Las escaleras de la granja

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Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. UNC

Maestría en Diseño Arquitectónico y Urbano

Teoría de la Arquitectura Moderna y Contemporánea:

Espacio, estructura, envolvente, medida y color como materiales de proyecto

Profesor: Ana María Rigotti

Alumnos: Joaquin Respuela y Leandro Giraudo

Obra seleccionada:

Escaleras de la granja - 1997/2000. Paseo del Recadero, Toledo, España.

Autores:

Elías Torres Tur y José Antonio Martínez Lapeña

Introducción: El plan y el proyecto - la parte y el todo.

Las escaleras de la granja de Toledo surgen de dar respuesta a un tipico problema de las ciudades de cascos históricos densos, compactos y situadas en posiciones elevadas y limitadas, generalmente por murallas, como es el caso en la ciudad de Toledo en España: La accesibilidad al centro y el tráfico vehicular interior. Para la solución de estos temas se plantearon a través de los años distintas soluciones que se concentraron en mejorar y ampliar los accesos desde distintos puntos con conexiones a estacionamientos externos y anexos a la ciudad para bajar el caudal y dar servicio de estacionamiento a residentes y visitantes, como son los proyectos de Miguel Fisac en 1994 y de Rafel Moneo por ejemplo.

Joan Busquets, encargado de elaborar en 1993 el plan especial para el centro histórico de Toledo, fue quien luego de un estudio detallado

de ciudades italianas y suizas con características similares a las de Toledo, descubrió en la ciudad de Perugia un ejemplo singular: una ciudad que organiza la viabilidad por medio de estacionamientos exteriores y escaleras y ascensores en el borde y que permitían acceder al casco histórico resolviendo el transito interior. Es en este plan aprobado en 1997 donde se plantean y detallan los proyectos especiales del plan que darían respuesta a los problemas de la antigua ciudad: ensanchamientos del área urbana, estacionamientos, remontes desde cotas más bajas, espacios de plazas y jardines, miradores, zonas de equipamientos, sectores de actuación residencial y zonas de reurbanización como plazas y ejes urbanos.

Para el proyecto del remonte, un acceso peatonal con diferencia de cota, del paseo del recadero, Busquets elije a los arquitectos Elías Torres Tur y José Antonio Martínez Lapeña que en 1995 ya habían empezado a desarrollar un proyecto:

Vista aerea del la subida de la granja y la diputación de Toledo antes de la intervención

“Las escaleras mecánicas se apoyan en la ladera del Recadero, un terreno en pendiente entre la muralla medieval que va de la Puerta de Bisagra a la Puerta del Cambrón y la calle Subida de la Granja, que discurre a los pies del edificio de la Diputación. El estacionamiento se ha construido bajo la explanada del Paseo de Recadero, una zona exterior pero contigua a la muralla. El desnivel entre la explanada y la zona más alta de la ladera, junto a la Diputación, es de 36 metros”

A modo de resumen el proyecto de las escaleras de la granja parte de un estacionamiento subterráneo para 400 autos paralelo a la muralla norte y entre la calle paseo del recadero y la puerta de la bisagra, uno de las accesos más emblemáticos de la ciudad, antigua y actual llegada a Toledo desde Madrid. Sobre este estacionamiento se desarrolla una plaza que de acceso una nueva puerta bajo la muralla existente. Desde este paso se llega a un patio de luz en que se bifurcan 2 caminos peatonales: uno

hacia la izquierda sigue una senda peatonal hasta llegar a la calle Subida de la Granja y el otro, a la derecha el de las escaleras mecánicas de seis tramos que ascienden a en forma de zigzag permitiendo, por un lado, adaptarse a la topografía y, por otro, evitar la sensación de vértigo terminado en el nivel superior en un mirador frente a la Diputación de Toledo.

Los autores
Plan especial de Toledo

El espacio: percepción en movimiento

Entendemos el espacio de esta obra como el camino que el visitante debe recorrer (espacio físico material y su extensión) porque está pensada desde el punto de vista del observador y de la necesidad de unir dos cotas y generar un flujo dinámico entre la ciudad histórica y la nueva Toledo.

Gracias a esta reflexión, lo analizamos en función de los diferentes espacios que se suceden en el recorrido, teniendo en cuenta sus límites y en el cual identificamos 3 tipos de áreas: zonas cubiertas, zonas con superposición de planos y zonas descubiertas. Las zonas cubiertas son los accesos: uno desde el paseo recadero (cota inferior), el cual es acompañado por dos muros a modo de contrafuerte que apuntalan la muralla pre existente la cual es una de las partes cubiertas más bajas entrando a un espacio angosto y muy acotado desde donde se dividen dos caminos ascendentes, uno con

escaleras mecánicas y otro con escaleras normales y rampas. Este espacio tiene una proporción trapezoidal y nos da una sensación de estar dentro de una caja deformada. Los otros dos espacios cubiertos son los accesos superiores que actúan a modo de puerta del casco antiguo y de miradores urbanos en donde las cubiertas (un plano poligonal y otro triangular) se desvinculan de la longitud de los muros perimetrales y se sustenta a través de pilares metálicos que nacen de la ladera (únicos vestigios tectónicos del proyecto). Luego identificamos una zona de superposición de planos o de espacio semicubierto en el accenso-descenso de las escaleras mecánicas. Son 6 tramos con sección en forma de G variable, actuando de contrafuerte y en donde uno de sus bordes se desmaterializa completamente generando una raja continua (la visera) acompañando la topografía existente y generando vistas en todo su recorrido lo cual lo convierte en un espacio de apropiación visual muy extendida por la diferencia de altura que hay entre el interior y el exte-

rior. Por ultimo encontramos el recorrido en escalera desde el Paseo Recadero, hasta la puerta de acceso inferior de la subida a la granja, que se produce a través de un espacio descubierto y que se adentra hacia la muralla. Aquí el proyecto realiza varios movimientos y los límites pasan a ser continuidades o proyecciones abstractas de un espacio abierto.

Como resumen espacial podriamos decir que las escaleras de la granja o el remonte de Recaredo, como también se lo llama, es un proyecto con énfasis especial en la percepción del espacio arquitectónico y en el dialogo a través de él con el patrimonio urbano. Es un camino que permite experimentar el espacio interior con sus alturas cambiantes, sus planos inclinados y demás cualidades pero del que siempre se percibe el paisaje y las perspectivas en diagonales diversas del valle o la vega del rio Tajo, el casco histórico de la ciudad y la nueva Toledo (de abajo). Un recorrido que tanto interior y exteriormente logra crear esa “atmósfera” de la que

habla Zumthor y que refiere a la buena obra de arquitectura.

Fotos de izquierda a derecha: 1 Acceso desde la plaza sobre el estaciomamiento 2 Punto de bifurcación 3 Uno de los tramos de escaleras mecánicas

La estructura: el muro que lo es todo

A contramarcha del devenir histórico de la arquitectura (el paso desde lo estereotómico a lo tectónico) el criterio estructural adoptado por los arquitectos es totalmente estereotómico: es una estructura muraría que remite a la muralla antigua de la ciudad, sólida y maciza, donde la fuerza de la gravedad se transmite de una manera continua e indiferenciada, entre techo, muro y piso. Es una arquitectura pesada, completamente desarrollada en hormigón armado. Es masa horadada, es roca de la misma montaña, que se perfora de forma continua y lineal, paralela a la pendiente, permitiendo el ingreso de luz y la relación constante con el paisaje.

Es la vuelta atrás a la modernidad clásica (ossature, armazón, esqueleto) en la que la superación de la estructura muraría por un esqueleto de columnas y vigas de hormigón o acero resolvían de forma independiente la función portante.

Acá, el muro aúna el fundament, el herd, el wand y el dach de Semper, el muro es piso, cobijo, camino, visera, baranda, rampa, escalones, etc. Las escaleras de la granja son un despliegue de la propia muralla y construidas a su imagen, casi, con sus mismas piedras. No existen nudos, juntas ni articulaciones entre los elementos estructurales, no hay rasgos tectónicos (con excepción a los propios de las escaleras mecánicas y a unas columnas metálicas eventuales) la forma es estructura y la estructura genera la forma. En este sentido, los conceptos estructurales de las escaleras de la granja fusionan un poco las ideas de Eugène Viollet Le Duc cuando habla que es la estructura el principio generador de la forma arquitectónica con la cualidad plástica del hormigón armado a la vieja usanza de Le Corbusier.

Las escaleras mecánicas, parte fundamental del proyecto, se apoyan sobre una cimentación de hormigón a 30 m de profundidad y están acompañadas en una de sus caras por un muro de contención de tierras, paralelo al plano inclinado de la ladera, que a su vez soporta una cubierta inclinada. Este techo no respeta la pendiente de

El muro como contención y escalera El muro como visera y ventana El muro como paisaje

la ladera sino que se levanta ligeramente, como una visera, para hacer aparecer una larga y continua abertura, un tajo en el suelo, que acompaña el zigzag de las escaleras, desde en el que se puede observar a medida que se asciende la rivera del rio Tajo y la nueva ciudad de Toledo, acabando el recorrido en un mirador cubierto.

Esta grieta de luz, este corte de la montaña es el elemento más representativo de la obra. La solución estructural que lo permite es un conjunto o una serie de secciones en voladizos de hormigón armado que se cubren superiormente mediante terrazas verdes. Toda la obra se construyo con un mismo material monolítico y continuo, hormigón armado.

La envolvente: muralla plegada

Esta constituida casi en su totalidad por cubiertas y paredes de hormigón sobre el cual se marcan las betas del encofrado y un suelo de hormigón pulido. El límite del suelo solo está interrumpido por el adoquinado de la calle en los ingresos y el metal propio de las escaleras mecánicas.

La palabra hormigón deriva del término formicō (o formáceo) del latín, que representa las características de ser moldeable o dar forma. La forma de la envolvente es el resultado de este moldeado, de este repliegue sobre la ladera, de

esta incrustación en la ladera. Aparece la visera como elemento de protección a las inclemencias del tiempo, y de sistema de recolección y canalización de aguas pluviales que también es definida y moldead por el hormigón.

Dos detalles en los que el proyecto se desarrolla, son de un interés importante y definen la composición de la envolvente interior, como es la recogida y evacuación de agua de lluvia y la baranda o pasamanos. Este último elemento surge de la relación con la topografía, la forma y el concepto de grieta, apareciendo un elemento metálico que recorre en toda su longitud a una cota constante de 90 cm. El otro detalle es la recolección del agua de lluvias mediante una operación geométrica de separar las escaleras 8 cm de los bordes, pudiendo dirigir el agua que se pueda filtrar al interior actuando de canaleta continua.

Si bien la solución constructiva realizada casi en su totalidad con hormigón armado posibilito la superación de las dificultades del proyecto, también supuso un desarrollo de obra muy complejo por los problemas de cimentación a gran profundidad, por la localización en un terreno inclinado y la dificultad de trabajo y por su relación con elementos históricos existentes.

Sección general del proyecto

La medida: entre la escultura y la infraestructura

En esta obra no hay ningún parámetro de que los proyectistas hayan tomado una geometría base, modulo base o un ritmo repetitivo como elemento estructurante de composición. No hay grilla, no hay trazados reguladores, no hay fuste ni basamento. Si descomponemos el espacio principal integrado por los tramos de escaleras mecánicas, vemos que todos estos tienen una similar sección pero de distintas medidas y que suponemos devienen de la topografía donde la arquitectura se integra y de las dos lógicas antes mencionadas, la visera que protege y permite ver y la baranda que corta y define la relación del suelo.

Si existe una medida funcional y que sostiene el ascenso y son las medidas propias de los 6 tramos de escaleras mecánicas, tanto en el des-

nivel que salvan como el el ancho liberado para la circulación de los peatones.

Este espacio está divido en 3 segmentos, 2 de escaleras mecánica y uno peatonal, siendo esta medida en ancho la única que se mantiene en todo el espacio interior. Diferentes ángulos de desarrollo y de pendientes en paralelo a la gradiente de la montaña definen las medidas interiores. Llevan la constante de ser variables y se leen como el espesor necesario para soportar las cargas sometidas del peso de la cubierta que en este caso es la tierra natural. Una de estas medidas variables es la inclinación de los voladizos sobre la cavidad, la visera. Modificando la pendiente se genera un plano de mayor inclinación, donde la sección de hormigón disminuye, pero a su vez el largo aumenta y permite que el propio terreno reconquiste esa parte de superficie natural incorporando flora existente.

Otra de las medidas variables en el proyecto es el acceso desde la calle a la subida de la granja donde el muro perimetral cambia su altura, arrancando desde un pequeño escalón hasta llegar a un muro de más de 4 metros que acompaña la entrada. Podemos definir a casi todo el conjunto como una composición topográfica de medidas nunca repetidas.

Secciones en forma de G Detalle de sección en forma de G

El color: desde el territorio al detalle:

Toda la obra, todo el muro, se construyó con un hormigón armado de color terroso, bien similar al ocre y esta coloreado con una gama de colores típicos de la arquitectura de Toledo. En este punto el proyecto buscar a través del uso del color un dialogo con la muralla, con la ciudad misma y con el patrimonio Toledano. En este caso podríamos decir que se vincula a las ideas de Loos cuando habla que el material es el color de la arquitectura. También podemos citar a Kahn cuando dice que el color procede de los materiales como forma natural de expresión y creación de una atmósfera única, particular. En las escaleras de la granja la luz, y su reflejo teñido en los planos de hormigón son parte de la textura del espacio, un concepto del que nos gusta hablar en Córdoba. Las ideas de Kahn sobre "lo que el material quiere ser", o las de Wright de "la naturaleza de los materiales" parecen fundirse en esta obra, lo que para nosotros termina de darle la nobleza y la pertinencia que esta obra tiene.

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