> viaje gourmet
Río de Janeiro, a Cidade de Deus Ciudad de extremos contrastes y de una belleza geográfica insuperable, Río ostenta con el mismo orgullo sus playas paradisíacas bañadas por aguas turquesas y sus favelas, el ritmo del samba, los carnavales grandiosos y los exquisitos platos de la cocina carioca. Ciudad de emociones fuertes que, sin dudas, vale la pena conocer. texto y fotos Ana Schlimovich
Desde los balcones de los minaretes, la voz del muecín convoca a los fieles a cumplir con sus cinco rezos al día. A la derecha, montañas de especias y enigmáticos aromas seducen
89
> viaje gourmet
A cualquier hora, hombres por un lado y mujeres por otro murmuran plegarias, se arrodillan y se ponen de pie unA cualquier hora, hombres por un lado y mujeres por otro murmuran plegarias, se arrodillan y se ponen de pie un
En la costa europea, la carretera hilvana pequeños poblados a orillas del Bósforo, donde se puede encontrar pescado fresco desde los más pequeños hasta el pantagruélico kalkan (rodaballo).
imperdibles para disfrutar en la playa > Biscoito Globo. En sus versiones dulce y salado, estas roscas de
polvillo que se deshacen en la boca y son leves como el viento se dejan comer sin culpa hasta el final. Cada simpático paquete contiene sólo 135 calorías. > Matte Leão. El vendedor siempre viste una camiseta naranja y carga en cada hombro un cilindro de metal, uno contiene mate y el otro jugo de limón. La canilla de cada barril se abre hasta que uno dice basta, la mezcla es a gusto y forma la bebida más natural y refrescante que pueda haber. Al principio, puede saber extraño pero hay que darle más de una oportunidad. > Açaí. El manjar de los surfers. Esta fruta de color bordeaux, se come congelada y licuada y resulta un frozen delicioso al que suele agregarsele banana, frutilla, granola y miel. Contiene cientos de
90
icen que Dios es brasileño, al menos eso aseguran los brasileños, y desde el Cristo Redentor, con esa majestuosa vista de la ciudad carioca, el Pan de Azúcar al frente, la Pedra da Gávea al Oeste y la Lagoa a sus pies, el refrán se vuelve digerible y hasta creíble, incluso para los extranjeros más nacionalistas. Ya es casi mediodía y el repiqueteo de los tamborines del grupo de samba que anima el descenso del tren hasta la base de Cosme Velho, la estación desde donde se sube al Cristo, se mezcla con el inconfundible aroma del ajo y la cebolla salteados, que perfuma la ciudad toda cuando se acerca la hora comer. La mayoría de los brasileños utiliza estos dos ingredientes como la base de todas sus recetas. Los platos y acompañamientos más tradicionales como el feijão –frijoles negros–, la farofa –harina de mandioca frita– y el arroz, son imposibles de preparar si falta el ajo o la cebolla. Se dice que su uso se debe a la influencia portuguesa. Sin embargo, fueron los esclavos negros quienes introdujeron, a comienzos del siglo XVI, el plato nacional del Brasil: la feijoada –guiso de porotos negros, todas las partes del cerdo, chorizo, panceta, jamón y carne seca–, que se come únicamente al mediodía, acompañado de arroz, farofa, couve –una variedad de col de hojas verde oscuro– y rodajas de naranja para contrarrestar la grasa del cerdo. Con ese mismo fin se aconseja acompañar el plato con una caipirinha y despejar la agenda en lo que sigue del día ya que las fuerzas sólo alcanzarán para dormir una siesta.
D
Las mañanas son cariocas
Si hay una ciudad que amerita un madrugón, esa es Río de Janeiro. El juego de luces que propone el inicio del día es casi fantasioso y la frescura del aire da ganas de correr
> viaje gourmet
todo el largo de la bicisenda de la Av. Vieira Souto, a orillas del mar de Ipanema. Y eso hacen los cariocas, famosos más por su inclinación a los deportes y el culto al cuerpo que al trabajo de oficina, aprovechando al máximo las bondades de la ciudad. En las ramblas de Leblon, Ipanema y Copacabana, alrededor de la Lagoa y en el Aterro de Flamengo, todos concluyen la actividad física con la reconfortante promesa de un agua de coco bem gelado. Las casas de sucos –jugos– o lanchonetes, abren sus puertas temprano y son ideales para un buen desayuno. Los jugos y licuados más variados se exhiben en sus pizarras: naranja con zanahoria, ananá con menta, acerola, graviola, mango con naranja, sandía y hasta jugo de berenjena, pueden ser feitos na hora –hechos en el momento–. La modalidad carioca es acompañar los sucos con algún salgado: johellos –panes rellenos con jamón y queso o con pollo y queso catupiri–, pizzetas, bollos fritos de papa con salchicha, kibes de carne y esfijas de espinaca. Los bocadillos árabes son muy populares y forman parte de la oferta carioca de comida al paso. La Rotissería Sirio Libaneza, en Largo de Machado, frente a la plaza, dentro de una galería, es la más reconocida y frecuentada. La modalidad al paso consiste en sentarse directamente sobre el mostrador y elegir los platos de la vitrina o de la pizarra, curiosear la vecindad circundante y sorprenderse con la rapidez de las entregas que echan por tierra la velocidad de cualquier fast food internacional. A la hora del almuerzo, se imponen los restaurantes a kilo. Variedades de ensaladas, platos principales, carnes asadas, sushi y postres pueden ser tan bue-
Encargar un plato en un lokanta restaurante informal- de Estambul puede frustrar hasta a las almas más pacientes,
feiras livres Las ferias de alimentos al aire libre son tan antiguas como la propia ciudad de Río de Janeiro, constituyen tanto un paseo como el lugar indicado para conocer, probar y adquirir las más diversas frutas, verduras, especias y pescados frescos. Son 182 ferias esparcidas por los distintos barrios, abren con los primeros rayos del sol y cierran al mediodía, una vez a la semana. A continuación, una pequeña lista con algunas de ellas: > domingo: Av. Lineu de Paula Macahdo. Lagoa / Praça Tenente Gil Guilherme. Urca / Praça Serzedelo Correia. Copacabana. > lunes: Rua Gustavo Sampaio. Leme. > martes: Praça General Osório. Ipanema. > miercoles: Praça Nicarágua. Botafogo. > jueves: Praça Nossa Sra Auxiliadora. Leblon. > viernes: Praça Nossa Senhora da Paz. Ipanema / Praça Santos
Dumont. Gávea. > sábado: Rua Frei Leandro. Jardim Botânico. Más información en: http://www.rio.rj.gov.br/clf/feiras
92
aUna joven istambulita posa frente a la sala de Circunsición en el Palacio Topkapi. En el muelle de Eminönü, las últimas luces del día indican la hora del infaltable bocadillo: sándwich de pescado fresco.
> viaje gourmet
datos útiles Prefijo Telefónico: 55-21 cómo llegar Varig cuenta con dos vuelos diarios, directos, desde $ 966 (final). Tel.: 0810-266-6874. www.varig.com. dónde dormir > Ipanema Inn. Rua Maria Quitéira 27. Tel.: 2523-6092. www.ipanemainn.com.br. > Solar de Santa. Ladeira do Meirelles 32. Santa Teresa. Tel.: 2221-2117. www.solardesanta.com. dónde comer > Aprazível. Rua Aprazível 62. Santa Teresa. Tel.: 2508-9147. www.aprazivel.com.br. > Olympe. Rua Custódio Serrão 62. Jardím Botánico. Tel.: 2539-
4542. www.claudetroisgros.com.br. > Nakombi. Rua Maria Angélica 183. Jardím Botánico. Tel.: 2246-
1518. www.nakombi.com.br > Roberta Sudbrack. Av. Lineu de Paula Machado 916. Jardím Botánico. Tel.: 3874-0139. www.robertasudbrack.com.br. > D’Amici. Rua Antônio Vieira 18. Leme. Tel.:2541-4477. > Pizzaria Capricciosa. Rua Vinícius de Moraes 134. Ipanema.
Tel.:2523-3394. paseos y excursiones > Trem do Corcovado. Rua Cosme Velho 513. Tel.: 2558-1329. www.corcovado.com.br.
nos como si se ordenaran a la carta. En Leblon se destacan Fellini, Ataulfo y Celeiro, y en Jardím Botánico el concurrido Couve Flor.
> Helisight. Vuelo en helicóptero. Tel.: 2511-214.
www.helisight.com.br. Vuelos desde R$ 150 por persona. > Pão de Açúcar. Av. Pasteur 520. Urca. Tel.: 2461-2700.
www.bondinho.com.br. > Favela Tour. Tel.: 3322-2727. Cel.: 9772-1133. www.favelatour.com.br. Más información en: www.riotur.com.br. www.guiadasemana.com.br.
No todo es mar
Cuando hay que darle tregua a la playa, o cuando el sol escasea y ya se recorrieron todos los miradores de la ciudad, es hora de visitar Santa Teresa, un pintoresco y bohemio barrio que conoció sus épocas gloriosas a fines del siglo XIX y sus vestigios son mansiones coloniales y colosales, y una comunidad artística que la habita. Santa Teresa es el barrio del bonde, el único tranvía que circula activamente por las calles del país, subiendo y bajando vecinos, y turistas en sus bancos de madera por el módico precio de 70 centavos de real. El barrio está repleto de barcitos, tabernas y restaurantes temáticos, tiendas de arte y museos. Sobre la Rúa Aprazível hay un restaurante que lleva el mismo nombre. Aprazível quiere decir placentero, tal como es el lugar, con una impecable cocina brasilera combinada con otra buena vista de la ciudad. Las estrellas de Río
Por las noches Río no suele vestirse de gala, más bien sostiene su perfil informal y descontracturado. La parte más sofisticada del pueblo se reúne a comer sushi en Nakombi –junto con Sushi Leblon, los mejores de la ciudad–, reservan una mesa en Olympe, para deleitarse con
94
Uno de los mozos de Safrán deja sus quehaceres para dedicar unos minutos al lustrado de sus zapatos. Castañas asadas, un clásico tentempié para disfrutar al paso en las calles de Estambul.
Encargar un plato en un lokanta restaurante informal- de Estambul puede frustrar hasta a las almas más pacientes, dada la imposibilidad de recurrir a un idioma
las delicias francesas del consagrado chef Claude Troisgros, o en lo de Roberta Sudbrack, por donde pasaron desde Fidel Castro hasta Tony Blair. Otros prefieren una pizza de Capricciosa, o el cordero asado de D’Amici, legendario y secreto restaurante, escondido en una callecita del barrio de Leme. La mayoría, sin embargo, se da cita en los botecos de barrio, a comer petiscos – abundantes y diversos platos que van desde el frango pasarinho –pollo frito trozado– hasta camarão grelhado –camarón salteado con ajo–, y a beber cervezas, contadas sólo al final, cuando se suman las botellas vacías que van apilándose al costado, a modo de testimonio indiscutible a la hora de pagar. A medianoche, el barrio de Lapa estrena nuevas rodas de samba aõ vivo, de choro y de forró en cada una de sus casas de baile, sin distinción de días en la semana más que para la programación. Los viernes, el Club Democráticos, un salón de los años veinte, arranca las noches con la cantidad de músicos necesaria para que la pista se llene de parejas diestras en el samba de salón. Trapiche Gamboa es otro reducto que merece una visita, en Praça Mauá, aunque más no sea para ver el caserón y de paso probar unos bolinhos de aipim com camarão. Rio Scenarium, Carioca da Gema, Estrela da Lapa, todos buenos sitios para comenzar a ablandar el paso hasta colarse en el alegre ritmo del pueblo, convidado en porciones desmedidas, por el mero gesto del derroche exagerado que forma parte de sus vidas.
95