Entrevista al Comité Sindical (primera parte) [Es decisión del comité de redacción que el comité sindical responda a unas preguntas que creemos necesario contenga este libro. Nos reunimos como las otras veces en el Campamento de la Dignidad. Somos 15 personas alrededor de una mesa. Pasan dos horas y media. Lo transcribimos. Este es el resultado.] Raúl: ¿Cuál fue el primer sentimiento y el primer pensamiento cuando anunciaron el ERE? [Dudan, hay un silencio.] Pulido: ¿En la sala, en el antro ese en que estábamos metidos que parecía un lugar tenebroso de esos? Que ya simplemente de estar en esa sala, ya simplemente con eso... Marcelo: Conciso Pulido, te ha dicho que conciso. Que vas a ser como Tolkien ahora escribiendo... Pulido: Vale, vale... Pues el primer sentimiento es que te quedas paralizado, pero con ganas de tirarte a los que estaban allí enfrente de nosotros y agarrarles del cuello y tirarles por la ventana. Eva: Igual está bien que contestéis todos... Juan Carlos: Angustia, rabia... Bermejo: Yo creo que además se produce una situación de impotencia porque nadie nos esperábamos que fuera a cerrar Fuenlabrada, y en ese momento, pues, un poco de incredulidad. Digamos que reaccionamos rápidamente, pero no lo teníamos asumido. Nadie lo pensaba y seguimos pensando que no era muy normal. No tenía lógica de ninguna clase que una fábrica moderna como esta se cerrara. Entonces la primera sensación es de impotencia
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y luego los sentimientos de rabia y todo lo que se pueda añadir, porque al final una incongruencia de esta envergadura tal cual pasa el tiempo va siendo más duro a la hora de pensar. En principio te quedas descolocado. No era ni asimilable siquiera... Mercedes: Nosotros habíamos hablado muchas veces dentro de la sección sindical, por ser negociadores, que algo tenían que hacer con Casbega porque preveíamos que algo iba a pasar para no dejar que Casbega fuera como estaba siendo. De hecho, no sé si los compañeros lo habrán hablado alguna vez, porque todos hablábamos de que posiblemente pudiera cerrar Las Mercedes. Porque cerrar Fuenlabrada sí que era impensable... porque era la planta más importante, pero sabíamos que algo iban a hacer contra nosotros porque sabíamos que venían a por esta sección sindical. Y al hilo de esa conversación, yo cuando oí lo que decían, en fracciones de segundo sentada entre Bermejo y Juan Carlos vi la cara de Godino [socio de Sagardoy Abogados, miembro de las mesas de negociación del ERE] y dije nos van a decir que cierran algo nuestro y se dio la vuelta y dijo ¡Y Fuenlabrada! Y en ese momento, yo no sentí impotencia, yo me fui a por ellos. No es metafórico, literalmente me fui a por ellos. Me levanté y me fui a por ellos. Quizá por la organización, porque es la costumbre de acción-reacción. Raúl: ¿Qué sentisteis vosotros? Marcelo: Yo no recuerdo bien quién tenía sentado al lado pero si recuerdo que pregunté: «¿Qué ha dicho?» Porque era algo que no cabía, el nivel de sorpresa era tan grande que mi cerebro no era capaz de... Recuerdo que me contestaron: «¡Que cierra Fuenlabrada!». Y dije: «Qué hijos de la gran puta». Porque no tenía ningún tipo de explicación. ¡Incredulidad y rabia! Félix: Pues yo lo mismo, me quedé así paralizado, parado cuando oí que iban a cerrar, quieto, sorprendido, pero
inmediatamente la reacción fue decirles sinvergüenzas e hijos de puta... No pensábamos que en ningún momento fuera Fuenlabrada quien podía cerrar. Fue eso, mucha sorpresa. Alfonso: Si nos situamos en el tiempo antes del anuncio del cierre ¿cuál era la tradición de lucha sindical? ¿Cuál era la situación previa? Pulido: Después de muchos años, la situación era de haber estado apretando las clavijas siempre. Estar donde teníamos que estar en nuestro sitio siempre. Antes del conflicto de hecho nosotros ya habíamos tenido una concentración y habíamos estado apretando a los otros dos sindicatos, llevándoles a la mesa del comité y diciéndoles que teníamos que pactar concentraciones y movilización porque la cosa no la veíamos muy allá. Y antes de eso, estábamos ya preparados porque una fusión nunca suele traer nada bueno. Porque no nos fiábamos porque si no era por nosotros, era por otras fábricas y teníamos decidido apoyar a quien o a quienes, ya no dentro de la empresa, sino dentro de los grupos, quedarán más perjudicados por lo que quisieran hacer. Juan Carlos: Hablando de trayectoria, se resume en una sección sindical luchadora y batalladora. Muestra de ello son los compañeros que tenemos y la historia y la vivencia de ellos mismos. Hemos sido siempre una sección sindical en oposición a la empresa, permanentemente estorbábamos porque no nos plegábamos, porque nos resistíamos, éramos combativos en los convenios, en el día a día, en la inspección de trabajo, en la defensa de los derechos de los trabajadores. Combativa y luchadora, dentro evidentemente de una empresa grande como es la nuestra con la capacidad y la función que cumple una sección en estas empresas. Luchadora y combativa, creo yo, ¿no? Bermejo: Sí, yo creo que además es una sección sindical muy organizada, con una trayectoria importante, muy consolidada, llevábamos muchos años. Entonces se han
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ido consolidando derechos. Tenía mucha capacidad de movilización pero también de negociación y de diálogo. El convenio colectivo y la lucha a través de los años ha sido muy equilibrada. La dirección sabía que era una empresa productiva, rentable, con una capacidad de trabajo importante, pero iba en consonancia con las propias personas que estaban trabajando, personas formadas que al tener una fuerte afiliación sindical fueron integrando en la propia estructura. Y al final igual que era innovadora para trabajar, al tiempo era una plantilla con inquietudes de derechos. Y eso se ha ido compensando. Tenía pues capacidad de movilización y una capacidad de negociación acorde con la movilización. Mercedes: Esta sección sindical es muy consolidada y organizada, que se ha caracterizado por tener personas en constante movimiento, muy entregada, negociadora e implicada. Alfonso: ¿Que creéis que había en todo ese pasado que pueda explicar que esta resistencia haya fructificado como lo ha hecho, que se haya mantenido, haber aguantado todo este tiempo? ¿Más allá de valores individuales? Bermejo: No, no, esto no es de ahora. Nosotros hemos secundado huelgas, montones de ellas, de todas clases. Siempre ha tenido capacidad de movilización, porque siempre había una credibilidad en la sección sindical, aunque estuviéramos remando en contra de las estructuras empresariales. Porque siempre las estructuras empresariales, en los últimos 15 años o más, cada movimiento era intentar quitar. Si cogemos la trayectoria exterior era desregularizar, porque el mercado se ha desregularizado en los últimos 10-15 años pero ya venía esto anunciándose desde los Pactos de la Moncloa para acá. Porque lo único que se hacía era pactar, frenar, pactar, frenar. Y nosotros siempre hemos mantenido el convenio colectivo y siempre mejorando los derechos, todo el tema salarial, social. Estábamos ajustando a lo que
era la empresa, los turnos, la recuperación. Estaba muy estructurada y segmentada la sección en función de los departamentos y nosotros procurábamos mejoras para cada uno de ellos y veníamos haciéndolo desde la transición... El convenio recogía muy bien lo que era la empresa, los fondos de pensiones, la póliza de riesgo, eso lo fuimos creando y consolidando. Ahora, ¿que el conflicto iba a durar tanto e íbamos a ser capaces de sostenerlo? Pues tampoco lo teníamos previsto... Pero sí teníamos una trayectoria y experiencia en todo lo que era el movimiento sindical. No sabíamos lo que íbamos a poder llevar a cabo pero teníamos confianza en la sección sindical a nivel de organización, tanto en su capacidad para movilizarse como para negociar, muy en coherencia, en consonancia la sección —que no era milagrosa— con lo que era la empresa, una empresa de primer nivel como ésta. Alfonso: Esa consonancia entre el paralelismo entre sección sindical fuerte y la empresa potente ¿a través de qué se construye concretamente? Bermejo: Se construye, primero, en una capacidad de la empresa de producción y de rentabilidad, siendo una empresa puntera, la primera empresa de alimentación de la Comunidad de Madrid a nivel de facturación, volumen y rentabilidad. Y en una sección sindical que siempre ha ido avanzando, no al mismo ritmo de la empresa, pero en derechos y en capacidad para recuperación de salarios y derechos, hemos sido de hecho vanguardistas. Siempre hemos ido por delante de lo que la ley preveía. Y hemos hecho acuerdos que se han consolidado luego en la sociedad en general. Por ejemplo, en Casbega desde el principio no teníamos diferencias de salarios entre mujeres y hombres. Los mismos derechos, igual. Mercedes: Y los permisos sociales de las mujeres eran mayores de lo que establecía la ley... en la maternidad. Y en todas las mejoras sociales hemos estado por encima. Se
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ha dado mucho valor a eso. La base es la negociación y el trabajo de intentar hacer evolucionar y cambiar a la empresa con quienes la construyen, que son los medios mecánicos, que los posibilita la empresa y las personas, los medios humanos. Y dentro de esos recursos humanos, con una representación sindical que siempre ha pensado que la riqueza que se generaba en la empresa debía hacer partícipe a los trabajadores. Si la empresa generaba riqueza para ella, igual para los trabajadores. Y esa ha sido la máxima. Luego en esta sección sindical, según mi punto de vista, también han confluido liderazgo y honradez, para que una sección sindical sea seguida de esta forma es porque la gente cree en ella y porque la gente sabe que son honrados. Porque si no es muy difícil perdurar en el tiempo, la gente se va, pero cuando quien le está representando está viviendo las mismas situaciones y les esta demostrando que ahí está para todo y que esa es la situación y que es conjunta, entonces la gente sigue. Juan Carlos: Yo, continuando con lo de Mercedes apuntillaría una cosa más, que la honradez no se nace con ella, se adquiere. Y cuando vives una situación como esta para que te sigan las personas tienen que ver en quienes dirigen la sección honradez, ética, seriedad, compañerismo... Si el ser humano no ve valores en la persona a la que tiene que seguir no le sigue. Y eso no se demuestra porque presenten un ERE y un sindicalista actúe de una manera. No, eso viene del trabajo sindical que se hacía con anterioridad... que incluso no era valorado en el día a día, porque el trabajador cuando está en una empresa como la nuestra en el día a día, con su situación ordinaria y con garantías de empleo, normalmente suele tender a ser más egoísta, y actúa de una manera diferente a la que actúa cuando se le agrede y lesiona. Pero para que esos trabajadores sigan a alguien es que tienen que ver valores en esas personas, si no no le siguen.
Pulido: Y también a parte ha sido muy importante en todos los años... que nunca se dejaba nada para mañana. Si había un problema hoy, se solucionaba hoy y si no estábamos ahí hasta el fin de semana, o lo que fuera, solucionándolo. Como en los convenios que nosotros estábamos luchando siempre si teníamos minoría, parecía que teníamos mayoría, porque luchábamos igual, y si teníamos mayoría parecía que teníamos mayoría. Para nosotros si había algo que atañía a los trabajadores y las trabajadoras y creíamos que había que hacerlo y no podíamos ceder, hacíamos lo que fuera: encerrarnos, manifestarnos, ir a sitios, como hemos hecho con cierres de delegaciones. Fuera cuando fuera. Nunca dejábamos nada para el otro día. Hasta no solucionarlo no nos íbamos de aquí. Es decir, siempre hemos estado al pie del cañón con la fuerza que se necesita para no cejar en el empeño de las cosas que estaban mal... porque nos querían colar cosas y no les hemos dejado. Hay cosas que ahora mismo influyen, que se colaron como el convenio de eficacia limitada y que nos ha perjudicado en la resolución de la audiencia... Juan Carlos: Cuando la sección ha estado en los periodos electorales en mayoría o minoría siempre hemos actuado de la misma manera. Por la posición de fuerza nunca ha cambiado la actitud ni nuestra forma de sindicalismo en la empresa. Y eso los trabajadores lo saben y lo valoran, que no actúas en función de la mayoría que tienes. Estamos acostumbrados a ver cómo secciones sindicales con mayoría firman acuerdos con la empresa o se están plegando. No, nuestra posición siempre era la misma, tuviéramos la fuerza que tuviéramos. Alfonso: Y las sospechas sobre los movimientos de la empresa... cuáles fueron los primeros. Mercedes: Básicamente un viaje a Atlanta, que fue totalmente fortuito porque tenían mucho interés en que nosotros no estuviéramos, esta representación de esta sección sindical, pero por un azar yo estuve allí. Y allí, al llegar,
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estábamos de todo el mundo para tener la reunión con Muhtar Kent y nadie había planteado tratar la situación en España y Europa, y yo hablaba con el líder sindical mundial (tanto de UGT como nuestro) de la UITA, Ron Oswald, y le dije «perdón...» porque yo iba como invitada y no iba a entrar en la reunión y le dije: «Os estáis comiendo el marrón de lo que está pasando en Europa y España», y planteando cosas el Secretario General de la UITA dijo: «A ver, qué pasa en España» y yo le hablé de la terciarización, y ya no de Casbega, si no de lo que había en el resto de España y él me sumó a los que podían pasar a la reunión. Me dijo: «Entras y preguntas», y la pregunta a Kent fue fulminante porque teníamos dos minutos, o tres cada una de los representantes para hablar y cuando me llegó el turno a cuajo le dije: «¿Cuál es la situación, qué va a pasar a la fábrica de Toledo, qué es y qué significa, cuáles son las situaciones que se están dando con las embotelladoras?». Y entonces el Muhtar Kent se quedó —porque esa pregunta no estaba dentro de lo que iba a hablarse— y anecdóticamente estuvo veinte minutos de reloj hablando y ahí salió por primera vez el proyecto 20/20, que lo desarrollé en el informe y al venir de Atlanta, reuní a los compañeros y les dije: «Nos la van a clavar. Van a por todos nosotros». Yo presenté el informe y automáticamente fuimos vetados en toda la organización, sonaron todas las alarmas, hubo toda clase de llamadas que a quién habían mandado allí. Casi a Bin Laden allí. Y desde ahí, estábamos permanentemente en atención a lo oído, porque las cuatro cosas del proyecto 20/20 nos daban la conclusión de que iban a terciarizar, precarizar y perder puestos de trabajo... de remodelación industrial. Raúl: ¿En qué año fue eso...? Mercedes: Esto fue en el 2007. Juan Carlos: Ahí nosotros sabemos que iba a haber una reorganización en Europa y que de alguna manera nos tenía que llegar, pero nunca esperas que llegue a F uenlabrada,
habiendo tanta industria pequeña y mediana en España y piensas que no te va a afectar. Hasta el año 2013, no lo vimos, pero ahí sí lo vimos más cerca, porque vemos que empieza a salir producción de la fábrica, que desvían producción a otros lugares, durante dos años consecutivos empieza a descender la contratación de los compañeros eventuales e incluso el colectivo de fijos discontinuos, con una garantía de seis a nueve meses, vemos como de repente se quedan con tres porque no traen carga de trabajo... y entonces empezamos a tomar conciencia de verdad de que la hostia que nos iba a sacudir era fuerte. Y estábamos intentando sensibilizar en las asambleas, de eso, pero nunca sin pensar la magnitud con la que venían. Pensábamos que sufriríamos gran cantidad de salidas, de despidos, que no íbamos a poder solucionarlo con bajas incentivadas para mayores, sino que sería un ERE agresivo que iba a afectar a todo tipo de tramos de edad... Eso lo intuíamos y lo veíamos. Pero no alcanzábamos a ver la magnitud al cierre total y la afectación al centro de Las Mercedes. Eva: En ese momento, ¿qué porcentaje de afiliación tenía CCOO? Juan Carlos: Teníamos el 40% de representación del Comité Intercentros y un 60-65% en Fuenlabrada. Afiliados aquí un 40% de 589, unos 250. Eva: ¿Y se corresponde con la gente que se queda como espartanos? Juan Carlos: Más o menos. Un poco menos se ha quedado. Pero gran parte de la gente que se queda estaba afiliada. Aunque hay trabajadores que se han quedado en el conflicto y no eran afilados, se afiliaron con posterioridad... Pulido: Al haber habido dos EREs hace poco, en 2002 con prejubilaciones voluntarias, ahí se fue mucha de la gente que teníamos que eran mayores. Una afiliación fija y fiel, ahí se nos fueron muchos. Y entró mucha gente joven, compañeras jóvenes que no entendían lo de la afiliación
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al nivel de los antiguos porque era una lucha enconada de siempre. Y además como los puestos de trabajo aparentemente eran más sencillos, el trabajo físico y manual, parece que los compañeros y compañeras pierden el sentido de la clase obrera, por decirlo de alguna forma, y eso nos perjudicó. Y luego se nos fue afiliación porque vino el ERE de 2010, de jubilación parcial, que era difícil recuperar de una atacada... Porque eso se va recuperando y haciendo muy poco a poco. Porque además aquí hay una cosa que debemos tener clara, que siempre hemos tenido claro este comité y en la sección sindical de CCOO de Casbega: la separación de poderes. Es decir, la federación sindical está donde creemos que tiene estar, pero nosotros siempre hemos estado en órganos independientes. En el sentido de que siempre hemos tomado las decisiones de base. Para trasladárselas al sindicato, como hemos hecho en el conflicto, que estamos con ellos y ellos con nosotros, pero hacemos las cosas así, desde la base, y de ahí la afiliación... aunque ya digo que perdimos casi cien personas por esos cambios. Marcelo: Yo creo que vamos bien por ahora, ¿no? Con lo de ser muy concisos en las preguntas y todo eso... Yo creo que estamos cumpliendo el objetivo. Andrés: Pulido es muy peculiar [ríe]... Eva: Yo creo que esto es importante... ¿Crees que lo estamos haciendo mal Marcelo? Marcelo: No, no yo solo digo que concisos... concisos... no estamos siendo. Otro: Pulido a ti te llaman Fidel por algo... [Risas.] Juan Carlos: Marcelo lleva razón, hay que ser concretos... porque nos vamos a ir... a una enciclopedia. Pero Pulido es muy modesto a la hora de exponer las cosas; porque olvida pasajes, habla de la pérdida de la afiliación solamente por salidas pero olvida pasajes como, por ejemplo, el año antes de las elecciones sindicales, cuando Cándido
Méndez viene paseándose aquí por la fábrica para pactar con la patronal y de repente en el acuerdo de empleo aparecen saltando a todos los eventuales su antigüedad —era un criterio de la sección sindical que la incorporación de los puestos de trabajo tenía que venir siempre por orden de antigüedad—. Y de repente vemos cómo nos aparecen delegados de otras empresas que han salido de UGT y aparecen a dedo colocados aquí para hacer candidaturas y fortalecer candidaturas. Por eso digo que es muy modesto, porque una cosa es el trabajo de la patronal, otra es la pérdida natural y otra es el juego sucio de los sindicatos y sindicalistas corruptos, como lo vivimos aquí, y como los viven en otros lados. Con las patronales que se traen a trabajadores aquí para montar candidaturas, cuando tienen momentos de debilidad las patronales, y eso lo saben los trabajadores, cuando hay aquí trabajadores eventuales con 9 y 8 años de antigüedad esperando para que les hagan un contrato fijo y de repente ven cómo aparecen tíos con un acuerdo de empleo y UGT lo pacta y los colocan aquí a dedo. [...]
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