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Streching en Vivo: deporte consciente para todxs
Las nuevas formas de entrenar desde casa: ventajas, dificultades y contraindicaciones.
:: Por Agustina Pérez Begoña
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Florencia Dos Santos es parte del cuerpo docente de Deportes de la UNQ y actualmente, también estudia Kinesiología en la UNAJ. Comenzó a trabajar en nuestra Casa de Estudios en 2013, mediante la presentación de un proyecto que apuntó a dar un espacio para todxs aquellxs que quisieran hacer deporte pero que por algún tipo de contraindicación no pudiesen hacer ejercicios de alto impacto o de contacto. Como ser: adultos mayores, personas con problemas motrices o simplemente personas que quisieran hacer ejercicio moderado. Así, nacieron las clases de streching y preparación física. Sus clases de streching constan de un conjunto de ejercicios aptos para todxs, personalizados e integrales que apuntan a trabajar en los primeros 20 minutos la fuerza postural. Luego, se trabaja la flexibilidad, y finalmente se hace una relajación y elongamiento para evitar lesiones. Estos entrenamientos están pensados para que puedan ser de alto o bajo impacto, dependiendo de las necesidades y preferencias de cada persona. Florencia contó que ha llegado a tener más de 30 personas en las clases presenciales de streching en la Universidad, y que actualmente mantiene ese número en las clases de los martes que se dan en vivo vía Instagram. Si bien no se puede saber con certeza quienes están siguiendo la rutina, a través de esta nueva modalidad se han sumado personas ajenas
FOTO Florencia Dos Santos dando su clase semanal de Streching vía Instagram Live. Foto: IG @deportesunq
a la UNQ, que al ver que las clases son gratuitas se suman a entrenar desde sus casas. Antes, en condiciones normales, las clases de deportes eran solo para la comunidad universitaria, tanto para estudiantes como para graduados. Pero ahora, al haber diversos canales de difusión, las interacciones son diversas. Florencia contó -sorprendida- que aún hay muchas personas que no saben de estas clases y que siempre que las publica en facebook, encuentra nuevos adherentes. Hoy, Florencia pone el foco en que sus clases sean, además de un entrenamiento, un espacio de contención: “Me parece un poco descorazonado tirarles una rutina de entrenamiento cuando no se si tienen plata para conectarse a internet y ver la rutina”, afirmó. Según explicó, con lxs estudiantes que tenía antes de la cuarentena mantiene una línea de contacto fluida en sus grupos de WhatsApp. Con aquellxs que entrenaban para atletismo en las clases de preparación física (lxs mismxs que el año pasado representaron a la Universidad en los Juegos Universitarios), arman reuniones por zoom en las que explica los ejercicios, las técnicas y los posibles errores a corregir. Pero fundamentalmente, Florencia hizo hincapié en cómo se sienten de ánimo, entendiendo que estos momentos de aislamiento son difíciles y desmotivantes, y siempre trata de mantener y reforzar el vínculo docente-estudiante. Por otro lado, aunque las clases sean gratuitas y quedan guardadas para ver en cualquier momento, entrenar, aunque sea desde casa, sigue siendo algo no accesible para todxs, especialmente para aquellxs que no disponen de internet o que enfrentan complicaciones debido a la situación actual. Florencia afirma que, si bien las actividades están pensadas para realizar en espacios pequeños, es muy difícil llevar el deporte a la casa. Las limitaciones tanto del espacio como económicas, y las preocupaciones domésticas y laborales, hacen muy grande la distancia entre hacer deporte y ver un video unidireccional que no está pensado para las necesidades específicas de la persona que se dispone a entrenar un rato. Hoy es muy común, explicó Florencia, que mucha gente se ponga a ver videos de rutinas en YouTube o desafíos físicos de Influencers que suelen ser de alta intensidad. Pero son replicados por las personas sin estar adecuadamente preparadas y físicamente aptas. La consecuencia es que al día siguiente no se pueden mover, lo que termina siendo todo lo contrario a lo que se busca cuando se quiere hacer deporte. Como estudiante de Kinesiología, Florencia prepara los entrenamientos con mayor soltura para que nadie se lastime y recalca que: “se necesita hacer este tipo de actividades que no sean solamente moverse por moverse, sino trabajar a conciencia, elongar, respirar y demás.” Las consecuencias de no entrenar son altas y van desde no poder dormir, hasta el aumento de la ansiedad y del cansancio (¡sí! No entrenar es más cansador que hacerlo con cierta frecuencia). Por otro lado, las endorfinas que se liberan al hacer ejercicio nos hacen sentir mejor, más livianos y felices, ayudando a combatir la angustia que nos causa el encierro en estos tiempos de cuarentena.