LA ALPUJARRA ALMERIENSE
la Voz de Almería
Especial
La Alpujarra Almeriense
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Coordina Miguel Naveros Diseño: Federico Landín
“ESTA REGIÓN ME AGRADÓ MÁS. (...) LA ALPUJARRA ORIENTAL, QUE SE INCLINA HACIA ALMERÍA MÁS QUE HACIA GRANADA, ES MÁS ABIERTA”. Gerald Brenan Al Sur de Granada
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Alicún
la puerta a una tierra de paisaje único
Pasado Alhama, la imagen de Alicún nos anticipa ya el paisaje natural y urbano que vamos a ver a medida que avancemos Andarax arriba. Hemos entrado en la Alpujarra, una de las comarcas más bellas y cargadas de historia de España, un paraíso de pequeños paraísos donde perderse.
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espués de una bajada curvilínea, aparece Alicún, como un vergel en el que vegetación y estructura urbana forman un todo, como si el tiempo lo hubiese diseñado según planes trazados a concien-
cia. “Alicún se asemeja en sí mismo a un vergel, huerta y pueblo parecen desde algunos ángulos ser exactamente lo mismo. Esa percepción se mantiene y aún aumenta cuando, por un estrecho sendero, entre naranjos, se desciende desde el templete de la curz que vigila el pueblo.
Frutales y luego calles La visión se va cerrando entre los frutales hasta llegar a las estrechas y recónditas callejuelas en las que se palpa la quietud”. Así describe la historiadora Carmen Miras la llegada a este pueblo de terrazas escalonadas y preciosa plaza que nos transporta al imaginario colectivo de Al Andalus, por esa fuente termal entre los grandes castaños que es la primera y gran referencia cultural de Alicún en cuanto base de las termas romanas que allí hubo, antecedentes
de la fuente árabe. Municipio independiente desde 1835, con la abolición del señorío de Maqueda y Arcos, la extensión del cultivo de la uva de Ohanes cambió la vida del pueblo, que abandonó las antiguas tareas agrarias de siglos y se unió a una actividad de creciente éxito de esa uva que se exportaba a todo el mundo. Sin embargo, algo quedó invariable en este pueblovergel, esa caracterísitca estructura urbana que llama a visitarlo y a perderse cuestas abajo en el silencio. Y a gozar, como en toda nuestra Alpujarra, de una magnífica oferta gastronómica de fritada alpujarreña, conejo al ajillo, migas, encebollado de hígado de cerdo, gachas saladas o tabirnas colorás, un guiso de patatas con pimientos rojos, cebolla y ajos.Y sin olvidar los dulces: los soplillos de huevo y almendra o los mantecados de miel.
Cuando la naturaleza demuestra ser siempre más. “Vergel, huerta y pueblo parecen desde algunos ángulos ser exactamente lo mismo”, escribió Carmen Miras. En Alicún, y en toda la comarca, la frondosidad de los árboles puede llegar a ser sencillamente espectacular.
Color y cal. Sobre el blanco predominante, el color anima la vista desde puertas, cornisas y ventanas. La luz, como sucede en todo el valle, mantiene un permanente pulso de nitidez con las sombras.
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Huécija la belleza oculta del barroco Muy próximo a Alicún está Huécija, tanto que hasta comparten colegio. Pueblo con rango de villa y cabeza de un señorío durante cuatro siglos, su bella planta encierra una enorme sorpresa, visita imprescindible para cualquier amante de la arquitectura y el arte, el Convento de los Agustinos. Un tesoro barroco. La iglesia del convento de los Agustinos, recién restaurada, encierra un espléndido interior barroco, sin duda de entre los ejemplos barrocos más interesantes de la provincia con sus estucos policromados y diversos motivos religiosos pintados en techo y paredes y alrededor de las capillas. El edificio es ya, en sí, imponente. Siglos de historia. La puerta repujada encierra siglos de trabajo y de vida. Huécija atravesó con especial intensidad la historia en era andalusí y, luego, en era cristiana.
a reciente restauración de la iglesia del Convento de los Agustinos marca un antes y un después en la historia de esta villa que puede presumir de poseer uno de las grandes piezas barrocas del sudeste español. Fundado en 1511, es una construcción de cantería, con una estructura similar a las atalayas, pero de mayor dimensión. El interior de esa iglesia de planta de cruz y una sola nave con capillas entre los contrafuertes, que posee una delicadísima decoración, principalmente barroca y del gusto rococó, de estucos policromados y diversos motivos religiosos pintados en techo y paredes y alrededor de las capillas.
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Rasgos castellanos La era de la uva. La arquitectura del pueblo presenta ejemplos de viviendas de auténtico empaque, construidas al calor del fuerte impulso que la uva dio al pueblo y a todo la comarca.
Es la gran herencia de esa capitalidad de señorío que le confirió con los siglos al pueblo, según la autora María del Mar Gallego, “el per-
fil más aristócrata y monacal de la comarca”, el que también se nota caminando por sus principales calles, cargadas de elegante arquitectura que le da a la villa un aspecto más castellano que el de la mayoría de los pueblos de la comarca. Fue en este sentido crucial aquella capitalidad, que la ha marcado más que nada en su larga historia que se remonta a tiempos de los romanos, que construyeron en el cercano Cerro Marchena una villa. Aunque no ha habido acuerdo sobre el origen latino de su topónimo, coinciden los historiadores en que su proximidad a la viilla villa romana tuvo que crear ese asentamiento que aporvechase los muchos recursos naturales el emplazamiento de Huécija.
Rica naturaleza Más que recomendable es, también, visitar los alrededores de la villa. Desde la ermita de la Santa Cruz, en Sierra de Gádor, el viajero puede contemplar unas excelentes panorámicas de montes y valles, y la rica vegetación llama al día de campo entre lentisco y pinares. Especial es la gastronomía de cuaresma, potajes de cuaresma con albóndigas de bacalao y con postre de roscos fritos y buñuelos acompañados con anís, estrella temporal de una amplia y rica oferta de platos como el choto al ajo cabañil, la cocina mareá o la olla de nabos, así como los famosos hornazos de San Marcos, los bollos de pan con aceite adornado con huevo que, según la tradición, hay que romperlo en la cabeza del más despistado.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Terque
la Casa Más Bonita
Vista desde lejos, no podemos esperar lo que nos deparará esta villa entre dos cerros, uno de los cuales el de Marchena, donde se advierte con nítida claridad cómo se dan la mano diferentes épocas de la historia, que dejó desde tiempos ancestrales sus sucesivas huellas en Terque.
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a posición, estratégica por su amplio campo de visión, del cerro de Marchena y el entorno de la importante cultura de Los Millares hablan de por sí de un emplazamiento prehistórico. Esa misma posición y el nombre del cerro (Marchena, de Marcius), ilustran sobre su pasado romano, una villa allí construída, probablemente en época de Augusto, con Hispania ya romanizada. Los documentos históricos, los restos arqueológicos y la configuración urbana de esa parte de la villa correspondiente al Cerro de Marchena certifican su importancia en tiempos de Al An-
dalus, cuando tuvo una importante fortaleza luego destruída por un terremoto y cuando fue cabeza de taha, la Taha de Marchena. El gigantesco olmo, viejo símbolo castellano, de la otra parte de la villa, la que está bajo el Cerro de la Santa Cruz, nos da el núcleo urbano, junto al de Huécija, más castellanizante de la comarca. Y algunas construcciones del XIX nos ilustran la epopeya burguesa del tiempo de la uva. “Terque posee uno de los conjuntos arquitectónicos más notables del valle del Andarax. Especialmente bella me pareció siempre la Casa de los Caballitos, llamada así por los animales
La Casa de los Caballitos. No son caballitos, pero así les dicen a estos grifos, los animales mitológicos que coronan una de las edificaciones más curiosas de toda la provincia de Almería.
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BENTARIQUE, UN PUEBLO DE LEYENDAS En el camino de Terque a Íllar, para retomar la carretera hacia el nacimiento del río, asoma Bentarique entre frutales.
El pueblo de los museos. Con los museos de la Uva y el Etnográfico, Terque se ha convertido en visita de obligado cumplimiento para quien quiera conocer la historia de la uva de barril almeriense y el patrimonio etnográfico de la provincia.
que coronan su cornisa, que, sin embargo, no son caballos, sino grifos, animales fantásticos con cabeza y alas de águila y con cuerpo y garras de león”, escribió el historiador del arte Romero Granados, y no exageraba. Casas como ésta, o como la de los Santiesteban, los Paniagua o los Porras dejan clara constancia de la ilustración burguesa que empapó la comarca a carro del negocio de la uva.
El pueblo de los museos El apogeo de la uva fue el apogeo de la comarca, y en Terque tiene su sede el Mu-
seo Provincial de la Uva del Barco. Formado con donaciones de todos los pueblos uveros de la provincia, el museo está dedicado a la conservación de los rasgos de identidad de la cultura parralera de la provincia y reconstruye con eficacia la historia social y económica de Almería y su provincia, que durante dos siglos vivió, junto con la minería, del cultivo y la comercialización de la uva de mesa, la llamada Uva del Barco. De destacar es también el Museo Etnográfico, dedicado a la conservación, in-
vestigación y divulgación del patrimonio etnográfico de Terque, y de la provincia de Almería en general. Ambos proyectos, como el del espacio cultural de la Cueva de San José, han sido impulsados por la Asociación Amigos del Museo de Terque y el Ayuntamiento . Como consecuencia de ello Terque es conocido como “el pueblo de los museos”. Tiene una afluencia de visitantes cercana a los 6.000 personas por año y la difusión del pueblo en los medios de comunicación . El pueblo ha conseguido
convertirse en un lugar de gran interés turístico, lo que repercute en dinamizar: el pueblo, su turismo y su hostelería; se ha creado una pequeña empresa dedicada al servicio de los Museos y a lugares de interés turístico al servicio de el viajero. La visita a los espacios museísticos de Terque es obligada, como un buen paseo por sus alrededores de pueblo que goza al tiempo de valle y de cerro, de dos cerros realmente, y por lo tanto de luces asombrosas a diversas horas del día.
Ni por el tesoro de los árabes encontrado en 1896 ni, como suele decirse, por “venta rica”. El nombre de Bentarique procede directamente del topónimo andalusí “pueblo de los descendientes de Tarik”, aunque su emplazamiento, entre fértiles campos, siga llamando a pensar en leyendas que tienen que ver con la riqueza, con las ocultas y con las que vislumbre cada cual más allá de ese paisaje que se ve tan amplio desde distintos puntos del pueblo.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
ANTONIO ORTIZ OLIVA
“La Alpujarra es una” A
ntonio Ortiz, el alcalde de Abla y presidente del Grupo de Desarrollo Rural Alpujarra Sierra Nevada Almeriense, transmite aire de modernidad. Lo transmite su misma planta, lo transmiten sus ademanes y lo transmite su discurso, nítido, claro, comprometido con la reactivación de la comarca y con las posibilidades que ofrecen los nuevos tiempos. ¿Hay dos Alpujarras, la granadina y la almeriense, o una? Está clarísimo, hay una. Así lo dicen el paisaje, la historia, la gastronomía, la vida de la gente. Hay una clara unidad en toda ella, hasta el punto de que en su momento llegó a hablarse de que era la novena provincia andaluza. Sierra Nevada es un macizo único, no es una ladera o un barranco. Son cumbres, recursos, pueblos de un mismo macizo. Sé que existen localismos, pero hay una clara unidad. La Alpujarra, en cuanto tal, se conoce en todo el mundo. Es una marca muy importante. El hecho de que haya dos GDR, uno de una provincia y otro de la otra, no es significativo de nada, sólo de que, al ser un número tan elevado de municipios, era funcional y económicamente más conveniente tener dos grupos. Pero sólo por eso. En todo caso, algo me parece evidente, que la clave es cómo quieran vivir la Alpujarra sus habitantes. Mire, en Abla, pueblo del que soy alcalde, tenemos un lema: Abla vive en Sierra Nevada. Pues lo mismo: cada uno de los alpujarreños vive en la Alpujarra. Ése está siendo el criterio de trabajo del Grupo de Desarrollo que presido, que todos y
cada uno de nosotros vivamos la Alpujarra, vivamos Sierra Nevada. ¿Cuál es ese criterio? Lo principal es el concepto de transversalidad social desde el que nos estamos moviendo. Hemos pretendido, y creo que estamos logrando, unos planes de desarrollo de profundo calado social que involucran a los ayuntamientos y en general a las administraciones, pero también a los empresarios y a los agentes sociales. Lo verdaderamente importante es esta participación que se está dando. Las cifras hablan por sí solas: hasta el momento, hemos tramitado 196 expedientes, de los cuales se han pagado 72, lo que supone una cantidad de 1.558.105,89 euros de subvención, una inversión total de 5.161.572,19 euros y un empleo, entre creación y mantenimiento, de 125 personas, bastante compensado por cierto entre hombres y mujeres. Tenemos grandes proyectos y muy importantes obras ejecutadas o en ejecución. Están quedando unas infraestructuras magníficas en los pueblos, y eso es muy importante para uno de los ejes de nuestro desarrollo, el del turismo. ¿Qué medidas contempla el Plan Turístico? Pues, además del de las infraestructuras, el de un márketing que intenta involucrar a todo el tejido social de la comarca, algo que ahora favorecen las nuevas tecnologías. En lo referente a las infraestructuras, se han acometido los accesos a los distintos municipios, áreas de aparacamiento, una señalización común en la que cabe una personalización municipal y la creación de unos puntos de información muy novedodos, muy
Antonio Ortiz Oliva, alcalde de Abla y Presidente del Grupo de Desarrollo Rural Alpujarra Sierra Nevada Almeriense.
modernos, aprovechando también las ventajas que dan las nuevas tecnologías. Además de los paneles de información comarcal y local, en cada punto se facilita la descarga en el móvil de información de todo tipo. En general, la utilización de las nuevas tecnologías es el gran eje de nuestro márketing. El sistema Touriphone permite el acceso desde el propio teléfono a toda la oferta de alojamiento, restauración, ocio, aficiones, etc. Se trata de aprovechar las ventajas que ofrecen el wifi, los gps, youtube, etc. Las nuevas tecnologías se han convertido en un magnífico aliado para el mundo que siempre fue llamado rural, le ha dado muchas
posibilidades de avance, en el campo del turismo y en todos los demás. ¿Como cuáles? Pues, por poner un ejemplo, el que se haya establecido en Abla una empresa de productos cosméticos que ha estado hasta hace poco funcionando desde Cataluña. En unos momentos como éstos, con todo tan globalizado, lo importante ya no es desde dónde se opera. Ya no hace falta estar en el polígono industrial de una ciudad para poder fabricar y exportar. Antes, para poder emprender se emigraba a Cataluña. Ésa fue la vida de nuestros pueblos en los años sesenta y los setenta.
Las nuevas tecnologías son piedra angular del márketing que está impulsando el Plan Turístico de la Alpujarra Almeriense. Además de por una larga lista de mejoras en las infraestructuras de los municipios, se ha apostado por la comunicación más activa con el visitante.
Ahora no hace falta. Al contrario, pueden darse casos como el que he comentado de la industria cosmética, o una textil que está avanzando en un proceso paralelo. ¿Qué papel juega lo público en este proceso? Enorme, sin duda. A la hora de una reactivación económica como la que se está llevando a cabo en la Alpujarra almeriense, ese papel es crucial. Basta mirar alrededor y ver las cantidades libradas por las administraciones. La Junta de Andalucía, por ejemplo, es de los gobiernos autonómicos más volcados con este instrumento que son los Grupo de Desarrollo Rural.
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Plan Turístico
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l Plan Turístico de la Alpujarra almeriense cuenta con un presupuesto de 3.364.472,53 euros (tres anualidades), financiado por la Consejería de Turismo y Comercio (60%, 2.018.683,51 euros), los 24 ayuntamientos (29,45%, 990.837,16 euros) y la Di-
putación provincial de Almería (10,55%, 336.447,25 euros) Actualmente el Plan Turístico de la Alpujarra almeriense ha ejecutado un 51% en primera anualidad, 56% en segunda anualidad y un 26% en tercera anualidad. En total, se ha ejecutado un 47%.
Obras licitadas
% de ejecución
INTERVENCIONES URBANAS 1 Y 2ª FASE MEJORA DE ACCESOS ESPACIOS TEMÁTICOS 1ª Y 2ª FASE AMPLIACIÓN DE MEJORA DE ACCESOS PROYECTO RUMOR PROYECTO TURIPHONE.
75% 70% 15% 80% 32% 67%
419.977,11€ (PROGALL OBRAS) 249.286,17€ (PROGALL OBRAS) 304.000,00€ (PROYECTOS Y VIAS DE ALMERÍA) 568.248,38€ (VARIAS EMPRESAS DE LA ZONA) 60.659,01€ (ZAYIN TECNOLOGY) 70.800€ (FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA)
Los gastos generales (señalización -SPRINT DISEÑO GRÁFICO-, gerencia, difusión, formación y asistencias técnicas) se han ejecutado prácticamente al 100%.
Proyectos de la 3ª anualidad Rótulos de fila Agua
Total Agua Ladera
Total Ladera Los aromas
Municipio
Nombre del proyecto
importe
Berja Berja (2) Laujar de Andarax Rágol
Aljibes medievales de Villavieja Baños Hispano-Musulmanes de Benejí Recuperación del Área recreativa del Nacimiento Rehabilitación, Acondicionamiento y Embellecimiento del Lavadero municipal para uso turístico de Rágol
Abla (1) Abla (2) Abla (3) Alboloduy Almócita Canjáyar (1) Canjáyar (3) Fondón Huécija Instinción
Diseño y señalización de itinerario ecuestre Instalación turística/deportiva de Descenso de Barrancos -Barranco de la Almagrara Creación del Área de Acogida de Autocaravanas en Abla Dotación del centro de interpretación de Alboloduy "Territorio y población en el bajo Nacimiento" Miradores e Interpretación de la huella del paisaje morisco Área de servicio para autocaravanas en Canjáyar Cueva para oficina de turismo Paseo cicloturístico y senderista entre Fondón y Fuente Victoria Acondicionamiento del mirador turístico y la estación de vuelo libre del Cerro de la Cruz Acondicionamiento de la Calle Real y la Calle Arcos
Fiñana La huella aromática de las especies autóctonas de sierra Nevada Santa Cruz de Marchena Paseo Botánico Terque Diseño y producción del Aula del Jardín Botánico
Total Los aromas Minería
Beires Canjáyar (2)
Centro de Interpretación de la minería de Beires al aire libre Dotación del Centro de Interpretación de la Minería de Alcora
Total Minería Total general
38.000,79€ 85.859,87€ 80.679,44€ 29.811,85€ 234.351,95€ 28.424,60€ 3.575,40€ 36.754,70€ 43.123,16€ 29.811,85€ 15.471,39€ 14.999,55€ 41.128,19€ 43.123,16€ 33.253,84€ 289.665,84€ 110.000,00€ 21.563,00€ 8.000,00€ 139.563,00€ 33.253,84€ 20.080,06€ 53.333,90€ 716.914,70€
Proyectos ya licitados Municipio Abla (1) Abla (2) Canjáyar (1) Huécija Rágol Terque
nombre proyecto Diseño y señalización de itinerario ecuestre Instalación turística/deportiva de Descenso de Barrancos -Barranco de la Almagrara Área de servicio para autocaravanas en Canjáyar Acondicionamiento del mirador turístico y la estación de vuelo libre del Cerro de la Cruz Rehabilitación, Acondicionamiento y Embellecimiento del Lavadero municipal para uso turístico de Rágol Diseño y producción del Aula del jardín Botánico
empresa ejecutora ESCOLA D’ESPLAI, SL SELENE S. COOP. AND INICIATIVA Y DESARROLLO DE CANJÁYAR S.L PELAEZ VIVES GESFORAL EL SEÑOR SPOT
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Íllar
el bancal urbano Cuando se remonta del valle hacia Íllar, el terreno y el pueblo abancalados nos dicen que volvemos al gran eje de la Alpujarra. Empieza el medio Andarax, como si el pueblo que asoma blanco y salpicado de verde mediada la ladera, aún no muy alto, hiciese de vigía de la frontera.
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os bosques de naranjos evocan los dibujos de los viejos catecismos con sus árboles de no demasiada altura e intenso verde a los pies, sombríos. Es bella la subida a Íllar desde el valle atravesando a lado y lado esos frutales y entrando al pueblo por unos bancales de que pronto se hacen terraza urbana. “La vista desde el valle es magnífica, muy abierta, escandalosamente luminosa, tanto cuanto cerrada la visión al monte, ese gigante gris que es el cerro del Coto”, describió la luz de su pueblo el historiador del arte Francisco Romero Granados. Abierto y protegido al tiempo, el enclave de la actual Íllar debió de ser distinto al principio, en el el llamado Lugarejo, 400 metros sierra arriba, lo que confirmaría la tesis del profesor Lirola sobre el topónimo, de al-Aliya, la alta, coherente porque el Lugarejo está por encima no sólo del actual pueblo, sino de los otros de la zona. Gusta de Íllar, sobre todo, lo que tiene de bal-
cón, es un en general una sucesión de balcones al valle, uno de los cuales, el de los jardines de la plaza de la fuente y el lavadero, encantador a cualquier hora cuando el sol ciega pero la sombra del arbolado alivia y cuando la tarde va cayendo y, más allá del haz de sombra del cerro del Coto, la luz parece estirarse en el tiempo. Los alrededores del pueblo podrían servir para una clase práctica sobre el aprovechamiento del agua, sobre esa sabia ingeniería árabe que ahorra y optimiza de acequia en acequia para regar sus huertas de naranjos y toda suerte de árboles frutales, ese ejemplo de “paisaje agrario medieval” que invita a pasear Romero Granados como pedagógica inmersión en nuestro pasado y también como esparcimiento. Pocos placeres hay como hacerlo un mediodía de otoño, cuando el sol calienta y la naranja que cuelga del árbol refresca, deliciosa. Son especiales las naranjas de Íllar.
En medio de un vergel de naranjos. Para llegar a Íllar hay que atravesar permanentes huertas de frutales, especialmente de cítricos. Un paseo otoñal por su vega degustando naranjas está en los más atractivos paseos por la cuenca del río.
Un lugar único. La placeta de la fuente y del lavadero es, tal vez, el más caracterizado balcón de este pueblo de balcones. En él se encuentra esta sencilla fuente, cargada del blanco de la tierra y de formas decimonónicas. El lavadero conserva el sabor de aquellos tiempos en que era imprescindible para la vida de las familias.
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Instinción
un pueblo para la música Una arquitectura cargada de personalidad. Las casas burguesas de finales del XIX y principios del XX, surgidas con el esplendor de la uva, encierran interiores amplios y profundos, preparados para resistir los muchos meses de calor.
Carretera arriba, empiezan ya a divisarse bancales y bancales que aterrazan el monte cuando aparece al otro lado un pueblo alargado que domina el valle a la vez que es dominado por el notable campanario de una iglesia mudéjar. El horizonte se antoja desde él otro gusto para la vista.
Un magnífico campanario. Especial joya del pueblo es su iglesia, un templo mudéjar del siglo XVI que cuenta con tres magníficos elementos a los que prestar atención: su impactante campanario, el paño ataujerado que cubre la capilla mayor y la puerta cegada con alfiz que se encuentra en un lateral.
e que su elevación sobre la ribera del río Andarax es privilegiada da idea el posible origen latino de su nombre, lo que significaría un origen romano, concretamente de la época de Augusto, cuando Hispania ya estaba romanizada. Parecen los especialistas inclinarse por esta hipótesis frente a la más romántica, que remonta el topónimo al nombre de una princesa musulmana de la familia nazarí. Algo sí es, sin embargo, contrastable, su existencia como alquería en los tiempo de Al Andalus, cuando se llamaba Estançihum y era enclave privilegiado junto a tierras fértiles y estratégico en el camino de la Alpujarra.
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La taha cristiana Planta andalusí, desarrollo decimonónico. Suele suceder en los pueblos de la zona uvera que la típica planta morisca ha dejado espacio por sus calles y plazas a estructuras arquitectónicas típicamente burguesas. La combinación de ambos elementos resulta especialmente atractiva.
Con el fin de la Reconquista a finales del siglo XV, comienza la historia moderna de Instinción, la antigua Taha de Marchena es con-
cedida a don Gutierre de Cárdenas y Chacón por los Reyes Católicos, en 1504, como recompensa por su ayuda prestada durante el conflicto ocupacional del Reino de Granada. El nuevo Señorío de Marchena lo integran las diez alquerías de la vieja Taha, siendo Instinción una de ellas; posteriormente, al hijo de Don Gutierre se le concede el ducado de Maqueda, dando nombre a la comarca durante tres siglos.
Un joya de iglesia Especial joya del pueblo es su iglesia, dedicada a san Juan Bautista aunque el patrón sea san Sebastián, un templo mudéjar del siglo XVI que cuenta con tres magníficos elementos a los que prestar el visitante atención: su impactante campanario, el paño ataujerado de lazo de ocho, que cubre la capilla mayor y la puerta cegada con alfiz que se encuentra en un lateral. Y para fijarse son también algunas de las varias casas señoriales que recuerdan los años de la burguesía uvera, casas espaciosas, de las que se advierten sabiamente hechas para proteger del calor y tamizar la luz. Está marcada Instinción, como en general la comarca, por aquellos años que dejaron su huella en la arquitectura y en las costumbres, como el de la gran afición musical de los lugareños, que tienen una de las bandas de música más importantes de la provincia, la de los Iris. Y goce, junto a la música, de una buena cocina mareá o unos excelentes soplillos de huevo y almendra.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Rágol
la primera frontera Aires de Alpujarra. La zona alta de Rágol preanuncia ya la Media Alpujarra. Rágol fue desde tiempos de los árabes frontera entre las divisiones administrativas de la Baja y la Media Alpujarras, y su propia planta urbana demuestra el porqué.
Se advierte ya que la Alpujarra va agrandando sus montes y estrechando sus valles. Rágol es frontera entre dos estadios de esta comarca que sube a decididos saltos. En Rágol acaba la más suave de las Alpujarras y entramos en la Media Alpujarra.
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a la administración nazarí contemplaba Rágol como una primera frontera, último enclave de la Taha de Marchena, paso pues ya a la Taha de Lúchar. Posiblemente elegido por su cercanía al río, sus fértiles tierras y como último bastión estratégico de camino a la Alta Alpujarra, mantiene el historiador Romero Granados que bien pudiera haberse dado en Rágol el primer asentamiento para los veinte castillos que, con carácter defensivo, se construyeron en el siglo IX para garantizar el orden en una zona conflictiva debido al carácter autónomo de sus pobladores, reacios a convertirse al Islam. Como una medina
La justa fama de una agricultura. La humedad, superior a la de otras zonas de la comarca, ha favorecido la calidad de frutos como la uva Daria o las peras, famosas en toda la provincia y nombradas por Villaespesa en una escena de su obra Abén Humeya.
Pueblo de pendientes y callejuelas con un urbanismo de carácter musulmán a semejanza de las medinas magrebíes, flanqueado de gigantescos eucaliptos que
lo sombrean, de una espaciosa vista al frente. a los cultivos que bordean los márgenes del río, en la parte baja del pueblo se advierte la huella de la arquitectura burguesa que dejaron las décadas doradas de la uva, tercer gran bloque urbano, como es común en todos los núcleos urbanos de la comarca. En medio en el tiempo, y también en el espacio, las construcciones que, tras la Reconquista y la rebelión de los moriscos, dieron a algunas calles y plazas un sesgo más castellano, pueblo laberíntico, sobre todo en su parte alta. Entre esas construcciones la iglesia de san Miguel, al arcángel consagrada aunque sea patrón del pueblo San Agapito, un templo de estilo mudéjar construido en el siglo XVII sobre la anterior, que fue incendiada por los moriscos, y posteriormente restaurada en 1861. Destaca en ella su notable techumbre de madera, una armadura de limabordón decorada con paños de estrellas de ocho puntas y lazo de cuatro, digna de ser contemplada. Las peras de Villaespesa Tiene personalidad Rágol, como siempre la tuvo el producto de su tierra y un microclima de humedad que, según explica Luisa Pardo, “hace especiales su uva Daria, la peras autóctonas y las habas”. Sus peras, la pera de Rágol, desde luego fue ponderada por el gran poeta alpujarreño, de Laujar, Francisco Villaespesa, en su obra de teatro 'Aben Humeya': peras de Rágol ofrece don Diego del Río a don Álvaro de Flores junto a otros alimentos alpujarreños.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Canjáyar
el corazón de una leyenda Un pueblo de leyendas. En pocos lugares puede verse la legendaria Almería minera como en Alcora. Pocas leyendas ligadas a la religiosidad hay como la Santa Cruz de Canjáyar. Pocos alimentos hay tan legendarios en el Mediterráneo como el aceite, del que tanto y de tanta calidad está produciendo Canjáyar la de la larga y densa historia de la que quiere hacer, también, futuro. Canjáyar es pleno corazón de la legendaria Alpujarra.
“Vi un barco descansando sobre el valle: sereno y puro, blanco de inocencia”.
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on éstos unos versos de Luisa María García Velasco, una profesora que llegó a Canjáyar, vio su nave flotando por los montes y se quedó. No fue mala elección. Canjáyar es el corazón de muchas cosas. Fue en Alcora corazón de la minería con la fábrica nacional de plomo creada en 1788 y fue en todo su término corazón agrícola con la uva de Ohanes por supuesto, pero también an-
La subida anuncia ya que se llega al corazón de la Alpujarra. Y, de pronto, entre los cerros, da la sensación de que hay un enorme barco varado. Es Canjáyar, un pueblo cargado de historia y de leyenda, y con un nombre que, entre tradiciones e industria, va abriéndose paso hacia otras tierras.
tes con el aceite por el que, siglos después, ha vuelto a apostar, y que está llevando el nombre del pueblo por el mundo a ese modo moderno que son las marcas. Y es corazón de leyenda con la Santa Cruz, el cuarto centenario de cuya aparición acaba de conmemorarse con innumerables actividades y una asistencia global de 30.000 visitantes. Con restos romanos documentados y una significativa presencia en la época andalusí y en las turbulencias que siguieron a la expulsión de los moriscos, Canjáyar es pueblo que valora mucho
su historia, como bien demuestra el Museo Abierto en murales cerámicos que planeó el abogado canjilón Emilio Esteban Hanza, que permite una entretenida y rápida inmersión en la historia de este pueblo tan pujante siempre. Canjáyar goza, además, de una naturaleza espectacular a lado y lado del núcleo del pueblo, hacia Sierra Nevada y hacia Sierra de Gádor. Y una clara vocación sus gentes de apostar buena parte del futuro a ella. Un aparcamiento de caravanas en construcción, dos focos de casas rurales y una serie de rutas para el caminante, una tan significati-
va como la del sendero hasta Almería, ilustran esa apuesta que tiene, cómo no, el imprescindible complemento de una magnífica oferta gastronómica. Justa fama tienen los huevos fritos de la venta de Salmerón, en Alcora, la única que queda en funcionamiento de las 24 que tacheaban la carretera en las décadas de esplendor de la minería, y de destacar es la permanencia de una oferta de buen plato del día por un módico precio, el Menú del Peregrino, que han mantenido los tres restaurantes del pueblo tras el cuarto centenario.
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Alcora,
Un pasado como apuesta de futuro La restauración de las dependencias de la Real Fábrica de plomo y la creación de un centro de interpretación de la Minería anexo es un proyecto, ya en marcha, que no sólo va a ser un activo para la comarca en cuanto importante atracción turística, sino que va a hacer justicia con décadas de enorme trabajo de decenas de miles de alpujarreños y con un hecho que hizo historia en Canjáyar y en toda la provincia, la creación de la fábrica por orden de Carlos III en 1.753 para la explotación del plomo, complementada con la obtención de plata que se remonta a época romana y puede incluso llegar a eras anteriores. La Real Fábrica de Plomos de Alcora, la única que se conserva íntegra en
La Santa Cruz
Devoción centenaria A cualquier visitante de Canjáyar no le será difícil comprobar el arraigo que para todos los canjilones tiene la Santa Cruz del Voto. Cuenta la tradición, que en el año 1611, y tras las sublevaciones moriscas de 1500 y 1568, el sacristán de Canjáyar Juan Matías de Peralta soñó con una procesión de ángeles. Dicho sueño se reprodujo durante tres noches consecutivas y en ellas Juan Matías contemplaba una procesión de ángeles portando una cruz, que se dirigían a orar desde el altar mayor hasta el baptisterio del templo parroquial. Tras comunicar el sueño Juan Matías al sacerdote, se excavó el lugar y apareció la cruz, llevada al parecer a Canjáyar, años atrás por un peregrino. Probablemente en tiempos de la sublevación morisca de 1568 algún cristiano la escondió en el muro del bap-
tisterioy ahí permaneció oculta todos esos años hasta su descubrimiento. Todos coinciden en que un peregrino trajo esta Cruz desde Tierra Santa, tal y como demuestran las 42 pequeñas piedras con nombres del lugar en donde fueron recogidas, como el Monte de los Olivos, o el Calvario. La importancia de dicha cruz procede de unas características especiales que la distinguen del resto de insignias religiosas: posee una astilla de la madera de la cruz del Calvario (lignum crucis). El pasado año se celebró el cuatro centanario d ela aparición de la cuz, con notable éxito.
toda Andalucía, está formada por una serie de edificios alineados en torno a un patio y entre los que destacan dos hornos castellanos de planta cuadrada y alzado piramidal con tres puertas abocinadas, dispuestas al aire libre para evacuar los gases, y, un reverbero posterior, más un conjunto de dependencias secundarias y áreas de transformación del mineral, además de una vivienda de dos plantas y una ermita, de estilo neogótico popular, en perfecto estado de conservación. En las inmediaciones se encuentra una nave alargada sin techo que bien pudo almacenar las fundiciones a finales del XIX ya que en una de sus esquinas hay una chimenea de ladrillo.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Ohanes, un ejemplo
de conservación
Elevado en la montaña domina desde el otro lado de la carretera el paisaje como un día dominó el mercado mundial de la uva y es paso obligado para atravesar la Sierra Nevada almeriense en su corazón mismo. Ohanes es simplemente una tentación.
E
nclavado en pleno Parque Natural de Sierra Nevada, al que pertenece la totalidad de su término municipal, Ohanes, ese encaramado y desafiante pueblo blanco que un día cambió el comercio mundial de la uva por su variedad exquisita y, a la vez, dura para aguantar los largos trasnportes en barco de la época, es un ejemplo de constancia, de conser-
vación de su arquitectura y de sus costumbres, de sortear los procesos de deterioro medioambiental que por doquier han proliferado, de mantener la pureza de lo que fue, lo que a la postre, tras tantos años de tan larga historia, le valió el honor de ser en el primer municipio ecológico de Europa con certificado AENOR en 1999.
Compromiso ambiental Era una consecuencia de ese empeño en mantener lo mejor de una tradición y, también, de comprometerse con un sistema de gestión medioambiental (eliminación de residuos, prevención de incendios forestales, control de vertidos y contaminación, ahorro de energía) que es mera innovación en la gestión del territorio. Una bella iglesia que domina en su color terroso el pueblo blanco, una fortaleza nazarí y unas calles en ovillo en las que deslumbra el blanco (doble blanco, el de la luz y el de la limpieza) dan su aire especial a este pueblo que merece una y muchas visitas, para verlo y para distribuirse desde él por los muchos,
infinitos parajes de naturaleza pura que nos dona el municipio, entres ellos uno muy especial, el de Tices. Especial relevancia tiene en efecto, cuatro quilómetros montaña arriba de Ohanes, Tices, una antigua barriada que llegó hasta a tener escuela y en la quedan varios cortijos que no están habitados durante todo el año, y en la que se alza una de las más significativas construcciones religiosas de la provincia.
Alojamientos Rural Ohanes
Paz y naturaleza, La oferta de Rural Ohanes, muy variada, es idonea para el fin de semana: si en verano para evitarse los calores nocturnos al fresco de la noche; si en primavera u otoño, para gozar del espléndido clima de la sierra; si en invierno para pasear al buen frio seco y degustar luego una buena comida y una buena charla a la lumbre. http://ruralohanesalpujarra.blogspot.com.es/
La Octava Entre sus fiestas de destacar es la de la Octava en honor a la Virgen de Consolación de Tices. Es una tradición muy antigua la de celebrar el final de la faena de la uva. Consiste en una misa a la que sigue la procesión con la imagen a hombros por las calles del pueblo. El domingo siguiente se lleva la Virgen a su Santuario de Tices, en romería, donde se quedará hasta el 14 de agosto del año siguiente, que se vuelve a traer al pueblo. Muy atractiva para el viajero es la fiesta de San Marcos, el 25 de abril, en la que toros y vacas anteceden al santo en procesión.
La belleza que da el tiempo. Ohanes ha sabido, encabalgada en su sierra, conservar su arquitectura tradicional, en la que destacan la pizarra y el blanco de sus casas. Sus calles y casas recuerdan el pasado morisco.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Padules
entre dos sierras Padules surge a la izquierda como un recodo que invita a entrar. Y hará bien el viajero entrando, porque se encontrará con muchos cosas que merecen la pena, unas magníficas vistas sobre lo que fue la Alpujarra de los bancales, un buen vino y una oferta gastronómica de primer orden.
C
onviene pasear, correr bien el pueblo y sus espectaculares alrededores para hacer hambre. Podemos empezar por
las vistas: “Desde el pueblo se ofrece a la vista del observador la llamada Vega de Abajo, situada en una hondonada donde se crían ricas uvas que parecen pequeñas esferas de azúcar”, escribió Eladio Guzmán hace un siglo, y sigue siendo imprescindible la mirada desde Padules, mirada hacia bancales de los tiempos de la uva, como aquéllos, hoy en desuso, y también de los cultivos que van remontando, en la base de los buenos vinos que Padules está haciendo.
Cañones y cortadas Y se puede seguir paseando por las inmediaciones del pueblo, por ese paisaje que describía Guzmán como “alamedas frondosas en donde suenan orquestas de ruiseñores en las claras noches de plenitud lunar”. Espectacular es, por ejemplo, la Cueva Caliente, donde caen paredes de agua y forman un pequeño lago, un
lugar a visitar que ofrece barbacoas instaladas para hacer un descanso prolongado en nuestras rutas a pie o en bicicleta. Yendo hacia el paraje de Las Canales hay un improvisado mirador natural que nos permite divisar, en el fondo y a lo lejos, un espectáculo asombroso de la naturaleza: el río Andarax discurre entre un cortado cañón de paredes casi verticales. Sus aguas chocan y golpean las rocas en su rápido descenso saliendo de la cueva. Es un adelanto de las bellas imágenes que aguarda cuando, acabado el descenso, se llega a Las Canales. En el camino podremos observar variados tipos de pájaros, zorzales, abubillas, grajas, codornices, perdices o palomas, y no pierda la esperanza de contemplar zorros, comadrejas, tejones, jabalies, liebres, topos, culebras o mochuelos
Una iglesia bonita y coqueta. El ocre terroso de la iglesia es el contrapunto con el blanco de las casas y el verde de la vegetación que caracterizan Padules.
Un pueblo tranquilo. Es Padules un pueblo tranquilo en medio de una naturaleza como pocos términos municipales tienen en la provincia y con una oferta gastronómica de primer orden. Un lugar a visitar para un buen día de descanso.
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Parque Natural de Sierra Nevada Declarada en 1986 reserva de la Biosfera por la UNESCO, Sierra Nevada, distribuida entre Granada y Almería, es un espacio único en la Península Ibérica. De las 171.646 hectáreas que componen el Parque Natural de Sierra Nevada 51.722 pertenecen a la provincia de Almería. 86.208 hectáreas de su alta montaña son Parque Nacional, en territorio de 15 municipios almerienses y 29 granadinos
La trucha común. Es la principal especie de los ríos Nacimiento, Paterna, Bayárcal y Andarax.
Nacimiento del Río Andarax. La Alpujarra almeriense es rica en aguas de los deshielos de la sierra.
La castaña. Abundan los castañares en el Parque Natural, con su colorido y el reclamo para el excursionista.
Cabra montés. Es la especie más emblemática del Parque Natural y puede verse con cierta facilidad en la alta montaña.
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Una Historia Larga e Intensa 1
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Momentos y lugares La Alpujarra y la Sierra Nevada almerienses tienen una larga e intensa historia desde finales del Paleolítico. Éstos son algunos algunos de sus hitos:
FIÑANA
LAS TRES VILLAS
6 ABLA
3 ABRUCENA
BAYÁRCAL
PATERNA DEL RÍO
NACIMIENTO
SANTA CRUZ ALBOLODUY
9 BEIRES
LAUJAR DE ANDARAX
5
PADULES FONDÓN
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ALSODUX
CANJÁYAR
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OHANES
BENTARIQUE
RÁGOL
12 ALMÓCITA
ALICÚN
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ALCOLEA
TERQUE
FELIX BERJA
DALÍAS
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ALHABIA ILLAR
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13 ENIX
ALHAMA DE ALMERÍA
1. Peñón de la Reina, Alboloduy. Es el exponente más representativo del Bronce Final en la Península. 2. Cerrón de Dalías. Cisterna para conservar agua de la ciudad ibera. 3. Mausoleo romano de Abla. Torre funeraria del siglo II, recién restaurada. 4. Sarcófago paleocristiano de Berja. Encontrado en La Jaralea en muy buen estado, es del siglo IV y está en el Museo Arqueológico Nacional. 5. La agricultura árabe. Bancales. Los árabes trajeron nuevos sistemas de cultivo. 6. Aljibes árabes de Fiñana. La gestión del agua por parte de los árabes fue sabia y está en la base de todo nuestro posterior conocimiento hidráulico. 7. Seda de Almería. Fue el gran producto industrial de la Almería andalusí. En toda la Alpujarra se cultivaron moreras y gusanos y se elaboraron excelentes sedas como las de Fondón o Laujar. 8. El Zagal, último rey de Almería. Su última residencia en territorio español fue Laujar. 9. Boabdil, último rey de Granada. Tras la caída de Granada se estableció en Laujar, última capital de Al Andalus. 10. Rebelión morisca y Guerra de las Alpujarras (1568-1571). Los bandoleros, o monfíes, fueron la última expresión de la resistencia morisca. 11. Rebelión morisca y Guerra de las Alpujarras. Casa de Terque donde pernoctó Juan de Austria. 12. Cruz de Canjáyar. Apareció en 1711 tras los sueños reveladores de Juan Matías de Peralta. Con ocasión de su cuarto centenario, Canjáyar celebró año jubilar. 13. Mina del Carmen, en El Marchal de Antón López, Enix. La comarca tuvo importantes explotaciones mineras desde la prehistoria misma. La minería tuvo momentos de esplendor desde finales del XVIII a inicios del XX. 14. Faena de la uva. La uva de Ohanes dominó el mercado mundial uvero a finales del XIX y principios del XX, y dejó mucha riqueza en la zona. La foto es de los hermanos Paniagua Porras y está tomada hacia 1903. El Museo de la Uva de Terque es de imprescindible visita.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Personajes Entre los muchos personajes históricos naturales de esta comarca que incluye a la Alpujarra y la Sierra Nevada almerienses, resulta curioso que los tres almerienses que han ostentado un más alto rango político institucional sean de la comarca: Nicolás Salmerón y Alonso (Alhama la Seca, 1838 – Pau, 1908).
Francisco Villaespesa (Laujar, 1877 – Madrid, 1936).
Trasnporte, Turismo y Comunicaciones entre 1988 y 1991. Sufrió en el ministerio de Interior el momento más duro del terrorismo etarra. Miguel Vizcaíno Márquez (Ohanes, 1913). Miembro del Consejo de Estado desde 1976 hasta noviembre de 2011 y llegó a presidir sus Sección Séptima. Fue Secretario Nacional de Sindicatos entre 1952 y 1956, durante el franquismo.
Fue presidente del Poder Ejecutivo de la Iª Republica (máxima magistratura del Estado, equivalente a la Presidencia de la República), presidente del Congreso de los Diputados y catedrático de Historia Universal de la Universidad de Oviedo y de Metafísica de la Universidad de Madrid. Seguidor de Krause, filósofo alemán inspirador de la Institución libre de Enseñanza, es una de las máximas referencias del republicanismo y de la izquierda españoles. Ha pasado a la historia por abandonar el poder para no firmar unas sentencias de muerte. En su tumba, en el Cementerio Civil de Madrid, reza: Nicolás Salmerón. “Dio honor y gloria a su país y a la Humanidad”, Clemenceau Dejó el poder por no firmar una pena de muerte. José Barrionuevo Peña (Berja, 1942). Fue ministro de Interior entre 1982 y 1988, y de de
Por otra parte, cinco muy importantes exponentes de la ciencia, la cultura y el arte han trascendido desde este comarca a la universalidad: Abu al Udri (Dalías, 1003 – Almería, 1085). Geógrafo andalusí. Inició sus estudios coránicos en Almería, donde empezó a cultivar la poesía y la lengua. En 1018 viajó a La meca y entró en contacto con importantes pensadores y científicos de la época. Viajó por buena parte del mundo árabe y residió en Zaragoza antes de volver a Almería en 1041. Es autor de diversas obras, entre ellas una historia de la guerra civil que tuvo lugar en Almería en 1014, de una obra perdida sobre teología y derecho y del imporante tratado geográfico El hilo de las perlas acerca de los caminos y los reinos. Murió en Almería en 1085. Presidió sus funerales el rey Almutasín y fue enterrado en el cementerio de La Chanca.
de la infancia en la casa familair de Bentarique. Discípula de Ortega y Gasset, tuvo una activa vida intelectual durante la república y marchó al exilio al acabar la Guerra Civil. Fue Premio Príncipe de Asturias en 1981 y Premio Cervantes en 1988. Federico Castellón (Alhabia, 1914 – Nueva York, 1971).
Poeta y dramaturgo considerado de entre los más importantes representantes del Modernismo español. Fundador de la importante revista Electra, es autor de más de medio de centenar de obras poéticas (entre ellas las magníficas La copa del rey de Thule y Los remansos del crepúsculo), así como de varias novelas y obras de teatro. Con algunas de éstas (como El alacázar de las perlas o Abén Humeya) alcanzó enorme éxito en todo el mundo de habla hispana. Calificado por Juan Ramón Jiménez como “el paladín, el cruzado, el púgil del Modernismo”, es considerado el principal discípulo de Rubén Darío, el gran padre del Modernismo en lengua hispana. María Zambrano Alarcón (Vélez Málaga, 1904 – Madrid, 1991).
Filósofa y ensayista de enorme prestigio en España y en todo el mundo. Hija de Araceli Alarcón, una maestra de Bentarique, nació en Málaga, donde destinaron a sus padres, y pasaba los veranos
Pintor, escultor y litógrafo. Emigró con su familia a Estados Unidos cuando contaba con siete años, y el empeño de su madre le facilitó, en unas condiciones muy duras, sus primeros pasos como pintor. En 1934 hace en Nueva York su primera exposición individual. En 1933 obtuvo una beca de la República Española que le permitió viajar y ampliar conocimientos, así como exponer en la Casa de Velázquez de Madrid. Desde 1937 practicó el granado y obtuvo en 1940 una beca Guggenheim. Inicia entonces una importante carrera de exposiciones y recibe en los años siguientes importantes distinciones como la medalla de oro de la Academia de las Artes de EE. UU. y varios premios nacionales de grabado. En 1949 fue elegido miembro de la National Academy de EE. UU. Agustín Gómez Arcos (Enix, 1933 – París, 1998). Dramaturgo y novelista que escribió buena parte de su obra en francés. Alumno de Celia Viñas, se dio a conocer con su obra poética
Ocasión de paganismo. En 1962 ganó el Premio Lope de Vega de Teatro (entonces máximo galardón del tetaro español) con Diálogos de la herejía, pero el premio le fue arrebatado inmediatamente y la censura prohibió la obra). Cuatro años después, en 1966, volvió a ganar el mismo premio con Queridos míos y volvió a ser prohibida la obra, por lo que decidió abandonar definitivamente españa. Vivió en Londres y en París, donde desarrolló, la mayoría ya en francés, buena parte de su espléndida obra literaria, que está actualmente reeditándose.
Destacadas figuras ha habido, también, en el campo religioso. Francisco de Torrijos (Darrícal). El llamado licenciado Torrijos, cura de Darrícal y vicario de la Taha de Berja, fue, por su perfecto conocimiento de la cultura morisca, asesor de don Juan de Austria en la durísima Guerra de las Alpujarras, en la que desempeó, según las crónicas de la época, un importante papel. En el índice onomástico de la Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reyno de Granada, dirigida por Juan de Cárdenas y Zúñiga, se dice textualmente de él: “Beneficiado, muy sabio en lengua árabe, y el primero que avisó de la rebelión”.
Diego Ventaja Milán (Ohanes, 1880 – Vícar 1936). Religioso nacido en Ohanes y formado en Granada y Roma, donde obtuvo el doctorado en Filosofía y Teología. Nombrado obispo de Almería en 1935, fue fusilado en 1936, al inicio de la Guerra Civil. Fue beatificado por Juan Pablo II. Justo Mullor García (Los Villares, Jaén, 1932). De familia de Enix, este religioso que estudió en el seminario de Almería y posteriormenete en Roma, es desde 1979 arzobispo y ha ejercido la nunciatura, o embajada del Vaticano, en Estonia, letonia y Lituania y en México, donde negoció el concordato, hasta entonces inexistente entre el Vaticano y el más poblado de los países de lengua española. En 2000 fue nombrado presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica de Roma
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Almócita
la Paz de las Alpujarras
Una iglesia muy bien conservada. La calidad de los materiales con los que se hizo la iglesia de la Misericordia ha permitido que llegue su basamento en buen estado hasta nuestros días. Es una iglesia de muy bello frontal.
Ya subiendo a Almócita se advierte la riqueza natural que vamos a encontrar entre tajos espectaculares y cuidadas vegas que fueron testigos privilegiados de la reunión para la histórica paz tras la Guerra de las Alpujarras
A
firma la periodista Marta Rodríguez que “Almócita es un pueblo de cuento”, y algo de eso hay, porque ha logrado con-
servar el fugaz tiempo por sus calles, por ejemplo las de la judería del Barrio Bajo. No en vano Almócita encierra en su casco urbano la arquitectura morisca mejor conservada de la provincia, casas sencillas, calles estrechas y serpenteantes, plazas adornadas con enredaderas y geranios.
Un historia andalusí Fundada por los descendientes de Tubal, Almócita tiene un típico pasado andalusí. Tenía aljibe comunal, bajo el actual ayuntamiento, fuente, hamman, horno de pan junto a la mezquita, molino harinero, grandes criaderos de gusanos y moreras, lo que significa que poseía industria de seda
El color de las flores. Las flores dan al pueblo de sierra un color siempre especial, tal vez porque sea en lugares a menudo fríos donde más se valoren. Regalan alegría los días en los que el cielo se pone más triste.
Y, luego, ya en la nueva era cristiana, otras importantes edificaciones más. La primera, su iglesia de la Misericordia, de estilo mudéjar y realizada en cantería de gran calidad, que mantiene aún su basamento en perfecto estado, un templo de bellísimo frontal y excelente artesonado, por desgracia no bien restaurada posteriormente. Y, además, una fábrica de hierro que aprovechaba los impulsos de agua, la fábrica de La Escopeta, en el barranco del Pilar, las minas de la Pandora y la Minilla, de la que se advierten perfectamente los restos, la cantera de pizarras.
Un paseo por el monte Tiene Almócita, además, un entorno excepcional que llama al paseo, especial-
EL RINCON DE ALMÓCITA
mente espectacular el de los tajos de Cueca Caliente y del Laerán, sobre el Barranco del Bosque, o su vega, que sube en escalinata montaña arriba, cuando ya se contemplan las mayores cumbres de una sierra a la que se ve crecer y crecer.
La paz de las Alpujarras
GRAN VARIEDAD EN CARNES A LA BRASA MENÚS DIARIOS Y DE FIN DE SEMANA DESAYUNOS, TAPAS VARIADAS RODEADO DE UN PARQUE INFANTIL, UN POLIDEPORTIVO Y UNA PISCINA. AVDA DE LA ALPUJARRA, 4 ALMÓCITA (ALMERÍA) TFNO. 950 51 01 30
Y un momento histórico para el recuerdo, por importancia de los hechos: la presencia de don Juan de Austria para la negociación con los moriscos sublevados en toda la Alpujarra. La paz tras los duros, durísimos combates se celebró bajo una encina en el Cortijo del Hadid, que desde entonces tomó el nombre de Cortijo de las Paces. Distinto es que la paz fuese luego otra cosa.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Beires la imagen de un capricho
El fragor del agua. Lo que más se oye en Beires y la naturaleza que lo rodea es el agua. Abundan fuentes y riachuelos en esta Almería tan distinta.
La imagen de Beires desde cualquier altura de alrededor, y hay muchas, es la de un capricho. Pequeño, blanco, abancalado en un doble sentido, como en ida y vuelta, surge de entre el intenso verde que lo abraza.
T
iene Beires “una forma semejante a la de un anfiteatro, por hallarse sus dos barrios uno frente a otro, ambos en el centro de dos cerros que terminan en forma de pirá-
mide”, describe Mercedes González Magán la visión de este pueblo que, tan pequeño, está formado por dos barrios bien diferenciados, el Zambrón y el de Beires propiamente dicho, separados por el barranco del Nacimiento, sobre el que hay un puente de piedra de finales del XVII e inicios del XVIII.
Blanco entre el verde Contrasta el blanco de sus estrechas calles de pequeñas casas encaladas con la abundante vegetación que rodea el pueblo escogido en su día por sus impresionantes, y estratégicas, vistas por los árabes para constuir una fortificación de la que hoy apenas quedan unos restos. No es de extrañar la elección, habida cuenta de que una de las gratas sorpresas que depara Beires es la de la panorámica que ofrece, el enorme abanico visual que va desde la Sie-
rra de Gádor al Cabo de Gata. Desde la iglesia misma, situada en un extremo de el Zambrón, puede abarcarse semejante vista, una iglesia que también depara la más que grata sorpresa de unos magníficos retablos, uno de ellos con un lienzo de Alonso Cano. Y pasee por sus alrededores, llenos de frutales de distintas especies y, por lo tanto de color, y siga adelante hasta densos bosques y esos riachuelos y fondos de vallejos que esconden nuevas especies botánicas, desconocidas en otras zonas de Almería. Y no olvide visitar las ruinas de la ermita que Beires comparte con Padules y Almócita construida en honor de la virgen de los Desamparados sobre un promontorio ubicado entre los tres pueblos, que desde allí se dominan. Sigue ofreciendo visiones panorámicas Beires.
El anfiteatro de Beires. Como con “una forma semejante a la de un anfiteatro, por hallarse sus dos barrios uno frente a otro, ambos en el centro de dos cerros que terminan en forma de pirámide”, describe Mercedes González Magán la visión de Beires.
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SOLFRÍO Nada hay más andaluz que el gazpacho. Desde Fondón, Solfrío ofrece uno de la máxima calidad para exportar el plato más famoso de Andalucía por toda Europa. Ante todo exportamos calidad
N
uestra empresa es andaluza, con domicilio en la Alpujarra almeriense, participada por socios de Almería y Sevilla, con un profundo conocimiento de la cultura gastronómica del pueblo andaluz y convencida de que la mejor manera de llegar al consumidor es dándole productos auténticos, tal como se han venido elaborando tradicionalmente. Por ello, sacó el año 2001 un gazpacho andaluz, fiel reflejo del que se toma en Andalucía, alimento refrescante que ha permitido al campesino andaluz trabajar en verano aguantando temperaturas altas y no haciéndole engordar, por mucho que lo consumiera. Prototipo de la dieta mediterrá-
nea, tan encomiada por nutricionistas y pedagogos de la alimentación. Así pues, estamos en la industria agroalimentaria con un producto estrella, el gazpacho andaluz, y otros productos elaborados a partir de vegetales de Almería. Se trata de una industria en claro crecimiento, con altas posibilidades de expansión en el mercado nacional y absolutamente virgen en el mercado internacional, donde se acepta ampliamente el producto si es de calidad. La experiencia de Francia, Reino Unido, Alemania o Suecia, así lo acredita. Una de las ideas económicas más difundidas y aceptadas en la sociedad andaluza actual es la relativa al progreso de la región en los últimos veinticinco años. Si comparamos la situación económica de Andalucía antes de ese periodo y ahora, no se puede negar el progreso.
Industria Si nos referimos a la provincia de Almería, el desarrollo ha sido aún mayor, en su conjunto, y casi podríamos decir espectacular, si nos centramos en la comarca del Poniente. Sin embargo la Alpujarra almeriense, no solo no se ha desarrollado, sino que ha perdido la fuente de riqueza que tenía en la uva, sin que se haya sustituido por otras fuentes de producción. La población se desplazó a la costa y los municipios han ido perdiendo riqueza. La industria existente en
los años 60 del pasado siglo, se ha reducido y concentrado en determinadas áreas o ejes, teniendo nula importancia fuera de esas zonas.La Industria Agroalimentaria Andaluza se encuentra, en primera instancia, concentrada en las grandes aglomeraciones urbanas y, en segunda instancia, en algunos de los núcleos de población encuadrados en la red de ciudades intermedias existente en la región. La mayoría de las zonas rurales de la región no es exagerado afirmar que se encuentran marginadas de la dinámica productiva imperante .Con ello, se pone de manifiesto la existencia de auténticos desiertos productivos industriales en áreas primordialmente serranas. Sobre esta base socioeconómica, el establecimiento de una industria agroalimentaria en la zona de la Alpujarra almeriense, se entiende como un posible cambio de sentido en la evolución sufrida. La apuesta de SOLFRIO por instalarse en el municipio de Fondón, en un primer momento puede parecer extraña, por ir en contra de la corriente provocada por la mayoría de las empresas, que han buscado las zonas donde más economías externas podrían encontrar. En el valle del Andarax solo existen empresas con proyección local o provincial y muy pocos servicios necesarios para la actividad empresarial. Las comunicaciones, si bien han mejorado, suponen una dificultad, respecto de la costa.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Fondón
la pequeña Granada
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iempre fue una perla Fondón, desde tiempos lejanos que vivió una vez tras otra con esa renovada intensidad y que dejaron huella, tan honda huella que escribió el historiador Joaquín Gaona, natural de Fondón: “Quedé sorprendido de la admiración que producía en los visitantes la vista a mi pueblo, y sobre todo entre historiadores e investigadores. Alguno de estos investigadores empezó a denominar a Fondón como ‘la pequeña Granada’ por la calidad y similitud del patrimonio monumental en comparación con su antigua capital, punto de referencia durante siglos”. No es exagerada la afirmación. Huella dejaron en el valle los pobladores prehistóricos de los primeros asentamientos humanos, y los romanos, de los que nos han llegado restos como el de la necrópolis del camino de Santa Rita en Benecid, junto a Fondón y Fuente Victoria uno de los tres núcleos del municipio. Y huella más que honda los árabes, que desarrollaron en el valle una de las más importantes industrias de la época, la de la seda. Llegaron a obtener justa fama las sedas de aquel Fondón profundamente andalusí, tanto que tres cuartos de siglo después de la caída de Granada y de la Alpujarra en manos de los Reyes Católicos, el profesor Ponce Molina aporta las sigueintes cifras poblacionales: “En 1568 Cobda (Fuente Victoria) cuanta con 100 vecinos moriscos y 4 cristianos viejos; Fondón con 143 y 7 respectivamente; Benecid con 60 moriscos y ningún cristiano viejo”. Los datos son más que reveladores, y explican de
Y, de pronto, el pasillo entre montañas del Andarax se ensancha y contemplamos un llano. El verdor cambia. Se ve tras él la mano diaria del hombre, tierra labrada entre las sierras a sur y norte, y en medio de ese llano que fue el último corazón de Al Andalus, Fondón, una de las perlas de nuestra Alpujarra.
por sí el papel que jugó Fondón en la rebelión de los moriscos entre 1568 y 1570. En el cortijo de las Encinas de las paces se realizaron las negociaciones para el fin del conflicto, con la participación de don Juan de Austria, hermano de Felipe II y jefe del ejército que acudió a sofocar la rebelión, y los comisionados por Aben Aboó. La repoblación de Fondón tras la expulsión de los moriscos trajo de Valdepeñas (Jaén), la provincia de Salamanca, el valle del Jarama y otros lugares de fuera del Reino de Granada 79 nuevos repobladores a Codba (Fuente Victoria), 44 a Fondón y 20 a Benecid, y empezó la castellanización que le dará el perfil definitivo, luego completado en las épocas de minería. La fuente de Carlos IV, el Pósito o la Casa de los Godoy son parte del importante legado arquitectónico con el que cuenta Fondón, y la Casa del Rey Chico una joya de Fuente
El agua y el arte. La abundancia de agua, y por lo tanto las fuentes, son una de las grandes señas de identidad alpujarreñas. Fondón no podía no tener una fuente tan significativa como la de Carlos IV
la Voz de Almería
Victoria, lugares de obligada visita, como obligado es pararse a degustar una buena comida, acompañada del buen vino del lugar, cada día más prestigiado. Fama tuvieron siempre los guisos alpujarreños, y en Fondón encontramos magníficos ejemplos de ellos guisos de correas, de espárragos silvestres o de garbanzos, patata y arroz, o potajes de acelgas, de figüelos, de hinojos o de minero, o los tropezones de alcachofas con magra. Y espléndida es la repostería, en muchos casos llegada hasta nosotros de moriscos y repobladores con productos como el alfajor de almendra y de azúcar, el bizcocho de Palacio
Real, el budí, los buñuelos de viento, los chorizos de dulce, los ladrillos de hojaldre y el manjar blanco, las orejas de fraile y el pan de pobre, los pestiños o unos mantecados que están entre los más valorados.
La joya de Fuente Victoria. Como el núcleo de Fondón, Fuente Victoria también presenta elementos arquitectónicos como para constituir esa joya a la que alguien llamó “la pequeña Granada”
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Cuatro Miradas Obligadas Fuente de
Carlos IV
Construida durante el reinado de Carlos IV, esta construcción clasicista en piedra posee dos caras. En la anterior y principal contiene un pilar con tres alojamientos cantareros con tres caños de bronce y de
cabeza antropomorfa. En la parte posterior y sobre un pilar-abrevadero manan dos caños. Un entablamiento con un frontón curvilíneo remata el conjunto con volutas enmarcado con dos bolas.
Casa de
Los Godoy
Es de remarcar su fachada, del barroco tardío con toques iniciales del neoclásico, que nos muestra la perfecta combinación de mampostería enjabelgada y ladrillo visto. Su composición se caracteriza por la manera en que los elementos
aislados (ventanas, balcones), especialmente en el primer piso, tienen notoriedad sobre los muros. La galería de arquería es la característica más notable de la última planta y el mirador puede considerarse un privilegiado balcón.
Pósito de
Fondón
Los pósitos eran antiguamente unos graneros de gestión municipal y cuyo propósito principal era el de abastecer a la población de alimento básico. Es de destacar el antiguo pósito alpujarreño de Fon-
dón, con un gran valor histórico patrimonial, a pesar de haber sido reformado. Su construcción original data de los últimos años del siglo XVI o principios del XVII.
Casa del
Rey Chico
Localizada en Fuente Victoria, esta casa palacio de estilo mudéjar presenta tres alturas con una cuarta en forma de mirador, toda ella construida en su conjunto en ladrillo y cajones de mampostería. En su portada monumental destaca el escudo de la familia Palo-
mar, hecho a base de piedra de conglomerado del lugar. Posee una torre mirador, de tradición granadina, y en el interior presenta un patio adintelado en madera sobre columnas y zapatas, que cayó y ha sido finalmente reconstruida.
la Voz de Almería
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Laujar, Una Cita con la Historia En medio de un valle, entre las imponentes Sierra Nevada y Sierra de Gádor se alza la última capital de Al Andalus, Laujar de Andarax, tierra para la memoria de un período importantísimo, y a menudo muy dramático, de la historia de España. Y tierra, también, para recordar al más importante de los literatos almerienses, el poeta y dramaturgo Francisco Villaespesa.
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n medio de un valle que ha logrado crear un amplio esnsanchamiento entre las imponentes Sierra Nevada y Sierra de Gádor se alza la última capital de Al Andalus, Laujar de Andarax, tierra para la memoria de un período importantísimo, y a menudo muy dramático, de la historia de España. Y tierra, también, para recordar al más importante de los literatos almerienses, el poeta y dramaturgo Francisco Villaespesa. Fue la última capital de Al Andalus, la villa en la que Boabdil, el último rey de Granada, pasó su exilio alpujarreño, del que partió finalmente a Marruecos en 1493, el año en que precisamente moría en Laujar Morayma, la última sultana
La catedral de la Alpujarra. Laujar de Andarax ostenta la oficiosa capitalidad de la Alpujarra. Fue la villa escogida por los reyes andalusíes y su impresionante iglesia es conocida como la catedral de la Alpujarra.
de Granada. Y pocos años antes, Laujar había sido también la última morada ibérica de El Zagal, el último rey nazarí de Almería. Y en su residencia de Laujar fue asesinado el rey de los moriscos, Aben Humeya. Y es que, como escribió Alfredo Sánchez Fernández, “Laujar es tierra de reyes”. Y tierra de parnaso también: en Laujar de Andarax nació el poeta modernista y autor teatral Francisco Villaespesa, uno de los grandes poetas en lengua española de principios del siglo XX. Intensa historia la de Laujar, para muchos la capital de la Alpujarra. Con asentamientos que se remontan al neolítico final y a las edades del cobre y del bronce y restos argáricos en el cerro de la Alcazaba y paso
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
en tiempos de la Hispania romana entre Berja y minas de plomo próximas, en Sierra de Gádor, su esplendor en época musulmana vino tras la insurrección en la zona contra los colonos musulmanes, que fue sofocada den el 913 por el mismo Abderramán III.
Capital de Al Andalus No tardó mucho desde entonces Laujar en convertirse en la principal ciudad de la Alpujarra, por la gran producción de la entonces importantísima seda, que, según el historiador e intelctual andalusí Ibn al Jatib “resplandecía más que el oro”. El prestigio de Laujar la hizo ser escogida como residencia por Boabdil, señor de las Alpujarras, lo que convirtió Laujar de Andarax en la última capital de Al Andalus. La cristianización del reino de Granada tuvo dramáticos episodios en el pueblo, con episodios como el de la quema en el año 1500 por parte de los cristianos de la mezquita mayor con doscientos mudéjares en su interior, por parte de los cristianos, o el asesinato, en plena Guerra de las Alpujarras, del caudillo morisco Abén Humeya por Abén Aboo, primo hermano suyo en 1569. Semejante historia ha tenido, lógicamente, que dejar importantes restos del pasado en el municipio. Entre los árabes, el Puente de los moros, un acueducto de época musulmana que consta de tres arcos de
Un bello ayuntamiento. El edificio del Ayuntamiento de Laujar de Andarax es una auténtica pieza arquitectónica. Data de 1792 y es uno de los más curiosos de Andalucía.
diferente tamaño y está situado en el barranco del Conde, en la zona del Calache, justo por detrás del camping La Molineta, y que se encuentra en un perfecto estado de conservación; la Alcazaba, cuyos restos se encuentran en la parte alta del municipio, perfectamente visibles desde el Jardín botánico, que está situado en la ladera de enfrente. Fue la fortaleza más importante de la Alpujarra en época nazarí y en ella se instalaron El Zagal en 1.489 y Boabdil en 1.492. Tras la conquista cristiana fue derribada parcialmente para construirse en su interior un baluarte y fue el lugar en que Abén Humeya instaló su cuartel general durante la revuelta morisca. Y, de la Laujar cristiana, son de destacar la iglesia de la Encarnación, conocida como la Catedral de la Alpujarra, un edificio de estilo mudéjar en el exterior y barroco en el interior que se alza sobre el solar que ocupó anteriormente la mezquita y que fue construida entre 1682 y 1686 por el enorme deterioro de la iglesia primitiva, construida antes de 1530, y el impresionante convento de San Pascual Bailón, un edificio de 3.000 metros cuadrados construido entre 1691 y 1708. Y, entre la construcción civil, destacadísimo es el ayuntamiento, un precioso edificio de 1792 que tiene tres plantas coronadas por
una campana y un reloj. La fachada, toda de ladrillo visto, tiene tres arcos de medio punto por planta. Estos monumentos, las permanentes vistas sobre el valle, espectacular en tre ellas la que hay de la Vega, o sus muchos espacios naturales, entre ellos el del nacimiento del Andarax, llaman a visitar Laujar, esa capital de la Alpujarra tan llena de historia, y de esa sabiduría que deja la historia, por ejemplo en la capacidad para hacer el bueno vino que en ella se está haciendo, una creciente industria que está alcanzando un importante éxito.
El Nacimiento Se trata de un área recreativa situada a menos de un kilometro del centro del pueblo en la que se encuentra una zona de picnic y barbacoas junto con un bar-restaurante especializado en la excelente comida típica alpujarreña. está próximo al nacimiento real del Andarax, un poco más arriba, donde se unen el Horcajo y el Aguadero, y próximo también al magnífico hotel Villa de Laujar. Junto a las barbacoas, puede admirarse la estructura recuperada de un molino de agua. En la explanada que ocupa el restaurante, en la parte más alejada al camino de acceso, existe una fuente pública que brota directamente del manantial.
la Voz de Almería
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Camping La Molineta
A escasos metros del nacimiento del río Andarax, en pleno Parque Natural de Sierra Nevada, se encuentra, en un bosque de ribera, el Camping de la Molineta. Un camping rural, idealmente situado para iniciar rutas por la sierra con amigos o simplemente disfrutar de la naturaleza en familia. Ofrece una estancia económica de calidad y tranquilidad, con parcelas sombreadas y cómodas. Un albergue equipado para grupos se inaugurará este otoño. www.campinglamolineta.es
La Alpujarra-Sierra Nevada Almeriense Lidera el Desarrollo rural Es el último programa de ayudas que ha llegado a la comarca de la AlpujarraSierra Nevada Almeriense. El programa LiderA comienza en 2009.
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os muchos proyectos apoyados han supuesto un impulso económico importante para el territorio, lo que indirectamente supone un asentamiento o atracción de población, verdadera riqueza de un territorio. El Programa LiderA se estructura sobre tres grandes ejes: agricultura e industria agroalimentaria, conserva-
ción del medio ambiente y la naturaleza y diversificación económica. En la actualidad este marco de ayuda gestiona en torno a 200 solicitudes de ayuda enmarcadas en estos tres subprogramas. De todas ellas ya se han pagado más de 60 expedientes lo que ha supuesto 1,2 millones de euros de subvención que generan una inversión de más de 7, 5 millones de euros y un empleo de casi 200 personas. Es todo una revulsivo económico para una comarca como la alpujarreña, con escasos recursos económicos y con un tejido empresarial caracterizado por su pequeño tamaño, en muchos casos familiar. Por otro lado el Grupo de Desarrollo gestiona también proyectos propios como es el caso de la reciente Feria de Muestras de
Intenso trabajo. La junta directiva visita uno de los proyectos subvencionados.
la Alpujarra- Sierra Nevada Almeriense. Emprendedores/as dentro del Programa LiderA, que tuvo lugar en junio en Almería con gran éxito de participación. En los proyectos subvencionados están, en agricultura e industria agroali-
mentaria, la miniquesería de Laujar, la fábrica de conservas Albentillas o el centro de manipulado Frutas y Verduras la Santa Cruz en Canjáyar. En de la conservación de la naturaleza y el medio ambiente tenemos la señalización del camino Mo-
zárabe de Santiago a su paso por Alboloduy, y el Sendero Púlpito la Parra en Fondón. El grupo más numeroso de proyectos están en la línea de diversificación. Aquí encontramos la Residencia Manantial del Andarax de Terque, La oficina de turismo de Abrucena, La casa rural el Prado en Alcaudique (Berja), así como otros pequeños establecimientos que han supuesto la creación de empleo autónomo a la vez que servicios básicos para la población. Todos ellos dispersos en los 31 municipios que componen el ámbito de actuación del Grupo de Desarrollo de la Alpujarra- Sierra Nevada Almeriense. Parte importante de los proyectos subvencionados son los promovidos por ayuntamientos y enmarcados en la modernización de
municipios como son los Miradores de Bayárcal y Padules, la eliminación de barreras arquitectónicas en el Ayuntamiento de Abrucena o diferentes equipamientos y climatizaciones de dependencias municipales, lo que confiere una mayor calidad a las infraestructuras municipales que en muchos casos se encontraban bastante obsoletas. El aula técnica de Formación del Ayuntamiento de Abla es otro proyecto de ayuntamiento que se ha visto beneficiado por el LiderA, lo mismo que el Festival de Música tradicional de la Alpujarra celebrado en Almócita en 2010. El programa, que está abierto hasta septiembre de 2013, trabaja para que nuestra comarca siga creciendo y apueste por el desarrollo sostenible que necesitamos.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Paterna
en el reino del agua
Cuando se acerca el viajero a Paterna se siente observado. No en vano Paterna es el pueblo vigía de los dos grandes ejes de la Alpujarra
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ace años se publicó en un periódico de tirada nacional un artículo sobre Paterna del Río en el que aparecía un titular que me sobrecogió: ‘La Gloria deshabitada’, La frase estaba recogida de una vecina de Paterna”, escribió José Miguel Fernández, gestor cultural enamorado de Paterna y la enorme gtranquilidad de ese pue-
blo que aparece blanco, encaramado en el monte, vigía de los dos grandes ejes de la Alpujarra, el que corre desde Alhama hacia Lanjarón y el que corre Puerto de la Ragua abajo hacia Berja. Tiene razón la señora cuya frase recogía el titular de un periódico: este municipio que es un gran barranco, junto al de Bayárcal la entrada natural a los llanos del marquesado y Guadix, territorio de antiguas minas, es, sobre todo, un terreno para las aguas.
Terreno para el agua Surge el agua por todos lados en fuentes o como arroyos procedentes del deshielo, en algún lado con la fuerza de Fuente Agria, meta obligada para el viajero amante de la naturaleza, que se encontrará un paraje cargada de la extraña belleza que le dan al paisaje
fuerte unos matices llenos de suave delicadeza. Naturaleza de agua, del encinar bajo el Chullo y el Almirez, de sus muchas veredas, algunas a tremendo pico monte arriba, y también la reconstrucción de aquel palacio del que quedan parte de de los jardines y de la fuente que hubo en el paraje de la cortijada de Guarros. Y, un atractivo núcleo urbano alargado, al que se accede por una bonita ermita, la de los Remedios, y que guarda una de esas sorpresas que siempre acaban por asaltar al viajero atento, el retablo barroco de la iglesia, el templo del siglo XVI y el retablo de la primera mitad del XVII, según el profesor Sánchez Ramos “con un dorado de muy buena calidad y bien mantenido en el que llama la atención el programa iconográfico e iconológico dedicado a la santísima trinidad”.
Blanco sobre blanco. La nieve blanquea el pueblo blanco. Los inviernos llevan a Paterna frecuentes nevadas que atraen los fines de semana al visitante.
La vida que nace de los deshielos. Fuentes y arroyos procedentes del deshielo abundan en Paterna, el municipio que recoge las aguas del Chullo, del Almirez y de las altas montañas próximas.
La ermita que da la bienvenida. La ermita de los Remedios nos recibe a la entrada al pueblo en medio del verde que rodea Paterna
la Voz de Almería
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Alcolea
espina dorsal de la Alpujarra
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a confluencia de las sierras Nevada y Gádor conforma una estrecha y singularísima inflexión por la que discurren las rápidas aguas que de, desde las altas cotas del barranco del Puerto de la Ragua, recogidas por los ríos Bayárcal y Paterna, bajan hacia Benínar para desembocar en Adra. Es este encajonado valle la mismísima espina dorsal de la Alpujarra, puerta natural de entrada y de salida de esta comarca. En época del emirato musulmán, estas tierras pertenecientes al distrito administrativo de Berja, se denominaban Alpujarra, término curiosamente que más tarde se ha extendido a toda esta comarca histórica”. Es muy gráfica la expresión que utiliza Valeriano Sánchez Ramos, historiador y uno de los grandes conocedores de la comarca, para el valle de Alcolea, “espina dorsal de la Alpujarra”, y contundente el dato toponímico: de estas tierras salió el nombre general de la Alpujarra. Seguir la ruta que Sánchez Ramos propone valle abajo, de norte a sur, proporciona una de las excursiones más atractivas que ofrece nuestra provincia. Primero está Alcolea, la antigua Alcolaya de la fortificación musulmana de El Castillejo, rodeada de olivos, enormes olivos que pasan por ser los más grandes que hay en el mundo, y que están en la base de una de las grandes señas de identidad del pueblo, su excelente aceite. Un mirador para contemplar Sierra Nevada, un puente sobre el barranco, un enorme castaño, la espléndida balconada del ayuntamiento, la imponente iglesia, las calles,
moriscas y coquetas de flores y moriscas, las casas de terrazas o tinaos que miran al huerto bajo la protección del parral, las fuentes. Y, a sur de Alcolea, los Sotillos, donde confluye el Cherín y desde el río se llama ya Lucainena, por este pequeño lugar de casas blancas, muy pocas habitadas, y una pequeña iglesia de interesante decoración exterior tanto por el trabajo del ladrillo como por los motivos decorativos.
Alcolea cierra una Alpujarra y abre otra en el eje mismo de las alpujarras almeriense y granadina, a la vez que es puerta de salida hacia los llanos del sur, ya próximos al mar. Los núcleos urbanos que la componen son Alpujarra pura.
Los Senderos de Alcolea SENDERO PR- A 296 De pequeño recorrido de los pradillos, en las cercanías de Alcolea, pago del Aljibe del Arco. Longitud del trazado: 12 Km Duración estimada, 3 horas y 30 minutos dificultad baja.
SENDERO GR- 142 El licenciado Torrijos La mítica fortificación de Escariantes, histórico castillo erigido sobre dos montes en su momento llamado Alpujarra, centro de una histórica insurrección contra el emir Hixam Y en el Campillejo desembocan las aguas del Ugíjar, con lo que toma el río el nombre de Darrical, justo antes de pasar por Darrícal, que cuelga anclado en el tiempo, como si siguiera siendo la patria de aquel cura, conocido como el licenciado Torrijos, cuyo perfecto conocimiento de la cultura morisca lo llevó a ser asesor de don Juan de Austria en la durísima Guerra de las Alpujarras. La torre de la iglesia, separada del templo para mejor servir de refugio, merece ser contemplada, como todo su espectacular núcleo, ya abandonado tras la construcción del pantano, donde estaba Benínar, hoy un pueblo virtual cuyos hijos mantienen una especie de costosa municipalidad por internet. La espina dorsal de la Apujarra nos ha cambiado, de norte a sur, de paisaje y de geografía. Estamos ya a un paso del Poniente almeriense.
Sendero de gran recorrido Longitud del trazado: 14 Km Dárrical-Alcolea. Duración estimada, 4 horas Senda de la Alpujarra dificultad media.
SENDERO PR- A 297 Sendero de pequeño recorrido del Castillejo Longitud del trazado: 9 Km Duración estimada, 2 horas y 30 minutos dificultad media
Bayárcal Encima de las Nubes
Una alegre iglesia en el centro de la Alpujarra. La iglesia de san Sebastián sorprende al visitante por la alegría que le confieren los rebordes rojizos.
Es el techo de Almería, “donde hasta las nubes están bajo nuestros pies —la famosa boria bayarquera—”, dice el profesor Sánchez Ramos, pliegues del monte arriba con la vista en los barrancos hondos, un reino de frutales que desafían la altura y el frío. Terraza a terraza el casco urbano y bancal a bancal el campo sobre el monte, entre castaños, cerezos y manzanos que dan una exclentes romas o reinetas del Canadá. Y un castillo milenario, el de Yniza, para controlar las idas y venidas del Puerto de la Ragua, y una iglesia de bella torre decorada con azulejos mozárabes, y una coqueta plaza coronada por un coqueto reloj.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Berja,
hechuras de ciudad Un ayuntamiento que impresiona. Ayuntamiento e iglesia impresionan en la plaza de Berja, una ciudad muy monumental, que cuenta con algunas de las construcciones más curiosas de la provincia, como la casa denominada “Molino del Perrillo”. Berja tiene, sin duda, hechuras de ciudad, rango que le fue concedido en 1876.
V
irgis romana primer, Medina-Barcha árabe después, Berja es uno de los pueblos con más historia y más importantes de la provincia de Almería, un pueblo con hechuras de ciudad (lo es de hecho, por concesión real en 1876) situado en medio de un pequeño llano encerrado entre sierras, en el valle del que los ríos Grande y Chico hicieron fértil huerta, de lo que da prueba su amplio número de pedanías, diez, a su vez con núcleos dispersos. Cuestión de manantiales, del agua. “Allá donde había agua y la tierra era propicia, el hombre tomaba asiento. El agua es, pues, la verdadera e inequívoca seña de identidad de esta locali-
Es una imagen el valle entre montañas que surge cuando se desciende sierra Nevada abajo hacia el sur. Desde allí vio Berja por primera vez Pedro Antonio de Alarcón y desde allí hay que verla. Promete, y mucho, la visión, pero no tanto como luego encontramos tanto en la ciudad como en sus proximidades.
dad, expresión genuina de su cultura y embajadora excepcional de sus encantos”, escribe el profesor Valeriano Sánchez Ramos, que enumera autores que por Berja pasaron y se sintieron obligados a cantar de sus aguas: Ben Charaf, Ibn Aljatib, Richard Ford, Pedro Antonio de Alarcón... La historia de una vega formada por muchas vegas que un día, a finales del XIX, cambió de aspecto con la introducción del parral, la uva de Ohanes que se exportaba a todo el mundo, un siglo de parrales que dominaron el paisaje hasta la siguiente revolución agrícola, la del invernadero de hoy. Y, entre medias de la vega de siempre y el parral, el estallido de la minería, que
hizo de Berja una de las capitales mundiales dle plomo. Hasta con 20.000 mineros llegó a contar el municipio a las puertas del siglo XX en un estallido económico que dejó huella: de él es hijo buena parte del casco histórico y monumental de Berja y de él proceden los muchos vestigios industriales (restos de pozos, fundiciones y galerías) que merece la pena encontrar por los viejos caminos del municipio, en la montaña. De vital importancia fue aquel estallido económico de la minería para uno de los grandes monumentos de la ciudad, la iglesia, que, constuida sobre la antigua mezquita, quedó destrozada por un terremoto en 1804. La aportación de los
industriales virgitanos ayudó a que la nueva se muestre imponente en la plaza. Junto a las muchas casas señoriales, como la de Lupión, y la curiosa torre de los Enciso, mudéjar del siglo XVI, forma un conjunto monumental de indudable valor que sumar a otras construcciones del municipio, fuera ya de la ciudad, de obligada visita, como el santuario de la Virgen de Gádor, lugar de peregrinación, la preciosa ermita de Castala o la Alcazaba de Villavieja, sobre la pedanía de Benejí. Los restos de la imponente Alcazaba de Villavieja dan idea de lo que llegó a ser, la segunda alcazaba de la provincia por extensión. A sus pies, enorme interés tienen también las es-
casas, pero palpables, huellas de un antiguo anfiteatro que nos recuerda el poblamiento romano de la zona, y que era uno de los siete anfiteatros romanos que había en Andalucía. Aljibes árabes, un cementerio almohade y unos baños nazaríes completan un conjunto arqueológico del que en 1923 fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional un sarcógago paleocristiano del siglo IV. La ruta de las fuentes, treinta en el término municipal, y la visita a algunos parajes naturales como el de Castala, perfectamente equipado para pasar un bien día en plena naturaleza, completan lo fundamental de una oferta para el viajero que se antoja infinita.
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El Molino del Perrillo Excepcional ejemplo de la arquitectura burguesa que surgió mediado el XIX al calor de la explotación minera es la casa denominada como “Molino del Perrillo”, construida en 1.865 por Gregorio Lupión Escobar. La vivienda, con cubierta plana en vez del tradicional tejado, tiene un claro carácter palaciego y en su construcción se utilizaron todos los mejores materiales del momento, entre ellos el mármol negro de la can-
tera virgitana de Balsaplata. Desde la planta principal se accede a una amplia azotea con vista al huerto y jardín. Sin embargo, el elemento más caracterísitico, e impactante del edificio, que era de fachada en rojo pálido, son la forja de sus rejas, en las que predominó un diseño de fantasía, y su enorme número de puertas y ventanas (tenía tantas como días el año).
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Vista de
berja Pedro Antonio de Alarcón
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e todo ello lo que más me enamoró y atrajo mis miradas, en medio de aquella vertiginosa carrera, fue una hermosísima población que estuvimos viendo sin cesar a nuestra izquierda, al otro lado de un hondo barranco, como a una legua de distancia en ocasiones, amorosamente guarecida en el seno de Sierra de Gádor y rodeada de oscuros bosques, de verdes siembras, de relucientes aguas, de todos los encantos de una naturaleza propicia. Era la acaudalada Berja,
Dalías
La llegada al valle de Dalías dice ya a las claras que hemos dejado atrás la Alpujarra, que el mar que hemos visto en los repechos que hacia él descienden está, en efecto, muy próximo. Lleva Dalías en toda su intetsidad el peso de la historia, la oppidum del Cerrón, la romana, la árabe, la crisitiana del re-
la antigua Virgi de los Romanos, la Medina Barcha de los moros, aquélla de quien se decía hace siglos que cada casa tenía un jardín, lo cual acontece también hoy; aquélla a quien el gran poeta árabe Ibn-Aljathib llama «sitio risueño para el placer de la vista y lazo de seducción para el pensamiento; nube fecundante, Darain de preciosos aromas, campo rico, harem seguro, hermosura manifiesta y oculta». -Pepe, -le dije yo a mi primo, corriendo como íbamos, -¿ves aquel delicioso pueblo, que blanquea y re-
luce a la luz del sol, entre densas masas de verdura, como una joya medio escondida en un canastillo de olorosas hierbas y gayas flores?... Pues es Medium Barcha, a cuyas puertas se riñó aquella sangrienta batalla entre el MARQUÉS DE LOS VÉLEZ y ABENHUMEYA en que ambos ejércitos quedaron destrozados, teniéndose que retirar éste a Valor y aquél a Adra... ¿No te parece ver todavía correr por aquellos cerros al temerario morisco, al descendiente del PROFETA, al Rey de la Alpujarra quien, según dice Hurtado de Mendoza, era
fácil distinguir entre todos en lo recio de los combates, por ir siempre vestido de colorado y precedido de su Estandarte Real?
(La Alpujarra: sesenta leguas a caballo precedidas de seis en diligencia, 1873)
Felix
poblamiento tras la Reconquista, la del auge minero y uvero. Con un casco histórico cargado de espelndor, con un territorio que depara sorrpesas como la de Celín o con una de las fiestas más significativas de la provincia, la del Cristo de la Luz, Dalías es parada obligada.
Tiene el pueblo de Felix un aire entre mediterráneo y alpujarreño, y una vista nítida de la entera bahía, hasta el Cabo de Gata mismo, la que aconsejó a los árabes construir en el siglo XI un castillo para la buena y bien protegida vigilancia de los mares. Pueblo blanco y a menudo cubista,
pueblo de buenas aguas, su entorno llama al paseo para mejor poder conocer la sierra porque el territorio no es tan agreste. Felix es uno de esos pueblos tranquilos que llaman a la visita en los mediodías soleados del invierno o en las noches de verano, cuando se nota el frescor.
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Enix
la bella y la blanca Se la advierte bella, muy bella, ya desde la lejanía, cuando vamos subiendo hacia ella. Bella y blanca. En Enix los días de invierno y las noches de verano son especiales. Es un pueblo sencillamente cargado de encanto.
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n el camino que sube desde El Parador la toponimia insiste: desde los Albaidares se asciende hasta Cuesta Blanca y de aquí, una vez llegados a Enix, las casas miran a Peñas Blancas. No es mero azar, sino puro azahar”, Así describió el profesor Fran-
Un pueblo de rincones. Los rincones de Enix son espectaculares. En pocos lugares puede buscarse semejante juego de la luz con el blanco que predomina y manda por todo el pueblo.
cisco Andújar la impresión que causa Enix en el viajero. Insiste Andújar en su descripción. “Enix, hasta hace muy poco, ha sido para el sinónimo de agua. la razón de ser del asentamiento primitivo de Enix es precisamente la abundancia de agua: en época morisca se llegan a contabilizar más de una veintena de fuentes. Pero Enix es algo más que un manantial eterno de buenas aguas. Es el blanco entre tierras ocres y rojizas, el blanco entre los verdes de una huerta jalonada de frutales. Y más allá, el secano, donde reinan almendros también ataviados de blanco cada primavera”.
Agua y posición Se advierte por todo en este bello pueblo el origen musulmán, por la importancia del agua y también por su dominio a simple vista del mar y y de la calzada roma-
na que bajo Enix discurre, así como por su aproximidad a Almería a través de un antiguo camino que puede perfectamente hoy hacerse rambla de la capital arriba. Calles tortuosas como un laberinto que va a dar a una pequeña plaza con una pequeña iglesia que alberga una curiosa y muy bonita talla florentina que, cuenta la tradición, presidió la nave de don Juan de Austria en la batalla de Lepanto. Y vistas impresionantes desde todo el pueblo y sus alrededores, entre ellas, desde la carretera y al otro lado del barranco, los restos de las minas del Carmen, en el Marchal de Antón López, impresionantes en su verticalidad montaña abajo. Y una sorpresa final, vestigio de cuando el municipio tenía kilómetros de costa, una playa muy alejada del núcleo urbano, la muy conocida de El Palmer, en plena carretera de Almería a Aguadulce.
Un ejemplo de Mediterráneo, Blanco cubismo, como corresponde a esa suma de lo morisco con lo mediterráneo del que Enix es un colosal ejemplo.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Abla
De la Civitas Romana Al Mundo Virtual Los ejes de una villa. Tal vez haya sido por su origen romano y la lógica que estuvo en la base de su civilzación, pero el urbanismo de Abla parece planificado por el compás de un urbanista más que por el mero devenir del tiempo. Estructuras lógicas en la base de la villa y una apuesta de futuro que también tiene que ver con la planificación. Abla es reconocido ejemplo de innovación y futuro en toda España, una villa cargada de historia y con voluntad de hacer historia en este nuevo mundo virtual.
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¿
ómo describir Abla? El poeta la llamó la flor del camino. Quizás no haya palabras para describirla, pero sencillamente puede decirse que es blanca, en femenino, como lo indica su nombre romana, Alba, y su blanco caserío encaramado en la ladera de una estribación de Sierra Nevada”, escribió el historiador Antonio Ortiz Ocaña, cronista de la villa y especialista en una de las grandes realidades que nos ofrece Abla, su mausoleo. El mausoleo romano, recién restaurado, indica ya que estamos en territorio con peso histórico, como
El descenso por la carretera AL-3404 que viene de Ohanes atravesando Sierra Nevada ofrece en su caída hacia el llano una de las vistas más impresionantes de la provincia. Sierra de Baza y Sierra de los Filabres enfrente, la vasta llanura del Marquesado, ya en Granada, a la izquierda, bien visible desde repechos y curvas. Y, debajo, los brochazos blancos de los núcleos urbanos del valle del Nacimiento, a pico Abla, donde llega la espectacular carretera. Ya desde arriba se comprende que entramos en una tierra que es encrucijada.
corresponde a esos llanos que se estrechan entre cordilleras y son desde siempre paso, de caballos y carros entonces, de ferrocarril y carretera (hoy autovía) después. Y de algo que, sin tener directamente que ver con su pasillo histórico, sí puede ser consecuencia de una larga historia de saber lo importantes que son las vías de la comunicación y la comunicación misma: Abla la reseñada ya por Tolomeo como importante núcelo de los bastetanos, es uno de los municipios de Andalucía que antes y con más fuerza apostó por el desarrollo de esas nuevas autopistas de la informa-
ción que nos ha dado internet. Llaman muchas cosas la atención en este municipio que goza de la montaña y del llano, y una de las que más la misma configuración urbana de este pueblo que fue creciendo desde su castillo ladera abajo en un proceso que describe así el geógrafo y profesor José Manuel Castillo Requena:
La geometría de Abla “Las calles del Carrichete y San Antón, en la subida por la entrada oriental del pueblo y la salida por la loma de Abrucena, semejan una línea única, interrumpida por los accesos
de bajada a la Plaza mayor, la iglesia y su antiguo cementerio. En la primera hay una ermita, la de San Roque; la segunda termina en la plaza con la ermita del mismo nombre. (...) Por encima de tal línea destaca el barrio de los castillos, con maravillosas vistas, de callejones laberínticos, viviendas y corrales frecuentes de una sola planta, pequeñas, encaladas, cubiertas de launa y cornisas de alera. Entre la Plaza de la Cruz de San Juan se desarrolla otra línea: la Calle Real Alta. Queda jalonada por casas principales de dos plantas excavadas en la pendiente, e hitos como la
Plaza Mayor, cuadrilátera, auténtico centro de funciones urbanas (...). Bajo de esta rememoración de tiempos moros, la construcción cristiana, sucesivamente reformada desde el siglo XVI, época de la que datan las estructuras básicas, cosntuidas en ladrillo y mampostería. Finalmente, la Calle Baja, el Paseo de San Segundo y os Granadillos se prolongan en otra línea que articula el área de expansión inferior, con principio y fin donde la Calle Real Alta”. Y, en medio de esa geometría urbana, en las callas y plazas concretas, di-
la Voz de Almería
versos motivos para un atento paseo: el bajorrelieve de la iglesia, el escudo de armas de don Alonso Bazán, nombrado Alguacil Mayor de Abla por los Reyes Católicos en agradecimiento a su colaboración en la conquista de Granada, el pedestal de Avitano, que contenía inscripciones latinas, los vestigios del antiguo castillo árabe, reedificado en el siglo IX, o el Mausoleo dan visual cuenta al visitante de la rica historia del pueblo, algo que, fuera del núcleo urbano, puede igualmente advertirse en el poblado de Los Milanes, en la cima de cuyo cerro se encuentra una necrópolis de la cultura de Los Millares en la que pueden apreciarse restos de “tholos”, enterramientos colectivos circulares.
Naturaleza Privilegiada Y todo ello en medio de una naturaleza muy rica que invita al paseo en las muchas rutas que, de una linde a otra del municipio, pueden hacerse para descubrir las muchas fuentes de una tierra rica en agua, los abundantes molinos un día en funcionamiento (uno de ellos, en la barriada de Los Hernández, está bien conservado y sus propietarios los enseñan al visitante), los viejos caminos de la ruta Almería-Guadix, el antiguo camino real. Historia, naturaleza y, también, una buena oferta gastronómica aconsejan visitar Abla, donde se encuentra uno de los más conocidos restaurantes de la provincia. Un guisado de cardonchas, o de trigo con hinojos, le vendrá bien al viajero si en días de invierno, reparador de ese frío seco que llama a pasear y a reponer luego fuerzas.
El Mausoleo Romano Fechado en el siglo II (d. C.), el Mausoleo es un edificio funerario romano que con los siglos sería usado como torre-fuerte en época islámica y como ermita en época cristiana. Forma parte del importante yacimiento denominado Alba Bastetanorum, que tiene sus orígenes en plena etapa ibérica. El alzado norte es el mejor conservado. El alzado sur, es el más transformado. Las investigaciones realizadas en el entorno del mausoleo han detectado un área funeraria en el que presumiblemente puedan existir otras estructuras fúnebres. El mausoleo constaba de dos partes independientes e incomunicadas: la cripta funeraria, o parte inferior que albergaba el cuerpo del difunto, y la cámara ritual o planta superior, destinada al culto, a la que accedía el personal mediante una escalinata para efectuar los rituales.
Abla Virtual El programa Vive Conectado premió a Abla entre los cinco “pueblos conectados”, premio que fue entregado en la sede del Grupo Antena 3, que quisó premiar el esfuerzo de los pueblos ganadores por superar la brecha digital y hacer realidad el derecho universal de acceso a internet. Un informativo de televisión llegó a afirmar:
“Abla es un pueblo de Almería con 1.500 habitantes que está volcado en las tecnologías de la información y la comunicación, tanto que muchos hablan del Fenómeno Abla en internet”. El alcalde de Abla llegó a participar, al respecto, en una curso de la Universidad Complutense de Madrid.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Una comarca para frecuentar. La calle de Abla y el paisaje de Abrucena. Habría dado igual al revés. En cualquiera de estos dos municipios se encuentra tranquilidad por un lado y belleza por otro. En ambos se puede pasear por una naturaleza espléndida.
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Abrucena
la poesía del paisaje Una naturaleza impresionante. La tranquilidad es la gran característica de Abrucena, como si el pueblo reconociese en silencio la supremacía de su naturaleza impresionante.
Abrucena llama la atención desde la bajada por la carretera de Sierra Nevada aún más que desde la autovía, cuando se va de Fiñana a Abla. Y la intuición no suele engañar. La pequeña madeja de sus calles está entre las más bellas de la provincia
Zonas de recreo
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brucena es, ante todo, geografía, vida de sierra. Al pie mismo de Sierra Nevada y ya ladera arriba, algo extraña en el mismo pueblo, por el ovillo de sus calles estrechas y encaladas, que la luz es más luz y que la sombra es más rápida. Merece la pena un atardecer en Abrucena, fugaz atardecer, porque las altas montañas tapan de improviso los últimos rayos de sol y cae a pico la noche. Como todos los núcleos de alrededor tiene Abrucena una vieja historia que se remonta en el tiempo hasta el neolítico, del que se han encontrado restos en el paraje de El Castillejo, muy próximo a la capital del término y visita obligada no sólo por el interés histórico, sino por el mismo camino que hay que seguir para llegar a él.
Un camino en plena roca Es sobrecogedor cuando se desciende hasta el río y más sobrecogedor aún cuando se sigue, ya en ascenso, por una vía a menudo excavada en la roca de la que se afirma que es romana. Merece la pena la visita a esos restos Neolíticos sobre los que se superponen res-
tos romanos como los del aljibe, perfectamente identificable, y las ruinas de una fortificación árabe de la que se conservan algunos fragmentos de tapial y piedra.
Un pueblo cuidado. Siempre se distinguió Abrucena por el cuidado de sus vecinos. Las flores dan desde balcones y ventanas color y alegría a las paredes blancas.
Y una naturaleza impactante, la misma que multiplica luz y sombra en el núcleo urbano, pinos, encinas, un arbolado que, hace tres siglos, sirvió de madera para las atarzanas de Sevilla y de Almería. Pero la naturaleza venció a la sobreexplotación de sus recursos y Abrucena sigue teniendo frondoso arbolado, como el que se ve en una de las principales zona de expansión de la provincia, el área reacreativa de La Roza, lugar privilegiado por suespléndido paisaje. La Roza dispone de un completo equipamiento que contribuiye a un mayor disfrute durante la estancia en el espacio natural. Barbacoas y mesas para organizar una tranquila comida junto a fuentes de agua potable, aseos e, incluso, un kiosco-bar abierto en temporada veraniega, completan las instalaciones de este área. El aparcamiento permite dejar los vehículos estacionados mientras el visitante se encuentra en el lugar. También es posible realizar un agradable paseo entre la densa masa de pinar que crece en los alrededores y acercarse para refrescarse en las frías aguas del arroyo que lo atraviesa. De “pura poesía sostenible” calificó el profesor Diego Cervantes este pueblo. Acertado título le puso a su Abrucena.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Fiñana
La Corona de Una Comarca
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iñana, como sus vecinos, tomó asiento en la solana del extremo vertical de su loma. Cerro y antecerro (Olila) entallados por terreras en conglomerado rojo pliocuaternario. A través suya la villa establece la comunicación inter e intramunicipal. Loma domesticada: carreteras, sendas, cauces, vegas, huertos y casas. Bisagra entre la despensa de la sierra y el pasillo llano al que se asoma, vigilante, su alcazaba. La villa enseña, modélica, la ubicación predilecta de los pueblos del alto valle del Río nacimiento”. Así describen, brillantemente, José Manuel Castillo Requena y A. Vargas Rueda la vista de Fiñana, villa que domina un valle estratégico, paso obligado entre Guadix, Baza y Almería. Por eso fue siempre territorio en disputa, y siempre fue batalladora. En las rebeliones del sudeste de las épocas doradas del califato de Córdoba, cuando Almería era tras Alejandría el principal puerto del Mediterráneo, resistió con firmeza al mismo joven Abderramán III, que vino en persona a sofocar los levantamientos, lo que no hicieron las próximas Guadix y Baza, que se entregaron sin oponer resistencia.
Carácter propio Siempre tuvo gran personalidad Fiñana, la que el tiempo le ha dado a su interesante planta urbana. “Mediado el siglo XVIII, el Catastro de Ensenada dibuja Fiñana en forma de calle dominada por el cerro defendido y salpicada de edificios religiosos en su interior, salvo uno, en un extremo, separado por un árbol d egran porte. Coincide Madoz (1850) en tal sim-
Descansa la vista cuando nos acercamos a Fiñana. Tras tantos pueblos encaramados como pueden a montes que los coronan, a menudo muy por encima, esta villa domina el llano, pero es ella la que corona el cerro, lo que aclara su planta tan alargada, rectilínea.
plicidad, compuesta en torno a una vía alargada, empedrada, entre edificios blanqueados por dentro y por fuera”, subrayan Requena y Vargas esa primera gran caracterísitca de una villa que encierra algunas más que interesantes sorpresas, como su alcazaba, su mezquita o su iglesia, herencia de una rica historia. No son muchos los municipios de España que tienen al tiempo que ver con la gran figura de la España andalusí, ese joven Abderramán III que tuvo que acudir a someterla, y con las dos grandes figuras de la reconquista, los Reyes Católicos, que pernoctaron en la villa casi cinco siglos después, en 1489. Y esa herencia histórica es, lógicamente, rica herencia patrimonial y cultural. De especial interés son, en este sentido, la Alcazaba, la mezquita y la iglesia de la Anunciación. Obligada es también la visita al barrio de la Alcazaba, es sin duda descen-
Un espectacular retablo. El retablo policromado de la iglesia de la Anunciación es uno de los muchos orgullos de Fiñana, un pueblo cargado de monumentalidad que ha demostrado eso a veces tan difícil que es saber mimar sus muchas joyas arquetectónicas.
diente del antiguo arrabal musulmán, con un trazado de las calles que parece en ocasiones transportar al viajero a Marruecos, los aljibes que se conservan en dicho barrio, la ermita de san Antón o, simplemente, la geometrías de esas casas antiguas que se encuentran a la vuelta de cual-
quier recodo. Y no puede el viajero irse sin probar el típico plato fiñanero, la zaramandoña, compuesto a base de calabaza pasada, pimientos secos, tomate pasado, aceitunas, cebolla, bacalao y una buena cantidad de aceite de oliva. Merece de verdad la pena.
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Tres Espléndidos Monumentos La Alcazaba Construida durante el reinado de Carlos IV, esta construcción clasicista en piedra posee dos caras. En la anterior y principal contiene un pilar con tres alojamientos cantareros con tres caños de bronce y de cabeza antropomorfa. En la parte posterior y sobre un pilar-abrevadero manan dos caños. Un entablamiento con un frontón curvilíneo remata el conjunto con volutas enmarcado con dos bolas.
La Mezquita Muy importante es, desde el punto de vista del estudio, la mezquita, luego adaptada al culto cristiano. Fue construida a finales del siglo XII o comienzos del XIII y se ha convertido con el paso del tiempo en el único conjunto almohade peninsular que, a pesar de las agresiones sufridas, conserva el oratorio con su quibla y parte de la decoración que adornaba la portada del mihrab. Es el edificio más completo de todos los conservados en la península ibérica procedente de aquella época.
La Iglesia Y elementos de gran interés tiene la iglesia de la Anunciación, que posee una impresionante puerta de acceso con herrajes de bronce, preludio de la riqueza que esconde en su interior. El templo, de estilo múdejar, presenta en planta tres naves, divididas por arquerías que sujetan las magníficas armaduras de madera que constituyen el techo. Un gran retablo policromado preside la cabecera, que se acompaña de cuadros y abundante imaginería repartidos por las numerosas capillas laterales. la sacristía hay un interesante museo del siglo XVI con obras de imaginería, casullas, reliquias y alguna donación de los Reyes Católicos.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Las Tres Villas el triángulo que toca a la vez dos sierras
Tejados de pizarra en Filabres. La visión de Escúllar, en las estribaciones más occidentales de la Sierra de los Filabres, tiene como uno de sus principales atractivos el de contemplar la pizarra de los tejados.
Son tres pueblos en uno, tres llamadas al paseo por un terreno que se antoja menos escarpado, más llevadero y practicable para el caminante que otros. Doña María, Ocaña y Escúllar son montaña, pero también campo.
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unicipio de municipios que un día se separaron y luego volvieron a unirse, Doña María y Ocaña, a las faldas de Sierra Nevada,
el primero, Doña María, en un pequeño valle a la izquierda del río Alboloduy y el segundo, Ocaña, al margen derecho del Alboloduy, en su confluencia con la Rambla de Santillana. Y, enfrente de ambos, Escúllar a las faldas de las estribaciones más occidentales de la Sierra de los Filabres, Uva de parral, olivos, cereales y frutales abundan en su vertiente de Sierra Nevada; moreras, olivos, higueras y uva de parral, en la de Sierra de los Filabres. Sin embargo, piedra y pizarra en los tejados se ven en las construcciones antiguas de los tres núcleos.
Amplio horizonte Y algo en común los tres núcleos, pese a pertenecer a dos distintos sistemas montañosos, la am-
plia visión del horizonte, que sube paulatinamente hacia los montes, aquí menos encima que en otros lugares de la comarca, lo que hace más fácil que en ellos el paseo por el campo, por la naturaleza fría y sana en invierno, agradable en primavera, otoño y los atardecers y noches de verano, Rambla de Escúllar abajo, Ocaña hacia la Rambla de Santillana o Doña María río adelante hacia la Rambla Encira. Fuentes, almazaras, olivares, molinos, antiguos parrales nos irán apareciendo por ese cómodo, recomendable paseo que nos despierte el hambre, porque nos espera buena comida de sierra y cortijo, ajo colorao, caldo colorao, olla de trigo, migas, gurullos con conejochoto al ajillo, tortas de panizo, y unos excelentes postres, de torticas reales, roscos de vino o deditos de Jesús.
Paredes bancas con Sierra Nevada al fondo. El blanco predomina en los muros, en el caso de Ocaña, al pie de Sierra Nevada, incluso en la fachada de la iglesia.
Cortijos por Doña María. Abundan los cortijos en los campos de Ocaña y Doña María, en la zona del municipio a las faldas de Sierra Nevada.
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Desvío Hacia el Sur Viajar no es coger por sistema la ruta más corta, de forma que, desde Nacimiento, una vez cogida la carretera a Alhama y Alboluduy, dejamos atrás el desvío a ésta para acometer el Ricaveral, la vieja carretera de Granada y Madrid a Almería que, llena de curvas, nos ilustra cómo eran los viajes en el pasado. Sólo por ver esas curvas en medio de montes erosionados merece la pena este estiramiento de la ruta, pero hay otro motivo, la enorme belleza de remontar el río Nacimiento desde Alhabia. Es una de las carreteras más bellas y llenas de matices de la provincia, y mucho más sorprendente en sentido Alhabia a Alboloduy que al revés.
Nacimiento
En medio de la provincia, cuando ya se advierte el secano que más caracteriza nuestro paisaje, con un núcleo urbano austero en el que destaca una iglesia barroca con elementos mudéjares y con un campo tacheado de cortijos, en algunos de los cuales se saborea una exquisita naranja, Nacimiento es territorio de
frontera natural, donde ni la montaña se ha perdido del todo ni el desierto ha llegado del todo a empezar. Ruta obligada entre las dos Sierra Nevadas almerienses, seguir el curso del río que lleva su nombre es seguir uno d elos grandes ejes que definen nuestra provincia.
Alhama
Puerta de la Alpujarra, pueblo de centralidad en los caminos, Alhama la Seca, luego llamada Alhama de Salmerón, ahora llamada Alhama de Almería, fue, como su propio nombre indica, enclave de aguas, y el pueblo que ha dado a Almería su ciudadano más ilustre, don Nicolás Salmerón, el profesor universitario, pensador y político republicano que
alcanzó la máxima magistratura del Estado y que ha psado a la historia por no firmar una sentencia de muerte, pena a la que siempre se opuso. En el centenario de su fallecimiento, en 2008, una enorme programa de actividades institucionales, culturales y artísticas homenajearon a aquel hombre sabio y bueno, hijo de Alhama.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Las Rutas l orden establecido en esta página responde a tres posibles rutas, la de Almería, por Alhama, a Fondón y Laujar, otra que, a la altura de Ohanes, nos llevaría a Abla y Fiñana y una tercera que, pasado Fondón y Laujar, nos llevaría a Berja y esa Alpujarra sur que mira ya al Poniente. Lo ideal es poder quedarse en la comarca los días suficientes para poder ir y venir desde puntos que hagan de base en el camino, pero ya sabemos que no siempre puede ser así, y por eso hemos dividido de alguna manera este gran viaje en tres posibles excursiones. De una u otra forma, hágalas todas. No se arrepentirá.
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Alhabia un pueblo lleno de curiosidades E
xtraña ver a esa mujer esculpida ante una columnata. Es el monumento a la Mujer del Farmacéutico Rural de España, obra de Santiago de Santiago, la hermosa estatua de Carolina de Yebra y Rittwagen, ubicada en un umbroso rincón, adornado por toda suerte de vegetación y el agradable gorjeo de los pájaros, frente a la histórica farmacia de 1871. Como digna de visitarse es la iglesia de san Juan Bautista, el principal edificio del pueblo, que preside la plaza y para la cual proyectó Ventura Rodríguez en 1775 una extraordinaria traza que no llegó a realizarse. La construcción de esta esbelta obra neoclásica sería finalmente iniciada en 1802 con un proyecto distinto, aunque se mantuvo inspirado en el anterior.
Se juntan los dos ríos, el Andarax que viene de Poniente y el nacimiento que viene del norte. En medio de ellos dos surge y crece Alhabia, un pueblo que, abrazado por una espectacular naturaleza llena de matices, se empeña en deparar curiosas sorpresas al visitante.
Un casa neoandalusí Curiosos son, además de la farmacia, la Casa de la Mezquita, la más llamativa de las
Una fantasía romántica. Una extraña vivienda del XIX, de estilo neoarabizante como una reconstrucción romántica de pasados, exóticos tiempos.
construcciones del XIX, por su estilo neoarabizante, el reloj solar, de unos tres siglos de antigüedad, y el lavadero, de cubierta plana sostenida por tres arcos de medio punto, y que en el interior presenta dos piedras de lavar corridas, colocadas casi a nivel del suelo. Y cuenta Alhabia con el importante atractivo de la alfarería, una de las grandes reminiscencia de su pasado andalusí, cuando comerciantes de toda la comarca visitaban el campamento ferial de Alhabia para el comercio de animales y para la adquisición de su prestigiosa alfarería, hija de esas tierras arcillosas entre dos ríos que formaban un pequeño lago en su confluencia. Merece la pena comprar de esa alfarería. Por eso y por mucho más, lo dicho y unas buenas tabirnas colorás, por ejemplo, merece visitarse este bello pueblo que tanto sorprende.
Cerámica artesana
Una cerámica de calidad que ahonda en el tiempo. El saber hacer de los artesanos de Alhabia viene de siglos: de la misma configuración de un terreno en el cual los ríos que en la proximidad se juntan creaban unos barros muy especiales. Siglos de sabiduría no pueden sino ser la base para la mejor evolución de una empresa, como Cerámica Artesanal González Castellón, que apuesta por la innovación desde el saber que da la tradición.
Una escultura de Santiago de Santiago. Es el reconocimiento a la mujer del farmacéutico rural, del prestigioso escultor Santiago de Santiago.
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LA ALPUJARRA ALMERIENSE
Alsodux
el pulso de las paredes que brillan
Algo rivaliza con la luminosidad del valle y de los frutales cuando el viajero se acerca a Alsodux, el ocre rojizo de las paredes de una bella iglesia
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l principal golpe de vista lo da esta vez la iglesia, de un especialísimo ocre rojizo con destellos dorados que contrasta con el blanco del entorno y a horas del día rivaliza en brillo con él. Impactante visión de esta sólida edificación, espléndida, de estilo mudéjar, ubicada donde estaba la antigua mezquita, una de esas iglesias de capilla
mayor diferenciada, con armadura de madera de limabordón y puerta de entrada con alfiz, detalle de reminiscencia musulmana. Una cita inexcusable para el viajero tanto su exterior como su interior.
El peso de la historia Como en muchos de los pueblos de la comarca, la primera referencia histórica que de él se tiene corresponde al geógrafo y cronista musulmán del siglo XII Abu al Idrisi, que nombra la alquería como lugar estratégico para la vigilancia del río Nacimiento y su acceso a Guadix. Aún en época musulmana, a partir del 1232, cuando el reino de Al-Andalus quedó reducido al sultanato nazarí, Alsodux siguió como uno de los diez lugares que formaban la Taha de Marchena. Y como en otros muchos pueblos de la comarca, tras la Reconquista
se mantuvo una clara hegemonía morisca hasta la definitiva expulsión de éstos en 1570, después de la última rebelión.
Clasicismo popular Quedó para la historia la configuración urbana, ese núcleo de calles y plazuelas coronadas por techos rasos, los terraos desde los que se domina el suave valle, a su altura una gran vega que sigue sin interrupción desde la cercana del Río Andarax, un paisaje bonito en el que encontramos una pequeña ermita que aúna clasicismo y estilo popular, digna de visitarse. Como digno es de probar la gastronomía de la zona, los potajes de hinojos, de trigo pelado y de acelgas, o las migas, la fritada de conejo, o la tortilla de collejas. Y sus postres de merengues, soplillos, pan dormido o pan de mosto.
El ocre brillante de la iglesia, La iglesia de Alsodux es uno de los más curiosos templos de la provincia. El ocre rojizo de su pared rivaliza en brillo con el blanco que caracteriza el pueblo.
Una bella arquitectura popular. Tres curiosos ejemplos de arquitectura popular en Alsodux, una torre de reloj de los años cincuenta con veleta y campana (arriba a la izquierda), una de las ermitas que mejor combinan clasicismo y arquitectura popular en la provincia (arriba a la derecha) y el lavadero (abajo).
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Santa Cruz un monumento con aire de otras tierras La primera mezquita hecha iglesia de la Santa Cruz. La iglesia de san Juan Bautista fue la primera de la zona que, nacida sobre una mezquita, tomó el nombre de la Santa Cruz, nombre al que debe el pueblo su topónimo. Tiene, además, un importante valor arquitectónico.
Por una vez no son los montes los que dominan el pueblo que se nos abre enfrente, sino dos enormes árboles, dos castaños que superan la línea del cielo de este pueblo que incluye en su interior tanta belleza y una historia cargada de significados
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Un valle de frutales. El valle del Río Nacimiento tiene algunos de los más delicados paisajes de la provincia, cargados de frutales, como se ve al paso de Santa Cruz.
anta Cruz la que vive a la sombra de dos magníficos castaños tiene un nada despreciable patrimonio empezando por la Plaza Ducal y sus aledaños, declarado monumento histórico-artístico, con su Torre de la Alcazaba y su patio mudéjar. En uno de sus frentes estuvo el palacio de los duques de Arcos, hoy desaparecido y en ella se encuentra también el edificio de las antiguas Casas Capitulares, terminado en 1713, un interesante conjunto al que se sumarían en el pueblo con el tiempo construcciones como la Cilla del Cabildo y numerosas casas señoriales que suma un cierto aire castellano al aire general morisco de éste y los otros peublos de la comarca.
Una linda iglesia Interesante es, igualmente, la abundante arquitectura religiosa, en la que hay que destacar la iglesia de San
Juan Bautista, del siglo XIV, aunque reedificada en el XV, y sufriendo añadidos en el XVIII, de estilo gótico-mudéjar-andaluz. Su retablo mayor, del siglo XVI con traza gótica, es una obra maestra del arte sevillano. Alberga imágenes, lienzos y orfebrería de los siglos XVI, XVII y XVIII. Fue la primera mezquita transformada en iglesia con el nombre de Santa Cruz, que quedó como topónimo del pueblo. La entrada principal es una portada adintelada con arco de medio punto y coronado por una cornisa con perfil de gola Dignas de mención son también la iglesia de la Mota, construida sobre el desaparecido palacio de los Duques de Arcos, de estilo mudéjar, y construida entre los siglos XV y XVI, que posee esculturas y lienzos de los siglos XVI y XVIII, y la iglesia de San Miguel. No pueden no visitarse, igualmente, el Convento de San Agustín, cuya iglesia data del siglo XVIII y en ella se observa la transición del barroco al neoclasicismo.
Un paseo por la geología En los entornos de Santa Cruz, el camino a Alboloduy invita a un paseo que recorre, en su práctica totalidad, la Rambla de los Yeso y permite admirar el llamativo encajamiento fluvial en diversos materiales geológicos. Y, por último, no puede el viajero dejar el pueblo sin probar sus dulces de convento: del de san Andrés, las tortas de manteca, los bizcochos y los lazos de hoja; del de santa María, las peritas y manzanitas de almendra.
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Alboloduy
el reloj del tiempo
En medio del color. En medio de un variado colorido, la ermita del Cristo de la Humildad domina con su blanco el cerro de las Tres Cruces.
Es una de las grandes visiones del interior de nuestra provincia. Recogido en el regazo de los montes, la visión de Alboloduy levanta una sonrisa, broche de oro a una carretera preciosa, cargada de alegría, la del agua y la del frescor de los frutales.
ubiendo por el Río Nacimiento, Alboloduy aparece magnífico, constreñido entre grandes peñones y cerros, guardianes y espectadores de su intenso pasado”, describe el historiador del arte Francisco Romero Granados esa llegada al pueblo, y apunta ya el primer gran rasgo de Alboloduy, el de su historia larga, intensa, con uno de los principales poblado de la prehistoria del sudeste español, el asentamiento, justo enfrente, sobre la inmensa mole del Peñón de la Reina, cuyas investigaciones arqueológicas realizadas le adjudican una secuencia cultural que va desde el Neolítico Final de rocas sedimentarias hasta el Bronce Final.
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El reloj que compite con los cerros. Alboloduy está constreñido entre cerros. Tal vez por eso un reloj se eleve sobre el pueblo, para competir con esos cerros. El reloj, de 1884, fue montado por el relojero que hizo el de la Puerta del Sol de Madrid.
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El Peñón de la Reina Empuñaduras de bronce y una cerámica asociada a la tartésica y la fenicia forman parte de los restos de
este asentamiento, que es uno de los mejor estudiados de la provincia y, en general, del sudeste español. Alboloduy del Bronce Final, Alboloduy romana luego, cuando el peñón se llamaba Taracín, y Alboloduy alquería musulmana ya en el siglo VIII, o sea, una de las primeras alquerías luego Taha del Reino de Granada y finalmente despoblada tras la expulsión de los moriscos y consiguientemente repoblada. Un intensa historia, sí, digna de su excepcional emplazamiento, el que cuenta el profesor Matarí Guil que tenía una “vega feraz y conocida en toda nuestra provincia gracias a sus hortalizas, especialmente acelgas, lechugas y tomates, no en vano a los habitantes de Alboloduy se los llama cariñosamente acelgueros”, una agricultura ya casi perdida del todo que ha dado paso al olivar.
Nuestra Puerta del Sol Un bello abrevadero, una iglesia tipo basílica dedicada a san Juan Bautista, aunque el patrón sea san Roque, y el precioso reloj de la torre, auténtica enseña del pueblo, instalado en 1884 por Antonio Canseco, el relojero madrileño que hizo el de la Puerta del Sol de Madrid, son algunas de las sorpresas que nos depara su casco urbano, y que sumar a la ermita del Cristo de la Humildad en el cerro de las Tres Cruces, la espectacular Rambla de los Yesos, con sus paredes rojas verticales, y la vista del pueblo, y del valle, y de la Historia desde esa antiguo Peñón de la Reina.