Poemas lisiados (2)

ii. tratar de amar

Tectónica de nubes, tardes sin tiempo Que se extenúen otros tras las mil y una experiencias: me bastas tú

Me recordabas hace pocos días una pintada feminista ya borrada en las paredes de nuestra ciudad: «No puedo ser la mujer de tu vida porque ya lo soy de la mía» No eres la mujer de mi vida Eres la mujer que amo

Luna de agosto...

La vieja cama cruje la noche entera Incorporarse a la lenta sustancia del verano, del río

¿Y qué era lo que de verdad estaba yo llamado a realizar, aquello que sólo a través de mí podía cumplirse, o malograrse para siempre? ¿Mi tarea, de la que nadie más podría hacerse cargo? ¿Quizá recoger la piedrecita pulida y guardarla muchos años en la mochila verde para que finalmente llegase a tus manos esas manos que beso?

Amantes: se repiten tanto no se acostumbran nunca

Desayunar contigo naranja kiwi y mango después de habernos amado lentamente Lo malo de una mañana así es que todo lo que venga después —aunque fuere una fiesta de reconocimiento literario o el reencuentro con viejos amigos o una cena de lujo en restaurante que yo nunca podría pagar o simplemente el sol de media tarde sobre esa enciclopedia de la vida que uno lee en las calles de tu barrio— sólo puede ser peor

Aventurera: sin salir de este cuarto el mundo entero Eres fulgor.

Quien te ha visto brillar bien que lo sabe

Me enorgullece que me muestres tus canas ante el espejo Pasa otro dĂ­a, deja su marca en ti: mĂĄs mortal y mĂĄs bella

Lejos de ti no soy quien quiero ser mis manos no son del todo manos mis labios se quedan un poco por debajo de lo que cabe esperar de un par de labios mis palabras están entumecidas, como el tímpano que zumba después de una explosión demasiado cerca Y me pregunto una y otra vez: ¿exactamente qué es lo que explotó?

Que estemos ahora aquí frente a frente desnudos abrazados sexo dentro del sexo piel sabia de otra piel dos cuerpos como un cielo reflejado en un lago es el suceso más extraordinario que ha tenido lugar desde el inicio de los tiempos —unos trece mil quinientos millones de años, nos dicen los astrónomos— hasta hoy mismo hasta ahora y aquí Todo se conectaba para llegar a esto: dos cuerpos dialogando en tu cuartito humilde dos cuerpos en el milagro del abrazo Barrio Gótico Barcelona Cataluña España Europa planeta Tierra Vía Láctea Todas las palabras forman una cadena que concluye en un beso ahora aquí Mi amor no lo olvidemos Mi amor estemos a la altura del amor

Milagreando tus manos y las mías de nuevo juntas Cuesta creerlo: otra vez tu desnudo otra vez tú Vida que vive: los minutos sin tiempo de la caricia

Como avellanas.

Reflejos en el charco: rápidas nubes Las nubes rápidas las piedras encendidas la vida lenta Chaparrón súbito Bajo los soportales serenidad

El arcoiris: y sólo una muchacha atenta, atenta El más bello arcoiris que viste nunca: y tú floreces

Tu delgada mu帽eca acariciada tantas veces donde el pulso constante de tu sangre dialoga con la respiraci贸n del mar con los titubeos en la mente de la ardilla y con la imprecedencia de las constelaciones