Todas las mujeres alguna vez

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Todas las mujeres alguna vez

Tarha Erena Alora Sarmiento Lรณpez

Ilustraciones de Irene Bofill

Colecciรณn biblioteca incร mpleta / 03


Publicado por: L.U.P.I. (La Única Puerta a la Izquierda) PRIMERA EDICIÓN Mayo 2019 Textos: Tarha Erena Alora Sarmiento López Ilustraciones: Irene Bofill Revisión de textos: Laura Sañudo González Fotografía de solapa: Maica Luis Coordinador de la colección: Juanje Sanz Colección biblioteca incÖmpleta / 03

ISBN: 978-84-949826-0-6 DEPOSITO LEGAL: BI-674-2019 Impresión y encuadernación: Reprográficas Malpe, S.A. Apdo. Correos 64. 48910 Sestao, Bizkaia. España info@launicapuertaalaizquierda.es http://launicapuertaalaizquierda.blogspot.com.es


Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero. Alejandra Pizarnik


Gracias a todas las mujeres que me acompañan o me acompañaron en mi vida: a mi madre, a mi abuela, a mis hermanas, a mis tías, a mis amigas. Las que están y las que ya no están, las que forman parte de mi árbol genealógico y las que la vida me regaló por sorpresa.


INTRODUCCIÓN Todas las mujeres alguna vez es un homenaje a la diversidad de mujeres que viven en nuestro interior. A todas las voces que escuchamos, las que nos aconsejan y nos juzgan. Todas las mujeres que forman parte nuestra. Todas alguna vez nos hemos puesto en la piel de las otras mujeres. Todas las mujeres alguna vez hemos sido sabias, niñas, amantes, madres, exploradoras, locas, profundas, intelectuales, sufridoras. Cuando miro a otra mujer a los ojos siento como si me mirara en un espejo, porque la que tengo enfrente de mí, también podría ser yo. Todas venimos de un mismo lugar, que es un vientre materno. Todas hemos sentido lo mismo, hemos pasado por lugares parecidos, nos hemos sentido tristes, alegres, cansadas, despreciadas, agotadas, humilladas, ninguneadas. Pero también nos hemos sentido felices, placenteras, locas, tranquilas, satisfechas, completas, respetadas y amadas.

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AsĂ­ que entre tĂş y yo no hay tanta diferencia. Alguna vez, todas las mujeres fuimos otras. Alguna vez pudimos vernos en los ojos de otras. Alguna vez todas la mujeres.

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La niña



El vacío

La niña necesita, imperiosamente, que le aplaudan. Soy niña cuando tengo hambre o sueño y quiero satisfacer mis deseos rápidamente. Sólo existo yo con una necesidad enorme y con unos ojos, una boca y unos brazos gigantes que necesitan una cantidad ingente de comida, miradas o abrazos. A veces, siento un agujero muy grande, un vacío enorme, un gran agujero negro que lo devora todo.

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A veces, me siento como una niĂąa perdida en un parque de atracciones


La madre


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Escuchar a la voz de la intuición

Escuchar a la intuición, esa voz clara y sabia que nace desde el interior más remoto, más antiguo. Seguir esa voz como una brújula para que me guíe en un bosque oscuro, en una montaña, en una ciudad ruidosa, a la hora de elegir personas, lugares, comidas, situaciones y tomar decisiones. En ocasiones, cuando tengo mucho ruido en mi cabeza, la voz se escucha tan bajito que casi no puedo percibirla, es entonces cuando siento que debo escucharme más atentamente. Elegir esa voz sabia entre tanto ruido. Saber elegir entre todas las voces, ir apagando poco a poco las demás para quedarme con la voz que se acerca más a mi corazón, la que no suele equivocarse.

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Es escuchar la intuiciรณn, esa voz clara y sabia que nace desde el interior mรกsremoto, mรกs antiguo


La sufridora



Bailar hasta el final

Y siempre la misma pregunta sin respuesta: ¿Por qué a mí? ¿Por qué en este momento? No quiero respirar este aire contaminado, me quema, me ahoga, me agota en partes iguales. Necesito aire nuevo. Nuevos días con diferentes amaneceres,encender las luces y bailar hasta el final. Al final del laberinto estás tú, en el corazón de la tierra y de la humanidad. Todas las personas somos merecedoras de estar en el laberinto, todas tenemos nuestro lugar en el mundo.

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Al final del laberinto estĂĄs tĂş, en el corazĂłn de la tierra y de la humanidad


La guerrera



A veces soy una guerrera

A veces soy una guerrera y se despierta en mĂ­ una fuerza incontrolable, se despierta una justiciera que lucha contra lo que le duele. Entonces escucho mi fuerza como un tambor que retumba en mi interior con un ritmo ancestral, un ritmo que ya bailaban otras mujeres alrededor del fuego, que pintaban sus cuerpos con pintura de guerra preparĂĄndose para enfrentarse a sus propias sombras, despuĂŠs de gritar su nombre en el silencio de la noche. En mi pecho se enciende un fuego rojo brillante, una llama grande que pueda incendiar un bosque entero a mi paso.

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En mi pecho se enciende un fuego rojo brillante, una llama grande que pueda incendiar un bosque entero a mi paso


¿Y tú? ¿Con cuál te sientes identificada hoy? ¿Cuál de ellas te susurra?



ÍNDICE Introducción

10

La niña

15

La madre

27

La sabia

39

La sufridora

47

La guerrera

55

La amante

63

La aventurera

71

La amiga

79

La loca

89

La profunda

97



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