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,L FATAL 9 L´FATAL la Fatalísima No. 9

Revista de Arte Contemporáneo Añ o 2

No.9

E nero

Febrero

M ar zo

2 0 1 7

ISSN: 2215 440X

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L´FATAL la Fatalísima No. 9

Sumario

Novena Edición

Los Cabos Sueltos de Priscilla Monge Taller de cerámica en el Museo del Jade / Página 8

Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero Instalación en El Tanque del MADC. / Página 14

Galería de Imágenes coleccionables Colectivo. / Página 26

“Hacer Central” Tamara Díaz en Caracas. / Página 52

“Canibalia” Lisboa, curada por Julia Morandeira / Página 58

Últiprimicia “viral” Por Moyo Coyatzin. / Página 60

“Yo Nunca” de Andrés Gudiño en DESPACIO. / Página 62

“Salón Nacional de Artes Visuales 2017” Museo de Arte Costarricense / Página 66

“Bid Madrid 2016 en Costa Rica” Centro Cultural de España. / Página 76

Galería de Memorias recordables Espacio literario. / Página 84 Cartelera Cultural / Página 93 3


Consejo Editor Quirval Otelo E´mundo Chevón Comentarios en esta edición por Quirval Otelo. Fotos en esta edición de Adriana Artavia, Liz Rojas, LFQ y artistas citados. En la portada Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero, 2017, fotografía de Adriana Artavia cortesía del MADC.

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Los contenidos de los artículos no reflejan el criterio de los editores. NO Copyright CREATIVE COMMON


L´FATAL la Fatalísima No. 9

Los editores

La edición No. 9 de L’ FATAL “on line”, mejor conocida como “La Fatalísima”, presenta cambios: No omitiremos los comentarios sobre exposiciones que más se acerquen a la línea en la cual transitamos desde inicios de este proyecto editorial. Sin embargo aunque en el país existan museos y galerías, no todo lo que se exhibe calza con lo que nos interesa comentar. Incluimos dos nuevas secciones: “Galería de Imágenes coleccionables”, publica obras de arte de artistas de todo el mundo, que llegan a nuestros archivos físicos o virtuales, o coleccionadas por razones de testimoniar el paso del tiempo en materia de arte contemporáneo, hasta tarjetas de invitación de muestras o fotografías de eventos que asoman en la cartelera local o internacional.

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La otra sección es la “Galería de Memorias recordables”, en la que interesa publicar textos teóricos o críticos, narrativa experimental o ensayos que observan la situación de la cultura en tiempos de estrechez y crisis pero que en nada disminuye el talento creativo. El énfasis de esta publicación pretende ser un visor que capta la realidad del arte de nuestros días, a veces asediado por el facilismo y lo carente de profundidad, o por lo cual algunos artistas intentan tremendos malabares para sustentarlo a contrapelo, o como piensan algunos, para “tomar el pelo”. Unos de los asuntos más comentados “entre corrillos” de este final de trimestre en que publicamos la revista, es el Salón Nacional de Artes Visuales 2017 convocado por el Museo de Arte Costarricense, el cual se inauguró el pasado 24 de marzo. El jurado internacional fue conformado por Katya Cazar de Ecuador, Rosina Cazali de Guatemala y Hervé Vanel de Francia. Trasciende que fueron rechazados la mayoría de mas de doscientas propuestas presentadas y solo se exhibieron unas treinta. De manera que tendremos que visitar el Salón, para ofrecer en esta edición una lectura de lo apreciado por el jurado, qué fue destacable de la producción

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Invitación a la apertura del Salón Nacional. Foto cortesía del MAC.

actual en el arte costarricense, y el por qué repercutió y levantó polémica en el medio cultural local. Pero también es cierto que en un país -como un día dijo antes de su prematura muerte Joaquín Rodríguez del Paso-, “en un San José donde no sucede nada”, qué bueno se convoque a un Salón o a una Bienal, o a algunas muestras temáticas y curadas para estimular las prácticas artísticas de la actualidad.

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Taller Los Cabos Sueltos

Taller Los Cabos Sueltos con la artista Priscilla Monge y público invitado. Foto Liz Rojas.

En la muestra Conclusiones actuales sobre el Arte Originario, entre el 17 de noviembre 2016 y el 22 de febrero 2017, Sala de Exposiciones Temporales del Museo de Jade y la Cultura Precolombina, proyecto curatorial de Rolando Castellón y Luis Fernando Quirós, la participación de Priscilla Monge marcó un importante punto de inflexión, en tanto se realizó, previo a la apertura un taller creativo con arcilla como materia, en el cual se involucró a niños, jóvenes y adultos. La idea del taller fue crear un conjunto de piezas en arcilla cruda, sin hornear, las que se exhibieron en una instalación acompañada de fotografías de la acción desarrollada en el taller el 14 de noviembre de 2016. 8


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Taller Los Cabos Sueltos con la artista Priscilla Monge y público invitado. Foto Liz Rojas.

La artista comentó a propósito de la experiencia que por lo general el público asiste a una exposición pero nunca tiene la posibilidad de participar en el proceso que lo originó, solo se le permite ver y esa es quizás su única experiencia con lo expuesto. Priscilla Monge ya había realizado esta acción con niños en la Bienal de Lima, y se propuso reproducirla en el país invitando al público a ser componente de su propia práctica artística, rompiendo los límites de lo usual para acceder a los procesos y conceptualismo tan propio del arte contemporáneo.

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Participantes en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

Participantes en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

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Participantes en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

Participantes en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

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La artista Priscilla Monge el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

Piezas obtenidas en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

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Participante en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

Una vez finalizada la muestra, las piezas fueron recicladas pues al estar totalmente deshidratadas por el paso del tiempo, al ponerle agua, se desintegraban volviendo al estado original, o sea la arcilla, el barro, tierra más agua. Aspecto que también aportó al tema central del proyecto que observaba la persistencia de la luminosidad del arte originario o prehispánico, en tanto el barro es una materia terrena utilizada por nuestros ancestros en la creación de objetos utilitarios y funerarios desde tiempos inmemoriales.

Participantes en el Taller Los Cabos Sueltos. Foto Liz Rojas.

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Afectaciones sobre un sujeto matĂŠrico Por LFQ.

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Proyecto El Tanque del MADC. Foto LFQ.


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En “El Tanque, Laboratorio de Ideas” del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo MADC, muestra curada por Daniel Soto, presenta una propuesta más en aquel singular espacio del museo, en el cual nos sumimos a evidenciar la fuerza e injerencia en el arte contemporáneo de los sentidos perceptivos: el tacto que al traspasar el boquete de entrada advierte lo abrupto del clima, templado afuera pero cálido en el vientre de aquel enorme contenedor metálico (tanque de líquidos de la antigua FANAL -Fábrica Nacional de Licores que a inicios de los años noventas del siglo pasado cedió ese fragmento capitalino para dedicarlo a la cultura, hoy es sede del MADC). Además suma a esa carga sensorial el registro visual, cuando la artista sumerge en las aguas dos materiales tan similares pero disímiles, como la tierra y el lastre o arena, para ser observados en el tiempo como también por las miradas juiciosas de quienes ingresamos al sitio instigados por el título del proyecto: “Afectaciones sobre un sujeto matérico”.

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Pero suma también a la experiencia perceptiva la acción de ingresar al contenedor en tanto implica el oído, al escuchar reverberaciones y/o pulsaciones del líquido excitado por una proyección sobre las paredes curvas de hierro negro, y que las mismas vibraciones del proyector se hacen sentir al interno de ese encadenamiento adherido a la memoria del lugar, y por otro las sinestesias que también toman partido en el paladar, con un sabor herrumbroso quizá, ante la (in)consciencia de ese sondeo llevado al grado de afectación -como promete la artista-, situación del pathos vivenciado al sumirnos paso a paso en lo profundo, como si bajásemos al centro terrestre mismo conducidos por un único rayo de luz solar que se coló entre los resquicios, cuando tal y como expresa el poema del hermetista italiano Salvatore Quasimodo: “de repente se hace de noche”. Al igual que sucede en la vida de todos y todas las personas, cuando se disipa el objeto que contrasta y mantiene en purga, no sabemos de qué manera actuar o asumir esas nuevas contingencias del destino, nos perdemos en tal grado de libertad. 16


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Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

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Afectaciones sobre un sujeto matĂŠrico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

Afectaciones sobre un sujeto matĂŠrico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

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Laboratorio de ideas Desde su posición de creadora contemporánea, Barquero Pérez, como si fuese una aplicada científica estudiosa de las estratificaciones terrestres, cual geóloga observa al sujeto de sus investigaciones ahora expuesto al público, y nos interroga implicándose también a sí misma: ¿cómo puede ser afectado un objeto artístico desde sus condiciones materiales, ambientales, físicas, químicas?, pero como si fuese antropóloga marca quizás el centro de su cuestionamiento: ¿precisa saber cuándo, cómo, o en qué grado nosotros los espectadores de su obra emergimos emocionalmente afectados por la dimensión de ese enigma? Tremenda la percepción de esta joven mujer de las artes costarricenses, quien desde sus inicios -evoco en este instante su participación en la Bienarte 2015 en el Museo Calderón-, viene cuajando en esas búsquedas el significado de las transformaciones de los materiales ante lo atmosférico, lo telúrico, o el infaltable humo benzínico que sube a la estratosfera ocasionado por el tránsito vehicular, también desmedido, así mismo por los gases industriales provocadores de la sensación asfixiante, grisamarillenta, pero ahora al meternos en el vientre de “El Tanque”, del “Laboratorio de Ideas”, nos sume a nosotros en la experiencia emocional de entrar, como se dijo, quizás al útero del mundo, para advertir desde la cálida oscuridad el fluir de los líquidos, y el batir del gran corazón de la Tierra, en ese lodo que se aísla en dos territorios insulares, diagonalmente opuestos dentro de una caja de acrílico, para esperar qué sucede, cuáles mutaciones de sus

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Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

orígenes experimentará, o qué relecturas provocará en el espectador. Esta zona de la experiencia artística me interesa observar, porque estoy implicado yo mismo, con mis deducciones y valoraciones, y en tanto al sitio se le denomina “laboratorio de ideas”, donde se van a desprender otras lecturas e interpretaciones del acto creativo. 20


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Pero como visité esta propuesta acompañado por el sabio Moyo Coyatzin, su primera reacción fue nombrar L’atlÁntis’, aquella metáfora sobre el continente perdido el cual Platón enunció en los diálogos “Timeo y Critias” -un territorio insular más allá de las Columnas de Hércules (desde una postura eurocentrista)-, y cuya (in)existencia como lo fue en aquel mítico pretérito, aún es ente de confrontación en los estratos intelectuales y académicos de la contemporaneidad, pues nos engulle el filoso antagonismo de la incertidumbre, de una memoria borrosa o (des)memoria, como tanto ocurre en esta sociedad actual respecto a los vestigios de las culturas originarias autóctonas. Creo que esos dos montículos arenosos y terrestres, dispuestos en total tensión divididos por las aguas que se agitan -sujeto principal en la instalación de Barquero-, aguantan aún una lectura más: la de las dos masas continentales enfrentadas por nociones de dominación hegemónica, que tanto se atizan desde el discurso postcolonial.

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Preámbulo de Afectación Quisiera ventilar otras ideas más emergidas de dicho laboratorio, que en el preámbulo de esta instalación, en la acción cotidiana de abrir el portón de acceso, encender el aparato proyector del video, y las luces esas que iluminan el texto del curador, por lo tanto acción de entrar y salir de lo expuesto, cuyo rótulo de pared luce yuxtapuesto a un mecanismo que medía la nivelación de los líquidos en lo que fuera un día ya lejano el tanque de la FANAL, se vuelve una vivencia para contemplar, y no solo aquellos dos contenedores con materias orgánicas dispuestas bajo las fuertes condiciones ambientales del externo, al lado del tanque, bañados por rayos de luz solar, viento,

Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. Foto A. Artavia del MADC.

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Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. Foto LFQ.

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Afectaciones sobre un sujeto matĂŠrico de Diana Barquero. Foto LFQ.

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lluvia, contaminación urbana, y dije “contemplación” en tanto intervienen otros signos de deterioro, como los hongos de las paredes cuyas texturas parecen cartografías, y donde se aprecian residuos de una instalación de Otto Apuy en la Pila de la Melaza para la muestra Instalo-Mesótica (MADC 1998), unos troncos quemados renegridos suman al carácter de lo exhibido, como si fueran mapas de navegación de la barca de nuestra imaginación, para buscar el sueño de la “Atlántida”, el árbol de “El Dorado”, la ilusión de “Aztlán” para la cultura chicana, sin que quiera referenciar más de los enigmas del ayer, que también pueblan estos territorios del istmo, lo que un día Virginia Pérez-Ratton llamó “Estrecho Dudoso” (MADC 2006). Me atrevo a afirmar las fortalezas de esta propuesta, cuando motiva otras lecturas, dispone a ampliar el radio de la subjetividad para emerger de la experiencia de estar conectados con la frecuencia de Diana Barquero en El Tanque.

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galería de

IMÁGENES

Coleccionables

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Berta Otoya. Sin título. 2009. Perú.

A la izquierda, Nelson Díaz. Sin título. 2016. Dibujo a carboncillo y tiza sobre piedra. Parque Tapantí, Orosi, Costa Rica. 27


Anónimo. Sin título. 2010. Costa Rica. 28


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Moyo Coyatzin. STONE HEDGE. 2005. Nicaragua - Costa Rica.

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Emilia Villegas. Sin tĂ­tulo. 2000. Costa Rica.

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Yolanda M. López. Sin título. sf. Chicana USA.

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Diana Krevsky. Sin tĂ­tulo - sf. USA.

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Pedro A. Jiménez. Sin título - sf. España.

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Moyo Coyatzin (Chorotega). Mural de la colección de Miguel M. Guimaraes, Pitões das Júnias, Portugal. 2015.

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José Pablo Solís. Sin título - sf. Costa Rica.

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Claudio Corrales. Sin título. Impresión de sellos. Costa Rica.

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Jairo Miranda. Sin tĂ­tulo, 2016. Collage. Costa Rica.

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Keico Tsucamoto. Sin título sf. Japón.

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William La Grille. Sin tĂ­tulo - sf. USA.

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Georgia Hayes. Sin título - sf. Escocia.

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Denis Tedlock. Sin tĂ­tulo - sf. USA.

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Ralph Gutlohn - Rebus. Sin título - sf. USA.

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UFO. USA.

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UFO. USA.

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Rebeca Alpizar. “Mundo” - SF. Costa Rica.

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Joaquín Rodríguez del Paso, Sin título - 2010. Costa Rica.

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Carmo Gregorio. “A letra, com sangue, entra, I & II ” (proverbio” - sf. Portugal.

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Umberto Postal. Sin tĂ­tulo - sf. Nic.-Italia.

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LFQ. “Indio Navajo” 2017. Collage y mixtas. Costa Rica.

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“Hacer Central” Tamara Díaz en Colección Cisneros

La muestra MESóTICA II, en la inauguración en el MADC, 1996. Foto cortesía del MADC.

La Colección Cisneros, con sede en Caracas, Venezuela, recién organizó el seminario “Muestra, Cuenta / Sistemas en los sesentas, Exposiciones de los noventas, proyectos para el 2020”, en el cual Tamara Díaz Bringas presentó una importante focalización del proyecto MESóTICA II, organizado por el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo en 1996, curaduría de Virginia Pérez-Ratton (QEPD) y Rolando Castellón, expuesta en varias ciudades europeas, y punto de inflexión para el reconocimiento internacional que activó al arte centroamericano contemporáneo a partir de tal insumo. Tamara tituló su ponencia “Hacer central. MESóTICA II / Centroamérica: re-generación”,

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Xenia Mejía. 1996. Memorias. Instalación. Foto cortesía del MADC

para lo cual preparó -con rigor, detalle y la astucia de investigadora cultural que le caracteriza-, un texto reflexivo acerca de la importancia de aquella muestra para el arte del área, observó los antecedentes del MADC donde emergió la propuesta (en tanto esta crítico y curadora cubana, actualmente radicada en España, y quién residió en el país durante la década de los años dos mil, trabajando con Virginia Pérez en Teorética, experiencia que le ofrece la perspectiva necesaria para analizar el contexto en que emergió MESóTICA), como también referirse al abordaje curatorial acerca del trabajo de los artistas y el por qué fueron incluídos en aquella propuesta.

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Publicamos un fragmento de esa ponencia: “El desafío, según lo narró la propia Virginia en el catálogo de la exposición, había partido de Ante América: “Durante el foro sobre problemas del arte latinoamericano, organizado en torno a la exposición, se le preguntó a Mosquera la razón de no haber incluido a ningún artista centroamericano en una exhibición tan amplia, que buscaba ofrecer una visión ‘desde adentro’; de la producción artística de ‘Nuestra América’. La respuesta de Mosquera relativa a lo poco que se escuchaba sobre la actividad regional, y nuestra propia dificultad en suministrarle mayor información evidenciaron la falta de documentación y de difusión del arte contemporáneo de Centroamérica. MESóTICA II se plantea como un primer paso en darlo a conocer”. Un primer paso que implicó, nada menos, situarse en un lugar. Como sugería el título del proyecto, se trataba de un lugar en parte existente y en parte inventado... “ubicado –según el catálogo de la primera MESóTICA– en un punto entre el Norte y el Sur, un punto de Mesoamérica, en una región polimorfa pero no totalmente exótica”. Si la alusión a Mesoamérica recurría a una zona cultural delineada por una civilización indígena, la Centroamérica de esta exposición trazó sus contornos a partir del reparto colonial de los cinco países que integraban la antigua Capitanía General de Guatemala. Referencias a las culturas indígenas y a una larga historia colonial estarían presentes en varias obras de MESóTICA II. Pero el territorio común era también el de un presente de “posguerra”, como muy pronto comenzó a nombrarse a sí misma esa época –y a veces la generación– que sucedió a los acuerdos de paz. El fin de los conflictos armados en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y el fin de uno de los últimos y más desfachatados capítulos de la guerra fría, prometía un nuevo escenario para Centroamérica. En el mismo año en que se firman los Acuerdos de Paz 54


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en Guatemala, MESóTICA II se impulsa desde Costa Rica con el título “Centroamérica: re-generación”. Tal vez la noción de Centroamérica aspiraba a servir como una suerte de espacio común después de los conflictos armados; “comunidad imaginada” más allá de los Estados nacionales y las fracturas de largas guerras civiles. Centroamérica (con MESóTICA) era también una ficción política que se propuso incidir en el mapa del arte, tanto en el local/regional como en el global. En el texto de introducción a la muestra, Virginia ensayaba un diagnóstico de la situación del arte centroamericano en ese momento, mencionando por una parte las condiciones de aislamiento, la carencia de estructuras institucionales, de documentación, de crítica y curaduría, así como la desinformación e indiferencia. En contraste, destacaba el creciente reconocimiento del arte latinoamericano o al menos el de algunos países como Brasil, Colombia, México o Cuba. A la pregunta, ciertamente retórica, “Y el arte centroamericano contemporáneo, ¿dónde se sitúa?”, la curadora se responde: “en ningún lado, según una gran mayoría de ‘generadores de crítica’.” Lo que hace MESóTICA es suspender ese “en ningún lado”; dándole consistencia, aunque fuese precaria, a “algún lado”. Un lugar que existía en parte y en parte había que inventar. Un lugar que en primera instancia había que conocer y conectar. Esos fueron los movimientos iniciales de la curaduría: viajar a cada uno de los países y ver, conversar, preguntar, conocer de primera mano algunas de las prácticas artísticas más sólidas, experimentales y críticas en cada contexto. Paralelamente se trataba de establecer relaciones: entre obras, entre personas, entre situaciones. La Centroamérica que empezó a dibujarse con MESóTICA II tal vez sea más cercana a ciertos mapas del artista Rolando Castellón: cartografías poéticas, hechas de lenguaje, 55


Portada del catálogo MESóTICA II. Fotografía cortesía del MADC.

de pequeñas intervenciones simbólicas, de trazados caprichosos o reajustes políticos. MESóTICA –como luego TEOR/éTica, fundada por Virginia en 1999, o Mayinca, la serie de exposiciones anuales que Rolando impulsa en Costa Rica desde 2013– inventan nuevos términos para designar realidades por construir. El neologismo rehúsa obedecer al marco dado, acoplar plenamente a las estructuras de validación artística. Se trataba no sólo influir en los ‘generadores de crítica’ sino generar un marco crítico propio. MESóTICA II implicó el posicionamiento institucional del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, y el posicionamiento curatorial de Virginia Pérez-Ratton en un espacio/ tiempo: el del arte centroamericano contemporáneo. A su vez, la exposición ofrecía –a la institución, a la curaduría, a las prácticas artísticas– un lugar aunque sea provisional desde el que ubicarse. 56


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Si MESóTICA comprendía un proyecto político, una buena parte de éste se confiaba a su dimensión poética, a la singular ordenación espacio-temporal y a la experiencia sensorial que proponía la muestra. En una conversación con Virginia en 2009, me decía sobre MESóTICA: “Rolando y yo hicimos el diseño de montaje. Fue un momento en que se instauró una manera de trabajar las exposiciones en el museo, donde se diseñaba un montaje muy cuidado, para crear relaciones”. En ese modo de trabajar, la exposición se entiende como un dispositivo perceptivo específico y la instalación como su herramienta más eficaz. A principios de 1997, en San José, le preguntaron a Gerardo Mosquera qué le había llamado más la atención de MESóTICA. Su respuesta fue: “...la presentación museográfica, tiene una linda resolución estética, de alto nivel internacional; es de resaltar el trabajo de Rolando Castellón”. Resulta difícil separar al curador Castellón del artista. En sus exposiciones personales suele incluir obras de otros y cuando instala muestras de otros autores se permite licencias como si trabajara con obras propias. Sospecho por ejemplo que en el barro de MESóTICA –el de los pedestales, paredes o pisos, como en las instalaciones de Regina Aguilar y Xenia Mejía – hay también algo del Moyo Coyatzin. Entre las múltiples dimensiones de MESóTICA, me gusta pensar la exposición como una herramienta de auto-formación y aprendizaje, en primer lugar para el propio Museo de Arte y Diseño Contemporáneo y su equipo”.

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HANGAR Centro de Investigación artística de la ciudad de Lisboa, Portugal, presentan del 31 de Marzo al 23 de junio 2017 la muestra CANIBALIA (redux), curada por Julia Morandeira Arrizabalaga, con la participación de los artistas Theodor de Bry, Joana Escoval, Jeleton, Runo Lagomarsino, Candice Lin, Pablo Marte, Carlos Monleón, Carlos Motta, Pedro Neves Marques, Rometti Costales, Manuel Segade, Daniel Steegmann Mangrané, Jennifer Teets y Lorenzo Cirrinzione.

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“Últiprimicia ’viral’”= . . . La estimable colega panameña Adrienne Samos dictó públicamente resumen respecto la X Bienal Centroamericana que se efectuó en Costa Rica el pasado Septiembre, 2016. Como preámbulo informó que la estimada Curadora General, Tamara Díaz Bringas, ingeniosa y atinadamente inicia el trayecto museológico con un detalle histórico importantísimo: diseminar al derredor de los espacios expositivos, facsímiles de una xilografía original titulada ´´Bordes y Desbordes´´, obra de la desaparecida grabadora e investigadora cultural costarricense Emilia Prieto. La imagen ilustraba elocuentemente el tema y logo de la Bienal. Desafortunadamente, la conferencista confundió el nombre de la autora verdadera con la artista y poeta contemporánea, también costarricense, Emilia Villegas. La equivocación no fue notada inmediatamente, sino hasta que se transcribió la grabación de la conferencia. m.c. L´Fatal

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Emilia Prieto. grabado “Dibujo de desbordes”.

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Andrés Gudiño: “YO Nunca”

Yo Nunca. Performance en DESPACIO. Foto cortesía del artista.

El artista Andrés Gudiño presentó en una de las salas de DESPACIO -avenida Central de San José-, el performance “YO NUNCA”. Conceptualmente se vuelve extensión de su muestra personal de marzo 2016 en la Sala 1.1 del MADC, cuando expuso dibujos e intervenciones del espacio, como esa mascara de una joven “gigantona”, que asomaba por varios planos y ángulos de la sala.

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Yo Nunca. Performance en DESPACIO. Foto cortesía del artista.

Ante esta percepción ¿será “YO NUNCA” una declaración que (in)culpa o quizás (ex)culpa, pero que cala en nuestra conciencia, o como posicionamiento delante de las ojeadas insidiosas de la sociedad contemporánea?; pero también cala en el pensamiento del espectador que de inmediato observa y se va con ese vector de la mirada hacia su propia interioridad, y de esa manera darle contenido a esta aseveración que nos plantea el joven Gudiño y que nos mete en vilo.

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Otros momentos del performance “Yo Nunca” de Andrés Gudiño. Foto cortesía del artista.

“Yo Nunca” de Andrés Gudiño. Foto cortesía del artista.

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“Yo Nunca” de Andrés Gudiño. Performance en DESOPACIO. Foto cortesía del artista.

En el performance él danza con la máscara, se mueve cadenciosamente con su cuerpo casi desnudo, maquillado con un rosa velado por la luz roja, inyectando la lectura que desprende y conecta con lo que puede ocurrir en otros lugares nocturnos capitalinos donde otros cuerpos femeninos y/o masculinos contornean para ofrecer el numen de su sensualidad al mejor postor. 65


Las movedizas arenas del arte actual LFQ, marzo 2017

Sala principal del Museo de Arte Costarricense. Foto LFQ.

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El Museo de Arte Costarricense (MAC) exhibe el Salón Nacional de Artes Visuales 2017, el cual invitó como jurados a Katya Cazar de Ecuador, Rosina Cazali de Guatemala y Hervé Vanel de Francia, abierto hasta el mes de junio del presente año. Una vez ingresado al recinto no dejé de tener presentes los “salones anuales” de los setentas, que en esos años se realizaron en el Museo Nacional, y los de inicios de los noventas, ahí mismo en la sede del MAC, tema de la exposición precedente al salón, para constatar la transformación que experimenta el arte en el país. Aclaraciones liminares Al iniciar el periplo entre lo seleccionado por el jurado y anotar esas percepciones en el mapeo de mi visita, unas personas que como yo iniciaban su caminar por las salas, me confrontaron para que explicara una de las propuestas exhibidas; entonces les conté el cuento “del río de la interpretación del arte”, pero como ya muchos lo conocen no lo voy a relatar una vez más, diré que tanto como ellas, en ese momento no tenía ninguna conclusión de esa obra en particular ni de la misma muestra. Escribir comentarios sobre la producción contemporánea es otro ejercicio creativo más, hay que caminar la exposición pues al andar se piensa y anuda lo visto, y toda explicación sobre lo artístico y sobre todo el de estos tiempos de tantas contingencias hay que anclarla, trabajarla, escribirla, madurarla, dejarla reposar, y una vez que aquel “sopor” que enturbia la comprensión ceda, es cuando se podría estar dispuesto a emitir una opinión. De todas maneras la deducción sobre lo observado, en mi caso nunca se da bajo los aleros del museo, como tampoco todo lo visto anuda esos rastros creativos en la bitácora de navegación de mi pensamiento crítico, ancla solo en las aguas que me emocionan y me permiten trazar diversos ángulos de interpretación. 67


Bitácora de navegación En la sala principal observé un óvalo de arena y piedras de río -pensé en lo trabajoso de sacarlas de cualquier cuenca, intervenirlas, trasladarlas e instalarlas en el museo-, pero al leer la cédula de la pieza me percaté que su autor era Alessandro Valerio, “Río Tibás” (colografía-frotagge y piedras encontradas 2017); con razón, me dije, pues sé de las andanzas suyas encausado por lo natural encontrado, y él lo descubre para nuestras miradas, lo reinterpreta para nuestros sentidos, lo recompone con su sensibilidad y análisis del fenómeno artístico, incrementando el debate sobre la naturaleza de la obra misma; me detuve a apreciar sus detalles, como una piedrita dispuesta sobre la oquedad de otra, o los esgrafiados e incisiones que intensifican la sensorialidad y fortaleza para estar ahí introduciendo la muestra. De inmediato me dispuse delante de aquel emplazamiento en concreto con uno de esos símbolos de poder, el águila imperial; alusión directa al situado en “cuesta del fierro” -bajando Ochomogo hacia Tres Ríos-, y recordé la polémica en redes sociales porque el jurado del salón premió “un monumento nazi”, en la categoría de “Otros Medios” de Javier Calvo Sandí (Águila, talla en piedra, 2017); sin embargo, al leer la ficha explicativa de pared, tuve certeza de la cuantía del cuestionamiento histórico, como una más de las manifestaciones creativas de Calvo Sandí para implicar la reflexión sobre la existencia de monumentos en espacios públicos o institucionales, fundamentados con rigurosa investigación para esclarecer desde el arte actual el estado de tal incógnita estudiada. En la pared lateral de la sala principal hallé las fotografías de Sara Mata, “Trópico para llevar”, también premiadas por el jurado en la categoría Bidimensional, y me propuse buscar el epicentro de la contradicción, 68


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Sara Mata, “Trópico para llevar”, fotografía digital. 2017. Fotos cortesía de la artista.

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conociendo el trabajo de esta joven, recordé su muestra en Sala 1.1 del MADC 2016, “Diversidad”, con “Paisajes hipoalergénicos”, cuando nos dejamos embaucar por las apariencias de los materiales pero que al cerciorarnos de la realidad nos clavan la estocada, en tanto son sintéticos o provocan alergias, y deducir lo “tramposo” de ciertas campañas publicitarias que enarbolan las banderas de lo ecológico en un país que se sigue tirando basura en cualquier resquicio de la ciudad, o del mismo paisaje en cuencas de ríos o a la vera de caminos rurales. Al fondo de esa sala observé otra de las propuestas galardonadas, la de Luciano Goizueta, “The American Home”, distinguido en la categoría Tridimensional, con una pintura cuyo insumo es una maqueta dispuesta al lado, y que a algunos nos seduce más la gracia de aquel modelo que el mismo fruto de su investigación, o sea el proceso.

Luciano Goizueta, “The American Home”, 2017. 70


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En la misma sala aprecié la pintura de Fabrizio Arrieta, “Paisaje Costarricense” (Acrílico sobre lienzo 2017), con la calidad técnica acostumbrada y esperada suya, pero abordada desde lo “tiritante” de los espejismos, cuando creemos en la ilusión de lo que no se tiene, pero de repente, lo ilusorio desaparece percatándonos de quedarnos con las manos vacías; vuelvo a las campañas publicitarias que venden al país por sus riquezas naturales, orquídeas, mariposas, papagallos, tucanes, pero al tocar el piso de la realidad, el paisaje desvanece en torno a la violencia urbana, la contaminación visual, sónica, olfativa, atmosférica, amén del tránsito irreparable, o la manzana podrida disfrazada de rosa rubor.

Fabrizio Arrieta, “Paisaje Costarricense” (Acrílico sobre lienzo 2017),

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Pablo Romero, Detalle del collage. 2017. Foto cortesía de Emilia Villegas.

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Al llegar a “¿Arte Indígena? ¡Qué prosiga la empresa del tropicalismo multinacional!”, de Pablo Romero, me detuve -al lado de las señoras que me preguntaban acerca del significado de esa obra en particular-, para buscar un anclaje con aquel collage de imágenes qué me cuestionaban mis saberes y mantenían eclipsado por cada detalle, impresos y fotografías que documentan una idea la cual exige sostenernos del lado de la teoría del arte, donde puede que esa paradoja se vuelva arenas movedizas y nos desestabilice. Rastree cada ángulo de tan heteróclita composición de preguntas y respuestas y de repente encontré una pequeña cabecita, fragmento de una cerámica dispuesta sobre la fotografía de unas plantas de maíz; eh ahí, me dije, el esclarecimiento


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sobre la pregunta planteada en el título de la valorización del arte originario prehispánico, pero aún persistía la intriga sobre la segunda parte de dicho título, cuando el espectador se percata de la alternativa de incluirse en la acción, de ser sujeto y no objeto, abrir o cerrar la frase elaborada por Romero, al hilar los significados y gozarse de la visualidad y subjetividad del arte de hoy. ¿Cómo no reírse al sentir la dosis de ludismo con que resuelve la propuesta, juguetona pero incisiva Victoria Cabezas? “Turista en San José”, se trata de unas zapatillas deportivas que atropellan las latas vacías tiradas en el piso, al ser movidas desde un control remoto –también simpática interface-, criticando sutilmente la fastidiosa costumbre de las personas de lanzar basura a las calles, aceras, plazas, parques. Otra pieza que me engulló en la contemplación del tiempo, no solo por la métrica del reloj referido en el título, sino del fractal que nos sume en percepciones excelsas de lo no temporal, al apreciar aquellos libros arte titulados “23 años en blanco No.1 y No 2” de Doreen Bakit. Alude al hacer, pieza por pieza, en blanco, negando la actividad de cualquier otro signo que distraiga esa (in)mácula experiencia de la forma y la técnica de encuadernar, o lo que puede significar para cada quien un libro en blanco, una noche en blanco, o una vida en blanco. Doreen Bakit. “23 años en blanco No.1 y No 2” 73


Al recorrer otras salas aprecié la propuesta de Carolina Parra, y activa la idea que tengo de ella como de una aplicada científica en su laboratorio donde realiza una taxonomía de los materiales, en este caso la piedra, clasificándola quizás por su forma, tamaño, pero también el tiempo y condiciones de su colecta, entablando un discurso detallado de sus observaciones, relación o documentación acerca del signo de una artista inmersa en su práctica creativa.

Participación de Carolina Parra.

Clamó por mi atención la pintura “Sin Título”, acrílico sobre tela 2016, de Roberto Carter, sin más desafío que observar dos figuras caricaturescas flotantes en una atmósfera tenue, calma, neutra quizás, como la capa del tiempo que al sobreponerse al horizonte de la experiencia vuelve placentera la mínima acción. Roberto Carter. Sin Título. 2016. 74


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Para concluir con este recorrido por las aguas que emergen de cada obra expuesta, me detuve delante de la pared con aquellas frases de Roberto Guerrero, las cuales nos sujetan con su afilado aguijón, para consumirnos en otra interrogante más, anotada en la bitácora de navegación del espectador que visita el Salón Nacional de Artes Visuales 2017, cuestionamiento que a muchos desvela al increparnos por nuestras posturas ante la obra, su valoración, las consideraciones económicas y de la crítica del arte. Quisiera además cerrar con “Chinamo el portón rojo” de José Aurelio Álvarez, que por un lado evoca los acontecimientos culturales germinados en el “Cabaret Voltaire” por parte de migrantes y desplazados en Europa por los conflictos bélicos de un siglo atrás, y que desestabilizaron las estructuras artísticas imperantes, por otro evento que construye ese concepto del “desplazamiento”, con la instalación que a su vez relegó al “Portón Rojo” de Quico Quirós que por años se exhibía en esa misma sala del Museo de Arte Costarricense consumando los planteamientos del espíritu Dadá una centuria después y en un país distante donde todo ocurrió.

José Aurelio Álvarez. Chinamo el portón rojo” Instalación, 2017. 75


BID Madrid 2016 en Costa Rica

Vista de sala de la muestra BID Madrid en el Centro Cultural de España. En primer plano vestido de Marcelle Desanti Jerez, inspirado en la pintura de Manuel de la Cruz González.

Una ojeada a la representación de Costa Rica en la quinta edición 2016 de la Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid, expuesta entre marzo y abril de 2017 en el Centro Cultural de España “El Farolito” barrio Escalante, San José, nos motiva a reflexionar sobre el rol de la profesión del diseño en la actualidad, a preguntarnos en qué se avanza, y qué impacto tienen en la cultura local los productos seleccionados por un jurado internacional como el de la BID Madrid, para que se exhiban ahora con rigor en una muestra bien articulada y organizada. Razonamiento interior Pareciera risible que apreciar una exposición de diseño desencadene un pensamiento de carácter interior, pero sí, y son necesarios para catapultar el comentario, si careciera de esos activadores tan de naturaleza emotiva, no escribiría una letra. Activan a expresar y a es76


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cribir, cuando lo expuesto convence -y no solo implica la percepción del convencimiento-, sino cuando demuestra el valor alcanzado por los productos, en este caso, del diseño local, lo que nos representa y son exhibidos pensando generar una atmósfera apreciable, para que las miradas del espectador lleguen a cada punto, a cada ángulo, a cada cartel, objeto, impreso, vestido, textura, metáfora, joya, vitrina, iluminación, ficha técnica, formulación teórica o del pensamiento del diseñador, para que nos empodere como espectadores ante tantos factores que nos influencian en la actualidad. Al contrario –y aquí afilo el aguijón de la crítica-, cuando lo exhibido es atiborrado de “chunches” (el supermercadito chino o aquellas tiendas tipo “ropa americana” que vemos a veces en ferias y hasta en museos y que, también he comentado en otras oportunidades –sentimiento que me lo provocó visitar la Sala 1 del MADC en esos mismos días-), lo expuesto ni siquiera motiva a entrar, menos comentar una visita tan comprometida como sería en tales situaciones; digo, no tengo nada personal contra esos desencuentros de mercancías, critico lo estético de las apariencias cuando lo exhibido alcanza el pueril “chunchero”, pues la palabra “acumulación” refiere a una oportunidad para lo creativo, lo que defiendo es mi posicionamiento desde un criterio minimalista. Comentar las exposiciones, en mi caso personal, cada vez más encuentro una “cuesta empinada”: tener que trasladarme hasta los centros expositivos resulta una experiencia agobiante (tomar fotografías, estar atento a leer las fichas para cerciorarse de quiénes son los autores y los títulos de los proyectos), se vuelve una actuación sinceramente pesante. Sin embargo, lo comento, pues mirar y andar entre lo expuesto, cuando es positiva la apreciación, da cabida a una “emocionalidad” en grado de impregnar los poros de la piel y las neuronas, y se cruzan vivencias y sentimientos los cuales cada proyecto es portador, para convencernos, y como dije, empoderarnos. Es ahí cuando tengo la certeza de no quedarme callado y continuar el camino. 77


Lo expuesto en la V BID Madrid Aunque lo he visto cientos de veces, sobre todo el año pasado que tuvo lugar en San José la Décima Bienal de Arte Centroamericana, una vez más me emocionó apreciar el proyecto de José Alberto Hernández (el infaltable a la cita de la Bid Madrid cada dos años), con esa gracia que brinda el rigor y el esmero que caracteriza su trabajo, no solo de gráfica aplicada a la comunicación visual, sino de contundente artista fotógrafo -por lo cual recibió el Premio Nacional de Artes Visuales 2016 por su muestra en el Museo Nacional-, así como el conocimiento aportado al diseño, en este caso de los identificadores de una imagen corporativa, y el arco de aplicaciones, ejemplos de un buen contenido para la vida contemporánea. También disfruté del “gran banano” de la artista textilera Paulina Ortiz, objeto que toca nuestra sensibilidad, pero a la vez instiga a la discordia en tanto evoca nuestra condición y paradójica dependencia de países ístmicos, en este caso referidas a las compañías bananeras y a lo que puede representar una fruta de esas dimensiones, cual caballo de Troya, en la intimidad de un ángulo del hogar: Se vuelve punzante, pero exquisito, y eso agrega un signo más a la paradoja (en el arte contemporáneo, ha sido un abordaje central a los discursos sobre lo centroamericano). Me encontré los productos y carteles de “Hola Lola” de Priscila Aguirre, los cuales siempre emocionan por su exquisita grafica y rigor de producción, pero sobre todo nos enseñan a mirarnos reconociéndonos en el maremagno de visiones acerca de lo propio, sobre el paisaje de las ciudades, pero sutilmente focaliza lo que somos, como somos y la manera de vernos ante de los demás; es un discurso quisquilloso, pero que siempre permite escuchar una voz más. Me encantaron las propuestas del vestido de Marcelle Desanti Jerez, de Lindsay Venegas Nájera y Álvaro Arroyo Herrera, Daniela Camacho 78


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Participación de José Alberto Hernández en la muestra. Foto LFQ.

Paulina Ortiz expone una lámpara con forma de la fruta del banano. Foto LFQ.

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Cantillo, Wesly Fonseca Méndez, Melissa Kooper, Oscar Ruiz-Schmidt, la joyería de Jina González Pérez. En lo que se cuelga en los maniquíes se percibe calidad, innovación, manejo del sentido de la elegancia, en prendas muy bien confeccionadas para la mujer elegante de carácter urbano contemporáneo. Así mismo influyó -para que externe este acercamiento a lo expuesto-, el diseño de joyería, evoco los productos de “Gótika Design” de Giancarlo Sandoval Mazzero, entre otros. Me impresionó la propuesta del estudio “Entre Nos Atelier” de Michael Smith y Alejandro Vallejo, ya en otra oportunidad lo comenté en esta revista, la Cueva de Luz, que ahora recibe Mención en la categoría de Diseño de espacios e interiorismo. También recibió similar distinción Marcelle Desanti Jerez, en la categoría de Diseño y Emprendimiento por el trabajo “Jujuca”.

Los carteles de Priscilla Aguirre y productos de Hola Lola. Foto LFQ.

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Quizás para concluir Ante la dificultad actual (de mi parte) de poder visitar exposiciones, por el tiempo, el transporte, la presión de la vida actual, cosa que se vuelve desafío, pero al llegar a nuestro lugar de trabajo, íntimo y solitario, muchas ideas suelen friccionar entre las paredes de la memoria –y es cuando emerge aquella contemplación interior a la que me refería el inicio-, impactando de un lado a otro como un triquitraque que se enciende al fragor de la celebración, pero, ¡qué importante!, digo tener estos desafíos que calan al valorar lo que se está produciendo en el país, antes de que se apague, y aportar al reconocimiento profesional que rastrea la BID Madrid cada dos años, en lo poco o mucho que se produce en términos de innovación y creatividad del diseño nacional.

Vestido y joyería, otra componente fundamental de la muestra.

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Proyecto “La Cueva de Luz” de Entre Nos Atelier, distinguida en la Bienal.

“Jujuca” de Marcelle Desanti Jerez, distinguida en la categoría Emprendimiento, además inspirada en la pintura constructivista del maestro nacional Manuel de la Cruz González.

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BID Madrid 2016 Participantes nacionales seleccionados: Entre Nos Atelier / Michael Smith Masis, Alejandro Vallejo Rivas, Mención Diseño de espacios e interiorismo. Marcelle Desanti Studio / Marcelle Desanti Jerez, Mención Diseño y Emprendimiento Autóctono Diseño Ético y Responsable. / Álvaro Núñez Salazar. Bunnywild / Daniela Camacho Cantillo / Alexander Chan Azofeifa / Claudio Corrales Quesada / D.Guti. / Amira Jalet Gutiérrez / Jina González Pérez / Gotika Design S.A. Gian Carlo Sandoval-Mazzero / Holalola Priscilla Aguirre y Walter Calienno / Wesly Fonseca Méndez / José Alberto Hernández Campos / Melissa Kopper Nicolas / Lindsay Venegas Najera / Álvaro Arroyo Herrera / Obra Gris Óscar Ruiz-Schmidt / Paulina Ortiz Stradtmann / Plan b glocal / Juan Carlos Volio Escalante Pulse / Diana Zuleta, Giancarlo Pucci, Maikol Araya, Carlos Osejo, Guillermo Zúñiga, N. Bautista, J. D. González, J. C. Valverde, J. L. Mora, E. Miranda, T. Loría, B. Bonilla, J. Lizano, O. Madrigal, A. Bolandi, F. C. González, F. Mora, K. Mora, A. Rojas / Pupila Estudio / Marcelo Jiménez, Bruno Campos / Sanjosérevés Diego Van Der Laat / Sergio Frugone Roca, Felipe Rossi Cubillos, Ricardo Sevilla Gaitán.

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galería de

MEMORIAS Recordables

Breve Especulación Acerca del Origen de la Pintura en Occidente Por John Nadador Traducción de Joaquín Rodríguez del Paso1994

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A lo largo de su existencia, la pintura en occidente se ha caracterizado por su naturaleza ilusionista. La mejor pintura desde los albores de la humanidad ha sido la que más exactamente ha imitado la realidad. Existen muchas anécdotas e historias que confirman esto. Efectivamente: la pintura como un reflejo de la realidad. Deberíamos más bien decir que la pintura es una torpe traducción de la realidad en una superficie bidimensional que utiliza estrategias y convenciones diseñadas sobre todo para engañar al espectador haciéndolo creer que lo que ve es un pedazo de realidad. Tomando este concepto básico como una brújula para determinar una buena pintura y que es mala pintura, el oeste, mejor dicho Europa, se erigió como el campeón de la pintura ilusionista, de hecho confirmando así una cierta visión de las cosas (la ilusionista – realista) como la visión por excelencia, relegando otras manifestaciones pictóricas a categorías primitiva, ingenuas o folclóricas. Desde entonces la pintura ha sido decididamente (auto) engañosa, pues ha reclamado para sí ser la representación de los más altos estándares e ideales de la cultura que engendró, en cierta forma la pintura devino en un espejo al que Europa le gustaba asomarse para buscar alivio de una realidad espantosa de crímenes, guerras, inquisiciones e incestos. Esta cualidad narcisista ha tenido pocas excepciones, y ha tenido una influencia a través de los siglos. El tema o sujeto aludido ocupa un lugar prominente en esta historia de la tradición occidental de la pintura: el paisaje, la naturaleza muerta, el desnudo y el retrato. Estos cuatro super temas por sí mismos cubren cientos de metros cuadrados en museos alrededor del mundo. Por último pero no al final, llegamos a la sustancia que ha hecho todo esto ocurrir: el óleo, pigmentos suspendidos en una emulsión aceitosa: el hecho definitivo y sin apelaciones que ha hecho posible esta fantasía. 85


SueĂąo: Moyo Coyatzin San Francisco, 1993

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… del mundo de los raros recibo el poder de la naturaleza que reanuda su eterno cosquilleo lentejeando su fervor de insiencios y sinsabores. Ya no encuentro con que mirarme en las aguas del espíritu, ya no entiendo el porqué del entonces tardío desafío. Solo entiendo que el sabor del mundo es amargo y la realidad aunque dura, es exquisita. Dale sabor al tiempo, para despejar lo que normalmente nos proponemos, aunque realizarlo sea, no imposible, pero acongojante. Decía así el perro: ladro por las noches no en busca de un amigo ni por hambre ladro para llorar mis penas ladro para borrar mis hechos ladro por tristeza y tu lloras indecifrablemente por no querer aceptar el oscuro drama que se vuelve la vida! Entonces desesperar es inaudiito, el camino continúa y la fuerza para alcanzarlo se nos queda en un bostezo, en un suspiro, en un adiós.

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El Primer Libro de Consejos:

Douglas McClellan a su sobrino

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Mi estimado sobrino, a pesar de que no me lo has pedido, te envío estos concejos, los vas a necesitar a través de la vida. Pienso que es difícil atravesar el mundo donde nos encontramos sin tener una rica fuente de consejos prácticos. 1 No tengas miedo excesivo de volverte loco. Somos capaces de ladrar como un perro y debemos hacerlo cuando la situación lo demanda. Siéntete también de hablarte a ti mismo pero evita el lenguaje común o vulgar. El chisme sin embargo es inevitable en la corriente social, generalmente es la única clase de conversación.

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2 Aprende a leer símbolos en tazas de te y en el vuelo de los pájaros. Aprende a leer cualquier escritura que pueda haber en las paredes. En esta forma puedes ganar respeto e información útil lo cual en combinación con un buen chiste te puede aligerar el paso. 3 La ironía debe evitarse como la plaga que es. Es muy mal entendida por muchos y puedes muy fácilmente echártela en tu contra. Sin embargo juegos de vocablos o anécdotas ligeras son generalmente bien recibidas. Carcajadas y palmadas en algunas partes del cuerpo para hacer reir deben ser reprimidas a como de lugar.

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4 Las apariencias raramente engañan. No te vistas muy estrambóticamente y sin duda alguna no seas excesivo en tu selección de corbatas. Evita compañía baja y amigos que sean extremadamente altos –pueden convertirte en una persona de estatura menor. 5 Es más importante medir con cuidado que tener las medidas correctas. Practica diariamente por lo menos un acto asombroso. Si puedes darte a conocer por haber hecho aunque sea solo un milagro, no te olvidarán nunca.

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6 Evita desencantos. Lo absurdo es una condición de lo humano, trátalo con respeto. Esto se vuelve aparente cuando las aspiraciones chocan (con la realidad) Cuando tengas que escoger entre las dos, siempre opta por soñar. La realidad se arregla a sí misma. Trata lo complejo meramente como una casualidad de eventos simples. Talvéz te ayude saber como llegué a estas conclusiones. Un día de verano en 1962 lo vi todo muy claro: en un momento brillante, lúcido supe que todas mis ideas estaban formadas. Desde enconces no he encontrado razón que me haga cambiar de opinión.

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tu tío Roberto


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cartelera

Cultural eventos

MÁCULA Malagana / Managua: Taller de crítica con artistas Agua que me quemo! Exposicion de David Ocón Exposicion escultora Anna Handick Exposición colectiva Sólo Pintura Noches de historias “Puro Tocuen” (Raul Quintanilla, David Ocón, Porfirio García, María Dolores Torres) Exposición colectiva 3 Artistas Newyorquinos (Leah dixon, Willianson Brasfield, Christian Dietkus) Sólo poesia y performance III.

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Actividad Cultural en Costa Rica

. Ampliación del Campo de Batalla, de Adrián Flores Sancho. Sala 4 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

(MADC). 23 marzo al 11 de Mayo.

. Naturaleza Oculta, de Guillermo Tovar. . Partidas y Partituras, de Pável Aguilar. . Afectaciones sobre un sujeto matérico de Diana Barquero. . Salón Nacional de Artes Visuales. Museo de Arte Costarricense, . Vida y muerte en el valle del Jícaro, Bahía Culebra. . Petroglifos del Caribe Central de Costa Rica: Ti-

Sala 2 y 3 del

MADC. Marzo 2017.

Sala 1.1.

MADC. Marzo 2017.

El Tanque, MADC, hasta el 8 de junio 2017 hasta Junio 2017.

Museo del Jade. Apertura el 27 de abril 2017.

pología y Cronología. Conferencista: Luis Hurtado de Mendoza. Auditorio Museo del Jade, 5 de abril /18:00pm. El territorio histórico Brunca y el de sus vecinos: un recorrido pro la historia humana del Diquís y sus vecindades. Conferencista: Ifigenia Quintanilla.

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Auditorio Museo del Jade. 3 de mayo/ 18:00pm. Naked Fish Festival DESPACIO. 29 Abril. Bocaracá: “La Serpiente Dorada”. Galería Nacional. Del 6 de abril al 17 de mayo, 2017. ADN Costa Rica. Salón ACAV 2017. Museo Municipal de Cartago. Abril- Mayo 2017.

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Fabuloso X Aniversario

á FABULA URBIS 2007 - 2017 X COLECTIVO = Mario Branco K!M Prisu André Laurins Alfredo Luz Isabel Bomba Maya Cuyatzun Daniel Vieira Lisboa Portugal

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