Las Paradojas de la Soledad es una obra literaria escrita en las fronteras de géneros distintos. Con gran libertad creativa, se desplaza entre la lírica, la reflexión y la narrativa breve. Es el diario de un alma, escrito a lo largo de casi una década y decantado en un intenso período de meditación. Manuel Piqueras recorre en pocas páginas el extenso territorio que va desde la infancia hasta la madurez, marcado por rupturas y continuidades en un mundo que integra lo hispano, lo andino y lo universal. Dos poemas de San Juan de la Cruz y César Vallejo, puestos como epílogo del libro, son a la vez resumen y fundamento de toda su exploración.