EL VINO EN LOS TIEMPOS DE TIK TOK

El vino en los tiempos de Tik Tok Pedro Blanco Subdirector de ‘Hoy por Hoy’ en la Cadena Ser

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Como todos los jóvenes, cuando lo fui, tardé en entender que el vino podía ser parte de mi ocio y que debía formar parte de mi cultura gastronómica. Como todos los jóvenes, cuando lo era, creía que el lenguaje del vino, sus rituales pertenecían a esa etapa de la vida que se ve lejos y que se desea tardía. Vivir era beber, como hacían todos, pero vivir la juventud no era beber vino.

Pasó el tiempo y empezó a asomar la madurez y con ella los primeros sorbos, las primeras copas, las primeras botellas elegidas con el poco conocimiento que había acumulado. Retales de información conseguidos aquí y allí, lo que uno escuchaba, lo que había leído de este vino o de aquella bodega, las pruebas de uvas, añadas, zonas de producción en los primeros restaurantes modestos que uno podía visitar con el primer sueldo escueto. El vino llegó para quedarse en un proceso de aprendizaje que, hoy ya lo sé, nunca termina. Escribo estas líneas y recuerdo la emoción que me produjo recientemente un maridaje fantástico en el Corral de la Morería de Madrid con vinos del marco de Jerez. Qué universo tan abrumador, tan complejo, tan maravilloso.

Si los jóvenes supieran que en cada botella hay una historia, que en cada vid, en cada uva hay vida, si los jóvenes pudieran entender la complejidad que encierra cada trago, la riqueza de matices, y su poder profundamente evocador, si los jóvenes fueran capaces de imaginar el placer que produce compartir la experiencia del vino. Ay, si los jóvenes pudieran saber lo que quizá no hemos sabido contar, tal vez, solo tal vez, para ellos vivir también sería beber vino.

En los tiempos de Tik Tok, de Reels, de formas de comunicación en permanente evolución, quizá el mundo del vino deba plantearse una reflexión sobre la forma en la que cuenta todo lo que significa descorchar una botella. Conseguir ese relato aspiracional que conecte con la juventud es un reto difícil pero intuyo que imprescindible si se desea construir una cultura vinícola temprana. Si los jóvenes supieran todo lo que siente al dar un trago a un buen vino, seguro que lo contarían en Tik Tok.