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GARANTÍA DE ORIGEN ASTURIANO
Después de más de tres décadas trabajando en Casa Lin, muy pocos le conocen por José Ángel Artime. Para todos es ‘Josepín’. Este avilesino nacido en 1964 empezó en el mundo de la hostelería con dieciseis años lavando vasos en una discoteca y, al poco tiempo, Moisés Pérez le reclutó como pinche para Casa Lin, donde trabajaba su abuela de cocinera. Allí estuvo hasta 2003, decidiendo cambiar de rumbo e irse a trabajar a un asador a Heros. Después de un periplo de dos años, recibió la llamada de Rodrigo Suárez, nieto de los dueños del local de la avenida Los Telares y actual propietario. Le propuso volver y no lo dudó. Desde entonces hasta hoy, se encarga de que todo funcione a la perfección en este emblemático restaurante avilesino. Una voz experimentada y autorizada para hablar de la situación actual del sector sidrero asturiano.
¿Cómo empezó en el mundo de la sidra?
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Pues empecé un poco de casualidad, no conocía nada de cómo funciona una sidrería. Sabía fregar y poco más, pero a base de echar horas y de fi jarme en los compañeros fui aprendiendo poco a poco. No hay más secreto que trabajar y esforzarse. En esos primeros años, fue cuando me pusieron el mote de Pin, había otros dos Josés y como yo era un crío, empezaron a llamar así, Y así quedó hasta hoy.
¿Qué diferencias observa entre su primera etapa en Casa Lin y ahora?
En los años 80, había días en los que trabajábamos casi catorce horas diarias. Era una época de bonanza, había mucho dinero, la gente salía a gastar y siempre estaba el local lleno. Ensidesa funcionaba de maravilla y la sidra y las andaricas llenaban las mesas a
todas horas. En aquella época era joven y aguantaba lo que fuese, primando más el ganar dinero que la calidad de vida, y ahora pasa al revés. Se ha avanzado mucho, está todo más regulado, porque antes igual no tenías días de descanso y más, si caía en fi esta, que te tocaba trabajar y te lo daban más adelante. Es cierto que la hostelería es muy sacrifi cada y quema mucho tanto a nivel físico como psicológico, porque llegas a casa y sigues dándole vueltas a lo que pasó y cómo se puede mejorar cada día. Por eso, para poder trabajar en ella tantos años, lo primero tiene que gustarte y, después, tener una familia que te apoye y que entienda que no vas a tener fi nes de semana libres.
Quizá ese sea uno de los problemas a la hora de encontrar personal.
Por supuesto, ese es uno de los principales problemas. Es un trabajo muy sujeto y cuando los demás descansan y se divierten, nosotros trabajamos, y eso mucha gente no lo quiere. Hay que buscar soluciones para hacer más atractivo el sector. Alguna solución podría ser hacer un horario partido o descansos rotativos, para que los empleados puedan tener un fi n de semana libre al mes. Lo que está claro es que si no se hace algo pronto, cada vez va a ser más difícil encontrar personal, y escanciadores más todavía.