Un ansia imprevisible

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PRIMERA EDICIÓN: Mayo 2018 Ilustraciones: Detritus Presentación: Idoia Castillo de Arbaiza Diseño y maquetación: L.U.P.I. Coordinador de la coleción: Juanje Sanz Derechos exclusivos de esta edición: A. C. La Única Puerta a la Izquierda Colección: Experimental 12 Patrocinado: Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamientos: Bararakaldo, Basauri, Gernika-Lumo y Sestao ISBN: BI-802-2018 DEPÓSITO LEGAL: 978-84-946568-9-7 Impresión y encuadernación: Reprográficas Malpe, S.A. Apdo. Correos 64 · 48910 Sestao, Bizkaia. España info@launicapuertaalaizquierda.es http://launicapuertaalaizquierda.blogspot.com.es



DETRITUS embistió en mi camino con la fuerza estética de un bisonte que, suspirando hubiera cobrado Vida, que respirando hondo, hubiera podido despegarse y desprenderse de las membranas que desde tiempo inmemorial lo envolvían y unían al lecho sagrado del santuario paleolítico de Santimamiñe. Aquella naturaleza no humana que parecía haber atravesado las paredes de toda lógica espacio temporal, se encontraba ante mis ojos…Eran los años 80 del pasado siglo, en la entrada de la antigua Facultad de Bellas Artes de Leioa, cuando conocí a Detritus que vestía un imponente abrigo por él pintado- estampado con las imágenes que en aquel templo dejaron nuestras antepasadas-. Ese manto que entonces lo cubría clamaba una ”auto-marginación” que más tarde sustituiría por éste otro mensaje; “Estamos todas amenazadas”. Rondaba lo que parecía ser una leyenda urbana que decía que Detritus dormía en un ataúd, pero era cierto… Su imagen nunca ha sido mera apariencia, sino el hábito de un elegante caballero que acompaña y cuida en su cueva a la Dama de la Belleza del Mundo que habitamos, profundamente debilitada, y que compone odas para paliar su agonía, de la que es fiel e inconsolable testigo. Es quizás por ello que nuestro amable caballero, además de la pintura, haya cultivado durante tantos años el ensayo y la poesía con una tan grave como delicada sensibilidad que ha hecho de él una persona que atesora un alma noble y sabia… Pero sufría, pese a su incansable catarsis por la belleza, sufría. Pese a su incansable catarsis, por la belleza sufría. Muchas son las poéticas e incluso libros que el esteta donostiarra ha sellado con su impecable caligrafía y talento innato, pero hoy asistimos a la primera y muy esperada edición del último de ellos: “Un ansia imprevisible”.


Un libro sin duda forjado a base de una férrea auto-disciplina de la que es ejemplo, pero además, acuerpado por su “daimon” apasionado, aquel duende juguetón –que no demonio- que en él reside y que siempre nos encandila… Pues es tal su “gracia animal” (como dijera Bowie de Lady Stardust) que; ante tanta fealdad dogmática y mal gusto institucional -contaminado de una ética abyecta que prostituye a la cultura como mercancía-, aún con todo ello, logra sobrevivir y aunque herido, llega a afirmar: “La mente escrupulosa consigue asumir el hecho de vivir”. De ahí la necesidad vital de ésta poética que pese a mostrar el desgarro, se presenta como terapéutica, sanadora y de un calado absolutamente original. La potencia bestial de sus imágenes sigue acechándonos aún si cabe con más fuerza pues ésta vez está inspirada por la muy meditada y acertada reflexión sobre el binomio ciencia-capitalismo. Por todo el afán que durante tantos años ha invertido en demoler a pinceladas ésta realidad asfixiante y caníbal que impone el falso desarrollo- especialmente ensañado con los femeninos cuerpos-; junto al mismísimo Robert Graves sitúo a Detritus; esto es, nos hallamos ante un capitán de los poetas que sí aman a las mujeres. ¡Gracias por ello hermano! Y en su nave junto a Terpsícore, la musa, se deleita… Es conocido el gusto por la danza extática de nuestro glamuroso dadaísta, quizás por ello en el “ansia” se escucha una suerte de banda sonora pop, no docta, al ritmo de la cual podremos bailar por encima de la “uniformidad de la sumisión” y chapotear sobre el “despotismo uniformador”, de todos esos percentiles con los que hacen de nosotras rebaño.


A nuestro bello bailarín le redime ser un hombre “entusiasmado”, pues este “estar en lo divino” o “estar poseído por alguna divinidad” (como los griegos dotaron de significado al término), lo inicia en el misterio y lo enlaza a la “manía” (delirio o locura) filosófica necesaria para entrelazar preguntas y formular propuestas que le ayuden a alcanzar la Visión. Nada mejor que sus palabras para describirla; “La estética es un ansia imprevisible. La belleza quiere dotar a la vida de atractivo sin erigirse en una autoridad (…) la fascinación por la belleza es antiautoritaria. ¿Cómo conseguir que la motivación de la belleza sea un efecto mental permanente que no se desvanezca como los demás estímulos sensoriales? Con la integración de la experiencia estética en una poética y por el entusiasmo del acto creativo” Pero se trata de una cosmovisión propia que de ninguna manera pretende enseñorearse en vida ajena, como hace la imposición del “deber ser”, al que el siempre cambiante Detritus, ahora convertido en púgil, combate a su manera en su impecable lucha: “Prefiero crear emociones sin el comedimiento de si habré acertado o seré inverosímil” Aun siendo este alzado en singular “defensa propia”, una más que divertida además de descarada y desafiante afirmación: “Tenéis razón, pero paso ”, se convierte en el nuevo himno, la nueva consigna con la que aquí y ahora el esteta nos recrea y conforta. Ditirambo que humilde, como es él en esencia, entona embriagado de tanto poder dominante, encarándose a las exigencias del binomio, girando sin fin en su lucha desobediente por la Vida.


“Se trata de diferentes estrategias de asumir la vida” (….) la estética, una teoría científicamente errónea pero poéticamente admirable. Y por ello irrefutable. En la cultura estética que defiendo no se postulan los prepotentes valores absolutos, los valores vinculantes. La estética no aumenta las prohibiciones ni coacciones, es la satisfacción personal. Se reivindica la confianza en uno mismo-a”. Detritus, cachorro parido por las entrañas de La Gran Madre, caballero de la belleza trágica de la vida, glamuroso dadaísta, esteta danzarín y filósofo entusiasmado, se nos aparece ahora, en “Un ansia impredecible”, como SORGINA, como creador de realidades –de “como si”, de “simulacros”posibles y deseables. Y desde su radicalmente insumisa propuesta nos convoca, en círculo de iguales, al AKELARRE ESTÉTICO. “SALUD Y BELLEZA”. Idoia Castillo de Arbaiza


















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