Günther Anders, fragmentos de mundo

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César de Vicente Hernando

Günther Anders Fragmentos de mundo Introducción a la obra de Günther Anders

2010

la oveja roja


Günther Anders: fragmentos de mundo de César de Vicente Hernando, 2011 La Oveja Roja www.laovejaroja.es Apdo. 2008 Sucursal 2 28850 Torrejón de Ardoz (Madrid) ISBN: 978-84-937973-4-8 Depósito Legal: SA-XXXX-2011 Impreso en España Este libro ha contado con una ayuda a la edición del Centro de Documentación Crítica y de la Coordinadora de Asociaciones Culturales de Madrid (COACUM)

Tanto el autor como el editor de este libro permiten y alientan la reproducción y difusión de esta obra, citando al autor y edición de origen, e independientemente de los medios técnicos por los que se realice. El papel que sirve de soporte a este libro cuenta con los certificados ecológicos PEFC, FSC (gestión sostenible de los bosques) y ECF (sin cloro).


Para Julia Gutiérrez Arconada, por el tiempo de las iluminaciones. Para Andrés Recio Beladiez, por hacer de la indagación un principio.



Sumario Introducción Un paradigma crítico de la humanidad ...................................................... 11 Primera parte (1902-1950) Capítulo 1: Descenso al Hades ................................................................... 19 Capítulo 2: Pensar en la Academia ............................................................. 29 Capítulo 3: En los caminos de la fenomenología . ..................................... 66 Capítulo 4: Fundamentos de una antropología filosófica .......................... 75 Capítulo 5: Hacia una teoría crítica ........................................................... 88 Capítulo 6: Ser humano sin mundo ......................................................... 115 Segunda parte (1950-1992) Capítulo 7: El final del exilio .................................................................... 141 Capítulo 8: Crítica de la técnica ............................................................... 153 Capítulo 9: El mundo como fantasma: la televisión y la radio................. 180 Capítulo 10: La posibilidad del apocalipsis; la bomba atómica................ 202 Capítulo 11: Esbozo para una nueva moral ............................................. 235 Capítulo 12: Sobre la destrucción de la vida . .......................................... 250 Capítulo 13: Estado de necesidad y legítima defensa .............................. 273 Bibliografía general................................................................................. 285 Bibliografía de Günther Anders (selección) ...................................... 293



Introducción

Un paradigma crítico de la humanidad

El siglo xx acabó para Anders en 1945, fecha en la que la bomba atómica transformó la humanidad en un resto del pasado. Al final de su vida había confirmado que la historia, el sentido, el trabajo, la realidad y cuantas cosas conforman nuestro mundo eran términos inadecuados para dar cuenta de la nueva era que se había inaugurado con la destrucción de Hiroshima y Na­ga­ saki. La amenaza atómica había producido una nueva condición humana. La posibilidad de nuestra aniquilación definitiva —escribió en el prólogo a uno de sus libros— es la aniquilación definitiva de nuestras posibilidades». Las reflexiones sobre el apocalipsis le ocuparon desde entonces, pero, al contrario que la mayoría de los que escribieron y lucharon contra las consecuencias de la aparición de la bomba atómica, sus asuntos cambiaron: desde el inicial intento de establecer los principios de una ética suficiente en Más allá de los límites de la conciencia (1961), hasta las tesis sobre la legítima defensa en Violencia sí, o no (1987), donde señalaba que los responsables de esa amenaza, los Truman, los magnates de las industrias de armamentos, todos los que «mediante actos de terrorismo» nos ponían en peligro de muerte, debían ser igualmente intimidados. Entre medias lo intentó todo: la protesta pacífica contra la llamada «muerte nuclear», la escritura de ensayos sobre la naturaleza social de nuestra ceguera ante la destrucción total, la discusión en periódicos, las acciones anti-nucleares, etc.

Ontología de la condición social Pero Anders no fue solamente un autor enfrentado a la situación atómica. El ser humano había sido, desde sus primeros escritos de los años veinte, el asunto central en una tentativa de antropología filosófica que había dejado atrás los horizontes teóricos de sus maestros Husserl y Heidegger. Su en­cuen­t ro con la Teoría Crítica y su conocimiento de las obras de Benjamin y Lukács le orientaron hacia una indagación más precisa que desembocó en

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una ontología de la condición social del ser humano. Los primeros resultados de sus investigaciones, algunos nacidos de su propia experiencia como trabajador en fábricas norteamericanas y otros tomados del análisis del dominio de la técnica en los años cuarenta, se publicaron en 1956, en el primer tomo de La obsolescencia del ser humano. Lo esencial de este libro puede resumirse en la cita con la que se abre: «los condenados a muerte pueden decidir libremente si quieren, para su última cena, que las judías sean servidas dulces o saladas». Los cuatro ensayos que se incluyen en él muestran la impotencia del ser humano para cambiar su condición pues su libertad sólo les permite elegir aquello que no afecta en absoluto a la misma. La nueva condición humana se caracteriza por la vergüenza de la imperfección de la vida humana, por el origen natural de la misma, frente a la perfección de objetos y máquinas, que —aunque perecederos— son sustituidos mecánicamente permaneciendo esencialmente iguales. Desde esta perspectiva, la ingeniería humana trataría de solventar este «defecto». Pero la nueva condición está determinada también por una voluntad de Hybris, por una exagerada confianza en el progreso y la técnica, que define un nuevo imperativo categórico, muy distinto al de Kant: «actúa de tal forma que sirva a la necesidad de la máquina», lo que nos convierte en piezas de esa máquina, cuya expansión conforma una máquina total que acaba por identificarse con el mundo. El sistema capitalista, descrito en Los muertos (1965), aparece como el más desarrollado sistema maquínico de la historia, tan capaz de organizar la aniquilación de millones de seres humanos en los campos de exterminio nazis como de preparar la obsolescencia programada de los objetos para mantener la producción.

La vida dañada de la nueva era Anders trató de mostrar el funcionamiento del sistema social a través de las condiciones de existencia, estableciendo que lo que nos informa y deforma en nuestras sociedades no son solamente las imágenes retransmitidas a través de la radio y la televisión, sino la misma estructura y funciones concretas de ambas. En ellas, el mundo nos es dado. Las noticias, programas e imágenes que nos suministran, como el gas, la electricidad o el agua, a través de estos medios, han sido seleccionadas, purificadas y preparadas para nosotros como realidad. El mundo y el tiempo tienen una apariencia fantasmal. Las noticias son así mercancías y «la tarea de aquellos que nos traen la imagen del mundo consiste en componer para nosotros un Todo falso a partir de múltiples verdades parciales». Somos seres sin relación con el mundo real.

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Comprender esta nueva condición El principio que atraviesa toda la obra de Anders dice que «lo que podemos hacer es mayor que aquello de lo que podemos crearnos una representación». Esta tesis le sirvió para establecer un objetivo para el pensamiento crítico: dilatar nuestra imaginación y contraponer una ética de la responsabilidad que se enunciara, como aparece en Nosotros, los hijos de Eichmann (1964): «no puedo representarme el efecto de esta acción, luego se trata de un efecto monstruoso, luego no puedo asumirlo, luego he de revisar la acción planeada, o bien rechazarla, o bien combatirla». Con ello señalaba también la reflexión ética que debe hacerse en un sistema productivo fragmentado donde el trabajador alienado no tiene una idea del producto final. Y, sobre todo, establecía una función precisa para el trabajo intelectual, que no estaría dividido y que no tendría una especificidad, ni contenidos propios de cada género o tipo de discurso: Anders consideró la literatura, la filosofía, el arte o la ciencia en función de lo que cada situación requiriera. Desde su regreso en 1950 a una Europa devastada por la guerra y el hambre, Anders trabajó infatigablemente en libros y en revistas como filósofo de la situación. Se desesperó sin rendirse. Interpeló al mundo sobre un destino siniestro que era ya una posibilidad. A pesar de una artritis que apenas le permitía utilizar los dedos, continuó escribiendo para todos y no solamente para el mundo académico. De hecho nunca ocupó una cátedra y rechazó los premios y reconocimientos que no tenían una justificación política o intelectual. Günther Anders, nombre con el que empezó a firmar en los años treinta sus colaboraciones periodísticas, acabó siendo el autor de toda su obra desde mediados de siglo, ocultando el nombre con el que fue inscrito cuando nació en Breslau (Alemania) en 1902: Günther Stern. Herejías Al margen de los grandes sistemas filosóficos y de los conceptos producidos a lo largo de la historia del pensamiento, la obra de Anders utiliza un método de investigación que integra las obras clásicas y los hechos concretos, la filosofía del arte y el moderno desarrollo de las ideas científicas, la historia y los acontecimientos cotidianos. En el último capítulo de La obsolescencia del ser humano, II, escribió unas «Reflexiones metodológicas conclusivas» en las que afirma no proponer ningún sistema filosófico nuevo (Hegel fue el último pensador que lo concibió) ni ninguna nueva filosofía dada la naturaleza de los fenómenos que constituyen el objeto de su análisis. Para Anders la filosofía y la política eran una actitud del pensamiento y si llamó la atención sobre el

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hecho de que Simmel dijera estar haciendo una filosofía de lo cotidiano que generalizaba lo metafórico como estrategia cognitiva, él planteó su trabajo como una filosofía de la situación y fundó su propuesta en la actividad de interpretar el mundo. Dado que la mayor parte de sus indagaciones se refieren a una ontológica “posibilidad de”, sus planteamiento adquieren la forma de una “hermenéutica pronosticatoria” para la que es necesaria también una lógica de la exageración que permita comprender la expresión y su efecto. Esta elección le coloca al margen de la academia al mismo tiempo que le ayuda a establecer en sus escritos un lenguaje que le aleja de las restricciones conceptuales y especializadas dejando para las notas o los apéndices el peso de la argumentación filosófica. Herejías es el título que puso al frente de un volumen en el que reflexionaba sobre su condición de pensador y sobre los conflictos que sus posiciones produjeron. La obra inédita Los más de veinte libros que publicara Anders a lo largo de su vida no dan cuenta exacta del volumen de escritos inéditos que han quedado en el Österreichische Literaturarchiv de la Österreichisch Nationalbibliohtek de Viena. Diarios, cartas, artículos, ensayos, notas de libros, esbozos de textos, etc. conforman al menos una cuarta parte más de lo publicado. Este legado escruta la vida en las sociedades capitalistas de la segunda mitad del siglo xx. Por otra parte, y dada su actitud ante el mundo académico, Anders no ha sido incluido en la mayoría de los estudios sobre filosofía contemporáneo ni en los grandes manuales sobre la filosofía a partir de la Segunda Guerra Mundial. La obra de Anders ha merecido una mayor atención sólo después de su muerte (excepto en Italia donde sus libros se han traducido con prontitud) y gracias, sobre todo, a que sus tesis han ido empapando las obras de autores reconocidos, incluso más allá del medio académico, como Jean-Luc Nancy, Zigtmun Bauman o Ulrich Beck. Tal vez sea por esto por lo que no es posible aún encontrar ninguna biografía más que el librito que escribió Elke Schubert en 1992 y que es más una introducción a su obra que propiamente un ensayo biográfico, y por lo que son pocas las traducciones de sus obras a otras lenguas. Fragmentos de mundo Al analizar la obra del pintor George Grosz Anders escribe: «se trata de un mensaje ontológico que dice que el ser y el no-ser están a partir de entonces

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sencilla­mente invertidos. Los fragmentos del mundo que aún nos quedan, las ruinas de hombres y cosas dando el sentimiento de ser sólo frag­mentos “que todavía no forman parte del ser”, se nos aparecen como pausas en el interior del vacío y para ser más precisos en el plano ontológico: como “agujeros en el no-ser”. La ontología del mundo de Grosz es, pues —por analogía con la “misa negra”— una “ontología negra”. Culmina —y nuestra afirmación ante­ rior de la producción por Grosz de una onto­logía “negativa” se encuentra ahí definitiva­mente confirmada— con la frase: “no es el no-ser la negación del ser sino, inversamente, el ser la negación del no-ser”». Frente a la idea de totalidad, que guió la elaboración teórica de Lukács, la escritura de Anders sólo puede esbozar un mundo que por su constitución histórica solamente es concebible en términos de fragmentos. La obra de Anders sigue siendo prácticamente ignorada en España. Ninguno de sus más importantes libros (los dos volúmenes de La obsolescencia del ser humano, la novela Las catacumbas molusianas, los diarios —La escritura sobre el muro— y los poemas, los trabajos de Herejías) ha sido traducido. Esto explica la forma en que está elaborado Günther Anders: fragmentos de mundo en tanto que estudio introductorio a la vida y a la obra de Anders, pero —fundamentalmente— como presentación de sus principales ideas a través de la paráfrasis de sus textos fundamentales y de la traducción directa de muchos fragmentos, de manera que el lector no entre en la obra de Anders solamente por el camino del autor del volumen sino que pueda encontrarse también con el camino elaborado por el propio Anders. También la composición en collages de citas favorece una lectura integrada del texto y lo aleja, a la vez, de la estricta forma académica. El lector pasará por algunos capítulos de la Primera Parte cuya materia densa y compleja los hacen, tal vez, difíciles de leer pero cuyo contenido, como podrá apreciarse, es necesario para comprender las orientaciones de la obra de Anders. Se ha preferido el rigor conceptual a la interpretación superficial que suele facilitar la lectura pero, paradójicamente, bloquear el conocimiento. En todo caso, el motor de la obra de Anders está en el resto de capítulos y no en los de su formación.

Agradecimientos Este libro ha sido el resultado de un largo trabajo de investigación que empezó en 2001 cuando comencé a preparar para el Centro de Documentación Crítica y para el ciclo Miradas de la Coordinadora de Asociaciones Culturales de Madrid las actividades de celebración del centenario del nacimiento de

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Günther Anders. Entonces también realicé la adaptación escénica y la dirección teatral de Nosotros, los hijos de Eichmann que se estrenó, después de muchas complicaciones, en la Sala Youkali de Madrid, en septiembre de 2005. Desde ese momento traté de publicar en varias editoriales los dos volúmenes de La obsolescencia del ser humano (que durante la corrección de las primeras pruebas de este libro salió por fin en la editorial Pre-Textos por gestión de otras personas) y la novela Las catacumbas molusianas. En 2007 preparé una antología para Los Libros de la Catarata, dentro de su colección Clásicos del Pensamiento Crítico, de textos de Anders: Filosofía de la situación. A finales de ese mismo año edité en la colección Contratiempos, del Centro de Documentación Crítica, su último libro: Violencia, sí o no. En julio de 2008, dentro de los encuentros «Voces del extremo» (y aunque sorprendentemente no haya quedado más rastro que en el programa del mismo y no conste ni en los artículos de prensa aparecidos ni en la propia página de wikipedia dedicada a los mismos), Julia Gutiérrez Arconada y yo leímos varios poemas de Anders, que se había traducido para la ocasión, y una poética. En otoño del mismo 2008, María Carolina Maomed y yo compilamos una serie de artículos sobre Anders para la revista Riff Raff con los que pretendíamos llamar la atención sobre una obra aún sin explorar (aunque algunos ya piensan en explotar) que representa una interpretación del mundo, fundamental si queremos mantener las posibilidades de cambiarlo y sacarlo de la vía muerta del capitalismo. En todos estos años he discutido y comentado algunas de las tesis de Anders y de los planteamientos de este libro con Wenceslao Galán, Belén Gopegui, Lorena de Vicente, Andrés Recio y María Carolina Maomed, quien también, como Teresa García Gómez, me ha proporcionado diferentes materiales de Anders procedentes de los fondos bibliográficos de distintas universidades y archivos. Estoy en deuda con Marta Fernández Bueno, Isabel Ballesteros, Cristina Díez Pampliega, Julia Gutiérrez Arconada y María Martín Bernal por sus traducciones1.

1  Las traducciones son de María Martín Bernal y mías, excepto las citas de libros en castellano y las de Cristina Díez Pampliega y Julia Gutiérrez Arconada, que han traducido los textos de Anders (2007a); de Isabel Ballestero, los textos sobre el padre: Anders (1950) y (1952); y de Marta Fernández Bueno, los textos de Anders sobre la antropología filosófica y sobre el lenguaje esotérico: Anders (2002b) y (1991b) del Capítulo 4.

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