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LA PERSONA

LA PERSONA CON LA QUE SIEMPRE PELEO

Por Deseret Villa

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Bueno, para comenzar su nombre es Hemla, tiene los años que tiene y es una persona que ve la vida como una basura y además lo acepta, y en lugar de pelear contra eso, termina dándole poca importancia.

Ese día llegó de clases y estuvo pensando en las personas que le rodean y entre esas personas recordó algunas de ellas que son de la escuela: -Gael. Él y ella pelean porque le trata como si fuera una niña, pero después ella recordó que él le trata como una hermana pequeña realmente, puesto que crecieron juntos. -Pao. Ella y ella realmente no pelean, sin embargo, lo han llegado hacer en alguna ocasión. -¿Pam? ¡Ni en sus sueños! ellas nunca han discutido sobre nada y por el contrario, se han llevado bastante bien. Ella es una persona con la que se comprende realmente. -May. Ellas han llegado a pelear pero de manera burlona. Realmente la única ocasión que ella recuerda haber tenido una pelea como tal, fue un día que le perdió un sacapuntas y a los pocos minutos volvieron a ser amigas. -Su novio. Tiene una buena relación con él y no es común que lleguen a pelear o a tener algún momento tenso.

Así que después de analizar todo esto, llegó a la

conclusión de que no pelea con la gente. No hay personas que le generen desagrado de manera física o por su timbre de voz, no hay nadie que genere en sí las ganas de dañarlo, rasguñarlo, jalarle el pelo o regurgitarle.

Pero hay una persona con la que se da cuenta que desprecia mucho, que le dan ganas de golpearle la cabeza contra la pared, que la ve al espejo con ganas de decirle: ¡TE DETESTO! ¡ERES UN PEDAZO DE ESES!, ¡DEJA DE ACTUAR COMO SI NO TE IMPORTACE NADA DE LO QUE HACES! EN SERIO, ¡YA MÁTATE!, ¡NADA VALE LA PENA POR EL HECHO DE SER TÚ!, ¡MALDICIÓN!

En ese momento su mente se aclaró y al fin encontró a la persona con la que siempre pelea, con la que siempre tiene desacuerdos y que odia con todo su corazón… ELLA MISMA.

Y aquí es donde comienza esta historia.

Hemla es una persona detestable, tiene voz de idiota, su manera de caminar es estúpida; su forma retorcida y rara de ser no es normal. Tiene inseguridad y una manía por hacer dramas sin intención de hacerlos realmente. Tiene unos gustos muy jodidos y una forma de ser que, al momento de expresarse, la hacen parecer como una maldita retrasada.

Sus formas tan lamentables de tratar a su familia, amigos y personas que le llegan ayudar con temas personales.

Por otra parte, las relaciones (pareja) ¡están jodidas! Ella es capaz de conformarse con cualquier persona (independientemente del género de esta).

Ella es creyente del wiccanismo. Es nacida de una familia mormona ¡sí! De esa gente que va a tu casa a tocar para tratar de salvar tu alma y que no saben res-

petar las ideas de los demás. Ellos creen que un tal José Smith encontró unas piedras mágicas que traducen la biblia y está bien, lo respeto.

También pertenece a una familia llena de gente hipócrita y egoísta que dice no serlo, cuando en el fondo ella sabe que no es así. Y habla de todos incluida ella.

Esta muchacha tiene una adicción tremenda al ARIZONA, ya que como la bebida misma lo dice es “altamente adictiva” y no es broma. Ella tiene una colección de 22 latas vacías de estas bebidas.

A ella también le gustaría dejar de comer al 100% carnes. Esta idea parte, no tanto por volverse una persona vegetariana, sino por el hecho de pensar en la poca higiene que conlleva el consumir carne.

Por otra parte, usa maquillaje debido a que luce como un maldito desecho de perro en Chernóbil. Toda su apariencia física la odia y ¿Qué odia aún más? Su madre diciendo: “yo te dije que te cuidaras y que no comieras tantas porquerías por que ibas a engordar y te valió madres”, cuando la realidad es que el cuerpo de ella misma le importa un carajo.

A ella le da igual su cuerpo, tener o no senos. Tener o no una cintura de avispa como la que los malditos medios de comunicación quieren que tengas y meten en sus estúpidas y despreciables cabecitas. Tener el “culo ideal” y duro como de roca, todo eso a ella le importa un carajo. Así que solo le sigue la corriente a su madre para que no terminen discutiendo, porque si ella le contará lo que realmente siente, ella le diría. –deja de decir pendejadas, ¿quieres? - es por eso que ella no puede expresarse con su propia madre (otro detalle por el cual la odia).

La chica ya no es tan insegura por no tener la aprobación de los demás ya que por un momento fue

lo único que buscó, pero ahora le importa un comino.

Lo que ahora ella busca es su propia aprobación, la cual no logra conseguir por nada del maldito mundo. Siempre trata de ver buenas cosas de ella para después terminar llorando a las 3 am escuchando música alternativa, mientras seca sus lágrimas con su gata (la cual, junto con su perra, piensa que son lo más valioso de su casa). En el transcurso de la madrugada, ella también recuerda que cuando tenía 6 años, vio cómo su amigo era humillado y como los demás se burlaban únicamente para lograr atraer la atención de una niña que le gustaba.

También, se dio cuenta que su vida era una basura al igual que su familia (por ser unos hipócritas), mientras ella vomitaba a las 5 am. Se dio cuenta como ella generaba tanto drama y sentía frustración porque no sabía cómo controlarlo.

Era domingo 10 de noviembre y ella se encontraba escuchando: Oh Ana –Mother Mother Devil town –Cavetown Wires –The neighbourdhood Body –Mother Mother Así, escuchando esas canciones ella se daba cuenta que la describían a la perfección. Hablan de: una ciudad que está jodida y en ella viven personas con problemas y una persona de todas ellas, es la más jodida. También habla de una persona que es atada por unos cables debido a que desea expresar libremente sus ideas. Y por último, una sobre una persona que odia su cuerpo, no porque su cuerpo no se vea lindo, sino porque simplemente se siente incómoda en ese cuerpo y lo odia con todas sus fuerzas.

No hay respuestas que le complazcan, no hay días

soleados para ella, no hay palabras aún que pueda sentir y, en sus pocas esperanzas, esperará algún día poder perdonarse.

Deseret Villa, 14 años

MONÓLOGO CON EL AMIGO IMAGINARIO EL MÁS BORRACHO DE TODOS ELLOS

Por Mario Eduardo Ángeles

¡Salud, paisano! Je,je, ¡Qué andas haciendo? yo acabo de salir de esta cantina si así se le puede llamar a este cuchitril, ya me voy a mi casa, se acabó la fiesta, al menos que la quieras seguir, yo ya no tengo dinero, pero si tú pagas el cotorreo nos la seguimos; bueno, está bien, ya que insistes aquí tengo un guardadito; ya sabes también como son esas viejas locas de allá adentro, todo te lo quieren quitar, por eso yo me lo guardo acá; aunque me lo quería gastar con mi doñita, mañana, domingo, pero no le aunque, ya se la peló, nos lo pisteamos juntos, ni modo que qué, na’más no te me encimes tanto, no vayan a decir que somos jotos y a mí, que primero me comprueben lo contrario, ¿o cómo va la cosa?, algo así, ¿no?; creo que me torcí solito, ja, ja, ja; aste pa´llá que nos vamos a caer y todo el callejón está lleno de meados, y para acabarla de chingar, todos ajenos, ninguno mío, o de lo contrario, hasta yo solito me echaba un clavado; ‘ntons, ¿a dónde vamos? ¿cuál congal crees que esté abierto a estas horas?... Entonces pa’llá le caminamos, na’más apúrele, antes de que se nos baje la peda y nos salga más cara. Aquí entre nos, de compitas se lo digo, usted me cae re’bien, se ve macizote, en cambio yo, míreme, todo flaco, soy un guiñapo andando, ya no camino, floto, pero también soy a toda ley, jeje, no me vaya a salir usted quesque soy a toda ley, pero la “ley del monte”, ja, ja,

ja, no, tan indio no soy, ojalá y lo fuera, esos indios sí que son ley; yo soy urbano, no, no me llamo así, digo que soy de la urbe, soy de estos arrabales, una cucaracha de ciudad, respiro aire contaminado con plomo, bebo agua con pesticidas, le debo a Elektra; hago días de campo con la familia en la alameda central, y eso es cuando celebramos algo, cuando no, cualquier jardín público es bueno; desayuno diario una buena dosis de amargura; en el trabajo, me dedico a hacer mantenimiento de morales destruidas, es decir, soy coach de alcohólicos anónimos; sí, así es; usted se ha de preguntar como es que una persona que al caminar rebota más que una maldición dicha a la gente fufurufa, o lo que es lo mismo, rebota más que una pelotita de pinball, a la que mientras toque algo hasta puntos le dan, pero cuando ya no hay nada de donde agarrarse pierde, y se cae de hocico, y se rompe toda su mamacita querida; bueno, pues la noticia es que sí, de eso trabajo, “los padrinos” me dan un varo por subirles la moral a sus ahijados; nada que dos o tres mentas no puedan hacer, digo, eso de hablarles de cerca siempre puede ser un problema, por el aliento, pero si las mentas no lo resuelven, ni modo, se llamaba “ahijado” jejeje; nunca me han cachado, no los padrinos, pero sí ya he perdido a varios ahijados.

Bueno compa, aquí te quedas, ya llegamos a mi casa y aquí no puedes entrar porque está mi señora y no sé qué mañas tengas; disculpa, fue un error de cálculo, yo sé que íbamos a otro congal, pero con la charla, tan amena, me desvié y ni pedo, ahí te debo las putas para otra ocasión; ten, te doy para una charanda de aquí de la esquina y ahí muere, ya no te quiero ver.

Cuando iba llegando a casa, por una extraña razón, caminé hacia la esquina y, bien obediente, pedí la charanda.

ENTRE FRIJOLES Y ROMPOPE UNA TRISTE HISTORIA DE AMOR

Por Mario Eduardo Ángeles

Dos o tres tragos a la licorera y ya puedo empezar a escribir algo, nada interesante, eso es un hecho, todo directo a la papelera de reciclaje; licorera y media después, las palabras parecen organizarse a mi favor, fluyen, pero tengo que apurarme; después de un litro y un cuarto, la imágenes dejan de tener forma y aparecen distorsionadas en la pantalla; y sí se les ve por ahí, paseándose de incógnito, entre líneas, pero si se les descubre, echan a correr confundiéndose entre otros pedazos de imágenes, entre sombras o sobras y retazos, no importa, lo que importa es que lleguen a confundir al lector y pues no, eso yo lo veo muy mal, la verdad; así que mientras escriba con relativa claridad, escribo; pero no les puedo negar que ha habido ocasiones en que ya llevo dos litros de alcohol y sigo de necio, escupiendo palabras sin ton ni son, es más, qué digo escupiendo, vomitando pedazos de sujetos revueltos con predicados de trozos incompletos. Y toda esa asquerosidad queda regada por la pantalla de la computadora; un verbo por aquí, un objeto directo por allá, pisándole la cabeza a un circunstancial de algo por allá; viene mezclado el chocolate con el mezcal, los frijoles con la gelatina, la sal con el azúcar, los garambullos con el bacalao y las quesadillas con el rompope; el “anda pues” con el “corro de prisa”, el “amorcito mío” con el “ni lo intentes, que yo soy así”, el “ya me jodió” con el “como

tú digas” y el “¿y si terminamos?” con el “ni madres, yo soy la que te dejo cabrón”.

UN WHISKY EN BLANCO

Por Mario Eduardo Ángeles

Me voy dando cuenta que cada vez me sirvo más llenos los vasos de whisky, siempre me pasa; al principio empiezo con cantidades que apenas me permiten remojarme los labios y termino sirviéndome los vasos llenos; como quiera, eso es bueno, no soy de los que se lamentan por su alcoholismo, no le tienen vergüenza a la realidad, no a mi propia realidad.

El alcohol es un ser solidario siempre que tengo un gran dolor, una gran pena, siempre que hay algo que celebrar, algo que festejar o simplemente porque me da la gana y me quiero poner a pensar o a escribir, yo sé que no necesito estar alcoholizado para eso, pero lo prefiero, y tal vez no pienso ni escribo mejor, tampoco peor; es más, ni talento tengo; eso en sí mismo ya es un buen pretexto para ponerme ebrio.

Muchas veces voy caminando por entre la página, dando tumbos de orilla a orilla, de margen a margen, sin decir nada, solo hablando solo, pero sin decir nada. Así mi vida, recorriendo las calles de la ciudad en blanco, de esquina a esquina, de cuadra a cuadra, de dirección a dirección; salpicándolas de incoherencias, escribiendo imaginaciones mías, imaginaciones que no tienen fondo ni forma, y que se niegan a hablar por sí solas, si solo son una hoja en blanco, eso dicen, eso alegan; yo las oigo, será la magia del whisky, será que por

eso las oigo, por el whisky; en fin, creo que otra vez ya estoy muy ebrio.

Soy una persona que escribe solo para no olvidar, me gusta perder el tiempo haciendo cosas insulsas e insensatas; soy un ebrio incontrolable, drogo con mesura y sincero por pendejo. Con grandes ideas echadas a la basura, el autoestima sin pilas, con un cerebro que se exacerba a la primera provocación, difícil de contener y maleducado por gusto propio. Soy de hábil pensamiento, majadero de voz, bravucón de sentimientos y con tendencias suicidas; de acciones insospechadas, con escasos proyectos a futuro; soy una persona sin fe, y con esperanza en las cosas poco comunes. Tengo el ego desperdiciado, echado a perder y falto de fuerza...

LEJOS DE CASA

Por Paulina Romero Barrientos

I

Se disuelve entre notas el concierto de Aranjuez y traduzco experiencias fluctuantes en un vino tinto que hasta hace unos instantes era ajeno a mis papilas gustativas, en un pueblo olvidado de Dios donde no conocen mi idioma, hortensia quebrada con lumbre cubierta que no sabía morir en el pregón ausente, era yo en el camino del impávido tiempo en que te quise y fui hasta el meridiano, tú no estás y yo me siento en medio de un planeta que no es mío, aquí la oscuridad no embriaga y sus cantos, poemas descalabrados en versos escasos, he bebido ya tres copas, lo único que queda claro de este sitio es que con la mano izquierda se bebe y con la derecha se saluda.

II

Nombre de apóstol con onomástico nunca celebrado mientras vivas en altamar y yo espere en el muelle,

una Sagres me acompaña, dos, tres las que sean necesarias para igualar la cantidad de agua que los mares resguardan cuando tu barca se pierde, son botellas demasiado pequeñas, una no es suficiente, menos en la víspera de San Pedro cuando el pueblo está de fiesta y yo sola en la freguesía de madrugada, cerveza blanca, cuerpo medio, ligera, su amargor agradable a mi boca, los grados de alcohol no importan cuando el cielo y el mar se confunden al despuntar los primeros rayos del Sol, es lo único hermoso sin la efímera vida de la metrópoli.

III

Aguardiente fundido en el café de olla, hervido en los inviernos de mi pueblo, se extraña la tierra, el jarrito de barro donde se evapora el cielo a medio nublado y Dios me habla sin mesura, pareciera el mejor de mis amigos, me miro y estoy muy lejos, es culpa tuya, no conozco a nadie, no hay alguien que intérprete mis sentidos, la política, el gobierno, la iglesia, tu figura frágil, tu calle y la escuálida puerta de tu casa que nadie abre, tengo días que no hablo con mi madre, gente bebe cerveza en las banquetas, un líquido vital de oro, malta y soles que sacia la sed pero no los recuerdos

entrelazados en mi columna vertebral, en tu epidermis, después en la mía.

Nació en Querétaro, ha sido correctora de estilo y editora de diversas revistas, plaquettes y periódicos. Tiene dos libros publicados: “Las Noches de Arabia” (2003) por el Fondo Editorial del Estado de Querétaro y “Mariposas en Formol” (2015) publicado por Editorial El Humo tras haber obtenido una Mención Honorífica en el 1er. Premio Nacional de Poesía El Espantapájaros 2014. Participa en los colectivos “La Testadura Literaria” y Alphalabra.

PEDA DONDE NADA SE OYE (TRIBUTO PENDEJO A UN GRAN POETA)

Por David Cruz

Quise destapar una botella más, solo una, tal vez con

[ello se me quitaría el mal sabor de mente Solo una más para calmar la demente mantra Mente que demanda que esta masa quede

[inconsciente Sin ruidos y sin provocaciones de este “men” que

[quiere Té Ni de ningún otro que me impida levantar mi botella

[vehemente Desgarrar para siempre esta pulcritud incandescente Que el olvido desencadene lo que otros temen Temen y temen las grandes mentes Pero la mía no es grande, es ausente

No quiero la presencia del moralista decente Si te vas a interponer desaparezco, entre el ente y lo

[inerte Desgarra para siempre esta pulcritud incandescente Vaya gimoteo para un simple humano, que solo quiere [ahogar la botella de su cuerpo No te vayas, quédate y tráeme más fluido, Que mi botella vacía se encuentra en el desvarío Quiere beber más para llenar mi vacío Quiero llegar al fondo y verlo todo enturbiado y hendido Quiero pararme a reflexionar nada y brindar Empuñen sus botellas como en guerra, mueran las

[copas vacías Quiero dormir mis labios con sueños, enturbiar mi voz

[hasta decir todo lo no dicho “Men” ten de mi botella que la tuya ya no tiene licor,

[esta es vida Recupera los ánimos de la guerra perdida, entumece el [cuerpo pero no la bebida Llora y grita, vomita y cuando te sientas mejor no dejes [de hacerlo Que el tiempo se está agotando y nuestras mentes

[están acompañadas por la muerte Que tengo frío y miedo de no morir solo Y aún no encuentro el espacio para desfallecer Tengo la completa esperanza que de alguna manera

[existan cantineros esperando del otro lado No quiero desperdiciar mi alma en dolores absurdos

[del cuerpo Pronto todo terminará y solo habrá jaquecas Pronto tendré que volver a casa y perder la

[concupiscencia Mientras que la cruda trate la demencia… Nunca pararé de beber. Sin embargo se han quemado mis recuerdos y mi

[futuro está muerto He decidido claudicar para ir con doble a Silencio, sin ruidos y sin provocaciones éste “men”

[estúpido quiere Té

Hay que estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua. Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embrigaos.

Charles Baudelaire

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