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VIÑA ARDANZA 2015
Viña Ardanza
2015
Juan Fernández-Cuesta Periodista
UN TESORO, UNA BENDITA LOCURA
Doquiera germinasen esas bayas de tempranillo y garnacha, allí existe un tesoro. Casi como escondido entre raíces de cepas que se alimentan de sus riquezas y, al otro lado de la vida, abajo y arriba, un clima benigno mes tras mes, exacto, que da vida a una uva sacada tardía para lo que se estila en este siglo. Un vino que se comporta como libro abierto, luz sin oscuridad, limpieza, brillantez. Un tinto que es ese tesoro, cuando el sabor dulzón del fruto se revela siempre con un admirable toque ácido final. Cuando las notas de especias vibran en la nariz, un toque de canela embellece una sensación de fina pimienta negra que vive feliz. Todo queda al albur de un hombre cabal. No es azar y sí amor. Ese enólogo abre un baúl de arándanos y moras, quizá la plenitud que no existía desde la añada 2001, una madurez brillante y hasta la eternidad. Luego viene su saber hacer. Luego, barricas, mimos, trasiegas, catas y sus santas consecuencias. No es azar nunca en manos de un hombre sabio, bondadoso, recto. Un enólogo que convierte el devenir de la tierra y el cielo en equilibrio y frescura. Hoy, este Viña Ardanza, como exaltación del ánimo, trata de la gloria de una bendita locura. La buena meteorología favoreció un excelente estado del viñedo durante todo el ciclo, permitiéndonos disfrutar de un óptimo equilibrio madurativo en una de las mejores cosechas del XXI. Unas condiciones que nos ofrecieron unos vinos frescos y elegantes, con una intensa carga frutal, taninos muy sedosos y equilibrados con unas condiciones notables para envejecer. Iniciamos la vendimia a mediados de octubre. Recogimos la uva a mano y la transportamos refrigerada hasta la bodega donde, por primera vez en la historia de la marca, pasó por un riguroso proceso de selección óptica, grano a grano.
El Tempranillo (78%) procede de nuestras fincas La Cuesta y Montecillo, de 30 años de edad, en Fuenmayor y Cenicero. La Garnacha (22%) es de La Pedriza en Tudelilla (Rioja Baja), finca de 70 ha con unas condiciones inmejorables para el cultivo de esta variedad.
Tras las fermentaciones, los vinos elegidos pasaron en marzo de 2016 a barrica, iniciando su crianza por separado: el Tempranillo durante 36 meses, con seis trasiegas manuales y en roble americano de 4 años de edad media y la Garnacha durante 30 meses, con 5 trasiegas manuales, en barricas de 2 y 3 vinos. El coupage final fue embotellado en septiembre de 2019.
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Color granate, de capa media alta y elegante paleta de colores.
Destaca por su potencia, con una gran complejidad de aromas especiados y balsámicos a regaliz dulce, pastelería, vainilla, canela, cacao, café y nuez moscada y unas sutiles notas de frutas rojas compotadas.
Sobresale su equilibrio, agradable frescura y gran estructura, con taninos suaves y redondos y un agradable final. De amplio retrogusto, las notas especiadas, de regaliz dulce y fruta madura.
Asados de cordero, carnes rojas, caza mayor, guisos de pescado muy condimentados, quesos ahumados y curados. Barbacoas.