RESUMEN EJECUTIVO “Competencias lingüísticas como factor diferencial de competitividad empresarial” El proceso de globalización económica ha hecho de las dinámicas de exportación, procesos de aprovisionamiento en mercados exteriores, y generación de redes, alianzas e implantaciones en terceros países, un factor de competitividad progresivamente más relevante. La creciente movilidad geográfica de los consumidores procedentes de otros países va situando igualmente a las empresas terciarias comerciales como proveedores de servicios de un público cultural y lingüísticamente más diverso. Las competencias lingüísticas de idiomas extranjeros están en consecuencia adquiriendo centralidad en la empresa hasta posicionarse como una herramienta natural e imprescindible. Y un porcentaje significativo de nuestro tejido empresarial pierde oportunidades de negocio por falta de adaptación a ese contexto. En este contexto Langune –Asociación de la Industria de la Lengua del País Vascocomo entidad promotora y Lanbide-Hobetuz como entidades financiadoras, con este estudio han pretendido: a)
Obtener un retrato del uso, la gestión y la formación en idiomas en la empresa vasca, desde la integración de una triple mirada: La perspectiva y el relato de los gestores de la propia empresa ante el proceso de globalización; la vivencia del colectivo trabajador que hace un esfuerzo actualmente por adquirir y mejorar su nivel de idiomas; y la visión y opinión de los profesionales de la Industria de la Lengua que oferta servicios lingüísticos en el País Vasco.
b)
Abrir a partir del mismo, líneas de trabajo para el impulso y la extensión de estrategias empresariales de multilingüismo que acompañen y favorezcan la competitividad de la empresa vasca en el contexto global.
Para este fin, se ha contado con la participación de cerca de 437 empresas, tanto del sector industrial como del sector servicios; 300 trabajadoras/es estudiantes de idiomas en 9 centros-academias que han colaborado en el proyecto; y el sector de la Lengua a través de la voz de en torno una treintena de profesionales. Desde la empresa, el retrato de situación obtenido sitúa a la PYME vasca en una posición de “transición” caracterizada por un escenario relativamente dual e importantes retos. Así: -
Un colectivo de PYMEs abiertas que ha aprendido a operar en el exterior, y que en su itinerario va cubriendo etapas en términos de dotación de herramientas multilingües (materiales comerciales, webs, incorporación de personal nativo) y progresiva sensibilización (incorporan los idiomas como requerimientos en los reclutamientos, perciben mayoritariamente la formación en lenguas como inversión y la practican especialmente de forma orientada a directivos, técnicos y administrativos). Pero en el que, a pesar de todo ello, en la mayor parte de las mismas predomina aún una lógica de “gestión por resolución de problemas” sobre dinámicas integradas y planificadas en términos de gestión multilingüe, que resultan aún cuantitativamente marginales.
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Y entre las no exportadoras o en proceso incipiente de apertura, se detecta un significativo colectivo de empresas insuficientemente sensibilizada, no ya sobre la necesidad de abordar la gestión multilingüe como exigencia competitiva; sino sobre la necesidad de apertura en sí misma.
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Al tiempo que, de forma general para ambos colectivos, se percibe cierta sensación de autocomplacencia, en cuanto a la valoración de su capacidad lingüística (necesidades y satisfacción al respecto).
El camino por recorrer en este sentido resulta muy amplio...: -
Tanto en términos de integración de las competencias lingüísticas en el marco natural de gestión de la empresa; contexto en el que los servicios lingüísticos de valor añadido –de demanda hoy muy escasa- pueden jugar un papel significativo que aún no han adquirido.
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Como en la optimización del proceso de exportación más allá de la UE; y de los procesos de internacionalización en sentido profundo (alianzas, implantaciones el exterior etc.), desde una lógica lingüística y cultural; en la que como señalan los anglófonos “english is not enough”, y reclama una receta con más ingredientes idiomáticos: inglés + idioma y cultura del país de destino empresarial. Se trata en este sentido de proyectar globalmente este principio que la empresa vasca exportadora ya ejerce en buena medida en sus grandes caladeros de exportación europeos, con una comunicación que, por ejemplo, se verbaliza en francés en la mayor parte las operaciones establecidas en Francia, y en alemán en un 40% de las veces que la empresa vasca interactúa con la República Federal….
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Y, por supuesto, de sensibilización en torno a la apertura como oportunidad/necesidad, y a los requerimientos lingüísticos como exigencia competitiva crecientemente ineludible; y de estímulo de una gestión de la formación más integral, activa y particularizada; y una demanda de servicios de valor en torno a esos procesos.
Y desde la oferta del sector de Industrias de la Lengua, se parte de un contexto en el que la propia apuesta bilingüe de la sociedad vasca ha contribuido al desarrollo inicial y diversificación progresiva de los servicios lingüísticos; y situado en un escenario de oferta sectorial cuantitativa y cualitativamente rica respecto a otros ámbitos territoriales. Desde ese escenario, el sector de los servicios lingüísticos percibe el potencial que asocia el proceso de globalización económica e internacionalización y gira progresivamente el foco de atención hacia la empresa como nicho de futuro; en torno a servicios de mayor valor añadido y específicamente adaptados a empresas y trabajadores; servicios que se siente capaz de construir y ofrecer. La progresiva materialización y desarrollo de estos nichos, requieren del paralelo avance del conocimiento y valoración favorable de esa oferta por parte de la empresa; un avance que a día de hoy se presenta aún más como una oportunidad que como un hecho.
En ese escenario, el marco de apoyo público a la Formación para el Empleo y a la Internacionalización de las empresas vascas, puede jugar un rol de “puente de acercamiento entre oferta y demanda”; y catalizador y estímulo de prácticas lingüísticas valiosas. Y para ello, deberá afrontar cambios y orientaciones que las estimulen. Tejido empresarial y trabajadores por un lado; oferta de servicios lingüísticos por otra; y administración reguladora y orientadora, dibujan por tanto, un triángulo de acción sobre el que es necesario trabajar: −
En la sensibilización, estímulo y enriquecimiento de la demanda de la capacitación y servicios lingüísticos en la empresa. Entendiendo que no se trata sólo de favorecer la formación en idiomas sino incentivar un marco integral de planificación, gestión, seguimiento, y evaluación de la formación; y el uso de servicios lingüísticos de valor añadido para la empresa. Y en ese proceso de gestión multilingüe la PYME va a requerir de apoyo y acompañamiento y los propios trabajadores pueden jugar un rol activo de dinamización significativo.
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En el fortalecimiento y mejora competitiva de la oferta de servicios lingüísticos: favoreciendo procesos de innovación y especialización en torno a la empresa; así como de colaboración y sinergia entre los distintos agentes de la misma.
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En la Integración de las políticas de apoyo al multilingüismo con las de apoyo a la internacionalización empresarial como prioridad estratégica. Reforzando su rol de generador de condiciones básicas para abordar esos procesos.
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En la adaptación y perfeccionamiento del marco de apoyo a la formación para el empleo en el ámbito lingüístico como instrumento de pilotaje de ese refuerzo transformador; y puente entre la oferta de servicios lingüísticos y la demanda empresarial de los mismos.