La revolución dormida es un devastador tsunami de sensibilidad consagrado a la belleza dispuesto a inundarlo todo de poesía y pintura. Y no solo es eso. Es la Julia que conocí en Madrid, años después, tomando las riendas de su vida, derribando muros, volando libre, por fin, como un pájaro.
Texto de Carlos Roldán Larreta.
Julia Lasagabaster (Donostia 1965)
La traición a una idea o la mala praxis de ella hacen que quede encerrada en el mundo de los sueños, de las utopías; de forma que queda en el silencio, dormida. También la traición al verdadero ser, a las auténticas pasiones, al propio mundo interior, por miedo a ser tan distinto del resto. Yo nací en una familia en la que me sentía bicho raro. El arte, la poesía, no eran asuntos prácticos...