LEAN 2.6 A Dios rogando y con el mazo dando (julio '11)

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Índice Editorial

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La oración después de todo sí es escuchada Lic. Karla Morales

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Cómo debemos hablar con Dios

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El Padrenuestro Shel Durán

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La oración de un evangeloco (sketch) Shel Durán Del pensamiento al papel

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1er. Foro Interdisciplinar: ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? La oración

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Editorial L

utero sabía que “orar bien es estudiar bien”. Por lo tanto, la oración debe ser reconocida como una práctica que debe ser bien aprendida, requiere esfuerzo y dedicación al mismo tiempo que placer y gozo por el simple hecho de poderlo hacer, pues se fundamenta en la relación que uno tiene con Dios Padre en la persona y obra de Jesucristo por medio del Espíritu Santo. En estas páginas se exponen algunas reflexiones que serán de utilidad para todo aquel que desea cumplir correctamente con el mandato de orar. Al incursionar en esta temática también nos ponemos a su servicio recordándoles que contamos con un espacio en nuestra página de Internet (www.leanlarevista.com/ayuda.html) dónde pueden expresar sus peticiones de oración o solicitar la consejería de psicólogos cristianos que responderán a la mayor brevedad posible; pueden escribir a ayuda@leanlarevista.com. También agradecemos a todos ustedes, hermanos amados, que tienen en sus oraciones a todo el Equipo LEAN. Agradecemos a nuestro Señor por sus vidas y oramos que todo el contenido sea de edificación para cada uno de ustedes.

-Shealtiel Durán Badillo.

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La oración después de todo, sí es escuchada Licda. Karla Morales

E

l tema de la oración no siempre es sencillo, menos cuando el cristiano tiene una petición que implica esperar pacientemente. En una circunstancia difícil, en medio de una tormenta continua, en un hoyo profundo, en una inmensa obscuridad… el ser humano clama al Todopoderoso, gime y llora… pero lo triste y desesperante es cuando al parecer no hay respuesta. Lo perceptible es un silencio profundo. La agonía se acrecienta y el alma desfallece. ¿Tiene algún sentido seguir clamando? ¿Se podrá vislumbrar algún beneficio en el horizonte? Porque por ahora, el alma se acongoja, el alma se deprime, y deja de clamar.

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Jesús relata una parábola que trastorna el pensamiento y las enseñanzas no sólo de aquellos días sino aún más del tiempo actual. Se dirige a los discípulos con el objetivo de no perder la esperanza en medio de la adversidad y continuar en la oración. La parábola de la viuda y el juez injusto o inicuo (Lc. 18:1-8) es una figura que denota el impulso por la perseverancia a pesar de todo y en contra de todo con fe en el que TODO lo puede. Esta enseñanza evoca una escena en la que existen los contrastes por todos lados. El primer contraste es entre la viuda y el

juez, es decir, la viuda es y representa la persona vulnerable, oprimida; contra el juez, el hombre con autoridad y poder. Luego para enfocarse en el mensaje esencial, se presenta el contraste entre el juez injusto, malo por naturaleza y el juez justo y eterno que es Dios. El primero es egocéntrico y pierde el poco carisma que le quedaba de su poder; el segundo, Dios mismo, aparece con una intervención magna que comparte con y por sus escogidos. La viuda no es quien tiene el protagonismo, sino el juez que queda en contraste con Dios, el juez justo. Él, un ente egocéntrico, indiferente, cruel y malvado. Dios, un padre bondadoso, que escucha, atiende e interviene en la súplica de sus elegidos. Para comprender el pasaje un poco más, es necesario señalar que esta parábola es una clásico argumento judío del tipo “cuánto más” (qal vahomer) es decir, si un juez injusto a quien no le importan las viudas puede hacer justica, ¿cuánto más no hará el juez justo de toda la tierra?1 Entonces, siguiendo ahora con la explicación del contexto judío, en la ley, la viuda era el ejemplo máximo de la persona oprimida, porque no tenía ningún medio de sostenimiento. Como lo señala Keener: “era imposible que pudiera pagar un soborno”.2 Pues su asunto pudo tratarse de una cuestión de dinero, puesto que la viuda presenta su demanda ante un solo juez y no ante un tribunal, quizás una deuda, una hipoteca o una parte de la herencia que le es retenida. En definitiva, se puede identificar a la viuda como una persona pobre, hasta se puede pensar que su adversario en el proceso es un hombre rico.3 La situación

Craig Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia: Nuevo Testamento (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 2003), 235. 2 Ibid. 3 Joachim Jeremías, Las parábolas de 1

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hasta aquí presentada es una escena de sufrimiento, desigualdad y contrastes. Es una angustia continua que requiere la decisión inmediata de un juez justo pero lo único que hay alrededor es indiferencia y crueldad. La solución presentada por Jesús ante esta dificultad está al acceso de todo creyente, acceso que abre más que una puerta y supera las fronteras de la indiferencia, abre las puertas de la esperanza de par en par. La solución estriba en la relación estrecha del creyente con su Salvador. Es una relación que mantiene la vía abierta, él creyente ora y Dios escucha. En esta relación el creyente sabe que el camino no es sencillo, por eso debe perseverar. El papel de la perseverancia en la oración es de suma importancia porque según el relato, la viuda frente al juez malvado consigue vencerle a través de su insistencia. Pero hay que reconocer que un doble peligro amenaza a los fieles cuando pretenden orar: el riesgo interior de la duda y el desfallecimiento.4 En la parábola el juez ya está cansado, pues una y otra vez la viuda ha ido a “importunarle”. De manera que será mejor atender su petición no sea que se le agote la “paciencia”. El verbo upapiazo que utiliza el evangelista, está bien escogido. Significa, en sentido propio “poner morados los ojos”, “golpear en la

!Jesús

(Navarra: Editorial Verbo Divino, 1997), 174. Francois Bovon, El evangelio según san Lucas (Salamanca: Ediciones sígueme, 2004), 237. 4

cara”, “machacar”, y, en sentido figurado, “domeñar a fuerza de golpes”, “maltratar”, “atormentar”, “importunar”, “mortificar”. Tomándolo en sentido figurado el golpe que el juez va a propinarle a la viuda es sin duda una afrenta a su honor.5 Pues sus eternas quejas le molestan y quiere tener paz. Así que mejor, será atender a la viuda. En esta parábola Jesús hace la pregunta retórica, ya que hace la comparación con el Padre: ¿se tardará en responder? pues después de todo es Dios mismo quien sin ningún agotamiento de paciencia y con amor responde a la necesidad de sus escogidos. Hay que reconocer que Jesús está dando una esperanza a través de esta parábola para el pueblo oprimido y condenado a la opresión. Da la convicción que el juez verdadero vendrá a restablecer el derecho. Él es quien tomará a los elegidos y les dará la justicia perfecta.

Pero hay que reconocer que un doble peligro amenaza a los fieles cuando pretenden orar: el riesgo interior de la duda y el desfallecimiento. La versión Reina Valera Actualizada traduce esa misma pregunta de este modo: “¿les hará esperar?” Esto debe comprenderse en que no asegura que Dios vendrá rápidamente a contestar la petición, lo que está diciendo es que él vendrá, sí, con seguridad, con toda certeza pero no en seguida. Comprender esta verdad en un mundo de inmediatez, de una sociedad pragmática, parece 5

Ibid.

un tema desconsolador. Sin embargo, la respuesta del Juez justo no aparecerá en el tiempo inmediato pero no hay duda que lo hará y lo realizará a la perfección. Una última pregunta de Jesús marca el final de la parábola, y sólo revela la relación estrecha entre la fe y la oración. La pregunta final no se hace con el propósito de especulación, sino del autoexamen.6 Las plegarias, ruegos y oraciones revelan las necesidades de aquellos que están bajo necesidad o ansiedad pero también: “La actitud orante de los elegidos es la expresión de su convicción religiosa. Donde hay fe, hay también oración”.7 Bien lo afirmó Cirilo de Alejandría: “La función de la plegaria es un privilegio que los humanos no deberían despreciar…como afirma la parábola, es un camino seguro, puesto que Dios escucha la oración seria y constante”. Así que, la oración existe, es preciso continuar practicándola. Dios es fiel y por muy alejada que parezca, su intervención final es segura. Como escribe Joachim Jeremias: “se trata de tomar a Dios en serio, de contar realmente con Él, a pesar de todas las apariencias”.8 Una determinación es clara para los creyentes de hoy día, la paciencia se agota, y la espera también, sin embargo, deben perseverar en la fe. La parábola para los discípulos de Jesús implicaba también que las preocupaciones no deben limitarse al miedo del porvenir, el contexto de la parábola señala que hay un anuncio claro de Jesús a los discípulos a quienes fue dada la enseñanza. Se trata de que serían expulsados, sufrirían injurias, denuncias, interrogatorios, martirios y de quién sería el que se mantendría firme. De nuevo entonces, la pregunta va más allá de ese miedo, rinde una exhortación a la que cada uno debe responder. Cuando el Hijo del hombre vuelva, ¿hallará fe en esta tierra? 6 Guillermo Hendricksen El evangelio de Lucas (Grand Rapids, Michigan: Subcomisión Literatura Cristiana, 1989), 762. 7 Bovon, El evangelio según san Lucas: 245. 8 J. Jeremías, Las parábolas de Jesús 172.

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Cómo debemos hablar con Dios León Felipe nos explicó cómo debemos hablar con Dios: -Aquí en el cielo no hay retórica, ¿verdad? Le pregunto a un ángel amigo mío. Todos los ángeles son amigos míos, Pero a éste no le había visto nunca. El ya me conocía, Sabía mi nombre y mi mote. Pero me dijo: -No, amigo, Aquí todos hablan con voz natural. Nadie engola la voz. Aquí no hay tenores, ni falsete, Ni retórica, ni hipérbaton. A Quevedo y a Góngora Los hemos mandado al Olimpo. Sencillez, claridad, Es lo que aquí se estila: La voz es lo que Dios cuida más. -Pero, si Dios no habla nunca. Yo le he llamado muchas veces, Y nunca me contesta. -Porque no le hablas con la voz que a Él le gusta. Tú gritas mucho, Y a Dios, como a los mexicanos, No les gusta que les hablen “golpeado”. Modérate, modérate, amigo, Y habla más bajo. Esto me enseña Que debo ir aprendiendo Cómo se habla con Dios.1

Luis González-Carvajal, El Padrenuestro explicado con sencillez (Santander, España: Editorial Sal Terrae, 2009) 16-17. 1

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El Padrenuestro (Mateo 6:9-13) Shel Durán

Introducción El Padrenuestro no posee en el cristianismo el lugar que se merece: el evangelicalismo cree que es muy “católico” orarlo, y el catolicismo cree que solo ha de ser rezado como penitencia. Los evangélicos le tienen aversión. En realidad son muy pocos quienes oran siguiendo el modelo de oración enseñada por Jesucristo. Por lo tanto, se expondrá una exégesis de Mateo 6:9-13 con aplicaciones puntuales para el evangélico en América latina a fin de que profundice en su oración y relación con Dios nuestro Padre.

Exégesis Jesús acomete contra aquellos que buscan su propia gloria a través de sus buenas obras: hacer justicia (v.1), dar limosna (v.2), orar (v.5). Los juzga como hipócritas (v. 2, 5, 16). Por ello, ordena a sus discípulos a entrar en su propio cuarto y ahí orar en secreto, y no balbucear haciéndose como los gentiles (v.6-8). Así, introduce su enseñanza sobre como se ha de orar, la sección conocida como el Padre nuestro. Una propuesta de su estructura es: • Una invocación solemne “Padre nuestro que estás en los cielos”,

• Tres deseos dirigidos a Dios y para Dios (Tu) 1. la santificación del nombre de Dios, 2. la venida del reino de Dios, 3. el cumplimiento de la voluntad de Dios, • Una fórmula-eje “así en la tierra como en el cielo” (literalmente, “como en el cielo, así en la tierra”) • Tres peticiones en relación con el hombre (nosotros) 1. el pan 2. el perdón 3. la liberación (del mal)1 El versículo 9 comienza con Ou[twj ou=n. Se puede traducir como “Por lo tanto”, indica el comienzo de una enseñanza en base a lo anterior. Ésta comienza con el verbo proseu,cesqe, un imperativo presente, deponente, segunda persona plural. Es decir, la manera de orar que Jesús está a punto de enseñar no puede considerarse tan sólo como una opción, es un mandato que sus discípulos deben obedecer. Él “enseñó el Padrenuestro a los discípulos para que lo recitaran –quizá también con él–, no como liturgia, pero sí en común.”2 Esto ya es una señal que debe inquietar al evangélico más apasionado. Este verbo exige una respuesta: orar o no orar el Padre nuestro. La conclusión es la siguiente: 1) los discípulos deben orar el Padre nuestro, 2) el evangélico es –o debiera ser– un discípulo, 3) entonces, el evangélico debe orar el Padre nuestro. No queda lugar 1 Jean Pouilly, Dios, nuestro padre. La revelación de Dios Padre y el “Padrenuestro” (Estella, España: Editorial Verbo Divino, 1990), 35. 2 Oscar Cullmann, La oración en el Nuevo Testamento. Traducido por Manuel Olasagasti Gaztelumendi (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 1999), 76.

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para dudas ni rechazos. Se obedece o desobedece. El verbo mismo es suficiente para indicar a quien se dirige, pero agrega el pronombre u`mei/j como una manera de hacerlo más personal: “ustedes”. Y es que no se dirige a los hipócritas –los líderes religiosos judíos–, ni a los gentiles, sino a sus discípulos, aquellos que han sido llamados por él, y que han dejado todo para seguirle. Ahí se encuentran los doce y muchos otros discípulos, nosotros, cada cristiano. El mandato de Jesús es a orar: Pa,ter h`mw/n. Con el vocativo Pa,ter Jesús acerca, por así decir, al Dios trascendente que la teología negativa judía concebía. Aunque hay pasajes en el Antiguo Testamento en los que: Dios se designa como Padre: 2 S. 7:14 (y par.), Jr. 31:9; Mal. 1:6; los hombres llaman a Dios Padre: Dt. 32:6; Mal 2:10; Sal 68:6; Tob. 13:4; Eclo. 51:10; los hombres invocan a Dios: “¡Padre!” Is. 63:16; 64:8; Jr. 3:4,19; Sal. 89:27; Sab. 14:3; Eclo. 23:1,4… se invoca a Dios como Padre a título colectivo (“Padre nuestro”). Pero no aparece entonces una verdadera intimidad, como ocurre en la oración de Jesús.3 El Dios que Jesús muestra no está lejano, no es un soberano inaccesible, oculto tras las puertas de un palacio con acceso restringido. El Dios de Jesús está cercano a él, es inmanente. El Dios de Jesús es su Padre. Y Jesús se manifiesta también en esta oración como nuestro hermano, el Primogénito que nos abre el camino para participar de la relación familiar divina (Ro. 8:29). Es Jesús quien nos permite tener una relación con Dios como Padre. Padre nuestro. Padre de huérfanos, de todos aquellos que quizás perdieron a su padre, como Jesús a José, o que fueron abandonados, o abusados por quien debería protegerlos, pero también es Padre de aquellos que a pesar de tener un padre necesitan conocer el amor de Dios. 3

Pouilly, Dios, nuestro padre, 10 y 24.

Pero también, Jesús retoma de su cultura judía el concepto patriarcal. Por eso Dios es presentado como Padre. No obstante, Dios trasciende todo sexo, se puede decir que Dios es madre también: Is. 49:15; 66:13; Eclo. 4:10.4 En Dios no hay carencia. Los discípulos de Jesús son sus hermanos. Los discípulos de Jesús son hijos de Dios. Por eso pueden llamarle Pa,ter h`mw/n. Con el genitivo h`mw/n nos topamos con la característica particular del discípulo de Jesús. No tiene una relación exclusiva con Dios. No es una relación como la de los cultos de misterio, donde cada uno busca por sus propios medios la manera de relacionarse con una deidad ocultando el secreto a los demás. O como normalmente el evangélico piensa de Dios como suyo propio, “mi Dios”, “mi Cristo”, tratando de privatizarlo para sí mismo sin importarle que su hermano, con quien está peleado, sea hijo de Dios al igual que él. Por el contrario, la relación del discípulo de Jesús con Dios es inclusiva. Forma parte de una comunidad, una hermandad, una familia. Por ello como se verá adelante, no sólo ora por sí mismo sino por sus hermanos. A pesar de ser Padre nuestro, Jesús recuerda que Dios es o` evn toi/j ouvranoi/j. “Los cielos” indican la morada de Dios, inalcanzable al ser humano. Da muestra de la sujeción que el discípulo debe tener. Jesús se sujetó durante toda su vida a su Padre en obediencia, y así enseña a sus discípulos a reconocer que Dios es el que está en los cielos mientras que ellos están debajo y por tanto deben sujetarse en obediencia a él. El Padre nuestro entonces acentúa la obediencia que el discípulo le rinde. El discípulo se da cuenta de su condición y también por eso invoca a su Padre. Después de invocar a Dios como Padre el discípulo manifiesta su deseo sincero: a`giasqh,tw to. o;noma, sou\: “santificado sea tu nombre”. El verbo 4

Ibíd., 11.

imperativo aoristo pasivo a`giasqh,tw indica que es Dios mismo quien realiza la acción (pasivo divino): “santifica tu nombre”. Al indicar que to. o;noma, sou\ sea santificado no se refiere únicamente a su nombre, sino a todo lo que él es. Los Padres de la Iglesia interpretaron esta frase como: La primera petición suplica que el nombre de Dios sea santificado “en nosotros”, perseverando en la santificación de la gracia bautismal (Cipriano) mediante obras dignas de santidad (Cirilo de Jerusalén, Casiano) cristiana, de modo que aquel nombre no sea blasfemado a causa nuestra (Jerónimo), sino glorificado (Mt. 5:16) por los hombres a “la luz” de nuestras “obras buenas” (Teodoro de Mopsuestia, Agustín). 5 El versículo 10 continúa la idea de sujeción a Dios, pues exclama: evlqe,tw h` basilei,a sou: “venga tu reino”. De acuerdo a la petición de Jesús, el discípulo no pide “llévanos a tu reino”6. Con esto quiero decir que es necesario eliminar de nuestro credo una esperanza ilusoria. La petición no trata de ser un escape de la vida “terrena”. A principios del siglo XX, en ciertas sociedades latinoamericanas los evangélicos creyeron más en el “rapto” de la Iglesia que en la venida del Reino, y por lo tanto no se buscó la superación, así muchos hombres y mujeres no recibieron educación básica, obstaculizando el desarrollo social pues era visto como algo efímero e indigno de ser procurado. Pero Jesús, en el Padrenuestro demuestra que no hay dicotomías. Lo que sí hay es una tensión entre el Reino inaugurado pero que aún no se manifiesta plenamente, el “ya” y “todavía no”. Y es así cómo vive el discípulo, que en medio del jaloneo debe buscar primero el Reino y su justicia. El pueblo judío esperaba el Reino de Dios. Jesús predicaba: “arrepiéntanse, Santos Sabugal, Abba’… La oración del Señor (Madrid, España: Biblioteca de Autores Cristianos, 1985), 113. 6 Luis González-Carvajal, El Padrenuestro explicado con sencillez (Santander, España: Editorial Sal Terrae, 2009), 69. 5

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porque se ha acercado el reino de los cielos” (Mt. 4:17). Con su obra demostraba que él traía el Reino: “pero si por el Espíritu de Dios yo echo fuera a los demonios, entonces el reino de Dios llegó a ustedes” (Mt. 12:28). En un mundo que se le opone, el anti-reino, Jesús ordena al discípulo a suplicar que el Reino de Dios se manifieste plenamente. Juan identificaba aquél anti-reino con Roma y la llamaba Babilonia, la gran ramera. En nuestra América latina vemos este antireino que opera oprimiendo nuestros países, algunos lo han identificado como los EEUU o el Grupo de los 8, o la Unión Europea, etc., que sí bien son ejemplos de un capitalismo despiadado que succiona la riqueza de los países “tercermundistas”, no se comparan con el reino del maligno que extiende su dominio en toda la tierra, pues él es el príncipe de este mundo. No solo se trata de un gobierno humano o, cayendo en otro extremo, de demonios asechando cada rincón oscuro poseyendo gente, sino de toda una estructura impía, injusta, voraz, que se muestra en el desempleo y el costo elevado de la canasta básica de modo que los pobres son cada vez más pobres sin acceso a ella; en la desnutrición de niños cuya dieta es únicamente de frijolitos y arroz; en pueblos autóctonos marginados por su vestimenta o explotados por terratenientes que se aprovechan de sus cosechas; en los migrantes que son considerados criminales; en la prostitución que es el último recurso de la mujer que fue esclavizada y vendida por “polleros”; en los ricos que están por encima de la ley y pueden violarla cuando quieran; en la destrucción de los recursos naturales y la caza indiscriminada de animales que ya están en peligro de extinción por causa de la comodidad y la moda; en los cárteles de drogas internacionales que controlan gobiernos e idiotizan a la gente con sus productos; en el policía de tránsito corrupto que pide “mordida” para que no se lleven el carro al corralón

y el conductor que le guiña el ojo y le da el billete “pa’l chesco”. Por escenas tan cotidianas como estas es que el discípulo debe pedir constantemente “venga tu reino”. Porque solo la instauración plena del Reino de Dios podrá ponerle fin a todo otro gobierno y sólo él juzgará justamente. La tercera expresión del discípulo es: genhqh,tw to. qe,lhma, sou( w`j evn ouvranw/| kai. evpi. gh/j. El discípulo está conciente de que la voluntad de Dios se hace en los cielos, pero anhela que se haga en la tierra. Sabe que aún no se cumple totalmente y por ello lo externa. Incluso en la hora más oscura, en su pasión, Jesús hizo la voluntad del Padre (cf. Mt. 26:39-44).

por el pan es algo muy mundano. Pero Jesús enseña que no es así, es necesario para la vida. Tal como es valida la petición porque venga el Reino, también lo es la petición por el pan. Así lo comprendieron Lutero (no sin antes cuestionar su propia interpretación espiritualista) y Calvino.8

El discípulo, por ser tal, realiza la voluntad del Padre, al menos así debe ser. Pero también declara su deseo en esta expresión: que todos hagan Su voluntad. Esto significa que el discípulo de Jesús busca que todos los hombres entren en el reino de los cielos (cf. Mt. 7:21; 18:14). Desea que las demás personas sean sus hermanos y hermanas (cf. Mt. 12:50). Algunos sectores más fundamentalistas del evangelicalismo parecieran buscar lo contrario: que aquellos que les hacen mal se pudran fuera del Reino, o simplemente se alegran de aquellos que ‘se pierden’. El evangélico si es discípulo debe buscar que todos a su alrededor hagan la voluntad de Dios.

En una sociedad Latinoamericana tan pobre, la petición por el pan cotidiano es una rogativa imperiosa. A esta, se pudiera agregar la del trabajo porque no es bueno que el discípulo solamente pida sin hacer su parte. El afán es malo, pero también lo es la pereza o la imprudencia. No se puede orar esperando que Dios provea mientras uno se queda con los brazos cruzados, quien tal haga debe estar seguro que no recibirá de manera espontánea su pan servido en bandeja de plata. En este versículo se observa también la comunión de los hijos de Dios. La petición no es únicamente por la necesidad personal. Se ora por la comunidad, por los hermanos: “el pan nuestro”. Las necesidades son compartidas. El evangélico necesita despojarse de su individualismo tan marcado, incluso cuando deseamos salir fuera de nosotros mismos lo más lejano es la iglesia propia. No se tiene en mente aquellas otras iglesias que padecen necesidad. Debe salir de su burbuja. Muchos pastores celan tanto a sus feligreses que no les permiten participar en otros ministerios si no son de la misma iglesia. ¡Algunos tienen que pedir permiso

En el versículo 11, después de haber pedido que se haga la voluntad del Padre, Jesús en su oración expresa que se ha de pedir to.n a;rton h`mw/n. La palabra pan implica el alimento o el sustento para la vida. Este es un llamado a no caer en dicotomías, cosa que por lo general realizan los evangélicos al “espiritualizar” su mundo. Incluso la mayoría de los Padres de la Iglesia llegó a explicar que el pan era espiritual, algunos interpretando que era el mismo Cristo en la eucaristía, o el pan del reino que se espera venga ya.7 Hoy permanece la idea de que pedir Cullmann, La oración Testamento, 98-99. 7

en el Nuevo

El ser humano tiene necesidades que satisfacer y Jesús las experimentó en su encarnación. Estás han de ser saciadas en su momento y bajo la administración adecuada. Por eso es que ora: to.n a;rton h`mw/n to.n evpiou,sion9 do.j h`mi/n sh,meron: “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”. No se ha de pedir por más de lo que uno necesita. Además, se vive en el presente y no es bueno afanarse por el futuro (cf. Lc. 12:22-31).

Ibíd., 97. “El término epioúsion (e.piou,sion), es un hapax legomenon, de sentido discutido. Parece ser sencillamente ‘el del día que viene’.” Ángel González, La oración en la Biblia (Madrid, España: Ediciones Cristiandad, 1968), 178. 8 9

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La petición es comprendida por cualquier discípulo que busca obedecer a su Señor tratando de alejarse de las tentaciones que lo asechan. para servir! Pero Jesús, al contrario, espera que sus discípulos pidan en conjunto, que velen por las necesidades del otro. El principio de comunidad se ve registrado en el siguiente versículo (12): kai. a;fej h`mi/n ta. ovfeilh,mata h`mw/n( w`j kai. h`mei/j avfh,kamen toi/j ovfeile,taij h`mw/n. El verbo avfh,kamen de la segunda oración es traducido por RV60 como “perdonamos”, pero esto es una traducción ambigua pues se entiende en primera instancia como algo presente (que se apega mejor a la versión de Lucas 11:4), sin embargo el tiempo verbal en griego es aoristo. La oración puede ser traducida de manera más clara: “y perdónanos nuestras deudas como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores”, como lo hace la NVI. Es decir, la acción ya ha sido realizada: se ha perdonado. Algunos han interpretado este versículo señalando que es necesario perdonar a los demás como requisito para ser perdonados por Dios. Pero se ha aclarado como sigue: La idea de que Dios depende de nuestro perdón contrasta con toda la predicación de Jesús; por ejemplo, con la parábola de los trabajadores de la hora undécima (Mt 20,1ss), que perciben igual jornal que los de la primera hora. El v. 15 subraya la libertad del amo de la viña: “¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?”. Esto vale también para el perdón: Dios no depende de nosotros; pero quiere que, al pedir perdón, estemos unidos a él en la capacidad de perdonar a los semejantes.10 Cullmann, La oración en el Nuevo Testamento, 105. 10

El versículo 13 concluye kai. mh. eivsene,gkh|j h`ma/j eivj peirasmo,n: “y no nos lleves hacia la tentación”. El verbo eivsene,gkh|j puede traducirse como “traer” o “guiar”.11 El sustantivo peirasmo,n también tiene dos posibles significados: “prueba” o “tentación”.12 Para aclarar el significado de tentación debemos considerar que: …este término no designa jamás el atractivo interior que uno siente por algo malo o por algo prohibido, sino ‘la prueba en la que Satanás intenta perder a quien ataca (1 Cor 7,5; 1 Tes 3,5; 1 Pe 5,5-9; Ap 2,10; cf. Lc 22,31)… esto es, un ataque del tentador que intenta destruir la fe en el corazón del creyente (Lc 8,13; 18,8; Ap 3,10).13 “Dios y el diablo actúan conjuntamente en la tentación como prueba; pero Dios es el verdadero sujeto; el diablo, su instrumento.”14 La petición es comprendida por cualquier discípulo que busca obedecer a su Señor tratando de alejarse de las tentaciones que lo asechan. Se reconoce pues la presencia y soberanía de Dios aún en medio de la tentación. A esta primera frase le sigue: avlla. r`u/ sai h`ma/j avpo. tou/ ponhrou/: “pero líbranos del malo”. La partícula adversativa avlla indica la posibilidad de que Dios no actúe como el discípulo quisiera al pedirle que no lo dirija hacia la tentación. Si el discípulo ya se encuentra frente a la tentación le ruega a Dios, su Padre, que lo libre del malo. Sabe que se encuentra en un mundo hostil –lo malo, pero también sabe que el malo, o el maligno, pretende atacarlo pues este se opone al Reino y a todo aquél que es hijo de Dios. La petición bien pudiera ser por la Thayer’s Greek Lexicon, versión electrónica en Bible Works 7, CD-ROM, 2006. 12 Barclay M. Newman, Jr. ed. A concise Greek-English Dictionary of the New Testament (Stuttgart: German Bible Society, 1993), 138. 13 Pouilly, Dios, nuestro padre, 49. 14 Cullman, La oración en el Nuevo Testamento, 110. 11

liberación de toda la estructura maligna en la que vivimos, como lo mencioné arriba: injusticia social, económica, gobiernos opresores, etc., pero también pudiera ser por la liberación del maligno: aquél que inflama todas las perversidades. Por ello, el discípulo debe pedir por la liberación ya sea del mal o del maligno, y con ello declara que Dios es soberano y gobierna sobre todas las cosas y todos los seres, declara que solamente Dios es capaz de librarlo. De modo que una traducción podría ser: Por tanto, ustedes oren así: “Padre nuestro, que estás en los cielos, santifica tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdona nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos lleves hacia la tentación, pero líbranos del malo.

Conclusión El Padrenuestro fue enseñado por Jesús a sus discípulos como un modelo de la oración y les ordenó orar de esa manera. El evangélico haría bien al considerarlo parte de su credo y aún más, al ponerlo en práctica. Es necesario que la Iglesia evangélica modifique su concepción respecto al Padrenuestro, recuperando para sí la riqueza y el valor profundo e inagotable de la oración que Jesús enseñó. Y no sólo eso, sino que debe regresar a sus orígenes de comunidad y recordar que la oración modelo de Jesús es inclusiva, se hace así, en unidad con los hermanos: “Quizás al acabar nos preguntarían: Oye, ¿Por qué decís Padre nuestro? ¿Cómo sabéis que tenemos un Padre en el cielo? Y responderíamos: Porque en la tierra vivimos como hermanos.”15

Luis González-Carvajal, El Padrenuestro explicado con sencillez (Santander, España: Editorial Sal Terrae, 2009), 134. 15

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La oración de un evangéloco1 Un sketch por Shel Durán Personajes: Memo (protagonista principal)2

Joven 2

Pastor de jóvenes

Vendedor 1

Mandy

Vendedor 2

Amiga y bebé

Profeta

Joven 1

Ayudante

Escena 1: El saludo Memo platica con su pastor de jóvenes (PJ) en un parque. PJ le dice:

-“Pues sólo acuérdate, que tú eres responsable de tus actos.”

Termina la plática, Memo camina y va orando:

-“Dios, si Mandy es para mí dame una señal.”

Mandy va pasando casualmente. Memo la ve a lo lejos. Memo le pide a Dios:

-“Oh Dios, si es ella haz que voltee y me salude.”

Mandy voltea, saluda, y manda un beso. Detrás de Memo se encuentra una amiga con su bebé, ellas son las que intercambian saludos con Mandy. Memo cree emocionado que Dios ha contestado su oración.

Escena 2: Libros chafas La escena se da en una librería cristiana. Unos jóvenes platican acerca de un libro y lo dejan mal acomodado en un estante diciendo:

-“Ese libro está bien chafa.”

Los jóvenes salen de la librería. Memo entra y ora:

-“Señor, tú muéstrame el libro que tu quieres que yo lea.”

Ve el libro mal acomodado y pregunta:

-“¿Es éste Señor?”

Lo toma y lee el título: Pídele al rey tu princesa. Cómo orar para tener novia. Todo parecido con alguna persona o situación de la vida real es mera coincidencia. Este sketch es una sátira que tiene como finalidad primeramente exponer las incongruencias y falsas concepciones respecto a la oración que circulan libremente en la Iglesia evangélica. Tal tergiversación de la oración es un serio problema para la fe cristiana, pues la oración y la fe van de la mano, una falsa doctrina conlleva una praxis aberrada. En segundo lugar, busca que el lector o el público se haga un autoexamen profundo y sincero, que indague a la luz de la Escritura qué es y cómo debe practicarse la oración que resulte en vivir cristianamente. El sketch “La oración de un evangéloco” puede ser utilizado con libertad para el beneficio de la iglesia local. 2 Como adjetivo significa tonto, simple, mentecato: “Memo”, Diccionario de la Real Academia Española, 22ª ed., http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=memo (consultado el 17 de junio de 2011). 1

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Le da vuelta y expresa:

-“¡Órale!, y es de un pastor y teólogo egresado de Semiteca. Seguramente ha de ser muy

bueno.” Lo lleva a la caja para preguntar por el precio. Se encuentran dos vendedores, uno de ellos (V1) responde:

-“Ah, pues precisamente ese es el último que tenemos, y además, ¡tiene 60% de

descuento!” Memo contesta:

-“¡Ay, gracias a Dios! De una vez me lo llevo.”

Paga y sale de la tienda con su libro, agradecido con Dios por contestar su oración. El segundo vendedor (V2) pregunta:

-“¿Y por qué se lo vendiste con descuento?”

V1: -“Oh, pues no ves que tiene casi como dos años ahí. Es bien chafa, por eso regresamos todos los demás libros, pero este como era el de exhibición ya no pudimos devolverlo. ¡Antes di que lo vendí!”

Escena 3: El congreso de noviazgo cristiano Memo está en una fila esperando ver a un profeta famoso y ora:

-“Dios háblame, ¿será que debo pedirle matrimonio a Mandy?”

30 minutos después de estar esperando, llega con el profeta (P) que tiene a su ayudante (A) a la par. P lo ve y le dice:

-“Dios ha contestado tu oración. Él te dice: ‘Mi hijo eres tú, esfuérzate y se valiente porque

yo estoy contigo. Dile a la joven lo que sientes por ella.” P. coloca sus manos sobre su cabeza y ora por él. Memo sale con una gran sonrisa. A. dice:

-“¡Profeta, eres muy bueno!, ¿cómo supiste eso sobre el joven?”

P. responde:

-“Es muy fácil cuando ya tienes años en esto. Mira, primero, es un congreso para aquellos

que ya son novios, pero este chavo es el único que viene solito. Segundo, ¿no viste su cara de desanimado? A esa edad, lo que necesitan son palabras de afirmación, sólo necesita seguridad, y de seguro hay una chava que lo trae cacheteando la banqueta.” A. asiente con su cabeza.

Escena 4: La propuesta Memo se encuentra con Mandy en el parque, y le dice:

-“He estado orando un buen. Y Dios me dio una promesa.”

Mandy:

-“¿Ah, sí? Y, ¿qué te prometió?”

Memo:

-“Pues me dijo que tú serás mi esposa.” LEAN 2.6 julio 2011

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Memo se inca y pregunta:

-“¿Quieres casarte conmigo?”

Mandy sorprendida, responde cavilando:

-“…Si Dios te lo dijo quizá sea cierto… ¡Sí, acepto!”

Memo pone un anillo en el dedo de Mandy, se levanta y la abraza.

Escena 5: 2 años después En el mismo parque, Memo se encuentra con PJ, quien le pregunta:

-“¿Y cómo está Mandy, cómo les ha ido en su matrimonio?”

Memo, sorprendentemente tranquilo, contesta:

-“¡Uh! No, pues hace un mes que nos divorciamos.”

Memo y PJ se sientan. PJ exclama:

-“¡Ay! No me digas, ¿y por qué?”

Memo responde:

-“Pues yo creo que Dios no quería que estuviéramos casados.”

PJ le reclama:

-“Oye, pero Dios no tiene la culpa de tus actos.”

Memo responde: -“Amén, amén. Pero lo bueno es que ya pasó y…” (Mira su reloj) “…Ya me tengo que ir, me quedé de ver con una chava que conocí ayer evangeligando, digo evangelizando, creo que ésta relación sí es de Dios.” PJ, sacado de onda, le pregunta:

-“¿Qué?, ¿y cómo llegaste a esa conclusión?”

Memo le cuenta:

-“Pues te digo que ayer la conocí en la mañana. Llegué a mi casa y dije ‘Señor, no me

quiero equivocar’, y me puse a orar desde las 7pm hasta como a las 2 de la mañana. Pero ya a esa hora tenía un buen de hambre y como no había otra cosa me comí unos frijoles. Regresé a mi cama y seguí orando. Pero en eso empezó una lucha espiritual bien cañona.” PJ:

-“¿Cómo?”

Memo le explica:

-“Sí. Pues comencé a tener un dolor bien grueso en el estómago y ya no podía seguir

orando. Sabía que era el enemigo que no quería que orara. Así que continué con todo y el dolor hasta que me quedé dormido. En eso tuve una visión de aquellas, como las de Elías, y escuché clarito la voz de Dios, bien potente que me decía: ‘Ella es para ti, conquístala’. Y entonces, lo supe.” PJ, está a punto de exhortarlo:

-“Oye, pero…”

Memo lo interrumpe, se levanta y dice:

-“Bueno, ya me voy pastor. Ahí ora para que me diga que sí. ¡Nos vemos!”

Memo se va corriendo. PJ se queda sentado meciendo su cabeza.

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Del pensamiento al papel 1er. Concurso anual de escritura, 2011

LEAN la revista y el Concilio Estudiantil del Seminario Teológico Centroamericano convocan a los estudiantes de licenciatura y maestría al 1er Concurso anual de escritura Del pensamiento al papel. A través del cual deseamos incentivar a los estudiantes a plasmar por medio de la escritura su reflexión teológica, desde y para Latinoamérica. Bases: • El concurso cuenta con dos categorías: 1) Pregrado, y 2) Maestría. • Los trabajos a inscribir deben ser las monografías entregadas en sus clases/ materias en el primer o segundo trimestre. • Sólo se aceptará un trabajo por estudiante. • El trabajo debe seguir el formato regido por el Manual de Formas para Monografías y Tesis de SETECA. • La longitud del trabajo es de 6 a 10 páginas para la categoría de Pregrado, y de 15 a 20 páginas para Maestría. Para ambas categorías los trabajos se escribirán a doble espacio con fuente Times New Roman, número doce. La evaluación de los escritos prestará especial atención a: • La redacción, clara y precisa. • Excelente investigación bibliográfica. • Aplicaciones puntuales para el contexto latinoamericano. • Colaborarán en la Comisión de evaluación los profesores del SETECA: Lic. Gonzalo Chamorro, Lic. Edwin Concul, Lic. Rodrigo Mejía. Lic. Francisco Schimidt y Dr. David Suazo. Inscripciones: • La inscripción al concurso Del pensamiento al papel inicia a partir de la realización del anuncio oficial de convocatoria. • Los interesados en la categoría de Pregrado lo podrán hacer con sus presidentes de grado quienes entregarán el listado a Karla Morales. En la categoría de Maestría se inscribirán directamente con ella. • La recepción de trabajos será en la semana del 1 - 9 de julio (última semana del trimestre). Premiación • En la categoría de Pregrado se premiarán los tres primeros lugares. En la categoría de Maestría se premiará únicamente el primer lugar. • La premiación del 1er Concurso de escritura Del pensamiento al papel se llevará a cabo el 24 de agosto en la Capilla mayor del SETECA por el Concilio Estudiantil y los representantes de LEAN la revista. • Los premios son patrocinados por la Biblioteca del SETECA y la Librería Centroamericana. • Los escritos ganadores serán publicados en LEAN la revista en su publicación del mes de septiembre 2011.

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La oración Aquel día el rabino había rezado durante mucho tiempo y con mucho fervor. -¿Y cuál ha sido hoy el objeto de tu oración? –le preguntó la rebbetsin, su mujer. -He rezado para que los ricos den más a los pobres –respondió el rabino. -¿Crees que Dios ha escuchado tu oración? –siguió preguntando su mujer. -Estoy seguro de que de momento ha escuchado la mitad –respondió el rabino-: ya los pobres están de acuerdo. Ben Zimet, Cuentos del pueblo judío. 2ª edición. Traducido por Jorge Sans Vila (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2007), 160.


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