Carne de dioses

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Reflejos de la selva infinita



Reflejos de la selva infinita



Ha llegado el anuncio de que un día de estos se desatará un gran incendio que devastará la tierra y arrasará con árboles y plantas. Hastiada de la promiscuidad generalizada de la humanidad y bañada en sangre por las guerras, los abusos y crueldades, furiosa, la naturaleza estallará en cólera de tal manera que no dejará rastro de esa amalgama de colores y posibilidades que a simple vista es considerada por muchos un paraíso terrenal, en donde la convivencia entre especies hace olvidar por momentos el abuso que una de ellas ejerce en estos tiempos tan profanos y escépticos.


En insaciable estado de sed, el intruso se obsesiona con el hallazgo de un tesoro o de un lugar; realmente nadie sabe qué es, pero el llamado de la tierra y la ambición se cruzan con el camino que se extiende a medida que desaparece y causa una obstinación peligrosa que inevitablemente desemboca en la locura. Estos hombres, los mismos que se fueron dando cuenta de que el reino de las luces que explotaron poco a poco se fue convirtiendo en una celda que cerraba sus paredes lentamente, sintieron que una tapia de desesperanza que consumía sus virtudes presionaba desde el cielo y los enfrentaba a lo más crudo de la naturaleza humana, despojándolos de sus ínfulas de grandeza, comparando su vanidad con miseria y obligándolos a hacer cualquier cosa por prolongar su insignificante existencia, que inevitablemente se iría a diluir entre las sombras de aquella cruel mazmorra que siempre los estuvo observando, expectante, sin que ellos se dieran cuenta. El lugar era testigo opresor de cada movimiento o decisión que en vano carcomía su ilusión y la convertía en una lacerante quimera que ofrecía una exquisitez aparente, mientras las hormigas trepaban sus cuerpos hasta finalmente penetrar sus fibras cerebrales.


Se escucha al final del camino una plegaria misteriosa que, en dulce ritmo de cadencia breve, habla de un ritual posible para llegar a lo trascendente, en donde el árbol protector de todas las razas estará disponible para salvar a quien, errante en el espacio, con mirada llena de fe y misticismo, logre atravesar hacia él para contemplar desde sus gentiles ramas los restos del agobiante laberinto que no era tan infinito y corrosivo. El mismo que en noches sin tempestad ha sepultado caras que creyeron alguna vez en aquellos maravillosos reflejos iridiscentes: en la luz que se cuela por las tupidas paredes de árboles y deja entrever que algo divino baña la selva desde el cielo. Aquellos a quienes el rocío sobre los minerales, en su estado más puro y natural, les parecía que hablaba de la fuente de la vida, que pensaron que esto tan obvio era entendible como el verdadero tesoro de la selva. Pero que no se dieron cuenta de que podría ser algo más abstracto, que se trata de un espacio mental, un estado al que se accede por medio de la descomposición de los sentidos como llave alteradora de la percepción. Un proceso necesario para finalmente fundirse en uno con la noble naturaleza que ha sido víctima de tanta explotación pero que, de la misma manera, con toda su ira atrapa hasta destruir a aquel que no ha tratado de descifrar el misterio que hay en las formas que sus ramas esconden.


Ciénaga silenciosa

Flora y fauna Engañosa y peligrosa Habitantes de la jungla

Salvaje seduccion

Espacio bestial

Condición animal Amalgana de co

Primitivismo

Naturaleza Laberinto infinito

Consc

Voragine/hibris Fragilidad del ser humano

Hundirse en la selva

Asfixia y agobio mental

Sepulcro tropical Vanidad diluida Celda sin paredes

Lu

Hallado por

Destrucción

Mue

Encuentro con lo más crudo de la naturaleza propia

Cruel

Naufragio terrenal

La Dama Protectora

Subconsciente

Esperanza vencida

Som


z

Reflejos y luces Forman siluetas

El reino de la luz

Tesoro natural Visualización del paraíso Visualidada apabullante lores

Luz celestial

iente

Llamado/fe

Sumergirse en la selva Busqueda hacia

rte

Guía espiritual

Ritual de transición

Renovación por medio de la descomposición de los sentidos Sensual Selva personificada

Mirada de la selva Inconsciente

Mística

Sarcófago seminal

Gentil

bra

Ofrece esperanza

Chamán

Espíritu de la selva

Oscuro

Atracción hacia lo desconocido

El anciano de los siglos


sarcรณfago seminal




el anciano de los siglos


la dama protectora




c i ĂŠ nag a silenciosa


el reino de la luz



SARCÓFAGO SEMINAL

Sepulcro tropical

EL ANCIANO DE LOS SIGLO Yagé

La dama


Magia

EL REINO DE LA LUZ Delfines Rosados

CIÉNAGA SILENCIOSA

protectora

Hubris


sarcófago seminal Algo se está germinando en lo más recóndito de la selva, una poderosa fuerza oculta en reposo incuba la semilla protectora de las especies. Desde hace siglos, incrustada en lo más profundo del espeso follaje, yace celosamente, protegida por ramas y maleza, la poción mágica que contiene las delirantes obsesiones y la condena de muchos, además de la posibilidad de salvación para pocos. Un nuevo elemento que se crea al entrar en colación con un nuevo contexto.



el anciano de los siglos ¿Se trata de una bestia que tomó la forma de un hombre para deambular entre nosotros, o es acaso el espíritu de un sagaz animal que habita el cuerpo de un sabiondo y misterioso hombre? Solo se sabe que este tranquilo ser de curtida mirada fría ha vivido lo inimaginable y ha captado cosas que no basta con una sola vida para poder comprenderlas. Se sabe que es poderoso y por eso más vale ser cauteloso, los misterios de la jungla tienen un guardián. Sus gestos y palabras no infundan más que respeto y temor. ¿O acaso quién no le teme a alguien que conoce el miedo secreto más profundo de cualquiera solo con mirarlo a los ojos?



la dama protectora Es la noble selva que con nostalgia observa cómo los intrusos creen dominarla por medio de los abusos que la codicia conlleva. Se carga de ira y resentimiento, siendo capaz así de desatar una gran tempestad encarnada en una elegante y sensual figura femenina que habita en el corazón de esta. Ella conoce muy bien a los que la desafían, los observa todo el tiempo, y ellos solo la verán en el instante antes de que su existencia sea tragada por la negra tierra quemada.



ciénaga silenciosa ¿Cómo un ecosistema peligroso y viscoso se vuelve una trampa mortal? Las paredes se cubren lentamente por un fango negro que cae desde el cielo; es espeso, movedizo y pegajoso. Es fácil entrar pero imposible salir, se cierra y asfixia sin dejar escapatoria ni rastro alguno del invasor. Se convierte en una atmósfera agobiante de sofoco, en donde la bruma viene despedida continuamente desde el subsuelo y rompe la superficie del agua impetuosamente en forma de gigantes burbujas, trayendo al exterior parte de la materia que habita en el subconsciente selvático.



el reino de la luz La magia puebla el aire, un halo de misticismo lo tiñe y toma forma: en el momento en el que la luz que se entrecuela por las tupidas copas de los árboles y se deja caer desde el cielo, para reaccionar con los elementos que llenan la naturaleza. Todas esas luces, sombras y reflejos muestran caras y posibilidades hasta el momento desconocidas. Es un evento, un momento singular que divide el día y la noche, en el que las creaturas fantásticas y misteriosas salen a dar una vuelta entre la bruma espesa y el aura violeta.



audiencia


Materialismo vacío de la sociedad Buscarse a sí mismo Cansado del insensible materialismo de la sociedad. Los días pasan y nada cambia, la televisión y las vallas publicitarias pudren mis sueños y me producen náuseas. La calles se hacen estrechas y la gente camina con sus perros, y toma el té, y se consume entre palabras vacías. En las aceras, las personas llevan una mirada solemne: miran el frío y oscuro pavimento mientras los atardeceres se pierden entre los rascacielos. Filas largas en los bancos, personas esperan su pago después de horas de trabajo y salen a emborracharse, pero nada cambia. Solo la miseria y la desolación incrementa, me enferman los cajeros automáticos y cómo la gente trabaja en cubículos plásticos. Todo es plástico. Las ideas, el pensamiento, solo sirvieron para crear máquinas mientras la aventura humana se hunde en un mar de incertidumbre. Los placeres mundanos no me satisfacen, necesito salir de aquí, ver el sol y las estrellas, librarme de tantos trastos inútiles, quiero volver a la esencia del hombre, que la tierra acaricie mis pies y tocar las ramas de los árboles. Reúno el valor y dejo todo atrás, la selva es cruel pero en ella existen secretos inimaginables. Deseo tocar las estrellas, danzar con los delfines dentro de la espesa agua del río y tomar el néctar de los árboles que poseen la cura para un alma dentada y desolada. Inmerso en la soledad entre belleza insondable, el peligro acecha pero prefiero una muerte sublime que una lenta y triste en una jungla de cemento.



La transformaciรณn del hombre en รกrbol


producto


Iluminación. Reflejos de la selva infinita En la selva las plantas despiertan y se levantan majestuosamente, se esparcen en todas las direcciones y ocupan su lugar en espesas e intrincadas formas que conviven con furia en una danza de exuberante brillo y belleza. Entre el reino de la luz y las sombras se libra una despiadada batalla, que aunque a simple vista armoniosa y apacible, en su paciente temple esconde fuerzas inmensurables, que luchan en un terreno cruel y delirante por un pedazo del reino de la luz, destruyendo todo lo que pasa por su camino. En el nivel más bajo se libra la batalla más fuerte, las intrincadas ramificaciones devoran como bestias todo lo que pasa mientras absorben los reflejos que las hojas más altas dejan atravesar. Capas y capas de luz y formas crean una amalgama de colores fantásticos. La luz es el rocío de la selva, la energía vital, fuente de armonía y belleza, que abraza las ramas y juega con nuestras percepciones por medio de manifestaciones místicas y aparentemente irreales.


estado del arte





yagé Es la esfera suprema de este mundo fantástico. En el punto más alto el azul irradia con toda su fuerza y magnitud, le dona a las plantas la posibilidad de vida y belleza. Capas de colores crean formas esplendorosas en donde viven los sueños más puros y hermosos. Las formas geométricas nos muestran la mano creadora, suprema y poderosa, el origen de las más sagradas percepciones. Este es el dios de la selva, un dios de infinita belleza y armonía, es el reino sagrado, el ultimo de los secretos, la fuente de la vida. Es la meta de incansables buscadores, osados y ambiciosos... es el secreto de yagé.





panacea En el medio se encuentra un tesoro escondido. Fluye como la sangre y es la sangre misma. Pocos saben cómo llegar a él y menos cómo extraer de este la cura para todos los males y enfermedades. Si no se tiene cuidado es inevitable perecer diluido entre esta espesa fuerza que camina lenta y sigilosa, que latentemente se escurre dentro de lo más profundo de la vida, por los lugares oscuros y estrechos. Su fuerza es milenaria, su lento devenir solo es equiparable con su inigualable poderío, está compuesta por todo lo que ha vivido, todos nuestros antepasados, nuestros momentos y, con el tiempo, reclama también nuestro lugar en la sangre de la selva.





ate En el nivel más bajo se encuentra el mayor peligro, en las puertas del inframundo la muerte es el pan de cada día, y está dispuesta a hallar a todo lo que sin cuidado ose contaminar el fuego con su presencia. Los cuerpos intrincados en penumbras pelean por los últimos rayos de luz que escasamente se escapen por sus entramadas formas. Devorará a todo aquel que subestime su poder y que con soberbia se adentre en la jungla. Lo negro y destructor se aferra a todo, extermina todo, su furia es implacable, incomparable, y se desliza con insaciables ansias devoradoras.





Universidad de los Andes Departamento de Diseño Estudio 5 2009-2 Laura Cortés Andrés Amaya Juan Camilo Rodelo Juan Camilo Guzmán




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