Calaveras Literarias Revista Libélula - Colectivo Macuilxóchitl

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CALAVERAS LITERARIAS DE LA REVISTA LA LIBÉLULA “La ‘muerte’ de la democracia” Ángel Sáenz (Raper)

A la tierra la muerte iba Alegre su encomienda llevaba Decía muy clara la misiva Que Democracia ya la esperaba.

Muerte buscaba y no encontraba A la susodicha víctima Tuvo que ir con Grecia Su amiga más íntima. Grecia le dijo con gracia Muerte, es una equivocación. Pues aquí no vive democracia Será tu imaginación. Muerte no concebía Cometer error tan garrafa Y sólo se repetía: ¡Hay que ir con un liberal! Su búsqueda fue cansada Que se encontró con Liberalismo Éste no supo de qué hablaba Y lo mandó con capitalismo. Capitalismo dijo tajante: Muerte, te has equivocado Pues democracia no existe Yo me la he inventado.


Muerte triste estaba No sabía a quién recurrir Pues ya nadie le ayudaba A su misión concluir. Pero no se daría por vencida Grande era su convicción Se encontró con Democracia Cuando iba a Imaginación.

Muerte un poco aterrada Vio a Democracia llorando No sabía qué pasaba Ni si era lo que estaba esperando. Un par de preguntas bastaron Para poder percatarse Que a Democracia la usaron Para legitimarse.

Democracia ya sólo clamaba: ¡Llévame, es lo único que pido! Contestó la muerte, desconsolada: No puedo, tú nunca has existido.

“El limpia retretes de Fecal” Maritza Estefanía García

Fecal con sus pestilencias trae al país de retrete con sus guerritas de pasteles ya nos tiene hasta el copete Pero la huesuda -siempre CatrinaA Fecal caro le hará pagar Llevándoselo de tapete


En el infierno se las vera

Decir “¡Salud!” Fecal extrañará Allá ni una chela le invitará Y es que ya se le enfrió el caldo Ahora crudo y sobrio penará.

Una de “cal” por dos de arena Edmundo Arana

Acongojada caminaba la catrina Pues no había descansado en años De una guerra simulada Le mandaban puros mexicanos Se la llevaba la chingada Un chaparro pelón Preguntaba por ella en la cantina Ella no quería saber más de Calderón

Lloraba muy entristecida La pobre no podía comer ni dormir Le asustaba una bala perdida Cuarenta mil muertos y contando Me largo al infierno, gritaba enfurecida Políticos, militares, narcos y policías De la flaca se estaban burlando

El chapo y Felipe bailaban La parca tocaba un danzón Aquellos bebían e inhalaban La flaca armo una balacera Pero una sobredosis los cogió Esto es lo que le espera Al que se pasa de cabrón.


“Dialogo entre la huesuda y el Fecal” Leyla Andrea Carrasco

Está un día muy temprano Fecal echándose un mezcal Cuando la huesuda lo visita pa´ con él echarse un tamal. Tras el desayuno con el espurio la muerte comenzó a platicar. Vean bien lo que le vino a reclamar: - Señor, dicen que es usted el presidente, A mí se me hace me el dato me dieron mal. A lo que el Pipo contestó: - ¿Pues usted qué se siente? ¿Qué viene con esos aires a reclamar?

La huesuda le responde: - Bueno eso no importa al fin en un año usted ya se va, mejor le voy a apelar: ¿Por qué me da tanto trabajo? ¿No ve que quiero descansar? Fecal: - ¿Yo darle a usted trabajo? Si eso es lo que menos doy. Huesuda: - Pues sólo a mí me da chamba y ya estoy cansada de andar por acá, ya quiero a Acapulco irme a vacacionar… Ya ni en Guerrero o Veracruz me puedo relajar, hasta ahí me tengo que poner a chambear.


Fecal: - ¡Ah! ya sé a lo que se refiere señora, Pero esos solo daños colaterales son y usted a todos esos se los tiene que llevar. Huesuda: - No señor, yo le vengo a reclamar, porqué por ahí me dicen que hasta el puesto me quiere bajar, que no le fue suficiente con al Peje usurpar.

Fecal: - ¿Por qué dice eso Señora? Yo no quiero su chamba robar, con la mía estoy bien, entre tanto militar pa´ que me cuide, nadie me va a quitar. Huesuda: Pues eso dicen que quiere de mí pero usted me está cansando, porque a cada rato tengo que venir. He pensado en llevármelo Señor, pero en el más allá la verdad nadie lo quiere, que dicen que están mejor así, que mejor lo deje aquí, pero ande, ya déjeme descansar y si quiere hasta unos alipuces nos vamos a tomar.

Fecal: Bueno, bueno. Después de los alipuces lo vamos a pensar, Se lo prometo solemnemente, como buen político que soy.


Calaveritas Vladimir Villalobos López

Día de muertos por fin inicia, tradición milenaria que no claudica, a pesar del disfraz y la famosa calaverita vendrá la muerte y les hará una bromita. ¡Viva México cabrones! gritó desesperada la muerte esta tierra de nadie es ya, hasta ella pobrecita desempleada está. Ay pobres de ustedes, ilusos sin razón, se sientan y esperan y esperan y esperan creyendo que vendrá la catrina más este sexenio nadie lo evita. ¡Ay! Muerte tan famosa, tan presente como nunca en tantos años, te aproximas hostilmente: “para que vivas mejor“ nos gritas, ya sabemos de qué partido eres favorita. Querida y venerada muerte llegas y miras tu derredor hoy no hay ofrendas, no, ni familias en el camposanto compartiendo con los que quisieron tanto, no hay lugar para calaveritas de azúcar, y el amaranto se pudre en el campo, como la gente en el olvido y el papel picado, es cualquier domicilio acribillado, ya no hay dulce, tradición ni camposanto ¿dónde está la gente que otrora rezaba tanto? Llegó la parca por nosotros, rápida y furiosa, armada por un tal Sam y avalada por el estado, corrupción, injusticia, desempleo y burda guerra acaban finalmente empañando tradición tan bella.


Y llega la muerte como en un sueño diez mil veces y más al año, los cuatro jinetes profetizados son los cuatro poderes que conforman el estado: Primero un espurio, apocado haciendo honor a su tamaño, quinientas sanguijuelas que dicen a alguien representan y un poder judicial, más muerto no puede estar, ¡ah!, me olvidaba del cuarto poder, dijo la muerte, se llama sociedad, los olvidaba por una llana razón: ellos sólo se hacen presentes cuando juega la selección.

Estaba la muerte paseando de Juárez a Lacandona caminando, después de tanto y tanto andar confirmó lo que entre voces le hicieron notar: México es Macondo y no reaccionan ¿cuándo lo harán? Finalmente estaba ya cansada la muerte de tanto andar mate que mate. Llegó a Tlaxcala convencida de que ahí su labor terminaría llamó a los jóvenes latosos que defienden lo que es correcto: “Vengan acá los del colectivo Macuilxóchitlfractal…” mas no lo pudo pronunciar, de Tlaxcala al panteón, sola volverá.


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