) mientras que Visions sí tiene ya abiertos gratuitamente sus filmes. La oferta nos permite tener más de 60 filmes a nuestro alcance. Y nosotros -porque mi colega Sergi Ramos también participa de la cobertura para medios de los festivales- estamos dis-
frutándolos y comentaremos algunas cintas. Nos hemos encontrado como niños en una dulcería a voluntad o en una mezcalería de open-bar. Por lo pronto les recomiendo dos del Cine Latino: La brasileña Um animal amarelo, de Felipe Bragança. Se trata de una especie de puesta en escena del director quien vive bajo el recuerdo y espíritu de su abuelo. Este había huido de Río para buscar fortuna en las minas, se había alejado de su familia y se había hecho de un novio mulato mucho más joven. A la muerte de los dos amantes, el nieto (aspirante a director de cine) recibirá una especia de hechizo y una bestia amarilla se le aparecerá en cada momento trascendental de su vida. La cinta es el comentario de la esclavitud mulata y negra en Brasil, el tráfico de piedras preciosas como de hombres, el amor de todos los colores y el misticismo de los mestizajes religiosos. Vimos también la chilena Algunas
bestias, de Jorge Riquelme Serrano, actuada por Paulina García, Alfredo Castro y Gastón Salgado, actores de diferentes generaciones que se han caracterizado por participar en obras de denuncia política contra la dictadura de Pinochet y su memoria, y la actualidad de los pueblos indígenas. Aquí mantienen su paso en un thriller más velado y menos frontal. Una familia, los padres, la hija y su marido, y los hijos de estos, se reúnen en una isla, en donde la hija ha comprado una casa con el fin de desarrollarla como hostal turístico y espera conseguir el apoyo financiero de los padres. Parece tratarse de una familiar burguesa y terrateniente, pero pronto Riquelme Serrano le da una vuelta y nos muestra la frivolidad de todos los miembros. El título parece que termina por denunciar el estado instintivo de todos los miembros de la familia, al dejarlos varados en la isla y un regreso a la animalidad. Ambas películas es difícil que tengan salidas comerciales o cinéfilas en México. Por eso, esta es una buena oportunidad para verlas online. Cierto, se pierde la gracia de las grandes pantallas, pero parece que cada vez más nos acostumbramos a las pantallas de computadora y de televisión. Ya sala negra es solo una sinécdoque para decirnos: vamos a ver la tele.
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Pandemia primaveral Río de palabras
t Por
Francisco Javier González Quiñones
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erplejos, presos por prolongada pausa pandémica, permanecemos parados por prematuros planes para protegernos. Pretendemos paz, pero padecemos pesadillas preñadas por pavorosos paisajes pintados por presuntos periodistas, perversos. Paisajes plagados por pánico, paranoia, pesimismo, penurias, pesadumbre; pesadas palabras paliadas por prudentes prácticas públicas, potenciadas por plausibles propuestas particulares. Privilegiados, participen para proteger personas pobres. Pueblo, paciencia, permanezcan prudentemente protegidos, pronto pasará perniciosa pandemia. Posiblemente permutaremos precipitadas prácticas por plurales pensamientos planetarios.
Solo t Por
Pilar Alba
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o son tan fuertes los celos, lo juro, es más bien un temor, un terrible miedo a volver a quedarme solo. Es que ya me ha pasado, sé cómo van estas historias, desafortunadamente son lo mismo de siempre. Empiezan con un vamos a darnos tiempo; me siento asfixiada, no puedo respirar; creo que es mejor buscar en otra parte; la verdad no sé qué me pasa, ya no me siento igual; y blablablá. Son solo palabras, palabras que encubren las acciones que ya se vienen dando. Nunca me ha gustado hurgar en la intimidad, mucho menos en la de la pareja, porque quien rasca saca sangre, pero la verdad siempre sale a la luz. Se levanta como la grasa en el caldo, o bueno, si quieren una metáfora más poética: como la espuma en el mar. Como sea, pero de que sale, sale. Y ahí estás otra vez sentado en el sofá tú solo, viendo la televisión sin tener con quién comentar, bebiéndote el café frío sin tener a quién echarle la culpa del mal sabor que te deja. Sin poder discutir por pendejadas, sin tener a quién azotarle la puerta o gritarle que no entiende. Sí, no son celos, es soledad; es el miedo de no poder soportarme a mí mismo.
/// Julio Ruelas. La Magnolia. Óleo sobre tela. 42 x 35 cm. 1900. Colección MUNAL. 2020 Año de Julio Ruelas.
Lista de objetos encontrados 1 t Por
Edgar Khonde
El libro de poesía abía una historia, sucedió cuando llovía. No era una lluvia normal, digo esto porque la gente tiende a romantizar la lluvia, pero piensen en una lluvia que descoloca a una ciudad. La descoloca porque convierte todo lo que ocurre en ella en un caos: la gente se queda paralizada, la energía se detiene, los animales huyen, de repente se avecina un fin del mundo. Un fin del mundo como en las películas; lo que pasa es que no se trata de una película sino de la vida real. La lluvia comienza de modo que parece que no va a parar, pero para; la lluvia no puede durar para siempre. Entonces el relato comienza. Ella sale
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por fin de la biblioteca para dirigirse a su casa. La biblioteca pertenece a una universidad estatal de la que egresan especialistas que van a comandar luego al país. Es decir, es una institución importante. Ella sale de las instalaciones y camina entre charcos y el césped mojado de los jardines. Podríamos suponer que la imagen es casi idílica, pero no. Porque si lo pensamos por un momento nadie quiere llevar el calzado húmedo ni lodoso. Sin embargo acontece un instante que va a modificar increíblemente el acaecer del camino. Mientras anda encuentra un libro, que está colgado de una forma que la hace pensar que se está secando. Alguien ha dejado secando ese libro para luego leerlo, o guardarlo, o prestarlo, o regalarlo, o venderlo. El libro, ella lee el título, se llama Perturbaciones sintácticas y cuando lo hojea y
ojea, se percata de que está compuesto de poemas. El autor es un poeta, uno cualquiera porque ella no reconoce el nombre. Pero le llama la atención que en el título haya el concepto de perturbar porque la lluvia la ha perturbado. Decide guardar el objeto y llevárselo consigo. Días después decide leerlo y ve su nombre en la dedicatoria. Ve su nombre en cada texto. Piensa varias cosas, entre ellas, que el libro lo han escrito para ella; que por eso lo encontró, y que la única manera de hallarlo era que lloviera. En uno de los textos descubre que su nombre al poeta le significa tempestad y silencio y ruido, y le gusta el significado de su nombre. No le da por buscar al autor porque prefiere que ocurra el misterio. En el futuro va a dejar que los objetos la encuentren, que la busquen, que se acerquen y cojan su mano para describir un mapa. El mapa no va a prescribir su vida, pero sí va a susurrarle historias, que ella va a convertir en imágenes. Ella, en su esencia, puede transcurrir, que es como escribirse, por medio de varias estructuras, pero ahora ha decidido configurarse como fotógrafa. Yo la veo desde un tejado y asiento. Soy un gato, que podría ser un escritor, pero prefiero asaltar la noche y dormir en su regazo.