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Por René Rivera Lozano

¿es MéxiCo CoMpetitivo en viajes de inCentivo?

Por: René Rivera Lozano Profesor Investigador Escuela de Turismo, Universidad Anáhuac L eo en la página de internet de Atout France, la agencia de desarrollo turístico de Francia, que sustituyó a Maison de la France: “…Francia cuenta con todo lo necesario para convertirse en un destino de primer nivel para la realización de eventos y una excelente elección para los incentivos...”. Líneas más abajo ofrece entre sus recomendaciones lo siguiente: “Reserve un helicóptero de Azur Helicoptere y vuele a Cannes hasta un punto panorámico para un picnic.” Recordemos que Francia es el país más visitado del mundo, en 2010 recibió más de 80 millones de visitantes internacionales. Y me pregunto: ¿En México tenemos las mismas capacidades de Francia para competir con otros destinos en este segmento de viajes de incentivos, tenemos los productos turísticos para proporcionar a los viajeros experiencias únicas de alto valor e inolvidables? Creo que la respuesta es un sí pero… México cuenta con innumerables ventajas comparativas pero necesitamos convertir éstas en ventajas competitivas. Es decir, contamos con una disponibilidad amplia de recursos naturales y culturales pero no siempre está presente la capacidad para generar valor añadido a partir de dichos recursos. En innumerables ocasiones se menciona la belleza de nuestras playas, la vastedad de nuestros vestigios arqueológicos y monumentos históricos, así como la insuperable calidez de los mexicanos como anfitriones, pero la cadena de valor es mucho más que sólo recursos. En particular en la cadena de valor de los viajes de incentivos, integrada por casas de incentivos, hoteles, empresas de transportación, servicios de alimentación, amenidades, destaca la participación del destino como principal motivador del desplazamiento y escenario de las puestas en escena de las experiencias turísticas. Es aquí donde se perciben algunos déficits en materia de infraestructura, servicios de comunicación, conectividad, cultura de negocios en la comunidad y requerimientos de capacitación, entre otros. Reconociendo el siempre entusiasta involucramiento de la OCV locales para realización de este tipo de viajes, lo que queda claro es que tenemos deficiencias en la entrega del producto. Si los viajes de incentivo son un producto que demanda altos estándares de calidad y autenticidad, los clientes perciben que no siempre se satisfacen sus expectativas para vivir experiencias únicas. Si bien existe una buena oferta para viajes de incentivos en reconocidos destinos de playa como los Cabos, la Riviera Maya, Cancún, Puerto Vallarta, entre otros, no podemos dejar de mencionar la potencialidad de los destinos turísticos de corte cultural. Si como ya se dijo, México dispone de una enorme dotación de recursos culturales; el reto es explotar esa potencialidad con creatividad e innovación. Para ello, citando sólo un ejemplo, las Ciudades Patrimonio de la Humanidad pudieran ser una marca que podamos explotar más, recordando que las marcas no son sólo identificadores de productos sino proveedoras de experiencias. En todo el mundo las declaratorias de la UNESCO son objeto de grandes programas de difusión e inversiones en infraestructura y equipamiento, lo cual redunda en la generación de valor para el destino. En México debemos ser capaces de incorporar más destinos de corte cultural a la oferta de viajes de incentivo, si se hacen más acciones de puesta en valor de los atractivos. Si el objetivo de las casas de incentivos que trabajan los destinos turísticos mexicanos es otorgar una experiencia diferente a los premiados, debemos remarcar que para ello es necesario generar valor en los destinos, no basta con tener los recursos y de esta manera no habrá duda que en México también podemos tener un extraordinario picnic en un lugar de sobresaliente belleza natural o cultural, que produzca una experiencia muy apreciada y recordada por los turistas.

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