Notas sobre Astronomía, Cosmogonía y Cosmología Originarias de Venezuela Lelia Delgado Roberto Colantoni
Fotos de pintura rupestre realizadas entre 1988 y 1992 por Roberto Colantoni en sitios ubicados en los estados Apure y Bolívar de Venezuela Textos y fotos de indígenas: Lelia Delgado Hemos realizado este libro digital de carácter educativo y sin fines de lucro, para honrar la memoria de nuestro amigo Roberto Colantonii quien contribuyo con su pasión fotográfica al registro de un importante legado de la vida estética de los pueblos originarios de Venezuela .
A la memoria de Roberto Colantoni
A la Memoria de Roberto Colantoni
Consciente de la importancia de todo nuevo yacimiento arqueológico, emprendí, a mediados de los años 80, junto a Roberto Colantoni una de las aventuras más fascinantes de mi vida. Cómo decir la profunda sorpresa y euforia que nos producía cada descubrimiento de lo que para nuestro "equipo" y amigos cercanos, constituyó, por mucho tiempo, un secreto compartido. A esto se unió la desmesurada magnificencia del paisaje del Apure, que hacía benigno el tortuoso acarreo de equipos fotográficos y materiales de trabajo arqueológico, por entre escarpados territorios rocosos cuando el clima se hacía perfectamente inhumano.
La pasión, tenacidad y un ojo estético, poco común, permitieron el registro fotográfico de cientos de diseños pintados sobre paredes y abrigos rocosos. Roberto amaba estos parajes en apariencia desolados. Por esto nos dejó esa mirada suya tan particular que pareciera detener la fijeza de un instante.
Por las noches, en los viajes en que lo acompañé, cuando regresábamos al campamento con las botas llenas de tierra, solíamos recorrer con la memoria, centímetro a centímetro estas imágenes, tratando obstinadamente de reconocer en ellas cualquier rastro de la vida de los pueblos que habitaron cada lugar, cada sitio visitado.
Muchas de las fotografías que observamos están llenas de anécdotas conmovedoras. Ellas son un rico testimonio sobre las formas iniciales de la vida estética en Venezuela y forman parte de un patrimonio común que comienza a ser valorizado Lelia Delgado
La poética de las constelaciones
Indagar sobre astronomía en el contexto indígena venezolano es hablar de una pasión por la observación de la naturaleza, pasión que incluye los estratos profundos de alma humana, cuya materia no difiere grandemente de aquella con la que están hechas las estrellas y en particular la Tierra; la madre, nuestro hogar, el lugar donde nació la vida, como narran los relatos de una fronda mitológica de conmovedora belleza, en la que el mundo constituye un todo en delicado equilibrio, generalmente acechado por fuerzas antagónicas, entre las que hombres y mujeres indígenas que comparten esta patria, encuentran las claves de su manera de estar en el mundo
La fascinación que produce la inmensa vastedad del océano cósmico ha acompañado la aventura histórica de los pueblos originarios, para quienes el universo no es algo distante, lejano o exterior, sino que este forma parte de la insondable esencia del Ser.
Historias que en esencia no difieren de las de los antiguos Eratóstenes, Hiparco o Hipatia, la gran astrónoma de Alejandría, dieron origen a esta ciencia como se la conoce en occidente, la cual nos ha legado el gran mito moderno del Big Bang; el gran estallido de la “nada primordial” que acaeció hace más de 15.000 millones de años, la cual hizo brotar la materia viva con la que se creó el universo. Una inmensa bola de fuego que al enfriarse originó las partículas elementales que inflaman por igual, la imaginación de poetas y cosmólogos en procura del origen incierto de la materia oscura.
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Acaso no es oficio de chamanes rastrear el ojo de la vastedad circular para encontrar otros mundos y aventurarse en vuelo extático por el espacio infinito para observar, con herramientas enteramente distintas a las de la astronomía, pero igualmente eficaces, la tierra desde lo alto y ver desde allí la perfección que aparece reseñada en las primeras pinturas y grabados en piedra de las que se tiene memoria en Venezuela, reproducidas en la estructura del ëttë, la gran casa comunal de los ye’kuana , en la que cada elemento arquitectónico es una metáfora del cosmos, como nos revelan las wajas, las magnificas cestas circulares, cuyo tejido da forma al universo y lo refunda
En la selva, aguas arriba del Orinoco, a la vuelta de los raudales o en la aridez de los desiertos que habitan los Wayú, no existen contradicciones entre el arriba y el abajo, todo parece fundido, inmóvil, eternamente presente. La poética de las constelaciones palpita desde las entrañas de la tierra y desde allí se proyecta al macrocosmos como los diminutos espejos que deja la lluvia en los territorios sagrados.
Signos a manera de ruedas calendarías, marcan los ciclos de la naturaleza con precisión matemática, señalando las faenas agrícolas del tiempo de la sequía que va de noviembre a abril o las de la estación que celebra la vida en forma de cosechas, cuando aparece la lluvia entre mayo a octubre
El tiempo transcurre lentamente mientras los abuelos sabedores cuentan la epopeya de los creadores de cosmos; Mareoka, Maleiwa, Wanadi, o Kuma, la paridora del sol, que regresa sobre sí misma cada día en el lomo de los cerros primordiales, puede ser el Autana, el Yapacana o el Kushma-Kari, con sus 2.000 millones de años a cuestas. Allí todo habla del la inmensidad del espacio, pero también del tiempo circular, aquel que no precisa de complejos aparatos para medir el sistema calendario, basta el movimiento visible de las estrellas, los cambios de la luna, la salida y ocaso de la deidad solar, para saber que también han cambiado los segmentos temporales y se ha entrado en una nueva estación
Quien haya experimentado la transparencia de la bóveda estrellada en las inmensas sabanas del sur de Venezuela o en lo alto de sus montañas prodigiosas, sabrá por qué en esta región del mundo los indígenas no construyeron grandes observatorios. Más bien habríamos de indagar las causas de un prejuicio culturalmente asentado en años de exclusión y olvido a partir del cual se dio a ignorar los saberes de nuestras culturas originarias, su botánica, ecología, etnozoología, etnomedicina, cosmología, es decir , la existencia de un corpus de conocimiento, es decir de una ciencia antigua, cuya sabiduría no es posible resumir en estas cortas líneas.
Saberes que, están presentes en la literatura oral de las culturas originarias de nuestro territorio, cuya lexicografía astronómica, corresponde a la de pueblos de navegantes y se conserva en los idiomas de filiación Caribe, Arahuaco e Independientes, los cuales no pudieron ser completamente destruidos por el eficiente genocidio de los invasores europeos, ni por la imposición cultural del tiempo lineal judeo-cristiano, con la subsecuente carga de un sistema religioso monoteísta y la construcción discursiva de un concepto del tiempo que se desplaza como una flecha hacia una “tierra prometida”, aquella que sólo se alcanza después de la vida, marcando la división arbitraria entre el pasado, el presente y el futuro. Conceptos muy distintos a las ideas indígenas del tiempo y del espacio, siempre en eterno retorno. Cuestiones que la física moderna ha comenzado a aceptar a partir de la teoría de la relatividad
La escalera celeste
De acuerdo con el Watuna, libro mayor de la cosmogonía ye’kuana, Udla’hä era el jefe guerrero de un grupo numeroso de hombres que ascendieron al cosmos. Ellos remontaron una extensa escalera fabricada con bejucos, la cual quedó fijada al firmamento con la ayuda de un ave ancestral de color rojizo que luego se convirtió en el planeta Marte. El hijo de Udla’hä fue el primero en acender, allá arriba se transformó en el Cinturón de Orión. Los que le siguieron formaron las estrellas ; Mun’e’te dio origen a las de la Osa Mayor; Amaduwâkadi, al Lucero del Amanecer y así sucesivamente, hasta que el pez, Kah’she, cortó la escalera de bejuco y esta se desplomó abruptamente sobre la tierra perdiéndose así, el camino a las estrellas….
Para los ye’kuana, el sol Shi, determina el uso horario y Nuuna, la luna y las estrellas, marcan la cronología anual. La aparición de Las Pléyadas, llamadas Udla’hä, establece las fechas propias de la siembra y otras actividades de subsistencia tales como, la caza, la pesca y la recolección (1).
La gran morada c贸smica
El cosmos es para los ye’kuana una churuata, la casa comunal en donde habitan y llaman ëttë. Construir el ëttë no es un hecho puramente arquitectónico es recrear la gran morada cósmica, es celebrar la aparición del árbol de la vida, conforme a las normas dictadas desde el principio de los tiempos por Wanadi, el creador. Su estructura conserva el mismo orden de universo, el techo cónico del ëttë, construido con una serie de troncos esbeltos, recrean simbólicamente las estaciones del cosmos que comunican los espacios intermedios y el inframundo a través de un poste central o Anyaduudu, sobre el cual se apoya una estructura hecha con vigas que semejan las líneas que traza la lluvia. Este pilar mítico, solo visible a los chamanes, se levanta de manera simbólica por encima del Kushma-Kari, cerro del sistema Duida- Marahuaca en el Estado Amazonas, ombligo del mundo en el que se unen las ocho zonas celestes con la tierra. (2)
Las estaciones del cosmos
Para los ye’kuana el cosmos está constituido por una serie de zonas sobrepuestas de manera ascendente que, culmina con el lugar de Wanadi. Llegar hasta allí marca el final del viaje de las almas, lugar desde donde el Creador reina con su padre el sol, Shi. En un eterno banquete Wanadi comparte con los espíritus que alcanzaron la inmortalidad, en su mayoría ye’kuana, también admite almas de otros pueblos que evitaron por sobre todo, el mal radical que es matar.
La primera estación está poblada por los atytyuriana chamanes que entonan una eterna salmodia con la que introducen al iniciado en los secretos del soplo curativo y el canto chamánico. En la segunda habitan los seetawa-kariana, chamanes de gran fuerza espiritual, sentados en sus bancos, inmóviles y en profunda meditación, hacen que sus maracas suenen solas. Ellos poseen una luz interior que todo lo ilumina. Desde allí instruyen al futuro chamán en los secretos de la concentración, lo que les permite ver a través del tiempo y del espacio y descubrir la estructura interna de las cosas. En la tercera zona, viven los dedewashieyaamo,
Chamanes que tocan perpetuamente la maraca sagrada, instrumento de poder que les permite recuperar la energía vital o detectar su merma. En la cuarta estación, esperan las almas de los que ascenderán al espacio supremo de Wanadi, en donde se duplica el mundo con montañas, sabanas, selvas y caminos, allí se encuentra el lago de la inmortalidad; Edayaku-Wanadi, al entrar en sus aguas de azul translucido, se detiene toda desintegración, toda herida, toda enfermedad… La mariposa celeste Maeewa, vigila las orillas del lago en el que se encuentran los animales sagrados: la tonina y el temblador. En los bosques aledaños al lago crecen las plantas celestes de los colores sagrados; el azul ayuuku y el rojo kaashi, que disuelven las fuerzas destructoras de la vida
En el quinto espacio, los weweyeena, tocan las maracas que guardan en su interior los cristales de cuarzo celeste o widiiki, símbolos de poder, con los que Wanadi creó a la humanidad. En la sexta zona habitan las aves celestes Hotot’tu, Muro y Tawaro, ellas poseen los poderes curativos que entonan en su canto: o-bo-boo, kuaa-da-ya-ma… buoo-buo-buooo. La séptima antesala del cosmos ye’kuana, alberga las almas de los chamanes originarios, desde allí velan por su pueblo. Cuando desde la tierra se observa una estrella fugaz shidity, es que en algún lugar de la tierra ha muerto un chaman y se está integrando a la antesala de Wanadi. (3)
El hombre –luna y el Niño-Sol
Wëënë o Luna era un hombre a quien gustaban mucho las mujeres. Luna tenía muchas hijas todas ellas son estrellas como Pejka, la Constelación de Orion y Yorë, las Pléyadas. La esposa de Wëënë, es una estrella que tiene un ojo grande y sale por la mañana, se llama Tosempetyomënë, Venus. Por encima de todos los sistemas estelares vive Mareoka, quien luego de muchas pruebas creó a Echerkon, el sol, en ese tiempo el día no duraba lo suficiente y los e’ñepa no podían regresar a sus casas. Así quedaban atrapados en una noche larga y oscura en la selva, sometidos al asedio de los animales nocturnos. Eso sucedía cuando el sol era niño pues dormía mucho produciendo noches largas en la tierra. La madre no lo dejaba dormir lo que hacía al día durar el tiempo suficiente para cumplir con las faenas de subsistencia, pero el Niño-Sol creció muy rápido y se convirtió era un chamán muy poderoso. Ya adulto se transformó en Echerkon, ahora la noche cae cuando el sol tiene sueño y amanece cuando se despierta. (4)
Para los e’ñepa, la tierra es plana, sobre ella se encuentra la región estelar en donde habita Amanatachi, el arco iris, luego está el sol, Echerkon, la luna Wëënë, y las estrellas Tyankon. Las Pléyadas o Yorë y Orión, Pejka o Pejkankin, son los nombres que dan a las vigas horizontales que forman el techo de la casa comunal. (5)
El fin de la claridad
De acuerdo a la cosmología kari’ña, Lúcuo es el señor del cosmos, èl habita por encima del sol Veedu, el cual fue creado al principio de los tiempos, cuando todavía no existía la noche y sólo reinaba una claridad continua. Veedu, con su luz poderosa fue desplazando a Nunno, la luna, hasta el punto que esta se esconde para salir sólo de noche, tiempo en el que también sale Orodan , espíritu de la oscuridad, que intenta robar el sol produciendo eclipses. Lúcuo creó también el Arco Iris o paraanuu, conocido como el penacho del Dios, quien toma la forma de la anaconda para ir a beber agua en los morichales cósmicos. Pie´temü es el cinturón de Orión, héroe cultural de los kariña que abandonó la tierra, es el dueño de las estaciones y de los ciclos de la vida que este conjunto de estrellas modifica. Dueño de dueños, Pie´temü es el amo de los espíritus de todas las estrellas. El Kaputano Tumön´ka son las Pléyadas, en tiempos de la colonia se le conoció como Makunaina. Una versión del mito cuenta que Makunaima por accidente perdió una pierna, la pierna cortada se convirtió en el Cinturón de Orión y Makunaima se convirtió en las Pléyadas. Las Híadas son la danta primordial, que constituyen deidades para los kariña (6)
La poĂŠtica de las constelaciones
En el tiempo del gran diluvio nadie quería ser chiguire, báquiro, picure, tapir o venado, pues todos estos animales eran comestibles, entonces pensaron que era mejor convertirse en estrellas para que los hombres los vieran desde abajo. La región celeste pemón, está constituida por varias zonas en la primera habita Wei, el sol, eternamente joven. Desde las alturas luce su penacho de plumas y orejeras hechas con los caparazones de escarabajos iridiscentes. Las estrellas o Chiriké, son las hijas del sol, ellas forman la Vía Láctea que es un río cósmico por el cual navega diariamente el sol en su curiara. Las fases de la luna o Kapúi, que es masculina, se deben a dos mujeres que lo alimentan; una lo engorda en creciente y otra lo adelgaza en menguante. La estrella Rigel de la constelación Centauro se identifica con Kamaiwák, quien subió al cosmos persiguiendo a Pavi-potori, el ancestro del paují, allí permanece con su cerbatana en eterna cacería del ave que se transformó en la constelación de la Cruz del Sur.
La Constelación de Leo se identifica con Tauná, un hombre que al golpear su macana contra las estrellas tumba árboles con sus rayos y centellas produciendo tempestades. La estrella Fomalhaut es un pajarito entre las tenazas de un escorpión formado por las constelaciones de Acuario, Capricornio, Piscis y Grus. Orion es una tortuga sus huevos son estrellas interconectadas. El primer pemón que ascendió al cosmos se convirtió en la constelación del Camaleón. Cancer se identifica con Merík un cangrejo gigante entre cuyas tenazas porta un canalete mágico. La constelación de Delfin se relaciona con Arasari, hombre transformado en delfín que ascendió luego de la gran inundación. Los cometas o Wotó-imá, son guacamayas celestes cuya inmensa cola de fuego se ve claramente en la noche. Según sus creencias, con la muerte, el alma de los pemón emprende el camino de la Vía Láctea, donde no hay escasez de comida ni de bebida (7)
Las transformaciones de Luna
Según la cosmogonía yukpa, al principio solo había dos Hombres-sol, los dos giraban en torno a la tierra que era un disco plano, cuando un sol ascendía el otro descendía produciendo un día perpetuo. La introducción del tiempo, es decir de la creación del día y de la noche, se produjo a causa de la rana mítica Kopeko, quien sedujo a uno de los Hombres-sol haciéndolo caer entre brasas, allí perdió la intensidad de su brillo convirtiéndose en la luna, Kuna. Sol y luna siguen turnándose para iluminar la tierra por el camino de la vía láctea.
Otra versión cuenta que Luna peleaba con el sol hasta que el Creador, Kemoco, para evitar las rivalidades que habían surgido entre los dos Hombres-sol, hizo que brillaran a distintas intensidades. Sol es agresivo y solitario, desde lo alto gobierna las estrellas. Luna que es de género masculino es sumamente retraído. Desde su creación Kuna, regaló a las gentes muchas plantas, luego se fue a vivir con su mujer y sus hijas en una cueva cósmica en la que las encierra a pasar sus menstruaciones. Una vez al mes, Kuna se enfrenta con Siku, el jefe de los Hombres-estrella, quien quiere arrebatarle una de sus hijas, este lo envuelve en una manta para quitarle todo brillo y luego lo deja ir, así se producen las fases de la luna. Cada vez que a Kuna, se le forma un halo es por que se encuentra en casa con su mujer, por eso no se pueden ver los eclipses sin que una chispa de Kuna deje ciego al mirón. (8)
Al filo del firmamento
A partir de sus pensamientos Kúwai creó el mundo, primero hizo figuras de barro que se desmoronaron con la lluvia, luego, probó con cera de abejas pero estas se fundieron con el sol, en un tercer ensayo usó madera dura y un ratón mítico le ayudó a tallarles vagina y pene, así comenzó la reproducción entre los hiwi. Kuemaninë, la Vía Láctea, es una anaconda gigantesca que hace de puente para que asciendan las almas de los muertos, hasta el cielo supremo de Kúwai. Las estrellas son antropomorfas forman parte del cuerpo de los espíritus tutelares. El sol, Mátakabi huámeto quien pertenecía a la corte de espíritus superiores, perdió su rango cuando se comió a sus yernos, desde ese tiempo Kúwai, el Creador lo lanzó junto con su esposa en un pozo con agua, y así la esposa se convirtió en la luna, Mérawi huámeto, quien arde a un fuego menor.
Otra versión del mito cuenta que Kuliwuaku, es la luna, seductora y caníbal, ella atrapa a los cazadores que se aventuran en la noche, luego desaparece en la forma de un águila cósmica. Para los hiwi la estrella Alnath de la constelación de Tauro, llamada Kawainalu, es un hombre que flechó la bóveda celeste a partir de lo cual fue construyendo, con una cadena de flechas, una sobre otra, un paso hacia el firmamento. La aparición de la constelación de Orion o Kajuuyali, avecina la estación lluviosa y el inicio de la temporada de pesca. De igual forma, la aparición de Las Pléyadas o Iwanai, anuncia la sequia.
Orión se relaciona con un personaje mítico mutilado llamado ekon-ewei, creador de la escritura con cuya sangre se dibujaron los primeros signos sobre piedra. Yamáha, el rayo, es un hombre de mal carácter que descarga su furia sobre la tierra y Yámaho, el trueno, es el espíritu de la lluvia y de las tempestades que intenta destruir al mundo con su poder. Pinihi járra es la Constelación de la Cruz del Sur que los hiwi identifican con una gran tortuga cósmica. Tsamani, relacionado con la Constelación del Delfin, es un personaje en forma de lagarto que introdujo la agricultura y el conocimiento de las plantas medicinales en la tierra (9)
La tierra de Kuma y el parto del sol
De acuerdo con la cosmogonía pumé, todos los accidentes de la naturaleza provienen de Kuma, la gran madre que se creó así misma Al principio no había sol, hasta que Kuma, lo parió a partir de un sueño. Cuando todo el universo estaba sido creado, las gentes se olvidaron de la Gran Madre, en venganza , Kuma, desató el gran diluvio. Bue son las estrellas, antepasados de Kuma que se comunica con ellas a través de los vientos. Do es el sol que se ve desde la tierra, pues las estaciones del cosmos tienen sus soles propios. (10)
El mar de arriba
Aunque el cosmos warao está en constante transformación, se podría decir que es un disco plano y flotante, sobre el cual se encuentra el mar de arriba, una bóveda de azul profundo cuyo fondo transparente y sólido no permite que el agua se desplome sobre la tierra. Solo unos cuantos orificios dejan colar el agua hacia la tierra en forma de lluvia. Los cerros y montañas del mar de arriba se ven desde la tierra como nubes blancas, allí esta la morada de los zamuros quienes cultivan en sus conucos cósmicos la yuca, el ñame y los plátanos, pues todas las semillas de las plantas terrestres fueron arrojadas desde el mar de arriba. Sobre la morada de los zamuros está otra zona estelar en la que viven el sol, Ya, que es un pedazo del incendio que hay en el firmamento, la luma Waniku y las estrellas Kura, en lo más alto de las zonas estelares habita el Gran Espíritu o Hebu
Al principio del tiempo no había oscuridad, el día siempre alumbraba, el Creador tenía la noche guardada en una tapara, hasta que un indio curioso la tocó y la oscuridad se derramó por el mundo como el agua. La primera noche fue larga, entonces el Creador pensó que era bueno dejar salir el día y la noche. Otra versión de mito cuenta que la obscuridad pertenecía a Imanaidarotu el Señor de la noche, la luz pertenecía a Jokojiarotu, el Señor del sol. Imanaidarotu, tenía la oscuridad escondida entre una petaca chamánica o torotoro. Un día Imanaidarotu dejó el torotoro al cuidado de un cuñado quien por curiosidad quiso ver que había adentro, al abrirlo se produjo la noche oscura. Jokojiarotu, el Señor del sol tiene una cuerda que llega desde su rancho hasta el sol, al tirar de la cuerda el sol aparece. La mujer del sol vive en el zenit, cuando éste alcanza la casa de su mujer al medio día, allí come y descansa, luego prosigue su recorrido. Antes del atardecer la mujer lo espera en el horizonte con la boca abierta para tragárselo, así se produce el ocaso del sol.
En esos tiempos la claridad del día no duraba sino tres horas, hasta que en un amanecer, una mujer amarró un morrocoy al sol, desde ese tiempo el sol no tuvo más remedio que caminar más despacio. Jubanasiko es el Arco Iris, espíritu que bebe el agua de los ríos para luego orinar en forma de lluvia sobre la tierra y enfermarla. Kura jejukubaka, es una estrella que echa humo o cometa, también se lo llama el dardo de las estrellas. Kura ajebatu. Yaromuro es un enorme paují que subió al cielo perseguido por Jatabu, el flechero cósmico y allí se convirtió en la Constelación de la Cruz del Sur (11)
Anemei y la orina de los dioses
Amanamu ohuao dau, fueron los primeros seres que creo Anemei entre los wòthuha, ellos vivían bajo un lugar subacuático, formado por la orina de los dioses. Anemei es un espíritu iluminado que habita las regiones superiores del cosmos de los wòthuha, su casa esta hecha con la espuma de las cascadas. La luz de Anemei es tan intensa que no produce sombra, ni siquiera Wajari, el Creador, puede verlo, cuando sus ojos se dirigen hacia Él solo ve la caída del agua. Anemei controla la música de las esferas y las voces de las cascadas, Él fue semilla y causa del cerro sagrado Kwaiwai o Autana, pues lleva la vida dentro de sí, creando cada cosa con solo pensarla.
La aparición y retiro de Las Pléyades o Ahthedyu, son cosa de Wajari, ellas determinan el fin de la estación seca y el comienzo de las lluvias. La estrella Antares de la constelación de Escorpio es la churuata cósmica Arate’ba ruwode, nombre que se da también al lugar en el que se guardan las máscaras sagradas del warime, su rito mayor La aparición de Arate’ba ruwode en el firmamento, anuncia la llegada del Señor del Invierno, Ojuo äkä. A Las Híades de la constelación de Tauro se las reconoce como la constelación de la Danta, esta anuncia el momento de la quema en los conucos. El sol Kha’wá es el esposo de la luna, Yo’do y padre de las estrellas que son cabezas de serpientes. Al principio de los tiempos Wahari confirió luz a Kha’wá y luego lo colgó en el firmamento.(12)
La sangre de Luna y los discos c贸smicos
Al principio de los tiempos las gentes no tenían sangre sino una mezcla de onoto y agua, lo que hacía que hombres y mujeres duraran el tiempo de las mariposas, hasta que Peribo- riwë , espíritu de luna, fue flechado, de su herida brotó la sangre como hoy se la conoce. Con cada gota de la sangre de luna que caía sobre la tierra la gente adquiría vigor y larga vida, esta sangre se depositó en el vientre de las mujeres y por ello cada mes tienen menstruaciones. Peribo- riwë es el ancestro común de cuya sangre descienden todos los yanomami. Las estrellas son los ojos de las mujeres de Peribo- riwë que miran desde el firmamento, ellas bajan de las regiones estelares a ayudar a los chamanes en sesiones curativas.
La estructura del cosmos yanomami semeja varias capas superpuestas a manera de discos. En el disco estelar Hetu Kë misi, o mundo de arriba habitan: Mothoka-riwë el espíritu del sol, Peribo-riwë el espíritu de luna, las estrellas, Shitikari, el espíritu antropófago del zamuro, Watubariwë, el espíritu del rayo Tahiwarë. El espíritu de trueno o Yëru , regenta las piras funerarias. El espíritu del sol es invocado en sesiones curativas, este se aloja en el pecho del chamán, su fuego lo quema hasta hacerlo desfallecer. En el segundo disco estelar se encuentra el lugar de los yanomami, llamado Hei kë misi, este sostiene la bóveda celeste y posee un camino Ömayari por el que baja a la tierra el maligno espíritu del Arco Iris, Hetu kë misi, trayendo enfermedades. Desde lo alto este espíritu espía a las gentes para contaminarlas, igual ocurre con la luz extraña que generan los eclipses o el rojo penetrante del crepúsculo. Los chamanes utilizan otra vía para ascender al cielo, se trata de Ihira, la escalera mágica, por la que ascienden en busca de la energía vital robada por los espíritus de los astros Peribo-riwë, Mothoka-riwë u Omaya-riwë. (13)
La hoguera de Maleiwa y el camino de los indios muertos
El Sol de los wayú conocido como Ka’i, ha existido desde siempre. Ubicado en un lugar del firmamento es como una hoguera que calienta al mundo. Ka’i posee un inmenso corral donde pacen los ganados estelares que los wayú observan desde la tierra. Desde lo alto, Ka’i cumple su destino de trabajar sin descanso, actividad que proyecta a hombres y mujeres, pájaros, plantas, flores y animales. Juyá, amo de la lluvia, vive en las alturas por encima del sol, a veces aparece en la tierra en la forma de un wayú que acarrea los rayos y las nubes. Ka’i, el infatigable caminante, guarda su sombrero iluminado y se hace invisible a las gentes, pero las observa desde un lugar de los vientos. Al atardecer Ka’i, entra al interior de la tierra y desde allí emprende una larga caminata en el sentido contrario de su recorrido diurno, el cual dura toda la noche
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Luna, Washi que es de género masculino y ancestro común de los wayú, es el “ ojo opaco” del cielo, Ka’i, el sol le presta su sombrero para que ilumine tenuemente la noche. Las estrellas son las joyas que Maleiwa, el Creador, entregó a Juyá, su brazo representa las estrellas de la constelación del Boyero y la Osa Mayor, la cual se asocia al Karatse, una suerte de corona tejida con lanas de colores que utiliza el bailarín en la danza de la Yonna, sobre su vástago frontal tejen un rombo con lanas de colores que es el ojo de Juyá, al cual se adosa un penacho de plumas
El cúmulo estelar de Las Pléyades, iwa, que aparecen entre abril-mayo, anuncian la llegada de las lluvias, período en el que se cavan pozos, al interior de los jagüeyes. La estrella de Antares de la constelación Scorpio es Pamu, “una estación en que las lluvias secan las plantas” Vega es Ichi, ella anuncia el fin de las lluvias. La constelación de Orión o Patünainjana les permite a los wayú la orientación nocturna. Sirio es Oummala, la estrella más brillante que el ojo humano puede distinguir en el firmamento. La estrella Espiga de la Constelación de la Virgen anuncia el fin de la sequía que para las culturas del desierto es enemiga y contraria a la vida, mientras que La Vía Láctea o Spüna yoluja es el lugar a donde van a dar las almas de los indios muertos (14)
Términos astronómicos Ye’kuana
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Udla’hä: Las Pléyadas Ihë’ttë : El Cinturón de Orión. Mona’ta: Alacrán asociado a la Constelación de la Osa Mayor Ihefi : La Osa Mayor Shidity o shiriche: Genérico para designar Estrellas Kudada: La espada de Orión. Ahishana : Planeta Marte Amaduwâkadi: Venus. Lucero del amanecer Kumashi: Venus. Lucero de la tarde Nuuna : La luna Aden’mie dotadi : La Vía Láctea. Wosbadi chato: Las Hiadas
Términos astronómicos E’ñepa
Wëënë: La luna Pejka: Cinturón de Orión Yorë: Las Pléyadas. Tosempetyomënë: Venus. Lucero del amanecer Echerkon: El sol Amanatachi: El arco iris Tyankon: Las estrellas Arewae o Arona: La Vía Láctea.
Términos astronómicos Kari’ña
Kaapu: El cosmos Veedu: El sol Nunno: La luna Veedu rompürü: Eclipse de sol Paraanuu o aramúru: El Arco Iris Pie’temu: Cinturón de Orión Maipuri: Las Híadas Noposkopuspuompo: Venus. Lucero del amanecer Puroru: Leche excretada por un sapo mítico que los kari’ña, asocian con la Vía Láctea
Términos astronómicos Pemón
Wei o Chon: El sol Chiriké: Las estrellas Kapúi: La luna Kamaiwák : Estrella Rigel de la constelación Centauro Chiwi-Chiwi: Constelación occidental del Cisne Pavi-potori: Constelación de la Cruz del Sur Tauná: Constelación de Leo Maritë-Kompó o Merík : Constelación del Escorpión. Arasari: Constelación de Delfín Tamukan-Kompó : Estación lluviosa vinculada con el cúmulo estelar de las Pléyadas. Wotó-im: Los cometas Chirikawai: Personaje mítico cuyo cuerpo se prolonga hacia la constelación de Orión.
Tamekán o Tamukan: Constelación de Toro. Mirk-Kompó: Lluvias asociadas a la constelación del Cangrejo. Tauná Koompó: Lluvias repentinas relacionadas con la constelación del León. Tosempetyonmënë : Venus Oalala o Arakaká: Constelación asociada a la figura de una tortuga no identificada Pizosó, Pisosó o Pichosó : Constelación del Can Mayor Pauí-podolé: El Paují, ave que se la relaciona con la Constelación de la Cruz del Sur Kamayuag y Kunama: Estrellas Alfa y Beta de la constelación del Centauro Wazamaká, Constelación del Camaleón Arazal´i: Constelación del Delfín Wadara: Saturno Iru Kapu: La vía Láctea
Términos astronómicos Yukpa Kuna: La luna Uicho o Bishon: El sol Obayauicho: El firmamento Tubira: El Arco iris
Términos astronómicos Jivi
Kuemaninë: La Vía Láctea
Mátakabi huámeto o Ikótiya : El sol
Mérawi huámeto: La luna
Kawainalu La estrella Alnath de la constelación de Tauro
Kajuuyali: Constelación de Orión
Itöboko: El firmamento
Árra bái’bo: El Arco iris
Iwanai o iwinai : Las Pléyadas
Ekon-ewei: Constelación de Orión
Yamáha: El rayo.
Yámaho: El trueno
Ibaruowa: Constelación de la Cabellera de Berenice
Kekerto: Venus
Phuliabáito: Denominación genérica de las estrellas
Pinihi járra: Constelación de la Cruz del Sur
Tsamani: Constelación del Delfin
Términos astronómicos Pumé Bue: Las estrellas Do: El sol Gupeme: La luna
Términos astronómicos Warao
Ya: El sol
Waniku: La luma
Imanaidarotu: El espíritu de la noche
Jokoji arotu: el Señor del sol.
Kura: Las estrellas
Anakura: Venus o Lucero de la tarde
Jokonacura: Venus o Lucero de la mañana
Jabatu: Flecheo cósmico
Jubanasiko: Arco iris
Kura jejukubaka o Kura ajebatu: Cometa
Naba a Kaja . Grupo de las Híadas en la Constelación de Tauro
Wiriamo: Cinturón de Orión
Wirimosebe: Las Pléyadas
Yaromuro: Constelación de la Cruz del Sur
Términos astronómicos Wòthuha
Ahthedyu: Las Pléyadas Arate’ba ruwode: La estrella Antares de la constelación de Escorpio Kha’wá: El sol
Términos astronómicos Yanomami
Peribo- riwë. La luna
Hetu Kë misi: El mundo de arriba
Shitikari: Las estrellas
Tahiwarë: El rayo
yëmirayoma : El relámpago
Yëru: El trueno
Hetu kë misi: El arco iris
Términos astronómicos Wayú
Ka’i: El sol Juyá: La lluvia Washi : La luna Iwa : Las Pléyadas Pamu: La estrella de Antares de la constelación Escorpio Ichi : Vega Patünainjana: La constelación de Orión Oummala: Estrella Sirio Spüna yoluja : La Vía Láctea
Notas 1.Sobre cosmología ye´kuana hemos consultado en: De Civrieux Marc (1970), De Civrieux Marc, (1974) y De Civrieux Marc, (2003). 2. Sobre hábitat ye´kuana y su simbología hemos consultado en De Civrieux Marc, (1959), De Bariandarian, Daniel y (1962b) y Guss David, (1974) 3. Sobre estructura del cosmos ye´kuana hemos consultado en: De Bariandarian Daniel, (1962b). Calvo Josu, (2007). Delgado Lelia, (2004).
4.Sobre cosmogonía e´ñepa hemos consultado en: Dumont Jean- Paul, (1972). Mattéi-Muller Marie-Claude, (1992) 5. Henley Paul, (1989) 6. Sobre cosmogonía y astronomía kariña hemos consultado en: De Civrieux Marc, (1974).
7. De CivrieuxMarc (2003) Sánchez Domingo (199a). Calvo Josu, (2007) 8. Sobre astronomía pemón hemos consultado en: Koch–Grün berg Theodor (Vol III 1979). Sánchez Domingo (1994 b). Sánchez Domingo (2004).Calvo Josu, (2007) 9. Sobre astronomía y cosmología yukpa hemos consultado en: Ruddle Keneth y Wilbert Johanes (1983). Sánchez Domingo (1994 b). Sánchez, Domingo (2000 c). Rivas Ivonne (2005). Calvo Josu (2007).
10. Sobre cosmogonía y astronomía hiwi hemos consultado en: Messenger Donald y Morey Robert . (1983).
11. Sobre astronomía y cosmología de los yaruro hemos consultado en: Petrullo Vincenso ( 1969) 12. Sobre estructura del cosmos warao y cosmogonia hemos consultado en: De Barral Basilio (1969), (1979). De Armellada Cesáreo (1973). De Cora Maria Manuela (1972). Barreto Dasy (1980). Heinen Diter (1988), Calvo Josu (2007). 13. Sobre estructura del cosmos y cosmogonia wòthuha hemos consultado en: Overing Joanna y M.R. Kaplan. (1988). Calvo Josu (2007). 14. Sobre cosmogonía y cosmología yanomami hemos consultado en: Lizot Jaques (1988) 15. Sobre cosmogonía y cosmología wayu hemos consultado en: Seller Benson (1988), Paz Ipuana Ramon, (1972). Perrin Michel (1980) (1993). Jusayú, Miguel Angel (1977)
16. .Sobre términos astronómicos se recomienda consultar en: Sánchez P., Domingo (1994. 1995. 1998 1999ª 1999b 2000ª 2000b 200 0c 2000d 2000e ) 17. De Civrieux Marc (1970), De Civrieux Marc, (1974) y De Civrieux Marc, (2003). Henley Paul. (1988). Koch Grunberg Teodor. (1982). De Armellada Cesario. (1982). Calvo Josu, (2007).
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1999b “El concepto del tiempo en las etnias Caribe de Venezuela” Ponencia presentada en el 50° Congreso Internacional de Americanistas, Varsovia. 2000ª Astronomía de la etnia Yabarana, Puerto Ordaz. 2000b Astronomía de la etnia Wanaí (Mapoyo), Puerto Ordaz 2000c Astronomía de la etnia Yup’ka, Puerto Ordaz 2000d “La Astronomía en el arte rupestre: una propuesta metodológica”. 2° Congreso Virtual de Antropología y Arqueología, Buenos Aires
2000e
Astronomía de la Etnia Pemón. Gurí.
Astronomía de los Caribe de Venezuela, Puerto Ordaz.
Glosario
Cisne es una constelación del hemisferio norte que atraviesa la Vía Láctea. La disposición de sus principales estrellas hace que sea conocida como la Cruz del Norte.
Escorpios llamada la constelación del Escorpión, antiguamente se representaba unida a la que hoy se conoce como libra. Las estrellas Alfa y Beta representaban las pinzas sur y norte del escorpión, lo que les dio su nombre actual.
Pléyadas, que significa "palomas" en griego, son un cúmulo de estrellas muy jóvenes de color blanco-azulado que se identifican a simple vista en el cielo nocturno.
Tauro o Taurus es una constelación zodiacal que destaca en el cielo invernal, entre Aries al oeste y Géminis al este.
Las estrellas que forman la cabeza del todo se llaman Hiadas. El cúmulo de Las Pléyadas forma parte de la constelación de Tauro.
Pléyadas, significa "palomas" en griego, se las llama también las Siete Hermanas, es un cúmulo de estrellas muy jóvenes de color blanco-azulado que se identifican a simple vista en el cielo nocturno
Cáncer, es una de las doce constelaciones del zodíaco. La constelación de Cáncer es pequeña y débil. Se encuentra entre las constelaciones de Géminis y Leo. Posee un cúmulo abierto de estrellas jóvenes conocido como la colmena o el pesebre.
Leo es una de las constelaciones del zodíaco. Se encuentra entre Cáncer y Virgo.
Can Mayor (Canis Majoris). El Can Mayor es un grupo compacto de estrellas brillantes. Sirio conocida como Alfa del Can Mayor, es la estrella más brillante del cielo nocturno vista desde la Tierra.
Cruz del Sur, la más conocida de las constelaciones del sur , es la más pequeña de las 88 constelaciones modernas , las estrellas Alfa y Gama Crucis señalan el polo sur de la tierra
Centaurus es una extensa constelación que se encuentra al norte de la Cruz del Sur y en el extremo norte de la Vía Láctea. Rodea la Cruz del Sur formando una de las más ricas y hermosas constelaciones en la que se encuentra la estrella Alfa, la más brillante después del sol.
Camaleon o Camaleón es una constelación menor del Sur, formada por cuatro estrellas tenues. Delphinus es una pequeña constelación situada muy cerca del ecuador, incluida en la lista de las 48 constelaciones de Ptolomeo Saturno segundo planeta mayor del sistema solar que está rodeado de anillos, formados por polvo y rocas La Vía Láctea , es la galaxia en la que se encuentra la Tierra, se trata de una espiral con un diámetro medio de unos 100.000 años luz, se calcula que contiene entre 200 y 400 mil millones de estrellas. Orión, el Cazador de la mitología griega, es una constelación de estrellas brillantes y visibles desde ambos hemisferios en invierno. En ella se encuentran la estrella Rigel , séptima en el grado de luminosidad y Betelgeuse una estrella rojiza y el llamado Cinturón de Orión, cuyas estrellas brillantes son visibles desde ambos hemisferios en invierno en invierno
Marte, apodado a veces como el Planeta Rojo, es el cuarto planeta del Sistema Solar, Forma parte de los llamados planetas telúricos de naturaleza rocosa, como la Tierra. Es el planeta interior más alejado al Sol y en muchos aspectos, el más parecido a la Tierra.
Constelación es una agrupación de estrellas que las civilizaciones antiguas vincularon mediante líneas, formando figuras sobre la bóveda celeste. Las estrellas de una constelación no están, necesariamente asociadas; incluso pueden encontrarse a cientos de años luz unas de otras. Dichos grupos son completamente arbitrarios, ya que distintas culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso vinculando las mismas estrellas.
Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol. A Venus se le conoce como la estrella de la mañana, pues se la puede ver unos minutos antes de amanecer, también se la llama la estrella vespertina cuando es visible en el cielo nocturno, junto con la Luna , Venus es el objeto más brillante del firmamento
Cosmogonía es el conjunto de narraciones e historias que dan respuesta a como aconteció la creación del Universo y del hombre mismo.
Cosmología es el estudio a gran escala de la estructura y la historia del Universo y, por extensión, del lugar de la humanidad en él.
Alnath es la segunda estrella más brillante de la constelación de Taurus. Antares es el nombre propio de la estrella más brillante de la constelación de Escorpioy la decimosexta más brillante de todo el cielo nocturno.
Híadas es un cúmulo estelar abierto localizado en la constelación de Tauro.
Arturo es la tercera estrella más brillante de la constelación del Boyero
Vega es una estrella de primera magnitud en la clasificación de Ptolomeo que pertenece la constelación de la Lyra.
Cabellera de Berenice Esta constelación, esta formada por un tenue conjunto de estrellas. Se puede ver en los dos hemisferios durante los meses de febrero a agosto, pero hay un día en el que esta constelación alcanza su culminación en el hemisferio norte, es el 2 de abril.