SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 473 /// 5 DE ABRIL DE 2021 /// AÑO 10
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Figurilla de mujer sedente encontrada en la comunidad del Vergel, Valle de Malpaso, Zacatecas, exhibida en el Museo de Sitio de La Quemada. Foto de Juan Carlos Basabe / Centro INAH Zacatecas.
A 25 años de su creación y después de impulsar las aperturas del Museo de Sitio de Alta Vista en 2007 y de las zonas arqueológicas Cerro del Teúl y Cerro de las Ventanas en 2018 y 2019 respectivamente, el Museo de La Quemada se renueva, respetando su originalidad, para convertirse en un museo de sitio, retomando las investigaciones generadas en estos últimos años y con ello construir un nuevo guion científico y museográfico con la finalidad de mostrar público en general un mayor conocimiento en torno a este importante sitio del norte de nuestro país. [Más sobre la reestructuración museográfica del Museo de Sitio La Quemada, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 473 /// 5 DE ABRIL DE 2021 /// AÑO 10
La Gualdra No. 473
Editorial
L
eía el fin de semana a Eric FeiglDing, un epidemiólogo y economista sanitario considerado como uno de los mejores científicos del mundo, quien hablaba en su Twitter sobre los últimos hechos relacionados con un aumento de contagios en Chile, pese a que este país es un ejemplo en el mundo -junto con Estados Unidos e Israel- en cuanto al número de vacunas aplicadas a su población: “lo he dicho muchas veces antes, que este era mi mayor temor, incluso más que las mutaciones. Que en el momento en que comenzáramos a vacunar, los líderes políticos serían presionados para reabrir inmediatamente antes de que se vacune a suficientes personas. Y la presión política aumentará cada vez más...”,1 decía en un hilo de conversación en la que manifestaba ese que era su mayor temor, el hecho de que las actividades económicas, sociales, culturales y cotidianas retomaran su curso como si la pandemia hubiera terminado sin que eso esté más alejado de la realidad. Mientras lo leía, recordaba que unas horas antes había recorrido la ciudad en mi auto y había visto con sorpresa -pese a que mucha gente daba cuenta de esto en las redes sociales- cómo una gran cantidad de personas circulaba caminando por las calles del centro histórico, sin que nada -quizá en apariencia- les perturbara. Familias completas paseaban comprando alimentos; muchos de ellos incluso comían mientras seguían su camino, sorteando un gran número de personas que hacían fila y se aglomeraban sin precaución alguna para subir a los camiones turísticos –en los que, una fila sí y una fila no, lucían llenos-. Mientras avanzaba en el coche, por la Avenida Hidalgo, el estruendo de la música a decibeles altísimos anunciaba que estaba cerca del Portal de Rosales: arriba de este emblemático edificio había una banda en vivo, los balcones del portal y los de en frente estaban atestados: música a todo volumen y euforia a todo volumen también podía observarse en quienes, mientras platicaban a gritos -porque el ruido no permite escuchar con claridad en esos lugares- olvidaban las medidas de sana distancia para poder ser entendidos. Eric Feigl-Ding, dice tabién en sus comentarios que “Básicamente, esta euforia y una falsa sensación de éxito harán que las personas se vuelvan aún más impedidas y más arrogantes en sus comportamientos personales, lo que puede llevar a que las personas propaguen más el virus
entre los no vacunados y recién vacunados con una protección incompleta todavía”. El hecho de que en nuestra ciudad y en varias otras del país se haya comenzado con la vacunación nos dio también, como en Chile -cuyos hospitales están al borde del colapso- una falsa certeza de que la normalidad tenía que retomarse así, rápido, como si los más de 200 mil muertos no hubieran ocurrido, como si el tedio acumulado por el encierro fuera a borrarse con olvidar momentáneamente que el covid-19 sigue entre nosotros. Porque aquí sigue y continuará mucho tiempo. Ojalá que nos quedara claro que la vacuna no acaba con el virus, simplemente nos ayudará a que las posibilidades de morir, en caso de que lo contraigamos, sean menores. Ojalá que seamos concientes de esto, porque aquí solo los mayores de 60 años han recibido la primera dosis de vacuna y solo un porcentaje -todavía insuficiente- del personal de salud ha recibido las dos... todos los demás estamos a la espera de ser vacunados. Y mientras eso pasa, las campañas ya iniciaron. Si la gente ha salido a la calle como si nada pasara en ánimo de “desaburrirse”, me resulta más incomprensible todavía que muchas más personas de las imaginadas ahora se vean participando en aglomeraciones con sus candidatos, se empujan unos a otros para tomarse la foto, algunos con el cubre bocas mal puesto... pero eso sí: con la idea de que traer alcohol puesto en las manos los salvará. El domingo 4 de abril falleció un escritor muy joven y uno de los más talentosos de México, Francisco Haghenbeck, por complicaciones derivadas de haber contraido el virus. La tristeza inundó las redes sociales; escritores, editores y lectores lamentaron su muerte... tenía apenas 56 años. Me uno a la pena que embarga a la familia y amigos de este escritor que alguna vez preguntara en una presentación qué pasaría si tuviéramos la oportunidad de beber un líquido mágico que al tomarlo pudiera borrar todos nuestros errores, omisiones y culpabilidades... ¿cuántos de nosotros, si existiera esa posibilidad, lo tomaríamos? Seguramente algunos nada más; pero el “brebaje maravilloso” no existe. El Covid-19 sí y llegó para quedarse.
Contenido
Tres pequeñeces Por Adán Echeverría El extranjero, de Albert Camus Por Miguel Ángel de Ávila González
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Renovación respetuosa: Reestructuración museográfica del Museo de Sitio “La Quemada” Por Carlos Augusto Torres Pérez, Carlos Alberto Torreblanca Padilla y Juan Carlos Basabe
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Premio del jurado para Michel Franco en Cinélatino de Toulouse Por Sergi Ramos
Los camiones de la metáfora Por Guillermo Nemirovsky
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1
Directorio
Ver hilo de Twitter: https://twitter.com/DrEricDing/status/1377029757578149892
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Tres pequeñeces t
Por Adán Echeverría
El extranjero, de Albert Camus
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lbert Camus es un referente obligado del existencialismo y considerado como padre de la filosofía del absurdo. A esa distancia que existe entre la búsqueda de significado del ser humano y la indiferencia del universo Camus la llamó el absurdo. Es dentro de esta vertiente que se inscribe El extranjero, una novela extraña ambientada en Argel a principios de los años cuarenta. Meursault, el narrador, reseña su vida comenzando un día después del fallecimiento de su madre. Después de recibir un telegrama informándole la muerte, llega al asilo, pero descubre que el ataúd ya ha sido sellado. Esa noche vela el cuerpo de su progenitora y esa misma noche regresa a Argel. Al día siguiente va a la playa, ahí se encuentra con María, su antigua compañera de trabajo; van al cine, después pasan la noche juntos. Cuando el protagonista despierta, María se va. El lunes siguiente regresa al trabajo; esa noche se encuentra con su vecino Raymundo, este lo invita a cenar, le cuenta cómo golpeó a su amante después de que des-
cubre que ella le había engañado. El siguiente sábado María visita a Meursault en su departamento. Ella le pregunta si la ama y él le responde que no; María le pregunta si quiere casarse con ella y él acepta. El domingo siguiente Meursault, María y Raymundo van a una casa de playa, nadan felices en el océano, luego almuerzan. Esa tarde, Masson, Raymundo y Meursault se topan con dos árabes en la costa, uno de los cuales es el hermano de la amante de Raymundo.
Se desata una pelea y Raymundo es apuñalado. Después de atender sus heridas, Raymundo regresa a la costa con Meursault. Encuentra a los árabes en un manantial. Raymundo considera dispararle, pero Meursault lo convence y le quita el arma. Más tarde Meursault regresa a la playa y sin ninguna razón, le dispara al hermano de la amante. Meursault es arrestado; mientras espera su juicio, se adapta lentamente a vida en prisión. Su aislamiento de la na-
Decisiones críticas — Maestro, ¿qué hace? Le he visto por varias horas parado junto a su librero, ensimismado. — Trato de saber qué poeta se enojará más si lo leo y luego hago la crítica de su libro o de su antología y la publico en los periódicos. — ¿Y le da miedo que se enojen? — No. Al contrario. Estoy tratando de escoger qué poeta se enojará más, para leerlo a él. Pero es difícil decidir por cuál se enojará más. ¡Todos se enojan!
turaleza, las mujeres y los cigarrillos lo atormentan al principio, pero finalmente se adapta a vivir sin ello y pronto ni siquiera nota su ausencia. El día de su juicio, el tema de este pasa del asesinato a una discusión general sobre la personalidad del protagonista y de su reacción a la muerte de su madre en particular. El fiscal califica a Meursault como un monstruo y dice que su falta de sentimiento moral amenaza a toda la sociedad; es declarado culpable y sentenciado a muerte. Camus sostiene que la única forma de aceptar el absurdo es precisamente admitiendo que la vida es absurda, pero aún así vivirla con entusiasmo, con pasión, creando arte, siendo hombres y mujeres libres, a sabiendas de que nada de lo que hagamos tiene trascendencia y la alegría y la pasión de vivir deben ser los signos de nuestra rebelión contra el absurdo. Camus propone la felicidad, la libertad, la satisfacción con la que se tiene como herramienta para afrontar un mundo que no tiene sentido. La forma de vivir que propone Camus es vivir la vida con pasión, con alegría, sin buscar su significado y simplemente vivir con intensidad. Este mundo tiene un sentido superior y es, precisamente, el hombre ante su prójimo. Ese encuentro le da sentido a todo. *** Albert Camus, El extranjero, traducción José Ángel Valente, Alianza Editorial, El libro de bolsillo, séptima reimpresión, Madrid, 2019.
Libros
Por Miguel Ángel de Ávila González t
se marchó. Los policías me esperaban a la puerta de mi hogar. ¿Todo bien? Los vecinos llamaron. ¿Atacaron su casa? Sí, pero ya pasó. Si necesita algo, como poner una denuncia… Gracias. La voz del tipo rebotaba en las paredes y me dolía en la mejilla: ¡El que se acuesta con las esposas de otros! Miré a los vecinos parados en la calle, mirando el espectáculo. Yo apenas me había metido en un pans para intentar retenerla. Fue cuando me di cuenta que varias mujeres del vecindario me observaban atentas desde las ventanas. Alcancé a sonreírles.
Río de palabras
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ejarlo todo atrás Hoy apareció una calumnia, se quedó parada sobre mi hombro y me daba picotazos en la oreja, así... despacito; con algo de dolor un poco ajeno quería espantarla pues era molesta y no me dejaba concentrarme y escupir mi ennegrecida rabia sobre la hoja blanca. Entonces otra calumnia, esta vez un poco roja, comenzó a tirarme de los bajos del pantalón, me enterraba sus quelas en los tobillos, y uno tiene que rascarse. Recién me inclinaba hacia mis pantorrillas cuando la calumnia del hombro brincó hacia el teclado; al querer manotear para hacerla huir vi que varias calumnias, coloridas, caían sobre el escritorio. Alcé la vista y ahí estaban, colgadas como murciélagos, escurrían como estalactitas, provenían de las grietas de la techumbre, y se alargaban hasta de pronto soltarse como lodosas gotas para ir cubriendo el escritorio. Las del suelo eran las peores, porque las calumnias rastreras pican bastante duro, y son algo ponzoñosas, en poco tiempo causan ceguera. Tuve que moverme hacia la puerta, salir y abandonarlo todo. Años de trabajo escrito, ahí en esa covacha se quedaron inundados por calumnias.
Ventanas El hombre fue a mi casa. Yo estaba bajo la chorreante regadera con mi novia. Y ¡traz!, sonaron los cristales de la ventana de la sala al romperse. Salí corriendo del baño, salí de ella, para ver qué pasaba. Y el tipo blandía un bate. Mi novia pegaba de gritos. El tipo retrocedió. “¡Qué está pasando!”, “¡Espérate, no salgas!”, “¡Llamaré a la policía!”. El tipo me insultaba y golpeaba con el bate la puerta. Al verla coger el auricular, el tipo se salió de la terraza. Ella y yo estábamos desnudos. Me puse una toalla para alcanzarlo en la calle. El tipo se alteró más, pero no avanzó hacia mí. Los vecinos ya estaban afuera. Empezó a gritar: “¡Tú, acá estás muy tranquilo, mírenlo, es el que se acuesta con las esposas de otros!”. Mi novia escuchó. El tipo cogió su carro y se marchó sin dejar de insultarme. Volví a entrar a casa. Ella se metió el vestido en un solo movimiento. Se puso las zapatillas y se salió, empujándome. Quise detenerla, pero giró hacia mí y me dio una bofetada. La policía paraba su unidad en ese momento. Ella abordó su automóvil y
Ollin: Memoria en Movimiento
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Renovación respetuosa: Reestructuración museográfica del Museo de Sitio “La Quemada”
Por Carlos Augusto Torres Pérez, Carlos Alberto Torreblanca Padilla y Juan Carlos Basabe* t
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a Zona de Monumentos Arqueológicos “La Quemada” es uno de los ejemplos más norteños de grandes ciudades prehispánicas que ocuparon el actual territorio nacional, su auge fue de los años 600 al 900 de n. e.; este asentamiento se localiza dentro del Valle de Malpaso sobre un cerro alargado cercano al Río Malpaso, siendo el centro rector del valle. Los restos de sus edificaciones muestran la importancia que tuvo esta ciudad prehispánica, ejemplo de ello son el Salón de las Columnas, la gran Plaza Principal, la Cancha para el Juego de Pelota y la Pirámide Votiva. Las primeras noticias que se tienen de estas ruinas proceden del siglo XVI con la llegada de los conquistadores, al paso de los años varios exploradores y estudiosos del pasado visitaron el lugar considerándolo como un asentamiento azteca; en el siglo XIX se realizaron importantes descripciones acompañadas de
levantamientos topográficos y dibujos de las condiciones de los edificios de esta ciudad prehispánica. Es hasta el siglo XX cuando comienzan los trabajos propiamente de investigación arqueológica, con ello nuevas interpretaciones del sitio. Para 1996 se logra la creación del museo arqueológico La Quemada que, junto con el museo de Paquimé en Chihuahua, se constituyeron como los primeros recintos que mostraron la herencia cultural
del norte del actual territorio nacional. El edificio que ocupa el museo representó un ejemplo vanguardista en su concepción arquitectónica ya que en su diseño retomó, en una forma contemporánea, las características arquitectónicas y los sistemas constructivos del asentamiento prehispánico, logrando una notable y respetuosa integración al paisaje cultural y natural en el que se encuentra inmerso, condición que conserva hasta nuestros
días en que sigue siendo un referente cuando de museos de sitio se trata. La vocación inicial del museo fue la de un recinto de carácter regional con el propósito de promover las culturas prehispánicas del estado de Zacatecas a partir de la exhibición de colecciones arqueológicas de cada una de ellas, apoyadas en recursos gráficos, dioramas y haciendo uso de los recursos tecnológicos que aquella época ofrecía. A 25 años de su creación y después de impulsar las aperturas del Museo de Sitio de Alta Vista en 2007 y de las zonas arqueológicas Cerro del Teúl y Cerro de las Ventanas en 2018 y 2019 respectivamente, el Museo de La Quemada se renueva, respetando su originalidad, para convertirse en un museo de sitio, retomando las investigaciones generadas en estos últimos años y con ello construir un nuevo guion científico y museográfico con la finalidad de mostrar público en general un mayor conocimiento en torno a este importante sitio del norte de nuestro país a partir de 8 módulos temáticos que abordan temas como la biodiversidad de la región, la evolución del nombre del sitio, las investigaciones que se han
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ticos del sitio; una nueva curaduría y 20 años de excavaciones arqueológicas ampliaron el catálogo de piezas a 72 objetos de piedra y cerámica, las cuales ahora podrán ser apreciadas desde todos sus ángulos. Además de lo anterior, el museo presenta dos novedades; integrando, por una parte, un módulo sobre la biodiversidad de la región, en donde el Museo de Historia Natural de la Universidad Autónoma de Zacatecas aporta ejemplos de la fauna local mediante su colección de taxidermia. El museo contará por primera vez con una sala de exposiciones temporales que le dará la oportunidad de presentar distintas y novedosas exhibiciones; será inaugurada con la exposición “Hierro y Bonilla, álbum fotográfico de las ruinas de La Quemada”, la cual muestra una serie de fotografías realizada en 1892 por los científicos Ignacio Hierro y José Árbol y Bonilla. La renovación del museo estuvo precedida por un trabajo de mantenimiento integral del edificio, así como la adaptación y acondicionamiento de los espacios para garantizar la accesibilidad universal.
filtro sanitario en su acceso y un recorrido unidireccional, estableciendo capacidades máximas y tiempos de permanencia en cada una de sus áreas con la finalidad de evitar aglomeraciones, todo lo anterior debidamente señalizado en los diferentes puntos del recorrido. El museo y la zona arqueológica pueden ser visitados de viernes a domingo en un horario de 9:00 a 16:00h con el último acceso a las 15:00 horas.
* Centro INAH Zacatecas. Fotografías de Juan Carlos Basabe / Centro INAH Zacatecas.
Ollin: Memoria en Movimiento
realizado lo largo del tiempo, la arquitectura en el Cerro de los Edificios, la vida cotidiana, las tradiciones y la cosmogonía, las relaciones regionales del Valle de Malpaso, concluyendo con los procesos del rescate del pasado. El nuevo museo aprovecha elementos de la museografía original enriqueciéndolos con recursos multimedia, tal es el caso del módulo temático en el que se aborda el Cerro de los Edificios, en el cual, sobre una maqueta que ya existía, se desarrolla un mapping interactivo a través del cual el público, por primera vez, podrá conocer la función y apariencia de cada uno de los edificios que conforman este imponente sitio a partir de la proyección de modelos de reconstrucción virtual. Asimismo la antigua sala introductoria fue equipada con nueva tecnología de audio y video, transformándola en un auditorio en donde además de la proyección permanente de un video alusivo al sitio, se podrán realizar diversos eventos académicos y culturales. La museografía de la sala de exhibición permanente se renovó tomando como inspiración el Salón de las Columnas, uno de los edificios emblemá-
El proyecto fue realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia a través de la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos, la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones y el Centro INAH Zacatecas en coordinación con el Gobierno del Estado mediante el Convenio de Colaboración para la Operación y Funcionamiento de la Unidad de Servicios y Museo de Sitio de la Zona de Monumentos Arqueológicos La Quemada, formalizado en agosto del 2019. Se debe mencionar que el museo atiende las exigencias de la nueva normalidad, mediante la disposición de un
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Cine
Premio del jurado para Michel Franco en Cinélatino de Toulouse t
Por Sergi Ramos
Bernardet y Rubens Rewald, directores de la película y profesores en la universidad de Sao Paulo, está marcada por la urgencia de la situación política brasileña. La película sigue al filósofo Vladimir Safatle, figura mediática de la oposición brasileña, en sus intentos por difundir su pensamiento revolucionario, pero sobre todo se esfuerza en apuntar sus límites. Su familia le acusa permanentemente de estar desconectado de la realidad, de pontificar desde la teoría, sin escuchar al pueblo que intenta salvar. Sin embargo, cuando pretende establecer un diálogo, el universalismo de sus ideas que aspira a implicar a toda la sociedad choca con las formas que han estado tomando las luchas más actuales, estructuradas a través de la defensa de las minorías, como el género o la raza, pero que pueden derivar hacia prácticas y reflexiones comunitarias. Cuando Safatle debate con estas minorías (lesbianas o jóvenes negros), estos le echan en cara su estatus de blanco universitario, como miembro de un grupo dominante con el que no es posible crear convergencias de lucha. La introducción de una parte de ficción en el documental, no siempre reconocible a primera vista, empaña, sin embargo, levemente esta reflexión. Sin que llegue a invalidar el debate, a veces el espectador sospecha que la película está inclinando la balanza hacia un solo lado.
M
ichel Franco se llevó el premio más importante de la competencia oficial en la categoría de ficción con Nuevo Orden. El jurado resaltó “el entusiasmo provocado por el filme”, y destacó “la capacidad del director para crear una puesta en escena capaz de propulsar al espectador en un mundo de una extrema violencia, así como la mirada potente y política que extiende sobre México y más allá, sobre las tensiones sociales y universales”. Tras el gran premio del Jurado en la Mostra de Venecia, Michel Franco sigue acumulando premios en los festivales europeos, a pesar de que su película no despierte la misma unanimidad entre la crítica especializada europea. Resultaron también galardonadas la brasileña Casa de antiguidades, la chilena Tengo miedo torero, así como la argentina La chica nueva, reseñadas en el pasado número de La Gualdra. Esta semana tuvimos la ocasión de ver las películas en competencia documental que, como en la pasada edición, demostraron que el cine de no-ficción latinoamericano goza de una frescura y creatividad envidiables. Frente a la política Cinélatino programó dos documentales brasileños estrechamente ligados a la política, y que adquieren una relevancia especial en pleno mandato de Jair Bolsonaro. Depois da primavera, de Isabel Joffily y Pedro Rossi, se abre precisamente con imágenes de una manifestación contra el actual presidente en 2018, en Río de Janeiro. Entre los manifestantes están Adel y Hadi, dos hermanos sirios refugiados en Brasil. En la secuencia siguiente, los volvemos a encontrar en otra protesta, esta vez en Siria, durante la primavera árabe de 2012. El destino de los dos hermanos ha quedado marcado por el signo de lo político. Poco después, al inicio de su estancia en Brasil, intentan descifrar otra manifestación en la
/// Fotograma de Apenas el sol, de Arami Ullón.
/// Apenas el sol, de Arami Ullón.
que acaban de participar: ¿qué es la izquierda? ¿Qué es la derecha? Ambos siguen saliendo a la calle, pero las coordenadas ideológicas no son las suyas. Siria no es Brasil. El documental los sigue entre 2013 y 2018, relatando los caminos que cada uno ha decidido emprender en el nuevo país de acogida, con sus distintas partes de nostalgia y adap-
tación, aprendizaje y rechazo. A través de su mirada, ingenua solo porque descubre un mundo nuevo, como la de los viajeros persas en la literatura de la Ilustración, percibimos de manera todavía más aguda las carencias de nuestras sociedades democráticas. Si Depois de la primavera es una obra de largo recorrido, #eagoraoque de Jean-Claude
Entre rejas El documental chileno El cielo está rojo, dirigido por Francina Carbonell, y el argentino La sangre en el ojo de Toia Bonino, aportan dos perspectivas distintas sobre la vida en la cárcel. El cielo está rojo vuelve sobre la muerte de 81 presos en el centro penitenciario de San Miguel, después de que algunos de ellos provocaran un incendio. La película empieza con un amplio movimiento de cámara que nos introduce en la cárcel, y que nos permite comprobar el hacinamiento en el que viven los detenidos. El resto de la película adopta un dispositivo que retoma las distintas pruebas y materiales que se utilizaron en el juicio que evaluó la responsabilidad de los funcionarios y encargados de la prisión: grabaciones de las cámaras de seguridad, reconstrucciones de los hechos... A partir de estos materiales judiciales, la película elabora un collage que deja entrever otra versión de los hechos, desmarcándose de la versión oficial y apuntando las negligencias de la institución que originaron las muertes. El cielo está rojo demuestra admirablemente hasta qué punto la verdad depende de cómo se ordenen las mismas piezas. La sangre en el ojo trabaja también sobre una multitud de imágenes, que no proceden aquí de la institución, sino del propio preso y su entorno. Leo acaba de salir de la cárcel tras catorce años de condena, y la cámara lo muestra a menudo descansando sobre un
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Cine /// La chica nueva, de Micaela Gonzalo (Argentina), obtuvo el Gran Premio mención especial.
/// Fotograma de Casa de antiguidades, de Joaño Paulo Miranda Maria.
flotador en una piscina. Las serenidad que podría desprenderse de estas imágenes es desmentida desde el inicio por lo que cuenta Leo, impregnado por su fascinación por la violencia y sus deseos de vengarse del antiguo compinche que lo envió a la cárcel y provocó la muerte de su hermano. Sin embargo, la película utiliza también una serie de contrapuntos, como los videos que graba su hija, en los que la imagen idealizada del padre se acaba desmoronando frente a su falta de empatía. Se trata de un personaje excesivo, quizás monstruoso, pero el documental, con su relato en primera persona, permite acceder desde dentro a la implacable mecánica social que lo modeló. Registro de una desaparición Desde los años 1950, el pueblo Ayoreo (Paraguay) ha sufrido las consecuencias de los sucesivos encuentros con los blancos, colonos menonitas o misionarios cristianos, cuyos intereses, materiales o espirituales, los empujaron fuera de los bosques que habitaban. El documental paraguayo Apenas el sol, de Arami Ullón, sigue a Mateo Sobode Chiqueno, un anciano ayoreo que lleva décadas registrando la cultura de su pueblo en cintas de audio para conservarla frente a su desaparición progresiva. Estos testimonios abundan en las consecuencias trágicas de esos encuentros. Fueron desplazados de sus tierras, que se apropiaron los colonos, muchos murieron por las enfermedades contraídas a causa del contacto con los blancos,
/// Fotograma de La sangre en el ojo, de Toia Bonino.
/// Fotograma de El cielo está rojo, de Francina Carbonell.
/// La sangre en el ojo, de Toia Bonino.
pero sobre todo fueron víctimas de una asimilación cultural. Al centrarse en los testimonios recogidos por Mateo, el documental permite percibir no solo cómo los ayoreos abandonaron la cultura propia, sino cómo interiorizaron su segregación, haciéndola suya. En una de las secuencias más impactantes, Mateo interroga a uno de los ayoreos que colaboró con los blancos para convencer a su gente de que salieran del bosque, a sabiendas de las consecuencias negativas que iba a tener. Lejos de manifestar cualquier remordimiento, demuestra que ha asimilado a la perfección el
João Paulo Miranda Maria (Brasil, Francia). Premio SFCC de la crítica: El alma quiere volar, de Diana Montenegro (Colombia).
menosprecio por su propio pueblo. Víctimas convertidas en victimarios. Palmarés de largometraje de ficción Gran Premio del jurado: Nuevo Orden, de Michel Franco (México). Gran Premio mención especial: La chica nueva, de Micaela Gonzalo (Argentina). Premio CINÉ +: Tengo miedo torero, de Rodrigo Sepúlveda (Chile, Argentina, México). Premio del público: Tengo miedo torero, de Rodrigo Sepúlveda (Chile, Argentina, México). Premio Fipresci: Casa de antiguidades, de
Palmarés de largometraje documental Premio documental Rencontres de Toulouse: Apenas el sol, de Arami Ullón (Paraguay, Suiza). Premio del público: Apenas el sol, de Arami Ullón (Paraguay, Suiza). Premio Signis: El cielo está rojo, de Francina Carbonell (Chile). Premio estudiante: La sangre en el ojo, de Toia Bonino (Argentina).
/// Tengo miedo torero, de Rodrigo Sepúlveda ganó el premio CINÉ +
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LA GUALDRA NO. 473 /// 5 DE ABRIL DE 2021
Elucubraciones
Los camiones de la metáfora
/// Salvador Dalí. Rostro paranoico. Óleo sobre madera. 18.5 x 22. 5 cm. 1935. Colección privada.
Por Guillermo Nemirovsky t
C
on el pasar de los años, los recuerdos se vuelven confusos, y conviene mirarlos con el filtro de la sospecha. Sin embargo, llegan a mi memoria dos datos con cierta nitidez, que me marcaron por su extrañeza (ambos vienen reptando por mi cerebro desde mi época de estudiante). El primero, fue el anuncio tajante de un profesor de lingüística, que proclamaba tema tabú para su ciencia el indagar sobre el origen de la palabra. Puede que no sepamos nunca nada al respecto, pero declararlo territorio prohibido a la reflexión me pareció contraproducente, por no decir francamente anticientífico. El segundo también involucra al mismo docente, pero me dejó una huella más placentera: al explicarnos la etimología de la palabra “metáfora” (del griego, “transporte”, “traslado”), nos contó que por Atenas circulan camiones de mudanza que llevan la palabra metáfora en sus costados. Nunca pude comprobar si era
cierto, pero me encantó la imagen de esa insólita asociación. Él hablaba, claro está, de esa figura de estilo tan usada en poesía. A ella le debemos ocurrencias inolvidables, que no viene a cuento evocar en estas líneas porque lindan con el infinito. Básicamente, consiste en evocar algo (objeto o idea) a través de un término que normalmente no sirve para designarlo. O sea, se trata de evocar una ausencia (la palabra aludida) mediante una presencia (la palabra usada). Hay muchísimos tipos de metáforas, y no todos tienen que ver con la poesía. Es más, los usamos a diario cuando decimos, por ejemplo, “vamos a tomar una copa” (lo que tomamos, o más bien bebemos, es el contenido esta). Pero la idea de evocar (convocar) lo que no está, creo yo, es lo propio de la palabra misma. Podría incluso ir más lejos, pero, cabe aclarar, solo son meras suposiciones: Si cada palabra es susceptible de ser usada en tono irónico, es decir, de apuntar directamente a lo contrario de lo que expresamos, se produce algo que (sospecho) también tiene que ver con la metáfora.
Aquí ya comienzo a intuir que la metáfora es, quizás, el verdadero motor de la palabra, que toda palabra es, en cierto modo, evocación (convocación) de lo ausente. Pero para que esto surja en la historia de nuestra especie, tiene que preexistir una función cognitiva que lo permita. Para empezar, obviamente, la memoria. Sin ella, ¿cómo aludir a lo que no aparece ante la vista? Pero no solo. Pienso también en aquellas pinturas del arte parietal, de las cuevas de Lascaux o de Altamira, cuyos motivos parecen inducidos por la forma misma del relieve de la roca, esos bisontes que se desprenden casi de su volumen o de sus grietas. Pienso en esas manchas de humedad que nos arrojaban figuras monstruosas cuando niños, en esas nubes que recuerdan al pasar a un caballo erguido o una lechuza agazapada. A esta capacidad tan humana de ver lo que no está se le da el nombre de pareidolia. ¿No es, acaso, una primitiva forma de metáfora? No sé si mi intuición resistiría a un examen riguroso, a lo mejor algún investigador más sabiondo y más tenaz pueda indagar en ello, sin temores de aden-
trarse en un tema sorprendentemente tabú. Pero aquí surge otro misterio: si toda palabra puede significar una cosa y cualquier cosa (metáfora) e incluso lo contrario (ironía), ¿cómo es posible que podamos comunicar, y que logremos, más no sea medianamente, entendernos? Tenemos que admitir la posibilidad (mera conjetura) que la comunicación inequívoca sea una ilusión. Soy consciente que, a esta altura, ya perdí la mitad de mis lectores, y no solamente por lo arduo del tema, sino sobre todo por el pesimismo que supone mi desesperante hipótesis. ¡Qué solos y qué incomprendidos estaríamos, de ser cierta! También me percato, por supuesto, de la paradoja que significa comunicarles a mis lectores que la comunicación quizás sea imposible. Ya lo decía el gran lingüista francés Antoine Culioli: “La comunicación es un caso particular del malentendido”. Quién sabe, a lo mejor, por un malentendido, alguien me comprenda.
*Traductor, profesor de la Universidad d’Evry- Universidad Paris-Saclay.