07 MÁNTICA

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La Negra Plata Revista Cultural Edici贸n 07 / A帽o 02 mayo - junio 2016

MANTICA


La Negra Plata surge por la necesidad de crear un espacio irreverente y lúdico. Pretendemos crear lectores y consumidores de arte y literatura. Respetamos la solemnidad, mas pensamos —éste no es ningún hilo negro— que si existe una crisis en la lectura, es porque hay una crisis en la escritura. No pretendemos alejar al lector y/o espectador de la obra, al contrario, queremos revolcarnos con todos aquellos que pongan sus ojos en nuestras hojas y que la dialéctica surja dentro y fuera de las páginas. Creemos necesario que la nueva generación de artistas, ilustradores, pintores, periodistas, magos, escritores, intelectuales, pensadores, poetas, antipoetas, chamanes y demás dicharacheros a los que se tenga alcance comiencen a responder a la realidad en espacios independientes, libres y menos convencionales. Los temas que se tratarán en cada edición son pensados de acuerdo al contexto y sus fenómenos. Dentro de la revista se encontrarán diversas perspectivas que, al final, el lector deberá cuestionar y elegir para dónde masca su iguana. Los autores son libres de abordar el tema como se le hinche la neurona, siempre y cuando los cimientos de sus opiniones sean sólidos y originales. Las puertas de La Negra Plata están abiertas a todo aquel que, con argumentos y fundamentos, piense que tiene algo que decir y mostrar. Creemos que uno de los objetivos de la expresión artística es provocar en el espectador una visión crítica de este mundo y todos los demás, a través de la reflexión. Te pedimos que compartas esta revista y no la lleves a un librero, lugar en donde mueren los libros. Puedes hacer lo que quieras con el contenido ya que, a partir de ser publicadas las creaciones, le pertenecen al Universo. El futuro se puede abordar con imaginación. Esta edición se titula Mántica, haciendo referencia a una de las cuatro formas (Mántica,, Purificatoria, Poética y la amorosa) en como, según Platón, se nos presenta la Locura buena, “los mayores bienes nos son otorgados por medio de una Locura”. Bienvenida toda crítica constructiva y destructiva, aunque se cree —y estamos completamente seguros— que la crítica ideal es a través de crear un espacio similar a éste. Salud, y que viva el arte. Christian Martínez Director editorial


+ A R T I S TA S I N V I TA D O S

LUGAR: LA PULCATA DE SANTIAGO

18 de JUNIO 2016

SALTILLO COAHUILA, MÉXICO

PRIMER ANIVERSARIO DE

MÁS INFORMACIÓN Y VENTA DE BOLETOS EN FACEBOOK: LA NEGRA PLATA Y EN LA PULCATA DE SANTIAGO.

DIRECCIÓN EDITORIAL Christian Martínez Luna Edición / Literatura Natalia Alejandrina Blanco Diseño editorial / Artes visuales CONSEJO EDITORIAL Antonio Olvera / Armando Ríos /José Gerardo Sánchez Magallanes. Portada: Más orgánico, porfa por Natalia Alejandrina Blanco de Saltillo Coahuila.

Colaboraciones: negraplata@gmail.com Publicidad y patrocinio: negraplata@gmail.com

natalia.alejandrina@gmail.com / chimalluna24@gmail.com

Próximo tema: El

movimiento

BRAVO SUR 279 / CENTRO HISTÓRICO

La Negra Plata se publicará de manera bimestral [registro en tramite]. Los puntos de vista expresados en las publicaciones no deben de ser entendidos necesariamente, como representantes de la opinión de los editores de La Negra Plata y quedan bajo responsabilidad de los autores. Impreso en los talleres gráficos de Fotograbado de Saltillo e Imagen en Saltillo Coahuila, México. Fecha de aparición: mayo 2016. Tiraje: 1500 ejemplares. Distribución gratuita.

La Negra Plata issuu.com/lanegraplata lanegraplata.wordpress.com



SOBRE LA FE EN LAS COSAS QUE NOS PREDICAN Walter Benjamin

Investigar el estado en que uno se encuentra cuando apela a las fuerzas oscuras, es uno de los caminos más cortos y más seguros para conocer y criticar dichas fuerzas. Ya que todo prodigio tiene dos caras, la de quien lo hace y la de quien lo recibe. Y no es raro que la segunda sea más instructiva que la primera, puesto que incluye su misterio. Por esta vez no preguntaremos más: ¿qué ocurre con alguien que se hace proyectar grafológica o quirománticamente su biografía, que encarga se establezca su horóscopo? Podríamos creer que se trata por de pronto de un afán por comparar y comprobar. Con mayor o menor escepticismo pasará revista a todas y cada una de las afirmaciones que le hagan. Pero en realidad nada de eso. Más bien lo contrario. Sobre todo tiene una curiosidad tan ardiente por el resultado que parece como si esperase de éste información sobre alguien que es para él muy importante, pero completamente desconocido. La vanidad es el combustible de ese fuego. Pronto será un mar de llamas, puesto que tropieza con su propio nombre.

Pero si la exposición del nombre es de suyo una de las influencias más fuertes que concebirse puedan sobre su portador (los americanos la han empleado de manera muy práctica al hacer que los anuncios luminosos se dirijan a los Smith y a los Brown), no cabe duda que en la predicción dicha exposición va unida al contenido de lo que se diga. El asunto es así: la pretendida imagen interior que de la propia naturaleza llevamos en nosotros mismos es, de un minuto para otro, pura improvisación. Se orienta enteramente, por así decirlo, según las máscaras que le son presentadas. El mundo es un arsenal de esas máscaras. Y sólo el hombre atrofiado, devastado, las busca como un simulacro en su propio interior. Porque la mayoría de las veces nosotros mismos somos pobres en este aspecto. Por eso nada nos hace más felices que si alguien se nos acerca con un arca de máscaras exóticas y nos ofrece los ejemplares más raros, la máscara del asesino, la del magnate de las finanzas, la del viajero que da la vuelta al mundo.


Mirar a través de ellas nos encanta. Vemos las constelaciones, los instantes en los que hemos sido de veras esto o lo otro o todo de una vez. Todos añoramos este juego de máscaras como ebriedad, y de ello viven hoy los echadores de cartas, los astrólogos y los que leen en la palma de la mano. Saben éstos transponernos a esas quedas pausas del destino, de las cuales sólo más tarde advertimos que contuvieron el embrión de un curso completamente distinto del que nos cayó en suerte. Que el destino se para como un corazón es algo que percibimos con un terror profundo y venturoso en esas imágenes de nuestra naturaleza aparentemente tan indigentes, aparentemente tan ladeadas, que el charlatán pone frente a nosotros. Y tanto más nos apresuramos a darle razón cuanto más sedientas sentimos ascender en nosotros las sombras de vidas que no hemos 1 vivido jamás. 1

Texto escogido del libro Discursos Interrumpidos I del filósofo y crítico alemán Walter Benjamín.

Intervención urbana realizada por GaTo Delández en diferentes puntos de la ciudad de Saltillo Coahuila.

RADIO 12:00 HORAS 104.1 FM R. UNIVERSIDAD

TODOS LOS VIERNES

La Negra Plata


Collage de Antonio olvera Saltillo Coahuila


DESESPERACIÓN / BOLÍGRAFO SOBRE PAPEL MONSERRAT LÓPEZ DE SALTILLO, COAHUILA


CARTA A MI QUERIDA AC0045 TRAN-C

De: Julián Almeida Para: AC0045 Viernes 23 de Agosto del 2024 Querida AC0045, sé que no puedes procesar esta información pero no encuentro la forma de explicarte lo que siento. Desde el primer día que te vi mi vida cambió. Estabas tan linda y reluciente parada al frente del mostrador de Techno-biology con el precio y la descripción de tus acciones. Eres exactamente lo que soñé: 3 terabytes de memoria interna, proyector de imágenes, y banco de audios con más de cincuenta mil frases. Simplemente la amiga perfecta. Ya me había planteado la posibilidad de comprar un androide para las labores del hogar, ya que el trabajo me deja exhausto. Nada me había llenado el ojo; tu diseño ergonómico era perfecto tu cabello rojo artificial y tu mirada inteligente capaz de grabar nuestros recuerdos en una galería de fotos. Eres tan especial para mí. Hoy que regresas del taller quiero pedirte una disculpa. Me parte el alma verte en silla de ruedas. Eres tan perfecta que me has perdonado, lamento haber tomado unas copas de más y faltarte al respeto de esa manera; el ingeniero dijo que tardaría 6 meses en reconstruir el cableado de tu cadera. Te juro que yo no quería hacerlo. No pensé que te dañaría y al fin y al cabo ¿tú y yo somos el uno para el otro, no? Quería estar contigo como están las parejas. Tú sabes, como marido y mujer, Juro que no volverá a pasar. Es la tercera vez en 2 años que sales del taller por cosas como ésta. Aprendí la lección: tu cuerpo de androide no está preparado para hacer el amor con mi cuerpo de humano y aunque salga un nuevo modelo que se adapte a las necesidades sexuales del hombre, no te cambiaría por nada. Eres mía, el amor de mi vida, nací para comprarte y tú fuiste creada para que yo te comprara. Espero y perdones mi comportamiento tan idiota. Yo no quería dañarte, y de todo corazón, te pido disculpas. Sabes que te amo y que siempre estaremos juntos hasta que la muerte o el tiempo de vida de tu hardware, nos separen. Posdata: espero y te gusten las nuevas apps que compré para tu regreso. Atentamente: Tu osito de carne y hueso.


BASIC FUTURE

MODELO: AARÓN MTZ FOTOGRAFÍA MAKE UP & STYLING : ALFREDO VALLEJO SALTILLO COAHUILA




GOOGLE: ¿A LOS CUÁNTOS AÑOS COMIENZO A PARECER CHAVORRUCO? Armando Ríos

Atado a la rutina lo único que me queda es preguntarme si mi futuro será exactamente igual a lo que hoy vivo. Me siento cansado y en verdad lo estoy. El problema es que el tiempo aparentemente no pasa. Busco independencia. Ese juego del miedo; la cúspide de los sueños para un joven hoy en día que escucha música y escribe desde una computadora prestada. Está la opción de venderte al tiempo, enjaularte 8 horas al día y si dan extras benditas sean para poder pagar tu pequeño espacio con agua caliente y un poco de luz. Corres a recordar los bellos momentos en familia, ésa que ganó las batallas en tiempos mejores que estos y que ahora no podrán ayudarte porque el país está en crisis, a ciegas y ellos lo niegan, dicen que la situación está viento en popa, “sí hay oportunidades”.


Google: ¿Cómo ser un perfecto adulto sin dejar de ser joven? Google: Portal del perfecto empleo con las perfectas vacaciones con el perfecto salario. Google: ¿A los cuántos años empiezo a parecer Chavorruco? Busco tutoriales para escapar de la organización y el orden. Estamos para servirles: Corres de un trabajo a otro y después a beber un trago y tomar clases con la dichosa Escuela de la vida. Entras a casa derrotado sin saber que hoy es el día perfecto para crear. Google: ¿Qué va a pasar, Google? Esto es lo difícil de ser joven en el año 2016. A veces no queda más que ver un buen par de zapatos del 7 y caminar con un elote en la mano por la calle de Victoria, pensar en tus sueños y crear otros nuevos en todos esos aparadores. Quizá es el momento perfecto para imaginar si mi futuro será exactamente igual a ese momento en el cual estoy viendo unos tenis y no puedo comprarlos.

Uriel Torres Cervantes Saltillo, Coahuila

composición a 4 años luz

Por ahora prefiero pensar en el amor de mi vida, caminar por la calle de Victoria y compartir un elote asado entero o en vaso.


adicci贸n tecnol贸gica / ilustraci贸n digital gerson vergara / Chile, Termuco 13


ANÁLOGO A LO INCIERTO, AL TODO/ NADA, AL FUTURO

GRAFITO Y PUNTILLISMO FACEBOOK.COM/PEMARLATA

PERLA MATA MATAMOROS, COAHUILA


LA LA CARNE CARNE A unas calles de metro Pino Suárez se encuentra la zona conocida como San Pablo, famosa por sus muchas tiendas de bicicletas. Apenas al bajar del metro, uno entiende que la vida aquí va en serio. Los autos avanzan con ferocidad, devoran asfalto y distancias con sus dentelladas de caucho. Los puestos de comida entrelazan un caleidoscopio de aromas que no se puede ignorar. También están las prostitutas. Parece haber una en cada esquina, una en cada rincón donde pudiera haber vida. Cariátides lúbricas que sostienen el futuro sobre nuestras cabezas; sin ellas esta ciudad se vendría abajo y a muchos los aplastaría. Son una cronología de la vida: hay algunas que son jóvenes, bellas, y sus rostros parecen no pertenecer a la ciudad. Hay otras, las más, cuyos cuerpos denuncian ya el paso del tiempo: sus carnes se derrumban, han sido talladas contra otros cuerpos tantas veces, de tan áspera forma, que lucen como si fueran a romperse. Pasado y presente envueltos en piel, pasado y presente mirando a la avenida como quien mira el porvenir. Camino hacia la merced. Pregunto en cada una de las tiendas. Casi todos los dependientes de los establecimientos

Aldo Rosales Velázquez Edo. de México

contestan de forma grosera, como si la duda fuera un crimen que debe castigarse. Quizás, pienso, sigo siendo un extranjero en esta ciudad. Aún no termino de entender que aquí la furia es la lingua franca. Junto a la tienda donde por fin compré las llantas, un hombre pide limosna. Su pierna izquierda está tumefacta y sus ojos son cóncavos como sus manos. No le doy dinero, le doy una manzana que cargaba en mi mochila y me dice gracias como quien da la hora. A lo mejor soy yo quien debiera darle las gracias. Aquellos que dan limosna lo hacen más por ellos mismos que por el otro, para sacarse del pecho la culpa. Cuando me agaché para darle la manzana, vi que no era mayor que yo. Camino hacia el Zócalo. Las prostitutas van quedando atrás. La última a la que vi era una mujer de alrededor de 50 años. Comía discretamente una gordita de nata que sacaba a trozos de una bolsa de plástico dentro de su bolsa de mano. Se limpiaba las comisuras de los labios con el dedo anular de la mano derecha, con un gesto suave, indefenso y luego volteaba a ver si nadie se había dado cuenta.


Sin los tacones altos, falda corta y el salvaje rasguño de maquillaje barato, podría parecerse a mi madre. Me pregunto, mientras esquivo a los ciegos que venden bolsas en la banqueta, ¿Qué hace diferente a esa mujer, de mi mamá? ¿Qué me diferencía del hombre de la pierna tumefacta? Llego, después de caminar media hora, a las afueras del Museo San Carlos; travestis caminan sobre la banqueta y aguardan. Las piezas que se exhiben allá adentro las hizo alguien con sus manos, no nacieron de la tierra. A estas mujeres también alguien las esculpió; alguien tomó un hombre y lo fue moldeando hasta lograr una mujer. Ellos (ellas) sin piezas ambulantes de un museo que no termina nunca de formarse: la noche. Cerca de metro Revolución hay una sucursal del Nacional Monte de Piedad; ahí afuera también hay prostitutas. Ellas empeñan su cuerpo para comprar comida, ropa o útiles escolares. Su cuerpo es la única herencia de sus padres, el único bien que poseen y que refrendan una y otra vez en el empeño de la vida. Una calle antes, olvidé decirlo, hay un puesto de tacos. Ahí las prostitutas dejan sus mochilas y bolsas.

Salen a la calle a trabajar. Sobre la puerta del baño hay repisas llenas de mochilas y bolsas de mano. Ahí se refugian, se esconden cuando están cansadas, hartas y tristes. Una vez vi a una de ellas comer tacos. La carne desaparecía en su boca y a veces asomaba de nuevo entre los dientes, viscosa, mezclada con la tortilla y su saliva y no pude más que imaginarla besando a alguien. La carne. La carne en todas sus formas: palpitante o quieta, siempre para no morir. Eso es la ciudad. Eso es la vida. Eso somos: carne, carne del lado erróneo del cuchillo del futuro, del cuchillo del tiempo. Las calles son una vitrina, un escaparate de adoquines y todo tiene un precio. En metro Revolución también hay prostitutas. Me detengo a descansar y miro a una de ellas comer una rebanada de pizza; también parece hacerlo a escondidas. Alguien se acerca a su compañera, se la lleva y ella queda entonces sola, aferrada a su trozo de pizza como una tabla de masa para no naufragar en la soledad de las calles. Nota que la observo. Sus ojos y los míos parecen atorarse. Qué sigue, parecemos preguntarnos, y no sólo respecto a este momento, sino a este minuto, a esta noche, a este respiro. No lo sabemos.


FUTUROS INCIERTOS ILUSTRACIÓN ORGÁNICA GABRIEL GUTIÉRREZ SALTILLO, COAHUILA


Welcome to machine / Ilustraci贸n digital Sa煤l Torres / Saltillo Coahuila


ÉSTA ERA UNA VEZ...

MUCHA LUZ Grafito, lápiz de color, acrilico y crayola.(mixta) Camilo Javier Zamora Trejo / 8 años El Salvador

Invitamos a cuatro pequeños a reflexionar y pensar sobre el futuro. Ellos plasmaron su idea y nos platicaron un poco sobre su percepción del mundo. ¿Qué les espera? ¿Qué nos espera? Ellos tienen en sus manos el destino del país, la Tierra y tal vez, del Universo.

JETPACK lápices de color Agustín López / 11 años Saltillo, Coahuila

LOS GUARDIANES Collage Maximiliano Rivera / 17 años Saltillo, Coahuila

EN EL FUTUROS TODOS TENDRÉMOS ALAS Marcadores Regina Hernández / 5 años Saltillo, Coahuila



MUERTE GAY Livio Ávila

La pareja gay más sólida de la ciudad éramos Vladimir y yo. La boda sucedió a pesar de las cejas alzadas de una población virgen a las “novedosas” políticas maritales. Después de la sanguinaria represión homofóbica en el país, en 2016, inaugurábamos con un anillo de compromiso y un gobierno a la fuerza benévolo, una nueva era. Fuimos el primer matrimonio homosexual de la ciudad. De eso, hace veinte años. Había gran expectativa: un maestro universitario respetado (yo) y un científico elevándose aprisa en el mundo de la ciencia –sus entrevistas las publicaban “Evolution” y “Science News” y la web hacía eco de sus portentos químicos (Mi amado Vladimir). Pero todo acabó hoy. El cuento de hadas se trocó en tragedia estilo Romeo y Julieta: ambos presenciamos la muerte del otro. Hoy Vladimir me enterró. Y yo, en este ataúd oscuro, no sabré si, como Romeo y Julieta, Vladimir decidirá que el suicidio sea la opción sensata después de lo que pasó. Sólo puedo afirmar que, aunque yo era el moribundo, la muerte estaba en su rostro. En la oscuridad, ahora, lo recuerdo todo. Desperté de una pesadilla. El olor a espacio higiénico se mezcló con el tufo que tiene la enfermedad ¿Un hospital?

Abrí los ojos, pero era imposible saberlo: encima de mí, una sábana. Acostado en una camilla fría, metálica ¿Una morgue? A través de la tela, se colaba la luz de un foco. Mi cuerpo estaba paralizado. Intenté alzar un dedo pero la sangre fue un shock eléctrico, como al “dormírsele” a uno las extremidades. ¿Hablar? ¿Gritar? ¿Hay alguien por ahí? Imposible. Desconocía por qué la afonía, con la misma incertidumbre que mi parálisis. Sólo sentía un picor en el pie izquierdo. No entres en pánico. Mi estoicismo me ha granjeado un temple de acero. El asma es una razón. ¿Recuerdas cuando hallaste a Vladimir en el suelo de su laboratorio? Tomé su pulso: no había latidos. Yo perdí el aliento, me sofocaba. Y… eran sólo los nervios. Se había desmayado. Seguro, vapores de las sustancias. En conclusión, el miedo paraliza. Pasó una hora. Por fin, se escucharon pasos. Tacones. Una puerta se abrió. Esperaba que alguien, también, explicara mi desnudez –mi cuerpo no sentía peso. Y la luz me encandiló. La tela fue jalada. Giré los ojos hacia ella: una joven mujer con cubrebocas blanco me ignoraba. Rebuscaba en una caja azul y se mantenía al margen de mí ¿Qué quieren conmigo? Por fin me pregunté, con horror. ¿Era una enfermera?


Sacó un pequeño objeto. Se arremangó la bata, y lo alzó… ¿Un lápiz labial? Lo acercó a mi cara. Pero se detuvo: clavó sus ojos en mi mirada. Y corrió, con el pavor de quien ha visto la muerte. En mi caso un fantasma, “¡Está vivo!”, gritó. Mi historia fue una entre millones. Estuve muerto, según los médicos, durante tres horas. En la ambulancia le notificaron a Vladimir que su esposo había fallecido por ataque asmático. Lo último que recuerdo fue que yo limpiaba el laboratorio, con temor al enojo de Vladimir. Él fue tajante, “No entres” ¿Por qué no entrar a su cueva de jaulas con ratones, conejos y, más reciente, una cabra? Sólo quería alimentar a ésta última, pero no la hallé. A mi paso, derramé un vaso sobre el piso. Sentí náuseas. Lo limpié. Terminé exhausto. Me recosté y no supe más. Lo siguiente fue lo que ya he contado. Desperté en una funeraria. La trabajadora comenzaba su rutina de maquillaje, pero halló una terrible sorpresa: su cadáver no era cadáver ¡Vaya historia! Seguramente, pensé, seré una celebridad. –Hay algo que debe saber –finalizó el director de la funeraria, quien me relató todo, temblando– pero sólo su esposo puede decírselo.

Lo veía por el rabillo del ojo. Sonreí. O lo intenté. El espantoso cosquilleo debajo de mi piel me inundaba. –¿Manuel?– Era Vladimir. Alzó mi mano. Notó mi mudez. Se sentó. Pobrecillo. En cuanto pueda, le diré que me alegra verlo después de muerto. Seguro lo tomaría como broma. –Te pensábamos muerto, colomanito mío… No saben cómo es posible. Yo… –y se desplomó otra vez. –Perdón. Dame una hora.– salió. ¿Por qué la tristeza? ¡Es-ta-ba-vi-vo! ¿Cuándo llegaría el doctor y su diagnóstico? Si tengo suerte, mi recuperación llevará un par de semanas ¿O un reportero, hambriento de amarillismo? No me enfadaría leer: “El primer matrimonio gay de Moscú sigue unido, ¡después de muerto!” El dolor comenzó a irse. Esperaba a Vladimir. O a alguien. Pero todos se mantenían lejos. Regresó. Tenía la mirada perdida y olía a alcohol. –¿Recuerdas al doctor Dusseldörf? – ¿Acaso cree que tengo amnesia? Conocí al doctor en persona, en Viena. Dusseldörf me recibió en su edificio, y su interés por Vladimir fue tal que hasta viajó conmigo de vuelta.


Después de tres semanas en laboratorio, lograron algo grande. Me dijeron. Tuvieron éxito en el ambicioso experimento que a Vladimir le había llevado años, del que poco me hablaba. Sólo faltaba algo: probarlo con humanos.

contaminante, a diferencia de la cremación y el entierro habitual. Sí, así lo dijo: un muerto contamina. Frente a mí, casi muerto. Hasta ahora lo habían probado en animales. Lo lograron. Se desintegraban.

“Podría enfrentarnos a la ley, habrá oposiciones. Lo ético, lo religioso…”, refutaba Vladimir. Llevaban ratones, luego conejos y por último una cabra. No supe si fallecían, o alguien los retira-

–Inyectamos la sustancia en tu pie. El director de la funeraria se negaba, pero–. El dolor me abandonó. Yo odiaba a Vladimir. Más que a nadie. Pero, ¿cómo odiarlo ahora? Sólo veía sombras. No sentía miedo. Cerré los ojos. Un profundo sueño.

ba de madrugada. En mis incursiones al laboratorio siempre faltaban animales. “Hay que aplicarlo a humanos. ¡Sin temor!”, insistía Dusseldörf. Vladimir se negaba. Días después. El doctor se fue hace dos semanas. –Probamos la sustancia en ti. En tu cadáver. En tu cuerpo. ¡Te pensábamos muerto!– soltó Vladimir. Resollé. El terror me invadió cuando me fue revelado lo terrible. Su experimento, dijo, nunca debió tocarme. Era una sustancia creada sin éxito, hasta ahora. Los ecologistas la esperaban. E implicaba un procedimiento poético, le oía decir, con voz apenas audible. Había público expectante. Al menos, eso aseguraba el doctor Dusseldörf, ansioso por patentarla. Inyectada al cadáver, la sustancia lo desintegra en menos de un día. Es sencillamente un novedoso ritual funerario. Su virtud radica en que el método no es

Recuerdo dos cosas. Vladimir me tomó la mano. Esta vez no sentí dolor. Pero su expresión cambió al asco, al horror. Contempló el brazo de piel morada, con venas de tonos ocres y verduzcos, como de un cadáver expuesto al sol. Lo había desprendido de mi cuerpo. Del extremo cercenado, escurría un líquido negro, espeso y nauseabundo. Su vista se posó en mí. Vladimir articuló una mueca horrorizada. Se desmayó. Los recuerdos felices, que aún no desaparecen, me consuelan. Sonrío. O intento sonreír: recuerdo que mis padres presumieron en Facebook el link de una revista española que anunció nuestra boda: “Primer matrimonio gay: ¡Será feliz hasta la muerte!” (www.caretasrevista.blogspot.com)


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MONĂ“LOGO / Enriqueta Ochoa

Para el doctor Alfonso Moreno Robles


1

Poema que pertenece a la antolog铆a personal de Enriqueta Ochoa, editado por Siglo XX, Escritores coahuilenses de la Universidad Aut贸noma de Coahuila en el 2002.


NUNCA BEBAS MIENTRAS SUENE SCHUBERT Christian Martínez

¿Quién es real y quién es fake? ¿Cuántos tienes? ¿Dieciséis? Akapellah La abuela Roberta Acuarela José Boone Saltillo Coahuila

Tuve una tía a la cual visité por lo menos una vez al mes por varios años. A partir de que cumplí 18, cada que iba a visitarla nos poníamos una justa borrachera. Sacaba de sus tiliches una interesante colección de casetes: Cadetes, Rieleros, Vicentes, Juangas, Bunburys, Chicago y cuando se ponía algo atrevida cantaba Hotel California. “Nunca bebas mientras suene schubert”, me lo dijo alguna vez. En una de esas tardes encaminadas por el alcohol y las memorias de mi tía Eugenia, de manera abrupta y después de compartir un silencio de reflexión meciéndonos en sus mecedoras, se levantó, dio un trago a su piña colada y me


dijo mirándome a los ojos, “la mayoría de los jóvenes artistas son una bola de falsos. Juntos promueven su falsedad. Bola de mesiánicos, inocentes y sobre todo ¡ignorantes!” Al escucharle, escupí la cerveza y casi me voy de bruces (o de hocico, como usted lo quiera leer). Mi tía, en su juventud, intentó escribir poesía. Algo así como Doña Enriqueta Ochoa pero sin dinero, con mucho menos talento y siempre quiso ir a París. Se enamoró de un pintor que desapareció. Después, odió a todo aquél que tuviera alguna pretensión de “hacerle al artista”. Posterior al pintor, tuvo otra relación con un sujeto de verdad desquiciado, el que, según él, tenía una relación a distancia con los extraterrestres. Mi tía lo dejó cuando la locura del tipo lo llevó a comenzar a construir una pirámide en medio del desierto de Monclova, “Entre más creces más te topas con locos. Siempre sospecha de los solteronas mayores de treinta, de seguro están locas. ¡Ojalá nunca te quedes con una!”, sentenció mi tía. Escuchando lo anterior, me di cuenta que ella era un poco… puritana y tradicionalista, por adjetivarla de alguna manera ¡Dios nunca nos libra de las locas! Ella sobrevivió de hacer proyectos culturales para algunas instituciones, dar talleres de poesía erótica y nunca terminó su doctorado. Era buena onda. Después de esa tarde y con la cruda hasta en las uñas, me pregunté ¿Cómo saber si yo no soy falso? Usted, virtual lector que hace el favor de perder el tiempo leyendo esta posible falacia ¿Está seguro de no ser un falso? A partir de ahora, le pido de favor que dude de mí, de ellos y sobre todo de usted. Según el Diccionario de filosofía de Nicola Abbagnano, existe un término adoptado por el filósofo y lógico Charles Sanders Peirce: el Falibilismo, indicando la actitud del investigador que considera posible el error en todo instante de su investigación, lo anterior, para mejorar sus métodos. En otras palabras, se debe de tener la certeza de que uno, de una u otra manera siempre la estará cagando, esto para lograr mejorar los métodos; esta concepción se puede utilizar no solo en la investigación, sino en la vida diaria. Quisiera que mi tía Eugenia no haya tenido razón pero percibo que la falsedad no solo se encuentra en esta “bola de jóvenes”, la observo en profesores universitarios, en escritores consagrados cayendo en el paracaídas del prestigio y sobre todo en mí. La diferencia entre su falsedad y la mía, es que ellos llevan años practicando y yo aún soy un joven inocente que sueña, como lo hacía Isaías o Ezequiel. Ya habrá tiempo para ser culpables y dejar de perseguir al viento (Eclesiástico). Desde mi adolescencia, rodeado por toquines y un movimiento “under” musical, me he percatado de una cierta lucha por ser “real”. Quien iba pensar que en esto de las letras habría la misma batalla entre falsos y verdaderos.


¿Tendrás idea de lo que se significa ser real, nene? Yo no, por eso a continuación escribí a manera de incisos opciones que se pueden utilizar para considerar a un escritor, escritor real. Favor de subrayar la de su preferencia (puede subrayarlas todas al fin y al cabo ésta ya es su revista): A) Los que mueren de hambre en el intento. B) Los que escriben más de lo que hablan. C) Los que hablan más de lo que escriben. D) Los que han publicado en alguna institución educativa o del estado. E) Los que publican en editoriales independientes. F) Los que ganan premios y becas. G) Los que reciben regalías por la venta de sus libros. H) Los que tienen sus libros pudriendose en bodegas. I) Los que usan boina y una pluma de guajolote en la oreja. J) Los que escriben incisos. K) Los que escriben en fanzines y en servilletas. L) Los que llegan a trascender las barreras del tiempo con o sin ayuda de sus amigos. M) Escriba su opción y “tómele” una foto Es cierto que la literatura o el arte “joven” es totalmente cuestionable, pero ¿Cuál es tu problema? Yo todavía tengo dudas de que seas todo eso que te has inventado. Como el cuento de la gallina que cacareaba tanto que la confundieron con un gallo. Franz Shubert, después de una vida atormentada, murió a apenas cumpliendo 31 años, desbastado por la vida bohemia que llevaba. Sus piezas sonaban en las tan famosas shubertiadas, reuniones en dónde se ponían creativos, a las cuales acudía, entre varios, el poeta Franz von Schober; varios textos de éste le sirvieron como inspiración al momento de componer. La tarde en que mi tía Eugenia agonizaba, en la radio sonaba el Ave María. Me hizo una seña y me acerqué para escuchar mejor. Con la boca seca y el alma 1 consumiéndose, dijo, “Entre más viejo se es más cobarde” . Uno siempre se estará equivocando pero no siempre se estará arrepintiendo. 1

La cita correcta es, “Entre más viejo se es más culo”. Pero por cuestiones de estilo y por no atiborrar el texto con altisonancias, lo sustituí por cobarde. De cualquier manera mi tía Eugenia nunca existió ¿o sí?



DIBUJO HORACIO GARCÍA ROSAS SALTILLO, COAHUILA


AMBROCEO

jade midori / oaxaca de juรกrez



perpetuidad de la incertidumbre jade midori / oaxaca de juรกrez


La Negra Plata su mejor impresi贸n


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