Por Isabella Londoño
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asi nadie conoce Bellas Artes, aun cuando esta es la institución de educación en arte más antigua del valle del cauca, casi nadie conoce Bellas Artes… aun cuando Edgar Negret, Omar Rayo, Oscar Muñoz, Luis Carlos Figueroa, Santiago Velasco Llanos, Hugo Candelario, Helios Fernández, Jorge Herrera, Lucy Martínez, Yolanda García, Rukita Velasco, Aída Fernández, e incluso la adorada Fanny Mickey (y los que faltan) se formaron entre las paredes blancas y rojas de esta institución, casi nadie conoce a Bellas Artes. Y como casi nadie conoce Bellas Artes, a casi nadie le importa el problema cíclico de orden económico que atraviesa cada tanto y que amenaza constantemente su sostenibilidad y su “capacidad de crecimiento y consolidación como la institución universitaria de artes que el departamento del Valle del Cauca necesita”, para citar palabras propias del Manifiesto que lanzó el mes pasado la Asamblea General de la insti-
tución (consolidada debido a una de las peores crisis financieras a las que se ha enfrentado la comunidad durante los últimos años) Bellas Artes le ha apostado y aportado al desarrollo sociocultural del Valle y del país durante 80 años, no solo en programas de educación pública y de proyección social en los diferentes municipios del departamento (generando un impacto directo especialmente en poblaciones de alto riesgo, “ofreciendo espacios de desarrollo humano que aportan a la reconstrucción social, a través del arte y la cultura ”) si no también grandes eventos como el Festival Internacional de Títeres (uno de los festivales más antiguos en Latinoamérica), el Festival Internacional de Arte de Cali, el Simposio Pensar a Cali; así como la creación de
una política de proyección social encaminada a la formación de públicos y que cuenta con espacios de entrada libre como Beethoven 7:30 y la temporada de Teatro a la Valenciana. “Actualmente, Bellas Artes atraviesa una coyuntura institucional de índole política y financiera, que pone en riesgo su estabilidad y sostenibilidad como patrimonio cultural del Valle del Cauca. Este problema presupuestal no sólo afecta directamente la estabilidad laboral de los servidores públicos que prestan el servicio en el campo de la formación, la investigación
Fotografía por: Laura Londoño
y la creación en arte; sino también, a los estudiantes, padres de familia y artistas que hacen parte de esta comunidad educativa y cultural”.
Coyunturas como la que sufre la Institución en este momento,( no solo no ha sido reconocida como una Institución Universitaria, si no que al carecer de una visión clara y una política acorde a su naturaleza, Bellas Artes carece de una categoría de financiación adecuada y por ende se ve resignada a correr dentro de un rubro financiero de la gobernación que impiden su estabilidad y sostenibilidad así como una verdadera financiación que realmente cubra con sus gastos de funcionamiento y que le permita el desarrollo propicio y digno de su misión educativa e investigativa en arte) nos hace preguntarnos por el valor y la dignidad que realmente se le ha otorgado a una Institución casi única en el país; por el lugar que, como habitantes de este departamento, le hemos dado a un patrimonio cultural, a este sueño que es Bellas Artes y que aún no hemos visto cumplido; a preguntarnos si no vale realmente la pena puesto que aun con las uñas esta institución posee programas certificados con alta calidad, ofrece programas únicos de educación complementaria en artes como lo
son el Bachillerato Artístico en Teatro y toda la educación básica y media del conservatorio Antonio María Valencia. Como desparecer no es una opción, actualmente la comunidad académica de Bellas Artes, armada por un ejército de estudiantes y docentes con instrumentos, pinceles, máscara y diseños, ha generado todo un movimiento de visibilización de esta institución, despertando no solo en la ciudad de Cali si no alrededor del mundo, el interés y apoyo hacia una meta en común y es otorgarle a esta Institución la dignidad y el lugar que se merece tanto en las políticas administrativas y financieras como en el corazón de todos nosotros. Siente Bellas Artes es una campaña que busca generar sentido de pertenencia, hacer visible y reconocer “La Institución de Artes” que es BELLAS ARTES, el tesoro histórico y sociocultural que más que una Institución de Educación Superior, es un legado de ya 80 años que debe ser preservado y alentado por todos los Vallecaucanos. ¡Por la dignidad y el derecho humano del desarrollo del ser creativo-artístico, apoya esta noble causa!
Fotografía por: Laura Londoño
Es importante resaltar que este tipo de coyunturas cíclicas responden a una ausencia que poseemos dentro de nues¬tras políticas públicas y administrativas y que detonan de un vacío cultural de los colombianos y es que, dentro de aquellas políticas y en el marco de pensarnos como sociedad, el arte no posee un espacio verdadero como generador de humanidad, un espacio inmerso dentro de lo social y su evolución.