LEAN 2.3 abril 2011
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sirviéndoles y proclamando las buenas nuevas. Las opiniones expresadas en las páginas de esta revista son responsabilidad de los autores. La revista se publica cada mes. Para suscribirse puede hacerlo gratuitamente en suscripcion@leanlarevista.com. Para efectuar un donativo favor de referirse a contacto@leanlarevista.com www.leanlarevista.com
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Índice Editorial
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Por qué es posible hablar de una teología latinoamericana
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El “instante” como una estructuración del método
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Licda. Karla Morales
Lic. Luis José Rueda
Una opción preferencial por los pobres y oprimidos: La vida de Monseñor Romero Lic.David Campos
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Diálogo Lic. Manuel Suyán Novato y sabiondo José Carlos Gutiérrez
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Algunas Confesiones Elsa Támez
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¿Qué es la Teología de la liberación? Shealtiel Durán
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Recomendaciones
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Editorial L
a teología se realiza en un contexto determinado. Sin embargo, para nosotros, los que somos latinoamericanos, tras largos siglos de bagaje en el quehacer teológico procedente de Europa, pareciera un reto inalcanzable realizar una teología propiamente de América latina. No significa esto un rechazo por aquellas grandes obras realizadas por hombres y mujeres de Dios, pues eso sería despreciar los dones divinos. Lo que se busca entonces es hacer esa teología estando en la iglesia que no tiene terreno para construir un templo, pero también con los niños que tratando de olvidar su soledad se dan sus ‘pericazos’ en los parques donde debieran jugar y reír sin preocupaciones; con las jovencitas de catorce, quince años, que fueron embarazadas por un tipo que les prometió la luna y las estrellas; con las abuelitas que tienen tanto que contar y enseñar pero que no tienen quien las escuche, ni siquiera sus familiares; con los chavos que juegan futbol en las calles con un balón intercambiado en la tiendita por tres taparroscas de coca-cola y porterías marcadas con tabiques tomados de la casita sin terminar de alguno de ellos; con los bebés abandonados… Esas escenas propias de América latina son las que deben movernos en nuestro quehacer teológico. Por ello, lo escrito en este número ha sido un gran reto y de aliento para todo el Equipo LEAN. Pues buscamos que la teología expresada, no sólo en esta publicación sino en todo lo emprendido por LEAN, tenga ese sabor a pupusa, a mole, a tamal. Que ustedes, hermanos, puedan identificarse con ello y podamos hacer teología así, en comunión, desde abajo. ‘Teología de América latina para el mundo’, ese es nuestro deseo, nuestra meta. Por supuesto, un fascículo no será suficiente, pero es un comienzo, una invitación a cada uno de ustedes. Y con el corazón en la mano, esperamos que respondan a su sociedad que tanto necesita no de un discurso sino de una teología encarnada en cada uno de nosotros.
En el amor del Señor, -Shealtiel Durán Badillo.
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Por qué es posible hablar de una teología latinoamericana Licda. Karla Morales
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¿Acaso es posible que la teología tenga nombre y apellido? Pareciera que la teología se regionaliza al agregarle que sea latinoamericana. También se puede creer que se corre el riesgo de un provincialismo o a la vez de un aislamiento. La teología aunque tenga apellido por ahora en este artículo, refleja algo más. Pues la teología ya sea latinoamericana, americana, europea o africana no sólo es una posibilidad sino aún más una realidad inminente. La razón subsiste en que cada ser humano está inmerso en un contexto particular, con necesidades, limitaciones, condiciones, facultades, prácticas y hábitos que determinan su realidad social, así que el estudio acerca de la persona de Dios lo debe hacer desde esa propia experiencia. Por eso sí es posible hablar de una teología latinoamericana. Ahora bien, ¿Cabe la posibilidad de que la teología latinoamericana en un inicio buscaba su propia identidad? Bajo los paradigmas de los conquistadores la teología surgía únicamente con autorización de los catequistas quienes discutían y permitían el desarrollo del cristianismo durante la colonización. La pregunta más bien sería si ayudaron a pensar teológicamente o crearon un
concepto de adiestramiento doctrinal. Lo importante es que por lo menos abrieron cierto espacio para pensar, reflexionar y, bien o mal, desarrollar una teología desde los pueblos hermanos de habla hispana en el continente americano. Pues bajo ese sentido de opresión, de falsa imagen cristiana se tuvo el acceso a pensar, aunque a veces dentro de sí mismos sin expresión alguna, de qué Cristo se hablaba. Pocos como Bartolomé de las Casas, que ayudaron a la presentación de una verdadera teología desde el continente, más no propia, del pueblo latinoamericano.
y propone desde su propio contexto para así responder a las realidades mundiales y generales. ¿Cuáles son las necesidades de la Latinoamérica hoy en día? ¿Habrá quien hable abiertamente y declare con voz profética el desastre en los que se mantienen los pueblos oprimidos como actualmente sucede en Honduras? ¿Se discutirán y se crearán planes de acción desde una reflexión teológica a lo que está sucediendo con los países izquierdistas y las implicaciones que conllevan al pueblo cristiano que más que una liberación
Por eso en este artículo se dice que la teología latinoamericana aunque es históricamente “joven” es una pronunciación a la realidad de los países de América desde México hasta el sur del continente de acuerdo a sus acontecimientos particulares. Es una respuesta a sus descubrimientos, angustias, pesares, clamores o satisfacciones. Pues ya no se trata de una teología cristiana sino en mayor detalle una teología protestante, que como toda teología es una respuesta humana a su realidad particular, que lo que elabora no es en relación a una situación quimérica sino a una situación que le afecta, que le inquieta, que le molesta, con la que vive y por lo tanto con la que se relaciona día a día. De manera que es una teología elaborada de acuerdo a las necesidades particulares de la región, esto no significa que sólo deba encerrarse o enmarcarse en sí pero que tampoco es ajena a ella. Si bien, la teología no tiene apellido por no reducirla a un asunto en particular si sirve para distinguirse y elaborarse con un estudio más orientado o enfocado, que lejos de aislarse penetra LEAN 2.3 abril 2011
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utópica necesita liberación religiosa? Y la respuesta es un rotundo sí, hoy día existen pastores, teólogos comprometidos realmente con la función profética antiguo testamentaria que demandan una reflexión y hacen un llamado a que se desarrolle la teología no para sí mismos como tanto el evangelicalismo ha incitado. Sino aún más a salir de las cuatro paredes del templo evangélico y asumir la responsabilidad dentro del contexto en el que activamente se comprometen por ser la voz del pueblo que clama bajo sus necesidades pero en pro de un desarrollo genuino y liberador. Esto no significa de un regreso a la Teología de la liberación sino desde el principio que gesta una necesidad en la que no se debe olvidar que existen en cada pueblo latinoamericano.
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Tal vez puede considerarse que corre cierto riesgo de aislarse como cualquiera, lo cual debe tomarse en cuenta y estar listas para no caer en ese extremo para no morir ensimismada y por lo tanto no solo olvidada sino rezagada. Debe ir mano a mano con el desarrollo mundial, respondiendo a sus propias necesidades de acuerdo a su propia realidad y pensando a la vez en lo que tal realidad conlleva al resto de la humanidad. Existe una necesidad que impele a actuar, que demanda una reflexión que con profunda necesidad gime porque dentro de nuestro continente se exprese y se hable de lo que ya tantos círculos manejan pero que la iglesia aún no responde adecuadamente. Temas de movimientos indígenas, discapacitados, violencia doméstica y temas bajo tabúes evangélicos como opciones sexuales. La necesidad entonces apremia a que
continúe la reflexión y elaboración desde el continente ya no para un “hacia” sino que a partir de un “desde”. Porque la poca literatura escrita tiene como títulos “hacia” lo que hoy se necesita es la elaboración desde el punto determinado de voz latinoamericana. Esta elaboración de teología propiamente latina puede ser, en determinado momento, un ejemplo en otras latitudes, entre ellas la africana. Si bien hay situaciones distintas y particulares entre sí también existen similitudes que de una y otra forma ayudan al crecimiento y desarrollo del ser humano creando más que una empatía un beneficio comunitario en particular desde la situación de opresión y pobreza que es un elemento general entre ambos continentes, más no el único. Así como este existen muchos puntos de encuentro que a través de una observación continua y lectura constante del contexto puede emplearse, desarrollarse y hablarse sin limitaciones para que como fuente de productividad, la Latinoamérica necesitada lleve salud y beneficio a otros hermanos del mundo. Tiene mucho para ofrecer y no sólo para lamentarse, tiene más que promover que sólo quejarse, hoy más que nunca se debe creer en lo que desarrolla Latinoamérica teológicamente que no solo copia o transcribe lo que sucede en Europa o la Unión Americana. Ya atrás se ha desarrollado la teología de la misión como una propuesta evangélica respondiendo a la teología de la liberación casi católica pero se necesita más, se necesita caminar y desarrollarse con el mundo de hoy, del siglo XXI, con las necesidades nuevas que impelen a tener respuestas o por lo menos crear dudas de lo que se está pensando, creando y reflexionando dentro de los ámbitos teológicos. Por eso este escrito solo promueve el punto de partida para que cada lector, cada cristiano, observe, analice y desde allí reflexione y proponga si no soluciones concretas, medios para la producción de pensamientos, de ideas,
y de acciones que traigan revoluciones que trastornen el mundo en el que vive y que por ende trastornen el mundo. Eventos importantes se han ido desarrollando en los últimos meses como el Pacto de Lausana1 y eventos no menos significativos se encaminan ya como CLADE V.2 De manera que si bien ya existen instituciones, medios, los cuales promueven la reflexión teológica formal, debe ser una tarea de cada creyente latinoamericano formular sus propias dudas y respuestas al medio en el cual se desarrolla. Así que más que una posibilidad de hablar de una “teología latinoamericana” debe ser una realidad.
El último congreso realizado en octubre de 2010, reunió a más de 4000 cristianos de 200 países, y aunque no se limitó a Latinoamérica sí la incluyó en un proceso, un pacto de evangelización y concientización para la expansión unánime de Cristo a las naciones. 2 CLADE es un congreso convocado por la Fraternidad Teológica Latinoamericana. El significado de su siglas: Congreso Latinoamericano de Evangelización. Éste será el quinto congreso que es un proceso de reflexión teológica, comunión, confesión y celebración de la misión de Dios en el contexto latinoamericano que se realizará en Costa Rica en 2012. 1
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“La tarea de la teología en toda época es la de relacionar la fe coherentemente con los desafíos y con el pensamiento de su contexto.” -Juan Stam
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El “instante” como una estructuración del método. Lic. Luis José Rueda
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ablar del método es algo que ha llevado mucho tiempo, no pocas discusiones y demasiados rechazos. Más que nada porque el deseo de dogmatizar el quehacer del pensamiento, arrastra a las personas al despotismo intelectual y metodológico. Pero ¿a que me refiero con método? El método es la forma, el “cómo” y el “a través” por donde la reflexión transita para concebir un entendimiento de la realidad presente y del momento histórico determinado. Por lo tanto, hablar del método concierne a la filosofía y a la teología, ya que las dos, como campos interrelacionados e inseparables, reflexionan sobre el mundo y la trascendencia; de ahí que, la discrepancia de la metodología teológica o filosófica, muestre las diferentes vertientes en las que el pensador puede entender y explicar su realidad presente. Por eso se mostrara una plataforma más que es de vital importancia para la elaboración del pensamiento, que la llamaremos “instante” ya que es una vivencia o situación que reconfigura el pensamiento del teólogo o filósofo, mostrándole nuevas directrices para comprender su presente.
El instante Esta palabra está cargada de un fuerte significado kierkegaardiano, pero mi intención es tomar esta palabra y darle un uso alterno al que le dio el filósofo danés. Con ! “instante” me quiero referir al momento vivencial característico en el que el
pensador experimenta un desmoronamiento de todo su pensamiento; redefiniéndolo, reencaminándolo y afectándolo hondamente. El instante es doloroso, traumático y trascendente; porque entra en la categoría de vivencia fáctica que arroja a la crisis todo lo que el pensador tenía como certero y seguro; el instante es angustioso porque arranca las bases del entendimiento presente y le deja en la nada, y en esa nada oscura y agónica, el pensador redefine lo que cree y lo que piensa. En el instante el pensador se ve enteramente humano, limitado, susceptible, sensible y frágil; es la escoria del mundo, la vergüenza de su existir, y por tanto, al desmoronársele todo, su existir se vuelve lo inentendible. Ahí en esa duda y en la negrura del dolor, el grito por comprender le arroja abrazar lo incomprensible y lo trascendente, ahí encuentra seguridad y apoyo, abraza lo que no entiende con el fin de entender su finitud, busca lo que no puede encontrar y llama al que no puede nombrar. Y ahí, como trascendencia totalmente opuesta al hombre Dios envuelto en la “otredad” le sale a este al encuentro, pero el pensador al no entenderle, le ama, le adora, se aferra a ese absurdo incomprensible y por tanto, Dios es en el instante, el que da sentido al existir, el que confronta, el que ama, el que consuela y muestra. El pensador ahí, desnudo en la nada, experimenta un renacer que le abre los ojos a una realidad desatendida hasta entonces por él; Dios entra en su pensar y en el entendimiento del presente.
La paradoja La paradoja aquí se muestra, en el hecho de que el hombre ya no encuentra respuesta en si mismo ni en el mundo, sino en Dios inentendible que le sale al encuentro, LEAN 2.3 abril 2011
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es Dios, por lo tanto, el que redefine la dirección de su pensar y su existir. La redefinición muestra la congruencia de repensar lo ya establecido, y así, la idea de Dios se manifiesta como el fundamento directriz que delimita el pensar y el criterio del sujeto. Por lo tanto, el instante al mostrar su paradoja reviste al hombre con nuevos caminos, con nuevas definiciones y le muestra que únicamente debe estar seguro de su fragilidad y de su dependencia al origen del consuelo inentendible en el instante: Dios mismo. !
plataforma, por medio de la cual entiende su situación presente. El hombre es el punto de inflexión, de comprensión y de visualización; por lo tanto, el sujeto al estar sumido en el instante y saliéndole Dios al encuentro, experimenta un retorno al compañerismo, a la humanización, a los valores, a la esperanza y a la solidaridad; el sujeto ve en el prójimo la extensión de sí mismo. El presente se vuelve así, un espacio lineal en el que el deseo de esperanza configura el entendimiento del mismo; las mejorías sociales se transforman en elementos distintivos en su pensamiento, el concepto de lo trascendente y del mundo toman formas cada vez mas solidificadas en el ahora. !
Entonces Dios es quien se da al hombre, como el que explica y da razón, y es este saber lo que concretiza y aterriza el pensamiento en el mundo desde la idea de lo trascendente; y así, el método es revestido de una inconformidad mundana, ya que desde Dios, el pensador ve más claramente la injusticia, la deshumanización, la incongruencia, la desmoralización, y se transforma automáticamente en el insatisfecho por excelencia, y así el pensador se da voluntariamente al hombre. En este punto quiero resaltar que el pensador da lo que recibió, o sea, una entrega total al hombre; el se consagra al ser humano y su sociedad con un razonamiento pertinente, mejor estructurado y sobre todo, enteramente humano, es del hombre y para el hombre.
Configuración del presente El deseo de comprender el proceso deshumanizante muestra la falta de entendimiento de lo que el ser humano es y representa en el mundo. Cuando el pensador está desnudo en el instante, el hombre se coloca como el desconfigurado y así se vuelve tangible la nueva
Por lo tanto, el pensador es el nuevo pregonero de un espíritu nuevo y renovador a la vez, es el incomprendido que todo el mundo escucha con expectación y admiración. Es el criticado y el nuevo crucificado; y así, cabalga quijotescamente convencido de lo que le salió al encuentro, consciente de su desnudez y del nuevo ropaje que adquirió. El pensador, entonces, es una revelación novedosa que propone una alternativa a lo establecido, es el transformado por el instante, con respuestas alternas a cuestionamientos actuales; y el repudiado con dureza por salir del esquema establecido.
la configuración intelectual del pensador, reencaminándolo y direccionándolo por caminos insospechados.
El horizonte metodológico Podemos decir entonces, que el instante es el punto crucial que divide a los pensadores de los fanáticos. Porque en el instante se puede hablar de una “consagración” a la labor del pensamiento, y así al servicio del hombre y del mundo. El pensamiento exige seres humanos capaces de analizar la realidad presente para dar propuestas que humanicen y creen esperanza. Y así, el pensador ejerce algo más que una labor filantrópica, hace al ser humano repensarse a si mismo ante la trascendencia, para incitar el inicio de un cambio humano que, tiene como base la trascendencia incognoscible: Dios.
Dios es quien se da al hombre, como el que explica y da razón, y es este saber lo que concretiza y aterriza el pensamiento en el mundo desde la idea de lo trascendente...
Con todo lo dicho aquí, no pretendo minimizar o quitar del corazón del método la epistemología que lo caracteriza, mi intención es desmenuzar el instante como un elemento más en LEAN 2.3 abril 2011
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“Debemos recordar, que américa Latina es un continente que ha sido engendrado en pecado pero saturado del mensaje salvador. … lo que hoy conocemos como América Latina es apenas el residuo de aquellos pueblos.” -Orlando Costas. LEAN 2.3 abril 2011
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Una opción preferencial por los pobres y oprimidos:
La vida de Monseñor Romero Lic. David Campos
“La palabra queda y ése es el gran consuelo del que predica. Mi voz desaparecerá pero mi palabra, que es Cristo quedará en los corazones que la hayan querido recoger”. -Oscar Arnulfo Romero (17 de diciembre, 1978)
Fue ordenado sacerdote a la edad de 25 años en Roma, el 4 de abril de 1942. Continuó estudiando en Roma para completar su tesis de Teología sobre los temas de ascética y mística, pero debido a la guerra, tuvo que regresar a El Salvador y abandonar la tesis que estaba a punto de concluir.
Un 15 de agosto de 1915 en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel en El Salvador nace en una muy humilde cuna uno de los personajes más grandes de la historia de ese mismo país. En su infancia mostró ser un niño tímido y reservado siempre muy preocupado por ser un buen estudiante. Quién se imaginaría la labor que llevó a cabo uno de los nuestros que no contó con apellido elegante y mucho menos grandes escuelas. Durante su infancia fue un católico ejemplar, asistiendo a cada misa y aprendiendo mucho de los sacerdotes a su alrededor. Siempre tuvo inclinaciones al sacerdocio sin embargo su situación económica no le hubiera permitido jamás estudiar formalmente en un Seminario. Sin embargo Dios tenía preparados grandes planes para su vida. En el año de 1931 empezó sus estudios en el Seminario menor de San Miguel con los padres claretianos y posteriormente como fruto de su perseverancia pudo estudiar en la Compañía de Jesús en el Seminario San José de la Montaña hasta 1937. Para esos años empezaron los enfrentamientos de la Segunda Guerra Mundial.
Monseñor Romero aún antes de ser llamado de esta forma fue un hombre que se entregó a servir a los pobres y desvalidos. En la primera parroquia en donde predicó demostró altas capacidades para el servicio pastoral. Sobre todo ante el ambiente político no solo de El Salvador sino también del mundo en donde la marginación social era el pan de todos los días en Europa y Estados Unidos. El 25 de abril de 1970 fue invitado a ser el Obispo auxiliar de San Salvador. En su ordenación dijo por primera vez
la frase que lo acompañó el resto de su vida “sentir con la iglesia”. Cómo era de esperarse tuvo algunos problemas tanto de adaptación a la ciudad como de contextualización. Su voz continúo estando del lado de los necesitados pero ahora ante los “poderosos”. El concilio Vaticano Segundo le fue de sumo interés y mostró gran aprobación por las nuevas ideas ecuménicas que se discutían en las esferas académicas de la iglesia. Mientras que en El Salvador comenzaban insipientemente olas de violencia con consignas políticas, Monseñor Romero siempre invitó al pueblo a buscar la paz. Sin embargo al estar más cerca de personas adineradas logró darse cuenta, de primera mano, de las injusticias que el rico mantenía hacia el pobre siendo ambos católicos. El Salvador se convirtió poco a poco en un campo de batalla y la piedad parecía perderse poco a poco. Algunos sacerdotes compañeros y amigos de él empezaron a aparecer muertos en todo el país. Uno de ellos el padre Rutilio quién se considera un mártir que dio su vida por los mártires. Al parecer el clero estaba motivando ideas que ponían al trabajador en contra de los adinerados, como comenta el libro del Autor Salvadoreño Manlio Argueta, Un día en la vida, en donde narra a los heroicos sacerdotes que pronto se convirtieron en víctimas de los escuadrones de la muerte, sacerdotes en su gran mayoría jesuitas. Siendo en su niñez muy tímido nadie se hubiera imaginado que luego Monseñor Romero se convertiría en un implacable defensor de la dignidad humana y que su imagen traspasaría las fronteras nacionales por el hecho de haberse convertido en “la voz de los sin voz”.
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“...Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres, nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo...” “...Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado...” Sus sermones y homilías estaban cargados de un mensaje no revolucionario sino más bien de esperanza en donde la voz profética en contra de la injusticia fue más poderosa que el hombre. Lo que causo la revolución como él mismo lo nombró en uno de sus libros “la revolución del amor”. Cualquier salvadoreño que haya escuchado sus sermones podrá dar fe que su mensaje fue duro en contra de la guerra, jamás invitó al pueblo a tomar armas sino más bien a que todos los poderosos buscaran la paz. Acto que poco a poco lo llevó por un camino que amenazaba su vida. El año de 1980 es quizá el año en donde más padeció a causa de su mensaje sin embargo no calló y continuó presentándose preferencialmente a favor de los pobres y necesitados. Sin embargo no pudo librarse de la muerte, no es mi intención acusar a ningún bando de la muerte de Monseñor Romero. Ese día no murió un simple hombre sino murió un hombre que dio esperanza a El Salvador, un hombre que se atrevió a predicar sobre la paz en tiempos de guerra. Un hombre que firmemente creyó que la guerra no solucionaría nada (cabe decir que tenía razón). No me corresponde narrar su muerte pero si quiero plasmar las últimas palabras de este gran hombre de Dios.
-Monseñor Oscar Arnulfo Romero (San Salvador, 24 de Marzo 1980. El mismo día de su muerte)
Cualquier salvadoreño que haya escuchado sus sermones podrá dar fe que su mensaje fue duro en contra de la guerra, jamás invitó al pueblo a tomar armas sino más bien a que todos los poderosos buscaran la paz.
Hoy en día la imagen de este gran hombre ha servido para alentar a esta nación para combatir la injusticia y violencia que aun después de la guerra domina y mancha de sangre a las familias salvadoreñas. Es un ejemplo a seguir, bien lo dijo que resucitaría en el pueblo salvadoreño. No hace falta ser partidario de la izquierda política para admirar a Monseñor Romero, como tributo en San Salvador hay calles y plazas con su nombre y junto a la imagen del Salvador del mundo reposa dando esperanza al país la imagen de Monseñor Romero.
...El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte...” LEAN 2.3 abril 2011
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Diálogo
Lic. Manuel Suyán
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-¿ eología en América Latina o Teología latinoamericana? -Pues en realidad no le veo mucha diferencia al asunto -Sí la hay. -Explíqueme… -Si hablamos de lo primero diríamos que es un tema por sobre el otro, como decir: Agua en el vaso pero si hablamos de lo segundo diría más bien que se refiere a algo nacido aquí -Ahora ya no sé, me confundió… -Creo que más bien tu asunto se refiere al hecho de conocer cómo la Teología ha surgido en el ambiente latinoamericano y de allí por qué tu interés de “Teología en América Latina” -Bien. Pues entonces hábleme de eso antes de una teología latinoamericana, es por lo que me dice. -Así: la teología latinoamericana es reciente, nueva y aún con ese sentido de pertenencia porque has de saber que en los humanos ese interés por pertenecer y tener es tan fuerte, cualquier intento de
teología cae en el tema de la teología en general. -Es cierto, nosotros queremos siempre tener algo, cualquier cosa y claro: identificarnos con ese algo. -Comencemos diciendo que ese tema, como muchas cosas más no son nacidas aquí. Es más, ese tema se comenzó a tratar hasta que comenzaron a estudiar de forma más sistemática pero ya había una teología por aquí. -Entonces ¿Cómo ve la Teología en América Latina?; y ¿Antes de la teología como tal, ya había una teología en este continente? -Una a la vez. -Perdón. -A la primera pregunta de cómo veo la teología diría que como una forma de vida más que como un hacer, aunque no descarto que muchos por allí se interesen por hacer teología en este ambiente y lo hagan bien. -¿Dice entonces que la teología en A. L. se refiere más a una forma de vida que a un hacer pensado?
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-Sí. Muchas personas que dicen conocer sobre este tema regularmente se han olvidado de las bases principales, los prolegómenos, y se contentan con re-descubrir ciertas cosas. Saben mucho pero nada más. -Haber si entendí. Dice que la teología, como usted la ve, es más una forma de vida y que las personas que se interesan por un hacer teológico lo hacen desde su escritorio… como un tema de literatura o algo así. -Exacto. Muchas personas que creen hacer teología lo hacen de forma escrita y son buenos expositores de sus “descubrimientos” pero a la hora de llevar eso a la vida práctica su teología se queda en el escritorio y su teología principal, lo que piensa acerca de cierto tema en especial, comienza a tomar participación. -¿O sea que la teología es todo…? -No se trata de ver en todo teología, sino que como a los hombres les interesa el tener algo con lo cual identificarse se interesan en crear su propia forma de ver a la teología y de allí por qué tanta variedad en cuanto a este tema. -Voy entendiendo. Pero antes de continuar creo que es necesario que me aclare qué es teología porque como va el asunto estoy entendiéndola más que como una ciencia.
-Es el principio: todo es teología… cuando lo ve un teólogo… como decir “todo es filosofía” si lo ve un filósofo o “todo es números” si lo ve un matemático y así sucesivamente. -Interesante. ¿Cuál es entonces la idea de hablar de teología en este ambiente? -Pues como el intento de tratar de llevar a Dios a la vida práctica de A.L. -¿O sea que cada vez que una persona se para y comienza a hablar de Dios y cómo se interesa por las personas está haciendo teología? -Esa es la idea… pero llevada a la práctica: teología es cómo la persona vive en base a lo que dice acerca de Dios. Su forma de vida es su teología, más que su forma de hablar de algún tema en donde Dios aparece. -Está súper. Antes de continuar, acláreme por favor el asunto de si ya había teología en A.L. antes de que la teología llegara a este ambiente. -Sí. Ya había una teología marcada… las distintas formas de cómo se ve en las excavaciones lo que la gente de antaño pensaba de Dios es teología. Y bien, entonces tienes a unos teólogos mayas, aztecas, incas y demás… -¿O sea que teología no se refiere sólo al asunto de los evangélicos?
-Es lo que la gente piensa y cómo actúa con respecto a Dios. “La ciencia de Dios” lo llaman algunos. Pero es más bien cómo piensa la gente acerca de Dios y su forma de comportarse refleja su teología. -¿O sea que no todo es teología?
-Para nada. La teología en términos estrictos es la ciencia de Dios y como te decía, la forma práctica de dicha ciencia. De esa forma tenemos entonces teólogos católicos, evangélicos, católicoevangélicos o carismáticos y demás. -Cada vez tengo más preguntas.
-En principio parece ser que sí y hasta en ciertos grupos académicos se pretende decir que en todo puede haber un toque de Dios. Pero en la vida práctica a las personas les encanta creer lo que les gusta y nada más. -Haber si entendí… entonces la teología lo es todo cuando comienza a formar parte de la vida de las personas.
-Lo sé… pero no te preocupes porque esta es la idea, la teología en A. L. surge en medio de tanta variedad y cuando se hace la diferencia entre una y otra teología quien la hace, quien sea, lo hace desde adentro de su propia forma de ver. -¿Cosmovisión?
-Sí, así es cómo se le conoce en la ciencia a esa variedad de vistas. -¿Entonces cuál es la teología pura? Digo, porque ahora con lo que me dice ya estoy más que confundido. -¿Teología pura? No me estás entendiendo, teología es todo lo que se refiere a Dios o al menos su intento y de esto se desprenden tantas formas de ver. -Ah, es como decir filosofía Kantiana, socrática y todo eso. -Esa es la idea. Tienes una filosofía pura cuando puedes contemplar todos esos pensamientos de forma objetiva y así tienes una teología “pura” como le dices. -No le voy a preguntar cómo sabe todo esto porque según veo sabe mucho. Me sorprende en realidad. -¿Ves? Otra vez estás tratando de entender la fuente más que el conocimiento en sí. Así son los humanos y está bien, necesitamos más gente que vea de dónde viene algo y no sólo que lo tome porque sí. Necesitamos gente pensante. -Bueno, entonces yo soy una persona pensante pero en realidad me interesa saber mucho acerca de quién es usted para que pueda salir de este mi gran dilema: ¿Teología en A. L.? -Mira, teología en América Latina es todo lo que las personas entienden acerca de Dios en este continente. Ha habido muchos intentos de hacer llegar a ese Dios a los hombres. Desde Justino Mártir hasta Martín Lutero eso ha costado la propia vida y de esos ya no hay muchos. Los pocos que han tratado de acercar la teología, lo que significa en sí: una forma de vida más que un saber. -¿O sea que hay teología en cada predicación de las iglesias ya sea evangélicas, católicas y demás? -En principio sí. Pero esa teología es mucho conocimiento acerca de Dios y su intento por tratar de entender a Dios y sin embargo, no llega a solucionar el problema de las personas. Muchas personas en las iglesias conocen mucho acerca de la LEAN 2.3 abril 2011
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teología de la liberación, teología de la esperanza, teología de la edad media y demás temas pero tienen problemas con su economía, con su familia y los que predican lo hacen muchas veces en un lenguaje muy filosófico, muy profundo que no les dice mucho a las personas sobre cómo vivir. -Es cierto, muchas personas hasta conocen la diferencia de la transubstanciación y la consubstanciación pero no saben qué importancia tiene eso para su relación con las demás personas. -De hecho no ven la relación porque las personas que hablan de esos temas sólo son una especie de loros que sólo repiten el conocimiento sin más ni más y lo que es peor: a la teología se le recluye a seminarios, iglesias y cualquier organización religiosa y tiene importancia sólo allí. -Claro. He visto cómo muchos de los llamados pastores son denigrados porque sólo conocen asuntos de iglesia y de Dios pero ellos mismos no saben cómo ser buenos trabajadores en una empresa. No saben cómo llevar a Dios allí… y por lo mismo como que se contentan con hablar bonito y nada más. -Sí, es grave el asunto. Muchos de ellos, pastores… que en principio deberían ser buenos teólogos son gente que sabe mucho de nada porque la mayoría de ellos son holgazanes, no les gusta seguirse preparándose y claro: sus predicaciones son muy sin sentido. Sólo dicen lo que otros dicen: “Dios no te va a dejar….” Y cosas como esas que no son mentira pero ya las personas lo saben. Emocionan a las personas cuando comienzan a hablar de los problemas de los antiguos personajes bíblicos y cómo obró Dios con ellos y allí tienes: a pastores, en principio teólogos, hablando de temas que apenas conocen y como no saben cómo desarrollarlos entonces se limitan a hablar que se debe tomar por fe
la obra de Dios cuando ellos mismos no saben qué hacer con ese conocimiento. -Waw… ahora no sé ni qué decir. ¿O sea que la teología como tal, si se viera como una forma de vida… haría cambios en las personas… indiferentemente de si son católicos, evangélicos y demás? -Sí. Muchos de esos pastores que no quieren llamarse teólogos, pero lo son en principio, no leen… no se preparan, viven del mucho o poco dinero que otros les dan y entonces carecen del carácter suficiente para confrontar el pecado y hasta toleran ciertas actitudes que Dios mismo rechaza porque su trabajo es ser humildes… no regañones ni nada de eso. Esos mismos son los que en secreto pecan y se arrepienten todos los días porque su teología es sólo para usarse en la iglesia y aunque hasta viven en la iglesia, su teología es para hablarse pero en el púlpito y nada más. Ellos mismos no se acercan a ese Dios de quien tanto predican. -Pero eso no es con todos. Conozco gente que sí vive como predica. -Sí. Conozco a mucha de esa gente también y a esas personas sí las ayudo porque en realidad ellos se dejan ayudar. Muchos de ellos han entendido que no les llamé para que metieran a las personas en la burbuja de la iglesia sino para que aprendan cómo impactar a este mundo. -En realidad sí. Muchas personas como que se especializan en traer de cualquier forma a las personas. Y más aún los jóvenes que crecen en ese ambiente creen que esa es la forma de hacer teología: en la iglesia. -Sí. Eso es lo grave. Muchas personas se acercan a tratar de conocer a Dios para después regresar a sus burbujas y nada más. No impactan al mundo. -¿Cómo hacer entonces para tratar de impactar al mundo con la teología? -Como te decía arriba: la teología es ese conocer y ese vivir en base a Dios. De esa forma, la teología impactará al
mundo cuando sea un vivir práctico. No vicios, no adictos al sexo en cualquiera de sus manifestaciones, no mujeriego, no chismoso y demás. Pero como eso es mucho para cumplir siguiendo normas morales solamente es necesario acercarse a ese Dios y vivir como él vivió. Eso es teología. -¿Pero no cree que se desvió un poco del tema de Teología en A. L.? -Puede ser… pero considera. Al principio un grupo de gente se esforzó por llevar la teología a la calle y los llamaron rebeldes, estoy hablando de gente que quiere ver a gente comportándose como se les dice pero no sólo un fin de semana sino toda la semana. Estoy hablando de gente que busca impactar con carácter y no sólo se refugie en “así dice la Biblia…” sin sentido. -¿Eso es teología en América Latina? -Esa fue la intención inicial. Comenzó un tanto errada. “Rebeldía” era el tema de la teología y vivieron muchos en base a ello, hasta murieron. Pero con todo, en A. L. la teología en muchas ocasiones se ha quedado en los púlpitos. Aún el intento de una pastoral dirigida a jóvenes, niños, y adultos se hace desde la burbuja de un templo y no, eso es sólo conocimiento que no llega a al vida práctica. Muchos de esos que predican una teología en A. L. más transparente, desde el púlpito, en la semana no se les ve porque o están pecando o están holgazaneando en sus casas sin hacer mucho más que perder el tiempo. -¿Entonces la teología en A. L. es fatalista? No. Es más bien escapista. Muchos lo están intentando pero sólo lo hacen como dando esperanzas para una nueva vida. La idea es “soporten que en el cielo habrá algo mejor” pero no se les dice cómo vivir mientras tanto. -¿Tan mal está la teología en A. L.? -En realidad hay un muy reducido grupo que se está esforzando por traer la LEAN 2.3 abril 2011
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teología a la vida práctica. Ese grupo escogido se esfuerza pero aún con todo y su esfuerzo lo hacen desde el balcón… así lo dijo uno de mis más recientes teólogos, siervos: Sobrino. -Que extraño apellido. Pero mire: todo esto me suena más una crítica que una teología en A. L. -Míralo así: a la teología en A. L. le encanta portarse así porque de paso así son sus habitantes. Se rebelan contra todo pero muchas veces lo hacen de forma infundada. Pero cuando se hace con fundamentos, y más en teología, entonces hay cambios. De esos hay muchos. Ya es tiempo que los cristianos, porque son ellos los que de alguna u otra forma se convierten en teólogos, salgan de la iglesia, de su comodidad. -Waw… ¿Sabe? Me sorprende todo eso porque conozco a muchos cristianos que se olvidaron de los rudimentos de la fe cristiana. Se han alejado de Dios, conocen muchos temas teológicos pero su vida sigue mala. Son enfermos psicológicamente hablando. -No saben que en Dios pueden encontrar lo que tanto buscan y lo que es peor, ellos mismos dicen que Dios puede curar a las personas. El Espíritu Santo protege de tantas enfermedades mentales y patologías profundas y eso no lo ven porque no lo quieren ver. Han creado a Dios a su imagen y semejanza -Eso no lo dijo un teólogo. Fue Friedrich Niezsche. -Ves, hasta tú sabes mucho. Fue un filósofo pero él mismo habló de lo que te digo en su momento y en sus palabras que aún no la entienden muchos. -¿Va… ahora me va a decir que gente como él, filósofos, hablaron de esto? -Sólo te digo que en A. L. a las personas les encanta criticar pero no sabe cómo hacerlo y lo que es peor… así quieren ver su teología y así viven. Predican una cosa pero su forma de
comportarse es diametralmente opuesta. Muchos de los que predican pecan y ni se esfuerzan por pecar… razón por la cual quedan recluidos en su localidad. No van a pasar a más y claro: ya tienen su recompensa pero de allí a que mi Nombre sea glorificado… -Momento. Ya son varias ocasiones que menciona ese asunto de: “mis siervos”; “mis teólogos” y ahora mi Nombre glorificado. ¿No me vaya a decir que he tenido este diálogo con Dios? -Me encantaría decírtelo pero no. -Entonces si no es Dios por qué es que de pronto me entró este temor reverente que me obligó a inclinarme desde el principio y tratarlo con un respeto extremo: de usted. -Para ti soy Dios. -¿Entonces pude haberle preguntado tantas cosas? -Claro… pero quisiste preguntarme de teología en A. L. porque alguien así lo quiso y sabes: me gustaría decirte que soy Dios. No es un diálogo con Dios el que tuviste. Es sólo un intento de alguien que ha querido que preguntaras acerca de ¿Qué es teología en A. L.? y puso esas palabras en tu boca. También te hizo creer que este diálogo lo tuviste con Dios, conmigo. -No entiendo. ¿Ahora me va a decir que este diálogo es una invención de alguien más y que en realidad no existo? -Yo más bien diría que existes… pero en la mente de quien está leyendo todo esto porque se ha identificado contigo en muchas cosas. -No entiendo nada de nada. -No es necesario… porque ni yo soy del todo real. Ni tú ni yo tenemos una existencia específica. No saldrás de ninguna forma de estas páginas y yo aquí estaré por mucho tiempo. -¡Oh Dios mío…! Estoy confundido.
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Algunas confesiones de Elsa Támez
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quienes hemos sido occidentalizados y educados en la academia clásica nos da vergüenza hablar de Dios de manera ajena al discurso analítico. Nos cuesta hablar de sentimientos, pues creemos que eso es asunto de poetas o de mujeres. Sin embargo, si es cierto que los sentimientos y la pasión son más cercanos a la profundidad de lo humano que las ideas, -que también son humanas aunque etéreas-, entonces debemos teologizar con los sentimientos, pues yo creo que mientras más humanamente hablamos de Dios más honestamente y desde la desnudez nos acercamos a lo divino. La fuerza de la palabra doxológica está en que sale del corazón sin control de la cabeza. Si la mente –adiestradainterviniera, cancelaría el discurso por cursi o absurdo. “Señor, me has mirado a los ojos, y sonreído, has dicho mi nombre...” es una frase cursi romanticota (como aquella que dice
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“Reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer…”); pero a sabiendas de eso muchos cantamos con ganas (como la del reloj) y nos sentimos disculpados porque la leemos en el himnario, en el marco de una liturgia donde se permite hablar de Dios, con Dios y a Dios desde los sentimientos. Si Juan Luis Guerra hubiese comprendido que Dios y el merengue no se contradicen sino que se compenetran, no hubiese dejado de cantar y seguiría siendo una bendición para el pueblo dominicano y de toda América Latina… Algo que me llama la atención en la teología sistemática, y que incluso me incomoda, es que siempre hay que salvar a Dios en el discurso, y si es necesario, hablar mal de los seres humanos para que Dios siempre salga bien. Es como si el drama de Job se eternizara en la teología. Hasta para encontrarme con Dios tengo que esperar a que él me busque, me ame primero y me ame mejor. Así como el varón debe tomar siempre la iniciativa en las cosas de amor, así también Dios tiene que ser el primero. No me gusta este esquema. No entiendo por qué tengo que inventar que Dios puso en mí el deseo de hacer algo bueno cuando quiero hacerlo, o de buscarle cuando simplemente quiero expresarle mi amor y alabanza desinteresada. Yo creo que no es bueno poner en competencia a Dios y los seres humanos, porque si es así estamos perdidos antes de cualquier movimiento. Los humanos por ser humanos y Dios porque no tiene gracia triunfar sobre la fragilidad. Es suficiente afirmar que los seres humanos somos pecadores y pecadoras –forma parte
de nuestra humanidad- y que, a pesar de eso, nos llevamos bien con Dios porque es misericordioso y fiel con su creación de la cual formamos parte. La gracia es el paradigma que debería envolver nuestra relación humano-divina e interhumana. Si Dios es Señor y los humanos sus esclavos y esclavas ya no hay espacio para la gracia. Esto es lo que piensa mi cabeza. Pero muchas veces mi corazón llama a Dios Señor, y no me disgusta porque es un acto de voluntad y reconocimiento de Dios y su grandeza en la pequeñez de los movimientos cotidianos. A veces me disgusta que no me disguste llamarle a Dios Señor porque la analogía de amigo, amiga, es más acorde a mi teología. Me conmueve leer que Dios llamó a Abram amigo por su fe. Pero me parece que aquella frase confesional, la de invocar a Dios como Señor o Rey, surge no solo por la tradición arraigada desde la infancia, sino porque realmente quiero en esos momentos invocarle como Señor. Es como la necesidad del Espíritu sin que yo como se humano pierda mi libertad e identidad. Entonces pienso en los novios que tuve cuando me decían “mi reina”, sin que la relación fuese de vasallaje. Y me doy cuenta de la gran distancia que hay entre mi teología que surge de la cabeza y mi espiritualidad, y de la necesidad de integración.
Elsa Tamez, “Confesiones”, Vida y Pensamiento Vol 17,2 (San José, Costa Rica: Universidad Bíblica Latinoamericana Noviembre, 1997), 8-11. 1
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¿Qué es la Teología de la liberación? Un breve vistazo Shealtiel Durán
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omprender la Teología de la liberación (TL)1 es ya básico en el estudio teológico. No es un apéndice que pudiera o no ser estudiado, al contrario, su impacto nos fuerza a reelaborar nuestros esquemas y presupuestos. ¿No es esto el quehacer teológico? Puesto que la teología se realiza en un momento histórico particular y cambia junto con la sociedad, a continuación se estudiará el surgimiento y el desarrollo de la TL ya que se da en el contexto latinoamericano en el que nos desenvolvemos. El acercamiento será histórico, ideológico, y teológico. Se comenzará presentando el trasfondo histórico. Después se describirá el desarrollo de las ideas principales. Entonces se hará una evaluación de su importancia para la sociedad e iglesia de su tiempo. Y por último, se propondrán algunas aplicaciones e implicaciones pertinentes para la iglesia mexicana actual.
Historia de la TL Latinoamérica en los años cincuentas y sesentas pasaba por convulsiones políticas, sociales, y económicas. “Los gobiernos populistas de los años 50-60, especialmente con Perón en Argentina, Vargas en Brasil y Cárdenas en Méjico, estimularon una conciencia nacionalista y un significativo desarrollo industrial”2, sin embargo, esto favorecía tan sólo a las clases sociales medias mientras que excluía a otros. Lo cual creaba una Las siglas TL se ocupan para referirse a la Teología de la liberación. Así se hará a lo largo del presente escrito. 2 Leonardo y Clodovis Boff, Cómo hacer teología de la liberación (Madrid, España: Ediciones Paulinas, 1986), 86. 1
marcada distinción de clases sociales. Al respecto, explica Pablo Deiros: Se puede resumir la realidad latinoamericana señalando que, en general, el continente presenta un cuadro deficiente en lo que hace al respecto, defensa y promoción de los derechos humanos mínimos, entre los que cabe destacar, los de alimentación, vivienda salud y educación…En algunos países no se ejercieron los derechos políticos en forma plena, sino que fueron regidos por gobiernos autoritarios, muchos de ellos militares… en lo económico continúa habiendo un alto grado de manipulación, que conduce a la centralización del poder.3 Otra cuestión de suma importancia fue la realización del Concilio Vaticano II, convocado en 1962 por el Papa Juan XXIII, Angelo Giuseppe Roncalli. Gracias a la buena disposición de Juan XXIII y su relación pastoral con varios países, la Iglesia Católica a través del Concilio pudo dar un paso firme de compromiso con la sociedad.4 Aunado a ello, hubo un desarrollo teológico por católicos y protestantes latinoamericanos: Teólogos como Gustavo Gutiérrez, Segundo Galilea, Juan Luis Segundo, Lucio Gera y otros del lado católico; y, del lado protestante, Emilio Castro, Julio de Santa Ana, Rubem Alves y José Míguez Bonino, comenzaron a profundizar, mediante frecuentes encuentros, la reflexión 3 Pablo Alberto Deiros, Historia del cristianismo en América Latina (Buenos Aires, Argentina: Fraternidad Teológica Latinoamericana, 1992), 782. 4 Para una breve biografía: Francisco Luis Cardona Castro, Juan XXIII (Madrid, España: Edimat Libros, 2003).
sobre la relación entre fe y pobreza, evangelio y justicia social.5 Gustavo Gutiérrez
Cada una de estos aspectos influyó en la formulación de la TL. Algunos opinan que la TL surge con la primera comunidad eclesial de base (CEB) en Brasil en 1956, o con el desafío del Concilio Vaticano II, o en 1962 con el ensayo de Juan Luis Segundo El futuro de la cristiandad en América Latina. Algunos protestantes afirman que se inicia en las reuniones del ISAL (Iglesia y Sociedad en América Latina).6 Otros indican: El mundo llegó a saber de la existencia de la teología de la liberación a partir de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) celebrada en Medellín, Colombia, en 1968, durante la cual los teólogos de la liberación y sus simpatizantes lograron dominar las sesiones y escribir los documentos conciliares.7 Pero los hermanos Boff afirman que fue en 1971, con las publicaciones de los libros Teología de la liberación, perspectivas por Gustavo Gutiérrez, Opresión-liberación: desafío de los cristianos por Hugo Assmann, y Jesucristo Libertador por Leonardo Boff. Boff, Cómo hacer teología, 88-89 Rodolfo Blank, Teología y misión en América Latina (Missouri, EEUU: Concordia Publishing House, 1996), 225. 7 Ibíd., 226. 5 6
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“Quedaba así abierto el camino para una teología hecha a partir de la periferia, y articulada con las cuestiones de esta periferia, que representaban y siguen representando todavía un inmenso desafío a la misión evangelizadora de las Iglesias.”8 La inserción-justificación de la TL en la tradición de la Iglesia, la ubica Leonardo Boff en San Francisco de Asís. En él, ve a un precursor de la TL quien dedicó su vida a solidarizarse con los pobres y a proclamar pacíficamente el Evangelio, como también en otros franciscanos que buscaron el bienestar de los pobres y marginados durante la época de la Colonia: La praxis eclesial de los últimos años ha establecido un fuerte vínculo entre cristianismo y liberación. Los cristianos han mostrado que el ideario de la liberación no es monopolio de los revolucionarios históricos (muchos de ellos de inspiración marxista), sino que está presente en el “recuerdo peligroso” de Jesús, de los Apóstoles, y de San Francisco. Con razón ha repetido muchas veces Dom Helder Câmara que el patrono de la opción por los pobres y de la consiguiente teología de la liberación es san Francisco de Asís.9
Algunos teólogos, como Emilio Castro y José Míguez Bonino, ven conexiones entre las teologías de liberación y la teología bartiana que respondía, algunas décadas atrás, a los problemas sociales en la Alemania nazi: La analogía que Míguez Bonino intenta hacer entre el pensamiento de Barth y la Teología de la Liberación se pone de manifiesto si consideramos no sólo las ideas de Barth sino su praxis social. En efecto, siendo pastor en Safenwil, en una zona obrera y en estrecho contacto con el movimiento obrero, Barth llega a una crisis con la teología liberal que había absorbido en Alemania. Apoya al socialismo, se afilia al partido social-demócrata durante su período en Alemania en oposición al régimen derechista del Kaiser y luego al racionamiento nacionalismo, que termina en el nazismo. Luego atacará a ese régimen en las famosas “Tesis de Barmen”, en la que proclama el señorío único y supremo de Jesucristo en todos los órdenes. La expresión de Barth en el sentido de que Dios se ocupa de los pobres y débiles, no es casual sino que refleja toda una actitud de vida.10 También se puede encontrar un trasfondo en la teología de Dietrich Bonhoeffer, indomable contrincante del nazismo y de la iglesia establecida que apoyaba a Adolfo Hitler.11 Parte de estás ideas serán la base para el quehacer de la TL. Veámoslas más detalladamente en la siguiente sección.
Alberto F. Roldán, ¿Para qué sirve la teología? Una respuesta crítica con horizonte abierto (Buenos Aires, Argentina: FADEAC, 1999), 134.
Credo de la TL Algunos han tratado de nombrar a la TL como una teología más del genitivo, es decir que trata sobre x o y tema: “La teología no propone tanto un nuevo tema cuanto un nuevo modo de hacer teología… H. Assmann evita incluso el genitivo gramatical…y habla de Teología desde la praxis de la liberación.”12 La TL se puede hacer únicamente desde el pueblo en la periferia, es decir, desde el pueblo marginado. Boff indica que ya había una comunidad, laicos y obispos, comprometida con los pobres y que “la teología nació después, como «palabra segunda»”13. De ahí que: La práctica de la liberación y la teología que la acompaña no se realizan de un modo desarticulado, como si fueran realidades subsistentes en sí mismas. En realidad, tanto la práctica de la liberación como su correspondiente reflexión de fe son expresión de un modelo de Iglesia que se ha tomado en serio la opción preferencial por los pobres: la Iglesia Popular.14 A partir de esto observamos, 1) que hay una opción por los pobres, y 2) que está opción surge, por consecuencia, desde los pobres y para los pobres, es decir, la Iglesia Popular. Ésta es aquella conformada por ellos y para ellos y de ellos. Sin embargo, no es tan sólo un abordaje social, sino bíblico. Así lo manifiesta también la TL: Desde una consideración analítica, la mayor parte de los miembros de la Iglesia Popular son pobres… Y quien no es pobre en la Iglesia Popular ha asumido la causa de los pobres y ha hecho verdadera y eficaz la opción preferencial que toda la Iglesia ha hecho por los pobres.15
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Boff, Cómo hacer teología, 90. Leonardo Boff, Quinientos años de evangelización. De la conquista espiritual a la liberación integral (Santander, España: Editorial Sal Terrae, 1992), 93. 8 9
11 Puede verse la expresión en clave y a veces abierta de su teología y praxis en: Dietrich Bonhoeffer, Cartas desde la prisión (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2006).
Rosino Gibellini, La teología del siglo XX (Santander, España: Sal Terrae, 1998), 374. 13 Leonardo Boff, …Y la iglesia se hizo pueblo. «Eclesiogénesis»: La iglesia que nace de la fe del pueblo, 2 ed. (Santander, España: Sal Terrae, 1986), 24. 14 Ibíd., 27. 15 Ibíd., 68-69. 12
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Pero esta opción por los pobres no surge de la Iglesia, sino de Dios mismo. Así se ve demostrado tanto en el Antiguo Testamento (cf. Am. 2:6s; Is. 10:1s) como en el Nuevo (cf. Lc. 6:24-25; 12:13-21; 16:19-31; 18:18-26; Stg. 2:5-9; 4:13-17; 5:1-6). Pero no es solo la denuncia de Dios contra los ricos opresores, también hay medidas que se toman a favor de los pobres (Dt. 24:19-21; Lv. 23:22; Ex. 23:12; Dt. 23:20). Por lo cual: La pobreza refleja una ruptura de solidaridad entre los hombres y de comunión con Dios. La pobreza es expresión de un pecado, es decir, de una negación del amor… La pobreza es un mal, un estado escandaloso, escándalo que en nuestros días adquiere enormes proporciones. Suprimirlo es acercar el momento de ver a Dios cara a cara, en unión con otros hombres.16 Pero también, existe una pobreza como infancia espiritual (Sof. 2:3; 3:12-13; Sal. 34:16, 20, 22; 37: 17s). Al pobre se le opone el orgulloso, enemigo de Dios y del desvalido (Sal. 10:2; 18:28; 37:10; 86:14). En Mateo 5:1 se ve esta concepción: la pobreza espiritual es “una total disponibilidad ante el Señor… un compromiso de solidaridad con los pobres, con aquellos que sufren miseria e injusticia, a fin de testimoniar el mal que éstas –fruto del pecado, ruptura de comunión- representan.”17 Lo que sigue entonces es erradicar la pobreza (cf. Hch. 2:44; 4:32-34). De ahí que las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s) sean tan importantes, pues es en ellas que se manifiesta la Iglesia Pupular: comparten sus bienes, trabajan para sustentarse, se alimentan de la Palabra, viven en comunidad. Pero también por trastornar un orden que favorece a algunos se topan con la oposición de aquellos que no desean que haya cambio alguno pues no les es 16 Gustavo Gutierrez, Teología de la liberación. Perspectivas (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 1994), 330. 17 Ibíd., 335-336.
conveniente, consecuentemente estalla la violencia contra el pobre y oprimido. Esto lo tienen bien presente los teólogos de la liberación: La solidaridad y protesta de que hablamos tienen, en el mundo actual, un evidente e inevitable carácter «político» en tanto que tienen una significación liberadora. Optar por el oprimido es optar contra el opresor. En nuestros días y en nuestro continente, solidarizarse con el «pobre», así entendido, significa correr riesgos personales –incluso poner en peligro la propia vida-. Es lo que ocurre a muchos cristianos –y no cristianos- comprometidos en el proceso revolucionario latinoamericano. Surgen así nuevas fórmulas de vivir la pobreza, diferentes a la clásica «renuncia a los bienes de este mundo ».18 Jon Sobrino explica esta opresión del pueblo latinoamericano con un cuadro terrible. Mientras que algunos lo llaman “Tercer mundo”, “el sur”, o “países en vías de desarrollo” para comunicar que algo anda mal, Sobrino utiliza su expresión los pueblos crucificados: «Pueblos crucificados» es lenguaje útil y necesario al nivel fáctico-real, porque «cruz» significa muerte, y muerte es aquello a lo que están sometidos de mil maneras los pueblos latinoamericanos. Es muerte lenta, pero real, causada por la pobreza que generan injustas estructuras -«violencia institucionalizada»-; y, así, «pobres son los que mueren antes de tiempo». Es muerte rápida y violenta, por causa de represión y guerras, cuando los pobres ponen a aquellas en peligro. Y es muerte indirecta, pero eficaz, cuando a los pueblos se les priva incluso de sus culturas para debilitarles su identidad y hacerlos más indefensos.19 18 Ibíd., 337. 19 Jon Sobrino, El principiomisericordia. Bajar de la cruz a los pueblos
Jon sobrino
Entonces, lo consiguiente es bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Y el que sean crucificados implica un agente que los crucifique. Muchos entienden a este como el neoliberalismo (sea el país que sea el que lo practique, aunque es evidente para todos la presencia de EEUU), pues es el sistema que hace más pobre al pobre explotándolo con el fin de ganar riquezas para sí mismo. Pero también indica que alguien tiene que “bajarlos de la cruz”, ese alguien es la misma Iglesia. No obstante, ha habido sospechas, tanto de la misma Iglesia católica como de la Iglesia protestante, ante el método hermenéutico de la TL. La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el prefecto Joseph Ratzinger, indicaría en su Introducción sobre algunos aspectos de la “Teología de la Liberación” algunas cuestiones erradas.Se destaca en el capítulo IV, sobre los fundamentos bíblicos, que es Dios quien libera, la primera liberación es la del pecado que concibe toda otra forma de opresión.20 También se acusa a la TL por ser marxista, o por su análisis marxista. El documento expresa, en el capítulo VI, que el llamado “análisis marxista” no puede deslindarse de la ideología marxista puesto que no se ha realizado un examen crítico de naturaleza epistemológica: crucificados, 2ed. (Santander, España: Sal Terrae, 1992), 85. 20 Leonardo Boff, et al. Teología de la liberación: documentos sobre una polémica (San José, Costa Rica: DEI, 1984), 21-24. LEAN 2.3 abril 2011
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De tal modo que creyendo aceptar solamente lo que se presenta como un análisis, resulta obligado aceptar al mismo tiempo la ideología. Así no es raro que sean los aspectos ideológicos los que predominan en los préstamos que muchos de los “teólogos de la liberación” toman de los autores marxistas.21 Ante esto, Juan Luis Segundo respondió de manera casi inmediata evidenciando ciertas cuestiones del documento que se contradecían. Como por ejemplo su cambio en un concepto central de la TL: de opción por los pobres a preocupación privilegiada sobre los pobres. Con tono sarcástico denuncia: “Preocuparse más no es lo mismo que optar…Y también resulta difícil entender el significado que las bienaventuranzas podrían tener si dijeran: felices los pobres porque de ellos es preferentemente el reino de Dios.”22 Además, denuncia un cambio de significación de la liberación del pecado: puesto que el problema es tangible, es decir físico, se espera una respuesta en aquél ámbito, pero en la Instrucción se habla del pecado como espiritual, lo cual da lugar a una respuesta meramente espiritualizada. En cuanto al marxismo, los teólogos de la liberación aclaran que su uso es una reflexión y autocrítica de la teología ya que le hace ver su realidad en la sociedad. Por ejemplo, Ignacio Ellacuría “indica que la teología puede adoptar el lenguaje marxista como otrora adoptara el lenguaje aristotélico” pero debe ser una adopción crítica “para evitar «que el lenguaje usado no desfigure la pureza y la plenitud de la fe y… y que no convierta la teología en una versión sacralizada de un determinado discurso secular».”23 Así Ibíd., 27. 22 Juan Luis Segundo, Teología de la liberación. Respuesta al Cardenal Ratzinger (Madrid, España: Ediciones Cristiandad, 1985), 58-59. 23 Juan José Tamayo-Acosta, Para comprender la teología de la liberación (Estella, España: Verbo Divino, 1991), 8788.
también lo manifiesta L. Boff: “«pasar por él [marxismo] y seguir adelante, según la dialéctica: a través de… Para llegar más allá de…».”24 Por el lado protestante, Rodolfo Blank, denuncia que en la TL “Jesús funciona primordialmente como un ejemplo, un modelo, y no como sacramento o como el Salvador.”25 Ante este reproche los hermanos Boff escriben que Jesús es Dios en nuestra miseria, que vivió en un contexto social determinado y reaccionó en y ante él: El Mesías, es, pues, el que realiza la liberación de los infelices concretos. El reino es también liberación del pecado (Lc 24,47; He 2,38; 5,31; 13,38): pero esto no se puede interpretar de forma reduccionista, amputando la dimensión infraestructural que los evangelios subliman en la predicación de Jesús. El reino es don de Dios ofrecido gratuitamente a todos. Pero se entra en él por medio del proceso de conversión. La conversión exigida por Jesús no significa únicamente un cambio de convicciones (teoría), sino principalmente un trueque de actitudes (práctica) respecto a todas las relaciones personales, sociales y religiosas que mantiene la persona.26
Por otro lado, teólogos protestantes como Míguez Bonino, Rubem Alves, J. de Santa Ana y J. Pixley “han contribuido críticamente a la reflexión teológica latinoamericana en la línea de la TL.”27 José Míguez Bonino
Después de que el apogeo del marxismo y los regímenes que mantenían el poder militarizado en países de América Latina cayeran, se pensaba que la TL también terminaría. Sin embargo, la TL se ha adecuado a las exigencias de la sociedad y abarca ahora temas como la ecología: La teología de la liberación y el discurso ecológico tienen algo en común: parten de dos heridas sangrantes. La primera, la herida de la pobreza y de la miseria, rompe el tejido social de los millones y millones de pobres en el mundo entero. La segunda, la agresión sistemática a la Tierra, desestructura el equilibrio del planeta amenazado por la depredación hecha a partir del modelo de desarrollo planteado por las sociedades contemporáneas y hoy mundializadas.28
Rubem Alves
Por lo tanto, “una teología de la liberación integral debe ser una teología ecológica de la liberación.”29 De ahí pasa 27
250.
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Ibíd., 88. Blank, Teología y misión, 293. 26 Boff, Cómo hacer teología de la liberación, 70-71. 24 25
Tamayo-Acosta,
Para
comprender,
28 Leonardo Boff, Ecología: Grito de la tierra, grito de los pobres (Madrid, España: Trotta, 1996), 135. 29 Leonardo Boff, “Teología bajo el signo de la transformación” en Juan José Tamayo y Juan Bosch ed. Panorama de la teología en Latinoamérica. Cuando vida y pensamiento son inseparables (Estella, España: Verbo
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a una teología del cosmos y una teología de Dios, explica L. Boff que “todo tiene que ver con todo en todos los puntos y en todas las circunstancias.”30 Al respecto muchos lo acusan de ser panteísta, sin embargo un examen no tan superfluo evidencia una negación a la acusación: “Todo está penetrado por Dios, pues todo está en Dios y Dios está en todo, hasta en las cosas más pequeñas. Aquí está el verdadero pan-en-teísmo, la experiencia última de toda teología, el fin del camino del teólogo.”31 Leonardo Boff
TL, declara de manera apasionada su quehacer teológico: “Con mi palabra teológica, estoy reclamando para mí y para las mujeres de origen similar al mío nuestro lugar en el mundo como creadoras de conocimiento.”33 También Elsa Tamez, recuerda sobre su participación: “Descubrimos una clave para hacer teología desde la mujer dentro de la teología de la liberación; la mujer es doblemente oprimida, pues a su condición de pobre se le añade su condición de mujer discriminada.”34 Así la teología de la liberación avanza hacia nuevos horizontes. Auto-criticándose y reformulándose.
con el presidente no eran traición a los pobres.”35 El aporte de la ética en la política será otro tema de la TL. Enrique Luis Sánchez cita a Ellacuría: “La política no se puede refugiar en el cómodo se hace lo que se puede (dejando en manos de la ética lo que se debe hacer). Eso sería abandonar la política al pragmatismo y colocar a la ética en la impotencia real.”36 Ignacio Ellacuría
Impacto de la TL La TL estremeció las estructuras religiosas, sociales y políticas. Aunque no puede decirse llanamente que la TL fue causa de revoluciones, pues se desarrollaba con aquellos movimientos en una sinergía. Su momento histórico fue propicio.
Del mismo modo la TL, que en sus inicios sólo se hacía desde el varón, se acopla al cambio para dar lugar a la teología feminista. La teología feminista se hacía ya desde los 60’s pero no se le había dado un lugar. Un cambio importante en el asunto se demostró en el encuentro de Buenos Aires, Argentina (31 de octubre al 4 de noviembre de 1985). Los resultados se publicaron en El rostro femenino de la teología, editado por la teóloga mexicana Elsa Tamez: “se pone de manifiesto que «la mujer no lucha contra el varón, sino contra el machismo que impregna la cultura y la teología dominantes y que oprime a todos: varones y mujeres».”32 María Pilar Aquino, teóloga católica mexicana, participante de la Divino, 2002), 177. 30 Ibíd., 178. 31 Ibíd., 180. 32 Juan José Tamayo, Presente y futuro de la teología de la liberación, (Madrid, España: San Pablo, 1994), 98.
En lo social la TL ideológicamente impulsó a muchos movimientos revolucionarios por su denuncia de los gobiernos corruptos, pero también su condena hacia la violencia de ciertos grupos provocó que varios partidarios y promotores de la TL fueran perseguidos por ambos bandos, especialmente en El Salvador. Pero algunos de los teólogos de la liberación buscaban más que nada el diálogo entre ambas partes. A este intento de conciliación Ignacio Ellacuría lo llamaba la tercera fuerza, Ricardo Falla así lo recuerda: “Comenzamos a entender que la tercera fuerza no era tercerismo, que la negociación no era claudicación, que la crítica a los revolucionarios no era obstáculo a la liberación, que tus pláticas 33 María Pilar Aquino, “La teología feminista: horizontes de esperanza” en Tamayo y Bosch ed. Panorama de la teología en Latinoamérica, 113. 34 Elsa Tamez, “Descubriendo rostros distintos de Dios”, en Tamayo y Bosch ed. Panorama de la teología en Latinoamérica, 653.
En lo eclesial hizo un llamado a un evangelio social. En este punto, la TL también se vio influida por la teología protestante que ya incursionaba en la temática Iglesia-sociedad. Las CEB’s causaron inquietud en la Iglesia católica, pues la llamada Iglesia Popular amenazaba con ser una iglesia divergente. Las CEB’s lograron dar un paso hacia el concepto de Iglesia del Nuevo Testamento buscando el bien común. Con todo, la pobreza y la opresión continúa. Hoy se espera que la sangre derramada en aquellos años turbulentos no haya sido en vano. La TL sigue vigente, aunque con menor euforia, y nos sigue retando a responder a las necesidades de nuestra sociedad sufriente.
La TL en México Es bien sabido que la TL no impactó en México del mismo modo que lo hizo en Centramérica. Esto debido a que: …hasta el final de los años sesenta, México vivió la «verdad oficial», de ser distinto al resto del Continente. Los 35 Jon Sobrino y Rolando Alvarado ed. Ignacio Ellacuría. «Aquella libertad esclarecida» (Santander, España: Sal Terrae, 1999), 284. 36 Ibíd., 213.
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«logros económicos» y su especial fisonomía, su «estabilidad política», le hicieron sentirse distinto, cuando no ajeno a los problemas y crisis que abiertamente se debatían en los países hermanos del sur. Justo es también reconocer que la Iglesia mexicana no ha tenido conciencia ni estilo de tradicionalismo militante y beligerante o apologético…37 No fue sino en el Encuentro Latinoamericano de Teología en México y para México (1974-1975), que hubo una apertura a la TL pues varios exponentes ya reconocidos dieron mucho que pensar a la Iglesia Mexicana: Quedaba en la mente y el espíritu de los participantes las repetidas reflexiones de los más comentados teólogos de la liberación sobre una actitud teológica humilde y modesta, acorde a la condición del pobre, con quien y por el cual se opta.38 La Iglesia evangélica en México tampoco vio con buenos ojos la TL, y a los pocos que se aventuraban a hablar de ella se les veía como católicos en el mejor de los casos o como socialistas. Aunque ya pasó la efervescencia de aquellos años, la TL, como bien lo expresa Juan José Tamayo, no está terminada (como no lo está cualquier otra teología): “Se desarrolla en la historia y, por ende, se muestra sensible a las mutaciones históricas.”39 Por esta misma razón la TL tiene qué decirnos algo hoy. En primer lugar, nos llama a la praxis teológica. J. C. Scannone expresa que podemos tomar de la TL:
ética y cultura de la vida y solidaridad frente a la muerte…; y finalmente, la revalorización de la piedad y espiritualidad populares.40 La Iglesia evangélica mexicana debe abrirse a las necesidades de su sociedad. Así, en palabras de Gustavo Gutiérrez, “la principal tarea de la teología es cómo decir a los pobres de este mundo que Dios los ama.”41 Necesita sensibilizarse, y no solo eso, sino también entrar en diálogo con las diferentes ciencias en su quehacer teológico.
Conclusión La TL es necesaria para la Iglesia como una sacudida para despertarla del letargo espiritual mantenido por varios años. Se debe evaluar y reformular para su contexto actual. Hoy, le corresponde a la Iglesia evangélica responder al reto de Jorge Pixley, cristiano bautista y teólogo comprometido con su Iglesia en un mundo desesperanzado: Permítaseme hacer un llamado a la fidelidad al Dios de la Biblia, quien, por no hacer acepción de personas, ama a la viuda, al huérfano y al forastero con un amor especial (Dt 10,15-19). Jesús indicó en la visión del juicio final en Mt 25 que nos encontraría en el hambriento, la enferma, el preso, la que no tiene hogar. ¿Seremos capaces en el siglo XXI de cultivar y profundizar una mística, una búsqueda de Dios, coherente con el Dios que hemos “descubierto” en la Biblia en la TL latinoamericana?42
…la preocupación por lo social y cultural; la dimensión pública de la fe; el neocomunitarismo frente al neoliberalismo; la opción por un Enrique Dussel ed., Historia General de la Iglesia en América Latina. México (México, D.F.: Ediciones Sígueme y Ediciones Paulinas, 1984), 372. 38 Ibíd., 450. 39 Tamayo, Presente y futuro de la teología, 75. 37
40 Raúl Berzosa Martínez, ¿Qué es teología? Una aproximación a su identidad y a su método. (Bilbao, España: Desclée De Brouwer, 1999), 141. 41 Sobrino, El principio-misericordia, 77. 42 Jorge Pixley, “Una vida sorprendida por la gracia” en José Tamayo y Juan Bosch ed., Panorama de, 463.
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Recomendaciones Libros Blank, Rodolfo. Teología y misión en América Latina. Missouri, EEUU: Concordia Publishing House, 1996. Es una panorámica del desarrollo de la teología y la misión en América Latina. El autor repasa la historia proveyendo al lector de los fundamentos para evaluar su fe en la actualidad. Tal panorama es interpretada desde la óptica evangélica. Boff, Leonardo. et al. Teología de la liberación: documentos sobre una polémica. San José, Costa Rica: DEI, 1984. El autor brasileño, mundialmente reconocido, recopila en este texto los documentos más destacados acerca de la TL. Estos documentos son importantes para la actual comprensión de la TL pues fueron desarrollados durante los años más turbulentos de los países latinoamericanos en lo social, religioso, político y económico. Presenta los escritos de la Comisión para la Investigación de la Fe (otrora la Santa Inquisición) que evalúan y critican la doctrina de la TL, así como las respuestas de los teólogos más representativos de esta. Gibellini, Rosino. La teología del siglo XX. Santander, España: Sal Terrae, 1998. Roldán, Alberto F. ¿Para qué sirve la teología? Una respuesta crítica con horizonte abierto. Buenos Aires, Argentina: FADEAC, 1999. Brockman, James R. La palabra queda. Vida de Monseñor Óscar A. Romero. San Salvador, El Salvador: UCA Editores, 1985. Delgado Acevedo, Jesús Oscar A. Romero. Biografía. Madrid, España: Ediciones Paulinas, 1986. Tamayo, Juan José y Juan Bosch ed. Panorama de la teología en Latinoamérica. Cuando vida y pensamiento son inseparables. Estella, España: Verbo Divino, 2002. En este libro, los autores exponen los escritos de los teólogos tanto del ala católica como evangélica en América latina. Como lo indica el subtítulo, los teólogos participantes exponen su quehacer teológico desde sus vivencias. Esta manera de acercarse a la labor teológica permite apreciar la relación existente entre pensamiento y praxis, entre individuo y sociedad. Argueta, Manlio. Un día en la vida. San Salvador, El Salvador: UCA Editores, 2005. Tamayo, Juan José-Acosta. Para comprender la teología de la liberación. Estella, España: Verbo Divino, 1991. Romero, Oscar Arnulfo. La violencia del amor. Farmington, PA.: Plough Publishing House, 2007.
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TeologĂa: Arte de narrar cuentos acerca de lo divino. TambiĂŠn, el arte de escuchar dichos cuentos. -Anthony De Mello SJ
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