La Gualdra 449

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 449 /// 28 DE SEPTIEMBRE DE 2020 /// AÑO 10

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Don Federico Sescosse en su estudio. Biblioteca Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del fondo documental Federico Sescosse Lejeune.

Federico Sescosse Lejeune nació el 27 de septiembre de 1915. Formó parte de la Sociedad de Amigos de Zacatecas A.C. Uno de sus más importantes legados a los zacatecanos fue el redactar la Ley de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas y fundar una institución de carácter normativo para vigilar el cumplimiento de la misma. Dedicó toda su vida a Zacatecas, su mérito fue guardar un profundo afecto por la ciudad que lo vio nacer, generando numerosas acciones para su conservación y protección. [Visionarios en la preservación del patrimonio cultural zacatecano, por Carlos Augusto Torres Pérez, en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 449 /// 28 DE SEPTIEMBRE DE 2020 /// AÑO 10

La Gualdra No. 449

Editorial

Transcurrían los años de 1925 a 1928, cuando los chicos de la Escuela Progreso salíamos de clases y nos desbandábamos por las calles y callejones del centro de la ciudad, y al recorrer el de San Agustín comenzamos a advertir, sobre el portón de herrería del maestro Canuto Fernández la presencia de una misteriosa figura humana labrada en cantera que en medio de un paisaje de árboles en bajorrelieve, exhibía a medias su cara destrozada y su extraño ropaje, junto a un cuartillo construido con tablas de cajones viejos”,1 se refería así don Federico Sescosse al descubrimiento de la fachada lateral del ex templo de San Agustín, que en ese momento estaba semi-oculta pues el edificio completo había sido modificado desde muchos años antes. El templo de San Agustín fue edificado a finales del siglo XVI, el tiempo y las “fuerzas destructoras del siglo XIX” como llamaba don Federico a las acciones del gobierno liberal, los problemas enfrentados por la Iglesia y la pasividad del pueblo propiciaron que el esplendor de este edificio fuera destruido en su mayoría; lo poco que pudo salvarse de la destrucción, por otro lado, había sido ocultado por las nuevas construcciones que sobre el edificio original habían sido concebidas. Este es el escenario con el que se encontraron dos jóvenes inquietos, Federico Sescosse y Eugenio del Hoyo Cabrera, que años más tarde formarían la Sociedad de Amigos de Zacatecas junto con Genaro Borrego Suárez del Real, y a través de la cual emprenderán acciones de suma importancia para el rescate y la preservación del patrimonio cultural de Zacatecas. Para cuando Federico Sescosse y Eugenio del Hoyo descubrieron que bajo las tapias se asomaba la imagen labrada de San Agustín, el templo y el convento habían pasado ya por varios procesos de modificación; ese sitio había sido previamente convertido en “lugar de recreo y especulación”, hubo un hotel, un billar y un boliche; aquel lugar en el que antaño se habían celebrado durante cientos de años celebraciones y rituales católicos, se había convertido en uno en donde el “eco de mundana bacanal” se escuchaba frecuentemente. Justamente en la esquina de su fachada lateral, había sido construida y “empotrada” una serie de cuartos que servían como sede de la herrería a la que don

Federico se refiere en la narración inicial. La descripción que hace don Federico de cómo es que se encontraba el edificio a finales de segunda década del siglo XX es acompañada de un registro fotográfico que no nos deja la menor duda: el trabajo que emprendieron para rescatar ese edificio fue extraordinario. La Sociedad de Amigos de Zacatecas jugó un papel fundamental en estas acciones que iniciaron en 1948 y culminaron en 1951. Lo que hay que destacar, además, es que quizá a partir de ese momento, don Federico se vislumbraba como el más férreo defensor del patrimonio cultural zacatecano. Nació el 27 de septiembre de 1915 en Zacatecas. El domingo pasado conmemoramos los 105 años de su nacimiento. De las grandes aportaciones que hizo don Federico, nos habla Carlos Augusto Torres Pérez, director del Centro INAH Zacatecas, en la cuarta parte de “Visionarios en la preservación del patrimonio cultural zacatecano” en esta edición gualdreña. Su texto está acompañado de una selección de fotografías muy interesantes que nos muestran los bocetos de las fuentes diseñadas por don Federico, la de los Faroles y la de los Conquistadores; algunas otras imágenes en las que podemos apreciar cómo eran los edificios que hoy albergan los museos Pedro Coronel y Rafael Coronel antes de su remodelación; así como las que nos muestran el centro histórico antes de que se implementara la campaña de “Despepsicocacolización”, que libró a la ciudad de anuncios comerciales. Don Federico murió en 1999. Y una especie de orfandad se vive desde entonces en el tema del rescate y preservación del patrimonio cultural zacatecano. Aunque muchos han sido los esfuerzos institucionales por dar continuidad a lo iniciado por personajes como él, nos sigue haciendo falta la figura de “un nuevo Federico” que defienda esta ciudad de la voracidad y negligencia de las que ha sido víctima durante estos años de su ausencia. Que disfrute su lectura.

Contenido

Woody Allen: a propósito de nada Por Mauricio Flores

Visionarios en la preservación del patrimonio cultural zacatecano [Parte 4: Federico Sescosse Lejeune] Por Carlos Augusto Torres Pérez

¡Que lo incendien todo! Por Adán Echeverría Por los niños y la muerte Por José Filadelfo García Gutiérrez

Desayuno en Tiffany’s, mon ku FACINE-Tijuana 2020 Por Juan Alberto Apodaca

Tenet, de Christopher Nolan: las virtudes del blockbuster Por Adolfo Nuñez J. Los abuelos Por Pilar Alba

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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com Sescosse, Federico, San Agustín de Zacatecas. Vida, muerte y resurrección de un monumento, tercera edición, Zacatecas, 2014, p. 27. 1

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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28 DE SEPTIEMBRE DE 2020

[…] la única esperanza de la humanidad reside en la magia. Siempre he detestado la realidad, pero es el único sitio donde se consiguen alitas de pollo. W. A. t Por Mauricio

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Flores*

A propósito de qué deciden las personas mirarse al espejo? Vanidad, temor, afirmación, negación, justificación… Hablar, escribir, del otro, resulta casi siempre menos complicado que de hacerlo de uno mismo. De ahí el reconocimiento a quienes deciden hacer un lado los velos, y descubrirse a sí mismos y frente a los otros. Sean muchos o pocos los propósitos. Una autobiografía es por obvio una confesión. Un desnudarse más allá del espejo cotidiano, ceniciento ya por los años, ante la necesidad de nuevas afirmaciones. Tal vez por ello contar la vida de uno sea cosa que se da mejor con el tiempo. Contados son los casos de quienes, mozos, nos revelan lo vivido. Le tocó el turno al norteamericano Woody Allen. Comediante, cineasta, escritor, quien nacido en Nueva York en 1935 se convirtió pronto en un referente de la cultura popular cinematográfica, tendientemente letrada, habrá que advertir, de los últimos cincuenta años. Alguien al que, siguiendo la definición coloquial, puede considerársele como todo un clásico. Pero clásico al que sí se acude, y no el por todos citado, y también por pocos conocido. Las gafas de Woody, además gran actor, se recuerdan en su profusa cinematografía, activa a la fecha, y con títulos célebres como Manhattan, Zelig, Scoop, Vicky-Cristina-Barcelona, Día de lluvia en Nueva York, entre unas cincuenta películas. A propósito de nada se titula la autobiografía de Allen. Listado de confesiones, todas cargadas del gran sentido del humor que le acompaña desde que siendo niño se identificara “misántropo, claustrofóbico, aislado, amargado, cargado de un pesimismo implacable”, que en realidad tiene en sí diferentes propósitos. Uno, quizás el más importante, responder en extenso a “la falsa acusación” de agresión sexual en contra de uno de los hijos de la entonces su esposa, la actriz, Mia Farrow, tres décadas atrás (reactivada a partir de la

fuerza cobrada en todo el mundo por el movimiento Me Too). “Una vez que te han ensuciado, quedas vulnerable para siempre”. Cargada la evocación al suceso, A propósito de nada pierde mucho. El lector queda de alguna manera insatisfecho sobre lo más que podría haberse sabido de otras etapas de la vida de Allen. Esa infancia en la médula del Nueva York de los cuarenta, la llegada del joven a los ambientes de la comedia norteamericana, los años de censura macartista, el arribo de la insurrección juvenil planetaria y hasta sus múltiples matrimonios. “Me gustaría tener una segunda oportunidad con algunas de las mujeres de mi vida, pero, ¡ay!, ese barco ya ha zarpado”. Temas que en distinto tono y nivel se encuentran en la filmografía del autor, aun cuando diga, “hacer una película es como tener que esquivar una sucesión interminable de minas terrestres”. “Se quedarán impresionados por todo lo que no sé, no he leído, no he visto. Después de todo, soy director, es decir, escritor”, confiesa Allen, también adicto al cine y enamorado des-

de pequeño de la magia, llevada esta del escenario a la cotidianidad. “A mí me parece que la única esperanza de la humanidad reside en la magia. Siempre he detestado la realidad, pero es el único sitio donde se consiguen alitas de pollo”. Casado desde hace más de veinte años con Soon-Yi, a la que conoció siendo una niña, también hija (adoptiva) de Farrow, Allen encuentra espacio en esta autobiografía para auto declararse como “ningún intelectual” ni tampoco un tipo divertido en las fiestas. Un par de lentes “Lo que sí poseo, sin embargo, es un par de lentes de montura negra, y yo sugiero que este atributo es el que, sumado a un don para apropiarme de citas tomadas de fuentes eruditas demasiado complejas para que yo pueda entenderlas, pero que puedo emplear en mi trabajo para dar la engañosa impresión de que sé más de lo que realmente sé, mantiene a flote este cuento de hadas”. Autobiografía de un referente cultural de nuestros años, en los que los

medios audiovisuales tienen ganada capital importancia, A propósito de nada habría merecido, entre otros esfuerzos de su editor, el acompañamiento de imágenes del autor, sus filmes y programas teatrales y musicales desplegados durante medio siglo. Y hasta del retrato en movimiento de un Allen quien, igual que Bertrand Russell, siente “una gran tristeza por el mundo”, aunque a diferencia del

filósofo inglés “no sabe hacer cálculos matemáticos”. “Tal vez no pueda transmutar mi sufrimiento en un gran arte o una gran filosofía”, dice Woody, “pero puedo escribir buenos chistes cortos que sirven para distraer momentáneamente y brindan un breve respiro de las consecuencias irresponsables del Big Bang”.

Tristeza por el mundo La gente me pregunta si alguna vez tengo miedo de despertar una mañana y no ser gracioso. La respuesta es no, porque ser gracioso no es algo que te pones como una camisa cuando te despiertas y de pronto es una camisa que no puedes encontrar. Simplemente, o eres gracioso o no lo eres. Si lo eres, no se trata de algo que puedas perder ni de una locura temporal. Si me despertara y no fuera gracioso, no sería yo. Eso no significa que no puedas despertarte de mal humor, odiando el mundo, cabreado con la estupidez de la gente, furioso ante el vacío del universo, lo que confieso que hago puntualmente cada mañana; pero en mi caso eso sirve para hacer brotar mi humor, no para anularlo. Al igual que Bertrand Russell, siento una gran tristeza por el mundo. A diferencia de Bertrand Russell, no sé hacer cálculos matemáticos complejos. Y tal vez no pueda transmutar mi sufrimiento en un gran arte o una gran filosofía, pero puedo escribir buenos chistes cortos que sirven para distraer momentáneamente y brindan un breve respiro de las consecuencias irresponsables del Big Bang. Woody Allen *** Woody Allen, A propósito de nada. Autobiografía, Alianza, México, 2020, 440 pp. * @mauflos

Op. Cit.

Woody Allen: a propósito de nada


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Visionarios en la preservación del patrimonio cultural zacatecano Ollin: Memoria en Movimiento

[Parte 4: Federico Sescosse Lejeune] t Por Carlos Augusto Torres

Pérez*

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ederico Sescosse Lejeune

Nació el 27 de septiembre de 1915; perteneció a una familia de tradición zacatecana caracterizada por el perfil emprendedor de sus miembros. Desde muy joven, recibe la encomienda de su padre de la administración de la fábrica de Piloncillo La Purísima, en el Municipio de Apozol, en donde laboró por más de 44 años. Un joven de personalidad polifacética, vinculada por una parte al campo y a la industria zacatecana; y por otra, al estudio y comprensión del arte, la historia y la cultura universal, lo que pronto lo llevaría a encontrar su verdadera vocación: preservar el patrimonio cultural de Zacatecas. En la actualidad Zacatecas se aprecia como una ciudad con un extraordinario patrimonio cultural, representado principalmente por joyas arquitectónicas que son testimonio del importante protagonismo que ha tenido este lugar a través de la historia de México. Casas señoriales, templos y conventos, centros de enseñanza, grandes obras de ingeniería y recintos consagrados para el esparcimiento, son algunas las construcciones que junto con una sinuosa topografía hacen de la gran ciudad de origen virreinal una las más hermosas de México. Pero Zacatecas no siempre ha mostrado todo su esplendor, a lo largo de su existencia también ha vivido largos años de abandono; tuvo también tiempos de incuria hacia los antiguos edificios y un progresivo deterioro de sus calles y plazuelas. Esta imagen de ciudad olvidada y el estado deplorable en que se encontraban los grandes recintos históricos, fue

/// Credencial de don Federico Sescosse como representante honorífico del INAH, único caso a nivel nacional. 1970. Biblioteca Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fondo documental Federico Sescosse Lejeune.

sin duda la que Federico Sescosse vivió durante su juventud. El paisaje que encontraba quien visitaba en esa época la capital zacatecana a mediados del siglo XX era el de una ciudad de apariencia aletargada en donde las escenas de ruinas eran parte del panorama zacatecano. Los contrastes que imperaban dieron pie al esfuerzo realizado por una generación excepcional encabezada por el propio Sescosse. Las inquietudes, erudición y aptitudes intelectuales de don Federico se reflejaron en sus firmes e irreductibles discursos en pro de la defensa del patrimonio de su ciudad, lo que deslumbró a personajes de la talla de Manuel Toussaint, quien lo nombró en 1941 como primer delegado honorario del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Zacatecas; bajo este cargo procuró ade-

más de la protección de los monumentos históricos de la ciudad capital, la salvaguarda de las zonas arqueológicas de La Quemada y Altavista, Chalchiuhites así como la conservación del Museo de Guadalupe en el antiguo Colegio Apostólico de Propaganda Fide. Formó en 1965, junto con el Lic. Genaro Borrego Suárez del Real y don Eugenio del Hoyo Cabrera, la Sociedad de Amigos de Zacatecas A.C., logrando materializar muy pronto uno de sus más importantes legados a los zacatecanos: redactar la Ley de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas y fundar una institución de carácter normativo para vigilar el cumplimiento de la misma. Previo a este importante logro y a la par del mismo, don Federico ya había emprendido la titánica labor de rescatar

uno de los bastiones arquitectónicos de la ciudad: el antiguo templo de San Agustín, obra que a la postre se convertiría en icono del rescate patrimonial no solo de Zacatecas, sino del país, y que marcaría el arranque de una incansable y monumental labor por recuperar los tesoros virreinales y el espíritu tradicional de la muy noble y leal ciudad. A este rescate se sumaron posteriormente el de la Vecindad del Jobito, el ex Convento de San Francisco de Zacatecas, el Colegio de San Luis Gonzaga y el Templo de Santo Domingo; intervino también en la restauración de la portada e interior de la Catedral Basílica, así como en la restauración y puesta al servicio del culto religioso de la capilla de la ex Hacienda de Bernárdez, entre otras muchas obras. Su indiscutible aportación para res-

/// Don Federico Sescosse con un grupo de jóvenes en la zona Arqueológica de La Quemada. Biblioteca Especializada Camino Real de Tierra

/// El centro histórico antes de la campaña de despepsicocacolización emprendida por Federico Sescosse. Biblioteca Especializada Camino Real de

Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del fondo documental Federico Sescosse.

Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del Fondo documental Federico Sescosse Lejeune.


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28 DE SEPTIEMBRE DE 2020

/// Imagen del centro histórico antes de la campaña de despepsicocacolización emprendida por Federico

/// Restauración de la fachada del ex templo de San Agustín. Biblioteca

Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del

Sescosse. Biblioteca Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del

Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas.

fondo documental Federico Sescosse Lejeune. Ca. 1955.

fondo documental Federico Sescosse Lejeune.

Fototeca del fondo documental Federico Sescosse Lejeune. Ca. 1955.

catar el esplendor de la ciudad de Zacatecas se vio completada con una serie de obras que terminó por definir un carácter y una personalidad muy propia; de manera altruista y con gran visión diseñó algunos edificios de inversiones privadas y públicas por construirse en Zacatecas para evitar que se rompiera la homogeneidad en la fisonomía del centro histórico con una posible inserción de arquitectura “moderna”; podemos mencionar algunos como el “María Luisa”, ubicado en la equina de Juárez y González Ortega; y el edificio de Banamex. Su intervención fue decisiva además para lograr que los proyectos de la construcción de los edificios de Telégrafos y Correos se integraran al contexto histórico. Diseñó la Fuente de los Faroles, la Fuente y Plaza de Santo Domingo, y la nueva Fuente de los Conquistadores, entre otras muchas otras obras que dotaron a la ciudad de espacios de ornato y esparcimiento público con una gran maestría y sentido de integración. Quizá la más importante batalla que libró fue la exhaustiva campaña de “Despepsicocacolización” -como él la nombró-: una serie de acciones para librar a las fachadas del centro histórico de toda clase de anuncios comerciales y en idiomas extranjeros y con ello preservar la dignidad

/// Segundo patio del antiguo convento de San Francisco durante su rescate. Biblioteca Especializada Camino Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del fondo documental Federico Sescosse Lejeune.

e identidad del centro histórico. Su legado rebasa las acciones encaminadas al rescate y preservación del patrimonio cultural edificado; como todo humanista, don Federico supo identificar y tocar los puntos más sensibles de la identidad zacatecana. Concibió la preservación del patrimonio cultural como un concepto integral, el cual debería considerar no solo lo material, sino lo inmaterial y lo documental, por lo que fue una de sus prioridades el rescate de los acervos históricos de Zacatecas; conformó la Biblioteca Elías Amador en el Museo Pedro Coronel, recuperó y

donó al pueblo zacatecano el pendón original de la ciudad y logró que las Cédulas Reales de Felipe II regresaran. Promovió y apoyó a la Cofradía de San Juan Bautista, logrando conservar la tradición de la Morisma de Bracho; y rescató la colección “Mertens de Arte Huichol”, para cuyo resguardo y exhibición creó el “Museo Zacatecano”, el cual, junto con otros logros del propio Sescosse como los museos Pedro y Rafael Coronel, y el rescate para Zacatecas de la obra del pintor Francisco Goitia, sentaron las bases para que la ciudad adquiriera una vocación inminentemente cultural.

La culminación de su obra se dio con su último gran legado al promover, ante las autoridades federales, la postulación para la inscripción del Centro Histórico de Zacatecas en la lista del Patrimonio Mundial ante el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Federico Sescosse Lejeune, dedicó toda su vida a Zacatecas, su mérito fue guardar un profundo afecto por la ciudad que lo vio nacer, generando numerosas acciones para su conservación y protección. * Director del Centro INAH Zacatecas.

/// Boceto de la /// Boceto de la

Fuente de los

Fuente de los

Faroles diseñada

Conquistadores

por Federico

diseñada por

Sescosse.

Federico Sescosse.

Biblioteca

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Especializada

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Camino Real de

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Tierra Adentro.

Tierra Adentro.

Centro INAH

Centro INAH

Zacatecas.

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del fondo

documental Federico

documental

Sescosse Lejeune.

Federico Sescosse

/// Restauración del edificio del antiguo Colegio de San Luis Gonzaga. Biblioteca Especializada Camino

Lejeune.

Real de Tierra Adentro. Centro INAH Zacatecas. Fototeca del fondo documental Federico Sescosse Lejeune. Ca. 1979

Ollin: Memoria en Movimiento

/// Fachada lateral del ex templo de San Agustín antes de su rescate. Biblioteca


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¡Que lo incendien todo! Por Adán Echeverría t

Río de palabras

Mujeres encapuchadas entraron a un Centro de Readaptación Social y asesinaron a 15 hombres que habían sido acusados y encerrados como violadores. Tuvieron acceso a los expedientes de los presos, pues una de ellas, que trabajaba ahí como psicóloga, les había pasado la información, y acordó con los custodios permitir su ingreso. La Secretaría de Seguridad Ciudadana investiga los perfiles de estas mujeres sospechosas; particularmente el de la psicóloga que les ayudó desde adentro, quien actualmente se encuentra prófuga. Se ha solicitado a un juez libere la orden de aprehensión, según informó el vocero de la secretaría, luego de visitar su domicilio y no dar con ella. Las presuntas asesinas actualmente siguen libres, y no se sabe nada de su paradero”.

Por los niños y la muerte Para la Dra. Rosa María Burrola Por José Filadelfo García Gutiérrez t

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a muerte, para los niños, es una enfermedad pasajera, y si enmudecen ante ella es porque esperan, sensibles, que las reglas del juego se cumplan, y el implicado reviva. El corazón del niño, inmarcesible, ante lo inmóvil sucumbe a los sueños, como el remedio para evaluar el comportamiento de un participante exánime al que se le niega verlo, y por qué, al morir diariamente, renunció a su eternidad. La eternidad habita en el niño pequeño de manera involuntaria, es una ceguera que mira para todos lados, toca todo, se aburre, pero sin morir, innecesariamente, para siempre. La eternidad mantiene ocupado al niño todo el día y toda la noche, y el dolor que padezca (una caída en el patio, un gusto imposible) lo cunde hasta dejarlo dormido, pero no lo envejece. El mundo, con sus tareas volubles y sus horarios sentenciosos, no tiene fin. La muerte, para el niño, es el olvido de la responsabilidad binaria del

/// Inmortalidad, de Xavier Mellery, sin fecha. Museos Reales de Bellas Artes de Beìlgica, Bruselas.

morir-revivir, de perder y volverse a recuperar en la siguiente contienda. Por un momento, la venganza del que muere es su única y justa réplica ante el fracaso: la venganza en la guerra de espadas vuelve al fracaso por muerte un asunto parcial, con caducidad. Mas cuando la muerte perdura y la vida no se puede remontar, el estómago del pequeño se llena de silencio, un oscuro hueco donde el lamento no se entiende, y se pregunta al más grande, y las respuestas no llegan, aunque asiente con la cabeza. Un refrigerio consuela. La opción del más grande es que se cuide de desear la vida llorando; aunque llorar sea bello por libertario. Didáctica paradójica, asunto del crecimiento, que no es de la competencia del niño que, sin salida verbal, la admite. Con un poco de mutuo silencio, la realidad del niño ante la muerte no es realismo, pues el realismo es la consigna de aquellos que admiten el fracaso como un bien común y regular. Lo más cercano al realismo del niño que mira la muerte es el dolor incomprensible que, por incomprensible, objeta la escalera que

conduce a la irradiación racional. La realidad del niño es el sueño, mas no es viable concebir tal realidad como atributo de lo irracional, pues su realidad es un sueño que se explica, fundamenta, atribuye causa y efecto; sosiega, pero no con la demencia de la mentira, sino con el amor por las cosas cuyo sentido último es la salvación y la promesa de un regreso: “¿volverá para seguir queriéndome?”, abre debate ante sí mismo, ante propios y extraños. Piadoso fundamento. Se ha sabido, mientras tanto, que el más grande acude, convencido, a una iglesia. Un niño no pierde, solo se retrasa su voluntad. Hoy no es el día para liberar papalotes y palomas, mas el luto del niño no es la cárcel del desasosiego, sino la disolución del juego de lo permanente en las colinas nevadas de la ilusión; y la ilusión es un espectro que, por primera vez, el niño mira con la escasa sabiduría que aporta la imponencia de un extraño. El luto más luminoso es el del niño, donde se consumen lo pasajero y lo perdurable en una sola mirada extrañada y dispuesta a retomar la vida. Hay que soñar en la inmortalidad, descansa el niño, con la enseñanza de que el sueño profundo es la honestidad de quien renuncia al fulgor de la pérdida. Se aprende, pues, que hay sueños vacíos e inmortales, y el niño avanza.


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28 DE SEPTIEMBRE DE 2020

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

FACINE-Tijuana 2020 Cine

Por Juan Alberto Apodaca t

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n 2011 se lanzó la primera convocatoria para participar en un foro de análisis cinematográfico en la ciudad fronteriza de Tijuana. En aquel entonces no existía nada similar en el noroeste del país, por lo que la respuesta fue variopinta; se interesaron desde investigadores consolidados hasta cinéfilos que esperaban un festival de cine con todo el glamur que supone un evento de ese tipo. Ahora, en el año en curso signado por la pandemia del COVID-19, el Foro Internacional de Análisis Cinematográfico FACINE llegó a su décima edición ininterrumpida, una edición distinta a las demás, totalmente online. Desde su arranque, los objetivos han sido abrir un espacio para compartir avances y resultados de investigación sobre el audiovisual, discutir y ampliar las perspectivas entre asistentes y ponentes, y generar redes de colaboración. Asimismo, el foro ha dado cabida a estudiantes de licenciatura

/// Comité organizador.

para que presenten sus propios trabajos y colaboren como parte del staff. El evento es independiente y autogestivo, y año con año es posible gracias al esfuerzo conjunto de instituciones académicas como El Colegio de la Frontera Norte, la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad de Tijuana CUT, de gobierno como el IMCINE y de iniciativa privada. Para celebrar los diez años de FACINE, del 1 al 5 de septiembre se congregaron más de 40 participantes de países como Brasil, México, Francia, España y Estados Unidos, quienes discutieron en torno al cine y su relación con la estética, intertextualidad, brujería, filosofía, historia cultural, representaciones, cuerpo, performance, géneros, así como sobre cines regionales y otras maneras de hacer-pensar el cine. El autor y profesor emérito de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Paul Julian Smith, presentó su libro Queer Mexico. Cinema and Television since 2000. Una actividad que causó gran expectativa fue la conferencia dictada por el prolífico investigador y profesor de literatura mexicana y

estudios latinoamericanos Ignacio Sánchez Prado, La paradoja transnacional: extractivismo cultural y el cine mexicano global. Se presentó la novedad editorial de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y la Cineteca Nacional, A la sombra de los caudillos. El presidencialismo en el cine mexicano, libro colectivo coordinado por Ángel Román y Álvaro Fernández. La conferencia La violencia de género y lo visual: Espantar los fantasmas del silencio, a cargo de la investigadora especialista en literatura, estudios visuales y género de la Universidad de San Diego, Amanda Petersen, reflexionó sobre las recientes manifestaciones de mujeres en diversas partes del mundo. FACINE en colaboración con FilminLatino presentaron en función especial el documental Laberinto Yo´eme (México-España, 2018) dirigido por Sergi Pedro Ros. La película profundiza en la lucha actual de la tribu yaqui por la defensa del agua y de su territorio, en medio de los estragos producidos por el narcotráfico y los embates del gobierno sonorense. El director del documental sostuvo un conversatorio con

el investigador de El Colef, Miguel Olmos Aguilera, cuyo trabajo antropológico se ha enfocado en la música, danza, tradición, estética y mitología de las sociedades indígenas del noroeste de México. La conferencia magistral de clausura, Nueva normalidad visual en el glotaritarismo, la impartió la profesora investigadora transfeminista de El Colef, Sayak Valencia, autora del influyente libro Capitalismo Gore. El equipo organizador de FACINE se enfrentó al gran reto de nuestros días: mudarse a la virtualidad, sin perder de vista los objetivos centrales del evento. Como balance puedo decir que tanto organizadores como participantes, aprendimos mucho sobre el no-estar-juntos, estando-juntos-a-distancia, y sobre las posibilidades que abre y al mismo tiempo clausura la virtualidad. Fue un décimo aniversario atípico, pero profundamente enriquecedor, esperamos seguir aportando a los estudios cinematográficos en el país y que podamos congregarnos y abrazarnos pronto en Tijuana. Todas las actividades se pueden consultar en www.facebook.com/ FacineTijuana

/// Foro Internacional de Análisis Cinematográfico FACINE, online.


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Río de palabras

Cine

Tenet, de Christopher Nolan: las virtudes del blockbuster t Por

Adolfo Nuñez J.

A

l pasar de los años, Christopher Nolan ha desarrollado un estilo fílmico inconfundible, que lo ha hecho objeto de amor y odio por partes iguales. Por un lado, hay quienes celebran sus esfuerzos de crear historias de una narrativa intrincada y profunda dentro del cine comercial, mientras que otros critican sus excesivos malabares y encuentran en sus diálogos sobre-explicativos una complejidad mucho más obvia de la que en realidad tienen. Lo que queda claro con Tenet (2020), el filme más reciente de Nolan, es que el cineasta británico no tiene la intención de hacer a un lado su sello particular ni sus obsesiones, en este caso enfocadas en la percepción del tiempo y la realidad. El resultado final es su película más ambiciosa, enrevesada y poco complaciente en cuanto a dichas temáticas, que termina por demostrar tanto las notorias virtudes del director, como algunas de sus fallas. La cinta sigue la historia de un espía ( John David Washington) que se ve envuelto en una red de intriga y supervivencia, la cual involucra objetos, personas y vehículos que, en lugar de ir hacia adelante en el tiempo, se encuentran “invertidos” y se mueven hacia atrás. El director juega con dicha premisa para representar la teoría de una realidad simultánea, que en el filme es percibida por los personajes dentro del mismo espacio, pero con una temporalidad opuesta. Esto da como resultado enigmáticas coreografías de acción y suspenso, construidas con efectos visuales prácticos (sin pantalla verde) y cuyo principal mérito radica en la perplejidad de sus imágenes. Nolan entiende las reglas del blockbuster, el cine comercial a gran escala, y las utiliza a su favor en un relato correspondiente al cine de espionaje y que evoca a los filmes más recientes del 007, así como a la saga de Misión Imposible. Esto lo logra por medio de un diseño de sonido inmersivo, una intensa

banda sonora compuesta por Ludwig Göransson y una impecable fotografía de Hoyte van Hoytema. Los conceptos del filme son explicados por medio de diálogos que más de uno podría encontrar como excesivos, pero que posteriormente son expuestos de manera visceral a través de imágenes y sonidos. Así, la confusión inicial de la cinta se va traduciendo de manera progresiva en una lógica que evoca a los sentidos y donde gran parte de sus elementos terminan por cuadrar. Asimismo, los personajes del filme dejan de ser indi-

viduos y se vuelven simples piezas cuya única función es formar parte del enorme engranaje de la cinta. Esto puede hacer que la película se sienta fría y distante en el aspecto emocional, pero al mismo tiempo hace que el director evite el enorme sentimentalismo que está presente en algunos de sus trabajos anteriores. Tenet es una película inusual, un palíndromo enorme que no permite pensar en términos lineales. En su insistente afán de moverse hacia atrás, Christopher Nolan termina construyendo un espejo cuyo reflejo se encuentra en un cine

comercial que antaño pretendía ser más exigente y menos condescendiente con su audiencia. Es la cinta más autoconsciente del director, de lo profundas o superficiales que se pueden interpretar las ideas que representa, pero donde la virtud del asombro se mantiene intacta. Así en medio de una realidad y un futuro tan inciertos como los actuales, Tenet es una experiencia fílmica que plantea la oportunidad de volver al pasado, volviéndose una grata escapada a otra realidad por medio del entretenimiento puro.

Los abuelos t Por

L

Pilar Alba

os abuelos no tienen dientes, son como el bebé de mi hermana al que dicen que apenas le van a salir. Por eso se ponen por las mañanas unos dientes falsos, se los fijan con una pasta verde que a veces se les sale y se les ven las encías. Los abuelos tienen sueño todo el tiempo, así como el bebé de mi hermana que se la pasa todo el día dormido; nada más que él despierta y llora, hace berrinche, le dan

leche y se queda otra vez dormido. Los abuelos no, ellos despiertan, te miran y te sonríen con sus dientes falsos, se acercan a ti y te dan un beso, un dulce o una caricia sincera. Por eso yo prefiero estar con ellos que con mi hermana y su bebé, ella ni me hace caso y mis abuelos me apapachan todo el tiempo. Dice mi tía que mis papás no decidieron eso, que yo a mis abuelos solo puedo verlos de vez en cuando y pasar con ellos solo poco tiempo. Pero ya estoy harto de andar de aquí para allá cargando la pañalera, te-

niendo que bajar el ruido de la tele para que el bebé no se despierte, prestarle mis juguetes para que no llore y dejar de comer galletas y dulces para que a él no se le antojen. Un día de estos voy a salirme por la ventana, voy a ir derechito a la casa de mis abuelos, les voy a decir que ya puedo quedarme con ellos. Me esconderé en el clóset o debajo de la cama si mi hermana o mi tía vienen a buscarme. No importa que les pregunten a ellos, al fin todo se les olvida, bueno, casi todo, porque no se les olvida querernos.


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