,L FATAL 4 Revista de Arte Contemporáneo
Año 0 No.4 O c t u b r e NoviembreDiciembre2015
ISSN: 2215 440X
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M AY I N C A T i e s t o s d e u n a C u l t u r a / M u s e o N a c i o n a l
A 単 o 0 , N o. 4 / O c t u b r e - N o v i e m b r e - D i c i e m b r e 2 0 1 5
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Índice: Los Editores Pág. 6 Ernesto Calvo: Fragmentos actuales de Culturas ancestrales Pág. 8 Luis Fernando Quirós: MAYINCA Tiestos de una Cultura Pág. 16 Artistas Participantes en MAYINCA Tiestos de una Cultura Pág 25 Espacios colectivos de MAYINCA Pág. 77
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Consejo Editor Quirval Otello Mundo Chev贸n Comentarios en esta edici贸n por Ernesto Calvo y LFQ Fotos de Alex Chaves Goul, GouldPhotographycr. Carolina Valencia y LFQ.
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Los contenidos de los art铆culos no reflejan el criterio de los editores. NO Copyright CREATIVE COMMON
Los editores
Para la edición de cierre del primer año de L´FATAL (on line), nos complace dedicar este número en particular para ofrecer un amplio compendio informativo de MAYINCA Tiestos de una Cultura, muestra de arte contemporáneo inspirado en las manifestaciones artísticas de los pueblos originarios y que tuvo como sede las celdas del antiguo cuartel de Bella vista, hoy Museo Nacional. Inicia con el texto del crítico, curador e investigador Ernesto Calvo de su blog “imagen-texto”, en el cual pormenoriza sobre los frutos alcanzados por MAYINCA en el contexto cultural costarricense, seguido por los textos de los curadores con los cuales ensayan acerca de sus visiones y análisis para conformar el proyecto.
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Contamos para esta edición con las fotografías de Alejandro Chaves Gould quien imprime su propia interpretación y angulación de su recorrido por las salas y celdas del museo, quien desinteresadamente las donó para hacer real la documentación y registro de la experiencia.
Elementos comunicacionales de la muestra. Fotos de Alexander Cháves Gould, 2015. 7
MAYINCA: Fragmentos actuales de culturas ancestrales Ernesto Calvo, colaborador
Cada 12 de octubre una parte del continente llamada América (Latina), España y algunos otros interpelados, celebran, conmemoran, combaten o denostan la llegada a estas tierras de tres barcos renacentistas llamados significativamente “carabelas”, comandadas por un controversial personaje llamado Cristoforo Colombo y su tropa (nombre muy apropiado para un grupo de cumbia contemporáneo). A propósito de ese siempre polémico día, en los últimos tres años se ha conformado el proyecto Mayinca, concebido por los diligentes artistas, curadores y gestores Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós. La tercera edición, “Tiestos de una cultura”, se encuentra actualmente en las instalaciones del Museo Nacional de Costa Rica, como prueba de la incansable obsesión con que estos dos personajes de la cultura costarricense se empeñan en sus proyectos. 8
9 Espacios colectivos con tiestos.
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Rodolfo Morales. “Marycruz” (Mar y cruz) 2015.
Mayinca esta vez reúne 49 propuestas de artistas jóvenes y reconocidos, pero también artesanos o personas no relacionadas con el ámbito artístico, a través de objetos encontrados, y en ocasiones buscados con premeditación, que han sido incorporados a la exposición como una fluida manera de quebrar -y a la vez expandir- los límite de lo considerado “artístico”, a propósito de ese 12 de octubre y sus infinitas paradojas. Muy significativamente, la actual Mayinca se haya expuesta en el antiguo Cuartel Bellavista, emblemática edificación del abolido ejército costarricense, y más específicamente en sus laberínticas celdas de castigo y sótano, donde la exposición adquiere connotaciones simbólicas y resonancias muy especiales a nivel espacial y museográfico. Así, uno de los principales elementos más simbólicos que encabeza la muestra es una enorme piedra quebrada en dos y con inscripciones, que se encuentra en uno de los recintos más bellos del espacio y que también tiene forma de esfera, tanto en su espacio mismo como en sus diminutas ventanas. Esa esfera funciona, entonces, como una suerte de metáfora de la condición rota, quebrada, pero a la vez anónima y difusa de las manifestaciones hoy consideradas como “estéticas” o artísticas” de esas culturas originarias de esta parte del mundo, donde lo vital y lo práctico, lo físico y lo metafísico, lo ritual y lo cotidiano, muchas veces confluían de manera natural, y sobre todo necesaria. Tal vez por eso en la muestra estas intervenciones artísticas, aunque individuales y con nombres propios, suelen metamorfosearse con el espacio y en entre sí mismas, como intentando diluir esas fronteras entre arte, cultura, vida -y más- para que lo histórico y lo contem11
12 Carolina Valencia. “Volver al orígen”, 2015.
poráneo, lo ancestral y lo actual, lo estético y lo funcional, lo literal y lo metafórico, lo escritural y lo visual, lo visible y lo invisible, confluyan o se confronten. Y quizás por ello mismo, en la muestra conviven desde un pequeño ejército de soldados apilados y recubiertos de barro, hasta textos concebidos con tierra; desde cabellos humanos hasta desconocidos huesos de animales; de grafitis en las paredes a esculturas-instalaciones de huellas de manos humanas en arcilla; de la vasija más tradicional a parodias de bolas de fútbol y botellas de Coca Cola en cerámica; de lo moldeado por la naturaleza, a lo que azarosamente quedó como residuo de lo construido por los humanos. Pero igualmente, la obsesión siempre presente sobre la Conquista, su destrucción y sus traumas, a través de las figuras recurrentes de la espada, las carabelas, la cruz… Y junto a ello, una dimensión” literaria” y testimonial de esas culturas ancestrales -del Popol Vuh a las Semillas de Sibó- a través de libros didácticos y conmemorativos que casi siempre se hayan a medio camino entre lo escritural y lo visual, lo artesanal y lo moderno. Hay en este gesto interdisciplinar y pedagógico de la muestra, una intencionalidad también recurrente de sus curadores-gestores, como queriendo atrapar esas múltiples capas y dimensiones de las culturas que pretenden aprehender, proponiendo la confluencia de tiempos –pasado, presente, futuro- desde sus traumas y obsesiones pretéritas, pero también en sus contradicciones y sus dilemas actuales. En ese sentido, uno de los gestos que más aprecio de Mayinca: tiestos de una cultura, es precisamente la con-fusión no solo de esos tiempos culturales y referencias contextuales, sino además de 13
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jerarquías artísticas y gestos simbólicos, algo que la aleja -de manera significativa- de las ortodoxas investigaciones, museografías y exposiciones de culturas ancestrales de los museos antropológicos, y que la torna más cercana, mutable, y por lo tanto retadora, viva… Por eso, en la exposición vemos confluir, además, desde el artista joven al artista “tradicional”, del consagrado al desconocido, del artesano y sus desechos materiales, al vendedor de supermercado y sus productos, a partir de sutiles detalles y elementos tan simples, como un jengibre que se descompone o una papa con forma sugerentemente escultórica. Así, en la muestra confluyen de esta manera lo orgánico y lo construido, lo intencional y lo accidentado, lo buscado y lo azaroso… No es tan casual, entonces, que en el túnel o pasadizo a través del cual salimos de la muestra, se encuentre -al final- como metamorfoseado en la tierra, entre cierta luz y oscuridad, un registro sonoro de voces difusas, como fantasmales; voces que apenas identificamos, porque hablan en una lengua “no” conocida, pero que presiento nos interpela sobre lo que aparentemente acabamos de dejar atrás, sobre lo que nos pertenece y a la vez no…
En la página anterior, Fabián Monge. Imágenes ecécticas, 2015. Espacios colectivos. Guaraches, 2015.
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MAYINCA Tiestos de una Cultura
La visión educativa de esta muestra de arte contemporá-
neo observa que MAYINCA: Tiestos de una Cultura, curada por Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós, con cuarenta y nueve artistas, en las celdas del antiguo Cuartel de Bellavista, hoy Museo Nacional de Costa Rica, no pretende ser una exposición del arte de nuestros pueblos originarios prehispánicos como el que guarece bajo sus aleros, el principal activador de esas acciones creativas es celebrar la grandeza de sus tesoros y motivar el debate acerca de aspectos coyunturales de las culturas del pasado.
Como ejes de investigación observaron dos enormes pie-
dras fragmentadas, una en Urasca de Cachí, la otra en el Cerro Jucó de Orosi, cantón de Paraíso, provincia de Cartago. La profesora Zoleila Solano, desde inicios de los años sesentas del siglo pasado, visitaba una de estas piedras con los niños de la escuela del lugar, tratando de encontrar indicios de su procedencia. 16
Espacios colectivos de Mayinca.
Espacios colectivos de Mayinca. 17
Conjunto de piedras de Urasca, Cachí.
El presente estudio no asegura que sea de factura prehis-
pánica, es una interpretación que permite el arte de vislumbrar nuevos flujos de lectura a la creación artística, en tanto se carece de estudios científicos de la Arqueología que lo constate; la tradición dice que esos objetos están ahí desde tiempos inmemoriales, no tuvieron intervención humana reciente que se tenga registro, pero al estar fragmentadas son enormes tiestos, tema central de la presente muestra. La era Maya
Cuando en el año 2012 inició el nuevo “Baktún” del tiem-
po maya, se abrió un espacio temporal pleno de luz para las culturas originarias, las tres versiones de MAYINCA testimonian esos 18
significados, en tanto coinciden con la potencial germinación de dicha cultura, cuyos brotes abrieron el terreno del arte. Tratando de comprender el fenómeno de la temporalidad y el calendario maya, cabe explicar que el calendario gregoriano reúne cada cinco años en lustros, diez en décadas, cien en siglos y milenios; en la noción maya dichas series eran de veinte años, sistema vigesimal llamado katún que forman el baktún de aproximadamente 400 años.
Respecto al 12 de octubre, hoy en día delante de la base de
“no exclusión” se llama “Día de las Razas”, sin embargo, como suele suceder, quedan al margen los grupos minoritarios y entre ellos los aborígenes actuales y sus ancestros; paradójicamente celebramos a las culturas que avasallaron a los pueblos del continente. 19
La piedra fragmentada de Juc贸 de Orosi. 20
El otro gran asunto es el paradigma entronizado por esas nociones eurocéntricas que apreciaba a dicho arte autóctono como una expresión menor, por ello, mucho de los tesoros artísticos fueron destruidos o convertidos en tiestos. El paradigma es validado aún por algunas ramas de las ciencias sociales en tanto encuentran en ese pensamiento vertical una “zona de confort” y todo lo que se sale de su ajustado cono de visión es tildado de ficción, sin intentar ver más allá de sus bordes para anudar sus sensibles hilos que enriquecen al arte autóctono desde tiempos inmemoriales. La brillantez del arte ancestral Ellos manejaban los sistemas de armonía y esa esencialidad que aporta la geometría al arte que por lo general no se aprecia a simple vista en tanto subyace en las estructuras que sostienen la estética de los objetos. Me preguntaba cómo aprendieron ese profundo lenguaje de la geometría –arte de comprobación de la Matemática-, siempre tuve la respuesta: tanto los europeos como nuestros antepasados fueron grandes observadores de la naturaleza –Madre del Arte y el Diseño-, y de ahí dedujeron la fuerza de esa esencia morfológica. Se deduce que existieron relaciones desde tiempos inmemoriales surcaron esos mares que nos separan, convirtiéndose en el más interesante desafío actual para los científicos sociales quienes deben revisar su paradigma.
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Espacios colectivos de Mayinca, “Sequía” 2015, instalación en sitio. 22
El concepto de Tiesto
El curador Rolando Castellón introdujo a esta tercer ver-
sión de MAYINCA la idea del tiesto, se refiere a todas aquellas piezas fragmentadas abundantes en la recuperación en las excavaciones arqueológicas. Conceptualmente los artistas nos referimos a la quebrazón que provocó el proceso colonizador, lo que hoy tratamos de recomponer a través del arte contemporáneo, activador de nuestra capacidad de análisis e investigación intelectual y fáctica de rehacer, pero también de reinterpretar, de reinventar esos lenguajes y/o discursos. Este es la idea central de “MAYINCA Tiestos de una cultura” de observar las grandezas del pasado para reordenar nuestras acciones creativas que nos permitan tener un futuro más que devuelva el sentido a estos tiestos de regenerar las proezas del pasado. De alguna manera se suma al posicionamiento de la Postcolonización que advertimos en gran parte del arte de nuestros días.
El lenguaje de la (des)fragmentación en el arte actual es
un motivo que nos seduce en una especie de reingeniería del objeto de estudio, al volver a componer a partir de la poética de los tiempos actuales, un arte quizás más áspero, seco, agudo pero que clava el aguijón de la incertidumbre al develarse las incógnitas del presente.
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Lo expuesto Algunos de los artistas tienen una o varias propuestas las cuales hilan pensamientos en torno al tema central, a veces son aproximaciones conceptuales, otras se ligan por la utilización de los materiales tales como la tierra, semillas, caparazones, huesos, cuero, todo en el contexto de la (des)fragmentación como discurso artístico.
Espacios colectivos de Mayinca, “Sequía” 2015, (detalle). 24
Artistas participantes en MAYINCA Tiestos de una Cultura
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Otto Apuy, “Madre esfera” 2014 Instalación con metal, zacate seco, carbón. De lo alto pende una cazuela de hierro, idea de esfera entre el zacate seco envolvente el cual se eleva sobre una cama de carbón natural. “Madre” en el sentido que sugiere la concepción de un nuevo ser, delante de las adversidades de los tiempos.
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Yeiner Agüero, “Liberando Dolor”, 2014 Rostro en bronce, cera perdida y alambre de púa. De la careta emerge una espiral de alambre púa, interpretando la palabra y comunicación actual. El libro Bíblico dice que “lo malo no es lo que entra al cuerpo, sino lo que sale por su boca”; crítica externada infamemente que desgarran al semejante.
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Fabricio Arrieta, “Tiestos” 2015 Acumulación in situ con tubos de pigmentos gastados en el taller del pintor. Aproximación al Minimalismo cuando con poco que se tenga se dice mucho.
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Vanessa Biasetti, Sin tĂtulo, 2015, materia natural Con algodĂłn tecolote, semillas y otras materias naturales crea un delicadĂsimo calzado como para la princesa del ancestro.
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Diana Barquero, “Cinchona: Habitando la catástrofe”, 2013 Trozos de madera, cemento, acrílico, papel; fragmentos cargados por la memoria, de paredes resquebrajadas con los cuales nos recuerda que, a pesar de la dureza de las contingencias, en los pequeños detalles se puede contemplar la belleza.
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Carlos Bermúdez, Tiesto, 2015 Con barro y arena este artista crea un rostro el cual nos sume en la reflexión acerca de los orígenes del ser humano y aquella idea bíblica de que de lodo somos hechos.
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Héctor Burke, “Petroglifos”, 2015 Con pigmento negro sobre papel craft, Burke traza glifos nerviosos que condensan esa energía inspiradora la cual proviene de su propia lectura del ancestro.
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Alejandro Calderรณn Riggioni, Nahualismo y Antropomorfa, 2015 Collages en impresiรณn digital. ร l juega con los tiestos de cerรกmicas y otros elementos de la cultura contemporรกnea, generando nuevos mitos e interpretaciones al discurso postcolonial
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Dinorah Carballo, “Ensayo para un tejido referencial”, 2015 Instalación en sitio con papel, plástico, pétalos y otros objetos; arsenal de evocaciones a lo propio, a lo usual, lo que puebla quizás sus espacios de intimidad, dentro de una sintaxis minimalista que diserta sobre el lugar y la poética del lenguaje.
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Mirta Castro, “Sin título”, 2015 En esta instalación se observa un monumento reversible: donde se celebra al prócer, al caudillo, o al pueblo que lo encara o se constriñe ante el poder.
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Rafael Chamorro, “Contradanza”, 2013, y “Cucarachesco”, 2013 Buen manejo de la talla en madera y ensamble, donde se cruzan signos de sensualidad y agudeza sensorial.
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Alexander Cháves Gould, Tríptico, 2014 Él mismo artista se convierte en sujeto de su obra al interactuar con una osamenta. En la segunda pieza, se expresa un gesto mágico al hacer levitar su cuerpo jugando con una esfera de piedra.
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Alexander Chávez Villalobos, “Tripoide” 2014, “Coca-x” 2013, y “Bombas” 2014. Elabora las técnicas de la cerámica con negreo, cerámica con engobe y madera. Los objetos en la sociedad de consumo cambian su sentido, subvirten las apariencias al trasponer esos significados, los vuelve lúdicos pero a la vez punzantes.
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Rocío Con, “Molde”, 2001 Una mano muestra el molde de otra mano, reciprocidad conceptual, algo así como decir “lo que hago me hace”.
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Gabelo Cordero, “Luna” 2012 Talla directa en piedra volcánica que posee el encanto de la plena sencillez -tanto en el lenguaje como en su elaboración.
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Nelson Díaz, “Orígenes desconocidos”, 2015 Glifos dibujados con carboncillo sobre una naturaleza fogosa, incansable, como el ritmo continuo de las aguas.
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Bryan Erickson, “Restos y tiestos” 2015, y “Mano” 1998 Dos botellas atadas por cuerdas contienen partes de vértebras y otros materiales. Una mano de alambre de púa carga la incertidumbre de los procesos sociales, cuando se levanta la mano, puede que esas púas nos autoflajelen.
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Adrián Flores y José Pablo Ureña, Materia Primera, “Caso 6, El cuerpo como unidad de volumen” 2015, y “Agua como cuerpo” (modelo 003) 2013 Someten la materia a la experiencia del cuerpo, para observar la morfología humana remanente en diversas situaciones. La segunda pieza dispuesta en un enorme tablón de madera, posee el encanto de la taxonomía o despiece realizado en el estudio de un investigador.
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Giacomo Goghi, “Majones”, 2015 El artista muestra sus herramientas al estampar xilografías en el taller de grabado. Fueron hechos con bambú, corteza de palma y cuero.
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Álvaro Gómez, “Sin titulo, 1997 Explora las posibilidades de los materiales aplicados en diversos soportes y herramientas logrando superficies abstractas de singular poesía.
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Luis Fernando Gómez, “Sin título”, 2015 Jícaros grabados con el lenguaje del arte prehispánico o elementos de la naturaleza, dispuestos en una de las celdas del antiguo Cuartel de Bellavista, ofrece la lectura como de excavación arqueológica.
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Pamela Hernández, “Instalación en sitio”, 2015 Módulos de concreto en que inserta plantas de césped, emplaza al espectador a preguntarse el por qué se manifiesta el arte contemporáneo.
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Grace Herrera Amighetti, “Sin Título”, (sf) Ensambles en maderas y papel hecho a mano, realizado con un lenguaje poético de transparencias y texturas. Alude a las carabelas en las cuales antaño arribó el conquistador a América.
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Edgar León, “Constelación”, 2015, Sugieren la lectura de vitrina de museo, donde se contemplan esos signos de la memoria para cultivar nuestra historia cultural, pero también de vitrina al comercio de bienes patrimoniales que desencadenan otro carácter de lucha para su protección.
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Mario Maffioli, “Sin título”, 2005 y “Tiesto” 2015, Talla en madera columnar la cual sugiere el bastón de mando de un reino como el caído durante los procesos de la colonización europea en América, y una talla en jadeíta pero tratada con lenguaje contemporáneo.
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Fabián Monge, “Imágenes Eclécticas 3”, 2015 Técnicas mixtas sobre una calavera de caballo, aborda la ilusión óptica de la máscara, pintada con acrílicos trueca en un objeto estético y sugestivo.
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Priscilla Monge “Tiestos I” y “Voces Indígenas” 2015 Exhibe sus investigaciones con barro rojo con la idea de juegos cósmicos; además “Voces Indígenas”, instalación sonora de una oración en lengua maleku seleccionado por Alfons Hug curador del Pabellón Latinoamericano del IILA para la 56 Bienal Internacional de Arte de Venecia 2015.
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Rafael Montoya, “Tiestos de letras”, 2013-2015 Intimida al espectador a comprender su existencia dentro de esa sintaxis poética de la muestra, con madera calada, una palabra, un signo.
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Luis Morales Alonso, “Monumento”, 2005 Evoca el glorioso arte de los pueblos originarios y las hazañas vivenciadas durante la colonización.
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Rodolfo Morales, “Marycruz /mar y cruz” Metate roto por la daga y la cruz; asume la contradicción al celebrar el “Día de las Culturas”, o de las razas, en tanto termina dándose ese fastidioso efecto de exclusión donde las minorías no celebran nada, pues su cuota de presencia es minimizada por el paradigma eurocentrista que aún muchos se ensañan en preservar
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Ileana Moya, “Paralelismos”, 2014 Instalación en sitio, con fotografías, vidrio, semillas. Reflexionar sobre los enigmas del arte originario en tanto esa marcaciones dirigen a otras latitudes del planeta, como lo hace el arte y esta propuesta de conducirnos a otros imaginarios y simbolismos.
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Rodrigo Muñoz, “Tiestos”, 2015 Colecta cerámicas, frutos, semillas, jícaros, máscaras y otras manifestaciones del arte vernáculo y popular, las cuales custodia como si se tratase de joyas que hablan de la memoria cultural tan amenazada por la actitud globalizadora.
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Eugenio Murillo, “Semillas de Sibó”, 2000 Libro de relatos de la cultura Bribrí, Baja Talamanca, provincia de Limón; con un trazo robusto y amplia experimentación material con pigmentos, uso del color, texturas y transparencias.
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Lorenzo Palacios y Elisa Rodríguez S. “Dibujos Ngõbe”, 20082012 Pigmentos naturales sobre corteza de árbol, con un lenguaje tolerante con su orígenes estos artistas evocan la memoria del ancestro y las tradiciones de su cultura.
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Luis Fernando Quirós, “Reminiscencias” 2015 y “Sequía” 2015 Friso o estructura de repetición y ensamble. Alude a la tarea de rehacer, de recomponer, de reinventar esos tiestos y rasgaduras de las culturas originarias ante la sequedad de un tiempo que agrieta la tierra y desdibuja su memoria.
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Karla Piedra León, “Sin título”, 1999 Con cabello, vidrio, y grabado digital en filmina, esta artista dibuja un signo de interrogación acerca del valor de la materia en el arte.
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Eugenia S. Rudín, “Díptico”, 2013 Instalación con caja de madera, hueso, metal, aborda esas contingencias de la vida.
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Christian Salablanca, “El que vive por lo mismo, perecerá por lo mismo”, 2015 Aquello que hago, me hace; interaccionismo vivencial, simbólico, traza en el objeto una narrativa que nos marca.
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Maribel Sánchez Grijalba, “Cerámica rota”, 2015 Fragilidad del barro cocido que ante el mínimo roce se resquebraja, como nos sucede a las personas ante las inclemencias del cotidiano que tanto nos afectan.
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Gerardo Selva Godoy, “Hombre de piedra I, II, 1992 Pellizcado con esmalte de cobre en reducción, son ceniceros en cerámica o una especie de sujetadores de libros.
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Adolfo Siliézar “Ángel”, 1998 y “Sin título”, 2015 Para Siliézar quemar la madera es un acto ceremonial de sanación de las asperezas y contingencias de la vida. Brinda una nueva pátina donde también utiliza el lodo para acrecentar la memoria.
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Zoleila Solano, “Enigma de la Piedra�, 2015 El libro recoge narraciones del lugar donde se ubica la piedra de Urasca, grabados, dibujos y pinturas, facetas de nuestra cultura e historia rural importantes de preservar.
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Bytty Tassara, “Las tres carabelas” y “Tesoros de verano” 2015 Instalación en sitio, con maderas, tiestos de mar, y objetos de metal; visión acerca de aquellos buques que atravesaron el Atlántico trayendo al colonizador.
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Carolina Valencia, “Volver al origen”, 2015 Tiestos, huesos, cráneo, fémur, vasijas de barro que emergen de una excavación arqueológica pero al atravesar la dimensión del tiempo, al tocar los bordes del presente, esos tiestos se convierten en basura.
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Rodolfo Uder, “Tiestos”, 2015 Recupera objetos encontrados, maderas tomadas al pié del árbol, se vuelven tiestos de la memoria.
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Ricardo Ulloa Garay Tiesto I, II y III, 2015 Juegos recreativos de madera y cart贸n, y con ellos instala una narrativa simb贸lica que nos habla de sus visiones y fantas铆as.
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Henry Vargas, DiseĂąo Precolombino Costarricense, 2015 Compendio de los sistemas de armonĂa para el arte de los pueblos ancestrales en un libro publicado por Editorial UCR.
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Maxime Viellard, “Bosque en llamas” y “Perdido en la multitud” 2015 Dibujos en técnicas mixtas, tinta, pluma, lapicero, tiza pastel; signo que se mueve creando un orden convulso, así como es en realidad la vida misma, pero a pesar de tan espinosas contingencias persiste la poesía.
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Stephanie Williams, “Y todavía afirma que aquella es tierra firme” 2014 La sentencia va a contrapelo con la realidad material de la instalación dispuesta en unos de los calabozos, en la penumbra de la memoria, en la pared con grafitis y escritos de un tiempo se expresa con lodo: polvo y agua, cuando se dice que en un mínimo granito de polvo está la Tierra entera.
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Jorge Zamorán, “Sin titulo I” y II, 2015 Conjunto de contenedores fabricados en serie utilizando harina de trigo, masa de maíz, tierra, y un elemento vegetal. Además expone una acumulación de objetos cargados de memoria de un evento que los mantiene en (des)orden: tal vez un ciclón, el terremoto, el deslave, o quizás la guerra.
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Espacios colectivos de MAYINCA
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Espacios colectivos
Espacios colectivos. SequĂa, 2015. 78
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Espacios colectivos 79
Espacios colectivos
Espacios colectivos 80
Espacios colectivos
Espacios colectivos 81
ST de Jorge Zamor谩n Fitoria.
Rueda de carret贸n de Rodolfo Uder 82
Instalaci贸n de Carolina Valencia
Fotograf铆as de Ileana Moya. 83
Espacios colectivos
Espacios colectivos 84
Espacios colectivos 85
Los frutos de MAYINCA
Una vez más la propuesta del curador Rolando Castellón con “MAYINCA Tiestos de una Cultura” incide en la realidad del arte costarricense con un signo conciliatorio entre las manifestaciones artísticas de los ancestros prehispánicos y el arte contemporáneo actual. Apreciar la muestra nos sume en una reflexión sobre sus frutos y aportes: el principal es motivar el cuestionamiento al reconstruir o recomponer esos tiestos ante la encrucijada histórica por donde hoy en día caminamos haciendo arte. Otro de los frutos palpables del proyecto es dar a conocer valores del arte que se mantenían al margen de la actividad 86
Adolfo Siliézar “Ángel”, 1998
expositiva en el país, y artistas emergentes, de la mano de maestros de amplio reconocimiento, en un país donde existen muchos museos y galerías pero por contradicción, no se dan oportunidades reales de exponer nuestras investigaciones y experiencias. Esta tercera propuesta de MAYINCA en el Museo Nacional culmina la relevancia del proyecto, encontramos el espacio propicio para mostrar la creatividad de los artistas al observar el arte originario. Renueva nuestros bríos para continuar rastreando nuevas oportunidades de visibilidad para este arte, y el de los artistas quienes pongan su mirada en él. 87
Visite la edición No.1 de la L´FATAL on line, en la dirección: http://issuu.com/lfatal/ docs/l__fatal_no.1
Visite la edición No.2 de la L´FATAL on line, en la dirección: http://issuu.com/lfatal/ docs/l__fatal_no.2 88
Visite la edici贸n No.3 de la L麓FATAL on line, en la direcci贸n: http://issuu.com/lfatal/ docs/l__fatal_3
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Museo Nacional de Costa Rica. 90